Augusto González Besada

Augusto González Besada (1865-1919). © Real Academia Española.

letra J

Elección

2 de Mayo de 1912

Toma de Posesión

7 de Mayo de 1916

Fallecimiento

4 de Junio de 1919

Augusto González Besada

Académico de número

Tuy (Pontevedra), 1865-Madrid, 1919

El 7 de mayo de 1916, el político gallego Augusto González Besada ocupaba el sillón J de la RAE con el discurso titulado La mujer gallega y Rosalía de Castro: «Rosalía es la encarnación de la mujer fuerte, a quien no logra abatir la desgracia, persiguiéndola desde la cuna, ni la enfermedad y el dolor, saeteándola desde la juventud, a quien no seducen la notoriedad y la gloria, ni vence la lisonja, ni ciega la ambición» (p. 18).

Jacinto Octavio Picón fue el encargado de darle la bienvenida a la RAE: «Ya lo habéis advertido escuchando su discurso, los números, los presupuestos, los aranceles, las contribuciones, las estadísticas y las carreteras no le han embobotado el instinto de percibir lo bello, ni le han entorpecido la facultad de analizarlo» (p. 69).

Augusto González Besada nació en Tuy (Pontevedra) el 24 de junio de 1865. Licenciado en Derecho en la Universidad de Santiago de Compostela, dedicó su vida a la política; fue diputado siete veces, de 1899 a 1915, y ocupó distintos cargos en el Gobierno. Fue gobernador de La Coruña, subsecretario de Hacienda en el ministerio de Raimundo Fernández Villaverde —a quien ayudó en la tarea de reajustar la economía  tras la guerra con Estados Unidos—, ministro de Hacienda en 1903 y ministro de Gobernación y de Fomento en 1907, bajo la presidencia de Antonio Maura. En 1909 volvió a ser nombrado ministro de Hacienda y en 1914 se erigió como presidente de las Cortes.

González Besada, que gozaba de una gran reputación pública, compaginó su labor política con la creación de instituciones como el Consejo Superior de la Producción o el Instituto Nacional de Experiencias Técnico-Forestales e intervino también en asuntos económicos relacionados con los ferrocarriles, la protección industrial o la repoblación forestal. Además de a la RAE, perteneció a las reales academias de Jurisprudencia (de la que fue presidente de 1918 a 1919) y de Ciencias Morales y Políticas.

Protegió y entabló amistad con numerosos escritores, entre los que cabe recordar a su gran amigo, Ramón María del Valle-Inclán. Su bibliografía se centra, mayoritariamente, en libros y ensayos sobre política y Hacienda pública —muchos de ellos de la época de la regencia de María Cristina de Habsburgo—; sin embargo, además de abanderar el regionalismo gallego en las Cortes, Besada lo hizo también desde la escritura. Como paladín del regionalismo gallego y defensor a ultranza de su lengua, escribió la obra Historia crítica de la literatura gallega, en dos volúmenes (1886 y 1887), así como numerosos ensayos sobre Rosalía de Castro, a la que dedicó también su discurso de ingreso en la RAE.

El político gallego murió en Madrid, lejos de su tierra, el 4 de junio de 1919. Sin embargo, a pesar de la distancia, la poesía de Rosalía de Castro le hizo sentirse siempre en casa: «No juzguéis temeridad si os digo que mientras el mundo sea mundo, no habrá un gallego ausente de su tierra que, evocando a la tierna y dulce Rosalía, no exclame con el alma y con los labios: Airiños, airiños aires, / airiños da miña terra...» ( La mujer gallega y Rosalía de Castro, 1916, p. 48).

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