Antonio de los Ríos y Rosas

Retrato de Antonio de los Ríos Rosas por José Vallejo. Litografía de J. Donon (Madrid, 1855). © Biblioteca Nacional de España

letra T

Toma de Posesión

12 de Febrero de 1871

Fallecimiento

3 de Noviembre de 1873

Antonio de los Ríos y Rosas

Académico de número

Ronda (Málaga), 1812-Madrid, 1873

El 12 de febrero de 1871 ocupaba su sillón en la RAE el político y jurista Antonio de los Ríos y Rosas con el discurso El principio de autoridad en el orden literario: «La autoridad literaria, al revés de la autoridad política, es esencialmente original, personal, propia y libre» (p. 9). Fermín de la Puente y Apezechea fue el académico encargado de darle la bienvenida a la institución: «Aparte de sus bien asentados títulos literarios, trae la incontrastable autoridad de su convicción y de su palabra, de su proverbial desinterés y significación elevadísima» (p. 95).

Nacido en Ronda (Málaga) el 16 de marzo de 1812 e hijo del afrancesado Francisco del Río y Zambrano, abogado y diputado en las Cortes de Bayona en 1808, el joven Ríos Rosas siguió la estela paterna; se licenció en Derecho en la Universidad de Granada y pronto viró hacia la política como miembro del Partido Moderado. Fue diputado por Córdoba en 1837 y en 1840,  y en 1839 fue elegido jefe político de la ciudad de Málaga. También fue nombrado vicepresidente (1847-1848) y presidente del Congreso de los Diputados en tres ocasiones (1863, 1865 y 1872). Aficionado a la poesía y gran orador, redactó varias veces el Discurso de la Corona (1844, 1847, 1848). Fue también ministro plenipotenciario en Lisboa (1854-1855), ministro de Gobernación en 1856 y embajador en la Santa Sede (1858-1860), en cuya misión logró que se firmara el Concordato de 1859 entre el estado español y la Santa Sede. En 1865 presidió el Consejo Real y, tras la Revolución de 1868 y el exilio definitivo de Isabel II, Ríos Rosas se distinguió por su actitud monárquica y unionista. En 1869 tuvieron lugar las primeras elecciones mediante sufragio universal masculino y Ríos Rosas volvió a la política después de tres años de ausencia. Un mes antes de su muerte, el 6 de octubre de 1873, pronunció su último discurso en la Cámara de los diputados.

Gran orador y político austero, «Ríos Rosas fue ante todo jurista de plena ortodoxia y administrador de honestidad proverbial, reputadísima» (La Real Academia Española, p. 214). Además de su intensa labor política, colaboró en El Correo Nacional, El Heraldo y El Conservador. Presidió el Ateneo de Madrid y la Academia Matritense de Jurisprudencia y Legislación y fue miembro de la RAE y académico fundador de la Real Academia de Ciencias Morales y Políticas.  

Pobre y sin recursos, Antonio de los Ríos y Rosas murió en Madrid el 3 de noviembre de 1873. El Gobierno de la Primera República fue el encargado de costear su entierro, así como las honras fúnebres propias de su cargo. En la RAE, Núñez de Arce le dedicó la oda A Ríos Rosas.

El político murió dos años después de haber ocupado el sillón T de la RAE, al que se refería de este modo el día de su discurso de ingreso en la Academia:

«En este sitial y en este momento acrecienta en mi ánimo la misma novedad con que halagan y sorprenden mis sentidos el dulce ambiente, el templado movimiento, la regularidad inalterable, la serenidad majestuosa de este sosegado y pacifico recinto» (El principio de autoridad en el orden literario, 1871, p. 9).

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