Ramón Pérez de Ayala (electo, 1928)

Retrato de Ramón Pérez de Ayala por Joaquín Sorolla, 1920. © The Hispanic Society of America

letra C

Elección

26 de Abril de 1928

Fallecimiento

5 de Agosto de 1962

Ramón Pérez de Ayala (electo, 1928)

Académico de número

Oviedo, 1880-Madrid, 1962

El crítico y novelista asturiano Pérez de Ayala fue elegido académico el 26 de abril de 1928; sin embargo, no llegó a tomar posesión de su plaza, que llevaba vacante treinta y cuatro años. La silla C permaneció otros treinta y cuatro años vacía, sumando un total de sesenta y ocho años hasta que fue ocupada, por fin, por el poeta Luis Rosales en 1964.

Pérez de Ayala nació en Oviedo el 9 de agosto de 1880. Su educación jesuita —estuvo interno en un colegio de la Compañía de Jesús de los diez a los catorce años­— marcó su infancia y su obra. Asimismo, su formación clásica le permitió deleitarse en la lectura de los clásicos griegos y latinos en su lengua original y constituyó, hasta el final de su vida, uno de sus mayores placeres. Se licenció en Derecho en la Universidad de Oviedo y pronto comenzó a escribir artículos en la prensa.

El anglófilo escritor —cuyo liberalismo y profundo sentido del humor casaban con el espíritu inglés— marchó a vivir a Inglaterra; sin embargo, volvió a los pocos años tras el suicidio de su padre y se volcó de lleno en la escritura y en la literatura. En 1903 fundó la revista modernista Helios, junto con Juan Ramón Jiménez, Pedro González Blanco y Gregorio Martínez Sierra, y colaboró en las principales revistas y periódicos madrileños de la época.

En 1904 publicó su primer poemario modernista, La paz del sendero, que fue alabado por Rubén Darío. En 1907 salió a la luz su primera novela, Tinieblas en las cumbres (1907), elogiada por Pérez Galdós, pero fue la polvareda de su novela antijesuítica A. M. D. G. (1910) la que lo aupó a la fama; en ella contaba su agria experiencia en el colegio de los jesuitas en el que estuvo internado y criticaba sus ineficientes procedimientos de enseñanza.

Al estallar la Primera Guerra Mundial en 1914, Pérez de Ayala militó en el bando aliado y recorrió el frente para escribir sus crónicas, que publicó en el libro Hermann encadenado (1924). Más adelante publicó las novelas Belarmino y Apolonio (1921), Luna de miel, luna de hiel y Los trabajos de Urbano y Simona (1923) —sobre el amor y la educación sexual—, y escribió también dos novelas sobre el honor calderoniano, Tigre Juan El curandero de su honra (1926), que le hicieron merecedor del Premio Nacional de Literatura y pusieron, paradójicamente, fin a su carrera narrativa.

La política comenzaba a asomar en su vida; fundó, junto con Ortega y Gasset y Marañón, la Agrupación al Servicio de la República. Fue director del Museo del Prado, diputado y nombrado embajador en Londres desde 1931 hasta 1936. Tras el triunfo del Frente Popular, Pérez de Ayala se fue a vivir a Argentina, a la sombra de la Embajada en Buenos Aires; regresó a España en 1954 y publicó numerosos artículos culturales en ABC, apartado de la literatura.

Aunque había escrito también poesía, la mayor parte de la producción de Pérez de Ayala fueron los ensayos y las críticas literarias; sin embargo, el género en el que despuntó fue en la novela de calado intelectual, de la que llegó a ser uno de sus mayores exponentes, caracterizada por la honda reflexión y la riqueza del lenguaje, completamente alejada del público y de la lectura popular.

Tras su regreso de Argentina en 1954, Ramón Pérez de Ayala vivió voluntariamente apartado, rodeado de los clásicos griegos y latinos de su infancia. Murió en Madrid el 5 de agosto de 1962 sin haber llegado a ocupar su asiento en la RAE y completamente al margen de la vida y de la actividad académica.

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