Juan Curiel

Imagen Juan Curiel

letra R

Toma de Posesión

1 de Junio de 1714

Fallecimiento

29 de Noviembre de 1775

Juan Curiel

Académico de número

Sevilla, 1690-Madrid, 1775

En junio de 1714, meses antes de que le fuera concedida a la Academia la cédula real que la declaraba oficialmente constituida, el sevillano Juan Curiel ocupó —por vez primera y durante setenta y un años— la silla R de la institución.

Nacido en Sevilla el 13 de enero de 1690, el jurista Juan Curiel, hijo del también académico Luis Curiel, ocupó numerosos cargos a lo largo de su vida: fue consejero real de Castilla, alcalde del crimen de Sevilla en 1722, alcalde de casa y corte en 1739, fiscal del Consejo de Hacienda en 1741, juez de imprentas en Sevilla en 1752 y consejero de la Inquisición en 1753. También fue nombrado caballero de la Orden de Calatrava y conde de san Rafael por Carlos III.

Según recoge el académico Ángel González Palencia en su libro El sevillano don Juan Curiel, juez de imprentas (1945), una de las primeras medidas que Curiel tomó cuando Fernando VI lo nombró juez de imprentas en Sevilla fue la de obligar, por decreto, a que se sometieran a censura previa todos los libros antes de su venta. Esta rígida decisión —que suponía la pena de muerte en algunos casos— suscitó el malestar y la queja formal (y en vano) de escritores, libreros y editores. El plan, retocado por Campomanes, llegó hasta 1815.

Esta labor provocó algún que otro incidente en la Real Academia Española, pues el sevillano no cedió a la hora de evitar la exención de trámites de censura de la que gozaban, hasta entonces, las publicaciones académicas.

A pesar de aquel tropiezo, Juan Curiel ocupó durante más de sesenta años su sillón en la Academia. Figuró en la comisión de la nueva ortografía designada para estudiar la acentuación y en 1725 —cuando murió el último Villena, Juan López Pacheco, y ante la imposibilidad de reunirse en casa de su sucesor, José de Carvajal y Lancáster— la casa de Curiel fue uno de los lugares habituales de las reuniones académicas.

Juan Curiel, que manejó la Academia con rigor y sabiduría, murió en Madrid el 29 de noviembre de 1775, a los ochenta y cinco años.

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