Convenio marco de colaboración entre el Ministerio de la Presidencia y la Real Academia Española

26 de Julio de 2006

Imagen eliminada.El 25 de julio, la vicepresidenta primera del Gobierno, María Teresa Fernández de la Vega, y el director de la Real Academia Española, Víctor García de la Concha, suscribieron un convenio marco de colaboración en la sede de la RAE.

En el transcurso del acto, la vicepresidenta anunció la adscripción, por parte de Patrimonio del Estado, de un edificio para «centro de estudios» de la Academia y de la Asociación de Academias.

Desde hace tiempo distintos organismos de la Administración del Estado dirigen a la Academia consultas de tipo lingüístico, y son varios los que de manera habitual solicitan informes completos sobre determinados textos.

No hace falta subrayar la conveniencia de que los ciudadanos, que son los destinatarios de las normas administrativas, puedan entender de manera clara y fácil los textos de las disposiciones que regulan los más variados aspectos de la vida individual y social. Para ello es preciso redactarlos en un registro lingüístico medio culto de manera clara, precisa y sencilla; el decoro lingüístico de las normas jurídicas obliga, dentro de la sencillez, a cuidar la propiedad y a huir de la ambigüedad.

El convenio que ahora suscribe la Real Academia Española con el Ministerio de la Presidencia, que coordina la tarea normativa de los distintos departamentos ministeriales, abre la posibilidad de regularizar mediante acciones concretas ese asesoramiento lingüístico.

Son muchas las líneas de actuación que se perfilan, desde la fijación de un conjunto de normas de redacción hasta la publicación de manuales o guías que faciliten el criterio específico a quienes a diario han de producir un gran repertorio de textos normativos, de resoluciones administrativas, de solicitudes, etc. y la elaboración de programas de acción formativa en el ámbito lingüístico para el personal de la Administración.

Es evidente que la redacción de los textos debe seguir las normas gramaticales y ortográficas de la Real Academia Española, y su Diccionario, al tiempo que, para resolver las cuestiones dudosas que puedan plantearse, presta una ayuda decisiva el Diccionario panhispánico de dudas, que la Academia Española ha consensuado con todas las Academias de América y Filipinas.

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La RAE cederá a la Administración licencias de la versión electrónica del Diccionario para redes locales

Gracias al imprescindible concurso de las nuevas tecnologías, es posible hoy hacer accesible a amplios colectivos toda la doctrina contenida en las obras académicas. Así, por ejemplo, la RAE facilitará la consulta del Diccionario de la lengua española a los usuarios de la Administración del Estado mediante la cesión de 10 000 licencias de su versión electrónica para redes locales. Esta aplicación dispone de múltiples posibilidades de consulta y se caracteriza por su perfecta integración con los entornos informáticos más habituales. Además, tanto las últimas modificaciones al Diccionario aprobadas por las Academias desde la última edición como el DPD pueden consultarse en la página electrónica de la Academia.

Actualmente la Academia está elaborando una aplicación similar para el Diccionario panhispánico de dudas que permitirá al usuario multiplicar las posibilidades de consulta. En los próximos meses se publicarán el Diccionario esencial, que recoge lo más vivo del Diccionario de la lengua española y avanza las novedades aprobadas para la próxima edición, y la Nueva gramática de la lengua española, dos obras que igualmente serán instrumentos decisivos para difundir las normas de corrección idiomática.

La vicepresidenta primera del Gobierno anuncia la adscripción de un edificio a la Real Academia Española

La multiplicación de los proyectos y tareas que está llevando a cabo la Academia, entre los que ahora se incluyen también las acciones derivadas de la colaboración con el Ministerio de la Presidencia en materia de asesoramiento lingüístico, ha llevado al Ministerio, aplicando ya el convenio marco suscrito, a promover la adscripción a la Real Academia Española, desde Patrimonio del Estado, de un edificio que permita dotar de locales adecuados a cada uno de los diversos proyectos que la Academia desarrolla, en colaboración con las veintiuna Academias de América y Filipinas que integran con ella la Asociación de Academias de la Lengua Española. A los ya mencionados hay que añadir el proyecto del Nuevo diccionario histórico de la lengua española, considerado por el Gobierno como un «proyecto de Estado» y objeto de un especial apoyo por parte del Ministerio de Educación y Ciencia, así como el Diccionario académico de americanismos.

El nuevo edificio, con más de 1000 m² distribuidos en cuatro plantas y perfectamente dotado de todas las nuevas tecnologías, acogerá el «centro de estudios» de la Real Academia Española, al que se trasladarán los equipos de trabajo de los más destacados proyectos. De esta forma quedan solucionados de manera definitiva todos los problemas que, desde hace ya muchos años, venían planteando para el crecimiento de la actividad de la Academia las limitaciones de espacio del edificio histórico que constituye la sede institucional.

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