Gaspar Melchor de Jovellanos

Jovellanos retratado por Goya (retrato del Museo del Prado)

letra V

Toma de Posesión

23 de Septiembre de 1783

Fallecimiento

27 de Noviembre de 1811

Gaspar Melchor de Jovellanos

Académico de número

Gijón, 1744-Puerto de Vega (Asturias), 1811

El 23 de septiembre de 1783, el ilustre escritor ocupaba, a los 39 años, la silla V de la Academia. El asturiano —abogado, jurista, economista, político y escritor— fue una de las personalidades más destacadas de la Ilustración en España. Además de cultivar la poesía y el teatro, Jovellanos fue autor de una amplísima bibliografía —de carácter social, político y económico, principalmente— y su obra fue, en palabras del académico Alonso Zamora, «un extraordinario desfile de la España que vivió (personas, paisajes, hábitos, supersticiones, artesanías, etc.)» (Real Academia Española, 1999).

Jovellanos nació en Gijón el 5 de enero de 1744. Nombrado alcalde de su casa y corte por Carlos IV, Jovellanos llegó a Madrid el 13 de octubre de 1780. Fue entonces elegido miembro de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando y de la RAE (1781), así como de la Sociedad Económica de Amigos del País. Admirado por su inteligencia, Campomanes, entonces académico de la RAE, lo invitó a participar en su tertulia madrileña, en la que el recién llegado destacó de inmediato por sus conocimientos de economía y por sus saberes, ya por entonces enciclopédicos.

En 1797 fue nombrado ministro de Gracia y Justicia, cargo del que fue destituido, por desavenencias con Godoy, en 1798. Fue nombrado entonces consejero de Estado y enviado a Asturias para continuar con la promoción de su fundación, el Instituto Asturiano. Sin embargo, la madrugada del 13 de marzo de 1801, Jovellanos fue arrestado en su casa de Gijón y encarcelado durante 7 años en el castillo de Bellver (Mallorca). Fue puesto en libertad, por real decreto, el 22 de marzo de 1808, tras la abdicación de Carlos IV en su hijo Fernando VII en el motín de Aranjuez.

En septiembre de 1810, Jovellanos formó parte de la Junta Central Suprema del reino como representante de Asturias, hasta su disolución el 31 de enero de 1810. Pidió entonces su jubilación como consejero de Estado para volver a Gijón, con el fin de retomar su labor en el Instituto Asturiano. De camino a casa en bergantín, debido a una tempestad en la costa gallega, Jovellanos tuvo que refugiarse en la ría de Muros y Noya, donde recibió la noticia de que los franceses habían ocupado Asturias por segunda vez. Un año después, en julio de 1811, llegó, por fin, a Gijón por tierra, pero el tiempo que pasó en casa fue breve; a los pocos meses de su llegada, una nueva amenaza de invasión de las tropas francesas hizo que abandonara su hogar para siempre y se embarcara, de nuevo, en un bergantín francés para refugiarse en Ribadeo. Sin embargo, una borrasca le obligó a pasar sus últimos meses de vida en Puerto de Vega (Asturias), donde falleció de pulmonía en las primeras horas de la noche del 27 de noviembre de 1811.

En la Academia, su silla V estuvo vacía hasta 1814, una vez terminada la guerra de la Independencia. No obstante, «con o sin Academia —parafraseando a Alonso Zamora en su Historia de la RAE la figura de Jovellanos resplandece por sí sola plenamente».

Entre las variadas obras y creaciones de Jovellanos, algunas de las más populares son la comedia lacrimosa El delincuente honrado (1773), el Elogio de las bellas artes (discurso pronunciado en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando en 1781) o el conocido como Informe sobre la Ley Agraria (1787).

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