Antonio Benavides

Retrato de Antonio Benavides y Navarrete por J. Laurent (1861-¿1868?). © Biblioteca Nacional de España

letra C

Toma de Posesión

24 de Noviembre de 1872

Fallecimiento

23 de Enero de 1884

Antonio Benavides

Académico de número

Baeza (Jaén), 1808-Villacarrillo (Jaén), 1884

El 24 de noviembre de 1872 ocupaba su asiento en la RAE el político e historiador Antonio Benavides y Fernández de Navarrete con un discurso sobre La elocuencia parlamentaria: «La elocuencia en todos tiempos ha sido arte poderoso para gobernar los pueblos […] El más valeroso, como el más elocuente, fué capitan, cacique, tribuno, rey» (p. 20). El entonces director de la RAE, el marqués de Molins Mariano Roca de Togores, fue el encargado de darle la bienvenida a la institución: «Damos al Sr. Benavides, como orador y como hablista, algo más que un cumplido, un abrazo fraternal…» (p. 60).

Nacido en Baeza (Jaén) el 20 de junio de 1807, Benavides estudió Derecho en la Universidad de Granada, donde se doctoró en 1826; en 1827 desempeñó la cátedra Novísima Recopilación y en 1828 fue miembro del claustro de la Universidad de Granada y vocal de la Junta de Hacienda.

En 1830 se trasladó a Madrid, donde vivía su tío el marino e historiador Martín Fernández de Navarrete, director de la Real Academia de la Historia. En la capital comenzó a interesarse por la política y por la historia, afición que lo llevaría, como a su tío, a ser admitido en las filas de la Real Academia de la Historia y a dirigirla treinta y dos años más tarde, en 1862. Un año después de su llegada, en 1831, Fernando VII lo nombró Fiscal y juez oidor de la Real Audiencia de Puerto Rico, donde permaneció hasta 1836. De regreso a España ocupó distintos cargos políticos; fue elegido diputado del partido moderado por Jaén (1836 y 1839) y, durante el reinado de Isabel II, fue jefe político de Madrid (1844), ministro togado del Tribunal de Guerra y Marina, diputado por Granada (1844), ministro de Gracia y Justicia (1847), ministro de la Gobernación (1852-1864), gobernador civil de Madrid (1853) y ministro de Estado (1864). En 1874, ya destronada Isabel II y recién llegado Alfonso XII al trono, Benavides regresó a la política y fue enviado como embajador en la Santa Sede con el fin de restablecer las relaciones entre Roma y la corona española. En 1881, tras la muerte de su esposa, el académico se trasladó a su casa de Villacarrillo (Jaén), donde murió tres años después, en 1884.

«Su labor política, siempre como moderado, se caracterizó por el tono comedido, conciliador, de sana conducta civil» (La Real Academia Española, p. 104). Pero, además de político, Benavides trabajó en numerosas instituciones culturales; miembro de la Real Academia de la Historia desde 1847, fue también su director de 1862 a 1881, como había sido su tío. Fue también miembro del Instituto Histórico de Francia (1842) y miembro fundador de la Real Academia de Ciencias Morales y Políticas (1857).

Escribió, también, valiosos trabajos históricos, entre los que destacan Compendio histórico filosófico de todas las monarquías, con la biografía de todos los reyes y príncipes reinantes hasta el día (1852, 3 vols.), Memorias de Fernando IV de Castilla (1860, 2 vols.), etc., y fue redactor, en 1850 y en colaboración con Quadrado, del primer Índice de la riquísima Colección Salazar, de la Real Academia de la Historia.

Antonio Benavides y Fernández de Navarrete murió en Villacarrillo (Jaén) el 23 de enero de 1884, doce años después de haber ocupado el sillón C de la RAE.

 

 

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