Aureliano Fernández-Guerra y Orbe

Aureliano Fernández-Guerra

letra X

Toma de Posesión

21 de Junio de 1857

Fallecimiento

1 de Enero de 1894

Cargo

Bibliotecario

Aureliano Fernández-Guerra y Orbe

Académico de número

Granada, 16 de junio de 1816-Madrid, 7 de septiembre de 1894

Tomó posesión el 21 de junio de 1857 con el discurso titulado Francisco de la Torre. Le respondió, en nombre de la corporación, Mariano Roca de Togores, marqués de Molins.

Fue elegido bibliotecario perpetuo de la RAE en 1872.

El arqueólogo, historiador, crítico literario y dramaturgo Aureliano Fernández-Guerra y Orbe, hermano del también académico Luis Fernández-Guerra y Orbe, cursó estudios en la Universidad Literaria de Granada, en donde obtuvo la licenciatura en Filosofía y el grado de bachiller en Leyes entre 1832 y 1837. Allí, según cuenta Jorge Maier Allende en el Diccionario biográfico de la Real Academia de la Historia, conoció al profesor Juan de Cueto y Herrera, cuya figura docente fue «decisiva en su vida», ya que consolidó su inclinación hacia el estudio de la historia y las antigüedades españolas.

POLIFACÉTICO

«Si temprana fue su afición al estudio de las antigüedades, también lo fue por la literatura, primero en la poesía y luego como autor dramático, géneros en los que sigue religiosamente los preceptos románticos». En el ambiente granadino «destacó como autor dramático, ya que entre 1839 y 1842 fueron representados sus dramas históricos La Peña de los Enamorados, La hija de Cervantes y Alonso Cano o la Torre del Oro (este último fue el único de los tres que se publicó)».

En 1844 se trasladó a Madrid, donde ya residió toda su vida, para comenzar a trabajar en el Ministerio de Gracia y Justicia como oficial auxiliar. «En la capital se integró rápidamente en el ambiente cultural […]. Por ello, aparece entre los retratados por Antonio Esquivel en su obra Los poetas contemporáneos. Una lectura de Zorrilla en el estudio del pintor (1846), en la que figuran los principales representantes del movimiento romántico español», indica Maier Allende.

«Muy estimada su tarea erudita y crítica», en palabras de Alonso Zamora Vicente en su Historia de la Real Academia Española (1999, 2015), Fernández-Guerra comenzó, por esa época, a trabajar sobre Francisco de Quevedo. Como señala Maier Allende, en pocos años logró reunir un extenso catálogo de sus obras y, en 1852, apareció un primer volumen en la Biblioteca de Autores Españoles. En 1859 se publicó un segundo tomo, también dedicado a sus obras en prosa. «Por ambos trabajos, ha sido reconocido como el primer quevedista».

CARGOS PÚBLICOS

El 4 de mayo de 1856 ingresó en la Real Academia de la Historia (RAH), con un discurso que versó sobre la Conjuración de Venecia. En esta corporación fue, como recuerda Zamora Vicente, anticuario perpetuo (1867-1894) y senador (1882).

Al año siguiente, en 1857, ocupó la secretaría del Consejo de Instrucción Pública, cargo en el que se mantuvo hasta 1868. Más tarde, en 1884, fue designado director general de Instrucción Pública.

En 1861 fue nombrado, como indica Maier Allende, miembro numerario del Instituto di Corrispondenza Archeologica de Roma y, en 1863, director honorario, «el primer anticuario español en recibir dicho honor, lo que repercutió sin duda en su proyección en la escena internacional».

INGRESO EN LA RAE

El 21 de junio de 1857 ingresó en la RAE con un discurso sobre Francisco de la Torre, «el enigmático y delicado poeta petrarquista del siglo XVI», cuenta Zamora Vicente en su Historia de la Real Academia Española. Por estos años, Fernández-Guerra realizó importantes investigaciones literarias, como el estudio sobre El Fuero de Avilés, leído en la sede académica en 1865, o sobre varios manuscritos inéditos de Cervantes que se conservaban en la Biblioteca Colombina de Sevilla. Colaboró, asimismo, con los académicos Antonio Cánovas del Castillo —entonces director de la RAH— y Eduardo Hinojosa en el volumen sobre los visigodos en la Historia general de España, de la RAH, que apareció en 1891.

Tres años después, el 7 de septiembre de 1894, falleció cuando se encontraba en la recién estrenada sede de la RAE en la calle Felipe IV de Madrid (donde le correspondía el uso de vivienda, al ser bibliotecario perpetuo de la corporación). Una sede, como señala Víctor García de la Concha en su obra La Real Academia Española. Vida e historia (2014), en cuya construcción había desempeñado un papel relevante: «A propuesta de Cánovas, dispuso el conde de Cheste, director [de la RAE], que una comisión presidida por él mismo y de la que formarían parte don Aureliano Fernández-Guerra, don Antonio Cánovas, don Francisco Silvela y el secretario, auxiliados por don Gaspar Núñez de Arce, "solicitase del Gobierno la concesión de un terreno y la facultad de emplear el precio en venta de esta casa [la, hasta entonces, sede de la RAE, en la calle Valverde] en la construcción del nuevo edificio"».

BIOGRAFÍA

La RAE y la RAH publicaron en 2005 una exhaustiva biografía de Aureliano Fernández-Guerra y Orbe, a cargo de uno de sus descendientes, Javier Miranda Valdés. Este indica que «los honores alcanzados [por Fernández-Guerra y Orbe] fueron fiel testimonio del reconocimiento público a su labor». Además de miembro de número de las academias de la Lengua y de la Historia, en las que desempeñó distintos cargos, fue gran cruz de Isabel la Católica, comendador de la orden alemana de la Corona y gentilhombre de cámara con ejercicio.

A juicio de Miranda Valdés, «es indudable que Aureliano fue una persona influyente en su época. La dilatada vida que tuvo le permitió ser protagonista y espectador de primera fila del complicado siglo xix y su labor creativa y erudita es uno de los pilares que soportan los cimientos de la Historiografía y Literatura de España».

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