Andrés Mellado y Fernández

Retrato de Andrés Mellado y Fernández por Félix Badillo.  © La Ilustración Española y Americana (XXIX): 77, 1881.

letra K

Elección

26 de Noviembre de 1908

Toma de Posesión

5 de Mayo de 1912

Fallecimiento

30 de Agosto de 1913

Andrés Mellado y Fernández

Académico de número

Málaga, 1846-Biarritz, 1913

El periodista Andrés Mellado ocupó el asiento K de la Academia el 5 de mayo de 1912 con el discurso titulado Francisco Silvela, en el que trató sobre la personalidad literaria y política de su antecesor en la silla. Alejandro Pidal y Mon, entonces director, fue el encargado de darle la bienvenida a la institución: «Desde el 30 de septiembre de 1868, en que publicó su primer artículo el Sr. Mellado […], hasta ayer mismo, no ha dejado de escribir en los periódicos ni una sola semana» (p. 78).

Mellado nació en Málaga en 1846 y llegó a Madrid, por primera vez, a los dieciséis años a estudiar Derecho y Filosofía y Letras en la Universidad Central. Pronto se inclinó por el periodismo político y comenzó a escribir en el periódico democrático El Amigo del Pueblo (1868). El periódico fue absorbido por La Igualdad ese mismo año y Mellado estuvo hasta 1875, cuando empezó a trabajar como redactor en El Imparcial. En 1879 fue nombrado director y logró transformar, modernizar y popularizar el diario hasta el punto de convertirlo en uno de los periódicos imprescindibles de la época. Tras once años como director de El Imparcial, en 1890 pasó a dirigir La Correspondencia de España.

Además de su entrega diaria como periodista político, Mellado conoció de primera mano la trinchera política: «Vengo de la prensa y del periodismo, de la arena candente de las luchas políticas y del rudo batallar de los partidos» (discurso de ingreso de Mellado en la RAE, p. 5).

Se inició en la política como diputado del Partido Liberal por Puerto Rico (1881 y 1884), Málaga (1891, 1893, 1896 y 1899) y Gaucín (Málaga) en 1898; fue también senador representante de Cuba en 1898 y senador vitalicio desde agosto de 1901. En 1889, mientras dirigía El Imparcial, fue nombrado alcalde de Madrid; durante su mandato logró regular la situación económica de la capital, pero pronto abandonó el cargo para volcarse de lleno en el periodismo y dirigir, desde 1890, La Correspondencia de España. En 1893 fue nombrado gobernador del Banco de España y de 1903 a 1905 ocupó el cargo de ministro de Instrucción Pública y Bellas Artes.

El infatigable periodista murió en Biarritz (Francia) el 30 de agosto de 1913, un año después de haber ocupado su sillón en la RAE. Su cadáver fue trasladado dos días después a la Estación del Norte de Madrid, donde aguardaba, para hacerle los honores, una cohorte de personalidades políticas y amigos, entre los que se encontraba el Gobierno —representado por su presidente, el conde de Romanones—, así como ministros, académicos, diputados y senadores. La comitiva se dirigió al Senado para rezar un responso frente a la fachada y siguió hasta el cementerio de san Isidro, donde descansan hoy sus restos.

Andrés Mellado es hoy recordado como un gran periodista político y un gran maestro y ejemplo para muchos periodistas, pero aquel hombre, volcado en la rutina social y política de su época, fue también un gran conocedor de los clásicos grecolatinos y de las oscuras catacumbas romanas. Dejó escrita una obra poco conocida y recordada, En Roma. Escenas y cuadros (1899).

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“La gloria de un pueblo se funda igualmente sobre la excelencia de sus actos y sobre la elocuencia de su palabra”

Andrés Mellado y Fernández

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