Tomó posesión el 20 de febrero de 1881 con el discurso titulado Calderón como moralista. Le respondió, en nombre de la corporación, Aureliano Fernández-Guerra y Orbe.

Fue secretario perpetuo desde el 13 de octubre de 1898 hasta su muerte. Asimismo ocupó el cargo de bibliotecario (1894-1899) y de inspector de publicaciones de la Real Academia Española (1883-1895).

El dramaturgo, poeta y senador, Mariano Catalina cursó Derecho en Madrid. Tras acabar sus estudios universitarios, pasó a formar parte del Cuerpo de Archiveros de Madrid. Trabajó para el Ministerio de Fomento y fue diputado por Cuenca. Compaginó su vida política con el trabajo en el mundo editorial; dirigió la Colección de Escritores Castellanos, en la que se recopilaban las obras más significativas de la época.

Autor de piezas teatrales, así como poemas, novelas y ensayos, destacan El Tasso (1873), No hay buen fin por mal camino (1874), Massaniello (1874), Luchas de amor (1877), Alicia (1878), Poesías, cantares y leyendas (1879). Asimismo, fue articulista en diarios y revistas como La Época, La Ilustración Española y Americana, Museo Español de Antigüedades.