El 27 de febrero de 1798 era elegido académico de número el militar y jurista Joaquín Juan Flores, que había sido admitido como honorario tres años antes, el 5 de marzo de 1795, y promovido a supernumerario un mes después, el 9 de abril de 1795.

Nacido en Almonte (Huelva) el 20 de noviembre de 1759, Flores estudió Derecho en la Universidad de Alcalá de Henares y fue profesor, presidente, vicepresidente, fiscal, censor y secretario de la Academia de Derecho Civil de San Felipe Neri en Madrid. Fue también fiscal, revisor, secretario y archivero de la Academia de Jurisprudencia Práctica de la Purísima Concepción. A finales de 1780 fue admitido en la Real Academia de Derecho Español y Público, donde leyó numerosas disertaciones y revisó y censuró obras remitidas por la Cámara de Castilla. De 1780 a 1784 ejerció como abogado en el estudio de su tío José Miguel y en 1785 se incorporó al Colegio de Abogados de Madrid. Un año después, en 1786, fue nombrado protector del Colegio Académico de Profesores de Primeras Letras de Madrid, donde pronunció el Discurso sobre el Arte de escribir y sobre la Gramática y lenguaje castellano. Ese mismo año fue también nombrado abogado fiscal del Juzgado de Guerra del Gobierno y Comandancia de Madrid hasta que en 1793 fue designado interino en la Asesoría de Guerra de Madrid. En 1795 fue promovido a auditor de guerra de la Capitanía General de Castilla la Nueva y en 1796 pasó como oidor a la Audiencia de Sevilla. Once años después, en 1807, fue nombrado juez subdelegado del Supremo Consejo del Almirantazgo.

Además de a la RAE, Flores perteneció a la Real Academia de la Historia desde 1789, de la que fue censor y secretario perpetuo (1803-1812). Fue también miembro de la Real Academia Buenas Letras de Sevilla y de la Real Sociedad Económica Matritense de Amigos del País, donde tuvo varios cargos. En la RAE ocupó, en 1806, una de las plazas destinadas a la redacción del Diccionario de la lengua castellana.

A lo largo de su carrera dictó numerosas lecciones sobre historia del derecho y preparó y leyó disertaciones sobre importantes figuras jurídicas como la prescripción, las prerrogativas de los labradores, la renta del hielo en España y su recaudación, la licitud de la persecución del enemigo en un país amigo o neutral, etc.

Joaquín Juan Flores vivió de primera mano las horas duras de la guerra napoleónica. Con la llegada al trono de José Bonaparte en 1808, se suprimió la plaza de auditor de guerra, que había sido ocupada por Flores en 1795. El monarca, al descubrir la correspondencia del antiguo auditor de guerra en la que apoyaba a los insurrectos de Cádiz, encarceló a Flores, que fue finalmente indultado. Falleció a los pocos años en Madrid, el 26 de mayo de 1812.

• La Real Academia Española, 1999, Alonso Zamora Vicente (p. 46).
• Documentación digitalizada de Joaquín Juan Flores en el archivo de la RAE.
• Joaquín Juan Flores en el Diccionario biográfico de la Real Academia de la Historia.