En 1841 ocupaba su asiento en la RAE el médico y naturista Mateo Seoane Sobral, que había sido admitido como honorario y promovido a supernumerario en 1839.

Nacido en Valladolid el 21 de septiembre de 1791, Seoane estudió bachiller de Filosofía, Matemáticas, Física, Química y Botánica. En 1813 se doctoró en Medicina en la Universidad de Salamanca, donde comenzó su carrera como profesor universitario. Pero su fama de joven liberal y afrancesado hicieron que Seoane recibiera, en 1814, una Real Orden que lo obligó a abandonar la Universidad y le prohibió residir en Salamanca, Valladolid y Madrid. En julio de 1814 se trasladó a Rueda (Valladolid), donde trabajó como médico rural hasta 1821.Durante el Trienio Liberal (1820-1823), Seoane participó activamente en la política como diputado por Valladolid y participó en las discusiones sobre instrucción pública y organización sanitaria.

En 1823 realizó el reconocimiento médico de Fernando VII cuando el gobierno acordó trasladarse a Sevilla huyendo de las tropas del duque de Angulema, y desmintió que la supuesta gota del rey le impidiese viajar, como había asegurado el propio Fernando VII. Participó, también, en la operación de incapacitación de Fernando VII, lo que supuso que fuera condenado a muerte y que huyera a Londres, después de pasar por Tánger y Gibraltar, donde estuvo exiliado durante once años, de 1823 a 1834. En Londres se desenvolvió con éxito entre los exiliados y escribió numerosos textos médicos y científicos de divulgación, tanto en inglés como en castellano. Asimismo, impartió clases gratuitas a los hijos de los españoles emigrados en el Ateneo español de Londres, aprendió inglés, y se integró en el sistema médico y hospitalario de la ciudad. Tuvo también presencia en el entorno periodístico como redactor y copropietario, desde enero de 1828, de la revista The Athenaeum. Alcanzó gran notoriedad profesional y científica y formó parte, entre otras instituciones inglesas, de la Sociedad Médica londinense desde 1830.

Durante la epidemia de cólera en Europa en 1831, Seoane contactó con la embajada española en julio de 1831 y se ofreció a colaborar con las autoridades españolas; a finales de 1831 fue nombrado corresponsal científico en Londres, sin remuneración y con la prohibición expresa de imprimir sus resultados científicos.

En 1834, un año después de la muerte del rey, fue declarada la amnistía internacional y Seoane volvió a España, donde ocupó distintos cargos hasta el final de su carrera; fue vocal del Consejo de Instrucción Pública, presidente de la primera Sección del Consejo de Sanidad, director de la Sociedad Económica Matritense y secretario General de la Sociedad para propagar y mejorar la educación del pueblo. Seoane fue de los primeros médicos que creyó indispensable que solo aquellos que tuvieran una formación especializada pudieran ejercer como sanitarios.

Además de a la RAE desde 1841, Seoane perteneció y fue uno de los fundadores de la Real Academia de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales. En la RAE, su atribulada vida lo mantuvo alejado de las tareas académicas.

Durante el exilio, el médico escribió numerosas obras, entre las que se encuentra su Diccionario bilingüe español-inglés (1830). Sin embargo, el incendio que tuvo lugar en su casa londinense y el posterior naufragio del barco que lo devolvía a España del exilio hicieron desaparecer los pocos materiales que pudo rescatar del incendio y que se perdieron, definitivamente, en el océano. En 1842 publicó su Memoria sobre el estado actual de las ciencias exactas, físicas, naturales y médicas en España.

Mateo Seoane Sobral murió en Madrid el 22 de abril de 1870, veintinueve años después de haber ocupado su asiento en la RAE. Sus libros —desperdigados en el océano tras el naufragio— navegan por las aguas ya sin tinta, con las páginas en blanco, como los restos de vela de un buque pirata recién abordado.

• La Real Academia Española, 1999, Alonso Zamora Vicente (pp. 221-222).
• Documentación digitalizada de Mateo Seoane en el archivo de la RAE.
• Mateo Seoane en el Diccionario biográfico de la Real Academia de la Historia.