El 24 de noviembre de 1733 era nombrado académico el erudito y bibliotecario Blas Antonio de Nasarre. El segundo ocupante de la silla X había sido admitido previamente como supernumerario el 21 de noviembre de 1730.

Nasarre nació en Alquézar (Huesca) el 4 de febrero de 1689; tras quedarse huérfano a los ocho años se trasladó con su tío a Madrid y luego a Zaragoza, donde estudió con los jesuitas. Se licenció y se doctoró en Filosofía y Leyes en la Universidad de Zaragoza, donde fue nombrado catedrático en 1711. Más adelante, en 1726, se ordenó presbítero, pero su carrera dio un vuelco en 1730 cuando se trasladó a Madrid.

Tras ser elegido supernumerario de la RAE, el 27 de agosto de 1732 Nasarre fue nombrado suplente del entonces bibliotecario mayor de la Real Biblioteca, el académico Juan de Ferreras; su obligación era suplir al titular cuando fuera preciso y adquiría, así, el derecho a ocupar la vacante cuando se produjera. Finalmente, obtuvo el puesto de bibliotecario mayor del rey tras la muerte de Ferreras, en junio de 1735.

La erudición de Nasarre fue muy reconocida en la época. Sin embargo, como apunta Alonso Zamora en su libro La Real Academia Española, Nasarre escribió «verdaderas incongruencias sobre Cervantes, Lope de Vega, Calderón, etc.» (p. 85). Aun así, «de algo tenían que servir esos desmanes de incapacidad literaria: descubrió datos hasta entonces ignorados en la biografía de Cervantes», añade el autor.

En la Academia, Nasarre se encargó del trabajo que había sido encomendado a Pellicer y que había quedado inconcluso tras la muerte del académico; definió los vocablos del oficio de estatuario del Diccionario de autoridades y escribió varios elogios y necrologías, entre ellas la de Mercurio López Pacheco, su segundo director.

A la muerte en 1737 del primer secretario de la RAE, Vincencio Squarzafigo, la Academia acordó comprar su nutrida biblioteca particular —de unos mil volúmenes— para continuar con la elaboración del Diccionario de autoridades (1726-1739). Blas Nasarre y Vicente García de la Huerta fueron los encargados de las negociaciones y adquirieron la biblioteca del fallecido secretario por «quince mil reales».

Blas Antonio de Nasarre murió en Madrid el 13 de abril de 1751. Su elogio fue escrito por Montiano y Luyando e impreso por la Academia en 1751. Tras su muerte, su riquísima biblioteca privada fue vendida y sus fondos quedaron disgregados.

• La Real Academia Española, 1999, Alonso Zamora Vicente (pp. 84 y 85).
• Documentación digitalizada de Blas Antonio de Nasarre en el archivo de la RAE.
• Blas Antonio de Nasarre en el Diccionario biográfico de la Real Academia de la Historia.