Alejandro Oliván

Imagen Alejandro Oliván

letra j

Toma de Posesión

7 de Noviembre de 1847

Fallecimiento

14 de Octubre de 1878

Alejandro Oliván

Académico de número

Aso de Sobremonte (Huesca), 1796-Madrid, 1878

El 7 de noviembre de 1847 era nombrado académico el primer ocupante de la silla j, el administrativista aragonés Alejandro Oliván y Borruel, que leyó el discurso titulado Variedad en el uso del pronombre él, ella, ello, en los casos oblicuos. El entonces director de la RAE, Francisco Martínez de la Rosa, fue el encargado de darle la bienvenida a la institución: «El discurso del Sr. Oliván retrata fielmente el talento de este aventajado escritor, su espíritu analítico, claro, preciso, que aspira á llevar al terreno de la literatura, así como lo ha hecho al de la administración, el órden y método de las ciencias exactas á que es tan aficionado» (p. 80).

En esa misma sesión leyeron también su discurso de ingreso Pastor Díaz (silla k) y Hartzenbusch (silla l), que fueron también recibidos por Martínez de la Rosa.  

Considerado como el gran patriarca del Derecho Administrativo, Oliván nació en el verdor de Aso de Sobremonte (Huesca) el 28 de febrero de 1796. Se formó en Francia y, siendo apenas adolescente, luchó en la Guerra de la Independencia. Inició entonces la carrera militar en el Colegio General Militar de San Fernando (Cádiz); en 1811 fue cadete de Infantería y, años después, ascendió a alférez y a capitán de Artillería. Destinado en Madrid, Oliván entró en contacto con el ambiente intelectual de la capital y, desde ese momento hasta el final de su vida, colaboró en distintos periódicos como La Abeja o El Semanario Industrial, y participó en las sesiones y debates de distintas instituciones culturales, como la Real Sociedad Económica Matritense, de la que fue vicesecretario en 1819, o el Liceo Artístico y Literario de Madrid, que presidió en 1838.

En 1823, tras el fracaso del Trienio Liberal y a pesar de su posición moderada, Oliván tuvo que exiliarse en Francia. Refugiado en París, continuó con su labor como escritor y periodista, y publicó Ensayo imparcial sobre el gobierno del rey Fernando VII (1824). En 1824 regresó a España, pero fue apresado y permaneció en la cárcel de Zaragoza hasta 1825. En 1826 fue rehabilitado con los honores anteriores, incluyendo el grado de capitán, pero, por mandato paterno, en 1828 renunció a la carrera militar. Comisionado por el gobierno cubano en octubre de 1828, Oliván viajó a La Habana, Jamaica y a Europa para obtener información sobre la técnica y el aprovechamiento de la caña de azúcar. En 1834, muerto el rey Fernando VII, dejó Cuba y volvió a España, donde se incorporó a la administración de la reina regente María Cristina de Borbón como secretario de la Comisión de Instrucción. En 1836 fue elegido para el estamento de Procuradores por la Provincia de Huesca y colaboró como subsecretario del Ministerio de la Gobernación. Sin embargo, los acontecimientos del Motín de los sargentos de La Granja en agosto de 1836 hicieron que se exiliara de nuevo durante un año, primero en París y luego en Cuba. En 1837 volvió a España y en 1838 la reina regente le repuso en su cargo de subsecretario de Gobernación y lo nombró director general de Estudios de Instrucción Pública. Ya bajo el reinado de Isabel II, en 1842 fue elegido diputado por Huesca y en 1844 fue designado Consejero del Consejo Supremo de Administración. Tras la Revolución de 1868 y el exilio definitivo de Isabel II, Oliván siguió ocupando distintos cargos políticos, el último de ellos, el mismo año de su muerte, fue el de presidente del Consejo Superior de Agricultura, Industria y Comercio, en 1878.

En paralelo a su intensa vida política, el ilustrado Oliván —«que no era guapo, ni de elegantes maneras, ni afable» (Oliván descrito por George Borrow  en “Un retrato y un discurso de Alejandro Oliván”, Revista de Administración Pública, 1968, p. 379 y sigs)— escribió varios manuales, entre otros, Manual de Agricultura (1849), varias veces reeditado y que sirvió de libro de texto a muchos  estudiantes, o Manual de Economía política (1870), así como libros de distinta naturaleza, Aritmética fácil para las escuelas (1861), De algunas locuciones viciosas en castellano (1875), etc.

Además de a la RAE, Oliván perteneció a las Reales Academias de Ciencias Morales y Políticas (1857) y a la de Bellas Artes de San Fernando (1838). En la RAE, la figura de Oliván ha sido rescatada del olvido por el académico y catedrático de Derecho Administrativo Eduardo García de Enterría, que en su discurso de ingreso (1994) llamó la atención sobre los extraordinarios administrativistas académicos del siglo XIX, entre los que se encuentran, además de Oliván, Lardizábal, Jovellanos, Martínez Marina, Ranz Romanillos, Javier de Burgos, Alcalá GalianoJoaquín F. Pacheco.

Alejandro Oliván, el gran patriarca del Derecho Administrativo, murió en Madrid el 14 de octubre de 1878. A pesar de su intensa labor en distintos ámbitos, «su vida ha quedado envuelta en una niebla de apartamiento, de oscuridad y silencio» (La Real Academia Española, p. 281).

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