5.ª Entrega (enero de 2018)
Versión del 30/09/2020
Equipo Real Academia Española
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rémington s. (1867-)
rémington, remington, remintón
Etim. Voz tomada del inglés remington, atestiguada en esta lengua desde 1846 como 'tipo de fusil o de pistola' y a partir de 1876 como 'máquina de escribir'. Responde al apellido de Eliphalet Remington (1793-1861) y su hijo Philo Remington (1816-89), fabricantes americanos que produjeron originariamente el arma y la máquina de escribir que llevan en su nombre esta marca registrada.

Se documenta por primera vez, con la acepción 'fusil que se carga por la recámara', en 1867, en un artículo de F. de Suzanne publicado en La Asamblea del Ejército y Armada (Madrid). Se consigna por primera vez, en 1918, en el Diccionario general y técnico hispano-americano de Rodríguez Navas sin tilde, si bien otros diccionarios lematizan esta voz como rémington según la adaptación gráfica y fonética del español; en la documentación predomina la forma sin tilde más próxima al étimo. Como 'máquina de escribir mecánica' se atestigua desde 1906, en un artículo publicado en Blanco y Negro (Madrid); previamente la voz figura en aposición (al menos, desde 1891). Con este valor se consignó únicamente en el DRAE de 1936 y de 1947.

Notas filológicas:

En diversos artículos de prensa y en otro tipo de textos, al menos desde 1866, se atestigua frecuentemente Remington usado en aposición con otro sustantivo que designa un arma de fuego larga como el fusil y, en estos casos, se escribe por lo general con mayúscula, así B. Cortés y Morales en su Diccionario doméstico, donde se lee lo siguiente: "En Viena, al cabo de muchas pruebas, se declara el mejor el fusil Remington. La Bélgica adopta el fusil Albini. La Suiza, donde por pasion patriótica se cultiva el tiro de carabinas como se cultivan las artes y las ciencias, ha adoptado el fusil Vinchester, carabina americana perfeccionada, y arma sorprendente, que en un minuto hace veinte á veinte y dos disparos, y puede, segun la habilidad del tirador, llegar á muchos más que algunos hacen subir á treinta ".

  1. ac. etim.
    s. m. Fusil que se carga por la recámara.
    Sinónimo: rémito
    docs. (1867-1996) 43 ejemplos:
    • 1867 Suzanne, F. "Pruebas Fusiles" [01-01-1867] p. 168 La Asamblea del Ejército y Armada (Madrid) Esp (HD)
      El fusil ordinario no contiene mas que una carga, la cual es preciso renovar despues del disparo. El cartucho es, ó de papel, como en el fusil prusiano, ó de metal, como en el Remington, arma americana que llama en estos momentos la atención general. La rapidez del tiro varia de 6 á 12 tiros por minuto.
    • 1996 Chase Brenes, A. Pavo real [1996] CR (CDH )

      Después de las diez de la mañana, y casi que hasta el mediodía, el toc, toc, toc, toc, se hizo de nuevo presente, a una orden de Monseñor Thiel, y se llegó hasta las sacristías y a las casas curales, con una fuerza desusada, advirtiendo que algo ocurría, y dando noticia, con pelos y señales, de los extraños movimientos entre los cuarteles y el Palacio Presidencial... En las casas de los rodriguistas dio inicio la confección de cintas blancas, divisas del mismo color y las cutachas se limaron sobre los mollejones, con un extraño sonido, y con vibrantes pruebas de filo contra los árboles del patio... En otras casas se sacaron las cartucheras y los Remington, principalmente en las de los militares, y las mujeres alistaron divisas rojas, y se dispusieron a contar las municiones...

    • 1867 Suzanne, F. "Pruebas Fusiles" [01-01-1867] p. 168 La Asamblea del Ejército y Armada (Madrid) Esp (HD)
      El fusil ordinario no contiene mas que una carga, la cual es preciso renovar despues del disparo. El cartucho es, ó de papel, como en el fusil prusiano, ó de metal, como en el Remington, arma americana que llama en estos momentos la atención general. La rapidez del tiro varia de 6 á 12 tiros por minuto.
    • 1877 Barros, Á. Guerra [1975] Ar (CDH )
      Pero en fin, los indios, que han empezado ya a hacer uso de las armas de fuego, y que el Rémington mismo no les es desconocido, ¿se creerá imposible que adquiriendo algunas docenas de palas, se creerá imposible que hagan desaparecer la costosa zanja, volviendo a echar dentro de ella la tierra suelta que habrá quedado en sus bordes?
    • 1880-1882 Montalvo, J. Catilinarias [1985] Ec (CDH )
      Venían de hacia el Norte un torbellino de chagras con palos y garrochas como para bueyes: las tropas del gobierno, veteranas, eran dos mil valientes cholos con sendos Remingtons de los mejores.
    • 1893 Pz Glz, F. "Batallas imaginarias" [12-11-1893] La Correspondencia de España (Madrid) Esp (HD)
      --Como que los moros ya tienen armas de ley y mauseres, y remintones y hasta cañones también.
    • 1900 Magón Episodios [1947] Cuentos CR (CDH )
      Hace veintitrés días que aquéllos salieron de San José; han recorrido a pie, ciento veinte leguas bajo los ardorosos rayos del sol, atravesando bosques y áridas soledades, sufriendo hambre y sed, cargados con la maletilla y el réminton, vadeando ríos caudalosos con el agua al pecho, y hoy llegan a la orilla del Platanar con el mismo entusiasmo, henchidos de patriotismo, a pasar la noche al viento y al sereno, sobre el duro suelo enemigo, a pocas leguas de la ciudad donde mil seiscientos adversarios los esperan para destrozarlos quizás y llevar la conquistada bandera y los sangrientos despojos al tirano audaz.
    • 1904-1911 Martín Cerezo, S. Sitio Baler [1911] Fi (CDH )
      Dispuse también que se hiciesen abarcas con las carteras y correajes de los muertos, á fin de sustituir las inútiles y calzar á los que no tuviesen ninguna, fijé la salida para la noche del 1.º de Junio, y en la mañana de este día procedí á quemar todos los fusiles sobrantes, mas un Remington y un rifle que habíamos hallado en la Comandancia político-militar; distribuí las municiones que aún quedaban, entregué á cada cual una manta nueva, y en uso de las atribuciones que me conferían los artículos 35 y 36 del Código de Justicia Militar, cediendo, muy contra mi voluntad y sentimientos, á la presión de las circunstancias, mandé fusilar inmediatamente al cabo Vicente González Toca y al soldado Antonio Menache Sánchez, convictos y confesos del delito de traición en puesto sitiado é incursos además en la pena de muerte ordenada por el Capitán general del Archipiélago, D. Basilio Augustí, en su bando terminante del 23 Abril 1898.
    • 1914 Cestero, T. M. Sangre [2003] RD (CDH )
      La tropa, compónenla campesinos de distintas regiones, reclutados el día mismo de la partida, sin disciplina, y soldados regulares, sin espíritu militar, híbrida milicia, tan fácil al combate como al saqueo, disputándose unos con Otros constantemente por trampas en el juego, o por si los del Cibao son más bravos que los del Sur o el Este, o por las condiciones de un caballo, y prontos a dirimir con los rémingtons sus divergencias.
    • 1933-1946 Asturias, M. Á. Señor Presidente [2000] Gu (CDH )
      Un individuo vestido de lona café, seguido de un soldado que le custodiaba rémington al hombro, puñal a la cintura, cartuchera de tiros al riñón, entró cuando salía la viuda de Carvajal.
    • 1951-1961 Wash, R. Cuento tahúres [1997] Ar (CDH )

      Allí todavía estaba fresco el rastro sangriento de la conquista. El viento movía un arenal, y parecía la cara de un indio, solemne y enjuto en su muerte; bajaba el río, se secaba el fango y era posible encontrar una lanza todavía filosa o un par de boleadoras irisadas (así fantaseaba el comisario). Pero la tierra heredada ya era de los estancieros, y sólo el respeto se ganaba o se perdía con un gesto. Después de los coroneles bigotudos, vinieron italianos, españoles, turcos con sus carros de baratijas, muchos chilenos "grandes comedores de carne cruda", dijo, y la crónica del Rémington contra la lanza perdió un poco de estatura —el Colt 38, el cuchillo—, se hizo menos sistemática, más desordenada, pero también más solapada y acaso más cruel.

    • 1996 Chase Brenes, A. Pavo real [1996] CR (CDH )

      Después de las diez de la mañana, y casi que hasta el mediodía, el toc, toc, toc, toc, se hizo de nuevo presente, a una orden de Monseñor Thiel, y se llegó hasta las sacristías y a las casas curales, con una fuerza desusada, advirtiendo que algo ocurría, y dando noticia, con pelos y señales, de los extraños movimientos entre los cuarteles y el Palacio Presidencial... En las casas de los rodriguistas dio inicio la confección de cintas blancas, divisas del mismo color y las cutachas se limaron sobre los mollejones, con un extraño sonido, y con vibrantes pruebas de filo contra los árboles del patio... En otras casas se sacaron las cartucheras y los Remington, principalmente en las de los militares, y las mujeres alistaron divisas rojas, y se dispusieron a contar las municiones...

    • 1867 Suzanne, F. "Pruebas Fusiles" [01-01-1867] p. 168 La Asamblea del Ejército y Armada (Madrid) Esp (HD)
      El fusil ordinario no contiene mas que una carga, la cual es preciso renovar despues del disparo. El cartucho es, ó de papel, como en el fusil prusiano, ó de metal, como en el Remington, arma americana que llama en estos momentos la atención general. La rapidez del tiro varia de 6 á 12 tiros por minuto.
    • 1869 Anónimo "Gacetillas. Fusil" [18-04-1869] La Discusión (Madrid) Esp (HD)
      Con esta nueva arma se hacen de 20 á 25 disparos por minuto, y su autor deja, como se ve, muy atrás á todos los Chassepots y Remingtons habidos y por haber.
    • 1875 Barros, Á. Actualidad financiera [1975] Ar (CDH )
      En caso de encontrarse con fuerzas enemigas muy superiores avisándolo al más inmediato de los dos puntos podrán ser reforzados, pero de seguro podrán en todo caso defenderse en retirada, si no pudieran reunirse ni dar aviso inmediatamente a sus reservas, pues 200 soldados armados a Remington y manteniéndose en cuadro, bastan para resistir con ventaja, mucho más en país cubierto o montuoso, a 2.000 indios.
    • 1877 Arenal, C. Estudios penitenciarios [1895] 31 Esp (CDH )
      En la competencia que entonces había de sostener una verdadera lucha, se hallaría en la situación de un militar que con un fusil de principios del siglo, tuviera que combatir al que armado de remington le hería á mansalva.
    • 1877 Barros, Á. Guerra [1975] Ar (CDH )
      Pero en fin, los indios, que han empezado ya a hacer uso de las armas de fuego, y que el Rémington mismo no les es desconocido, ¿se creerá imposible que adquiriendo algunas docenas de palas, se creerá imposible que hagan desaparecer la costosa zanja, volviendo a echar dentro de ella la tierra suelta que habrá quedado en sus bordes?
    • 1877 Barros, Á. Memoria especial Ministro Guerra [1975] Ar (CDH )
      Si puede decirse que aquellas expediciones verdaderas se hacían con elementos sobrados, ¿qué diremos de los que ha tenido a su disposición el señor Ministro, no para expedicionar como equivocadamente él dice, sino para un simple cambio de posiciones, en que figura el ferrocarril, el telégrafo, el Krup, las ametralladoras, el Rémington, las corazas de cuero y sobre todo el dinero en abundancia?
    • 1877 Barros, Á. Memoria especial Ministro Guerra [1975] Ar (CDH )
      Nuestro soldado, llevando, en vez de Rémington, coraza y revólver, no sólo habrá de luchar con el indio como antes ha luchado sucumbiendo más de una vez sino que habrá de luchar con el desamparo del desierto, a larga distancia de su base de operaciones y centro de recursos.
    • 1877 Barros, Á. Memoria especial Ministro Guerra [1975] Ar (CDH )

      La coraza, embarazosa, inútil y perjudicial en la marcha, en el combate, en la persecución y en la fuga, no lo es menos en aquel último caso; el revólver, tan ventajoso en un combate individual, inútil es también en el combate general, entre tanto el Rémington que el señor Ministro suprime, es la arma verdaderamente importante y decisiva, empleada contra el indio.

    • 1877 Barros, Á. Memoria especial Ministro Guerra [1975] Ar (CDH )
      Mil soldados con Rémington pueden fraccionarse, como ya lo hemos dicho, en diez o veinte grupos y dominar en actitud defensiva, sin destruir el caballo, una vasta extensión en que el indio tendrá que andar huyendo, diez veces mayor distancia que nosotros para perseguirlo sin descanso.
    • 1877 Barros, Á. Memoria especial Ministro Guerra [1975] Ar (CDH )
      De otro modo nuestras columnas cruzarán el desierto cargadas de objetos inútiles y perjudiciales, como la coraza y el revólver, en lugar del poderoso Rémington, en busca de resultados imposibles e indeterminados, pasando sin apercibirse por sobre los objetos que debieran perseguir para alcanzar el fin resolutivo, la seguridad de la campaña; y el resultado desastroso o negativo de una expedición más, que, bien dirigida debió ser completo, dejará un nuevo precedente en apoyo del error de que la guerra con el indio es especial, y de que somos impotentes para dominarlo y desalojarle del desierto.
    • 1879 Anónimo "Curiosidades" [10-12-1879] El Siglo Futuro (Madrid) Esp (HD)
      Refiere la revista catalana que se publica en Buenos Aires con el título de L'Aureneta, que un joven, natural de Reus, llamado Juan Surós, teniendo noticia de que cerca del arroyo denominado Las Cortaderas, tenía su cueva un descomunal tigre hembra, con tres cachorros, que habia sembrado el terror en la comarca, determinó dar caza a dicha fiera, á cuyo efecto, sin más armas que un Remington con bayoneta se dirigió á su guarida.
    • 1881 Vicuña Mackenna, B. Campaña Lima [2003] Ch (CDH )

      ¡Qué cantidades de plomo vomitaban los Remington!, ¡qué sangre fría y desprecio por la muerte mostraban algunos jóvenes, cuyas manos habríamos querido estrechar!

    • 1880-1882 Montalvo, J. Catilinarias [1985] Ec (CDH )
      Venían de hacia el Norte un torbellino de chagras con palos y garrochas como para bueyes: las tropas del gobierno, veteranas, eran dos mil valientes cholos con sendos Remingtons de los mejores.
    • 1880-1882 Montalvo, J. Catilinarias [1985] 414 Ec (CDH )
      Traición, robo, incesto, asesinato, perjurio, no son para la señoril espada ni el soberbio Remington.
    • 1889 Anónimo "Domingo de Ramos" [14-04-1889] La Ilustración (Barcelona) Esp (HD)
      Si añadimos que el cartucho Biennait es impermeable y que puede aplicarse á todas las armas, lo mismo al nuevo fusil Lebel que al Gras ó á nuestros Remingtones, nuestros lectores comprenderán el interés que encierra el nuevo descubrimiento desde los puntos de vista económico y de armamento en nuestra época de frenéticas locuras.
    • 1889 Matto Turner, C. Aves [2000] Pe (CDH )

      Don Fernando se preparaba para la defensa, y fue en mangas de camisa a tomar un rifle de caza que tenía bien provisto de municiones; pero Lucía se interpuso suplicante repitiendo angustiada:

      — ¡No, Fernando mío, no! ¡Sálvate, sálvame, salvémonos...!

      — ¿Y qué hacer, hija? No hay otro remedio, porque moriremos indefensos —repuso don Fernando intentando calmar las impresiones de su esposa.

      — Huyamos, Fernando —dijo Lucía aprovechando de las últimas palabras de su marido.

      — ¿Por dónde, Lucía querida? Las entradas de la casa están ya ganadas —respondió don Fernando tomando una caja de cápsulas de Remington, y echándosela en el bolsillo del pantalón.

    • 1890 Anónimo (E. E. y A.) "Mañana será otro día" [27-07-1890] La República (Madrid) Esp (HD)
      Mientras las demás potencias no se dan reposo en arruniarse, construyendo armas nuevas, nosotros seguimos impávidos ante el fusil de tiro rápido, conservando nuestros queridos y pausados remingtons.
    • 1893 Pz Glz, F. "Batallas imaginarias" [12-11-1893] La Correspondencia de España (Madrid) Esp (HD)
      --Como que los moros ya tienen armas de ley y mauseres, y remintones y hasta cañones también.
    • 1894 Sanfeliú, J. "Maüsser en Cuba" [20-06-1894] El Correo Militar (Madrid) Esp (HD)
      Si se encuentran ambas fuerzas entre monte puede asegurarse que á 20 metros distante una de otra no se ven más las piernas de alguno que otro y el tejido de árboles es tan espeso que dificulta el blanco del mejor tirador, por lo que el magnífico Maüsser en este caso no presta más servicio que cualesquiera otro sistema, reuniendo á nuestro modo de ver el Reminton la ventaja sobre el Maüsser de ser más sufrido, por lo que podrá resistir más á las lluvias, pasos de caudalosos ríos, cruces de bosques y enredadas maniguas, en donde tantísimos maltratos recibe el armamento y tantas municiones se pierden.
    • 1895 Anónimo "Partidas Cuba. Armas insurrectos" [13-07-1895] El Liberal (Madrid) Cu (HD)
      Las armas de los insurrectos son machetes, carabinas Winchester, Remingtons, revólvers y otras armas de fuego de cualquier otro sistema utilizable.
    • 1880-1895 Silva, J. A. Poesías [1996] Co (CDH )
      Hasta que manos piadosas / algún sepulcro le dieron, / al bajar de la cañada / junto a las matas de helecho, / destrozada la cabeza / por una bala de rémington, / con la blusa de bayeta / y la camisa de lienzo, / un escapulario santo / colgado al huesoso cuello, / los pantalones de manta / manchados de barro fresco, / las rudas manos crispadas, / los ajos aún abiertos, / y la sangre, ya viscosa, / pegándole los cabellos, / estuvo toda la noche / de aquel combate sangriento / abandonado el cadáver / del pobre recluta muerto.
    • 1900 Anónimo "Cuestión de China" [30-09-1900] Revista General Internacional (Madrid) Esp (HD)
      Armamento: Es muy variado: utilizan arcos, flechas, lanzas, picas, hachas, fusiles de chispa, etc. Pero también poseen fusiles modernos de tiro rápido y de repetición, sistemas Maüsser, Remington, Enfield, Winchester, Henry-Martini, Martini-Peabody y otros.
    • 1900 Magón Chepe [1947] Cuentos CR (CDH )
      Yo le voy una apuesta que hoy, con todo y sus remintones y sus cañones, y toda su bulla, llegándose el caso, habrá muy pocos Guevaras, ni muchos Mata-Viejas, y más menos Chepes González!
    • 1900 Magón Episodios [1947] Cuentos CR (CDH )
      Hace veintitrés días que aquéllos salieron de San José; han recorrido a pie, ciento veinte leguas bajo los ardorosos rayos del sol, atravesando bosques y áridas soledades, sufriendo hambre y sed, cargados con la maletilla y el réminton, vadeando ríos caudalosos con el agua al pecho, y hoy llegan a la orilla del Platanar con el mismo entusiasmo, henchidos de patriotismo, a pasar la noche al viento y al sereno, sobre el duro suelo enemigo, a pocas leguas de la ciudad donde mil seiscientos adversarios los esperan para destrozarlos quizás y llevar la conquistada bandera y los sangrientos despojos al tirano audaz.
    • 1901 García Hamilton, G. "Yaguareté" [08-06-1901] Caras y Caretas (Buenos Aires) Ar (HD)
      -Y si ahora yo le hiciese pegar cuatro tiros por insolente?- respondió Arribio, conteniendo á duras penas la risa, complacido en el fondo ante las valientes explosiones de aquella indomable sangre americana, que también corría por sus venas impetuosa y abundante. -¡Bah, señor! No tengo el cuero pa negocio: y con tal que en el infierno alga un almacén y en él despachen caña paraguaya, ya pueden dir cargando sus remintones esos sotretas que me están bichando! Y con un gesto despreciativo señaló hacia un grupo de soldados que le observaban desde el patio.
    • 1907 Anónimo "Guardia Civil mauser" [23-01-1907] El Día (Madrid) Esp (HD)
      El balazo de una escopeta de caza, el del antiguo Rémington, el de una pistola Lafouché ó el de cualquier arma de calibre mayor que el maüser, produce heridas tremendas, desgarraduras, esquirlamientos de huesos y en general destrozos horribles. La del Mauser, en cambio, son heridas fácilmente curables.
    • 1904-1911 Martín Cerezo, S. Sitio Baler [1911] Fi (CDH )
      Dispuse también que se hiciesen abarcas con las carteras y correajes de los muertos, á fin de sustituir las inútiles y calzar á los que no tuviesen ninguna, fijé la salida para la noche del 1.º de Junio, y en la mañana de este día procedí á quemar todos los fusiles sobrantes, mas un Remington y un rifle que habíamos hallado en la Comandancia político-militar; distribuí las municiones que aún quedaban, entregué á cada cual una manta nueva, y en uso de las atribuciones que me conferían los artículos 35 y 36 del Código de Justicia Militar, cediendo, muy contra mi voluntad y sentimientos, á la presión de las circunstancias, mandé fusilar inmediatamente al cabo Vicente González Toca y al soldado Antonio Menache Sánchez, convictos y confesos del delito de traición en puesto sitiado é incursos además en la pena de muerte ordenada por el Capitán general del Archipiélago, D. Basilio Augustí, en su bando terminante del 23 Abril 1898.
    • 1911 Pz Galdós, B. Primera República [2002] 62 Esp (CDH )

      El armamento de la Milicia Nacional era carabina Berdan. Sólo los batallones de la Latina usaban Remington.

    • 1913 González, F. C. "México frente EE. UU." [01-11-1913] Unión Ibero-Americana (Madrid) Mx (HD)
      México contaba en 1912 con un ejército de línea de 60.000 hombres, sin incluir los rurales, caballería que forma la primera reserva. La infantería usa mauser de 7 milímetros y remington. La artillería es francesa. En pie de guerra el ejército puede elevarse a 220.000 hombres.
    • 1914 Cestero, T. M. Sangre [2003] RD (CDH )
      La tropa, compónenla campesinos de distintas regiones, reclutados el día mismo de la partida, sin disciplina, y soldados regulares, sin espíritu militar, híbrida milicia, tan fácil al combate como al saqueo, disputándose unos con Otros constantemente por trampas en el juego, o por si los del Cibao son más bravos que los del Sur o el Este, o por las condiciones de un caballo, y prontos a dirimir con los rémingtons sus divergencias.
    • 1918 Rdz Navas Carrasco, M. DiccGralTécnHispanoamericano (NTLLE)
      Remington. m. Mil. Antiguo sistema de fusil, usado en el ejército español [...].
    • 1925 Pagés, A. GDiccLengCastellana (NTLLE)
      Rémington: m. Fusil que se carga por la recámara, inventado por el norteamericano Rémington.
    • 1927 RAE DMLE 1.ª ed. (NTLLE)
      [Rémington: m. Fusil que se carga por la recámara, inventado por el norteamericano Rémington.
    • 1935 Anónimo "Armas y municiones ocultas" [02-01-1935] El Sol (Madrid) Esp (HD)
      [...] Se dio una batida por los alrededores, consiguiendo descubrir un depósito de armas en una cueva cuya boca estaba oculta por medio de malezas y cascotes. En dicha cueva se incautaron los guardias de dos grandes bidones que contenían 18 fusiles Winchester, nueve máuseres, 31 rémingtons, 850 cartuchos para Winchester, 54 para Rémington y gran cantidad de municiones para armas cortas.
    • 1935-1936 Carrasquilla, T. Hace tiempos [1951] Co (CDH )

      Todo va muy bien, menos la única protesta estudiantil, que en Antioquia llamaban «cucarrón»y «cotorra»en Bogotá. Ciento ochenta estudiantes zumbando como escarabajos rompemadera son para aturullar al más impasible. Berrío se ofusca con el cucarrón y tiene que apelar a terrible aparato. Un día, al entrar, se arma el rimbombo por cualquier motivo. Hace formar la comunidad en escuadra, en dos lados del patio. Exhorta; pero el cucarrón sigue. Sale y torna a poco con ocho guardias armados de remington; los pone paralelos al ángulo; les hace calzar las armas, ponerlas en puntería, y ordena dar fuego si alguno chista. Ráfaga de espanto; silencio en las filas. Así termina el cucarrón.

    • 1936 RAE DRAE 16.ª ed. (NTLLE)
      Rémington: m. Fusil que se carga por la recámara, inventado por el norteamericano Rémington.
    • 1933-1946 Asturias, M. Á. Señor Presidente [2000] Gu (CDH )
      Un individuo vestido de lona café, seguido de un soldado que le custodiaba rémington al hombro, puñal a la cintura, cartuchera de tiros al riñón, entró cuando salía la viuda de Carvajal.
    • 1959 Santamaría, F. J. DiccMejicanismos Mx (NTLLE)
      Rémington. m. Por antonomasia, rifle, fusil ó carabina de esta marca.
    • 1951-1961 Wash, R. Cuento tahúres [1997] Ar (CDH )

      Allí todavía estaba fresco el rastro sangriento de la conquista. El viento movía un arenal, y parecía la cara de un indio, solemne y enjuto en su muerte; bajaba el río, se secaba el fango y era posible encontrar una lanza todavía filosa o un par de boleadoras irisadas (así fantaseaba el comisario). Pero la tierra heredada ya era de los estancieros, y sólo el respeto se ganaba o se perdía con un gesto. Después de los coroneles bigotudos, vinieron italianos, españoles, turcos con sus carros de baratijas, muchos chilenos "grandes comedores de carne cruda", dijo, y la crónica del Rémington contra la lanza perdió un poco de estatura —el Colt 38, el cuchillo—, se hizo menos sistemática, más desordenada, pero también más solapada y acaso más cruel.

    • 1966 Morínigo, M. A. DiccAmericanismos (NTLLE)
      Rémington [...] m. Amér. Nombre comercial de ciertos rifles. Por extensión, aplícase a cualquiera de otra marca.
    • 1982 Kociancich, V. Octava maravilla [1982] Ar (CDH )

      — Un miedo erróneo. Porque con un mínimo de experiencia, usted adivina de qué manera procederá el león, bicho de costumbres arraigadas y haragán a más no poder. Pero el negro de la aldea, que le sonrió a la ida, lo acuchilla a la vuelta y después vaya a pedirle explicaciones a un sociólogo. Por eso, la Nikon en lugar del Remington. Ponga armas en la mano de un hombre, turista blanco o nativo negro y en cuanto se descuide, una masacre.

    • 1992 RAE DRAE 21.ª ed. (NTLLE)
      Rémington: m. [...] Fusil que se carga por la recámara.
    • 1996 Chase Brenes, A. Pavo real [1996] CR (CDH )

      Después de las diez de la mañana, y casi que hasta el mediodía, el toc, toc, toc, toc, se hizo de nuevo presente, a una orden de Monseñor Thiel, y se llegó hasta las sacristías y a las casas curales, con una fuerza desusada, advirtiendo que algo ocurría, y dando noticia, con pelos y señales, de los extraños movimientos entre los cuarteles y el Palacio Presidencial... En las casas de los rodriguistas dio inicio la confección de cintas blancas, divisas del mismo color y las cutachas se limaron sobre los mollejones, con un extraño sonido, y con vibrantes pruebas de filo contra los árboles del patio... En otras casas se sacaron las cartucheras y los Remington, principalmente en las de los militares, y las mujeres alistaron divisas rojas, y se dispusieron a contar las municiones...

  2. ac. etim.
    s. f. Máquina de escribir mecánica.
    docs. (1906-2016) 47 ejemplos:
    • 1906 Anónimo "Máquinas de escribir" [22-04-1906] Blanco y Negro (Madrid) Esp (HD)
      Como algún representante de máquinas de escribir, reconociendo la importancia que tiene el haber empleado máquinas en esta conferencia, han querido dar á entender que las suyas habían sido las empleadas, ponemos en conocimiento del público en general que la única que ha gozado de este privilegio con excelente resultado, según certificados, ha sido la Remington Standard, evidenciando esto una vez más el crédito que disfruta en todas las naciones del mundo, la conocida máquina de escribir Remington. Se utilizaron para los trabajos de dicha importante Reunión Internacional siete Remingtons del excelente modelo 7, con teclado universal y una Remington del modelo 9, con tipo árabe.
    • 2016 Tentoni, V. "Pablo de Santis. Escribir como jugar" [17-09-2016] Clarín (Buenos Aires) Ar (HD)
      Aquella victoria inesperada le permitió seguir escribiendo en el sentido más concreto del término: “Mi hijo mayor, que por entonces era un bebé, me había tirado la máquina al suelo y yo no tenía plata para comprar otra, no se podía arreglar. Justo gané eso, y el premio era una Remington portátil”.
    • 1948 Marechal, L. Adán Buenosayres [1999] 550 Ar (CDH )
      Concluido el borrador de mi poema, lo transcribí a máquina en una vieja "Remington" que teníamos en la oficina y que, reumática ya de tanto escribir facturas y memorándums, pareció tomar bajo mis dedos un airoso trote lírico.
    • 1966 Goytisolo, J. Señas identidad [1996] Esp (CDH )
      Recordabas tu primera entrevista con Maurice Tessier (ascético el rostro, la mirada franca, comedidos sus ademanes de prelado romano) en el despacho de una prestigiosa editorial de la Rive Gauche (el suelo tapizado con moqueta, los estantes cubiertos de libros lujosamente encuadernados, una atractiva secretaria rubia inclinada sobre la Remington) y la emoción que te embargara entonces ante el interés apasionado de tu interlocutor por tu discurso la revives ahora (aprovechando una breve pausa en el relato minucioso de Antonio) con indulgente sonrisa.
    • 1969 Vargas Llosa, M. Conversación [1996] Pe (CDH )

      Santiago asintió. Se puso de pie, pasó a la redacción y cuando se sentó en el primer escritorio las manos le comenzaron a sudar. Menos mal que no había nadie. La Remington que tenía delante le pareció un pequeño ataúd, Carlitos.

    • 1977 Vargas Llosa, M. Tía Julia [1996] 232 Pe (CDH )
      A cualquier hora del día que me acordaba de él, pensaba: "Está escribiendo" y lo veía, como lo había visto tantas veces, golpeando con dos deditos rápidos las teclas de la Remington y mirando el rodillo con sus ojos alucinados, y sentía una curiosa mezcla de piedad y envidia.
    • 1982 Kociancich, V. Octava maravilla [1982] Ar (CDH )
      Le confesé a Paco que se me hacía cada vez más difícil practicar esas digitaciones de Remington para complacer el oído maternal de Victoria.
    • 1988 Torrente Ballester, G. Filomeno [1993] 342 Esp (CDH )
      Y añadió: «Eso no me lo debe a mí, puede estar seguro. El otro día no le dije, por olvido, que sus crónicas desde París se leían y elogiaban en Lisboa. Pero le dije que no olvidara su nombre portugués. Con él es conocido. Gracias a él se le leerá de nuevo , y podrá usted caminar por Lisboa con la cabeza alta y no como uno cualquiera.» ¡Mira tú! Telegrafié a mi maestro para que me enviase rápidamente la máquina de escribir, una Remington portátil que había comprado en París.
    • 1991 Quintero, E. Danza jaguar [1991] 304 Ve (CDH )
      [...] Que en las noches alumbradas por relámpagos, los pobladores de las islas próximas verían resplandecer con terror. Y me veo a mí mismo pintándola en una bandera, que más tarde hago ondear sobre las ruinas de una ciudad recién bombardeada por una escuadrilla de Phantoms y Mirages. Y en mi Remington, que tabletea como una ametralladora con silenciador, la imprimo una y mil veces sobre miles de hojas de papel, que luego arrojo al viento desde la azotea de un edificio una tarde de sol».
    • 1996 Prensa Proceso, 13/10/1996 [1996] Mx (CDH )
      "Lo conocí en Morelia, pero más tarde, cuando salió su libro Islas de las estaciones, en 1984, establecimos una prolongada correspondencia. El contesta las cartas y los fax en su Remington, porque no usa computadora. Después me encontré en 1990 en Pensilvania con el libro traducido con su visto bueno. No estaba enterado de que lo iba a editar Toledo. No se imaginaba cómo iba a quedar. Cuando se lo envié le dio mucho gusto".
    • 1998 Gamboa, S. Páginas vuelta [1998] Co (CDH )
      ¿En cuál trabajará esta mañana? Lleva varios años de escritor así, usando la Remington del papá, escondiendo manuscritos, copiando pedazos enteros de libros que admira para darse cuenta de que lo bueno está a su alcance, que es una cuestión de genio pero que con una vieja Remington también se puede ser Truman Capote.
    • 2016 Tentoni, V. "Pablo de Santis. Escribir como jugar" [17-09-2016] Clarín (Buenos Aires) Ar (HD)
      Aquella victoria inesperada le permitió seguir escribiendo en el sentido más concreto del término: “Mi hijo mayor, que por entonces era un bebé, me había tirado la máquina al suelo y yo no tenía plata para comprar otra, no se podía arreglar. Justo gané eso, y el premio era una Remington portátil”.
    • 1906 Anónimo "Máquinas de escribir" [22-04-1906] Blanco y Negro (Madrid) Esp (HD)
      Como algún representante de máquinas de escribir, reconociendo la importancia que tiene el haber empleado máquinas en esta conferencia, han querido dar á entender que las suyas habían sido las empleadas, ponemos en conocimiento del público en general que la única que ha gozado de este privilegio con excelente resultado, según certificados, ha sido la Remington Standard, evidenciando esto una vez más el crédito que disfruta en todas las naciones del mundo, la conocida máquina de escribir Remington. Se utilizaron para los trabajos de dicha importante Reunión Internacional siete Remingtons del excelente modelo 7, con teclado universal y una Remington del modelo 9, con tipo árabe.
    • 1913 Anónimo "Época cartas manuscritas" (Anuncio) [27-09-1913] Caras y Caretas (Buenos Aires) Ar (HD)
      La máquina de escribir Remington ha reemplazado á la pluma. Su garantía al comprar una Remington queda en que los compradores de máquinas de escribir seleccionan más de la marca Remington que de cualquier otra.
    • 1914 Anónimo "Máquinas de escribir" [08-03-1914] Blanco y Negro (Madrid) Esp (HD)
      La remington es primera en la historia, primera por su prestigio, primera por su calidad, primera por sus perfeccionamientos, primera por la importancia y la magnitud de su organización, primera por su venta y primera por los servicios que presta al cliente.
    • 1923 Anónimo "Remington" [04-11-1923] ABC (Madrid) Esp (HD)
      Remington. La primera en 1923. [...] La Remington Portátil es la única con teclado universal.
    • 1936 RAE DRAE 16.ª ed. (NTLLE)
      Rémington: m. [...] 2. f. Máquina de escribir, así llamada del nombre de su fabricante.
    • 1947 RAE DRAE 17.ª ed. (NTLLE)
      Rémington: m. [...] 2. f. Máquina de escribir, así llamada del nombre de su fabricante.
    • 1948 Marechal, L. Adán Buenosayres [1999] 550 Ar (CDH )
      Concluido el borrador de mi poema, lo transcribí a máquina en una vieja "Remington" que teníamos en la oficina y que, reumática ya de tanto escribir facturas y memorándums, pareció tomar bajo mis dedos un airoso trote lírico.
    • 1948 Marechal, L. Adán Buenosayres [1999] 550 Ar (CDH )
      Un día, mientras dactilografiaba yo algunas estrofas, en la vieja "Remington", me sorprendió el gerente del aserradero: arrancó el papel de la máquina, enrojeció a su lectura; y, sin abrir la boca, me señaló la puerta con un índice recto, ante Cara de Ratón, Cara de Zorro y Cara de Buey que palidecían, mudos testigos de aquella catástrofe.
    • 1959 Santamaría, F. J. DiccMejicanismos Mx (NTLLE)
      Rémington. m. Por antonomasia [...] máquina de escribir de la misma.
    • 1966 Goytisolo, J. Señas identidad [1996] Esp (CDH )
      Recordabas tu primera entrevista con Maurice Tessier (ascético el rostro, la mirada franca, comedidos sus ademanes de prelado romano) en el despacho de una prestigiosa editorial de la Rive Gauche (el suelo tapizado con moqueta, los estantes cubiertos de libros lujosamente encuadernados, una atractiva secretaria rubia inclinada sobre la Remington) y la emoción que te embargara entonces ante el interés apasionado de tu interlocutor por tu discurso la revives ahora (aprovechando una breve pausa en el relato minucioso de Antonio) con indulgente sonrisa.
    • 1969 Vargas Llosa, M. Conversación [1996] Pe (CDH )

      Santiago asintió. Se puso de pie, pasó a la redacción y cuando se sentó en el primer escritorio las manos le comenzaron a sudar. Menos mal que no había nadie. La Remington que tenía delante le pareció un pequeño ataúd, Carlitos.

    • 1977 Vargas Llosa, M. Tía Julia [1996] 25 Pe (CDH )
      Ante la mirada estupefacta de Pascual, que, sin duda, trataba de adivinar (como yo mismo) qué quería decir trasgo, el visitante intentó levantar la Remington.
    • 1977 Vargas Llosa, M. Tía Julia [1996] 25 Pe (CDH )
      Depositó la Remington sobre la mesita de Pascual y quedó jadeando.
    • 1977 Vargas Llosa, M. Tía Julia [1996] Pe (CDH )
      Le dije que lo sentía mucho pero que para llevarse esa Remington tendría que pasar primero sobre el cadáver de Pascual, y, en último caso, sobre el mío.
    • 1977 Vargas Llosa, M. Tía Julia [1996] Pe (CDH )
      Seguía con su saco y su corbatita de lazo, rodeado de papeles mecanografiados, que apiló cuidadosamente junto a la Remington.
    • 1977 Vargas Llosa, M. Tía Julia [1996] Pe (CDH )
      Se decidió por mi veterana y enorme Remington, una carroza funeraria sobre la que no pasaban los años.
    • 1977 Vargas Llosa, M. Tía Julia [1996] Pe (CDH )
      Entró en el momento en que el hombrecito pertinaz intentaba de nuevo, amoratándose, tomar entre sus brazos a la Remington.
    • 1977 Vargas Llosa, M. Tía Julia [1996] Pe (CDH )
      Nos tienen en este altillo mugriento, ya me quitaron un escritorio para dárselo al contador, y ahora mi Remington.
    • 1977 Vargas Llosa, M. Tía Julia [1996] Pe (CDH )
      Se había puesto la Remington en el hombro y noté que el hombrecito le llegaba exactamente a las solapas.
    • 1977 Vargas Llosa, M. Tía Julia [1996] Pe (CDH )
      Desapareció en la puerta del altillo, dando unos saltitos de duende para alcanzar al empresario progresista que, con la Remington a cuestas, se alejaba a trancos hacia el ascensor.
    • 1977 Vargas Llosa, M. Tía Julia [1996] Pe (CDH )
      Eran las siete y media de la mañana, y, luego de preparar el primer boletín, estaba yendo a tomar un café con leche al Bransa, cuando, al pasar por la ventanilla de la portería de Radio Central, divisé mi Remington.
    • 1977 Vargas Llosa, M. Tía Julia [1996] Pe (CDH )
      Las dimensiones del mueble y de la Remington se tragaban literalmente la figurilla de Pedro Camacho.
    • 1977 Vargas Llosa, M. Tía Julia [1996] 67 Pe (CDH )
      Luego, con expresión dolida, cerró las ventanas de su cubil, cuadró el rodillo de la Remington y le colocó su funda, se acomodó la corbatita de lazo, sacó de su escritorio un grueso libro que se puso bajo el sobaco y me indicó con un gesto que saliéramos.
    • 1977 Vargas Llosa, M. Tía Julia [1996] Pe (CDH )
      Mientras estaba tecleando su (mi) Remington, entraban a interrumpirlo sus actores, Batán o el técnico de sonido.
    • 1977 Vargas Llosa, M. Tía Julia [1996] 232 Pe (CDH )
      A cualquier hora del día que me acordaba de él, pensaba: "Está escribiendo" y lo veía, como lo había visto tantas veces, golpeando con dos deditos rápidos las teclas de la Remington y mirando el rodillo con sus ojos alucinados, y sentía una curiosa mezcla de piedad y envidia.
    • 1977 Vargas Llosa, M. Tía Julia [1996] Pe (CDH )
      Apenas di media vuelta para irme, sentí —renaciente, parejo, seguro de sí mismo, compulsivo, eterno— el teclear de la Remington.
    • 1982 Kociancich, V. Octava maravilla [1982] Ar (CDH )
      Yo quiero que suene la Remington, eso es todo.
    • 1982 Kociancich, V. Octava maravilla [1982] Ar (CDH )
      Le confesé a Paco que se me hacía cada vez más difícil practicar esas digitaciones de Remington para complacer el oído maternal de Victoria.
    • 1982 Kociancich, V. Octava maravilla [1982] Ar (CDH )
      Alguien tiene que hacer sonar la Remington.
    • 1982 Kociancich, V. Octava maravilla [1982] Ar (CDH )
      Ahora, más o menos protegido por la luz de la lámpara, la civilización de la Remington, la tristona compañía del mate, intenté pensar en otra cosa.
    • 1982 Kociancich, V. Octava maravilla [1982] 262 Ar (CDH )
      Miré la máquina de escribir, esta pesada Remington, tan distinta a la Adler que se quedó en Berlín con Frieda Preutz, tan distinta y sin embargo, apenas otra forma de máquina.
    • 1982 Kociancich, V. Octava maravilla [1982] Ar (CDH )

      Mesa de roble junto a la ventana que da al jardín con palmera; antigua biblioteca comprada en Guerrico y Williams por Victoria, idéntica a la que extrajeron de la pileta de Argentinos Juniors el día que nos conocimos, tal vez la misma; los sillones de cuero negro y la endeble mesita ratona donde Paco Stein apoyaba sus mocasines embarrados; una Remington de segunda mano bien ruidosa (sonaba como la pianola de saloonde esas películas del Oeste que me gustan tanto); papel tamaño carta, marca de agua, una jarrita de porcelana azul, con lápices alemanes de todos los colores y punta muy fina para corregir el presunto texto.

    • 1982 Kociancich, V. Octava maravilla [1982] 75 Ar (CDH )
      Particularmente sensible a la Remington y las teclas escandalosas que documentaban mi trabajo.
    • 1982 Kociancich, V. Octava maravilla [1982] Ar (CDH )
      Al menos que Victoria saliera de compras con sus amigas (a recorrer vidrieras, en realidad, porque rara vez compraba algo), había que hacer sonar la Remington.
    • 1982 Kociancich, V. Octava maravilla [1982] Ar (CDH )
      Pienso en un lago gris de invierno, una lámina de hielo que se resquebraja lentamente, en el primer azul desnudo al que sigue otro azul y luego otro, y yo tratando de mantener el equilibrio, aferrándome a las modestas barandas del diccionario, en mi primera exploración de la literatura inglesa, hasta ese momento maravilloso en que imagino que la obra ajena fluye bajo mis manos, un río de agua limpia y clara, que corre entre las márgenes de mi Remington.
    • 1986 Cabrera Infante, G. Habana [1993] 436 Cu (CDH )
      (Es más, no podía ser ni una explicación ni una excusa: era una coartada para un criminal ajeno, pero la pasión nos unía como un delito.) Además, mi mujer era mecanógrafa y sabía de «Underwoods», de «Remingtons», de «Smith-Coronas», y estando en estado debía de saber hasta de «Hermes Babys».
    • 1988 Torrente Ballester, G. Filomeno [1993] 342 Esp (CDH )
      Y añadió: «Eso no me lo debe a mí, puede estar seguro. El otro día no le dije, por olvido, que sus crónicas desde París se leían y elogiaban en Lisboa. Pero le dije que no olvidara su nombre portugués. Con él es conocido. Gracias a él se le leerá de nuevo , y podrá usted caminar por Lisboa con la cabeza alta y no como uno cualquiera.» ¡Mira tú! Telegrafié a mi maestro para que me enviase rápidamente la máquina de escribir, una Remington portátil que había comprado en París.
    • 1991 Quintero, E. Danza jaguar [1991] 304 Ve (CDH )
      [...] Que en las noches alumbradas por relámpagos, los pobladores de las islas próximas verían resplandecer con terror. Y me veo a mí mismo pintándola en una bandera, que más tarde hago ondear sobre las ruinas de una ciudad recién bombardeada por una escuadrilla de Phantoms y Mirages. Y en mi Remington, que tabletea como una ametralladora con silenciador, la imprimo una y mil veces sobre miles de hojas de papel, que luego arrojo al viento desde la azotea de un edificio una tarde de sol».
    • 1992 Leguina, J. Tu nombre envenena [1992] Esp (CDH )
      Barciela empezó a dictar en cuanto hube metido el original, los calcos y los papeles de copia en el rodillo de la «Remington»:
    • 1996 Prensa El Mundo, 21/09/1996 [1997] Esp (CDH )
      Tenía una pequeña máquina Remington y un cigarrillo siempre en la comisura de los labios.
    • 1996 Prensa Proceso, 13/10/1996 [1996] Mx (CDH )
      "Lo conocí en Morelia, pero más tarde, cuando salió su libro Islas de las estaciones, en 1984, establecimos una prolongada correspondencia. El contesta las cartas y los fax en su Remington, porque no usa computadora. Después me encontré en 1990 en Pensilvania con el libro traducido con su visto bueno. No estaba enterado de que lo iba a editar Toledo. No se imaginaba cómo iba a quedar. Cuando se lo envié le dio mucho gusto".
    • 1998 Fogwill, R. E. Cantos Pampa [1998] 20 Ar (CDH )
      Tuve mi primer barco en 1956, y el mismo año mi primera máquina de escribir: una Remington de fabricación argentina.
    • 1998 Gamboa, S. Páginas vuelta [1998] Co (CDH )
      ¿En cuál trabajará esta mañana? Lleva varios años de escritor así, usando la Remington del papá, escondiendo manuscritos, copiando pedazos enteros de libros que admira para darse cuenta de que lo bueno está a su alcance, que es una cuestión de genio pero que con una vieja Remington también se puede ser Truman Capote.
    • 1998 Gamboa, S. Páginas vuelta [1998] Co (CDH )
      Acomoda su Remington y vuelve al manuscrito, cierra la puerta con llave y enciende el radio para que los ruidos de afuera no lo distraigan.
    • 1998 Gamboa, S. Páginas vuelta [1998] Co (CDH )
      Al frente, un grupo de transeúntes se detuvo a mirar a la novia, y unos cuantos escribanos de la plaza de los Mártires dejaron encargada su Remington a algún embolador para acercarse a curiosear.
    • 2009 Ugidos, G. "El viento no puede llevarse" [24-05-2009] Magazine (Madrid) Esp (HD)
      Mitchell ganó el Pulitzer de 1937 y se hizo rica y famosa. [...] Su prometido murió en combate en las trincheras francesas de la I Guerra Mundial y Margaret se casó con un atleta americano, violento y celoso, en el que se inspiró para componer a Rhett Buttler. Fue un matrimonio breve y tormentoso. Ella buscó trabajo como periodista en el Atlanta Journal, consiguió columna propia a 25 dólares por semana, se casó con su jefe y empezó a escribir en una vieja Remington un melodrama llamado Lo que el viento se llevó.
    • 2016 Tentoni, V. "Pablo de Santis. Escribir como jugar" [17-09-2016] Clarín (Buenos Aires) Ar (HD)
      Aquella victoria inesperada le permitió seguir escribiendo en el sentido más concreto del término: “Mi hijo mayor, que por entonces era un bebé, me había tirado la máquina al suelo y yo no tenía plata para comprar otra, no se podía arreglar. Justo gané eso, y el premio era una Remington portátil”.

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