Cristino Martos (electo, 1884)

Cristiano Martos

letra C

Elección

1 de Enero de 1884

Fallecimiento

17 de Enero de 1893

Cristino Martos (electo, 1884)

Académico de número

Granada, 1830-1893

En 1884 era elegido académico el político y orador andaluz Cristino Martos y Balbi, que entregó el discurso Algunas observaciones sobre el concepto en nuestros grandes dramaturgos del derecho, la justicia y sus Ministros; sin embargo, nunca llegó a leerlo ni a ocupar su sillón en la RAE. Murió nueve años después, en 1893. Su discurso apareció en el tomo VII de las Memorias de la Real Academia Española (1896).

Nacido en Granada el 13 de septiembre de 1830, Martos comenzó sus estudios de Derecho en Granada y en Toledo, y los concluyó en Madrid, en 1852. Abogado de gran renombre, ese mismo año fue elegido fiscal del Fiscal del Tribunal Supremo, pero pronto compaginó su carrera jurídica con el desempeño de cargos políticos. «Hombre de barricadas y de oratoria fogosa» (La Real Academia Española, p. 104), Martos se caracterizó por su actitud política contradictoria y combativa. Fundador del Partido Demócrata en 1849 y promotor del ala más extrema del partido, su fervor monárquico y su discurso se inclinaron hacia posiciones cada vez más moderadas, hasta acabar, tras la Revolución de 1868, formando parte de las filas revolucionarias y republicanas. Destronada Isabel II en 1868, durante el Sexenio Revolucionario (1868-1874), la vida política de Martos se precipitó; en 1868 presidió la Diputación de Madrid y en 1869 fue elegido diputado por Ocaña (Toledo) en las Cortes Constituyentes. Fue también ministro de Estado con Prim durante cuatro años, de 1869 a 1873, y ministro interino de Gracia y Justicia en 1874.

Restaurado el absolutismo en la figura de Alfonso XII (1874-1886), el camaleónico Martos continuó en la política; fue elegido diputado por Toledo en 1879 y presidió del Congreso de los Diputados en 1886, bajo el reinado de Alfonso XIII. Finalmente, Martos fue apartándose de la política. Su reconocimiento como orador y jurista hicieron que fuera elegido vicedecano del Colegio de Abogados de Madrid y que lo llamaran a las filas de la RAE y de la Real Academia de Jurisprudencia y Legislación, que dirigió desde 1878.

La Real Academia Española, al elegirle en 1884, «debió de tener presente, ante todo, la perfecta arquitectura de sus discursos, en época en que la oratoria era considerada una brillante manifestación literaria» (Alonso Zamora, La Real Academia Española, 199, p. 105). Pero aquello no era motivo suficiente para algunos académicos como el escritor Juan Valera o el erudito Menéndez Pelayo, que veían con inquina la presencia de Martos en la RAE.

«Yo no lo voté» —escribe Menéndez Pelayo en una carta a Valera— «porque no es hombre de letras y además porque venía impuesto por Cánovas, y no tuvo siquiera la atención de pedirnos el voto, como es loable costumbre» (Epistolario de Valera y Menéndez Pelayo, p. 199).

Valera, por su parte, hablaba así de él y de su tertulia en una carta escrita a su mujer en julio de 1888: «Aquella tertulia de Martos brama y muerde de cursi […]. Su mamá, sus hermanas y los parientes, y los patriotas que van allá a formar como una Corte, son tremendos de ordinarios […] En casa de una Reina-madre-macho, que tal parece Martitos, disuena ordinariez tan disparatada» (Coster, Correspondencia de Don Juan Valera (1859-1905) (1956), p. 155).

Cristino Martos y Balbi, el político vacilante y perfecto arquitecto de discursos, murió repentinamente en Madrid el 17 de enero de 1893, sin llegar, para alivio de algunos, a ocupar su asiento en la RAE.

Leer biografía completa Ocultar biografía
cerrar

Buscador general de la RAE