Emilio Lorenzo Criado

Emilio Lorenzo. Foto: San Pedro, Ministerio de Empleo y Seguridad Social

letra h

Toma de Posesión

22 de Noviembre de 1981

Fallecimiento

2 de Julio de 2002

Emilio Lorenzo Criado

Académico de número

Puerto Seguro (Salamanca), 10 de junio de 1918-Madrid, 2 de julio de 2002

Tomó posesión el 22 de noviembre de 1981 con el discurso titulado Utrum lingua an loquentes? (Sobre las presuntas dolencias y carencias de nuestro idioma). Le respondió, en nombre de la corporación, Rafael Lapesa Melgar.

El profesor y filólogo Emilio Lorenzo Criado estudió en el instituto Cardenal Cisneros y en el Calderón de la Barca. Ahí, cuenta Asunción Alba Pelayo en el Diccionario biográfico español (DBE), conoció a Rafael Lapesa, cuyo magisterio determinaría su vocación lingüística.

Lorenzo ingresó en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Madrid, siendo sus profesores Salvador Fernández Ramírez, Emilio García Gómez y Dámaso Alonso, de quien sería ayudante después de haber defendido su tesis doctoral en 1942, tesis que versó sobre Goethe en la literatura española del siglo XX.

Durante esos años, tal y como explica Alonso Zamora Vicente en La Real Academia Española (1999, 2015), Lorenzo, quien «siempre tuvo preocupación fervorosa por la enseñanza, tanto de las lenguas germánicas como del español para extranjeros», fue profesor de español en Alemania, Inglaterra y Estados Unidos.

En 1953, cuando se estableció la Sección de Lenguas Modernas en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Madrid, se encargó de la dirección y organización de las ramas de inglés, alemán, francés e italiano. Dos años más tarde, fue nombrado secretario de los cursos para extranjeros de la Universidad Internacional Menéndez Pelayo de Santander (UIMP), institución de la que fue, en 1967, director y después vicerrector, hasta 1980.

Como señala Asunción Alba, en 1958 Emilio Lorenzo obtuvo por oposición la cátedra de Lingüística en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Complutense. «Fue excepcional la entrega y vocación universitaria que infundió en tantos discípulos que tuvieron el honor de formarse junto a él. Ejemplar, no regateaba sacrificios impartiendo una enseñanza espléndida, creando escuela con altos niveles de exigencia a sus alumnos».

Fundó en 1960 y dirigió hasta 1975 Filología Moderna, revista de su especialidad, y «fue el motor del Instituto de Lenguas Modernas y Traductores en la misma facultad madrileña por el que pasaron académicos como Javier Marías o Miguel Sáenz», en palabras de Zamora Vicente.

El 22 de noviembre de 1981, Emilio Lorenzo ingresó en la RAE. Su discurso, Utrum lingua an loquentes? (Sobre las presuntas dolencias y carencias de nuestro idioma), tal y como explica Zamora Vicente, fue una «magistral ordenación de varios de esos rasgos “en ebullición” que registra en sus observaciones».

Con respecto a su labor académica, Zamora Vicente indica que Lorenzo «se manifestó como un colaborador eficaz y consciente, desde la comisión de Gramática, y destacó su participación en la revisión de la vigésima primera edición del Diccionario».

Entre sus numerosas publicaciones, destacan dos traducciones del alemán: Problemas y métodos de la lingüística , de Walther von Wartburg (1946), y El léxico rural del noroeste ibérico ,de Fritz Krüger (1947); y la traducción del inglés de las Obras selectas de Swift. Otras de sus obras más importantes son la edición del Cantar de los nibelungos (1980); El español de hoy, lengua en ebullición (1966, 1971, 1980 y 1994); El español y otras lenguas (1980), y Anglicismos hispánicos (1996).

Lorenzo fue condecorado por la República Federal de Alemania con la Medalla Goethe del Instituto Goethe (1964) y con la Gran Cruz del Mérito de dicha república (1985). También recibió la distinción de Caballero de las Palmas Académicas de Francia.

Emilio Lorenzo murió en Madrid el 2 de julio de 2002. Fue, en palabras de Asunción Alba Pelayo, «un ejemplo de integridad profesional, maestro de generaciones de avezados discípulos, modélico en el cumplimiento de su deber y que destacó por su humanidad y la rectitud de sus obras».

  • El fallecimiento de Emilio Lorenzo en El País ABC, 3 de julio de 2002. 
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