José de Selgas y Carrasco

Retrato de José Selgas y Carrasco por Bartolomé Maura, 1882. © Biblioteca Nacional de España

letra b

Toma de Posesión

1 de Marzo de 1874

Fallecimiento

5 de Febrero de 1882

Cargo

Primer vocal adjunto

José de Selgas y Carrasco

Académico de número

Lorca (Murcia), 1822-Madrid, 1882

En 1865 era elegido académico el escritor y periodista José de Selgas y Carrasco, que presentó su discurso de ingreso en 1869; sin embargo, tanto el discurso que presentó ­como la contestación del académico Cándido Nocedal­ fueron rechazados por la comisión de censura de la Academia, pero ambos se negaron a modificar el texto: «Acuerda la Academia que no se lean los discursos de Nocedal y Selgas no solo por alusiones políticas, que tienen, sino por ser malos, especialmente el de Selgas» (Emilio Alcalá Galiano, Interesantes recuerdos históricos, políticos de España [...], desde el 23 de junio de 1871 hasta el 30 de abril de 1878, 1908). La comisión lectora y censora estuvo constituida por los académicos Patricio de la Escosura, Eugenio de Ochoa y Antonio María Segovia.

Cinco años después, el discurso fue admitido; Ochoa y Segovia habían muerto, y Escosura estaba preparando su regreso a Madrid desde Berlín, donde se terminaba su misión diplomática; en palabras del académico Alonso Zamora, «mucho había cambiado el paisaje académico, y aún más el del entorno político» (La Real Academia Española, p. 245).

El 1 de marzo de 1874 José de Selgas ocupaba, por fin, el asiento b de la RAE con la lectura del polémico discurso El filosofismo, la política y la industria, elementos que más contribuyen en nuestros días a corromper el habla castellana, en el que dio la vuelta a la definición del diccionario de la palabra política y la definió con sus propias palabras como «el arte de trastornar los pueblos, destruir leyes y reglamentos para mantener la intranquilidad è inseguridad públicas y conservar el desorden y las malas costumbres» (p. 14).

El político y académico Cándido Nocedal, cuyo texto de contestación se mantuvo también intacto, le dio la bienvenida a la corporación: «Observad, señores académicos, la unidad de miras que resplandece siempre en los escritos de Selgas. En prosa y en verso, cuando habla formal y cuando parece como que se chancea (que es tal vez cuando dice las cosas más formales y graves), nunca vacila, jamás duda; siempre es el mismo» (p. 43).

Nacido en Lorca (Murcia) el 27 de noviembre de 1822, Selgas inició su formación en el Seminario de Murcia. Pronto comenzó a interesarse por el periodismo y publicó algunos artículos en las revistas murcianas La Lira de Táder y La Palma. Además, aficionado a la poesía desde joven, sus versos fueron aplaudidos por el poeta murciano Antonio Arnao, quien, a su vez, le presentó al poeta Luis Fernández-Guerra y Orbe, que le ofreció un empleo en el ministerio en el que trabajaba como funcionario. En 1849, Selgas se trasladó a Madrid, donde, apasionado por la política y el periodismo crítico, en 1854 fundó el periódico satírico El Padre Cobos, que se caracterizó por la crítica política mordaz y descarnada al servicio del Partido Moderado y del catolicismo de la época. Colaboró también en la revista madrileña carlista La Gorda, así como en otros periódicos de tintes serios. Selgas, el mordaz periodista, ocupó algunos cargos políticos de importancia a lo largo de su carrera; en 1866 fue elegido diputado a Cortes y en 1879 fue elegido secretario de la Presidencia del Consejo.

Además de su labor periodística, Selgas y Carrasco destacó por su faceta poética: «Su poesía, detenida en pequeñas imágenes líricas (las flores, los sentimientos, pequeños conflictos emotivos, etc.), tuvo amplio público» (La Real Academia Española, p. 245). Escribió, entre otras, La primavera (1853) —con prólogo del académico Manuel Cañete—, El estío (1853), Flores y espinas (1879) o Versos póstumos (1883), que fueron los títulos más citados y divulgados. También cultivó el teatro, y entre sus obras destacaron la comedia en verso Una mentira inocente (1852) —estrenada en el Teatro del Príncipe de Madrid—, la zarzuela De tal palo tal astilla (1864), La barba del vecino (1869) y la comedia El vals (1871), también estrenada en el Teatro Español de Madrid. Publicó también cuentos y novelas cortas, así como las novelas extensas Un duelo a muerte (1871), Deuda del corazón (1872), El ángel de la guarda (1875), La mariposa blanca (1876), El número 13 (1876), Una madre (1883), etc.

Sin embargo, el género que más fama le granjeó fue el periodismo satírico, y sus artículos se editaron en los libros Hojas sueltas (1861), Más hojas sueltas (1863), Nuevas páginas (1864), Delicias del nuevo paraíso (1875), Cosas del día (1874), Fisonomías contemporáneas (1877) y Hechos y dichos (1879).

José de Selgas y Carrasco, cuyo paso por la Academia «no dejó recuerdos destacados» (ob. cit., p. 246) —más allá del percance de su discurso—, murió en Madrid el 5 de febrero de 1882, ocho años después de haber logrado ocupar el sillón b de la RAE.

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