Pedro Felipe Monlau

Retrato de Pedro Felipe Monlau por J. Laurent (Madrid, 1861-¿1868?). © Biblioteca Nacional de España

letra D

Toma de Posesión

29 de Junio de 1859

Fallecimiento

16 de Febrero de 1871

Pedro Felipe Monlau

Académico de número

Barcelona, 1808-Madrid, 1871

El 29 de junio de 1859 ocupaba su asiento en la RAE el médico y escritor Pedro Felipe Monlau, que leyó el discurso de ingreso  Del origen y la formación del romance castellano: «Como los geólogos reconocen las catástrofes del globo terráqueo en las diferentes capas de terreno y bancos de rocas, el análisis del filólogo puede llegar también á distinguir en el idioma de un pueblo las diferentes capas de lenguas extranjeras que atestiguan las catástrofes de los imperios» (p. 308). El académico Juan Eugenio Hartzenbusch fue el encargado de darle la bienvenida en nombre de la institución.

Nacido en Barcelona el 29 de junio de 1808, Monlau se licenció en Medicina en el Real Colegio de Cirugía de Barcelona y se doctoró en 1833. A lo largo de su vida, sin embargo, no solo se centró en la medicina, sino que compaginó su carrera sanitaria con la enseñanza, la política, el periodismo y la escritura. Al inicio de su carrera como médico trabajó de ayudante en el cuerpo de Sanidad Militar en el Hospital Militar de Barcelona, y con el tiempo fue ocupando cargos administrativos de gran relevancia en el ámbito sanitario; en Barcelona fue subdelegado de Medicina y Cirugía y director del departamento de locos del Hospital de Santa Cruz. En 1846 fue miembro de la comisión encargada de redactar la nueva Ordenanza de Hospitales Militares; en 1847 fue secretario del Consejo de Sanidad del Reino; en 1848 fue elegido miembro de la Junta Municipal de Sanidad de Madrid y en 1849 fue vocal de la comisión especial encargada de preparar un proyecto de Reglamento de Inspectores de Salud Pública. Dos años después  en 1851, participó como delegado médico de España en el Congreso Sanitario de París, y en 1852 fue nombrado vocal supernumerario del Consejo de Sanidad. Tres años después, en 1855, pasó a ser consejero de Sanidad.

Su carrera docente comenzó como profesor de Geografía y Cronología en la Real Academia de Ciencias Naturales y Artes de Barcelona, de 1835 a 1840. En 1840 obtuvo la cátedra de Literatura e Historia de la Universidad de Barcelona, y en 1848 la de Psicología y Lógica del instituto de segunda enseñanza de San Isidro. De 1848 a 1852 fue profesor de Psicología y Lógica en la Escuela Normal de Filosofía, hasta que obtuvo la cátedra de Latín de la Escuela Superior de Diplomática y la de Higiene en la Universidad Central.

Pero Monlau no se detuvo en la práctica de la medicina y en la docencia, sino que se volcó también en el periodismo y en la política como miembro del Partido Progresista. Formó parte del consejo de redacción del diario progresista El Vapor, del que fue también director, y fundó los diarios El Constitucional (1837, El Popular y el Diario de los Intereses de Cataluña (1841). También pasó fugazmente por la dirección del Museo Arqueológico Nacional.

Además de a la RAE, desde 1870 perteneció a la Real Academia de Ciencias Morales y Políticas, así como a numerosas instituciones científicas. En la RAE redactó la necrología del médico y académico Mateo Seoane e intervino en los actos conmemorativos de la fundación de la Academia, en septiembre de 1863, con la lectura del discurso «Del arcaísmo y el neologismo: ¿Cuándo se debe considerar fijada una lengua?».

En su copiosa bibliografía –reflejo de las numerosas disciplinas y saberes a los que dedicó su vida– conviven materias tan diversas como manuales y guías de distintas asignaturas junto con libros «que hoy encienden nuestra atención sonriente: son espejos ingenuos de su época y de sus conocimientos enciclopédicos» (La Real Academia Española, p. 111). Son obra de la misma pluma títulos y géneros tan dispares como las comedias Lo que es un curandero (1830) y El heredero y las calaveras parásitas (1830), el Diccionario etimológico (1856) o los ensayos Arte de robar en beneficio de los que no son ladrones (1844), Higiene del matrimonio (1853), sobre la vida conyugal, Elementos de Higiene Privada o arte de conservar la salud del Individuo (1846). Monlau escribió también guías de Madrid y de Barcelona y recopiló distintas máximas y dichos, así como tradujo obras y versos sobre temas relacionados con la higiene.

El poliédrico Pedro Felipe Monlau murió en Madrid el 16 de febrero de 1871, doce años después de haber ocupado su asiento en la RAE.

 

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