Francisco Cutanda

Imagen Francisco Cutanda

letra M

Elección

13 de Septiembre de 1860

Toma de Posesión

17 de Marzo de 1861

Fallecimiento

16 de Enero de 1875

Francisco Cutanda

Académico de número

Madrid, 1807-1875

El 17 de marzo de 1861 ocupaba su asiento en la RAE el abogado Francisco Cutanda con un discurso sobre El epigrama en general, y en especial el español: «Me he decidido por un asunto humilde, limitado, estrechísimo ¿Y sabéis por qué? Por la misma pequeñez del tema; por ser éste el ínfimo entre los varios géneros de literatura; por ser cosa que fluctúa entre la composición seria y la libre y amena conversación: porque ó lo muy grande ó lo muy pequeño gozan del privilegio de atraer la atención» (p. 5). 

Su amigo, el académico Juan Eugenio Hartzenbusch, fue el encargado de darle la bienvenida a la institución: «Juntos nos vimos en las aulas de San Isidro; juntos nos vemos en el salón de la Real Academia Española: sea mil veces enhorabuena» (p. 42).

Nacido en Madrid en 1807, apenas hay fuentes de información sobre Cutanda. Además de ejercer como abogado, Cutanda publicó varias obras; un par de sátiras —La navaja (1856) y La lisonja (1858)— y algunas novelas de carácter costumbrista, como Doña Francisca, el portento de la caridad: datos, lances y sucesos entresacados de su preciosa vida (1869). En una conversación con el académico y escritor Mesonero Romanos, Cutanda se refiere a sus novelas como «diálogos disparatados, baraja de retratos, selva de aventuras, arena sin cal, edificio fundado en la más atrevida inverosimilitud» (Eulogio Varela, D. Ramón de Mesonero Romanos y su círculo, 1975). Asimismo, investigó la vida y la obra del académico hebraísta Severo Catalina, y su riguroso trabajo fue incluido el prólogo de Roma, la obra póstuma de Severo Catalina editada y publicada por la RAE en 1873.

La vida académica de Cutanda no fue muy destacada. Asistió a distintas sesiones y participó en una velada necrológica en recuerdo de Agustín Durán, el 5 de diciembre de 1862, cuyo discurso se conserva, manuscrito, en la biblioteca académica.

Francisco Cutanda murió en Madrid el 16 de enero de 1875, catorce años después de haber ocupado el sillón M de la RAE.

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