Jacinto Octavio Picón

Jacinto Octavio Picón

letra D

Toma de Posesión

24 de Junio de 1900

Fallecimiento

19 de Noviembre de 1923

Cargo

Bibliotecario

Jacinto Octavio Picón

Académico de número

Madrid, 1852-1923

A la muerte de Emilio Castelar, el escritor madrileño Jacinto Octavio Picón ocupa la silla D de la RAE.

Tomó posesión el 24 de junio de 1900 con un discurso dedicado a la vida de su admirado antecesor, Emilio Castelar: «Como en las convulsiones de la tierra puede quedar un hilo de agua donde hubo un río caudaloso, así vengo yo a suceder, no a remplazar, á Emilio Castelar». La respuesta salió de la voz y la pluma de su gran amigo y defensor Juan Valera, que analizó la obra literaria de Picón. Varela deseaba que fuera Picón y no otro personaje político quien ocupara, de nuevo, un sillón en la RAE.

El interés en ocupar una silla en la RAE era mutuo y el propio Picón, muy igualado en votos con Ángel María Dacarrete, le rogó en varias cartas al escritor catalán Víctor Balaguer que acudiera a Madrid para votar a su favor y deshacer así el empate. «Juzgo desde ahora perdido el pleito, aunque vengan, como vendrán, Galdós y Sellés», decía el propio Picón, que ya había perdido el sillón en 1898 contra Raimundo Fernández Villaverde. Finalmente, el 27 de octubre de 1899 Jacinto Octavio Picón ganó por un voto a Dacarrete y ocupó, por fin, la ansiada plaza.

Jacinto Octavio Picón nació en Madrid el 8 de septiembre de 1852. Se licenció en Derecho en 1873 y, aficionado como era desde su niñez al arte y a la literatura, pronto comenzó a escribir artículos en diversos periódicos de la época: la Revista de EspañaEl Globo, La Espuma Moderna, Madrid Cómico y, posteriormente, en La Ilustración Española e Hispanoamericana y en el diario El Imparcial.

Su afición a la pintura y al arte lo llevaron a publicar, en 1878, una Historia de la caricatura y, en 1899, Vida y obra de Diego Velázquez, libro que le valió el nombramiento como miembro de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando en 1902, donde pronunció un discurso dedicado al pintor sevillano. Años después, Picón formó parte, también, del Patronato del Museo del Prado.

Conocido por su buen talante y bonhomía, Picón —que vivía a contrapelo de la vida oficial y era tildado de anticlerical y republicano­— alcanzó la fama como novelista en 1882, tras la publicación de su primera novela, Lázaro. Casi una novela.

«Sus descripciones, acaso pequen de harto minuciosas —decía Juan Varela en su respuesta al discurso de ingreso en la RAE de Picón—. No hay traje, ni mueble, ni objeto de arte, ni producto de la naturaleza o de la industria que él no nos pinte con accidentes ni pormenores».

A pesar de ser tachadas de anticlericales y lascivas, las novelas de Picón fueron muy exitosas en su época y llegaron incluso a editarse en Hispanoamérica. Destacan, entre sus títulos, además de su primera novela, El enemigo (1887), La honrada (1890), Dulce y sabrosa (1891) y Juanita Tenorio (1910).

«Yo me atrevo a sostener que las novelas de Picón, sin ofender á Dios ni perjudicar al prójimo, deleitan ó interesan con su lectura y son y deben ser grato pasatiempo y solaz para todo sujeto culto» (Juan Varela a Picón en Emilio Castelar).

Jacinto Octavio Picón, que fue bibliotecario de la Academia desde 1914, se refugió en su labor de manera absoluta; sobre todo tras el fallecimiento de su hijo Jacinto Felipe, en 1917.  

Picón, que vivió en el edificio de la RAE de la calle Felipe IV, 4, de Madrid como bibliotecario perpetuo, murió el 19 de noviembre de 1923. A pesar de haberse referido a sí mismo, en su discurso de ingreso a la Academia, como «un hilo de agua» frente al «río caudaloso» que era su antecesor Emilio Castelar, muchos de los periódicos y escritores de la época le dedicaron grandes y caudalosas alabanzas tras su muerte. Sus minuciosas descripciones parecen oírse, como leves pasos, por el edificio de la Real Academia Española que un día fue su casa.

Leer biografía completa Ocultar biografía
cerrar

Buscador general de la RAE