Carlos Martínez de Campos y Serrano

Imagen Carlos Martínez de Campos y Serrano

letra f

Toma de Posesión

29 de Enero de 1950

Fallecimiento

20 de Mayo de 1975

Carlos Martínez de Campos y Serrano

Académico de número

París, 1887-Madrid, 1975

El 29 de enero de 1950 ocupaba el asiento f de la RAE el militar Martínez de Campos y Serrano con el discurso titulado Movilización de la palabra: «La “movilización” abarca todos los medios que hacen falta para la guerra; y, si esto es así, ¿por qué no ha de extenderse a las palabras, sin las cuales no hay combate, ni ejército, ni movilización siquiera» (p. 17).

El académico y almirante Rafael Estrada y Arnaiz, que ya era «amigo en las armas y ahora en las letras» del recién llegado, le dio la bienvenida a la institución: «Su presencia no es sólo acusada por el tintinear de unas espuelas que rozaron ijares en guerrera cabalgata o por el artillero que dirigió el fuego en el combate; es, además del profesional, el hombre culto y estudioso que posee a la perfección varios idiomas» (p. 50).

Carlos Martínez de Campos y Serrano, duque de la Torre y conde de Llovera, nació en París en 1887, donde vivió hasta los once años; cierto día, tal y como cuenta en tono épico Rafael Estrada Arnaiz en la contestación al discurso de ingreso del militar, «sus ojos infantiles y perspicaces vieron pasar bajo el Arco del Triunfo un aguerrido regimiento que desfilaba al marcial ritmo de su banda musical. La idea pura de la Patria ausente germinó en aquel precoz cerebro e inundó su alma del ideal de gloria bélica al servicio de España» (Movilización de la palabra, p. 42).

Martínez de Campos se trasladó entonces a Segovia, donde estudió en la Escuela militar de Artillería; en 1918 ya pertenecía al Estado Mayor. Su primera intervención en el campo de batalla comenzó en la campaña de Melilla en 1909; participó, también, en la Guerra de Marruecos, de 1921 a 1923. Desempeñó, a lo largo de su carrera, el puesto de agregado militar adjunto en las embajadas de Japón, China, Roma, Atenas, Sofía y Ankara e intervino activamente en la guerra civil española. Acabada la guerra, fue designado profesor de la Escuela Superior del Ejército y ocupó el puesto de gobernador del Campo de Gibraltar de 1946 a 1949. Posteriormente, desempeñó la Capitanía General de Canarias.

Su obra, paralela a su incesante carrera militar, aborda asuntos relacionados con sus conocimientos y experiencias militares, La artillería y la aviación (1917), Las fuerzas militares del Japón (1921), Las campañas de Fezzan (1935), Cuestiones de ante-guerra (1948), Ensayos y comentarios (1962), etc. Lugar aparte merece la obra España bélica, de varios tomos, en la que documentó cuestiones militares históricas de los siglos XVI, XVII y XVIII.

Además de a la RAE, el duque de la Torre fue miembro de la Real Academia de la Historia desde 1963. En la Española, fue un excelente colaborador de la comisión de Vocabulario Técnico y, en palabras del académico Alonso Zamora, «la Academia conserva el recuerdo de su trabajo y su especial predisposición para escuchar opiniones y rectificar la propia cuando era necesario» (La Real Academia Española, p. 267)

El militar Carlos Martínez Campos —que tantas batallas había librado— murió en Madrid el 20 de mayo de 1975. En su discurso de ingreso en la RAE, leído veinticuatro años antes de su muerte, movilizaba, como si de una arenga se tratara, el ánimo del auditorio con estas palabras:

«En plena lucha, todo silba, todo rasga, todo se hace insoportable. De tanto oír, no se oye nada. Los tímpanos estallan, y en el silencio fragoroso de ese ambiente, el ser humano tiene el deber de mantenerse incólume y de conservar sus facultades. Y, además, tiene que "llegar"» (Movilización de la palabra, 1950, p. 37).

Él lo hizo y, tras tantos años al frente de la lucha, llegó a ocupar su asiento en el «oasis de paz» de la Real Academia Española, «vaticano de las letras» (p. 56).

Leer biografía completa Ocultar biografía
cerrar

Buscador general de la RAE