Cayetano Fernández

Imagen Cayetano Fernández

letra F

Elección

1 de Febrero de 1866

Toma de Posesión

16 de Abril de 1871

Fallecimiento

5 de Noviembre de 1901

Cayetano Fernández

Académico de número

Cádiz, 1820-Sevilla, 1901

El 16 de abril de 1871 ocupaba su asiento en la RAE el eclesiástico y escritor Cayetano Fernández y Cabello con el discurso La verdad divina da eminente esplendor a la palabra humana: «La belleza intelectual es patrimonio exclusivo de la cristiana poesía» (p. 41) Le respondió, en nombre de la Academia, Mariano Roca de Togores, marqués de Molins: «El orador probaba que La verdad divina da eminente esplendor á la palabra humana; y yo, […] sintiendo las bellezas de que hacía larga muestra, veía también, invirtiendo los términos, que La palabra humana daba eminente esplendor á la verdad divina» (p. 49).

Nacido en Cádiz el 31 de agosto de 1820, Cayetano Fernández estudió en Seminario San Bartolomé de Cádiz hasta 1839, que se trasladó a Sevilla para licenciarse en Derecho. Acabada la carrera en 1848, trabajó como abogado y contrajo matrimonio; sin embargo, tras la muerte de su esposa y de su hija en 1851, Fernández abandonó la abogacía. Completó los estudios eclesiásticos y se ordenó sacerdote en 1852. En 1862 se trasladó a Madrid como preceptor de las hijas de Isabel II, las infantas Pilar, Paz y Eulalia, y como director espiritual de su hijo, Alfonso XII. En 1868, al quedarse sin alumnos por el destronamiento de Isabel II, volvió a Sevilla, donde se precipitó su carrera eclesiástica; fue nombrado doctor del claustro de Derecho canónico en el Seminario general y pontificio de Sevilla, chantre de la catedral, provisor y vicario de la diócesis, consultor en el Concilio Vaticano I y confesor del cardenal arzobispo de Sevilla, Tarancón.

Además de sus cargos eclesiásticos, Fernández fue director de la Biblioteca Colombina de la catedral de Sevilla y fue miembro de distintas instituciones; no solo perteneció a la RAE, sino que fue también académico de la Real Academia Sevillana de las Buenas Letras, que dirigió en 1893, y uno de los fundadores de la Academia Hispalense de Santo Tomás de Aquino, en 1880. En la RAE pronunció la oración fúnebre en las exequias cervantinas de 1867 y 1869, pero su presencia en Academia  fue testimonial y apenas asistió a las juntas.

Escribió, también, algunos libros en verso de contenido pedagógico y moralizante, como Fábulas ascéticas en verso castellano y variedad de metros (1864), Proverbios del Príncipe, escritos para el Serenísimo Señor don Alfonso Francisco de Borbón y Borbón, Príncipe de Asturias (1866), etc., y fue autor de una novela de regusto picaresco, El Gran Castaña: confesiones de un peregrino (1899). También cultivó los estudios eruditos y las biografías en sus obras Biografía del Emmo. Iltmo. y Rvdmo. Sr. D. Manuel Joaquín Tarancón y Morón, cardenal presbítero de la Santa Iglesia Romana (1862) o D. Fabián de Miranda, deán de la Catedral de Sevilla (1880).

Cayetano Fernández y Cabello murió en Sevilla el 5 de noviembre de 1901, treinta años después de haber ocupado el sillón F de la RAE. El académico Miguel Mir fue el encargado de escribir su necrológica en la RAE, en la que proporcionó una valiosa inormación sobre la vida del presbítero. Su Epistolario fue publicado en el Boletín de la Real Academia Española BRAE (XXV, XXVI, XXVII y XXIX, 1946-1949).

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