12.ª Entrega (julio de 2022)
Versión del 15/07/2022
Equipo Real Academia Española
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saeta s. (1200-)
saeta, saecta, saetha, sageta, sagita, saheta, saieta, sayeta, ssaeta, zaeta
Etim. Del latín sagitta, ae 'flecha' (DECH, s. v. saeta).

Se documenta por primera vez, con la acepción 'arma blanca arrojadiza consistente en una vara larga y delgada acabada en una punta afilada en un extremo y, generalmente, con un emplumado en el otro, que se suele lanzar con un arco, una ballesta o una cerbatana', hacia el año 1200, en La fazienda de Ultra mar de Almerich. Esta voz, que goza de una gran vitalidad a lo largo de la Edad Media, se registra, con diferentes variantes gráficas, en una amplia variedad de tradiciones discursivas, dado que figura en composiciones literarias, fueros y obras, tanto históricas como astronómicas, gestadas en el scriptorium regio de Alfonso X el Sabio. Ya desde la Edad Media se acompaña de diferentes modificadores y complementos con el fin de aludir a distintos tipos de saeta en función de las sustancias con las que se haya impregnado la punta de esta arma (veneno de hierbas o plantas) y de los materiales, normalmente inflamables, que se colocan en dicha punta para provocar incendios y potenciar la virulencia del ataque provocado por la saeta. También, en la etapa medieval, debido a las características con las que la mitología romana describe al dios Cupido, la voz saeta se emplea para indicar que con ella se desencadena el sentimiento de amor, pero también de desamor en aquellos que son heridos por esta arma. En los repertorios lexicográficos, se consigna por primera vez en 1490, en el Universal vocabulario en latín y en romance de Fernández de Palencia y, en un diccionario monolingüe, en 1611, en el Tesoro de la lengua castellana o española de Covarrubias. En la tradición lexicográfica académica, se recoge por vez primera en 1739, en el Diccionario de autoridades. Aunque el empleo del sustantivo saeta con este significado llegue hasta nuestros días, desde el siglo XVIII se atisba un cambio en la distribución de usos de esta palabra, dado que, a partir de esta centuria, comienza a ser habitual su presencia en contextos figurados. La coexistencia de esta voz con su sinónimo flecha desde el siglo XIV tal vez haya propiciado el frecuente empleo de la palabra saeta con un valor metafórico; este constante uso de la voz saeta en contextos figurados favorece la creación de nuevos valores semánticos a través del mecanismo de la metáfora. El desarrollo de estos significados se produce a partir de la analogía que se establece, por un lado, con la morfología de la saeta y, por otro, con el carácter punzante o penetrante de esta arma. Así pues, atendiendo a esta división, se describen, en primer lugar, las acepciones que se han creado por analogía con la forma de la saeta. Con el valor 'parte superior del sarmiento que, cuando se poda, queda en forma de saeta en el tronco de la vid', se registra por primera vez en 1490, en el Universal vocabulario en latín y en romance de Fernández de Palencia. Después de un largo período de vacío documental, se atestigua en 1781, en el tomo octavo de la Historia literaria de España, origen, progresos y decadencia de la literatura española de R. Rodríguez Mohedano y P. Rodríguez Mohedano; a partir de entonces, se localiza esporádicamente en textos especializados en agricultura. En la tradición lexicográfica académica, se deja constancia de este significado en el DRAE de 1817. Como 'trozo de tocino gordo o de carne que se utiliza para mechar guisos', se atestigua por primera vez en 1615, en la Comedia famosa intitulada El rufián dichoso de M. de Cervantes Saavedra y se consigna, en 1917, en el Diccionario de la lengua española de Alemany y Bolufer. Con la acepción 'aguja que señala una medida o posición en algunos instrumentos', se documenta por primera vez en 1791, en una sección de periódico titulada "Noticias particulares de Madrid. Perdidas", publicada en el Diario de Madrid, aunque en este primer testimonio, y en la totalidad de los que se registran hasta mediados del siglo XIX, la voz saeta hace referencia a la aguja de un instrumento de medida específico: el reloj; por lo que, en estos textos, generalmente obras literarias, se refiere a la aguja que, con forma de flecha pequeña, señala las medidas del tiempo en el reloj. A partir de mediados del siglo XIX se documentan testimonios en los que saeta hace referencia a la aguja de otro tipo de instrumentos de medida, como el higrómetro, el anemoscopio, el barómetro o el dinamómetro. En las obras lexicográficas, se consigna por primera vez con esta acepción en el DRAE de 1817. Con el valor 'aguja imantada de la brújula que gira sobre un eje para señalar el norte magnético', se atestigua por primera vez en 1805, en el tercer tomo de la obra de G. Ibáñez de Segovia Peralta y Mendoza titulada Cadiz phenicia, con el examen de varias noticias antiguas de España, que conservan los escritores hebreos, phenicios, griegos, romanos y arabes. Posteriormente, se localiza de manera esporádica en textos literarios y científicos y, en 1817, se registra en el DRAE. Con la acepción 'planta acuática herbácea de la familia de las alismatáceas de hasta 1 metro de altura, de tallo derecho y triangular, hojas en forma de saeta y flores de pétalos blancos o amarillentos con centro púrpura', se atestigua por primera vez en 1767, en la obra Principios de Botánica, sacados de los mejores escritores y puestos en lengua castellana de M. Barnades, aunque en este primer testimonio la voz se documenta con el complemento de agua para referirse concretamente a la Sagittaria sagittifolia, especie que también se ha denominado saeta acuática. Desde entonces, su empleo se limita a textos del ámbito de la botánica. Se consigna por primera vez en los repertorios lexicográficos en 1917, en el Diccionario de la lengua española de Alemany y Bolufer. Con el valor 'señal en forma de saeta que indica dirección', se documenta por primera vez en 1860, en la obra de P. P. Ortiz titulada Física experimental y aplicada, incluso la meteorología y la climatología para el uso de los colegios, escuelas superiores y liceos hispano-americanos, y de las personas estudiosas; posteriormente, se atestigua en otras contribuciones científicas. Con la acepción 'línea de luz que irradian los astros', se registra por primera vez en 1894, en La charca, de M. Zeno Gandía. Como revelan los testimonios recopilados, desde entonces se localiza en otras composiciones literarias en las que, a veces, se combina con los complementos de oro o de luz. Atendiendo a la división expuesta unas líneas más arriba, a continuación, se indican las acepciones que se han desarrollado, por metáfora, a partir del carácter punzante o penetrante de la saeta. De este modo, como 'expresión de crítica, reprobación o burla mordaz [contra alguien o algo]', se atestigua por primera vez en 1877, en Peralvillo y Sisebuto, novela de E. de González Quintanilla que aparece recogida, junto con otras obras del autor, en un único volumen titulado Escritos literarios. A partir de esta fecha, se registra, en ocasiones acompañada del modificador envenenada, en otras composiciones literarias y textos periodísticos de opinión. Con el valor 'mirada penetrante', se documenta por primera vez, en 1944, en la novela de I. Agustí titulada Mariona Rebull. Desde entonces, se localiza de manera ocasional en otras obras literarias del siglo XX y XXI. Por otra parte, se atestigua, como 'sentencia breve y fervorosa que pronuncian, generalmente, los misioneros o curas en la iglesia o durante las festividades religiosas para predicar el evangelio, instruir en la penitencia y avivar la fe cristiana', en la obra de A. de Molina Herrera titulada Exercicios espirituales de las excelencias, provecho, y necessidad de la oracion mental (a1612). A partir de esta fecha, se documenta, sobre todo en los siglos XVIII y XIX, en obras que narran la labor de los misioneros en la predicación del evangelio y en la instrucción de la doctrina cristiana. En 1788, en el Diccionario castellano con las voces de ciencias y artes de Terreros y Pando, se da cuenta por primera vez de este significado en las obras lexicográficas. Con el significado 'copla de cante flamenco, de asunto religioso, que se canta en las procesiones de Semana Santa', se atestigua por primera vez en 1841, en el artículo titulado "Encomiendas y cruces" y publicado en el periódico Fray Gerundio (León). A partir de entonces, se localiza frecuentemente en obras literarias y textos periodísticos que informan del desarrollo de la Semana Santa en las distintas provincias españolas. Como ilustran los testimonios acopiados, con este significado se acompaña de distintos modificadores y complementos que aluden, por un lado, al carácter más o menos aflamencado de la saeta y, por otro, a la métrica. Con el valor 'recta que se extiende desde el centro del arco de una circunferencia al centro de su cuerda', se documenta por primera vez en 1788, en el Diccionario castellano con las voces de ciencias y artes de Terreros y Pando y, a partir de esta fecha, figura esporádicamente en obras circunscritas al ámbito de la geometría y del dibujo técnico. El uso ocasional de la palabra saeta con este significado tal vez se explique por su sinonimia con las voces flecha y sagita. Con la acepción 'artefacto volador consistente en un armazón plano y ligero, cubierto o forrado de papel o tela, del que cuelga una cola de cintas o trozos de tela o de papel; se sujeta con un cordel largo y se lanza al aire para que la fuerza del viento lo eleve y mueva', se registra en 2008, en el artículo "Medio centenar de papalotes toma el Museo de Arte Popular" de A. Jiménez, publicado en la revista La Jornada (Ciudad de México).

En las obras lexicográficas, se consignan varias acepciones. Como 'el objeto que hace impresión en el ánimo, como hiriendo en él', se registra por primera vez en el Diccionario de autoridades (1739). Con la acepción 'adorno en forma de asta delgada con una lengüeta en un extremo y unas plumas en el otro, y que se suele colocar en los cuartos boceles', se documenta por primera vez en 1848, en el Vocabulario de arquitectura civil de Matallana. En 1933 se atestiguan dos acepciones lexicográficas adscritas a un dominio dialectal concreto, el español meridional: 'cada una de las estaquillas, con un extremo aguzado, y el otro con gancho, con que se une o cose el remate superior del almiar' y 'espiguilla que, una vez seca, se adhiere a la ropa' (en el Vocabulario andaluz de Alcalá Venceslada). En 1953, en el Diccionario enciclopédico de la editorial UTEHA se consigna la siguiente acepción: 'nombre que se da en algunas máquinas al árbol principal, eje o flecha sobre el que gira la misma'. A finales del siglo XX, exactamente en 1987, figura, con la acepción 'mujer descarada y despótica', en la segunda edición del Diccionario de Argot de Oliver.

La locución adverbial como (una) saeta, con la acepción 'con rapidez', se atestigua por primera vez en la segunda mitad del siglo XV (1467-1482), en la obra Coplas de Vita Christi de Í. de Mendoza. Desde entonces, aunque se localiza en testimonios de todas las centurias, el empleo de esta unidad pluriverbal empieza a ser frecuente, sobre todo a partir del siglo XIX, en obras literarias.

En los repertorios lexicográficos se registra la locución verbal echar (o disparar) saetas con el significado 'mostrar con palabras, gestos o acciones que está picado o resentido'; se consigna por primera vez con esta acepción en el DRAE de 1803.

Notas filológicas

Cabe señalar que, en algunos testimonios del siglo XV, la voz saeta se vincula semánticamente con la palabra latina obelus. Este vocablo, procedente tal vez del latín eclesiástico, apenas ha experimentado modificaciones en su proceso de transmisión del griego al latín, de ahí que presente prácticamente la misma forma y los mismos significados que la voz helénica de la que procede (obelós). La palabra obelus alberga dos significados. Por un lado, se refiere a la vara de hierro en la que se ensarta la comida para asarla y, por otro, alude a una señal que se realizaba en los márgenes de los manuscritos para anotar un comentario. Son estos valores semánticos los que, según las siguientes obras, ha heredado la voz saeta: Glosarios latino-españoles de la Edad Media (1375-1410), Las etimologías romanceadas de San Isidoro (post-1450) y Universal vocabulario en latín y en romance de Fernández de Palencia (1490). No obstante, por cuestiones de fiabilidad y de escasez documental, se ha descartado, en un principio, la relación semántica que estas obras establecen entre las voces obelus y saeta.

  1. s. f. Arma blanca arrojadiza consistente en una vara larga y delgada acabada en una punta afilada en un extremo y, generalmente, con un emplumado en el otro, que se suele lanzar con un arco, una ballesta o una cerbatana.
    Sinónimos: flecha; garrote
    docs. (1200-2021) 858 ejemplos:
    • c1200 Almerich Fazienda Ultra Mar [1965] Esp (CNDHE_MANUAL)
      Trametio ysayas propheta menssages a ezechias e dixol assi diz el el sennor dyos de israel. por que orest ami por senacherib el rey de sur que denosto al dyos uiuo. eati e atoda tu yent non uerna aesta cibdad. ni non y traera saeta ni algarra.
    • 2021 Espino Lpz, A. Vencer o morir Esp (BD)
      Otro factor clave era la muerte en combate de los jefes de prestigio. Una enseñanza que Cortés no olvidó. También fue una suerte que guerreros tan poderosos, como recordó Cervantes de Salazar, “usasen arcos y flechas sin hierba, que no poco aprovechó”, es decir, que no envenenaban sus saetas. Una circunstancia que condujo a muchos problemas para las huestes hispanas donde sí era corriente dicha práctica.
    • c1200 Almerich Fazienda Ultra Mar [1965] 75 Esp (CDH )
      E dixo Dios a Moysen: "Ve al pueblo, e santiguarlos as cras e lavaran sos pannos e sean adobados poral tercer dia, que al tercer dia se apareçra el Sennor a vysta del pueblo en monte Synay. E atermynaras * el pueblo derredor e dyzras: guardatvos de sobir en el mont, ni non tangades a so estremo, que tod el que tanyere en el mont, muert morra. * Non tanga en él mano, que luego sera apedreado e con saetas sera ferido; si bestia o si omne, non bivra. Los que lyevan el iubel * essos subran en el mont".
    • c1275 Alfonso X Gral Estoria I [2002] fol. 268r Esp (CDH )
      Non era el mester d'esta infante labrar de lana, nin lavar nin liarse los cabellos, nin peñárselos, nin afeitarse nin catarse tod el día en espejo si parecié bien, mas ciñiése bien su correa e apretávase en ella e poniése su toca blanca como la nieve con que trayé sos cabellos apremiados e apretados tales bueltos cuales los ella trayé, e a las vezes tomava dardo o lança o azcona con que trebejava, a las vezes arco con sus saetas, e salié a los montes e corriélos, e matava los venados e caçava, assí que la llama la estoria que era cavallera de doña Diana.
    • 1396 Fdz Heredia, J. LMarco Polo [2003] fol. 69v Esp (CDH )

      Et Cangiscan huuo la victoria, mas perdio mucha gent. Et vençida la dicha batalla, Cangiscan fue conquistando las tierras de Preste Iohan, saluant las de Ethiopia et de Nubia, que es mayor senyoria que de nengun rey de xpistianos. Apres la qual batalla regno Canguiscan VI anyos. Et teniendo sitio sobre vn castillo fue ferido de muerte de vna saecta, auiendo ya conquistas la mayor partida de las tierras de leuant.

    • 1427-1428 Villena, E. TradEneida Lib. I-III [1994] Esp (CDH )

      Non vido algún navío que paresçiese de los que fallesçién e buelto a mirar por la montaña, vido tres çiervos andantes como errados, en pos de los cuales grande paresçió manada de venados, que los siguían, paçiendo por la montaña. Luego tomó el arco e las saethas apresuradas e el fiel Acathes levava los dardos.

    • c1481-1482 Anónimo Crón Enrique IV [1991] Esp (CDH )
      E ante quel rey llegase a la vega de Granada, fue asy mesmo correr a Moclyn con otros dozientos de cavallo, e ally se ovo otra escaramuça mucho mas peligrosa que la primera, donde fueron feridos con saetas muchos mas que los christianos que en lo primero, entre los que * fue ferido de una saeta erbolada un noble cavallero llamado Gonçalo Muñoz de Castañeda, e ally fueron algunos muertos, e de los moros asy mesmo fueron algunos.
    • 1529-1531 Guevara, A. Reloj príncipes [1994] Esp (CDH )

      Breno fue uno de los famosos capitanes que tuvieron los godos, el qual, como oviesse vencido a los griegos, acordó de robar todos los tesoros de los templos, diziendo que los dioses avían de dar a los ombres y no los hombres a los dioses, y que era mucha honra de los dioses que con los tesoros de sus templos se hiziessen los ombres ricos. Provando, pues, a robar el primero templo, vinieron tantas saetas por el ayre, que el capitán Breno fue muerto, y no menos todo su exército sin quedar sólo uno bivo.

    • 1557-1558 Anónimo Viaje Turquía [2000] Esp (CDH )
      Salió el Gran Turco a un mirador sobre la mar porque bate en su palaçio, y comenzaron de poner en cada galera muchos estandartes, en cada vanco el suyo: en lo más alto las vanderas de Mahoma, y debaxo d'ellas los pendones que nos habían tomado, puestos los cruçifixos y imágenes de Nuestra Señora, que venían dibuxados en ellos, las piernas hazia arriba, y la canalla toda de los turcos tirándoles con los arcos muchas saetas; luego las banderas del Gran Turco y debaxo d'ellas también las del Emperador y el prínçipe Doria hazia baxo, al rrebés puestas.
    • 1587 Mena, F. Trad HEtiópica [1954] 14 Esp (CDH )

      Vieron una doncella sentada sobre una peña, de tan rara y extremada hermosura, que en sola su vista daba muestra de ser alguna diosa. Y puesto caso que el miserable estado en que se hallaba, la hacía estar triste y llorosa, no dejaba por eso de parecerse en ella el valor y grandeza de ánimo de que era dotada. En la cabeza tenía una corona de verde laurel, y de sus espaldas le colgaba una aljaba de saetas.

    • 1614 Salas Barbadillo, A. J. Ingeniosa Elena [1985] Esp (CDH )
      ¿Pensáys, aunque me veys assí, que no he sido toda mi vida un ladrón vil con mal exemplo de la república y grave daño de mi alma?; pues estáys engañados. ¡Contra mí vienen bien las saetas! ¡Desnudad para mí las espadas y tiradme a mí las piedras!», * se arrojó a los pies de su contrario y, besándoselos, no solamente le pidió perdón, sino que luego, como no pareciessen, porque todo se avía perdido entre la confusión, su espada, sombrero, cuello * y ferreruelo, le llevó mano a mano por las calles de la ciudad, y comprándole todo lo que le faltava, le despachó con rostro risueño dándole muchos abraços y bendiciones.
    • 1656 Serna, J. Tratado supersticiones México [2003] Mx (CDH )
      [...] el salió del exercito con occassion de algun negocio, que se le auia offrecido, y á la primera ave, que encontró, que era la que el agorero aguardava para su pronostico, desembrazó de su arco vna zaeta, y matola, y muerta la trujo á el campo haziendo mucho escarnio, y risa [...].
    • 1703 Garau, F. Sabio instruido [2003] 256 Esp (CDH )
      Pero toman los que impenitentes se obstinan, que en verdad, que sino se convierten, empuñará su espada: ya flechó su arco, y le armó de saetas contra ellos: llenóle de vasos de ira, y de muerte: y para los que arden en concupiscencia, o venganzas, izo de fuego sus flechas, templólas, y encendiólas en el mismo fuego en que arden, para que del fuego en que quieren arder lacivos, o vengativos, passen sin remedio a otro fuego, que nunca se apague.
    • 1723 Oviedo Baños, J. HConquista Venezuela [2002] Ve (CDH )
      [...] pero como los indios eran muchos y repetían sin cessar el continuo disparo de sus flechas, no pudieron mantener por largo tiempo el combate, porque cubiertos de saetas los escudos y escaulpiles, sin que tuviessen parte desembarazada que pudiesse servir de blanco a nuevos tiros, les fue preciso retirarse al abrigo de vn peñón que estaba en el camino, para a su sombra assegurar siquiera las espaldas, donde, aunque los indios bolvieron a embestirles, pudieron con algún desahogo defenderse, peleando con valor, hasta que dio treguas la noche [...].
    • a1765 Jesús Herrera, C. Secretos Letras Audiencia Quito (Período Jesuítico) Ec (CDH )

      Hinquéme de rodillas, a esperar el primero y demás golpes. Que ya deseaba mi alma padecer aquellos dolores por amor de Cristo nuestro bien. Llegáronse todos ellos alrededor, y no quedó uno que no me metiese una saeta en la cabeza, y cuando yo esperaba con deseo dolor, cada saeta que me metían era un flujo de amor de Dios, enardeciéndome en una alta contemplación que me parecía no podía caber ya más amor en tan corto sujeto. Yo me disponía a recibir dolores, y recibía, en vez de dolor, amor y gozo y unión con el amado, metida en aquella inmensidad divina.

    • c1786 Chantre Herrera, J. HMisiones Marañón [1901] Ec (CDH )
      Los hombres hacen cerbatanas muy pulidas y apreciadas entre las demás naciones, así por su belleza como por la ventaja grande del instrumento para la caza. Porque como hiere la flecha ó saeta sin ruido alguno y con solo el soplo del que la despide, derriba fácilmente el indio con la cerbatana toda una bandada de pavas asentada en un árbol, apuntando primero á una y después á otra hasta acabar con todas.
    • 1792 Bolaños, J. Portentosa vida [1992] Mx (CDH )
      Aquí entran ya en cuidado los familiares, y llenos de la mayor tristeza, cabisbaxos y pensativos, se retiran a los rincones de la casa y se dexan percebir de quando en quando algunos suspiros, que cada uno de ellos es una saeta que le hiere en lo más vivo al pobre paciente.
    • 1834 Larra, M. J. Doncel [2003] Esp (CDH )

      Retrocedió éste gritando «¡Traición! ¡Traición!» y disparó su ballesta; recibió Hernando la saeta en el brazo izquierdo; pero no haciendo más caso de ella que de la picadura de un insecto, levantó su mano de hierro, y asiendo del centinela por la garganta, alzóle del suelo, diole dos vueltas en el aire con la misma facilidad y desembarazo que da vueltas un muchacho a su honda, y despidiólo contra la pared del corredor [...].

    • 1844 Gil Carrasco, E. Señor Bembibre [1989] Esp (CDH )
      Por fin las trompetas de los sitiadores dieron la última señal a la cual los añafiles y clarines de los Templarios respondieron con agudas y resonantes notas como de reto, y los cuerpos destinados al asalto se pusieron en movimiento rápidamente, precedidos de un cordón de ballesteros que despedían una nube de saetas, y sostenidos por otros muchos que desde las quiebras y malezas los ayudaban poderosamente.
    • 1879 León Mera, J. Cumandá [1998] Ec (CDH )
      Vuelve la maza de Yahuarmaqui a desviar los arcos, y las saetas pasan silbando y como una exhalación, rasando la cabeza de la heroína y llevándose algunas hebras de cabello enredadas entre las plumas.
    • 1839-1882 Villaverde, C. Cecilia Valdés [1992] Cu (CDH )
      Apenas se cruzaron sus miradas, aquel prototipo de la dulce y tierna amiga se transformó en una verdadera arpía, lanzándola una palabra, un solo epíteto, pero tan indecente y sucio que la hirió como una saeta y la obligó a esconder la cara en el rincón del carruaje.
    • 1888 Acevedo Díaz, E. Ismael [1991] Ur (CDH )
      Al pie de negros arrayanes solía agitarse algo de invisible y temeroso que el jinete ahuyentaba a su paso, lanzando un agudo silbido; el coatí se escurría gruñendo, el hurón volvíase a su cueva diligente, y el lagarto se deslizaba entre las yerbas con la rapidez de una saeta.
    • 1906 Lugones, L. Caballos [1988] Cuentos Ar (CDH )

      El sol declinaba ya, cuando se produjo la primera carga. No fue, si se permite la frase, más que una demostración, pues los animales limitáronse a pasar corriendo frente a la fortaleza. En cambio, quedaron acribillados por las saetas de los defensores.

    • 1935 Loynaz, D. M. Jardín [1992] 276 Cu (CDH )

      Habló de ellos de manera familiar y ligera; sus conocimientos en esta materia superaban con mucho a los de él y trató de hacérselo notar... ¡No era ella absolutamente ignorante!... He aquí a San Damián con su casulla de esmalte y su sonrisa bienaventurada... ¿Y no es aquél San Sebastián, el hermoso guerrero que amara la romana altiva, Fabiola, la de los ungüentos preciosos, la de las trenzas arrolladas a manera de tiara? Sí, es él mismo, es su mismo cuerpo joven, desangrado, donde tiemblan aún las últimas saetas...

    • 1953 Carpentier, A. Pasos [1985] 230 Cu (CDH )
      Pero fray Pedro me corta la palabra con tono abrupto: «Para hablar de los malos, hay que saber de los otros.» Y comienza a contarme de gente para mí desconocida; de padres despedazados por los indios del Marañón; de un beato Diego bárbaramente torturado por el último Inca; de un Juan de Lizardi, traspasado por las saetas paraguayas, y de cuarenta frailes degollados por un pirata hereje, a quien la Doctora de Ávila, en extática visión, viera llegar al cielo, a paso de carga, asustando a los ángeles con sus terribles caras de santos.
    • 1966 Delibes, M. Mario [1996] Esp (CDH )
      Don de Yavé son los hijos: es merced suya el fruto del vientre. Lo que las saetas en la mano del guerrero, eso son los hijos de la flor de los años. ¡Bienaventurados los que de ellos tienen llena su aljaba! ¡Qué bonito! Pero luego la que andaba todo el día de Dios como un zarandillo era yo.
    • 1972 Torrente Ballester, G. Saga/Fuga [1995] 528 Esp (CDH )
      Cuando, a la noche, salí de mi refugio y examiné los cadáveres, no aparecía un muerto de espada o de saeta, si no era el santo abad, con la cabeza partida de un hachazo. A los demás, la muerte les había llegado a casco de caballo. ¡Qué tranquila y hermosa caminaba la luna aquella noche de sangre!
    • 2002 Mtz Salguero, J. Combate místico [2002] 199 Bo (CDH )

      Allí, difuminádamente, se podía percibir el flujo de los ríos por la campiña y el nervioso movimiento de la gente en las calles; casi todos tenían un halo denso y oscuro que los rodeaba por completo. Sólo unos cuantos carecían del nimbo, y brillaban. En ese momento una voz potente tronó: "Ahora". El ciego dudó por un instante, luego, tomando una porción de la sombra, la alargó hasta convertirla en arco y disparó su saeta. Al clavarse la flecha en el suelo, éste comenzó a temblar y los ríos se salieron de su cauce, arrasando cuanto estaba a su paso.

    • 2004 Lobo, T. Corazón silencio Ch (CORPES)
      Cuando ya se preparaba para morir como san Sebastián, traspasada por miles de saetas, sintió una brisa reparadora, vientecillo fresco y consolador sobre su rostro convulso, sobre su cuerpo martirizado, que barría a sus enemigos hasta que estos se alejaron y la dejaron en paz. Abrió los ojos y vio a la Tontaloca azotando el aire con sus largos cabellos en un movimiento de aspas de ventilador.
    • 2021 Espino Lpz, A. Vencer o morir Esp (BD)
      Otro factor clave era la muerte en combate de los jefes de prestigio. Una enseñanza que Cortés no olvidó. También fue una suerte que guerreros tan poderosos, como recordó Cervantes de Salazar, “usasen arcos y flechas sin hierba, que no poco aprovechó”, es decir, que no envenenaban sus saetas. Una circunstancia que condujo a muchos problemas para las huestes hispanas donde sí era corriente dicha práctica.
    • c1200 Almerich Fazienda Ultra Mar [1965] Esp (CNDHE_MANUAL)
      Trametio ysayas propheta menssages a ezechias e dixol assi diz el el sennor dyos de israel. por que orest ami por senacherib el rey de sur que denosto al dyos uiuo. eati e atoda tu yent non uerna aesta cibdad. ni non y traera saeta ni algarra.
    • c1200 Almerich Fazienda Ultra Mar [1965] Esp (CNDHE_MANUAL)
      […] e regno so fijo en so logar veno a el el rey de israel ionas e echos sobre sus fazes & ploro sobre dixo heliseus prent el arco & las saetas e tira con el e fizo assi. Tiro. iij. uezes e dixo eliseus troa iij. uezes arancaras alos de syria murio eliseus e soteraronlo en samaria.
    • c1200 Almerich Fazienda Ultra Mar [1965] 60 Esp (CDH )
      Conbatieron e tiraronle arcos e saetas, estido en fuerça so arco e desolvieronle ligaduras de sos braços e sus manos, ayudorio del fuerte de Jacob, del se governara casado * de Israel.
    • c1200 Almerich Fazienda Ultra Mar [1965] 75 Esp (CDH )
      E dixo Dios a Moysen: "Ve al pueblo, e santiguarlos as cras e lavaran sos pannos e sean adobados poral tercer dia, que al tercer dia se apareçra el Sennor a vysta del pueblo en monte Synay. E atermynaras * el pueblo derredor e dyzras: guardatvos de sobir en el mont, ni non tangades a so estremo, que tod el que tanyere en el mont, muert morra. * Non tanga en él mano, que luego sera apedreado e con saetas sera ferido; si bestia o si omne, non bivra. Los que lyevan el iubel * essos subran en el mont".
    • c1200 Almerich Fazienda Ultra Mar [1965] Esp (CDH )
      Dixo Heliseus: "Prent el arco e las saetas e tira con el".
    • c1200 Almerich Fazienda Ultra Mar [1965] 156 Esp (CDH )
      Trametio Ysayas propheta menssages a Ezechias e dixol: "Assi diz el Sennor, Dyos de Israel: Por que orest a mi por Senacherib, el rey de Sur, que denosto al Dyos vivo, e a ti e a toda tu yent, non verna a esta cibdad ni non y traera saeta ni algarra. Por la via ques vino, por i se tornera, e yo seré escudo a esta cibdad e ampararla é por amor de myo siervo David".
    • c1194-1211 Anónimo Liber Regum [1960] Esp (CDH )
      E pues cerco 23/ Vesca, q ue era de moros, e firieronlo i de una saieta, e fizo iurar todos los 24/ ricas omes & a so fillo Pedro Sancheç, e fizo ad el iurar q ue non descercasse la 25/ uilla tro a q ue la prisiessen o q ue lo enleuantassen por fuerça.
    • c1230 Berceo, G. Vida SMillán [1992] 239 Esp (CDH )
      / Cuntiólis otra cosa qe ellos non soñavan, / essas saetas mismas qe los moros tiravan, / tornavan contra ellos, en ellos se fincavan, / la fonta qe fizieron carament' la compravan.
    • c1236 Berceo, G. Vida StoDomingo [1992] 449 Esp (CDH )
      / Señor Sancto Domingo, confessor acabado, / temido de los moros, de christianos amado, / señor, tú me defiende de colpe de pecado, / que de la su saeta no me vea colpado.
    • c1250 Alfonso X Lapidario [2003] fol. 2r Esp (CDH )
      Et el tirar que esta faz; es segund la quantia della a la del fierro que tira assi que en tierra de india en el monte o las fallan que es cerca de la mar a las naues que cabo della passan tira todos los clauos dellas por fuerça de la parte o esta la penna assi que los faze yr como saetas.
    • c1250 Alfonso X Lapidario [2003] fol. 44v Esp (CDH )

      Et si en el cuerpo del omne entrare algun fust assi como brizna o asta de saeta o de lança. & la ponen sobrella; tirala & sacala daquel logar do yaze metida. Et si esta piedra ponen sobre madero & la primen con la mano entra por ell con grand fuerça; assi como el clauo quandol fieren con martiello.

    • c1250 Alfonso X Lapidario [2003] Esp (CDH )

      Et quando la meten en el fuego quemas ayna & torna de color parda. Liuiana es & porosa. & si la muelen despues que es quemada & meten della un poco sobre fierro, o sobre otra cosa al hora del fondir. & fazen dello saeta o lança o otra arma qualquier. & firieren con ella a algun animal de guisa que sala sangre; nunqua puede ende guarecer & muere.

    • c1250 Alfonso X Lapidario [2003] Esp (CDH )

      Et si esta piedra firieren con fierro fuert; sal della mucho fuego. & ay dellas que semeian pieça de sal ayuntada. De natura es calient & seca en el tercero grado. Et si la muelen & la ponen sobre las postemas duras assi como scrofulas. & otras que las semeien; fazlas madurar & abrir en poco tiempo. Et aun sin tod esto; obran mucho della los que se trabaian de la obra mayor. Et la estrella que es en la punta de la saeta del sagitario a poder en esta piedra & della recibe la uertud.

    • c1250 Alfonso X Lapidario [2003] Esp (CDH )

      Et es meior que otra melezina; pora las llagas que se fazen en las partes uergonnosas. Et uieda las humidades que no passen las telas de los oios; & esfuerça el uiso & aguzal. Et la estrella que es en el cendal de la saeta a poder en esta piedra & della recibe su uertud. Et quando es en medio cielo; muestra esta piedra mas manifiestamiente sus obras.

    • c1250 Alfonso X Lapidario [2003] Esp (CDH )

      Et su uertud es atal, que si la muelen & dan della a beuer; presta a todas las enfermedades del pulmon abriendo las carreras del; & esclarece la boz. Et si los poluos della pusieren en la llaga al que es ferido de saeta de guisa que el fierro nol puedan sacar; sacal & sana la llaga.

    • c1250 Alfonso X Lapidario [2003] Esp (CDH )

      Et que descenda sobresta piedra la uertud de la figura de un omne leuantado en pie & uestido de loriga. & un yelmo en la cabeça. & tenieniendo en la mano siniestra una ballesta & en la diestra una saeta.

    • c1250 Alfonso X Lapidario [2003] Esp (CDH )

      Et su uertud es atal que el que la troxiere consigo; amara mucho caça & sera bienandant en ella. & diran bien del los omnes. Et esto se muestra mas complidamiente seyendo saturno en esta faz & en su ascendent & en su hora. & en trino o en sestil catamiento con la luna. Et que descenda sobresta piedra la uertud de la figura de omne enlorigado. & que tenga ballesta; & carcax con saetas.

    • a1250 Anónimo Bocados [1971] Esp (CDH )
      [51] La muerte es assí como la saeta enbiada, e la tu vida es en quanto pudiere ir contra ti.
    • a1250 Anónimo Bocados [1971] Esp (CDH )
      [14] El que fía en su ventura, e non para mientes en la su obra, nin piensa en lo que le aprovecha, el bien torna-se a tras d'él, como se torna la saeta a tras, quando fiere en alguna piedra.
    • a1250 Anónimo Bocados [1971] Esp (CDH )

      E el derecho ha una forma, e el tuerto ha muchas formas; e por esto es ligero de usar el tuerto, e grave de usar el derecho; e semeja al acertar e al errar del tirar de la saeta, que el acertar a la señal ha menester grant uso, e el errar non lo ha menestar.

    • a1250 Anónimo Bocados [1971] Esp (CDH )
      E la su cabeça es mansedunbre, e el su meollo es saber las cosas, e el su ojo es alongamiento de inbidia, e la su oreja es entendimiento, e la su lengua es dezir verdat, e su coraçon es buena voluntad, e sus manos son piedat, e su pies son requerir los sabios, e el su señorío es justicia, e su regnamiento es mesura, e su estado es gracia, e su ballesta es paz, e la saeta es salvamiento, e su cavallería es consejar-se con los entendidos, e el su afeitamiento es esfuerço, e el su aver es enseñamiento, e su conpaña es amar a los buenos, e su condesijo es quitar-se de pecados.
    • a1250 Anónimo Bocados [1971] Esp (CDH )
      [111] E assí como la saeta, quando fiere en alguna piedra, se torna atrás contra el ballestero, assí la mala palabra, quando la dizieren del ome bueno, non se apega en él; más torna-se al que la dize.
    • 1240-1250 Anónimo LAlexandre [2007] 183 Esp (CDH )
      / Nos cuidava veer de las naves exido, / dizié que si fues fuera ques ternié por guarido, / dava con alegría vozes e apellido, / nol cabié el pellejo, ¡tant era ençendido! / Quando fueron al puerto, a piedra d' echadura, / priso una ballesta armada a tesura, / echó una saeta tinta de amargura, / dio con ella en Asia pora prender ventura.
    • 1240-1250 Anónimo LAlexandre [2007] 238 Esp (CDH )
      / Tiról' una saeta, fincógela 'l costado; / dixo don Menalao: «Esto es mal mandado»; / tornó pora los griegos durament' espantado; / non cuidavan los suyos que lo avién cobrado.
    • 1240-1250 Anónimo LAlexandre [2007] 274 Esp (CDH )
      Por su mala ventura non quisieron la fadas / las plantas de los piedes que fuessen encantadas, / Oyera estas nuevas Paris muchas vegadas, / mas con el grant desarro aviélas olvidadas. / Asmó quel non podrié d'otra guisa matar / si non por aventura pora aquel lugar. / Quando yazié a prezes óvol' a desechar: / tiról d'una saeta ond' ovo a finar. /
    • 1240-1250 Anónimo LAlexandre [2007] 319 Esp (CDH )
      Por ninguna riqueza que pudiesse seer / nunca devié nul omne lo de Dios posponer, / ca qui rafez lo da, rafez lo pued toller, / pierde a Dios en cabo e todo el aver. / Ya se movién las hazes, ívanse allegando, / ivan los ballesteros las saetas tirando, / ivan los cavalleros las lanças abaxando / e ivan los cavallos orejas aguzando. /
    • 1240-1250 Anónimo LAlexandre [2007] 319 Esp (CDH )
      / Fueron de tal manera mescladas las feridas / que eran con los colpes las trompas ensordidas; / bolavan las saetas por el aire texidas, / al sol tollién la lumbre, ¡assí ivan cosidas! / De piedras e de dardos ivan grandes nuvadas, / com si fuessen exambres d' abejas ajuntadas; / tant' eran las feridas firmes e afincadas / que eran de los cuernos las bozes enfogadas.
    • 1240-1250 Anónimo LAlexandre [2007] 335 Esp (CDH )
      / Bastieron bien los muros, çerraron los portiellos, / mandaron fer apriessa saetas e quadriellos, / lanças e segurones, espadas e cuchiellos, / perpuntos e lorigas, escudos e capiellos.
    • 1240-1250 Anónimo LAlexandre [2007] 335 Esp (CDH )
      / La çibdat fue çercada, nol dieron nul vagar, / fue luego conbatida por tierra e por mar, / sabiénles de saetas tan fiera priessa dar / que sól non les dexavan la cabeça rascar.
    • 1240-1250 Anónimo LAlexandre [2007] 336 Esp (CDH )
      / Della e della parte batién las argarradas, / artes de muchas guisas que avién sossacadas, / bolavan las saetas en venino tempradas, / de piedras e de dardos vinién grandes nuvadas.
    • 1240-1250 Anónimo LAlexandre [2007] 374 Esp (CDH )
      / Ya andavan las hazes todas entremescladas, / bolavan las saetas, retremién las espadas, / las plaças de saetas todas eran cuajadas, / andava much cavallo con las riendas cortadas.
    • 1240-1250 Anónimo LAlexandre [2007] 454 Esp (CDH )
      / Todas vinién vestidas de capas traveseras, / sus ballestas al cuello, turquesas e çerveras, / saetas e quadriellos de diversas maneras; / todas sabién ferir corriendo cavalleras.
    • 1240-1250 Anónimo LAlexandre [2007] 464 Esp (CDH )
      / Aún con todo esto al te quiero dezir: / somos gentes ligeras, malas de conquerir, / somos bien aguisados de tornar e füir, / de dardo e de saeta bien sabemos ferir.
    • 1240-1250 Anónimo LAlexandre [2007] 508 Esp (CDH )
      / Vino una saeta, que sea maledita; / quandos cató, teniéla al costado muy fita; / por poco le fiziera tal colpe la sagita / qual fizo don Fineas en la medïanita.
    • 1240-1250 Anónimo LAlexandre [2007] 510 Esp (CDH )
      / Ovieron en tod' esto a fallar la ferida, / fallaron la saeta que yazié escondida; / prometieron atanto que non avié medida / qui les sopiesse dar consejo de guarida.
    • c1250 Anónimo Poema Fernán González [2001] 180 Esp (CDH )
      Do sopieron que era veniéronlo vuscar, / començáronle luego la peña de lidiar; / ý quiso Jesucristo grand miraglo mostrar, / byen creo que l' oyestes alguna vez contar. / Saetas e quadryellos quantos al rey tyravan, / a él nin a sus gentes ningunas non llegavan; / tan yradas com' yvan, tan yradas tornavan: / sy non a ellos mismos, a otros non matavan. /
    • c1250 Anónimo LBuenos Proverbios [1971] Esp (CDH )

      El fecho del enseñado es en non dezir mal assy ny a otre.

      Dixo Socrates que un maestro que mostrava una donzella a escrevir. E dixo Socrates a aquel maestro: — Tu das una saeta a otra saeta con que tire en algun tienpo.

      Tod omne que es pagado de lo quel dan o de lo quel fazen es rrico.

    • c1250 Anónimo Vidal Mayor [1956] 269 Esp (CDH )
      (10) Quar por metimiento de la fruent muitas uezes es plagado el colodrieillo, et la saieta recebida por la Iª parte de la cara, toillida por la otra parte del cuerpo, es itada fuera de la natura et muitas uezes con daynno del cuerpo, (11) et la podridura encara aplegada de la plaga es imbiada aqueilla podridura a las partes del cuerpo más alueynnadas, faziendo periglo encara la plaga sanada de suso, dont desciende aqueilla podridura.
    • c1252-1270 Alfonso X Setenario [1945] 105 Esp (CDH )

      Sagitario llamauan a aquel ssigno que dizíen que pareçíe en el çielo. Et ffiguráuanle de la meatad del cuerpo arriba ffigura de omne e lo al todo de cauallo. E dizíenle Ssagitario, que quier dezir tanto commo tirador de ssaeta. Et esto era porque affigurauan en la mano ssiniestra vn arco con ssu cuerda encordada e en la ssaeta, commo quien quiere tirar.

    • c1252-1270 Alfonso X Setenario [1945] 105 Esp (CDH )
      Onda la ssignifficança deste ssigno Ihesu Cristo la ouo en ssí conplidamientre por vii rrazones: la primera, por la ffaçión que ha en ssí de omne; la iiª, de cauallo; la terçera, que tiene arco con cuerda; la quarta, porque tira saetas; la quinta es porque el su tirar es sienpre adelante, e non atrás; la ssesta es porque tiene toca en la cabeça, puesta sobre los oios; la viiª, porque es tan grande que tiene el pie delantero metido entre él e la cuerda.
    • c1252-1270 Alfonso X Setenario [1945] Esp (CDH )

      La terçera, que así commo el Ssagitario tiene arco con cuerda, et éste es Nuestro Ssennor Ihesu Cristo, que tiene con su poder todo el mundo çercado, assí commo el arco con la cuerda ffaze çerco conplido quando es bien tirado. La quarta, que tira ssaetas, esto es a semeiança de Nuestro Ssennor Ihesu Cristo. Que assí commo el que tira, la vna vagada espanta e non ffiere. Et la otra, ffieree non llaga.

    • c1252-1270 Alfonso X Setenario [1945] Esp (CDH )
      Et assí las ssaetas de Nuestro Ssennor Ihesu Cristo sson castigos e escarmientos en quatro maneras. La primera, que sse deue temer e espantar, veyendo el su poder, segunt las obras que él ffizo. La ssegunda, déuensse castigar por los conseios de los omnes que sse guarden de mal. Et ésta es la segunda manera de ssaetas, que maguera ffiere, non llaga. La terçera ssaeta, que ffiere e non llaga mucho, esto es quando el culpado conosçe el yerro en que yaze e sse rrepiente dello e lo meten en uergüença del mal que ffizo e dan penitençia por escarmiento.
    • c1252-1270 Alfonso X Setenario [1945] 106 Esp (CDH )
      La vª, commo el tirar del Ssagitario es ssienpre adelante e non atrás, assí las ssaetas de Nuestro Ssennor Ihesu Cristo ffueron tiradas adelante e non atrás, yendo contra ssus enemigos, ssegunt dixo Dauid quando llannía a Jonatás, que la ssu ssaeta nunqua tiraua a çaga.
    • c1270 Alfonso X Estoria Espanna [2002] Esp (CDH )
      En tanto llego aquel cauallero que corrie en pos ell osso y entro en la cueua. e quando los uio amos assi estar. fue muy marauillado. e muy mas aun de Rocas. que non dell osso. por quel uio con muy luenga barua e todo cubierto de cabellos fasta en tierra. e touo que era omne brauo. e puso la saeta en ell arco. e quisol tirar. el rogol por dios que nol matasse.
    • c1270 Alfonso X Estoria Espanna [2002] Esp (CDH )

      Era muy sotil a marauilla pora aprender toda arte. quier de batalla quier de paz. & muy sabidor de armas & de caualgar. assi que numqua se combatio cauallero con el a que firiesse de lança que lo no matasse o lo no derribasse del cauallo en tierra. E en la guerra de iherusalem doze omnes armados mato el mismo en un dia de doze saetas que tiro.

    • c1270 Alfonso X Estoria Espanna [2002] Esp (CDH )

      No auie cuydado de fecho darmas. mas usaua mucho de tirar de ballesta. assi que muchas uezes tiraua ante grand gente a alguna bestia. & dizie queredes quel ponga estas dos saetas en la tiesta a manera de cuernos. & fazielo assi. & espetaual ell una all un cabo; & ell otra all otro. bien en aquellos logares mismos o los cuernos aurien a seer.

    • c1270 Alfonso X Estoria Espanna [2002] fol. 86r Esp (CDH )

      E a las uezes fazie parar un ninno a lexos. & mandaual tender la mano por sennal & abrir los dedos. & tiraual a la mano. & passaual todas las saetas entre dedo & dedo. tan maestra mientre que numqual fazie mal.

    • c1270 Alfonso X Estoria Espanna [2002] fol. 112r Esp (CDH )
      E ell otro cauallero que tomo la senna; cercaronlo muchos de muchas partes. & dauanle muchas feridas. & las saetas & las otras armas quel lançauan fincauanse en la senna. & las que firien en el recudien much alexos; & nol fazien mal ninguno.
    • c1270 Alfonso X Estoria Espanna [2002] Esp (CDH )

      Et guisos et uino contra ell. & uinieron a la batalla de la una et de la otra part. E fue y luego ferido duna saeta el fijo de deçio de guisa que murio dello. & començauan por ende a desmayar /2/ los de la hueste. Et ueyendo esto ell emperador decio; dixoles por los conortar et por los esforçar. Amigos el fecho de Roma non se deue minguar por perdida dun cauallero. Pero con tod esto doliese ell en el coraçon de la muerte de so fijo. cuemo se deuie doler padre. et començo a lidiar mas de rrezio por uengar la muete de so fijo. tanto que uencio sos enemigos.

    • c1270 Alfonso X Estoria Espanna [2002] Esp (CDH )

      [...] & aquellos que uinieran tras la cierua pararonse en un logar & mesuraron la tierra muy bien & semeioles muy buen logar de ueuir. & tornaronse pora los suyos & contaronles todo aquello que uieran. & allegaronse todos & guisaronse bien de bestias & darcos & de saetas. & guiandolos aquellos que fueran de pos la cierua; passaron a tierra de Scicia. & echaron ende a los Godos que la tenien por su morada. & no tanto por guerra cuemo por espanto que auien dellos. de cuemo eran feos & espantosos de uista. & ganaron toda aquella tierra.

    • c1270 Alfonso X Estoria Espanna [2002] fol. 179r Esp (CDH )
      Mas pero de la parte del Rey tan espessas yuan las piedras & las saetas; que non semeiauan al si non el granizo muy espesso quando cae en tiempo de uerano. assj que los de dentro bien cuedauan que luego aurie de seer astragada.
    • c1270 Alfonso X Estoria Espanna [2002] fol. 179v Esp (CDH )

      Quando el sol fue arrayado sobre toda la tierra. la hueste de los Godos tanniendo las uozinas; començaron a lidiar los muros de la uilla fiera mientre. con fondas & ballestas & dardos de mano. & los de la uilla que saliran fuera muy ayna corriendo dentro. Pero de somo de los muros lidiauan quando mas podien. & firien a los de fuera con piedras & saetas.

    • c1270 Alfonso X Estoria Espanna [2002] fol. 180r Esp (CDH )

      [...] començaronles de la hueste del Rey a tanner las uozinas mucho alta mientre. & cercaron la uilla toda en derredor. & lidaaronla muy de rezio de todas partes. Los de dentro. pero que mucho se alabauan. mas se fiauan en la fortaleza del muro; que en la suya. & echauan de somo del muro piedras & saetas. E pero que se amparauan bien & lidiauan muy de rezio; mayor danno prendien ellos que non los de fuera.

    • c1270 Alfonso X Estoria Espanna [2002] fol. 180r Esp (CDH )
      E bien paresce agora. de que braços & de que fuerça. salie la bondad & la nobleza que ouieron en otro tiempo. en la grandeza de los colpes que fazen. Ca las feridas que fazen de los dardos & de las piedras. alli o aciertan. luego y matan all omne De mas las saetas son tantas & tan espesas; que arma ninguna non tiene y pro. nin se puede omne guardar dellas.
    • c1270 Alfonso X Estoria Espanna [2002] Esp (CDH )

      El que fue fuert & coraioso; murio en batalla. El corredor & el ligero de pies non guarescio a las saetas. Las espadas & las otras armas de los godos; perdonaron a los enemigos & tornaron si en sus parientes & en si mismos. ca non auie y ninguno qui los acorriesse; nin departiesse unos dotros.

    • c1270 Anónimo HTroyana [1976] 231 Esp (CDH )
      E estos todos trayan arcos troques e saetas: e tanto que legaron aquel logar o los otros estauan conbatiendo, se tendieron los arcos e aguijaron los cauallos muy fuerte, e començaron de dar muy grandes vozes e a tirar muchas saetas, e mataron muchos de los griegos que estauan en la rribera e derribaron otrosy bien mill de los mejores que y auia; e de tal guisa los quexaron que lo non podieron mas sofrir los griegos e ouieronse a meter por fuerça en la mar la mayor parte dellos.
    • c1270 Anónimo HTroyana [1976] 236 Esp (CDH )
      E don Hector ordeno la quinta az e puso en ella al rrey Protemiso e al rre Estipo, * fiio de Menalao, que eran señores de las gentes de Peonia; e estos eran onbres muy guerreros, mas auian costumbre de non traer lança nin espada, mas andauan todos a cauallo e armados muy bien, segund que era costunbre de su tierra, e trayan sendos arcos e muy grandes carcajes llenos de saetas.
    • c1270 Anónimo HTroyana [1976] 236 Esp (CDH )
      E Deyfebo andaua muy bien armado el cuerpo e el cauallo e non quiso tomar otra arma, sy non vn arco e muchas saetas de azero muy agudas.
    • c1270 Anónimo HTroyana [1976] 249 Esp (CDH )
      E Deyfebo paro oio en el rrey Teuzer, e puso vna saeta en el arco e diol muy grand ferida, tal maguera que non desmayo mucho el rrey Teuzer que ante de vn mes fue sano della.
    • c1270 Anónimo HTroyana [1976] Esp (CDH )

      E el rrey Thoas, que andaua bien armado a gran marauilla en un cauallo muy preçiado e muy corredor, pasaua las azes de los troyanos mucho amenudo, e los vnos mataua e a los otros derribaua e a los otros dexaua llagados muy mal. E andando ... *

      dapño en ellos tirandoles muchos dardos enpenolados a manera de saetas.

    • c1270 Anónimo HTroyana [1976] 251 Esp (CDH )
      E esto cuydauan ellos que lo tenian muy bien parado, por que estaua el muy alongado de los suyos; mas el defendiese dellos muy esforçadamente: lo vno por sy, que era muy buen cauallero de armas, lo otro, por la grand fortaleza del carro; mas con todo aquello, non se pudo el tanto guardar que lo non ouiese a ferir Ludal, vn muy buen cauallero que tiraua muy bien de arco a grand marauilla, e diole vna ferida de vna saeta en la cara, lo que luego aquella ora cuydo ser muerto el rrey Fion.
    • c1270 Anónimo HTroyana [1976] Esp (CDH )

      E desque ellos vieron que non tenian con que se defender, fueronlo prender por el auantal del escudo, e desenlazauanle el yelmo e trayanlo malamente, de guisa que le ouieran cortarla cabeça, sy acorro no lle legara, commo lego, segund que agora oyredes.

      Commo el duc de Atenas acorrio al rrey Thoas e ferio a Odinax que lo derribo, e commo Paris ferio al duc con una saeta.
    • c1270 Anónimo HTroyana [1976] Esp (CDH )

      Estando Toas en el campo derribado e maltrecho commo auedes oydo, lego y el duc de Atenas e dio tal ferida de la lança que traya a Odinax, *que lo derribo del cauallo a tierra e echolo tendido en medio del campo. E muchos ouo y a quien peso de la su cayda, se quiera luego a Paris que puso vna saeta en su arco e tirola contra el duc e feriolo por el costado.

    • c1270 Anónimo HTroyana [1976] Esp (CDH )

      Aquel torneo, tan esquiuo commo auedes oydo, vieno Hunes el rrey de Symonis, *e tendio vn arco torqueo que traya e ferio a don Hector de vna saeta en la cara; mas torçio la saeta, mas non fue grande la ferida. E vengose luego don Hector muy bien, ca puso las espuelas al cauallo e aguiio muy de rrezio contra Vnes; e con la grand saña que auie, era don Hector dos tanto *... s esforçado e mays ardit que ante, e ... grand ferida por somo de la cabeça ... vada que asi fizo dos partes.

    • c1270 Anónimo HTroyana [1976] Esp (CDH )
      E ellos lidiando alli cerca de ... ras vieno y Tolit ... tes con los de ... sus vasallos e ... to fas ... en los ... luego do ... que los el podia, alcançar ... aquesto tiro Deyfebo vna saeta e diol muy grand golpe con ella en la pierna e entrol fasta el hueso.
    • c1270 Anónimo HTroyana [1976] Esp (CDH )
      E desque Paris lego, començo la batalla a ser en peso e a cresçer de cada parte, e alli se tirauan tantas saetas e tantos dardos que non osauan los armados descobrir los ojos solamente.
    • c1270 Anónimo HTroyana [1976] 294 Esp (CDH )
      E pues desque fueron todos ayuntados de anbas las partes en el canpo, boluieronse todos a guisa de muy ardites; e tan grande fue el torneo, que tan espesas cayan las saetas e los dardos commo suele caer la luuia.
    • c1270 Anónimo HTroyana [1976] Esp (CDH )
      Commo el rrey Menalao escogio çient caualleros de los mejores de toda Greçia e ouo su consejo con ellos para matar a Paris, e commo Paris ferio al rrey Menalao con vna saeta. *
    • c1270 Anónimo HTroyana [1976] 303 Esp (CDH )

      E alli andaua Paris con su arco en la mano, tirando muchas saetas e faziendo muy grand dapno en los griegos, e veyenlo bien todos los de la villa lo que el fazia.

    • c1270 Anónimo HTroyana [1976] Esp (CDH )
      E desta guisa escapo Paris aquella vez; mas desque vieno la tarde, e vio Paris que se yrian acogiendo los griegos a sus tiendas, tornose para la villa e desarmose de todas sus armas, e tomo su arco e sus saetas e tornose a la hueste, que cuydo que fallaria los griegos desarmados e faria algund dapño en ellos; mas el rrey Menalao, que lo andaua siempre aguardando, touol mientes de commo fizera e atendiolo en el canpo fasta que Paris fuese tornado, ca bien sabia el que non auia Paris por costunbre de se partir del torneo fasta que todos fuesen idos.
    • c1270 Anónimo HTroyana [1976] 316 Esp (CDH )
      E luego que el vio que auia de ferir en los griegos, commenço de correr e a dar muy grandes saltos a cada parte, e a, fazer muy grandes bueltas enderredor de los griegos, e daua muy grandes vozes e muy grandes gritos, e tiraua muchas saetas a cada parte e mataua muchos de los griegos.
    • c1270 Anónimo HTroyana [1976] 316 Esp (CDH )
      E trayanle los que eran de la conpana del rrey de Lisonia tantas saetas, que non auia poder de fallescerlle, ca sy el muchas tiraua, muchas le dauan ellos; e commo era la gente mucha, nunca golpe podria errar; e tan rrezio enbiaua la saeta e por tan gran fuerça, que nunca la tan lexos tirarie, quel podiese guaresçer loriga nin otra arma ninguna.
    • c1270 Anónimo HTroyana [1976] 316 Esp (CDH )
      E trayanle los que eran de la conpana del rrey de Lisonia tantas saetas, que non auia poder de fallescerlle, ca sy el muchas tiraua, muchas le dauan ellos; e commo era la gente mucha, nunca golpe podria errar; e tan rrezio enbiaua la saeta e por tan gran fuerça, que nunca la tan lexos tirarie, quel podiese guaresçer loriga nin otra arma ninguna.
    • c1270 Anónimo HTroyana [1976] 318 Esp (CDH )
      E por esto, començo Diomedes a seguir el sagitario quanto mas pudo; e el sagitario commo * vio que lo quexaua mucho, puso en su arco vna saeta tan grande commo vn dardo, e tornose contra Diomedes e diol vna tan grand ferida con ella en el escudo que traya, a flores el canpo de oro e las flores de azul, que gelo paso de la otra parte; e pasol la loriga e entrol por el costado e saliol muy clara de la otra parte del cuerpo.
    • c1270 Anónimo HTroyana [1976] 318 Esp (CDH )
      E Diomedes, maguera le pasara la saeta por el cuerpo, su ventura fue tan buena, que non lo priso por lugar onde morir deuiese, e sano otrosy de la ferida que tenia en la cabeça, de guisa que non le fizo enojo ninguno.
    • c1270 Anónimo HTroyana [1976] 379 Esp (CDH )
      E en estos treynta dias que fueron * de grant trabajo e de grand malaventura, rresçebieron * muy mayor dapño los de dentro e los de fuera que non en la sesta batalla, ca a * los quinze dias fue don Hector tan mal llagado de vna saeta que nunca cuydaron que ende escapase, * de guisa que * en todos los otros quinze dias non pudo leuantarse nin salir * a la batalla.
    • c1275 Alfonso X Gral Estoria I [2002] fol. 7v Esp (CDH )

      Respondiól el moço que non sabié, si non quel semejava que estava ý cosa viva. Armó estonces Lamec su arco, e puso su saeta en él, e mandó al moço que gelo endereçasse contra la mata, e el moço fízolo.

    • c1275 Alfonso X Gral Estoria I [2002] fol. 7v Esp (CDH )

      E Lamec tiró del arco e firió a Caín de muerte en la mata con la saeta. E Caín con la ferida de la muerte dio una boz, e Lamec entendió que aquélla boz de omne era, e espavoreció. E començó de asmar e pesarle de aquel colpe que fiziera.

    • c1275 Alfonso X Gral Estoria I [2002] fol. 28r Esp (CDH )
      Al noveno, el Sagitario, que quiere dezir tanto como saetador fascas tirador de saetas con arco, e assí lo pintan.
    • c1275 Alfonso X Gral Estoria I [2002] Esp (CDH )
      El rey Nino, como estava apoderado e era de grand coraçón, cercó la cibdat e guerreóla; e firiéronle los de dentro d'una saeta, e murió d'ella, e fincó el fecho assí.
    • c1275 Alfonso X Gral Estoria I [2002] Esp (CDH )

      E llamó a su fijo Esaú, que era mayor e que amava el más que all otro, e dixol: — Fijo, tú vees que yo só viejo ya, e non sé cual día me morré, nin puedo ya servir a Dios como yo querría. E non me duelo de morirme ya, pues a Dios non fago aquí servicio. E tú toma tu arco e tus saetas e ve a caça.

    • c1275 Alfonso X Gral Estoria I [2002] fol. 164r Esp (CDH )
      E dize otrossí esse Cornel que a los judíos que se non querién ir, ca algunos avié ý que se fincavan si los dexassen, que con saetas e otras armas les fizieron los egipcianos salir de la tierra e los echaron en los desiertos.
    • c1275 Alfonso X Gral Estoria I [2002] fol. 268r Esp (CDH )
      Non era el mester d'esta infante labrar de lana, nin lavar nin liarse los cabellos, nin peñárselos, nin afeitarse nin catarse tod el día en espejo si parecié bien, mas ciñiése bien su correa e apretávase en ella e poniése su toca blanca como la nieve con que trayé sos cabellos apremiados e apretados tales bueltos cuales los ella trayé, e a las vezes tomava dardo o lança o azcona con que trebejava, a las vezes arco con sus saetas, e salié a los montes e corriélos, e matava los venados e caçava, assí que la llama la estoria que era cavallera de doña Diana.
    • c1275 Alfonso X Gral Estoria I [2002] Esp (CDH )
      La infant Calixto sintiése por mal engañada, e fincó d'aquel fecho quebrantada e triste, e aborreció aquel mont e aquella selva, e quiso sempre por ende mal a aquel logar, e fuxo luego d'allí tan apriessa e tan irada que por poco se le olvidara de baxarse pora tomar del prado el carcax con las saetas.
    • c1275 Alfonso X Gral Estoria I [2002] Esp (CDH )
      E a los que se alongavan matávanlos de lueñ con fondas e con dardos e con saetas, e murién tan bien como los que fuyén, e fue fecha muy grand mortandad en ellos.
    • c1275 Alfonso X Gral Estoria I [2002] Esp (CDH )
      Después d'esta profecía de Saúl tornó Balaam otrossí a contar del pueblo de Israel de cabo cómol sacara de Egipto Dios, cuya fortaleza era como la dell unicornio, e que esta yent gastarié todos sus enemigos e quebrantarié los huessos d'ellos e los foradarié de part en part con saetas.
    • c1275 Alfonso X Gral Estoria I [2002] fol. 337r Esp (CDH )
      A Dios que te engendró desampareste, e olvideste al Señor tu criador. Víote el Señor e movido es a saña, cal assañaron los tus fijos e fijas. E dixo éll: ascondré la mi faz d'ellos, e mesuraré las postremerías d'ellos, ca generación aviessa es, e desleales fijos; ellos me /2/ assañaron con aquel que non era Dios, e enrizáronme en sus venidas, e yo assañaré a ellos con aquel que non es pueblo, e enrizar los é con yente estulta. Fuego es encendudo en la su saña, e arderá fasta las postremerias dell infierno, e tragarán e destroirán la tierra con su linage e quemarán los fundamientos de los montes, e yo ayuntaré males sobre ellos e compliré en ellos las mis saetas. Serán destroídos de fambre, e comer los an aves con muy amargo mueso.
    • c1275 Alfonso X Gral Estoria I [2002] fol. 337v Esp (CDH )

      E non es qui de mi mano pueda librar a sí nin a otre. Alçaré el cielo en la mi mano, e diré: yo bivré por siempre jamás. Si aguzare la mi espada como relámpago daré vengança a los mios enemigos, e daré a los qui me malquisieron a cadaúnos como lo merecieron. Embebdaré de sangre las mis saetas e la mi espada combrá las carnes.

    • c1275 Alfonso X Gral Estoria II [2003] fol. 24r Esp (CDH )

      Onde cuenta aun essa estoria de Troya. Que des que se torno este consul Cecilio matello a Roma con este uencimiento tan grant que fiziera que le llamaron Matello Cretico. fascas Matello el de Creta. Este es el que la uencio & la torno so el jmperio de Roma. Et esta ysla Creta fue la primera Grecia. que se ennoblescio mas & meior de poderio de Naues & de armas & de fecho de saetas. assi cuemo cuenta la estoria.

    • c1275 Alfonso X Gral Estoria II [2003] fol. 111v Esp (CDH )

      Et torno ella la cara atras & aderredor de si como qui cata por armas assi cuemo quisiera auer prestas las saetas & ell arco o el dardo. & se baxara por las armas pora ferir a Actheon con ellas si las y touiesse. assi como las aguas las aguas con que la bannauan & esparçio a Actheon dellas por la cara. & por la cabesça en uengança de lo que el era rafaziado en assi se parar sin toda uerguença a aquella uista.

    • c1275 Alfonso X Gral Estoria II [2003] fol. 135v Esp (CDH )

      Et departe alli que son los Delfines de los pesces que enseneldan & que yendo so ell agua tras la caça. que retienen ell ensenneldo luengo tiempo. & quando quieren ensalendar. diz que salen a ello a somo dell agua canados como saeta. & assi uan yrados que a las uezes alçan se tanto como qui uuela & que passan todas las uelas de la Naue del un cabo dell otro.

    • c1275 Alfonso X Gral Estoria II [2003] fol. 161r Esp (CDH )

      Et cuenta aqui della ell Autor que fama era quel dixieran muchas uezes sus hermanas Salmacis; toma dardo o arco con sus saetas & sal & ue a caça & usa dellas. Ca fallaredes por todos los libros de los gentiles. Que en aquella sazon tan bien se trauaiauan de caça & correr mont las /2/ duennas como los uarones.

    • c1275 Alfonso X Gral Estoria II [2003] fol. 161r Esp (CDH )

      Mas nin quiso Salmacis tomar harco nin saetas nin otra harma tal: nin andar a mont nin usar dello. Mas a las uezes se bannaua & lauaua los sos fermosos mienbros en la fuent daquel estanco. a las uezes se peynaua Et en logar dotro espeio: cataua se en las aguas dalli: & a las uezes uestida de nobles uestidos echauasse o en las blandas foias de los aruoles. que estauan a derredor & cayen alli. o en la blandas yeruas del prado [...].

    • c1275 Alfonso X Gral Estoria II [2003] Esp (CDH )
      Amigas uenit aqui & corret ca este es el uuestro denostador & el uuestro depreciador que uos echa en denosto & en desprez Et llegaron se entonces tdodas & metieron mano a las armas & alançaron contra ell dardos & azonas & saetas.
    • c1275 Alfonso X Gral Estoria II [2003] fol. 283v Esp (CDH )
      Et segunt dizen unos tiraron le muchas armas & açertauan la mas ninguna non entraua en ella; en cabo llego Partonope rey de arcadia con su arco & metio mano a las saetas & tirol uno & firio la de guisa que la mato.
    • c1275 Alfonso X Gral Estoria II [2003] fol. 312r Esp (CDH )

      Et si tomaua la lança & la esblandie & la reboluie commo el querie. iudgaua ella que aquel era el mas ualiente & mas fremoso. & que meior le parescie que otro cauallero que y fuesse. Et si tomaua el arco yl doblaua con la saeta yuraua /2/ ella que a aquella misma guisa uiera estar a Phebo dios del sol. & que Minos assi como dexo las armas de lidiar dieron le el cauallo guisado con coberturas muy nobles.

    • c1275 Alfonso X Gral Estoria II [2003] fol. 335r Esp (CDH )

      Desta Infante departe assi ell Autor que uenie uestida bien a manera de caça & de correr mont. Et apretada en la cinta. & los cabellos collechos en un nudo. Ell carcax era de Marfil. & trayel colgado del siniestro ombro. & en este uinien las saetas. E ell barco uinie en la siniestra otrossi. Et tal era la su faz en la uista segunt departe ell Autor; qual podrie omne dezir cara de uirgen en ninno. & de ninno uirgen.

    • c1275 Alfonso X Gral Estoria II [2003] fol. 336v Esp (CDH )

      Et llego Peleo so hermano. & alçol. Et estando ellos en esto; llego la Infante Athalanta con su arco. & tiro una saeta. & dio al Puerco so el oreia. & entrol por la carne & salio la sangre de guisa que parescie por las sedas del Puerco.

    • 1276 Alfonso X Ochava esphera [2003] Esp (CDH )

      Et a de dientro de la figura de Perseo .xxvj. estrellas. & tres de fuera. Et en el tenedor de las riendas a .xiij. estrellas de dientro del. Et a en el caçador de las culuebras .xxiiij. de dientro de la forma. & .v. de fuera della. Et a en la forma de la culuebra .xvij. & una de fuera della. Et a de dientro de la forma de la saeta, .vij. Et en la forma de la aguila, .ix. & de fuera della, .vj. Et a .x. en el Dofin de dientro en la figura.

    • 1279 Alfonso X LFormas [2003] Esp (CDH )

      En el primero capitolo es pora guardar el ganado de las malas bestias.

      El .ij. es pora derribar los arboles & las torres.

      El .iij. pora guardar el omne quel non fiera saeta.

      El .iiii. pora seer el rey temido & obedecido de todos los otros reyes; & de todos los omnes.

    • a1280 Alfonso X Gral Estoria III [1994] Esp (CDH )

      Luego fue empós ella como va el buey aducho al sacrificio, e como el cordero loçano e non sabidor que es traído a prisión como loco,

      fasta que passe saeta por el quijar d'él, como ave que va apriessa al lazo, e non sabe cómo del peligro de su alma están allí contendiendo.
    • a1280 Alfonso X Gral Estoria III [1994] Esp (CDH )
      Assí como nuze qui echa lanças e saetas para matar,

      assí el omne que busca mal engañosamientre a su amigo, e desque·l prisieren en ello dize: — Por juego lo fiz.

      Quando falleciere la leña amatar se á el fuego, e sacado ende el bolvedor, quedan las varajas.

    • a1280 Alfonso X Gral Estoria III [1994] Esp (CDH )
      E es esto como la saeta que echan a logar señado, e va partiendo el aire, e el aire encerrándose luego en sí empós ella, de guisa que ninguno non coñocié en él la passada de la saeta.
    • c1280 Alfonso X Gral Estoria IV [2002] fol. 78r Esp (CDH )

      Estas cosas dize el sennor dios. desertida sera /2/ toda la tierra. mas pero non la acabare. yo agora toda. Lorara la tierra & loraran los cielos. & cuede yo sobre aquello que fable & non me repenti. nin so tornado dello. De la uoz del cauallero & del qui enuiaua la saeta; fuxo toda cibdad. Entraron ellos las altezas & subieron sobre las pennas. Todas las cibdades son desamparadas & non mora en ellas omne. Mas tu iherusalem destroyda que faras.

    • c1280 Alfonso X Gral Estoria IV [2002] fol. 79r Esp (CDH )
      Euad que uiene pueblo de tierra de aguilon & leuantase grand yent de los cabos de la tierra. saeta & escudo tomara.
    • c1280 Alfonso X Gral Estoria IV [2002] Esp (CDH )
      Euad que yo uos fundre & uos prouare. ca al que fare yo ante la faz de la fija del mio pueblo; Saeta llagant la su lengua con enganno fablo. paz trae de palabra en la boca.
    • c1280 Alfonso X Gral Estoria IV [2002] Esp (CDH )

      Subre & crubire la tierra. & destroyre la cibdad. & los moradores della. Subid en los cauallos. Dad gritos en los carros. Salgan los fuertes de Ethiopia. & los de Libia con escudos. & los de Libia tomen ballestas & echen saetas. mas aquel dia del sennor. dios de las huestes es. dia de uengança. porque la tome el de sos enemigos.

    • c1280 Alfonso X Gral Estoria IV [2002] Esp (CDH )

      Ca euad que yo leuantare grand ayuntamiento de yentes de tierra de Aguilon. & adozirlas e sobre Babilonna. & seran guarnidos & guisados contra ella. & a dia sera presa. La saeta dellos como saeta de uaron muy fuert. & matador. & non se tornara sin matar. & yra caldea en prea. & seran Ricos todos los sos destroydores. el sennor lo dize por que uos exaltades & dezides grandes cosas robando la mi heredad.

    • c1280 Alfonso X Gral Estoria IV [2002] fol. 99v Esp (CDH )

      Aguzad las saetas. & enlennad los carcaxes. ca leuanto el sennor el spirito de los Reys de Media. & contra babilonna es la su uoluntad porque la destruya. ca uengança es del sennor. & uengança del so tiemplo. el Rey de media es leuantado contra Babilonna. et estol uiene del sennor.

    • c1280 Alfonso X Gral Estoria IV [2002] Esp (CDH )

      Deleth. Trastorno las mis carreras & crebanto a mi & parome desamparada. Deleth. Tendio so arco & pusome como sennal a saeta. Deleth. Metio por las mis renes las fijas del so carcax. Heth. Fecho so escarnio a todo mio pueblo & cantar dellos tod el dia.

    • c1280 Alfonso X Gral Estoria IV [2002] fol. 109v Esp (CDH )
      Leuantaras el tu arco. & cumpliras a los linnages de israhel lo que les prometist. Taiaras los Rios de la tierra uironte las aguas & dolieronse los montes. el pielago de las aguas passo. Dio el auismo su uoz. Ell alteza alço las sus manos. El sol & la luna estedieron en su morada. en la luz de las tus saetas yran. & en el resplandor de la tu asta relampagant. Con el roido cocearas la tierra con la sanna esbaharesçras las yentes. Salist pora salud de to pueblo. pora salud con el to xristo. fferist la cabeça de casa del non piadoso. desnuyest el so fundamiento fastal cuello.
    • c1280 Alfonso X Gral Estoria IV [2002] fol. 112v Esp (CDH )

      [...] non finco dellos uno qui tornas por contar a los otros que uinien empos ellos como fuera & los hebreos desque dalli salieron. uinieron priuado a los desiertos del mont sina o nunqua pudo omne morar nin fijo de omne folgar. & las fuentes & las aguas que eran alli muy amargas tornaronseles dulces pora beuer. & dioles del cielo aquel so dios ceuera donde uisquieron en el desierto quarenta annos. & por todo logar entraron & fueron sin saeta sin arco.

    • c1280 Alfonso X Gral Estoria IV [2002] fol. 113v Esp (CDH )

      Et mas pora amatar la sed quanto que fuesse que non pora beuer a abondo ca era muy poca. & sopieronlo. los de la huest. & llegaronse los de amon & de Moab a olofernes & dixieronle. los de israhel nin se esfuerçan en lança nin en saeta.

    • c1280 Alfonso X Gral Estoria IV [2002] Esp (CDH )

      [...] & quando los tu catest emboluieronlos teniebras que non sabien o yr. & detouolos ell auismo los pies & cobrieron los aguas. & sennor assi contesca a estos quis esfuerçan en muchedumbre & en sus carros & se glorian en cuentas & en sus saetas. & en sus lanças. & non saben como tu solo eres nuestro sennor dios qui crebantas las batallas del comienço de las cosas a aca.

    • c1280 Alfonso X Gral Estoria IV [2002] Esp (CDH )

      Onde uinieron a la batalla. de la una & de la otra parte. & estando las azes de amas las huestes tan cerca ya que se alcançauan de las saetas.

    • c1280 Alfonso X Gral Estoria IV [2002] Esp (CDH )

      [...] apartosse aquell cabdiello. Miliciades de la otra companna. & uino & parosse entre amas las azes. que nin lo dexo por saeta nin por otra arma ninguna. & començo a lidiar & ferir en los enemigos muy de rezio. & fueral muy bien en su pressura si non que era solo. & non le acorrieron compannas quel compliessen. & fue assi que lidiaron bien de amas las partes.

    • c1280 Alfonso X Gral Estoria IV [2002] Esp (CDH )

      [...] & esau el mayor hermano era uelloso & dunos cabellos espeluzrados. & yertos. Saetero que tiraua de arco & de ballesta. & mataua de saetas. & deleytauase en caça de uenados. & en seluas & en bestias.

    • c1280 Alfonso X Gral Estoria IV [2002] Esp (CDH )

      Despues desto philippo fue guerrear una cibdad que dizien motona. & en el combater della. dieronle duna saeta en ell oio & crebantarongele. & por tod esso non dexo de guerrear la cibdad & prisola.

    • c1280 Alfonso X Gral Estoria IV [2002] Esp (CDH )
      [...] & yendo alexandre a aquel tiemplo de Amon fallo en la carrera un cieruo que uinie contra el & mando a sus caualleros quel firiessen de las saetas & ellos fizieronlo. & de quantas saetas le echaron ninguna nol pudo ferir.
    • c1280 Alfonso X Gral Estoria IV [2002] Esp (CDH )
      Quando aquello uio alexandre tomo un arco & sus saetas & dixo a su caualleros de la guisa que agora uieredes uos a mi ferit uos de saeta & tiro el luego la saeta & firio al cieruo.
    • c1280 Alfonso X Gral Estoria IV [2002] fol. 217v Esp (CDH )
      [...] ca assi como cuenta la estoria. tantos auie y de ballesteros damas las partes. que assi andauan las saetas por el aer. como las nuues con el nublo.
    • c1280 Alfonso X Gral Estoria IV [2002] fol. 221r Esp (CDH )

      Veyendo el rey Poro esto que se fizo de los elefantes fue ende muy turuiado. Los de Media & los de persia otrossi fizieron su remesa sobre los indianos. & firieronlos muy de rrezio con saetas & con benablos. & derribauan dellos los unos muertos. & los otros feridos de mala guisa.

    • c1280 Alfonso X Gral Estoria IV [2002] Esp (CDH )
      & quando a lidiar auemos con algun nuestro enemigo ymos en nuestra hueste diez uezes. cient mil. & estas todas a cauallo con arcos. & nuestras saetas & lanças. las otras guardan la nuestra ysla & nos ymos contra nuestros enemigos & segudamoslos fasta los montes.
    • a1284 Alfonso X Gral Estoria V [2002] fol. 4v Esp (CDH )
      [...] dixo esto & tomo apriesa sus conpannas de noche & començo de yr mas ayrado que la saeta quando salle de la vallesta.
    • a1284 Alfonso X Gral Estoria V [2002] fol. 21v Esp (CDH )
      Et ally fueron de saetas & azconas & de otras armas tantas echadas a la otra parte que tan espesas yuan commo caen las gotas quando mucho llueue.
    • a1284 Alfonso X Gral Estoria V [2002] Esp (CDH )
      Sobre esto mando a sus conpannas venjr de noche & destos eran todos los mas vallesteros & que feriesen de las saetas a auentura a todas partes por do estauan los del çesar.
    • a1284 Alfonso X Gral Estoria V [2002] fol. 29v Esp (CDH )
      Aquj troxeron las sus saetas los andariegos pueblos de sçiçia los que el rrio bractos ençierra de aquella parte con el mar que se yela de frio & los de las grandes seluas de yrcanja.
    • a1284 Alfonso X Gral Estoria V [2002] Esp (CDH )
      Et non cataron sinon quando sallieron de ally saetas & azconas & lanças & ferien en las altas torres de la çibdat.
    • a1284 Alfonso X Gral Estoria V [2002] fol. 32v Esp (CDH )

      [...] mas pero mayor era el poder de aquella mançebia de greçia de las armas que ellos echauan contra los rromanos. Ca non eran lanças solas que echasen abraço. mas astas & otras lanças & saetas que echauan con vallestas & con otros estrumentos que yuan tan fuertes & tan apoderados que nunca quedauan de pasar el vn costado solo del que alcançauan.

    • a1284 Alfonso X Gral Estoria V [2002] fol. 33v Esp (CDH )

      Et pues que llegaron los rrostros de los naujos los de la vna parte con los de la otra estudieron asy & metieron mano a las armas. Et luego con las saetas desy con dardos & azconas & ferieronse fiera mente. En todo esto los romanos algunos dellos metieron las naues adelante. Et llegaron los de marsella & entraron les en medio de la flota.

    • a1284 Alfonso X Gral Estoria V [2002] fol. 34r Esp (CDH )
      Et estudo la batalla & feriense & non ya de saetas njn de otras armas que fuesen de aluenne mas a mantenjente & murieron y muchos & cayeron dellos en los naujos dellos en la mar.
    • a1284 Alfonso X Gral Estoria V [2002] fol. 34r Esp (CDH )
      Et estaua en somo vno que djzen tago & lidiaua & entreujnose & ensayo de leuar el gouernaje de la naue de los griegos & dieron le de saetas por las espaldas & por los pechos que todas ge las pasaron de parte en parte & salliele la sangre mucha & non sabie por qual de las llagas. Et fue tanta que echo las saetas fuera & finco el muerto.
    • a1284 Alfonso X Gral Estoria V [2002] fol. 46r Esp (CDH )
      Et dexolos entrar en la mar por cogerlos todos ally en la mano commo fazen los caçadores a los çieruos espantados de las pennolas de las saetas que los ayuntan a vn logar & les echan las rredes porque se les non puedan yr & los toman ally.
    • a1284 Alfonso X Gral Estoria V [2002] fol. 50v Esp (CDH )

      Et los de sanamones que son omnes pobres los marmorides que son gente lygera mezclados con los garamates. el pueblo mazay que fiere de dardo tan aluenne & çierto commo los turcos de media de saeta. los masilios que son gente que caualgan sus cauallos en çerro & sin freno & los mandauan con verga. los afros omnes que bjuen por caça de anjmalias & bjuen en choças andando sienpre de logar en logar & que se non enfeuzauan en fierro solo.

    • a1284 Alfonso X Gral Estoria V [2002] fol. 56r Esp (CDH )
      Et luego de comjenço seyendo avn njnno mato con sus saetas tales commo de njnno aquella grant serpiente fiton porque segudara a su madre.
    • a1284 Alfonso X Gral Estoria V [2002] fol. 63r Esp (CDH )
      Et djze que nabucodonosor quando algunas çibdades querie destroyr que por suertes las destruye en esta gujsa. tomauan tantas saetas quantas eran las çibdades contra qujen querien yr & escriujen en ellas los nonbres de las çibdades & bolujenlas. Et de sy tomauan vna & la çibdat cuyo nonbre fallauan a aquella yua primero & aquella destruye. Et segunt esto fazie en las otras saetas contra las otras çibdades.
    • a1284 Alfonso X Gral Estoria V [2002] fol. 76v Esp (CDH )
      Et este sçena mjentra las astas de las lanças & de las saetas tenje en el cuerpo & fablaua dixo asy contra los de ponpeo. locos sodes & sin sentido por que perdedes los golpes de las lanças & de las saetas golpes que nunca llegaran a logar do yo la vida ten tengo.
    • a1284 Alfonso X Gral Estoria V [2002] fol. 77r Esp (CDH )
      Et las llagas en el fechas con tantas saetas & tantas lanças & azconas non cunplien a dar vna muerte en cabo tiraron le vna saeta de vna vallesta de vnas muy fuertes que fazien en la çibdat de cortjna en creta & diole por la cabeça & salliole por el ojo senjestro.
    • a1284 Alfonso X Gral Estoria V [2002] fol. 77r Esp (CDH )
      Et por que tardara de pasar la saeta toda echo el la mano en ella & leuo la adentro & sacola por el ojo & el ojo con ella & dio con ella en tierra & començo la de acoçear a ella & al ojo & rrebolujo se venjendo enderredor commo faze el osso con la grant sanna quando le fieren & le entra el venablo.
    • a1284 Alfonso X Gral Estoria V [2002] fol. 77v Esp (CDH )
      Et onrrauanle commo a vna manera de grant barraganja & metieron se todos a sacar le las saetas & las astas que tenje en el cuerpo & dezien mal de sus dioses por que tan mal ayudaran a tan esforçado cauallero & despojaron por ende el altar de mares.
    • a1284 Alfonso X Gral Estoria V [2002] fol. 79v Esp (CDH )
      [...] & la çibdat de orion do las musas que eran las duennas de los saberes segunt los gentiles contendieron con atamarido sobre los saberes & le vençieron & le desollaron despues por ello & aquj la çibdat traçin & la çibdat meliboea do filotetes touo las saetas de hercoles & las guardo.
    • a1284 Alfonso X Gral Estoria V [2002] fol. 91v Esp (CDH )
      Et armaron las vallestas las mas fuertes que aujen & tenjen abondo de muy buenas saetas & fazien los caualleros acresçer los espolones a las espuelas & encortar las rriendas commo era menester.
    • a1284 Alfonso X Gral Estoria V [2002] fol. 98v Esp (CDH )
      [...] de la vna parte veriades bolar saetas de la otra hachas de la otra piedras & gujjas calientes & pellotas de plomo rrojas.
    • a1284 Alfonso X Gral Estoria V [2002] fol. 98v Esp (CDH )
      [...] mas non enbiauan a njngunt cabo las saetas derechas sy non al ayre solo asy commo paresçie sobre essos canpos.
    • a1284 Alfonso X Gral Estoria VI [2002] fol. 181r Esp (CDH )
      [...] et Antigono pues que fabló con él entendió que querrie, et mandó cerrar las puertas daquella cibdat do yasia, et fisol ende á longar sus yentes á piedras, et á saetas et Machera fué mui sañudo de Antonio de lo quel fiso, et de Herodes por quel embiara ý, et fuese para Herodes que era en Maconta [...].
    • c1285 Anónimo LCien Capítulos [1998] Esp (CDH )
      Ellos son armas agudas con que va el rey contra sus enemigos, e ellos son saetas que tiran contra ellos e las lanças que les meten por los cuerpos.
    • c1285 Anónimo LCien Capítulos [1998] 103 Esp (CDH )

      Quando se ayuntaren las espadas salido es el consejo e el escoger de medio. La espada es sombra de la muerte. Las saetas son mandaderas de la muerte e non ciertas, ca non pueden toda vía fazer mandado del que las envía. La lança es del omne como su hermano, toda vía non la deve quitar de sí, a las vezes fallescerle á si non la guarda.

    • c1285 Anónimo LCien Capítulos [1998] 103 Esp (CDH )

      La saeta es mandadero de la muerte pero non cierto, que a las vezes fallescen e a las vezes aciertan. E el escudo es cubierta con que se defiende el que lo tiene. La loriga es encabo del peón que la tiene e es carga del cavallero pero es como castillo con que se puede defender omne algunas vezes.

    • c1285 Anónimo LCien Capítulos [1998] Esp (CDH )

      Quando viene al omne ora de bienandança e la pierde finca con manzilla. Los ballesteros ante que tiren con las saetas las empeñolan e ante de la ora de la lid fínchense los carcaxes d'ellas. La fuerça es en la huebra e non en las maneras.

    • 1292-1293 Anónimo Castigos [2001] Esp (CDH )
      Ca tal es la palabra del omne desque sale por la boca commo la saeta de que sale de la ballesta que non la puede ninguno torrnar fasta que llega allí do ha de ferir.
    • 1284-1295 Anónimo FCuenca [1935] Esp (CDH )
      Qual quiere que piedra o saeta o astil o otra cosa qual quier lançare & omne firiere o otro danno fiziere, peche la calonna & el danno que fiziere otrosi.
    • 1284-1295 Anónimo FCuenca [1935] Esp (CDH )
      Quien bofordare fuera delos adarues & piedra o saeta o astil o otra * cosa lançaren jugando & omne firiere o matare o otro danno fiziere, non peche calonna ninguna; pero si sospechoso fuere que de grado fizo el danno, saluese segun fuero de cuenca.
    • 1284-1295 Anónimo FCuenca [1935] 307 Esp (CDH )
      [...] &este mesmo juyzio damos de aquel, quen bofordo o en juego de bodas o en lançamjento de astil o de piedra o de saeta, omne matare o otro danno fiziere; semejante juyzio damos al espantador que dixere que lo fizo por non saber; es asaber que se salue segun fuero mandare & fuerele calonnado dela demanda.
    • 1284-1295 Anónimo FCuenca [1935] Esp (CDH )
      [...] el ballestero peon que leuare arco o ballesta con dos cuerdas & çient saetas, tome media rraçion por ella & por otra non tome nada [...].
    • 1284-1295 Anónimo FCuenca [1935] Esp (CDH )
      [...] el vallestero de cauallo que sopiere aquella arte, que leuare arco o uallesta con dos cuerdas & dozientas saetas, tome por ella rraçion entrega & por otra non tome nada [...].
    • 1284-1295 Anónimo FCuenca [1935] Esp (CDH )
      [...] & si-muerto lo fallare & otro caçador dixere que sus canes lo mataron o el mesmo con la saeta, * jure el caçador con vn vezino por el çieruo & por el osso & por la corça; & por otros venados juren solo & sea creydo & aya el venado; & si jurar non quisiere o non pudiere, non le sea dado.
    • a1300 Anónimo Caballero Cisne [1979] Esp (CDH )
      Mas los de dentro se les pararon muy rezios e les fizieron muy gran daño, ca mataron e ferieron muchos dellos de piedras e de dardos e de saetas, e defendiéronse muy bien.
    • a1300 Anónimo Caballero Cisne [1979] Esp (CDH )
      E luego que ovieron esto acordado, dexáronse venir rezios bien fasta en la barvacana de la villa, e començáronla a combatir muy reziamente de cada parte; mas los de dentro se defendieron muy bien con piedras, e con fondas, e con saetas, e con tragazetes, e en quantas otras maneras pudieron, de guisa que les fazían gran daño.
    • a1300 Anónimo Caballero Cisne [1979] 248 Esp (CDH )
      Mas los vallesteros e los otros hombres de armas que estavan en las torres e por los andamios, se defendían muy de rezio, e fazían tan gran daño en ellos con saetas e con piedras e con dardos, e en quantas maneras les podían empecer, que los afincavan muy fieramente [...].
    • 1300 Anónimo FAlarcón [2000] Esp (CDH )
      E tod aquel que piedra, o saeta, o astil, o otra cosa qual quiere que sea echada, e omne firiere o matare, o otro danno fiziere, peche la calonna que fiziere.
    • 1300 Anónimo FAlarcón [2000] Esp (CDH )
      Mas aquel que fuera de los adarues bofordare, o piedra, o saeta, o astil, o otra cosa echare, e omne firiere o matare, o otro danno fiziere, non peche calonna.
    • 1300 Anónimo FAlarcón [2000] Esp (CDH )
      Aqueste iuyzio mismo damos aquel que en bofordo, o en trebeio de bodas, o por echo de astil, o de piedra, o de saeta, omne matare o otro danno fiziere.
    • 1300 Anónimo FAlarcón [2000] Esp (CDH )

      El ballestero peon que arco o ballesta leuare con .II. cuerdas e .C. saetas, tome media parte. Por otra non tome nada.

    • 1300 Anónimo FAlarcón [2000] Esp (CDH )
      El ballestero de cauallo que arco o ballesta leuare con .II. cuerdas e con .CC.as saetas, tome parte entrega e por otra non tome ninguna cosa.
    • 1300 Anónimo FAlarcón [2000] Esp (CDH )
      E si fallare uenado muerto e algun caçador dixiere que sus perros lo mataron o él mismo con saeta, iure el caçador con .I. uezino por cieruo e por enzebro e por puerco e por guta; e por otros uenados iure él solo e sea creydo e aya el uenado. (b) Si por uentura iurar non quisiere o non pudiere, no lo aya. Aquello mismo dezimos de saeta que dezimos de uenablo e de qual quiere linage de armas.
    • 1250-1300 Anónimo FGral Navarra. BNM 17653 [2004] Esp (CDH )
      Venado qui mata en mont el qui fiere primero el puerco montes aqueyll deue auer la cabeça con el pescueço. ningun ome si fiere a corço o a zebro de sayeta. o de lança aqueyll deue auer el cuero & la meatat de la carne si otros lo matan. & del cieruo otro si el cuero con las antas & la meatat de la carne.
    • c1300 Anónimo FPlasencia [1984-1985] Esp (CDH )
      Mas si dentro bofordare e omne firiere o matare o con saeta o con astil otro danno fiziere, peche la calonna e el danno que firiere.
    • c1300 Anónimo FPlasencia [1984-1985] Esp (CDH )
      El saetero peon que arco o balesta con dos cuerdas e .C. saetas leuare, prenda media raçion por ella; por ál non prenda nada.
    • c1300 Anónimo FPlasencia [1984-1985] Esp (CDH )
      El saetero cauallero por esta manera qui arco o balesta leuare con dos cuerdas et dozientas saetas, prenda por ella media raçion; loriga con yelmo e con capiello aya entrega raçion; lorigon con yelmo o con capiello aya raçion entrega; lorigon, a media raçion; yelmo por ssí aya quarta parte de ración entrega; cadena con .XIl. collares aya entrega raçion.
    • c1300 Anónimo FPlasencia [1984-1985] Esp (CDH )
      Et si uenado muerto fallare e algun uenador dixiere que sus canes lo mataron o él mismo con saeta, iure el uenador con un uezino por cieruo e por ezebra e por puerco e por gamo; e por otros uenados iure solo e sea creydo e aya el uenado.
    • c1300 Anónimo FPlasencia [1984-1985] Esp (CDH )

      Quanto dezimos de saeta dezimos de uenablo e de cada una arma de engennio. Todo omne que en cepo uenado fallare o que aya el pie quebrantado o lagado o muerto, delo al sennor de cepo, si non lo fiziere, pechelo commo dicho es.

    • c1300 Anónimo FTeruel [1950] Esp (CDH )
      Decabo ma ndo q ue q ual q uiere q ue piedra o saeta o astil o alguna ot ra cosa d'esta man era echará e algú n da nno fiziere et a él p rouado'l fuere, peche lo; si no n, salue se por q ual q uiere calonia q ue fará segu nt d el fu ero.
    • c1300 Anónimo FTeruel [1950] 353 Esp (CDH )
      E si por aue nt ura alguno el uenado trobar e muerto e dixiere q ue sus canes lo mataro n o él enex co n sayeta o por ot ra man era, iure aq uel caçador q ue él o sus canes lo mataro n e sea credido et aya su uenado por su d erecho. Si por auent ura iurar no n q uisiere o no n pudiere, no n aya el uenado por ni nguna man era. Mas lo q ue es dicho d e la sayeta, exo mismo sea iudgado d el uenaulo e de q ual q uiere otro fierro d e las armas.
    • 1300-1305 Anónimo LCifar [2003] Esp (CDH )
      Y llegaron los otros cerca de los muros de la villa lançando piedras con fondas y saetas y faziendo muy gran roído, pero el que llegava a las puertas o al muro no se partía dende sano por cantos y saetas que les lançavan los de la villa.
    • 1300-1305 Anónimo LCifar [2003] Esp (CDH )
      E llegando el cavallero cerca de la puerta de la villa, fincó la lança en tierra & dixo que no le tirassen saetas, ca no venía sino por fazer una pregunta.
    • c1300-1325 Anónimo Cuento Otas Roma [1976] 39 Esp (CDH )

      E desque quebraron las lanças, metieron manos alas espadas, e començaron adar muy grandes golpes, assý que ríos de sangre fazían ende salir. Dela otra parte lançavan saetas tan espesa mente, e dardos, que esto era grant maravilla.

    • c1300-1325 Anónimo Cuento Otas Roma [1976] Esp (CDH )
      E do fueran ya de aquella los griegos muertos e perdidos fasta en la mar, la ventura, de que se ninguno non puede guardar, guysó que un ballestero fué por allí e lançó una saeta.
    • c1300-1325 Anónimo Cuento Otas Roma [1976] Esp (CDH )
      E ¿dó yría la ocasión e la mala ventura sy non que fué dar al enperador Otas enla cabeça que avía desarmada, asý commo vos dixe, que toda la saeta le metió por ella? Asý que luego Otas se dexó caer sobre el cuello de su cavallo Bondifer, e perdió la vista delos ojos.
    • c1300-1325 Anónimo Cuento Otas Roma [1976] Esp (CDH )
      Quando los vieron los romanos, fueron muy espantados e puñaron de defender su çibdat, lançando saetas e dardos e piedras; asý se defendieron bien un mes.
    • c1300-1325 Anónimo Cuento Otas Roma [1976] Esp (CDH )
      E los grifones, que vieron que non podían foýr nin se alongar, fezieron enponçonar las ssaetas e los dardos.
    • c1300-1325 Anónimo Cuento Otas Roma [1976] Esp (CDH )
      Allí volavan dardos e saetas e piedras tan espesas que semejavan lluvia quando cae, asý que mucho escudo e mucha tarja y ovo quebrada, e mucho yelmo fendido e abollado.
    • c1300-1325 Anónimo Cuento Otas Roma [1976] Esp (CDH )

      E Esmeré, que yva enel alcanço, ovo muy grant calura, e tollió el yelmo dela cabeça por tomar viento. E un arquero le lançó una saeta e llagó lo enla cabeça, asý quel fierro le fincó y e la asta quebró e recudió dél.

    • c1300-1325 Anónimo Cuento Otas Roma [1976] Esp (CDH )

      Agora vos dexaremos de fablar de Florençia, e diremos de Esmeré, el enperador de Roma, que era muy mal trecho ca fuera llagado enla cabeça más avía de dos meses de una ssaeta. E la saeta le fincara y, que era muy pequena, ca fuera de arco, e non la pudieron fallar. E era tan amarillo commo çera, e tenía el rostro inchado de guisa que perdía la vista, asý que sus omes cuydavan que non podería guarir.

    • c1300-1325 Anónimo Cuento Otas Roma [1976] Esp (CDH )

      E por muchas otras tierras corre grant nonbrada del grant bien que Dios faz por vos, e da merçet alas gentes. E yo fuy llagado enla cabeça de una saeta, de que nunca pude fallar guarimento. E si me vos guareçiésedes, sienpre yo sería vuestro omne quito, e daría por ende muy grant aver eneste vuestro monesterio.

    • 1327-1332 Juan Manuel LEstados [1981] 420 Esp (CDH )
      Mas vos et los que este libro leyeredes fazed commo el vallestero que quando quiere tirar a alguna vestia o aue en algun lugar que non sea tan aguisado commo el querria, tira vn virote o vna saeta de que se non duele mucho, et si mata aquella caça que tira, tiene por bien enpleado aquel virote, et sil yerra, tiene que a poco perdido.
    • 1325-1335 Juan Manuel Lucanor [1994] Esp (CDH )
      Et de que el emperador vio que por ninguna guisa esto non se podía endereçar, díxol un día que él quería yr a la caça de los ciervos et que levaría una partida de aquella yerva que ponen en las saetas con que matan los ciervos et que dexaría lo ál para otra vegada cuando quisiesse yr a caça.
    • 1330-1343 Ruiz, J. LBuen Amor [1992] Esp (CDH )
      / »Saetas e quadrillos que trae amolados, / con péndolas de águila los ha enpendolados; / fue, como avía usado, a ferir los venados: / al águila cabdal diole por los costados.
    • 1330-1343 Ruiz, J. LBuen Amor [1992] 154 Esp (CDH )
      / »¿Non veen los vuestros ojos la mi triste catadura? / Tirat del mi coraçón tal saeta e tal ardura, / conortadme esta llaga con juguetes e folgura, / que non vaya sin conorte mi llaga e mi quexura.
    • 1330-1343 Ruiz, J. LBuen Amor [1992] 276 Esp (CDH )
      / De Sant Ander vinieron las bermejas langostas, / trayán muchas saetas en sus aljavas postas, / fazian a Don Carnal pagar todas las costas: / las plazas que eran anchas fazíansele angostas.
    • 1330-1343 Ruiz, J. LBuen Amor [1992] 413 Esp (CDH )
      / La Enbidia mató muchos de los profectas; / contra esta enemiga que nos fiere con saetas, / tomemos escudo fuerte pintado con tabletas, / Spíritu de Buen Consejo, encordado d'estas letras; / Sacramento de Unçión meter nós, e soterremos; / aver por Dios compasión, con caridat non erremos; / non fazer mal a los sinples, pobres non denostemos: / con estas armas de Dios a Enbidia desterraremos.
    • c1300-1344 Anónimo Crón Moro Rasis [1975] Esp (CDH )

      E el venose para España. *E el andando tomando las villas que se le alçaron contra el, tomo la hermana del señor de Rroma, que ende aduxera Loric, e el caso con ella. *E el yaziendo sobre Barçelona, e mataronlo los de la villa con vna saeta. /

    • a1348 Anónimo Poema Alfonso XI [1991] 198 Esp (CDH )
      Al de Castiella pesó, / contra el maestre fue irado: / sobre Valencia p osó / el su pendón muy preciado. / Saetas fuéronle echar / del alcáçar de Valencia. / El rey con muy gran pesar / contra el maestre dio sentencia / e por traidor lo ju dgó. / El rey por esta razón / del maestre se vengó / a muy poca de sazón, / ca el maestre salió fuera, / non se pudo anparar, / e el rey en essa ora / luego lo mandó matar. /
    • a1348 Anónimo Poema Alfonso XI [1991] 407 Esp (CDH )
      La su tienda muy onrada / p osaron contra la mar, / la villa vieja escercada / de partes de Gibraltar. / E las piedras con el trueno / e saetas vanvolando; / el rey don Alfonso el bueno / la hueste ivaallegando. /
    • c1370 Anónimo Trat Comunidad (Esc. &-II-8) [1988] Esp (CDH )
      Que así como la saeta fiere aýna de golpe e non se guarda el om ne de aquélla, así la lengua falsa e enbidiosa fiere e llaga los ynorantes en lugar e tienpo que se non pueden guardar nin defender, e tal acusador es malo e maldicho.
    • c1370 Anónimo Trat Comunidad (Esc. &-II-8) [1988] Esp (CDH )

      [...] e tanta era la muchedunbre de su hueste que las cosas naturales e las criaturas fechas a serviçio de Dios e de los om nesno npodrían reçebir la su grant hueste, nin los canpos de todo el mundo. Nin el çielo nin el ayre non sería abastante a reçebir las saetas que tirarían las sus gentes.

    • c1348-1379 Anónimo GCrón Alfonso XI [1976] II, 26 Esp (CDH )
      E los moros tenian tantos vallesteros que tirauan tantas saetas que ome del lugar non podia descubrir la mano ni otra cosa qualquiera que luego non fuese ferido; e los del lugar tenian muy pocas vallestas e muy pocas saetas ca lo avian todo gastado el dia de antes.
    • c1348-1379 Anónimo GCrón Alfonso XI [1976] II, 26 Esp (CDH )
      E cada vno de los que defendian el lugar peleavan lo mas que podian, dando se con los moros muy grandes feridas e alli a do veyan que foradauan el muro e tanbien cauaban ellos por parte de dentro e dauanse alli a lançadas, ca por çima de la çerca ni por detras de las almenas non se podian defender por las muchas saetas que les tirauan.
    • c1348-1379 Anónimo GCrón Alfonso XI [1976] Esp (CDH )
      E luego que llegaron, salieron a tierra muy cuerdamente e salieron luego a la tierra Garçilaso e Gonçalo Rruiz su hermano e Sancho Sanchez de Rrojas e otros cavalleros e escuderos sus parientes; e los moros quisieran venir a ellos ante que los otros vuiasen salir de la mar, mas ellos estuuieron bien firmes; e los vallesteros que estauan en los navios tomaron luego tierra la mayor parte dellos, e pararonse con aquellos caualleros lançando saetas a los moros; e otrosi don Jayme e todas las otras gentes que yuan con el tomaron tierra.
    • c1348-1379 Anónimo GCrón Alfonso XI [1976] Esp (CDH )
      E fueron feridos en este conbatimiento Garçi Laso de la Vega e Gonçalo Rruyz su hermano e otros muchos de la hueste, de piedras e de saetas.
    • c1348-1379 Anónimo GCrón Alfonso XI [1976] Esp (CDH )
      E como quier que les tiravan los yngenios muy afincadamente, no dexauan los moros de se defender, ca fizieron ventanas en la torre e ponien adargas delante que los anparasen de las saetas, e detras de las adargas echauan muy grandes cantos sobre los que llegauan a poner los gatos.
    • c1348-1379 Anónimo GCrón Alfonso XI [1976] II, 63 Esp (CDH )
      E porque aquellos moros no se llegasen tanto, mandaron que los vallesteros que les tirasen saetas; e por esto los moros arredraronse dende.
    • c1348-1379 Anónimo GCrón Alfonso XI [1976] Esp (CDH )
      E dende torno el rrey a Burgos, e fue luego a Briviesca, e dende fue a la casa de Rrojas; y tenia esta casa por Lope Diaz vn cauallero que dezian Diego Gil de Afumada, e non quiso acoger al rrey en ella; e por esso mandola conbatir; e los de la casa tiraron muchas piedras e muchas saetas contra el pendon del rrey e contra el su escudo; pero atan afincado fue el afincamiento, que en la tarde aquel Diego Gil enbio pedir por merçed al rrey que le daxese salir saluo a el e a los que estauan con el e que le entregaria la casa, y el rrey otorgogelo.
    • c1348-1379 Anónimo GCrón Alfonso XI [1976] Esp (CDH )
      E los que estauan en el muro adentro lançavan muchas piedras e saetas contra los del rrey; e por esto ouo ay muchos feridos aquel dia; pero los de la villa fueron vençidos y encerrados.
    • c1348-1379 Anónimo GCrón Alfonso XI [1976] Esp (CDH )
      E todos le dixeron, que pues aquellos escuderos eran sus naturales e vinieron con el a aquel lugar, non se deuian partir del ni de su seruiçio fasta que aquel menester fuese acabado; e que pues le dexaran e se fueran meter en aquella villa en ayuda de aquellos que estauan alli que eran enemigos del rrey e dende le tirauan piedras e saetas, que cayeran en caso de trayçion.
    • c1348-1379 Anónimo GCrón Alfonso XI [1976] Esp (CDH )
      E la pelea fue muy grande e muy braua entre ellos, e muy ferida de lanças e de espadas e de muchas saetas que tirauan de la vna parte e de la otra; pero al cabo los del rrey cobraron aquel otero do estaua el olmillo, e derribaron dende a los de la villa, e dellos cayeron en las cauas e dellos se metieron tras las barreras.
    • c1348-1379 Anónimo GCrón Alfonso XI [1976] Esp (CDH )
      E los moros, quando esto vieron, boluieron las ancas a los cauallos e cubrieronse de las adargas con miedo de las saetas.
    • c1348-1379 Anónimo GCrón Alfonso XI [1976] Esp (CDH )
      E aquel don Gonçalo Martinez pareçio en otra torre que dizen del Tesoro, e dixo luego a los que estauan en aquel castillo en los andamios de los adarves que tirassen piedras e saetas e armas contra el rrey e contra los que estauan con el.
    • c1348-1379 Anónimo GCrón Alfonso XI [1976] Esp (CDH )
      [...] e que le fiziera muchos desconoçimientos e trayçiones, haziendo le muy gran daño en lo que del fiaua e deziendo mal del e otrosi queriendo enagenar la tierra de su rreyno en poder de otro rrey, e demas desto que mandara que lançasen contra el su cuerpo piedras e saetas e otras armas con que le ouieran de matar; e que por estas cosas que lo diera por traydor.
    • c1348-1379 Anónimo GCrón Alfonso XI [1976] Esp (CDH )
      [...] e algunos moros de los que auian vençido las otras galeas de los christianos venian a conquerir la galea del almirante Alfonso Jufre, ca non gela pudieron entrar, e vieron estar aquella naue sin conpaña, et subieron los moros ençima della; e como estaua muy çerca de la galea del almirante e era mas alta la nao que la galea fazian desde alli muy grande daño los moros en los christianos, e ferian e matauan muchos dellos con barras de hierro e con piedras e con saetas e con otras armas que les lançauan.
    • c1348-1379 Anónimo GCrón Alfonso XI [1976] II, 354 Esp (CDH )
      E la villa a la redonda cubrian con saetas e con piedras de fondas e de engenios; *
    • c1348-1379 Anónimo GCrón Alfonso XI [1976] Esp (CDH )
      Dize la historia verdadera que al rrey don Alfonso de Castilla llego mandado como la su flota era perdida * e muchos christianos muertos por la tormenta que fue muy grande; * e otrosy le dixeron como la su villa de Tariffa estaua en peligro e las torres foradadas con las piedras de los engeños e las almenas derribadas, anssy que los christianos no auian do se anparar de las saetas, * e otroy que estauan mas apretados de lo que solian [...].
    • c1348-1379 Anónimo GCrón Alfonso XI [1976] Esp (CDH )
      E este noble rrey de Castilla quedo con pocas conpañas en el valle do estaua la muchedumbre de los moros; e vinieron luego algunos de los de aquellas hazes de los moros e lançauan les muchas saetas. / *
    • 1396 Fdz Heredia, J. LMarco Polo [2003] fol. 69v Esp (CDH )

      Et Cangiscan huuo la victoria, mas perdio mucha gent. Et vençida la dicha batalla, Cangiscan fue conquistando las tierras de Preste Iohan, saluant las de Ethiopia et de Nubia, que es mayor senyoria que de nengun rey de xpistianos. Apres la qual batalla regno Canguiscan VI anyos. Et teniendo sitio sobre vn castillo fue ferido de muerte de vna saecta, auiendo ya conquistas la mayor partida de las tierras de leuant.

    • 1376-1396 Fdz Heredia, J. LActoridades [2003] Esp (CDH )
      Et dize que aquell que querie enuiar la sageta deue saber del senyal en do ha de ferir, et aquell que lança el dardo o la lança no sabe si la gouierne o la endereça al senyal que no sabe o no entiende.
    • c1400 Lpz Ayala, P. Crón Pedro y Enrique [1994-1997] Esp (CDH )
      E despues tornaronsse para el rrey diziendo que el su pendon, que era rroto de las piedras e saetas que tirauan de la villa de Aguilar, e que el dicho don Alfonso Ferrandez non lo queria acoger, poniendo sus escusas.
    • c1400 Lpz Ayala, P. Crón Pedro y Enrique [1994-1997] Esp (CDH )
      Pero los que subieron enla torre fueron luego feridos de saetas, ca el rrey tenia grand ballesteria, e la torre de la puente do estos caualleros e escuderos subieron non tenia petril nin lugar para se defender e ouieronla de dexar.
    • c1400 Lpz Ayala, P. Crón Pedro y Enrique [1994-1997] Esp (CDH )

      E eran los que subieron esse dia en la torre para la defender estos caualleros que aqui dira: don Pero Ruyz de Sandoual, comendador de Montiel de la horden de Santiago, e Alfonso Jufre Tenorio e Ferrand Sanchez de Rojas e vn cauallero de la horden de Calatraua, que dezian Pero Aluarez e otros. E fezieron mucho por defender la dicha torre pero que fueron todos feridos de saetas.

    • c1400 Lpz Ayala, P. Crón Pedro y Enrique [1994-1997] Esp (CDH )
      E los moros llegaron al rrio de Guadiana do era el paso e fallaron ý los christianos e quisieron defender el rrio ya que vian que non pudian pasar e los christianos pasaron a ellos pasando mucho afan e mucho peligro, ca los moros de pie tirauan muchos dardos e lanças e saetas, e defendian en quanto podian el paso.
    • c1400 Lpz Ayala, P. Crón Pedro y Enrique [1994-1997] Esp (CDH )
      E morio el dicho don Iohan Martinez llamandolo a fabla algunos de los del rrey e el segurandose en ellos, e estaua el rrey don Pedro de Castilla en la bastida que tenia fecha e dos ballesteros con el, e fizole tirar de dos saetas al dicho don Iohan Martinez e dieronle por el rrostro, e ouo de fazer su pleytesia con el rrey e diole el castillo.
    • c1400 Lpz Ayala, P. Crón Pedro y Enrique [1994-1997] Esp (CDH )
      E el obispo e toda la clerezia e todos los honrrados e buenos omnes de la çibdat lo rresçibieron con grand solepnidat, commo quier que del castillo e de la juderia tirauan truenos y saetas.
    • a1400 Anónimo Trad Soberano Bien [1991] Esp (CDH )
      Una manera de enganno ha que es commo el aljaba en que el vallestero trae sus saetas, ca las tiene alli escondidas por que asegurando e encubriendose fiera a aquel a quien quiere matar.
    • a1400 Anónimo Trad Soberano Bien [1991] Esp (CDH )
      La lengua de los maestros que predican bien e bjuen mal es commo vn arco tuerto, e asy commo el mal arco, tira la saeta tuerta porque con la lengua torçida la enbio. Otrosi los que predican las cosas de Dios e no curan de beujr segund aquellas cosas que predican, e traen la palabra de Dios en la boca e por obra no tienen nada, estos tales paresçen a Balaan el que adoraua los ydolos, que tenja los ojos abiertos para ver la doctrina e cayo por las obras que fizo.
    • c1400 Anónimo Biblia (Esc. I-j-4) Pentateuco [1953] Esp (CDH )
      Et dixo el Sennor a Moysen: ve al pueblo e santificalo para mannana, e lauen sus rropas; e esten aparejados e esten apercebidos para el dia terçero; ca en el dia terçero desçendera el Sennor aojo de todo el pueblo, sobre el monte de Synay. Et aterminaras al pueblo al derredor, diziendo; guardese cada vno de vos de sobir enla sierra, nin que toque en parte della; qual quiera que llegare enla sierra, muerte morra. Et non toque ninguno enel monte; sy non, de piedra sera apedreado e de saetas sera asaeteado; asy bestia como varon non podra beuir; quando sintiere la bozina, suban ellos al monte.
    • c1400 Anónimo Biblia (Esc. I-j-4) Pentateuco [1953] 253 Esp (CDH )
      destruyan a los gentios sus enemigos, e sus huesos descoyunten, e con sus saetas los quebrante. Enrrodillar se ha, e echar se ha commo leon; e commo leona, ¿quien lo leuantara? quien te bendixiere sea bendicto; quien te maldixiere sea maldicto. Et ençendiose la yra de Balach en Balam, e estendio las palmas; e dixo Balach aBalam: amaldezir mis enemigos te llame, e ahe, los bendexiste de bendiçion con esta son tres vezes. Et agora fuye atu lugar; quisiera te honrrar, e deuedote el Sennor de honrra. Et dixo Balam aBalach: çierta mente avn atus mensajeros que enbiaste ami fable, diziendo: sy me diese Balach su casa llena de plata e oro, non podria pasar el mandamiento del Sennnor, para fazer bien o mal de mi coraçon; lo que fablare el Sennor, esso fablare. E agora he me do me vo ami pueblo; anda, e consejarte he lo que fara este pueblo atu pueblo enla fin delos dias.
    • c1400 Anónimo Biblia (Esc. I-j-4) Pentateuco [1953] 316 Esp (CDH )
      Et violo el Sennor, e indigno se del enojo de sus fijos e de sus fijas. Et dixo: encubrire mi faz dellos, e vere que sera su postremeria; ca generaçion de destoruamientos son; fijos, que non es lealtad enellos. Ellos me çelaron con non Dios; enojaron me con sus vanidades; e yo los çelare con non pueblo, con gente vil los enojare; ca fuego se ardera conla mi yra, e ençender se ha fasta el abismo fondonero, e quemara la tierra e su esquilmo, e inflamara los çimientos de los montes. Annadire sobre ellos males; mis saetas fenesçere enellos.
    • c1400 Anónimo Biblia (Esc. I-j-4) Pentateuco [1953] 317 Esp (CDH )
      Veed agora que yo so solo, e non ay dios comigo; yo mato, e abeuigo; llago, e yo melezino; e non ay quien pueda escapar de mi mano. Si alço alos çielos la mi mano, e digo: biuo yo por syenpre; Sy demudare e el rrelampago de mi espada, e prisiere en el juyzio la mi mano; torrnare la vengança amis enemigos, e amis aborresçientes pechare; enbeudare mis saetas en sangre, e mi espada comera carrne; de sangre de matados e catiuados, de cabeça delas venganças del enemigo.
    • c1378-1406 Lpz Ayala, P. Rimado [1987] 310 Esp (CDH )
      / Todas las mis palabras son llenas de dolor; / ca siento las saetas sañudas del Señor, / e si la su piedat non oluida el error, / non podré yo sofrir el su muy grant temor.
    • c1378-1406 Lpz Ayala, P. Rimado [1987] 345 Esp (CDH )
      / / El enemigo mío mi çeruiz quebrantó; * / así commo a fito o a señal açertó; / con sus duras saetas, el mi cuerpo rronpió, / pues tales son las llagas, de mí ¿qué faré yo? / Conllagaron mis lomos, rronpieron mis entrañas; * / de cada parte siento muchas crüeles sañas, / e llagas sobre llagas, todas sus duras mañas / añaden sobre mí palabras muy estrañas.
    • a1409 Imperial, F. Poesías [1993] 302 Canc Baena Esp (CDH )
      Dezides: Sant P ablo * santo / con su santidat discreta / non dixo aquí salvo tanto: * / laudavid Deus secreta. * / Señor, aquesta saeta / non va derech' a mi fito; * / por ende, señor, non quito * / mi preguntar de poeta. / 13 Dezides que el mi filo * / con lo dicho desat ades, * / e por el vuestro estilo / Dios ser Fortuna alegades, / Señor, vos non me provades / solamente cosa una, / nin que Dios sea Fortuna, / o sotilmente fablades. /
    • a1409 Imperial, F. Poesías [1993] 803 Supl Canc Baena Esp (CDH )
      Embraçó el arco muy maestrada * / e tendió la flecha fasta el fierro, / e, sin fazer nengún otro yerro, / firióme sin duelo * la despiadada; / e la flecha era tan enfecçionada * / con yerva d'amor * que luego * mortal / caí en el prado, e la desleal / sacó la sayeta en sangre mojada. /
    • 1411-1412 Ferrer, V. Sermones [1994] Esp (CDH )
      E diz que son así como saetas. Esto dize porque las palabras de los prophetas e apóstoles traspasan fasta las entrañas del coraçón. E diz que todas estas palabras son por consejo de un pastor. Éste es Ihesú Christo, verdadero rrey Mexías, que todos fablavan por su consejo. Ca aquel mismo Dios e non otro que quiso dar la ley a Moysem en forma de fuego, Aquél mismo quiso dar la ley evangelical nueva en forma de humanidat.
    • 1411-1412 Ferrer, V. Sermones [1994] Esp (CDH )
      Esso mismo, si has de lançar una piedra o un tejuelo o una saeta, primero miras con los ojos e después tiras. Assí que en todas quantas obras el omne faze primero pone ende los ojos qué cosa faga.
    • 1411-1412 Ferrer, V. Sermones [1994] Esp (CDH )
      E catad que por muchos enemigos que fueron a esta çibdat, tantos que se non podían contar, e çercaron la çibdat e començaron a conbatirla con muchas saetas e engeños e truenos e lonbardas, que derrocavan los muros.
    • 1411-1412 Ferrer, V. Sermones [1994] 509 Esp (CDH )
      E catad que esta çibdat fue çercada de mill milia millones de diablos —más eran que fojas en las árboles— e conbatían con engeños e lonbardas e saetas.
    • 1379-a1425 Villasandino, A. Poesías [1993] Canc Baena Esp (CDH )
      / 3 Non tengo que aya ninguna planeta, / lo que vi notado en una seguida, * / Mercurio nin Júpiter nin Luna creçida, / que sea falsa * de estrella cometa; / bien puede Fortuna estorvar * su carreta, / firmar sus pilares contra lisongeros, / castigar fantástigos * e testimoñeros / que llagan al próximo peor que saeta.
    • 1379-a1425 Villasandino, A. Poesías [1993] Canc Baena Esp (CDH )
      Señor Juan Furtado, sed bien consejado, / el alto Maestro non se vos ensañe, / c a / * a Él non le plaze que ninguno estrañe / el rodar del curso por él ordenado. / Pues considerad si es atregu ado * / alguno en el mundo de aquesta s aeta, * / nin viejos nin moços nin niño de teta, / que todos non passen por este egual grado. /
    • 1379-a1425 Villasandino, A. Poesías [1993] 148 Canc Baena Esp (CDH )
      Los quatro * elementos, sinos e planetas / e costelaçiones vengan concordando / en destruimiento del esquivo bando / que muestran ser santos los falsos profetas; / el grant Sagitario lançe sus saetas / e ponga espanto en la simonía, / lloros e llantos en la iprocresía: / Declaren todo esto los lindos poetas. /
    • 1427-1428 Villena, E. TradEneida Lib. I-III [1994] Esp (CDH )

      Pero, sobreveniente el mandado de tancto rey e de mí señor, rompí el silençio, poniéndome por señal paresçido a que tirasen los arcos de los dezidores con las saetas de sus palabras; e sojudguéme a las mordicaçiones que los reprehensores podrán dignamente fazer de la impertinente traslaçión, aviendo por mayor bien obedesçer vuestro mandado e satisfazer vuestra voluntad que non los dampños oviera ho infestaçiones, siquier confusión, que aver por las antepuestas razones pudiera.

    • 1427-1428 Villena, E. TradEneida Lib. I-III [1994] Esp (CDH )
      Aquí continuando sus quexas, Juno dize aquélla, es a saber Pallas saetó embiando rayos como saetas, e por eso dize de las naves, segúnd Júpiter lo suele fazer —por eso dize fuego de Júpiter—.
    • 1427-1428 Villena, E. TradEneida Lib. I-III [1994] Esp (CDH )

      E fallase por los istoriales que fueron diez, es a saber Júpiter, dios del fuego, a quien fazían fiesta los grandes omes e poderosos, los juezes, los alcaldes e los que ministravan la justiçia, asignado en el segundo planeta. Su ídolo se fazía una imagen con saetas en la mano, representando los rayos que lança.

    • 1427-1428 Villena, E. TradEneida Lib. I-III [1994] Esp (CDH )

      El octavo era Diana. Ésta fue hermana de Apollo e fija de Latona, deificada en el primer planeta, que es la luna. E fue llamada deesa de los caminos. El su ídolo se fazía con cuernos en la cabeça e con saetas en la mano.

    • 1427-1428 Villena, E. TradEneida Lib. I-III [1994] Esp (CDH )
      Aquellos cuernos significavan que la luna, cuando non es llena, fazié cuernos, siquiere puntas; e por las saetas se entienden los rayos que lança a la tierra, ansí como el sol.
    • 1427-1428 Villena, E. TradEneida Lib. I-III [1994] Esp (CDH )
      Diana, casi duana, porque dos vezes luze, en el día e en la noche; Luçina, porque luçe claramente en la noche; Trivia, porque de tres maneras era pintada, una como luna con cuernos, otra como virgen con arco e con saetas, otra como reina asentada en su silla.
    • 1427-1428 Villena, E. TradEneida Lib. I-III [1994] 88 Esp (CDH )
      E fazíanlo mançebo sin barva, con el arco e con las saetas al costado e la çítara en la mano, a demostrar los cuatro tiempos que fazen en el año e en el día, segúnd ya es dicho en una glosa del proemio.
    • 1427-1428 Villena, E. TradEneida Lib. I-III [1994] 88 Esp (CDH )

      E mançebo se pintava a demostrar que cada día nasçe en la mañana con nueva luz. E las saetas con el arco, por aquellos rayos con que fiere la tierra.

    • 1427-1428 Villena, E. TradEneida Lib. I-III [1994] Esp (CDH )

      Non vido algún navío que paresçiese de los que fallesçién e buelto a mirar por la montaña, vido tres çiervos andantes como errados, en pos de los cuales grande paresçió manada de venados, que los siguían, paçiendo por la montaña. Luego tomó el arco e las saethas apresuradas e el fiel Acathes levava los dardos.

    • 1427-1428 Villena, E. TradEneida Lib. I-III [1994] Esp (CDH )
      Aquellos tres primeros guiadores, que traían las cabeças alçadas con antas arboradas ramosas, firió con las saetas, derribándolos.
    • 1427-1428 Villena, E. TradEneida Lib. I-III [1994] Esp (CDH )

      Estonçes al vulgo, siquier a los comunes de la manada, mesclándolos, obró con las saetas, entre las espesuras ramosas, la turba ho flota d'ellos esquivándose. Antes, non partió dende fasta que siete mató venados, egualando el número d'ellos con la cuenta de los navíos a él quedados.

    • 1427-1428 Villena, E. TradEneida Lib. I-III [1994] Esp (CDH )
      — «O, mançebos, ¿si vistes alguna de mis compañeras por aventura por esta montaña, andando deserrada, trayente aljava de saetas e cobertura manchada de piel de çerval lobo, ho buscando e siguiendo clamosamente algúnd montés puerco espumante?».
    • 1427-1428 Villena, E. TradEneida Lib. I-III [1994] Esp (CDH )
      En este comparativo e en el hábito en que dize que Venus le apparesçió descubre Virgilio que Eneas non fuese nasçido de legítimo matrimonio, entendiendo por Venus la luxuria e por el caçar el ofiçio de la mala muger, que caça las voluntades de los omes e les tira con saetas de sus gestos desonestos.
    • 1427-1428 Villena, E. TradEneida Lib. I-III [1994] Esp (CDH )
      E de la distinçión del aljava e saetas e calçado e faldas arremangadas ya es dicho de suso que todo significa la desonestad.
    • 1427-1428 Villena, E. TradEneida Lib. I-III [1994] Esp (CDH )
      E como Diana, cuando trae las danças en las riberas de Eurota e por los oteros de Çintón, andan más de mill órcades junctas de cada parte enderredor d'ella, la cual trae aljava en sus ombros de saethas como venadris, sobre todas más alta paresçe —e tienta los gozos del secreto talante Latona tan alegre—, e ansí entrava Dido por medio de la gente, pasando entre los obreros curosos del grand lavor del venidero reino.
    • 1427-1428 Villena, E. TradEneida Lib. I-III [1994] Esp (CDH )

      E trae aljava escondida e saethas con que fiere cruelmente a los que en ella se fían. E tienta por secretas meditaçiones ministrar los sus vanos gozos. Por ende, síguese que tan alegre iva Dido, es a saber la Fortuna por el mundo, e asiéntase en real silla e gente de armas la reçerca, mostrando que muchos la defienden: ella distribuye los bienes temporales e da e tira a quien se paga, segúnd Dido fazía.

    • 1427-1428 Villena, E. TradEneida Lib. I-III [1994] 415 Esp (CDH )
      E los troyanos, que estavan acogidos ençima del templo, lançavan saetas e dardos sobre nosotros, que nos fazían grand dampño, non conosçiendo.
    • 1427-1428 Villena, E. TradEneida Lib. I-III [1994] Esp (CDH )
      Onde algunos este paso lo entienden de los que defendién el templo de suso con las canteras e saetas los matasen, e por ser todos troyanos les diga compañeros.
    • 1427-1428 Villena, E. TradEneida Lib. I-III [1994] Esp (CDH )
      E ya las escalas estavan puestas al muro e deyuso de los postes fazían gradas, cubriéndose con la seniestra de los escudos por las saetas e con la diestra peleavan, provando derribar aquel hedifiçio.
    • 1427-1428 Villena, E. TradEneida Lib. I-III [1994] Esp (CDH )
      En la extremidat de la muerte puestos, aparejan defenderse con saetas e dardos, e las vigas doradas enfermosiguadas de los padres antiguos e de sus istorias trastornavan e lançavan sobre los griegos.
    • 1427-1428 Villena, E. TradEneida Lib. I-III [1994] Esp (CDH )
      E respóndese que non se pusieron las escalas a la sumidat del muro, mas a las ventanas oblicas, siquiere lumbreras, que en las baxas casas estavan, conosçiendo vazías de gente fuesen, todos sobidos a lo más alto por fazer defensión con las canteras, saetas e fuegos que lançavan.
    • 1427-1428 Villena, E. TradEneida Lib. I-III [1994] Esp (CDH )
      E aun de ençima los tejados de la fortaleza lançavan non solamente saetas e canteras, mas, aquéllas despendidas, la tejas embiavan, descubriendo las casas, quitando la madera de las cubiertas [...].
    • 1427-1428 Villena, E. TradEneida Lib. I-III [1994] Esp (CDH )

      Este Ilión, siquiere partes interiores, combaten postrimeramente los viçios enemigos, por cativar e vençer el humano entendimiento. E combátenlo adunados de cada parte, pues que en las otras partes d'él avién sobrado la resistençia. Combátenlo con saetas, que tiran de lexos, que significan los luengos acarreos que de lexos lançados muestran el golpe saetal, siquiere impugnaçión interior en aquel mental combate.

    • a1429 Chirino, A. Medicina (Esc. b.IV.34) [1987] fol. 89r Esp (CDH )
      El quajo de liebre pesto con enpasto / de maluauisco & azeyte comun / saca la espina de pie / o mano. / & estas cosas que sacan espinas tengo / que son para sacar fierros de saetas / & otras tales cosas que non les pueden / trauar conla mano para la sacar / dela carne [...]. /
    • c1430 Marqués de Santillana Infierno [1993] 241 Canc Palacio Esp (CDH )
      / E bien como la saeta / que por fuerça e maestría / salle por su línea reta / do la vallesta la enbía, / por semexante fazía / a do sus púas lançava, / assí que mucho espantava / a quien menos lo temía.
    • c1422-1433 Guadalfajara Trad Biblia Alba I [1920-1922] Esp (CDH )
      [...] que bien vedes que el omne que tiene archo e pax quiere, dos cosas faze: vna, que el archo lo que las puntas faza sy mesmo tiene, vuelue las puntas al quien la siguridat da: segunda, faze que por que saetas no mas lançe, corta la cuerda, e estas el medroso por signa de pax ha.
    • c1422-1433 Guadalfajara Trad Biblia Alba I [1920-1922] Esp (CDH )
      No tangades en el con mano, (208) que el que en el tanxiere, los que lo vieren, si fuere de çerca, apedreenlo, e si estouiere de lueñe, lançenle saetas, qier sea bestia, quier varon, non lo dexen a vida; pero tocando la bosina de carnero, ellos puedan estonçe sobir en el monte.
    • c1422-1433 Guadalfajara Trad Biblia Alba I [1920-1922] Esp (CDH )
      Por carta ge lo enbio dezir, e algunos dizen que lo escriuio por carta, e la pusiera en vna vira e la lanço en el rreal a la tienda / de Moysen, e non enbargante que con las nuues que Israel estauan çircundados non calauan saetas nin bonbardas nin sus semejantes, la fin era porque non fiziese mal, pero esta vira non fue a fin de mal fazer.
    • c1422-1433 Guadalfajara Trad Biblia Alba I [1920-1922] Esp (CDH )
      Iten, el Dios que los saco de Egipto tiene las fortalezas de la animalia que llaman rraem (que ya dixemos que algunos dizen que es el elyfante), el qual Dios afinara las gentes que los persyguieren e sus huesos descontuntara e quebrantara, e las sus saetas feriran.
    • c1422-1433 Guadalfajara Trad Biblia Alba I [1920-1922] Esp (CDH )

      Que vn fuego esta rrosyo en la mi yra e esta encendido fasta baxo del infierno, (292) e ardera la tierra con sus frutos, e açendio los çimientos de los montes.

      Juntare sobrellos males, (293) e las mis saetas las gastare en ellos.
    • c1422-1433 Guadalfajara Trad Biblia Alba I [1920-1922] Esp (CDH )
      Yo enbeudare mis saetas de sangre, (311) e la mi espada comera carne, conuien saber, de la sangre de matados e cativos, por causa de los estorvos del aduersario (vengamientos).
    • c1422-1433 Guadalfajara Trad Biblia Alba I [1920-1922] Esp (CDH )
      E sy la poçoña de la saeta del Sathan tanto en el obrado ouiere a que todauia diz que por muger la quiere, manda que en fin de la kalenda que la torne judia, e quedesele por muger.
    • c1422-1433 Guadalfajara Trad Biblia Alba I [1920-1922] Esp (CDH )
      E la razon es que todas las aues han miedo de no ser feridas de saeta, con que desanparen el fijo que de nido a nido mudan.
    • c1422-1433 Guadalfajara Trad Biblia Alba I [1920-1922] Esp (CDH )
      E caso que ellas en lo habitabile sean seguro de saetas, de bayo non son seguros de las mayores aues que ellas, lo qual la aguila es segura destos miedos, que, como mas alto buela que todas las aues, non ha resçelo de que saeta le pueda nuzir, nin menos ha mierjo de otra suberana aue, como ella rey de todas las aues sea, e con tanta siguridat; la aguila todo el nido con los sus pollos lleua do quiere.
    • c1422-1433 Guadalfajara Trad Biblia Alba I [1920-1922] Esp (CDH )

      Quando vn omne peca e lo prenden e trabtan el pleito, gime e llora su desuentura fasta sobrel dada sentençia e padeçer su pena; pero, ya padeçida, e lo destierran, pierde el miedo del mas padesçer por aquel pecado; lo qual dize sera a esta gente israhelita por toda la contra, que cada dia les buscare e enbiare quantas espeçias de males possibiles sean en el mundo; e las saetas de los peligros de todo el mundo yo las gastare en ellos.

    • c1422-1433 Guadalfajara Trad Biblia Alba I [1920-1922] Esp (CDH )
      Dize que las saetas de los males que en ellos auia de gastar, de guisa que cognosçiesen que les proçedian por sus pecados, eran en quatro maneras: vna, consumidos de fanbre, que non es dubda que la fanbre gasta la humidat del cuerpo, e entran en espeçia de ethica, e asy mueren consumidos de fanbre.
    • c1422-1433 Guadalfajara Trad Biblia Alba I [1920-1922] Esp (CDH )

      La segunda saeta de los males que en ellos auia de enbiar, sy era, comidos de aues. Algunos romançan comidos fiebres, que es otra espeçia de males. E la terçera, tajamiento amargo, a lo qual Sant Jeronimo romanço: bocado muy amargo.

    • c1422-1433 Guadalfajara Trad Biblia Alba I [1920-1922] I, 535 Esp (CDH )
      Otros dizen que esto se entiende por la pestilençia, e ponenlo en el termino de la segunda llaga, e que la terçera saeta seria dientes de malas bestias, e esto es venir osos, leones, lobos rabiando a los poblados, e morder los omnes e los niños, e ellos asy mordidos, morir de rrabia.
    • c1422-1433 Guadalfajara Trad Biblia Alba I [1920-1922] Esp (CDH )
      Esta es la quarta espeçia de saetas que en ellos auia de enbiar, de guisa que sy saliesen fuera de sus casas, ouiesen miedo de la espada de los enemigos; e sy se acogiesen a los poblados, que avn ally non serian seguros, e les caeria tremor de miedo que los enemigos los entrarian las villas e lugares e castillos.
    • c1422-1433 Guadalfajara Trad Biblia Alba I [1920-1922] Esp (CDH )

      Nueua mente torna a declarar diziendo: yo enbriagare las mis saetas de sangre, e la mi espada comera carne, conuiene a saber, que esto asy fare a fin de vengar la sangre de los matados que ellos de Israhel mataron; e dize matados, que sy dixiera muertos, muertos se entendiera los que murian de suyo, e matados quier dezir muertos por mano de otros.

    • c1422-1433 Guadalfajara Trad Biblia Alba I [1920-1922] I, 550 Esp (CDH )
      [...] e de dia andaua todo el real cubierto de nuues de todas las partes, de guisa que ninguna nasçion con engeños nin saetas, nin lanças non les podia fazer daño, que las mismas nuues, por graçia de Dios, todo lo desechauan e lo tornauan lançar sobre los mismos enemigos que lo lançauan, que otra mente, dixtruydos fueran, segund que esto muy manifiesta mente pone en el Exodo.
    • c1422-1433 Guadalfajara Trad Biblia Alba I [1920-1922] Esp (CDH )
      Es de notar que aqui Josue dizia a Israhel que ellos bien acatasen donde asentaua el archa del testamento, que el real de Israhel parasen ally, e aqui conviene saber que quando visquia el santo Moysen, andaua todo el real de Israhel por preuidençia e graçia diuina çircundado de unas nuues de gloria diuina, tanto, que dellas estauan cubierto Israel, que non dellos cosa pareçia, nin bonbarda, nin saeta de enemigo jamas nuzir en el real de Israhel / non pudo [...].
    • c1422-1433 Guadalfajara Trad Biblia Alba I [1920-1922] Esp (CDH )
      [...] ¿como es posible que çierço, que es el ayre de aquilon, en 40 años non corriese? A lo qual responden que como Israhel andauen çircundados de nuues de gloria de Dios de tal guisa que en Israel non auzian saeta nin bombardas nin sus semejantes que de parte de los enemigos les vinia, e como comun mente el ayre de aquilon, que çierço ya deximos ser, derrama las nuues, e sy corriera, derramara estas gloriosas nuues que dicho auemos que tanto bien facian.
    • c1422-1433 Guadalfajara Trad Biblia Alba I [1920-1922] Esp (CDH )
      E estos tres dias tu ally muy abscondido estaras, e tu uernas al logar do ende te abscondistes e ençelaste el dia de la obra, conuiene saber, el dia del sacramento e que fee se pusieron, e tu estaras çerca de aquel lugar que dizen Lapidem Ezel, (125) e yo estas tres saetas çerca del lançare para que lo enbie yo por signa, e la razon sea asy: yo al moço dire: tu ue, busca aquellas saetas fasta que las falles.
    • c1422-1433 Guadalfajara Trad Biblia Alba I [1920-1922] Esp (CDH )

      Sy dezir yo dixere al moço: cata que las saetas aquende aca de ti estan, tomalo al moço e uente, que paz a ti, e non es cosa de mal; ¡biuo Dios!

      Pero sy yo por este modo al moço dixere: cata que las saetas allende de ti estan, uete, que Dios te enbia.

    • c1422-1433 Guadalfajara Trad Biblia Alba II [1920-1922] Esp (CDH )

      En aquel dia sera todo lugar que ouiere ende; mill vides valeran mill dineros de plata, por quanto espino e cardo seran.

      Con saetas e con arcos entraran ende, que espino e cardo sera toda la tierra.
    • c1422-1433 Guadalfajara Trad Biblia Alba II [1920-1922] Esp (CDH )

      E puiara la saluaçion de la casa de Iuda la remanente rayzes ayuso, e fara fructo de suso, que de Ierusalem sallira reliquias e saluaçion del monte de Syon; el zelo del Señor de las cauallerias fara esto.

      Por tanto asy dize el Señor al rey de Assur: non entrara en esta çibdat, e non lançara ende saeta, e non la acometera con escudo, e non lançara en ella engeño.

    • c1422-1433 Guadalfajara Trad Biblia Alba II [1920-1922] Esp (CDH )

      [...] pues que Dios padre me enbio a pedricar, vulgar la su fe catolica, non lo puedo excusar, avn que algunas veçes me passa por la voluntad el çessar, segund los blesphamios e crueza de esta gente; por tanto lo podria escusar quanto la espada ropera el cortar; e avnque ellos me quieren mal fazer, los que sson çerca de mi, que estos sson llamados espada, que la espada fiere a rrayz, de los quales, con la sonbra de la ssu mano, me abscondio. Iten, pusome por saeta aguda que firiese e amonstase en las longes nasçiones, que tal es el exergiçio de la saeta que fiere de lueñe.

    • c1422-1433 Guadalfajara Trad Biblia Alba II [1920-1922] Esp (CDH )
      [...] que estas sson las armas de Dios, las quales defienden la catolica alma de todos los demonios e infiernos; o quier dezir que ssolos Israhel fueron (son) aquellos que las saetas e armas de las temptaçiones sobre todas las nasçiones sufrieron, que comun mente las armas son las que fieren, e tales son las temptaçiones.
    • c1422-1433 Guadalfajara Trad Biblia Alba II [1920-1922] Esp (CDH )
      De boz de caualleros e lançadores de saetas fuyran todas las / çibdades; entraran en las espessuras e a lo alto se subiran, e todas las çibdades desanpararan, que en ellas omne non habitara.
    • c1422-1433 Guadalfajara Trad Biblia Alba II [1920-1922] Esp (CDH )
      Que ahe yo espertare e sobre Babiloña sobir fare congregaçion de grandes gentes de tierra del aquilon, desde donde al prinçipio se apareiaren a la requestar, desde ally la ganaran e las sus saetas seran como saetas de barragan desfijador que non tornan en vaçio.
    • c1422-1433 Guadalfajara Trad Biblia Alba II [1920-1922] Esp (CDH )

      Poned vos en orden contra Babiloña quantos archos armades, e en ella lançad; non ayades piedat de las saetas, pues que al Señor peco.

    • c1422-1433 Guadalfajara Trad Biblia Alba II [1920-1922] Esp (CDH )
      Aguzad las saetas, e plumas les poned; allegad los paueses; esperto el Señor el spiritu de los reyes de Media, que la su ymaginaçion contra Babiloña tiene para la distruyr, e venga es del Señor, conuiene saber: venga del su templo.
    • c1422-1433 Guadalfajara Trad Biblia Alba II [1920-1922] Esp (CDH )
      Yo enbiando las malas saetas de fanbre en ellos, las quales dañosas les seran, e las yo enbiare que dapño vos fagan.

      E avn fanbre vos pujare, e quebrantarvos he el baculo de pan

    • c1422-1433 Guadalfajara Trad Biblia Alba II [1920-1922] Esp (CDH )
      Que el rey de Babiloña se parara en la madre de la via, en el cabo de las dos vias, a adiuinar adyuinanças, aguzar las saetas, demandar en los ydolos, cata en el figado.
    • c1422-1433 Guadalfajara Trad Biblia Alba II [1920-1922] Esp (CDH )
      E el tu archo en la tu siniestra mano quebrantare, e las tus saetas de la tu diextra mano caer fare.

      Sobre los montes de Israel caeras tu e todas las tus huestes, e los muchos pueblos que contigo son caeredes [...].

    • c1422-1433 Guadalfajara Trad Biblia Alba II [1920-1922] Esp (CDH )
      E salliran los que en las villas de Israel habitan, e las armas arderan, e fundiran paueses e hastas e archos e saetas e bastones de mano e cuentos, de las quales armas siete años que quemar teman.
    • c1422-1433 Guadalfajara Trad Biblia Alba II [1920-1922] Esp (CDH )

      Yo enbiando las mis saetas de fanbre(38)

      Saetas de fanbre se llaman todas las cosas que dapnan las symillas: poco llouer, bochorno, amarillura, langosta e sus semejantes.

    • c1422-1433 Guadalfajara Trad Biblia Alba II [1920-1922] Esp (CDH )

      Do yria primero, o a los fijos de Amon, o a Jerusalem, e sallole que fuese primero a Jerusalem, e despues a los fijos de Amon; la qual adiuinança era que fazian çercos en tres maneras; ellos çecalauan mucho los rollos de las saetas, e con sus conjuros trayan ay los spiritus; demandauan tanbien en los ydolos; terçero, que tomauan vn ligado de cabron prieto, en el qual fazian ciertos safumerios e conjuros, e allegauanse ally los spiritus.

    • c1422-1433 Guadalfajara Trad Biblia Alba II [1920-1922] Esp (CDH )

      Como te vierenlos montes adolesçeran, el rapdon del agua passara, ssogurges darael abismo la su boz, e los çielos las sus manos alçaran.

      El sol e la luna en el su habitaculo se pararan; a la lux de las tus saetas andaranal resplandor de los relanpagos de las tus hastas.

      Con saña pisastela tierra; con folor trillaras las gentes.

    • c1422-1433 Guadalfajara Trad Biblia Alba II [1920-1922] Esp (CDH )
      E el Señor sobrellos sera aparesçido, e sallira como el relanpago la su saeta, e el Señor Dios con tronpa tañera, e andara en los torbellinos del austro.

      El Señor de las cauallerias manparara por ellos, e afinaran e tomaran piedras de fonda, e beueran e rugiran como vino, e rellenarse han como escudillas e quasi angulos de altar.

    • c1422-1433 Guadalfajara Trad Biblia Alba II [1920-1922] Esp (CDH )

      Çerro las mis vias de canto picado, como los mis senderos atorçiesen.

      Daleth.Osso açechador es fecho contra mi, e leon en abscondido.

      Las mis vias atorçio e descubrio, e pusome en soledat.

      Armo el su archo, e parome quasy que yo fuese signa e çertero de la saeta.
    • c1422-1433 Guadalfajara Trad Biblia Alba II [1920-1922] Esp (CDH )

      Es la intençion que el rey Nabuchodonosor cerco a Jerusalem, e Jeremias diziales de parte del Señor Dios que obedesçiesen a Nabuchodonosor, e que Jerusalem non se perderia, nin Israhel; e auia malos e mentirosos profetas oppositos de Jeremiias que dizian que se non diesen en poder de Nabuchodonosor, que jamas non ganaria a Jerusalem, nin ssola vna saeta ende non lançaria.

    • c1422-1433 Guadalfajara Trad Biblia Alba II [1920-1922] II, 503 Esp (CDH )

      [...] e eran dos maneras de nuues: vna, que yua delantera de Israhel, que auia por ofiçio de allanar los caminos e las cuestas e valles, e avn matar a aquellos que en çelada se les parauan, segund paresçe por los Numeros, en los arroyos de Arnon; e otra manera de nuues quedaua con ellos que los manparaua de quantas saetas, lanças, bondardas vinian, que ellas sobre los de Israhel por los enemigos lançadas, se boluian e firian en los mismos lançadores.

    • a1435 Baena, J. A. Poesías [1993] 777 Supl Canc Baena Esp (CDH )
      Çessarán carros, carretas * / de andar por los caminos, / çessarán a los mesquinos / los males d'estas saetas, / çessarán muchos profetas / de Merlín eRocaçisa, * / çessarán por esta guisa / atabales e trompetas. /
    • 1414-a1435 Manuel Lando, F. Poesías [1993] Canc Baena Esp (CDH )
      Loando al Señor, Redemidor nuestro, / con grant voluntat, pesada, perfeta, / noble cavallero e trobador diestro, / siguiendo * a Davit, muy santo propheta, / llagarvos há Venus peor que saeta; / quien es de* Saturno en tiempo diurno / sus passos falleçen rompiendo el coturno, * / quier' ande a la guisa, quier' a la gineta. * /
    • 1436 Marqués de Santillana Comedieta [1988] Esp (CDH )
      E commo el granizo que fiere en linera / traýdo del viento aquilonar, / inmensas saetas de aquella manera / ferían los nuestros por cada logar. / Allí todas gentes cuytavan llamar / «¡Sant Jorge!»con furia, commo quien dessea / traer a victoria la crua pelea, / jamás non pensando poderse fartar.
    • 1437 El Tostado LParadojas [2000] Esp (CDH )
      Ponelo el grande poeta Ovidio esta manera en el segundo libro de Methamorphoseos, onde, contando de Calistone, o Parrasis en otra manera llamada, la qual era de Jupiter amiga et conçibio et pario a un fijo, el qual se llamava Archas; et dize que andando este a caça, seyendo de quinze annos, Juno, la qual era muger de Jupiter, et con enbidia convertiola en ossa & su fijo, Archas, andando en pos ella, tirole de archo et, yendo a fincar la saeta, Jupiter, non queriendo su amiga peresçer, arredro la saeta et levantolos anbos por el aire et fizo de ellos dos ossas, la una llamaron Ursa major & la otra Ursa minor et en la una de ellas esta la estrella de los marineros.
    • 1438 Mtz Toledo, A. Corbacho [1990] 244 Esp (CDH )
      En tanto que te digo que sy algunas por serviçio de Dios pasasen tanto mal, tanta fanbre e sed, tanto frío e tantas pasyones, enojos e vergüenças e pobrezas, e aun la meytad menos —asý en yrse con ellos como en los seguir, o creer de ligero consejo dellos, como en los dolores del parto, fijos dellos pariendo, criando, e malas noches e días e malas oras con ellos pasando— creo que yrían rrezias como vira o saeta a la gloria de paraýso, syn detenimiento ninguno.
    • c1430-1440 Torre, A. Visión [1991] Esp (CDH )
      Yten, todo mudamiento o es natural, asý como el desçendimiento de la cosa pesada, o es violento, asý como quando alançan la saeta o la piedra contra suso.
    • c1430-1440 Torre, A. Visión [1991] 216 Esp (CDH )

      E sy por caso o violençia son de allí alcançados, quitada la violençia, por el lugar más çercano e más derecho que pueden vienen a sus propios lugares, asý como el odre lleno de viento, que sy lo tenían deyuso del agua por fuerça, quitada la fuerça, ponerse ýa sobre el agua, porque allí era su lugar propio. E también la saeta que lançan con la ballesta a suso puja en tanto que dura la fuerça e violençia de la ballesta, e luego que çesaaquella fuerça diçe la saeta e viene a su lugar propio.

    • 1442 Mena, J. Homero [1989] Esp (CDH )
      Otros avía que sus cuerpos traspasados con las volátiles saetas, se trastornavan por las espaldas de los cadrupedales cavallos; e agora confían las cabeças apartadas a lexos de las çervices de los unos por golpes de espada dura; y a otra parte yazían otros medio sin ánima, inclinados los feridos çelebros sobre las sangrientas armas, a tanto que la tierra ya manava por sangre y los canpos eran mojados del sudor de los batalladores.
    • 1442 Mena, J. Homero [1989] Esp (CDH )
      Después desta triste mortandad por éstos acabada, cargaron los sus onbros de rica prea y grande, y rapinaron cavallos traçianos blancos y resplandesçientes de claro e níveo candor, de los quales tanta era su ligereza que nin les pasaría en correr aquel viento Euro nin los podría por corrida sobrepujar la volátile saeta.
    • 1444 Mena, J. Laberinto [1989] Esp (CDH )
      Como el ferido de aquella saeta / que trae consigo la cruel engorra, / mientre más tira, por bien quel acorra, / más el retorno lo fiere e aprieta, / así mi persona estava subjecta: / quando pugnava por descabollirme / mi priessa e la de otros me tenían más firme, / non governándome de arte discreta.
    • 1444 Mena, J. Laberinto [1989] Esp (CDH )
      Fizieron las bozes al conde a desora / bolver la su barca contra las saetas / e contra las armas de los mahometas, * / ca fue de temor piadad vençedora. / Avía Fortuna dispuesto la ora, / e como los suyos comiençan a entrar, / la barca con todos se ovo anegar, / de peso tamaño non sostenedora.
    • c1445 Valera, D. Trat mujeres [1983] Esp (CDH )
      [...] e como Eneas viniese de Troya e la quisiese tomar por muger, queriendo ella conservar su virginidat, al fauor de Torruyo Rrótulo rrecorrió, e, con su ayuda, el dicho Eneas en canpo puso batalla, en la qual, como con gran vigor firiese los enemigos, por vna saeta ferida en los pechos, fenesçió.
    • 1431-1449 Díaz Games, G. Victorial [1994] Esp (CDH )

      Estando faziendo Pero Niño en los deservidores de su señor el rey como faze el lobo entre las ovejas, quando no an pastor que las defienda, vínole una saeta que le dio por el pescueço. Mas esta ferida ovo él luego en el comienço, que le traýa el camal cosido con el pescueço.

    • 1431-1449 Díaz Games, G. Victorial [1994] 266 Esp (CDH )

      E fue trabada allí una escaramuça muy rezia, e los castellanos tenían muy firme la plaça, e avía ya muchos feridos. Allí fue ferido Pero Niño de dos feridas en las piernas, de una saeta e una lança, e lleváronle los suyos de allí a su real.

    • 1431-1449 Díaz Games, G. Victorial [1994] Esp (CDH )
      El capitán aquel día ovo muchos golpes de piedras, e lanças, e saetas, e hera muy cansado e quebrantado; pero lo que más le enpeçía hera una saetada que le dieran en la pierna, de que se sentía muy maltrecho; mas non que durante la pelea ninguno ge lo sintiese.
    • 1431-1449 Díaz Games, G. Victorial [1994] Esp (CDH )
      En tanto el capitán fazía a grand priesa tomar el agua, e lançar saetas a los que estavan ençima de las peñas; e tomaron quanta ovieron menester.
    • 1431-1449 Díaz Games, G. Victorial [1994] Esp (CDH )
      La batalla fue muy grande, de truenos, e piedras, e dardos, e saetas, ca los africanos heran muchos más; heran muy armados; aun, que peleavan muy fieramente.
    • 1431-1449 Díaz Games, G. Victorial [1994] Esp (CDH )
      Mas non hera cosa conviniente, ca la ribera toda vía se yva estrechando, e alcançavan a las galeas las saetas e dardos de amas las partes de las riberas; e otrosí las naos tomaran a las galeas de jusloven, con viento e marea, ansí que las galeas non pudieran tornar toda vez que quisieran.
    • 1431-1449 Díaz Games, G. Victorial [1994] Esp (CDH )
      E salieron de entre las naos más de çient barcas e bateles, equipados de gente de armas, e lançavan a las galeas muchas saetas e truenos, tantos que davan asaz que fazer a pelear e a se defender a los de las galeas.
    • 1431-1449 Díaz Games, G. Victorial [1994] Esp (CDH )
      Esto diziendo, fueron a ellos, e firiéronlos muy de rezio, de muchos dardos e saetas; e llegó el capitán con su bandera.
    • 1431-1449 Díaz Games, G. Victorial [1994] Esp (CDH )

      E lo que atajava el agua avría tanto de espaçio como tiro de una piedra puñal; e enbiavan de allende tantas frechas, que paresçía como quando nieva. E los de acá las tomavan muchos dellos, las saetas. El capitán fazía allí aquel día tiros de ballesta en que derrocava e fería muchos dellos.

    • 1431-1449 Díaz Games, G. Victorial [1994] Esp (CDH )

      E los balleneres son luengos, e baxos de bordo. Paresçía muy fermosa gente darmas, e bien armados de muchas lanças darmas, e arcos, e frechas.

      E las galeas e los balleneres fueron a ellos, e diéronles una muy rezia batalla de saetas, e dardos, e truenos, e piedras.

    • 1431-1449 Díaz Games, G. Victorial [1994] Esp (CDH )

      E bien cuydo que de aquella batalla le mató honbres, e leváraselo, si non que non osó aferrar, porque hera en medio de los yngleses. Mas delibróse e púsose en salvo. De tal guisa lo fizo que ningund ballener solo non se osó allegar, sinon todos juntos, e aun el ballener salió bien esgarrochado de entre los otros. E si no porque se venía la galea toda vía peleando e defendiéndose muy fuertemente, de truenos, e saetas, e dardos, enbestido oviera con ella los balleneres.

    • 1431-1449 Díaz Games, G. Victorial [1994] Esp (CDH )
      Los castellanos resçibiéronlos muy bien, con muchas piedras, e dardos, e lanças, e saetas, e frechas; ansí que de aquella primera llegada cayeron de los yngleses muchos feridos e muertos.
    • 1431-1449 Díaz Games, G. Victorial [1994] Esp (CDH )

      E estavan allí unas peñas, çerca de una mezquita, e una alcantarilla. E está ante la villa una plaça que llaman el Mercadillo, e estava lleno de moros, a pie e a cavallo. Lançavan de allí muchas saetas. E los de cavallo venían e lançavan lanças en la gente del condestable, e tornávanse de allí.

    • 1431-1449 Díaz Games, G. Victorial [1994] Esp (CDH )
      Pero sabed que en aquel camino fue él bien servido de los moros que estavan en la barrera de la villa, e non fue bien llegado a la manta, quando vino una nubada de piedras e saetas sobre la manta, e turó una grand pieça.
    • 1431-1449 Díaz Games, G. Victorial [1994] 525 Esp (CDH )

      Él quedó allí hasta el sol puesto, que la batalla del condestable, la de los cristianos que más çerca dél hera, avía mill pasos fasta ella. A las de los moros non avía sinon poco, e las saetas yvan toda vía de la una parte a la otra, tan çerca estavan de la çivdad.

    • 1431-1449 Díaz Games, G. Victorial [1994] Esp (CDH )

      E a la tornada él venía detrás: bien como al comienço de la batalla él hera mucho adelante de todos los otros, bien ansí a la tornada hera en la reguarda bien tanto atrás, más que ninguno de los otros. E él venía sienpre detrás de los suyos, solo, bien treynta pasos dellos, en manera que las saetas de los moros alcançavan a él.

    • c1449 Torre, F. LVeynte cartas [1983] 105 Esp (CDH )
      [...] e más me marauillo por ser el príncipe muy sofridor e de cordial fortaleza, el qual teniendo en Yndia vna çibdad çercada, después que por armas vençió al grand rey Poro, conbatiéndola e entrándola por escalas, fue allí ferido con vna saeta tamaña, como quatro palmos, enbiada de vn grand arco por marauillosa fuerça de los braços de vn enemigo cauallero [...].
    • c1449 Torre, F. LVeynte cartas [1983] 106 Esp (CDH )
      [...] e presentada la llaga a los maestros çurujanos, aquellos, veyendo como la saeta estaua vntada de poçoña, dixieron que non podrían bien curar aquella llaga si non le sacasen la saeta, e estonçe Alixandre mandó que gela sacassen e los çurujanos replicaron deziendo que era nesçesario que lo ligasen porque non podría sofrir el dolor d'ello, de lo qual sonreyéndose e burlando Alixandre dixo que non era neçesario que lo atasen ni ligasen, por ende que sacasen la saeta, e así sufriéndolo muy bien a estando quedo, sacáronle la saeta, muy dura cossa de ver e muy mayor de sofrir.
    • 1425-1450 Rdz Padrón, J. Bursario [1984] 75 Esp (CDH )

      ¡Ay de mí!, que padesco y me duelo de las llagas fechas con mis saetas, creyendo a las blandas palabras, de las quales es a ty copia. E otrosý, creyendo al linaje tuyo y a las santidades que me juraste, y creyendo a las tus lágrimas, las quales tú mostraste a dissimular en tal manera, que por su arte van y se demuestran en el logar e tiempo que tú las mandas, como hizieron al tiempo que de mí te partiste. *

    • 1425-1450 Rdz Padrón, J. Bursario [1984] 117 Esp (CDH )
      Yo te rruego por tu madre Venus e por las saetas y dardos de tu hermano Cupido, e por los dioses sagrados de Troya, compañeros de tu fuyda (asý todos los que llevas contigo de tus naturales sean vençedores; e por quel fiero Mares, dios de las batallas, sea reparo de tus daños, e asý Escanio, tu hijo, cumpla bien aventuradamente los sus años, e los huesos del viejo Anchises duerman * en folgança); perdona a la mi casa y a la mi compaña, la qual se da al tu señorío.
    • 1425-1450 Rdz Padrón, J. Bursario [1984] 123 Esp (CDH )
      E estonçes estendió Hercules el arco, e puso en él una saeta empeçoñada, y tiróle y matólo. E Neso, llegado a la muerte, esperando aver venganipa, mandóle a Daymira que mojase una camisa en aquella su sangre infecçionada con la ponçoña de la saeta; e díxole que quantas vezes su marido la menospreçiase, que dándole aquella camisa, podría ser reconçiliada con él.
    • 1425-1450 Rdz Padrón, J. Bursario [1984] 128 Esp (CDH )

      ¡O verguença! La piel áspera, despojada de las costillas del león, cubre el blando costado de Yolante. Engañado eres, y no es aquella la piel del león, antes es tuya. Tú eres vençedor del león, e Yolante de ty. Trae tus saetas untadas con el venino de la syrpiente de Lerne que tú mataste, la qual apenas es apta de traer la rueca, quando le fuye por el peso de la mucha lana.

    • 1425-1450 Rdz Padrón, J. Bursario [1984] 128 Esp (CDH )

      E Neso, medio omne, medio cavallo, herido con la tu saeta, vañada en el venino de la syrpiente de Lerne, fue muerto, y la sangre del cavallo infeçionó las aguas.

    • 1425-1450 Rdz Padrón, J. Bursario [1984] 129 Esp (CDH )
      E tú, cruel Daymira, ¿por qué dubdas morir? ¡O Hercoles! Aquesta cosa una sola te rruego, que me quieras açeptar por los sagrados derechos del nuestro matrimonio, en manera que yo no sea vista perder la tu vida con açechanças engañosas, ca Neso, después que vido ferido su pecho de tu saeta mortal, me dixo que aquella sangre suya tenía grand fuerça de amor.
    • 1425-1450 Rdz Padrón, J. Bursario [1984] 170 Esp (CDH )
      A tan fieramente son feridos los mis pechos de una saeta, la llaga de la qual deçiende a los mis huesos, según lo profetizó mi hermana Casandra, diziendo que avía de ser ferido de una çelestial saeta.
    • 1425-1450 Rdz Padrón, J. Bursario [1984] 211 Esp (CDH )
      Diana caçadora mandó a mí durmiendo escrevir aquestas cosas que son en la mançana, y Cupido, dios de amor, que me hazía velar, mandó a mí escrevir las dichas palabras a ty, de las quales deesas las saetas de la una han ya movido a mý.
    • p1450 Anónimo Trad Etimologías [1983] Esp (CDH )
      El qual metro ante de Omero era dicho piçio e después de Omero fue llamado eroyco; e quieren que piçio sea así llamado porque por esta natura de metro fueron demostrados los ruegos de Apollo, porque quando en el monte Parnaso siguió con saetas la sirpiente Fitón en vengança de la madre, los honrradores de Délfico por este metro lo amonestaron, diziendo, así commo dize Terençiano.
    • p1450 Anónimo Trad Etimologías [1983] Esp (CDH )
      Amazonas, que son las 'Amazonas', son así dichas o porque biven en uno sin varones, que en griego dizen amaltoyn, o porque quemavan las diestras tetas porque les non enbargasen al tirar de las saetas, así commo aney atoy, ca descobrien o desnuyavan la teta que avien quemado.
    • c1453 Anónimo Crón Álvaro Luna [1940] Esp (CDH )

      E los unos pajes le llevaban la lança, e iban a la gineta; e otros a la guisa, en valientes caballos, todos cubiertos de paramentos bordados, e otros brocados e chapados, por la manera que por ese tienpo se usaba en Castilla. El uno le llevaba el arco con las saetas; otros la ballesta de monte, otros los mantos de camino.

    • c1453 Anónimo Crón Álvaro Luna [1940] Esp (CDH )
      E quando los del castillo, que estaban mirando la fabla, vieron al su alcayde derribado, y en las manos del Condestable, comiençan a lançar del castillo tantas piedras que paresçían lluvia, e saetas, las quales no venían a menor peligro del su alcayde que del Condestable.
    • c1453 Anónimo Crón Álvaro Luna [1940] Esp (CDH )
      E anduvo el Condestable con aquellos caualleros que avemos dicho, e con la gente que llevaba tanto, fasta que llegó çerca de la villa de Alburquerque; e sus batallas ordenadas, llegó, tanto a la villa, fasta que los truenos e saetas alcanzaban a donde él se puso.
    • c1453 Anónimo Crón Álvaro Luna [1940] Esp (CDH )
      Puesto el Condestable en esta ordenança, entró con su hueste en la tierra de los moros, e passó por Yllora, junto con la villa, la qual es quatro leguas de la çibdad de Granada, donde le tiraron muchas saetas, truenos e lonbardas.
    • c1453 Anónimo Crón Álvaro Luna [1940] Esp (CDH )

      El Maestre llegó a la puerta, e como quiera que los de dentro se pusieron a la defender, lançando truenos e saetas, e piedras de mano, llegaron las escalas por muchas partes, e saltaron algunos dentro, e ronpieron las çerraduras de la puerta; e abrieron las puertas, e entraron las vanderas del Maestre e los estandartes de aquellos que con él yban, e començaron de llamar: ¡Castilla, Castilla por el Rey don Juan!

    • c1453 Anónimo Crón Álvaro Luna [1940] Esp (CDH )
      El Maestre entró por el arrabal con su gente, e subió con ella fasta aquella yglesia, como quiera que al subir ovieron peligro de muchas saetas, e truenos, e culebrinas, e piedras de mano e de fondas e mandrones.
    • c1453 Anónimo Crón Álvaro Luna [1940] Esp (CDH )
      E en tanto que se armaban e se aderesçaban, los que estaban ençima del muro lançaban muchas piedras e saetas, e piedras de truenos, así que firieron algunos desos pocos vallesteros que el Maestre avía llebado; ca no yban armados.
    • c1453 Anónimo Crón Álvaro Luna [1940] 195 Esp (CDH )
      El sol era muy fuerte, e la calor muy grande, de manera que todos ellos resçibían trabajo de dos partes: del tienpo, que les fazía muy caluroso, e de los de la villa, que los ferian con muchas piedras e saetas.
    • c1453 Anónimo Crón Álvaro Luna [1940] Esp (CDH )
      Muchos de los caballeros del Maestre eran feridos de los de la villa, assí de golpes de piedras como de saetas; pero tanto ardor trayan en la pelea, que algunos dellos estaban feridos avía grand pieça e no lo sentían: tanto avían sabor de hazer de sus honrras.
    • c1453 Anónimo Crón Álvaro Luna [1940] Esp (CDH )
      E quando el Maestre llegó, tanto andaban ya enbueltos e juntos los unos con los otros, que el Maestre no conosçía en otra cosa los de la villa, salvo en ver que les tiraban muchas piedras e saetas.
    • c1453 Anónimo Crón Álvaro Luna [1940] Esp (CDH )
      E assí lo fizo el Maestre, ca llegó con su gente a la puerta del arrabal e apeáronse, e el primero que aquel día entró la puerta del arrabal fué el Maestre, donde disparaban los de dentro muchas saetas, e piedras de trueno; e luego siguieron tras él e entraron aquellos caballeros mançebos sus parientes e criados, e luego llegó Ruy Díaz de Mendoça, e entró con la otra gente, e Pedro de Silva con la gente del Prínçipe don Enrrique, que ende tenía.
    • c1453 Anónimo Crón Álvaro Luna [1940] Esp (CDH )
      Los de dentro començáronle de lançar muchas saetas e piedras de truenos, e defender la entrada; pero el Maestre, con su gente, después que fué dentro en el arrabal, cabalgó a caballo, e arremetió con ellos por las calles del arrabal, e sobíalos, e fazíalos retraher por la cuesta arriba contra la villa.
    • c1453 Anónimo Crón Álvaro Luna [1940] Esp (CDH )
      E los de Atiença, como quier que se yban retrayendo contra la villa, fazían sus paradas a las esquinas, e a las vueltas de las calles, e de allí peleaban con la gente del Maestre, e lançaban muchas piedras e saetas, e disparaban muchas culebrinas de la una parte e de la otra.
    • c1453 Anónimo Crón Álvaro Luna [1940] Esp (CDH )
      Que non le pudiendo retraer del peligroso conbate en que estaba las piedras de las lonbardas, no las de los truenos, no las muchas saetas, non los muchos tiros de las espingardas, que en grand número se lançaban de la çibdad, en solamente oír que el Rey su señor venía, e por quitar de peligro a la real persona suya, más obró en su coraçón, e más pudo aquella sola nueva, e más temor le puso que todos los peligros de que estaba rodeado aquella hora.
    • c1453 Anónimo Crón Álvaro Luna [1940] Esp (CDH )
      Esto fazía el Maestre porque veya que el fervor de la pelea cresçía, e se acresçentaba de mucho en más, e que de la parte de la villa, allende de las muchas saetas que se lançaban, se tiraban esso mesmo muchos tiros de espingardas, e otros diversos tiros de pólvora.
    • a1454 Carrillo Huete, P. Crónica halconero [1946] 203 Esp (CDH )
      Los quales, señor, enpeçaron a echar muchas lanças e saetas, espeçialmente do estaua my estandarte, cargando todavía muchos dellos [...].
    • a1454 Carrillo Huete, P. Crónica halconero [1946] 203 Esp (CDH )
      "E, señor, en este trauajo estubimos vn rrato, sufriendo lanças e piedras e saetas vien vna ora o más.
    • a1454 Carrillo Huete, P. Crónica halconero [1946] 204 Esp (CDH )
      E a my primo Juan de Padilla avíanle muerto vn cauallo, el qual creo que fué el primero que mataron desque la pelea se començó, e allí le ferieron otro de saetas e lanças [...].
    • a1454 Carrillo Huete, P. Crónica halconero [1946] 206 Esp (CDH )
      E, señor, los que con el dicho comendador venían en su guarda no se çercó ally sino Juan de Guzmán, fijo de Alfonso de Guzmán, comendador de la Puebla, e Sancho Pérez, e Juan de Guzmán, hijo de Pero Nuñes de Guzmán, e Gonçalo Fernandes, fijo del alcaide de los donzeles, e Alfonso de Valençuela, e Juan de Daça, e Fernando de Cárdenes, alcaide de Aguilar, que fué ferido de vna saeta por la pierna [...].
    • 1440-1455 El Tostado LAmor [2000] Esp (CDH )
      Esto non paresca a alguno seer sin razon, ca grande es el poderio del amor et por esto los antiguos le figuraron cargado de saetas et traer sobre si arcos & saetas, ansi como su devisa, & al que quisiere ferir, feria, a unos mas crudamente & a otros mas blando [...].
    • 1440-1455 El Tostado LAmor [2000] Esp (CDH )

      [...] fingieron esso mismo quetraia flechas ardientes& a quienqueria levantarllamas levantava, estos ardores ponia en los pechos de las virgines et de los mançebos& aun a los viejos algunos ençendimientosponia; esto nonfue dicho sin misterio et razon, ca el amor nos fiere et nos ençiende ansi como las llamas et las saetas suelendeprivar a los cuerpos.

    • 1440-1455 El Tostado LAmor [2000] Esp (CDH )
      Este moço loçano et muy esforçado muy çerteras saetas alança de su arco; la ferida que faze non tiene fruente ancha mas del todo fiere en las escondidas entrannas; este moço non tiene paz alguna, por todo el mundo ligeramente derrama sus saetas.
    • 1440-1455 El Tostado LAmor [2000] Esp (CDH )

      De esto dize Seneca en la quartatrajedia, en el cantar terçero: "el fijo de Almena dexo las saetas & la piel espantable del grande leon, dexosse poner en los dedos anillos con piedras esmeraldas et ponerse en ordesus gruessos cabellos, ato las piernas conoro labrado et apreto sus pies conçuecos negros et con aquellamano quesolia traer la popra de las armas estendio los filos rebolviendoel fuso".

    • 1440-1455 El Tostado LAmor [2000] Esp (CDH )
      [...] estas cosas passaron ansi como sombra & ansi como mensajero corriente et ansi como nave que passa por las ondas del agua de la qual despues que passare, non fallamos pisadas nin sendero de aquella agua en las ondas, o ansi como la ave que traspassa el aire, de la qual non fallamos alguna sennal de su camino, mas solamente el sonido de las alas batientes al viento muelle et cortantelo por fuerça para fazer camino, movidas las alas bolo & despues non se falla alguna sennal de su camino; o como saeta enbiada a logar sennalado el aire departido luego se torno en si, de tal manera que non podimos saber por onde passo [...].
    • p1455 Marín, P. Sermones [1990] Esp (CDH )

      Éstos son los ypócritas, de los quales fabla san Bernardo Sobre los cantares de Salomón, sermo iº., psalmo «Qui habitad», el qual esso mesmo vuo la quarta tribulación. Primero, del temor nocturno, que fue la persecución de los tiranos; segundo, de la saeta bollante, por el día, que fue la persecución de los heréticos; tercero, del demonio de medio día, que será el Antichristo; quarto, del negociar que anda en las teniebras.

    • 1454-1457 Schz Arévalo, R. Política [1959] Esp (CDH )

      Cuenta esso mesmo Tito Libio, que, como Lelio cónsul fuesse embiado por los romanos contra los de Persia, los persianos, con grandíssimo poderío de gente d'armas y otrosí de ballesteros y archeros, ocorriéronle; y como Lelio embiasse sus escubridores, dixiéronle que tanta era la muchedunbre de las saetas que quitavan el sol y fazían sombra en la tierra; y luego el prudente capitán respondió: «Señal es que tenemos a los dioses favorables, pues avemos a pelear a la sombra en tan firviente calor y estío como faze.»

    • 1454-1457 Schz Arévalo, R. Política [1959] 290 Esp (CDH )
      Otros dezían que aun los campos eran estrechos a su peonage y a sus pertrechos y artillerías, y aun que la anchura y grandeza del cielo no se podía mirar por la infinida multitud de las saetas de sus vallesteros y archeros.
    • 1458 Manrique, G. Planto [2003] Canc Gmz Manrique Esp (CDH )
      Al punto que los tronpetas / despiertan en los reales / e discurren las planetas / muy más rezias que saetas / por los cosos çelestiales, / comencé de caminar, / e, sin muncho trabajar, / vi vna gran fortaleza, / no de tanta sotileza / como de buen defensar.
    • 1458 Manrique, G. Defunción [2003] Canc Gmz Manrique Esp (CDH )
      Oyendo lo qual con gran turbaçión, / teniendo en el canpo quien bien me doliese, / sofrirlo no pude que presto no fuese / a saber quién era aquel buen varón / por quien se fazía tal laumentaçión, / lo qual pregunté a vno muy paso. / Llorando respuso: «Est'es Garçilaso: / matolo saeta por gran ocasión.
    • 1459 Palencia, A. Trad Triunfo militar [1996] Esp (CDH )

      O, sy ya más humano me plazía fablar, deviera dezir rústicos y quitos de toda proeza. Pero algúnd halago de aquesta iniuria es la manera que la villanía falló para el monte o la caça; pues no escogió canes poderosos por olor o por presas, nin bozería de çerco puesto en torno del monte, ni falcones, açores, ni gavilanes, mas engaño de redes, y saeta mortal con ponçoña o liga para las aves [...].

    • 1459 Palencia, A. Trad Triunfo militar [1996] Esp (CDH )

      Et aun más, como sy anduviera en lid, ora esgrimiendo diestramente la espada, ora governando diestramente la lança, fizo pasmar el pueblo que le mirava. E, ya apeado, oteándole todos, tomó una lança de mano y con tan grand ímpetu la enbió como una vallesta enbía la saeta.

    • 1459 Palencia, A. Trad Triunfo militar [1996] Esp (CDH )
      ¿Por qué tanbién no apropiaste a ty el saltar, el correr, el saber nadar, y dexaste para otro el ferir de los escudos de los adversarios con clavas? ¿Tú enseñas, quiçá, quál sea más provechosa dotrina de ferir, o de taio o de punta? ¿Por ventura tú provees de las maneras de armadura, del tiro de los dardos, de las saetas, del echar de las piedras, y de las plomadas de los marçiobárbulos?
    • c1407-1463 Castillo, D. Poesía [1987] 179 Canc Estúñiga Esp (CDH )
      / Segund, pues, un seguiento / qua sigo como uencido, / e buscando el perdimiento / que busco con desatiento, / por me uer asý ferido; / causa muy caritatiua / yo deuría cierto mouer / de una uida tan catiua / por uuestra causa passiua / sin querirle socorren / / Pensando por qué misterio / mis signos et mis planetas / dieron tanto captiuerio / a mí, que, syn refrigerio, / combaten uuestras saetas, / nin biuo porque consiento / nin muero porque padesco, / mas peno porque, contento, / fallo mi querer esento / en dolor que non meresco.
    • c1407-1463 Castillo, D. Poesía [1987] 257 Canc Estúñiga Esp (CDH )
      / La llaue de vuestro nombre, / circundada con renombre, / de uuestras quatro saetas / tienen sus brasas secretas / donde más pienso ser ombre; / y, si gracia non conuiene, / donde tanta parte tiene / el principio de su guía, / es porque niega porfía / lo que grande fe sostiene.
    • c1470 Anónimo Demanda Grial [1907] 194 Esp (CDH )

      [...] e quando ella vio que alli no podia beuer, començo de fuir, e Giflete, que auia mucho andado em pos della, santiguose de la lijereza que le vio fazer. E quando vio que no podia con ella, tornose para Camaloc, e contara las nueuas al rey Artur, e dixole: «Señor, la saeta quando sale de la ballesta no va tan ayrada como ella quando corre».

    • c1470 Anónimo Demanda Grial [1907] 220 Esp (CDH )
      Y las donzellas andauan assi guisadas, como si anduuiessen a caçar; la vna traya vn cuerno muy fermoso e rico; e la otra traya vn arco, con su aljaua de saetas; e la tercera traya vn cieruo atrauessado en el palafren; e la dueña mayor no traya nada, que era su señora.
    • c1470 Anónimo Demanda Grial [1907] Esp (CDH )
      E aquella fuente era muy hermosa; e hallo vna donzella muy honrradamente vestida, que penso verdaderamente que era la hada, porque estava assi sola, e apeose, e ato su cauallo a vn arbol, e deciño su espada, e pusola sobre la yerua, e vn arco que traya, y sus saetas, que no traya mas armas.
    • c1470 Anónimo Demanda Grial [1907] Esp (CDH )
      E tanto que vio la puente, vio yr la barca tan ayrada como la saeta y estuuo alli fasta que no la pudo ver, e despues fuesse por la puente a pie e sin cauallo, y entro en el castillo por vna puerta pequeña; e despues fuesse para el gran palacio, e no fallo ninguno que ninguna cosa le fiziesse ni le dixesse, ca era bien media noche passada.
    • c1467-1475 Escavias, P. Repertorio Príncipes [1972] Esp (CDH )
      E luego el capitán Alcaván mandó a las gentes de armas, a los fonderos e vallesteros, conbatir muy fuertemente la cueva, lo qual luego fue puesto por hobra, lançando muchas piedras, e saetas, e lanças, e tragaçetes.
    • c1467-1475 Escavias, P. Repertorio Príncipes [1972] Esp (CDH )
      Mas aquel Dios Todopoderoso que, avnque castiga, non desmanpara del todo a los suyos, peleó aquel día por los cristianos, de manera que todas las piedras, e saetas, e otras armas que los moros a los cristianos lançavan, miraglosamente por la virtud suya, se tornavan contra ellos mismos.
    • c1467-1475 Escavias, P. Repertorio Príncipes [1972] 234 Esp (CDH )
      E porque en el camino baxo de aquel castillo, en el puerto de la Losa, estavan muchos moros que a lançadas y a saetas y a piedras aquel paso a los cristianos defendían e non les dexavan pasar, e los rreyes e los grandes señores que allí estavan ovieron su Consejo.
    • c1467-1475 Escavias, P. Repertorio Príncipes [1972] 237 Esp (CDH )
      E en aquel lugar do fue la batalla, estobieron dos días para rreposar, en los quales, para todo lo neçesario, otra leña no quemaron salvo las astas de las lanças e saetas que los moros en el canpo dexaron.
    • 1457-a1475 Manrique, G. Debate Mena [2003] Canc Gmz Manrique Esp (CDH )

      Pone dos daños de la destenprança e conpara

      »Que los onbres destenprados / menoscaban su beuir, / ca puede diminuyr / con deleytes e pecados; / e por breues gasajados / que pasan como saetas, / son a las penas secretas / del infierrno condenados.
    • c1458-c1475 Rojas, D. Respuesta [2003] 217 Canc Gmz Manrique Esp (CDH )
      / Respondiendo, pues queréys, / al tema qu'es proposadoo / creyendo que ayudaréys / a mí que claro veréys / ser a razón allegado; / yo quiero fermosa y neta: / ésta es mi calidad; / a la fea, mal de teta / mate y mala saeta; / reniego de su bondad.
    • 1471-1476 García Salazar, L. Bienandanzas [2000] Esp (CDH )

      E tornábase a pensar que, aunque quisiendo él allívenir, que contra su voluntad podría ser que los vientos lo levasen a su tierra e que sus parientes, por fuerça, lo feçiesen casar con otra muger, non tobiéndose d'ella por contentos.

      E en esto pensava Isofile todos los días e cada pensamiento le hera a ella saeta que tenía fincada en el coraçón.

    • 1471-1476 García Salazar, L. Bienandanzas [2000] fol. 199r Esp (CDH )
      Acordaron así que cada linage diese una saeta en que estobiese escrito el nonbre del mayoral de aquel linage e que las ayuntasen en uno; e que traxiesen un niño pequeño e que la flecha qu'él tomase que aquél fuese rey e señor d'ellos.
    • 1471-1476 García Salazar, L. Bienandanzas [2000] Esp (CDH )
      E con aquéllos aquexaba mucho la çibdad e diéronle muy grand conbate con los dichos engenios e castillos; e otrosí toda la gente de armas e de pie, conbatiendo toda la çibdad a la redonda, en el qual conbate morieron mucha gente de moros e de christianos, entre los quales morieron tres cavalleros honrados, conbiene a saber, Guillén el Carpenter e don Guillén, Conde de Fores, e el otro Valdobín de Flandes, que todos tres se llegaron tanto a los muros de la çibdad por qu'el uno fue muerto de una saeta que le dieron por so la cara del yelmo e el otro fue ferido por los pechos de uno vallesta de torno, que le pasó todas las armas, e el otro fue muerto de una piedra de trueno.
    • 1471-1476 García Salazar, L. Bienandanzas [2000] Esp (CDH )
      E muerto este don Lope Díaz, fue alçado por Conde e Señor de Vizcaya don Sancho, su fijo, que fue el quinto señor d'ella, que seyendo mançebo e valiente, veniendo de la guerra de los moros, revolvióse roído entre los suyos en Morillas e, partiéndolos él, fue ferido de una saeta que se desarmó por ocasión.
    • 1471-1476 García Salazar, L. Bienandanzas [2000] Esp (CDH )
      E pasando Martín López en su cavallo, fue ferido de una saeta por la cabeça e cayó muerto del cavallo en medio del vado; e como los suyos lo vieron muerto, echaron todos a fuir e quedó él e otros de los suyos muertos en poder de los enemigos.
    • 1471-1476 García Salazar, L. Bienandanzas [2000] Esp (CDH )

      E en allegando, dio con una saeta a Ochoa de Butrón por so el braço, pasando el perpunte fasta los tendales. E como se sintió ferido de muerte, dio d'espuelas al cavallo e fuese a grand pena a Butrón. Como llegaron los omes de pie ençima del çerro, ovieron fuerte pelea en un llano e fueron vençidos los de Butrón. E morieron allí XIII omes d'ellos e los otros fuyeron a Butrón.

    • 1471-1476 García Salazar, L. Bienandanzas [2000] Esp (CDH )
      E como Ochoa * de Butrón llegó ferido en Butrón, sacáronle la saeta e morió a cavo de tres días sin fijos.
    • 1471-1476 García Salazar, L. Bienandanzas [2000] Esp (CDH )

      E mataron allí a Ordomoche, su fijo legítimo mayor, que era noble mançevo de XVII años, en las faldas de su madre, doña Mençía. E con el apellido, que se recreçía del valle, salieron más de a paso los de Butrón e de Avendaño de la comarca e levaron ferido de una saeta por las verijas a Ochoa de Buitrón.

    • 1471-1476 García Salazar, L. Bienandanzas [2000] Esp (CDH )

      E dende a XX años quemaron los de Martierto e los Çamudianos con los alcaldes de la hermandad a los fijos de Diego Pérez de Ligiçamo e a LX omes e catorze mugeres de su linaje; e escapó Sancho Díaz, su nieto, que era de diez años, en la torre vieja de Ligiçamón e escondiólo so las aldas una su ama, ferido de dos saetas.

    • 1471-1476 García Salazar, L. Bienandanzas [2000] fol. 400v Esp (CDH )
      E poniendo manos a las armas, ençerróse el dicho Diego * Sánchez en la casa primera; e así entrado dentro, posiéndose a una ventana pequeña, diole un vallestero, que se llamava Sancho de Durandio, que era criado de Martín Sánchez e mançevo atrevido, con una saeta por el ojo de vaxo arriba e salióle por los meollos de la caveça arriba e cayó luego muerto en el sobrado dentro de casa.
    • 1471-1476 García Salazar, L. Bienandanzas [2000] Esp (CDH )
      E fue ferido el dicho Juan de Avendaño con una saeta por los guargueros en lo vazío e no ovo peligro.
    • 1471-1476 García Salazar, L. Bienandanzas [2000] Esp (CDH )
      En el año del Señor de mil CDXIV años mataron los del solar de Arteaga en la villa de Liquitio a Rodrigo Adán de Yarça, nieto eredero de Adán de Yarça, con una saeta por los pechos en esta manera: la dicha villa desde antigüedad fue a mando e ordenança del solar e linaje de Yarça e levantóse contra ellos Martín Pérez Licona, que era un mercadero mucho rico; e allegó parentela e fuese al solar de Arteaga, que era vezino e enemigo d'estos de Yarça.
    • 1471-1476 García Salazar, L. Bienandanzas [2000] Esp (CDH )
      E morió aquel Rodrigo Adán de una saeta que le pasó sobre una loriga de malla a cavo de XIX días.
    • 1471-1476 García Salazar, L. Bienandanzas [2000] Esp (CDH )
      E pegado el fuego, ovieron de salir; e a la salida fueron muertos Juan de Butrón, fijo vastardo de Gonzalo Gómez, e Juan Sánchez de la Renta e otros XV omes peleando e fue ferido Juan de Múgica por las piernas de una saeta.
    • 1471-1476 García Salazar, L. Bienandanzas [2000] Esp (CDH )
      E morió de una saeta Lope de Marquina, fijo de Lope Ibañes, e morieron otros de anbas las partes e otros feridos.
    • 1471-1476 García Salazar, L. Bienandanzas [2000] Esp (CDH )
      Dende a poco tienpo pelearon estos dos linajes en la dicha calle e morieron Juan de Arvolancha e Ochoa de Arvolancha, fijos de Juan Sánchez de Arvolancha, de sendos golpes de saetas que ovieron por el ojo; e el mayor morió súpito e Ochoa, el hermano menor, por la rodilla e a cavo de nueve días.
    • 1471-1476 García Salazar, L. Bienandanzas [2000] Esp (CDH )

      En este año del Señor de mil CDXLVI años pelearon los de Legiçamóne de Çurvarán sobre un arrebato en la plaça de Vilvao e salió Tristán de Legiçamónel Moço, que yazía dormiendo entr'el día, con un pavés en el braço, no tomando otras armas; e llegando a la plaça, fue ferido de una saeta por los pechos e morió luego que tornó a casa sin fabla.

    • 1471-1476 García Salazar, L. Bienandanzas [2000] Esp (CDH )

      Después dos meses d'esto, çercaron los de Arteaga en Altamira de Buturia diez omes de los de Madariaga e de Múgica en una casa e tomáronlos e matáronlos luego; e mataron los que estavan dentro de la dicha casa con una saeta a Gonzalo de Arteaga, fijo legítimo de Furtud Garçía de Arteaga e de doña Juana de Butrón, e otros çinco, antes que fueron muertos.

    • 1471-1476 García Salazar, L. Bienandanzas [2000] Esp (CDH )
      E seguiéronlos fasta los portales e morieron de golpes de saetas de los de Ligiçamón e de Arbolancha Martín de Derio e Sancho d'Areta e Juan de * Salzedo, fijo del Duque, e ovo muchos feridos de todos.
    • 1471-1476 García Salazar, L. Bienandanzas [2000] Esp (CDH )
      E dende a pocos tienpos mataron a este Ochoa Avad los fijos de aquel Pero de Larrea, toviéndolos çercados, con una saeta por la cara e cayó luego muerto.
    • 1471-1476 García Salazar, L. Bienandanzas [2000] Esp (CDH )
      En el año del Señor de mil CDLX años mataron los de Aróstegi d'ençima de la çerca de Vermeo al puerto mayor con una saeta a Ochotechea, fijo vastardo de Gómez González de Butrón, e ferieron a Juan González, su hermaño, e a otros de los suyos.
    • 1471-1476 García Salazar, L. Bienandanzas [2000] Esp (CDH )
      E peleando allí e escaramuçando cada día, ovieron una pelea más arriba de Ibaiçával en el vado e fue ferido el dicho Juan de Avendaño, fijo eredero de Pero de Avendaño, de una saeta, estando a cavallo, alçándose en las estribas por tirar la lança, por las verijas, corriendo por el quexote arriba, e morió dende a tres horas, levándolo en un escudo Arturiaga; e morieron seis omes d'anbas las partes.
    • 1471-1476 García Salazar, L. Bienandanzas [2000] Esp (CDH )
      Luego, en este mes primero mataron los de Durango a las puertas de la dicha villa de Durango a Ferrando de Çaldívar escaramuçando, que fue ferido de una saeta por las verijas adevaxo de las coraças, estando a cavallo a la gineta, e morió a cavo de tres días en Çaldívar.
    • 1471-1476 García Salazar, L. Bienandanzas [2000] Esp (CDH )
      E Juan de Villelamentín, el hermano menor, que d'esto no sopo nada, seguió el alcançe ençima de su cavallo feriendo e matando en ellos e llegó a las puertas de la casa de Lope Alonso de Oteo; diole Juan Ferrández de Retañaca, un escudero alavés que estava con los de Angulo echado de su tierra, con una saeta por so el sobaco en lo descobierto del perpunte d'ençima de la cara fasta las péndolas e, como se sintió ferido de muerte, tornóse a los suyos.
    • 1471-1476 García Salazar, L. Bienandanzas [2000] Esp (CDH )
      E quando falló su hermano muerto, con doble pesar sacó él mesmo su saeta, descavalgando del cavallo, e cayó luego muerto sobre él.
    • c1445-1480 Montoro, A. Cancionero [1991] Esp (CDH )
      / La persona mal discreta / en quien no / puso Dios crisma ni seta, / sacó de sí la saeta / y tiró, / y el ventoso vendaval / que quiso dar su destierro, / a mí poniendo su mal, / dio a mí con el tendal / y a sí mismo con el hierro.
    • c1481-1482 Anónimo Crón Enrique IV [1991] Esp (CDH )
      E los capitanes christianos acordaron que treynta de cavallo andoviessen quanto pudiessen con la cavalgada que trayan, en que avia dozientos bueyes e vacas e çiertos moros cativos, e pusieron en espaldas dellos çinquenta vallesteros, e con ellos diez de cavallo, e fueron asy çerca de una legua, e la gente de los moros peones cercavan a los christianos de amas partes, y echavan muchas piedras y saetas en su batalla [...].
    • c1481-1482 Anónimo Crón Enrique IV [1991] Esp (CDH )
      E ante quel rey llegase a la vega de Granada, fue asy mesmo correr a Moclyn con otros dozientos de cavallo, e ally se ovo otra escaramuça mucho mas peligrosa que la primera, donde fueron feridos con saetas muchos mas que los christianos que en lo primero, entre los que * fue ferido de una saeta erbolada un noble cavallero llamado Gonçalo Muñoz de Castañeda, e ally fueron algunos muertos, e de los moros asy mesmo fueron algunos.
    • c1481-1482 Anónimo Crón Enrique IV [1991] Esp (CDH )
      Y el rey se torno al real a ora de comer, e a la tarde torno a dar otra vista a Moclyn, el qual se açerco tanto a la villa, que le tiraron una saeta que le dio en el estribo, de que todos los grandes del reyno que con el estavan ovieron gran desplazer, e se maravillavan mucho de un prinçipe tan grande quererse meter en tales escaramuças, donde ligeramente podria ser muerto syn hazer cossa de su honor.
    • c1481-1482 Anónimo Crón Enrique IV [1991] Esp (CDH )

      [...] e luego fueron a la conbatir Iohan de Luna, fijo de Iohan Furtado de Mendoça, mayordomo mayor del rey don Iohan, e Fernando de Ribadeneyra, camarero que fue del maestre don Alvaro de Luna; los quales la conbatieron con esas artillerias que tenian, que no eran tales quales bastavan para la fuerça de aquella torre, e los moros se defendian valientemente con saetas e piedras e canteras.

    • c1481-1482 Anónimo Crón Enrique IV [1991] Esp (CDH )
      E como quiera que se junto gran muchedunbre de moros, los christianos pelearon assi valientemente que los moros fueron vençidos e desbaratados, e murieron dellos bien çiento e veynte, e fueron bien ochenta cativos, e fueron otros muchos feridos; e de los christianos murieron muy pocos, aunque perdieron asaz cavallos feridos de saetas.
    • c1481-1482 Anónimo Crón Enrique IV [1991] Esp (CDH )
      E los que lo siguian fueron por diversas partes punidos e castigados, que ya la Hermandad en aquellos dias estava en gran vigor, y en Medina del Canpo se esecutava tanto la justiçia en los ladrones e robadores que donde quiera que eran fallados eran puestos a la saeta.
    • p1480-1484 Pulgar, H. Crón Reyes Católicos [1943] Esp (CDH )

      [...] & juntáronse muchos de los que morauan en aquella serranía, e tomaron la delantera por donde yvan los cristianos, & dende aquellos lugares facían en ellos grandes daños, con piedras y saetas que tirauan por los lados e en la reguarda, que lleuaua el maestre.

    • p1480-1484 Pulgar, H. Crón Reyes Católicos [1943] Esp (CDH )

      E los moros ovieron lugar de se poner entre la batalla del marqués y del maestre e de los otros caualleros, de manera que no podían socorrer los vnos a los otros, ni menos los que estauan juntos se podían ayudar. Porque cada vno trabajaua lo que podía en se salvar de los tiros de piedras & saetas que por todas partes tirauan los moros, que sabían bien aquella tierra e los malos lugares donde la fortuna metió los cristianos.

    • p1480-1484 Pulgar, H. Crón Reyes Católicos [1943] Esp (CDH )
      El conde de Çifuentes, con algunos pocos de los suyos que se fallaron con él en vn lugar muy estrecho, viéndose çercado por todas partes, e que no podía escapar peleando, por la multitud de las piedras & saetas que le tiravan, se dió a prisión, & fué lleuado él e otro su hermano, que se llamaua don Pedro de Sylua, a la çibdad de Granada, con otros algunos de los suyos que pelearon con él.
    • p1480-1484 Pulgar, H. Crón Reyes Católicos [1943] Esp (CDH )

      E los moros por defender los panes del fuego, & los cristianos por los quemar, pelearon los vnos contra los otros, e fué entre ellos bien herida aquella escaramuça. En la qual los cristianos reçebían daño de los tiros de piedras & saetas & espingardas que los moros tirauan desde el muro, por defender los panes.

    • p1480-1484 Pulgar, H. Crón Reyes Católicos [1943] Esp (CDH )
      E los moros se pusieron en defensa, & tirauan piedras & tiros de póluora e saetas desde los muros e torres, e facían gran daño en los cristianos.
    • p1480-1484 Pulgar, H. Crón Reyes Católicos [1943] Esp (CDH )
      Otro día, el Rey mandó tornar al conbate, & tan grande fué la priesa que los cristianos dieron, que los moros, no pudiendo defender el muro, por la multitud de las espingardas & saetas & otros tiros de póluora que les tirauan, demandaron seguridad a los que conbatían.
    • p1480-1484 Pulgar, H. Crón Reyes Católicos [1943] Esp (CDH )
      Murió en aquella fazienda de vna saeta don Gutierre de Sotomayor, conde de Benalcáçar, que entró a retraer la gente de su batalla.
    • p1480-1484 Pulgar, H. Crón Reyes Católicos [1943] II, 156 Esp (CDH )
      Los moros de aquella villa de Monda, e aquellos gomeres, dende las sierras altas e de los otros lugares ásperos donde se pusieron, salían a tirar saetas y espingardas, e algunas vezes cometían de pelear con las guardas que por todas partes estauan puestas a las entradas del real.
    • p1480-1484 Pulgar, H. Crón Reyes Católicos [1943] Esp (CDH )
      [...] otra vez los moros, con espingardas e con la multitud de saetas que tirauan dende los oliuares & huertas, ferían muchos onbres e cauallos de los cristianos, e los facían retraer del muro, donde llegauan.
    • p1480-1484 Pulgar, H. Crón Reyes Católicos [1943] Esp (CDH )
      E como quier que facían muchos tiros de saetas & espingardas & piedras, pero el Rey defendió que ninguno, syn su liçençia o de sus capitanes, saliese de la guarda donde estaua a pelear con los moros; por escusar el daño que se podría seguir peleando con ellos por aquellos lugares, do no avía dispusiçión para la pelea, saluo a gran ventaja de los moros.
    • p1480-1484 Pulgar, H. Crón Reyes Católicos [1943] II, 200 Esp (CDH )
      Visto por las gentes del real cómo los moros no osauan ponerse a defender los lugares derribados, llegauan al muro por vnas partes e por otras, a lo conbatir con piedras & con saetas, yndiscretamente.
    • p1480-1484 Pulgar, H. Crón Reyes Católicos [1943] Esp (CDH )
      Los moros que peleavan en aquella parte, por socorrer esta otra parte de los arrabales, afloxaron en la pelea que facían, e retruxéronse a la çibdat, e los cristianos en pos dellos, tirándoles lanças & espingardas & saetas, fasta que los metieron por el arrabal.
    • p1480-1484 Pulgar, H. Crón Reyes Católicos [1943] Esp (CDH )
      Los moros que peleauan en el arrabal, vista la multitud de las saetas & espingardas & frechas que los cristianos tirauan, e las muertes y feridas que reçebían, fueron turbados, & fallecieron en las fuerças de tal manera, que los cristianos cobraron mayor osadía para la entrada; e los vnos por el muro, otros por los tejados, otros por las puertas, entraron los arrabales por todas partes.
    • p1480-1484 Pulgar, H. Crón Reyes Católicos [1943] Esp (CDH )
      Los moros, visto que los del duque se acerçauan, tiraron tantas espingardas & saetas, & tantos truenos & búzanos, que la gente reçelaua llegar al conbate.
    • p1480-1484 Pulgar, H. Crón Reyes Católicos [1943] Esp (CDH )
      Aquellas gentes, oydas las palabras del duque, començaron a mouer adelante, & sufriendo muchos tiros de piedras & saetas, entraron por el arrabal.
    • p1480-1484 Pulgar, H. Crón Reyes Católicos [1943] Esp (CDH )
      El conde de Cabra, que peleava con su gente por otra parte, otrosí los caualleros & capitanes que conbatían los otros arrabales, con grand esfuerço cometieron peleando con los moros, e sufriendo muchas feridas de saetas y espingardas llegaron por todas partes, entraron en los arrabales, e luego fueron puestas las estanças contra la villa, bien çerca del muro.
    • p1480-1484 Pulgar, H. Crón Reyes Católicos [1943] Esp (CDH )
      E como los vieron atajados con el agua de aquella açequia, tornaron contra ellos con recio acometimiento, e matavan algunos caualleros de aquellas dos escuadras que allí entraron, çon lanças & saetas y espingardas.
    • p1480-1484 Pulgar, H. Crón Reyes Católicos [1943] Esp (CDH )
      Los moros, viendo que tomado aquel çerro geles seguía grand daño, salieron vna grand escuadra de los que estauan en la çibdad, & tirando saetas y espingardas vinieron contra los que lo guardauan.
    • p1480-1484 Pulgar, H. Crón Reyes Católicos [1943] II, 266 Esp (CDH )
      Estos caualleros, visto el peligro en que el Rey se metía, pusiéronse delante, porque no reçibiese daño de la multitud de las saetas y espingardas que los moros tirauan.
    • p1480-1484 Pulgar, H. Crón Reyes Católicos [1943] Esp (CDH )
      E quando se vieron çerca, començaron a tirar por todas partes tiros de espingardas & saetas; e tan grande era el sonido del artillería, que pareçía estremeçerse la tierra, porque aquellas sierras y valles resonauan de tal manera, que ninguno podía oyr a su conpañero.
    • p1480-1484 Pulgar, H. Crón Reyes Católicos [1943] Esp (CDH )
      E porque los moros conosçieron que la dispusiçión del lugar do los cristianos estavan era a su gran ventaja, arremetieron contra ellos; los quales, no podiendo sufrir la fuerça de los moros, boluieron las espaldas huyendo vn recuesto abaxo, & los moros los syguieron tirándoles saetas & espingardas, fasta que se recogieron a la batalla del maestre de Santiago, que estaua çerca.
    • p1480-1484 Pulgar, H. Crón Reyes Católicos [1943] Esp (CDH )

      Los moros, tirando saetas & espingardas, como las otras dos vezes avían fecho, vinieron contra ellos. Y los cristianos fiziéronles rostro; espeçialmente vn alférez de los peones de Mondoñedo, que se llamaua Luys Maçeda, sufrió el rezio acometimiento que los moros luego fizieron, e se metió con la vandera que traya entre ellos.

    • p1480-1484 Pulgar, H. Crón Reyes Católicos [1943] Esp (CDH )
      E para fazer los lugares do se avían de asentar las lonbardas, fué neçesario gran guarda, porque los moros tiravan tantos tiros de póluora e de saetas contra los que facían los asientos, que no podían estar seguros; y convino hazerlos de noche, y con grandes anparos, para escapar del daño que los moros facían con su artillería.
    • 1486 Pulgar, H. Claros varones [1971] 50 Esp (CDH )
      E en esta manera, matando de los moros & muriendo de los suyos, este capitán, ferido en el braço de una saeta, peleando entró la cibdad e retroxo los moros fasta que los cercó en la fortaleza.
    • 1486 Pulgar, H. Claros varones [1971] Esp (CDH )

      Garcilasode la Vega, cavallero de noble sangre & antiguo, criado desde su menor hedad en el oficio de las armas, en la mayor priesa de la batallas tenía mejor tiento para fazer golpe cierto en el enemigo. & ni la multitud de las saetas, ni los tiros de las lanças, ni los otros golpes de los contrarios que le rodeavan, alteraronsu continencia para fazer desconciertoen la manera de su pelear.

    • 1490 Palencia, A. VocLatRomance [1967] Esp (NTLLE)
      [...] sagitta [...], se dize por ser presta en dar golpe, dende viene sagittare, que es ferir con saeta [...].
    • 1482-1492 Rdz Montalvo, G. Amadís I y II [1991] Esp (CDH )
      Pues estándole mirando todas como a una cosa muy estraña y creçida en fermosura, el donzel ovo sed, y poniendo su arco y saetas en tierra, fuese a un caño de agua a bever, y un donzel mayor que los otros tomó su arco y quiso tirar con él, mas Gandalín no lo consentía, y el otro lo empuxó rezio.
    • 1482-1492 Rdz Montalvo, G. Amadís I y II [1991] Esp (CDH )
      Y cabe cada poste por de dentro de * la casa estava una imagen de cobre hecha a la semejança de gigante, y tienen arcos muy fuertes en sus manos, y saetas en ellos con fierros de fuego tan ardientes y tan bivos como si del fuego saliessen; y dizen que no ay cosa ninguna que allí entre que con las fuerças de aquellas saetas y del su fuego que luego no sea hecha ceniza, porque las imágines tiran luego con los arcos, assí que no yerran ningún tiro.
    • 1482-1492 Rdz Montalvo, G. Amadís I y II [1991] Esp (CDH )

      Y delante Briolanja y nosotras metieron allí dos gamos y un ciervo, y luego las saetas fueron en ellos metidas; y tornadas a los arcos, quedaron las animalias hechas ceniza.

    • 1482-1492 Rdz Montalvo, G. Amadís I y II [1991] Esp (CDH )

      Y Galdar con otra gran compaña llegó al otro puerto, donde venía don Florestán, y Cuadragante, y Brian de Monjaste y Angriote, y los otros sus compañeros. Estonces se començó entre ellos una cruel y peligrosa batalla con lanças y saetas y piedras, assí que muchos feridos y muertos huvo; y los de la tierra defendieron los puertos fasta hora de tercia.

    • 1482-1492 Rdz Montalvo, G. Amadís I y II [1991] Esp (CDH )

      Y aquellos que la miravan, *y la vieron tan dessemejada y vestida de cueros negros de ossos, cuidaron verdaderamente que algún diablo era, y començáronse a santiguar y acomendarse a Dios. Y luego la vieron salir nadando tan rezio, que era maravilla, y tirávanla con saetas y con arcos; mas ella se metía so el agua fasta que salió en salvo a la ribera.

    • 1482-1492 Rdz Montalvo, G. Amadís I y II [1991] Esp (CDH )
      Y al salir en tierra, la hirieron Amadís y el rey Cildadán de sendas saetas por la una espalda; mas como salió fuera, començó de huir por las espessas matas, assí que el rey Cildadán, que assí la vio con las saetas hincadas, no pudo estar que no riesse. *
    • 1482-1492 Rdz Montalvo, G. Amadís I y II [1991] Esp (CDH )
      Grande era allí el ferir de saetas y piedras y lanças de la una y de la otra parte, que no semejava sino que lluvía, * tan espessas andavan.
    • 1482-1492 Rdz Montalvo, G. Amadís I y II [1991] Esp (CDH )

      Estonces mostró el escudo, y vieron cómo una saeta gelo havía passado con parte del braço en que lo tenía. La Reina con las sus hermosas manos gelo quitó lo más passo *que pudo, y le ayudó a desarmar, y curáronjela como otras muchas vezes otras mayores le havían curado, que sus escuderos, assí dél como de todos los otros cavalleros andantes, siempre andavan apercebidos de las cosas que para de presto eran necessarias a las feridas

    • 1482-1492 Rdz Montalvo, G. Amadís I y II [1991] Esp (CDH )
      Los de dentro los recibieron con muchas piedras y saetas, assí de ballesteros como de archeros; y como la cerca era muy baxa y en algunos lugares rota, assí se juntaron los unos con los otros como si en el campo estuviessen; mas con aquel poco de defensa que los de dentro tenían, y más con su gran esfuerço se defendieron tan bravamente, que los contrarios, perdido aquel ímpetu y arrebatimiento con que llegaron, luego los más començaron afloxar, y desviávanse, y otros se combatían reziamente, de manera que de ambas las partes huvo muchos muertos y heridos.
    • 1482-1492 Rdz Montalvo, G. Amadís I y II [1991] Esp (CDH )
      Estos dos golpes los escarmentaron tanto, que ninguno fue osado de se a él acostar, * y cercáronlo allí por delante y por los lados, que por otra parte no podían; y tirávanle lanças y saetas y piedras tantas, que hasta la meitad del cuerpo estava cubierto, pero ninguna cosa le nuzía, qu'el escudo le amparava de todo ello.
    • 1482-1492 Rdz Montalvo, G. Amadís I y II [1991] Esp (CDH )
      Pues assí estando sin más hazer, salvo tirándole muchas saetas y piedras infinitas, el cavallero de la ínsola del Infante uvo gran piedad de lo así ver, y bien cuidó que si lo matassen que muría * el mejor cavallero que nunca armas traxo [...].
    • c1495 Flores, J. Grimalte [1988] 98 Esp (CDH )

      ¡O apasionada muger tan sin ventura! ¿Cómo creí en tus palabras, que son agora saetas que traspasan mi coraçón. Mas, ¿quién fuera tan sabia que de tus grandes cautelas no se dexara vencer? Entiendo que si Casandra te oyera como yo, triste, te oí, también pasara mi pena, vencida de tus engaños bueltos con azechanças de amores.

    • c1495 Flores, J. Grimalte [1988] 182 Esp (CDH )
      Y no creas que mis destierros sean causa de no quererte, antes mi desfigurada persona no sabe que es olvidarte, ni mucho menos razón de mis tristes males tienen poder de defenderme de ti; mas en la vida y muerte igual señora y querida, porque tu gracia y beldad de quien yo me enamoré, aquí agora de mi presencia no parten, mas con muy agudas y pungitivas saetas traspasan mi coraçón.
    • c1495 Lucena, L. Repetición amores [1954] Esp (CDH )
      En quanto dize Hércules, hijo de Almena, por mandado de Yoles, su amiga, obedesciendo en esto a las fuerzas de Cupido, dexó las saetas y arco, desnudó las sus corazas, que eran una entera piel del fiero león, suffriendo que le pussiessen anillos con piedras en los dedos, y le pusiessen en orden como a donzella los sus gruessos y yertos cabellos; y estrechó sus pies con zuecos de muger, y con aquella mano con la qual asta estonze moviera la hacha darmas, movió el huso hilando.
    • c1495 Lucena, L. Repetición amores [1954] Esp (CDH )

      Resta agora declarar las cosas que los poetas attribuyen a Cupido, y son: Que es mozo con alas, con arco, y saetas, con hachas ardientes, con corazones atados en la cinta, y con la venda de paño atada sobre los ojos, y con pies de griefo.

    • 1495 Nebrija, A. Vocabulario Esp (NTLLE)
      Saeta. sagitta. e. spiculum. i.
    • 1481-1496 Encina, J. Arte poesía [1996] Cancionero Esp (CDH )
      DAMETAS O cuando con tus porfías / el arco a Danes quebraras, / que las saetas le vías / y de embidia te morías / si en algo no le dañaras. MENALCAS¡Qué chufas harán los amos / cuando tal osa el collaço! / ¿Yo no te vi, lladrobaço, / hurtar el cabrón, digamos? / Hízonos que te oteamos / la perra con su ladrido, / yo dixe: ¡guarda, veamos / dó va aquél!, y te hallamos / tras una mata ascondido.
    • 1481-1496 Encina, J. Arte poesía [1996] Cancionero Esp (CDH )
      Las armas reales muy más que perfetas / de aquestos dos reyes noticia me davan, / que sobre sus tronos pintadas estavan / con yugo y coyundas, también con saetas.
    • c1400-1498 Anónimo Baladro [1999] Esp (CDH )
      E andava vestida de un paño verde e traía colgado a su cuello un cuerno de marfil e tenía un arco en su mano e una saeta; e andava muy bien ataviada en ábito de caçador; e venía quanto el palafrén la podía traer, tan grand buelta faziendo, que maravilla era.
    • c1400-1498 Anónimo Baladro [1999] Esp (CDH )
      E quando ella entró e no falló el ciervo ni los galgos, estuvo como espantada e echó su arco e sus saetas en tierra e preguntó quál era el Rey e mostrárongelo.
    • c1400-1498 Anónimo Baladro [1999] Esp (CDH )

      E aquellos, que lo desamavan mortalmente, tuvieron en mucho lo que hazía; e dávanle grandes bozes e golpes por el escudo e en su persona. Bien se pudiera defender si no por un cavallero que vino a la buelta, su arco tendido en su mano e una saeta en la cuerda.

    • c1400-1498 Anónimo Baladro [1999] Esp (CDH )
      E como vio a Galván que fazía todo su poder por se defender contra aquellos que le cometieran, tirole la saeta de manera que lo firió e le pasó las armas e lo firió en el braço diestro e entrole el fierro de la saeta con algún tanto de fuste; e fue dicha que no entró por el hueso, pero sufrió grand dolor porque hera la saeta emponçoñada.
    • c1400-1498 Anónimo Baladro [1999] Esp (CDH )
      Agora podés ver que la saeta con que fue ferido que fue emponçoñada; e si luego no oviere maestro, no puedo escapar de muerte.
    • 1454-a1500 San Cristóbal, A. Trad Vegecio [2000] Esp (CDH )
      En este capitulo e en el siguiente fabla Vegeçio como los mançebos deven saber lançar dardos & saetas & dizelo la razon, ca lançar saetas & enbiar dardos & alançar las lanças es sennal de grand vertud e de grand fuerça, onde Çipion el romano fue llamado el Africano por quanto vençio los de Africa con las saetas.
    • 1454-a1500 San Cristóbal, A. Trad Vegecio [2000] fol. 26r Esp (CDH )
      Propiamente la terçera o la quarta parte de los mançebos que mas pertenesçientes pudieren fallar es de usar & de ensennar con arcos de madero & con vallestas & a lançar saetas jugando a las estacas.
    • 1454-a1500 San Cristóbal, A. Trad Vegecio [2000] fol. 26r Esp (CDH )
      E para arte de ensennar deven ser escogidos dos ensennadores bien artifiçiosos & sabidores, que ayan dello grant cuidado & sabiamente ayan el arte, en tal guisa que la mano siniestra se afirme & este queda & la mano derecha con razon e que el ojo & el coraçon concuerden & consientan de consuno aquello que ha de ferir & que lo ensenne ferir derechamente con la saeta en qualquier cosa que sea, ora sea cavallo ora sea tierra.
    • 1454-a1500 San Cristóbal, A. Trad Vegecio [2000] fol. 26r Esp (CDH )
      Onde el sabio Caton, queriendo mostrar como son nesçesarios & provechosos los vallesteros en la batalla, muestralos en los Libros de la Cavalleria que fizo, poniendo enxenplo de Claudio el enperador, el qual con muchos vallesteros sabidores en la arte de las saetas vençio a su enemigo, al qual primeramente non se podia egualar.
    • 1454-a1500 San Cristóbal, A. Trad Vegecio [2000] Esp (CDH )
      Ca muchas vezes las piedras lançadas con fondas o de mano fuerte contra los batalladores armados de capellinas & de lorigas son peores que las saetas, ca es verdad que las piedras desta guisa lançadas matan a los que fieren sin fazer llaga, ante fincan los mienbros enteros & sin sangre entra la piedra en su cuerpo.
    • 1454-a1500 San Cristóbal, A. Trad Vegecio [2000] Esp (CDH )

      En todos los capitulos pasados coneste podemos sumariamentetomar que siete cosas son con que han de ser bien dotrinados los que han de pelear si quierenvençer, conviene saber: en nadar & en ferir de punta& lançar saetas & en lançar dardos & plomadas & en lançar piedras & en cavalgar & en levar carga.

    • 1454-a1500 San Cristóbal, A. Trad Vegecio [2000] Esp (CDH )

      La segundacosa es que sepa ferir & pelear con cuchillo & con espada, que quieredezir espritualmentetajar los deseos de la carne. E por eso dixo el profeta Ezechiel en el capitulo .xlix.: "Fijo del omne, toma un cuchillo tan agudo que pueda levar & raer los cabellos", que quieredezir las superfluidades de los pecados.

      La terçera cosa es que sepa lançar saetas, quese entiende ensennarlas palabras de la dotrina santa & la santa predicaçion.E por eso dixo el profeta Isaiasen el capitulo .xlix.: "pusome Dios asi como saeta escogida para que con santa dotrina pasase los coraçones de las gentes".

    • 1454-a1500 San Cristóbal, A. Trad Vegecio [2000] fol. 30r Esp (CDH )
      [...] por quanto los cavalleros pocas vezes vestian las armas, por ende quando las vestian paresçianles muy pesadas, de guisa que primeramente demandaron al enperador Catafrançias que les diese baçinetes e despues capellinas e asi, por quanto los nuestros lievan los pechos descubiertos & las cabeças, contra los godos, por eso murieron muchas vezes con saetas & aun tantas muertes ovieron que se destruyeron muchas çibdades; & en todo esto non curavan de tornar a los peones los baçinetes nin las capellinas.
    • 1454-a1500 San Cristóbal, A. Trad Vegecio [2000] fol. 32v Esp (CDH )
      Onde çerca deste capitulo es de saber que todas las maneras de armas son reduzidas & tornadas a dos, segund pone el doctor de Espanna, segund Esidrio en el libro suyo, .xviiiº., que es llamado de las Etimologias, que quiere dezir interpetraçiones de los vocablos, do dixo que unas son armas que llaman evasivas, que son para ferir & ofensar a su adversario, asi como cuchillo, lança, espada & piedras & saetas & dardos & semejables.
    • 1454-a1500 San Cristóbal, A. Trad Vegecio [2000] fol. 48v Esp (CDH )
      Otrosi avia en la legion ferreros & feradores & otros de otros ofiçios para fazer las choças e los engennos & instrumentos de madera para lançar & todas las otras cosas con que las çibdades se suelen conbatir & defender e para traher estas cosas e para fazer de nuevo o reparar las que se gastavan & para fazer escudos & lorigas & capellinas & dardos & arcos & saetas & todas otras maneras de armas.
    • 1454-a1500 San Cristóbal, A. Trad Vegecio [2000] fol. 50v Esp (CDH )
      Lo primero, que aya buen cuerpo & que sea bien armado de todas armas & que pueda cavalgar en el cavallo estando bien armado de todas armas maravillosamente & sotilmente e que sepa lançar la lança sabiamente & las saetas por arte & con saber e que sepa ensennar la arte de las armas & de la pelea a los que la guardan en todas las cosas que pertenesçen a las batallas de los de cavallo e apremiarlos que alinpien muchas vezes sus lorigas & sus baçinetes & capellinas & sus lanças [...].
    • 1454-a1500 San Cristóbal, A. Trad Vegecio [2000] fol. 51v Esp (CDH )

      En pos destos estavan los de las vanderas; de la armadura avianlos escudos, que tenian las plomadas, & las espadas e dardos. Estavanarmados ante de todos eso mesmo los vallesteros con capellinas & baçinetes & espadas & arqueros consaetas & los fonderos, quelançan las piedras confondas.

    • 1454-a1500 San Cristóbal, A. Trad Vegecio [2000] Esp (CDH )
      Otrosi los vallesteros & los fonderos ponianse por sennal escobas & ramas de arboles, de guisa que estando arredrados seisçientos pies de la sennal, muchas vezes ferian en ella con las saetas & con las piedras lançadas con fondas; por lo qual, quando estavan en el haz, fazian sin miedo lo que bien avian acostunbrado de fazer jugando en el canpo.
    • 1454-a1500 San Cristóbal, A. Trad Vegecio [2000] fol. 58v Esp (CDH )
      Onde es de saber que en una legion suelen estar çinquenta & çinco carrobalistas & mas diez onagros, uno en cada corte, & traianlos armados en carros por que, si viniesen los enemigos a pelear, la hueste se pudiese defender bien con palenque & con saetas & con piedras.
    • 1454-a1500 San Cristóbal, A. Trad Vegecio [2000] Esp (CDH )
      Otrosi es de saber que las çibdades & los castillos deven defender aquellos que non son para tanto en el haz de la batalla e devenlos defender con armas e con saetas & lanças e fondas.
    • 1454-a1500 San Cristóbal, A. Trad Vegecio [2000] Esp (CDH )
      E, por ende, deven ser traidos por muchos dias e con muy grand uso e lançar saetas e a lançar los dardos & a lançar piedras con fondas e con mano a gesto de pelea e a las vezes por semejança de cuchillos firiendo de punta & de tajo fasta que aprendan & alcançen la cosa.
    • 1454-a1500 San Cristóbal, A. Trad Vegecio [2000] Esp (CDH )
      En esto asi fecho & ordenado tomen el camino primeramente los cavalleros, dandoles peones los enbargos & cargos de las saetas & dardos & armas sean puestos en medio, que la parte desenbargada de los de cavallo & de los peones vayan detras, ca a los que van adelante viene el primero pueblo de fruente & a los que van detras por las espaldas; & a las costaneras deve de estar gente de armas para enbargar las entradas, ca los que estan en la çelada muchas vezes encuentran al traves.
    • 1454-a1500 San Cristóbal, A. Trad Vegecio [2000] Esp (CDH )
      Onde es de saber que, estantes las dos primeras ordenes, la terçera & quarta orden deven salir a quantos quisieren alançar con dardos & con saetas en el primero lugar &, si estos pueden fazer fuir a los enemigos, aquellos con los omes de cavallo los persiguen; mas si los enemigos les fazen bolver, tornanse a la haz primera & segunda & reçibense entre ellos a sus lugares & la haz primera & segunda sostiene toda la batalla fasta venir a las espadas.
    • 1454-a1500 San Cristóbal, A. Trad Vegecio [2000] Esp (CDH )
      E la manera desta es tal: quando las hazes ordenadas se vienen juntar, entonçes tu apartaras la tu ala siniestra aluenne de la diestra ala del adversario, por que non lleguen a ella los dardos nin las saetas, & la tu ala diestra juntarla as con la siniestra de la del enemigo & alli començaras la pelea de guisa que con omes de cavallo & peones muy provados cometas la siniestra parte de aquel a quien tu te juntaras & que la çerques &, asi juntado & corriendo & çercando, vengas a las espaldas de los henemigos &, si una vez por alli començares arrancar tus enemigos & los tuyos llegaron, avras victoria sin dubdança.
    • 1454-a1500 San Cristóbal, A. Trad Vegecio [2000] Esp (CDH )
      E otrosi avia y mançebos valientes que estavan de yuso de los carros & lançavan de mas lexos los dardos; estos carros eran ordenados con doblados cavallos o mulos en pos de la haz & quando las bestias se llegavan con el golpe del dardo fincavan eso mesmo en ellas saetas de buenas vallestas & fincavangelas muy firmemente & ferianlos muy mal, porque en los mayores cuerpos son mayores las feridas.
    • a1500 Anónimo Diál Viejo [1961] Esp (CDH )
      Destos particularmente / es mi enemiga contarte; / bástete qu'el más potente / he fecho ser más obediente / más por fuerça que por arte. / Las aves libres del cielo / a mi mando son sujetas, / los peces andan en celo / y sienten debaxo el yelo / las llamas de mis saetas. /
    • c1499-1502 Rojas, F. Celestina [2000] Esp (CDH )

      CALISTO.¡Oh desdichado, que las ciudades están con piedras cercadas, y a piedras, piedras las vencen! Pero esta mi señora tiene el corazón de acero; no hay metal que con él pueda; no hay tiro que le melle. Pues poned escalas en su muro: unos ojos tiene con que echa saetas, una lengua llena de reproches y desvíos. El asiento tiene en parte que a media legua no le pueden poner cerco.

    • 1511 Anónimo Romance Silva romances I Esp (CDH )
      A tal anda don Garcia / por vna sala adelante / saetas de oro en la mano / en la otra vn arco trae / maldiziendo a la fortuna / grandes querellas le dae / criome el rey de pequeño / hizome dios barragane / diome armas y cauallo / por do todo hombre mas vale / dierame a doña maria / por muger y por yguale [...]. /
    • 1512 Anónimo Crón Popular Cid [1992] fol. 18r Esp (CDH )
      Estonce, mandó el rey que plegasen tablas en los escudos, por que las saetas no empeciesen a los que combatían; e mandó guardar las puertas que non saliesen fuera.
    • 1512 Anónimo Crón Popular Cid [1992] fol. 18r Esp (CDH )

      E después fazía él por tomar vengança dellos, & porque mataron aý al rey don Alfonso, su suegro, de vna saeta, assí como ya diximos. E tan reziamente combatían la ciudad cada día que la houo de tomar, & mataron muchos moros & cautiuaron muchos. & fue muerto el moro ballestero que matara al rey, & mandó el rey don Fernando sacarle los ojos & cortarle las manos.

    • 1512 Anónimo Crón Popular Cid [1992] Esp (CDH )
      E fuese luego para Çamora con quinze de sus vasallos; & quando llegó acerca de la villa, dixo a los que guardaban las torres que le non tirasen de saeta, ca el era Ruy Díez de Biuar, que venía con mandado a doña Vrraca de su hermano, el rey don Sancho, & que ge lo fiziesen saber si lo mandaría entrar.
    • 1512 Anónimo Crón Popular Cid [1992] fol. 73v Esp (CDH )
      E el Cid entró en vn baño que estaua cerca el muro con poca gente, por se guardar de las saetas, & desí ayuntose el poder de la villa & a aquella puerta tirauan muchas piedras & saetas, en guisa que los ferían mal, & abrieron la puerta & salieron a ellos.
    • 1512 Anónimo Crón Popular Cid [1992] fol. 73v Esp (CDH )

      & con la gran quexa de las piedras & de las saetas, feziéronse los cristianos afuera & fincó el Cid en el baño que no hauía poder de salir por la puerta, ca ge la combatían muy fuerte, & mandó abrir vn portillo contra la otra parte & salió por allí [...].

    • 1517 Torres Naharro, B. Ymenea [1994] Propaladia Esp (CDH )
      Miafé, quanto a lo primero, / yo's recalco un Dios mantenga / más rezio que una saeta, / y por amor del apero, / la revellada muy luenga / y la mortal çapateta. / ¡Ahuera, ahuera, pesares! / ¡Sus d'aquí, tirrias amargas! / Vengan prazeres a cargas / y regozijos a pares, / qu'el plazer / más engorda qu'el comer. /
    • 1526 Anónimo Polindo [2003] Esp (CDH )
      Y en el escudo tenía una saeta de oro en campo azul. Y alrededor del escudo, unas letras azules en campo dorado que dezían: "Sin piadad me firió". E cavalgó en su cavallo, puesta su guirnalda encima del yelmo. E parecíale la cosa más hermosa del mundo. E así fue al torneo, que ya mezclado andava. Y estuvo un rato mirando a una parte e a otra.
    • 1527 Osuna, F. Abecedario espiritual III [2007] Esp (CDH )
      Las armas que ha de desmenuzar son las mesmas saetas y todas las otras astucias, que entonces se desmenuzan quando, aunque vengan al ánima, no hazen daño, mas de presto se caen.
    • 1527 Osuna, F. Abecedario espiritual III [2007] fol. CXXVIr Esp (CDH )
      Para lo qual tienen por muy saludable remedio gemir y sospirar al Señor como palomas amorosas d'Él, sabiendo que no ay boz que tanto penetre sus divinos oídos como el deseoso sospiro, al qual no tan solamente oye, mas esle como saeta que lleva yerva de amor, que luego haze sangre y prende al que no puede ser preso sino por amor.
    • 1527 Osuna, F. Abecedario espiritual III [2007] Esp (CDH )
      ¿Qué diremos de los muchos libros, quando a los que prometieron pobreza causan dolor en la continencia, y ellos andan por lo dessechar como el perro la saeta que lleva travessada, y toman para esto consejo con muchos, como si ellos no bastassen para ser juezes de la causa? Pues que son letrados, quieren que otro les conceda lo que su conciencia les niega.
    • 1527 Osuna, F. Abecedario espiritual III [2007] Esp (CDH )
      Con abajar los ojos e hincarlos en la tierra no se quitan sino los estorvos que entre día suelen ocurrir, los quales son muchos, y cada uno d'ellos es como saeta que buela ligeramente para nos herir de presto, de la qual demandava el Profeta ser librado.
    • 1527 Osuna, F. Abecedario espiritual III [2007] fol. CCXXIXv Esp (CDH )
      En lo qual se nos da exemplo de nos humillar más mientra más crecemos en dones, pues mientra somos más tenemos más necessidad que Dios nos tenga de su mano, y devemos de más alto temer más el golpe, ca tanto desciende más rezia la saeta quanto de más alto.
    • 1527 Osuna, F. Abecedario espiritual III [2007] Esp (CDH )

      Tómaste tú contra ti la palabra que se dixo, sin parar mientes en ella; no se acordava el otro de ti, e tú barruntas que contra ti lançó aquella saeta; llágaste tú mesmo con saetas de niño, que son palabras de poco peso. Eres de tan nuevo y tierno spíritu, que no te an de osar hablar, temiendo que te has de llagar sin golpe y quexar sin porqué. No seas tan sentible, haz ancho el coraçón; mira que Saúl oyó lo que se dezía contra él, y no curó d'ello, sino passolo con dissimulación, y, desque se pudo vengar, despreció la vengança.

    • 1527 Osuna, F. Abecedario espiritual III [2007] Esp (CDH )
      Son tantos los que he visto perdidos por ser indiscretamente zelosos, que no querría passar de ligero aquesta letra, en que se nos amonesta que zelemos a nosotros mesmos dexando todos los otros, y aun que nos zelemos, no por fantasía y presunción, como los farisseos, muy compuestos en lo de fuera, que parecían imágines doradas, y dentro llenos de vanidad, que ninguna cosa halla hombre de qué echar mano, sino que lo haze por dar buen exemplo y porque no lo tengan por derramado ni se vea en lenguas de hombres peores que saetas.
    • 1527 Osuna, F. Abecedario espiritual III [2007] Esp (CDH )

      Item, mezclarás en todo a Dios si procuras de le dar parte de todo lo que hazes, dándole honra en tus honras y gozo en tus gozos, e llamándolo que te ayude en tus trabajos, ca para esto se quedó con nosotros hasta el fin del siglo.

      No solamente lo deves traer por compañero, como lo traían los hebreos en el desierto, mas deves parar mientes que es fin de tus obras y desseos, como el blanco es término do se ordena la saeta.

    • c1530 Pz Oliva, F. Diál dignidad [1995] 130 Esp (CDH )
      ¿Quién halló el hierro escondido en las venas de la tierra? ¿Quién hizo dél cuchillos para romper nuestras carnes? ¿Quién hizo saetas? ¿Quién fue el que hizo lanças? ¿Quién lombardas? ¿Quién halló tantas artes de quitarnos la vida sino el entendimiento, que ninguna igual industria halló de traernos la salud? Éste es el que mostró deshazer las defensas que las gentes ponen contra sus peligros; éste halló los engaños; éste halló los venenos y todos los otros males por los cuales dizen que es el hombre el mayor daño del hombre.
    • 1529-1531 Guevara, A. Reloj príncipes [1994] Esp (CDH )
      Plutharco, libro ii De laudibus antiquorum, y Plinio, en el vii libro, en el capítulo lvi, loan mucho a Pirodas porque inventó a sacar fuego del pedernal; loan mucho a Pretheo porque inventó el arnés; loan mucho a Panthasilea porque inventó la hacha; loan mucho a Scitheo porque inventó el arco y la saeta; loan mucho a Pheniceo porque inventó la ballesta y la honda; loan mucho a los lacedemones porque inventaron el capacete, y la lança, y la espada [...].
    • 1529-1531 Guevara, A. Reloj príncipes [1994] Esp (CDH )

      Breno fue uno de los famosos capitanes que tuvieron los godos, el qual, como oviesse vencido a los griegos, acordó de robar todos los tesoros de los templos, diziendo que los dioses avían de dar a los ombres y no los hombres a los dioses, y que era mucha honra de los dioses que con los tesoros de sus templos se hiziessen los ombres ricos. Provando, pues, a robar el primero templo, vinieron tantas saetas por el ayre, que el capitán Breno fue muerto, y no menos todo su exército sin quedar sólo uno bivo.

    • 1529-1531 Guevara, A. Reloj príncipes [1994] Esp (CDH )
      No sin lágrimas lo digo esto que quiero dezir, que, aviendo passado dos mil años del mundo sin saber qué cosa era mundo, Dios permitiéndolo y la malicia humana lo inventando, los arados tornaron en armas, los bueyes en cavallos, las aguijadas en lanças, las rejas en saetas, el picote en malla, las hondas en ballestas, la simplicidad en malicia, el trabajo en ociosidad, el reposo en bullicio, la paz en guerra, el amor en odio, la caridad en crueldad, la justicia en tyranía, el provecho en daño, la limosna en robo y, sobre todo, la fe en ydolatría; finalmente el sudor que sudavan en provecho de su hazienda tornaron a derramar sangre en daño de su república.
    • 1529-1531 Guevara, A. Reloj príncipes [1994] Esp (CDH )
      Y no es nada el dezir que me las dezía, sino ver con quánto descuydo él me las contava, ymaginando que, como él lo dezía sin tomar pena, assí yo lo rescibía sin dárseme por ello cosa, como sea verdad que con cada palabra que me dezía, me tirava al coraçón una saeta; porque muchas vezes nos dizen algunos algunas cosas con descuydo las quales nos lastiman el coraçón en lo vivo.
    • 1534 Boscán, J. Trad Cortesano [1994] Esp (CDH )
      [...] y no solamente descubren los pensamientos, mas aun suelen encender amor en el corazón de la persona amada; porque aquellos vivos espíritus que salen por los ojos, por ser engendrados cerca del corazón, también cuando entran en los ojos donde son enderezados como saeta al blanco, naturalmente se van derechos al corazón y hasta allí no paran, y allí se asientan como en su casa, y allí se mezclan con los otros que ya estaban dentro [...].
    • a1526-a1536 Vega, G. Poesías [1995] 90 Esp (CDH )
      / No quieras tú, señora, / de Némesis airada las saetas / probar, por Dios, agora; / baste que tus perfetas / obras y hermosura a los poetas / den inmortal materia, / sin que también en verso lamentable / celebren la miseria / d'algún caso notable / que por ti pase, triste, miserable.
    • c1540 Villalón, C. Scholástico [1997] 88 Esp (CDH )
      En otro quarto del alberca estaba esculpido cómo, apeados en aquellos deleitosos bosques, gozan con grande alegría de la tierra deseada, y cómo tomando Eneas su arco y saetas se fue a meter por aquellas montañas por conoscer la tierra, acompañado de su amigo Achates, y cómo viene a él su madre Venus en hábito de cazadora: traía su arco en la mano, carcax y saetas, hermosa que espantaba los hombres con su resplandor.
    • 1540-c1550 Mejía, P. Silva [1989-1990] I, 232 Esp (CDH )
      La flecha y saetas, uno llamado Saytes, hijo de Júpiter; y, según otros, Perseo, hijo de Perseo; y aun Diodoro dize que Apolo las inventó.
    • 1540-c1550 Mejía, P. Silva [1989-1990] Esp (CDH )
      La yerva llamada dítamo ser buena para sacar las saetas y caxquillos dellas a los que están heridos, los ciervos lo mostraron, viendo que, quando están heridos de saetas, usan ellos este remedio.
    • 1540-c1550 Mejía, P. Silva [1989-1990] Esp (CDH )

      De la sangre de la bívora dize Plinio que es la más fuerte yerva que se puede poner en las saetas. Galeno escrive deste animal que en todo el invierno no come y se está, como muerta, ascondida en la tierra; y quien entonces la toma y la halla, aunque la trate y toque con las manos, no muerde; y quedespués, en el estío, rebive y cobra su fuerça.

    • a1550 Anónimo Romance Romancero general Esp (CDH )
      A tal anda Don García / Por un adarve adelante, / Saetas de oro en la mano, / En la otra un arco trae. / Maldiciendo á la fortuna / Grandes querellas le dae: / — Crióme el Rey de pequeño, / Hízome Dios barragane; / Dióme armas y caballo, / Por do todo hombre mas vale, / Diérame á Doña María / Por mujer y por iguale, / Diérame á cien doncellas / Para á ella acompañare, / Dióme el castillo de Ureña / Para con ella casare [...]. /
    • 1554 Lpz Gómara, F. HNatural Indias I [2000] fol. 60r Pe (CDH )

      De Apalachen fueron a Aute, y más adelante hallaron mejores casas y con esteras, y más polida gente, ca visten de venado, pieles pintadas y martas, y algunas tan finas y olorosas de suyo que se maravillavan los nuestros. Traen también mantas grosseras de hilo, y cabellos muy largos y sueltos; dan una saeta en señal de amistad, y bésanla.

    • 1554 Lpz Gómara, F. HNatural Indias I [2000] fol. 61v Pe (CDH )
      En el valle que llamaron de Coraçones, por seyscientos que les dieron de venados, uvieron algunas saetas con puntas de esmeraldas harto buenas, y turquezas y plumajes.
    • 1554 Lpz Gómara, F. HNatural Indias I [2000] fol. 68v Pe (CDH )
      Los indios se maravillaron del fuego y fumo y se atordecieron algo del tronido, mas no huyeron; antes arremetieron con gentil denuedo y concierto, echando gritos, piedras, varas y saetas.
    • 1554 Lpz Gómara, F. HNatural Indias I [2000] Pe (CDH )

      COSTUMBRES DE YUCATÁN.

      Son los de Yucatán esforçados, pelean con honda, vara, lança, arco con dos aljavas de saetas de libiça, pez, rodela, casco de palo y coraças de algodón.

    • 1554 Lpz Gómara, F. HNatural Indias I [2000] Pe (CDH )

      Avía infinitos leones, tigres, osos y onças, a lo que cuentan, y tanta multitud de monas de diversa hechura y tamaño, que alegres cocavan y, enojadas, gritavan de tal manera que ensordecían los trabajadores. Subían piedras a los árboles y tiravan al que llegava; y una quebró los dientes a un vallestero, mas cayó muerta, que acertaron a soltar a un tiempo ella la piedra y él la saeta.

    • 1554 Lpz Gómara, F. HNatural Indias I [2000] fol. 126v Pe (CDH )
      Traýan coronas como clérigo y el demás cabello largo y trençado con un cordel, en que suelen atar las saetas yendo a caça o guerra; venían con abarcas y vestidos de pellejas, y algunos muy pintados, todo lo qual, especial en yayanes como ello, ponía temor, quanto más admiración.
    • 1554 Lpz Gómara, F. HNatural Indias I [2000] fol. 299r Pe (CDH )
      Cada ysla hablava su lenguaje, y assí no se entendían unos a otros; eran en la guerra esforçados y cuydadosos; en la paz, floxos y dissolutos; usavan ballestas de palo, dardos y lançones con cuernos por hierros; tiravan una piedra con la mano tan cierta como una saeta con la ballesta; escaramuçan de noche por engañar los enemigos; pintávanse de muchas colores para la guerra y para baylar las fiestas [...].
    • a1554 Anónimo Lazarillo [1994] Esp (CDH )

      «¡Nuevas malas te dé Dios!»—dije yo entre mí.

      Parecióme con lo que dijo pasarme el corazón con saeta de montero, y comenzóme el estómago a escarbar de hambre, viéndose puesto en la dieta pasada. Fue fuera de casa. Yo, por consolarme, abro el arca, y como vi el pan, comencélo de adorar, no osando rescebillo.

    • c1553-1556 Villalón, C. Crótalon [1990] 120 Esp (CDH )
      ¿Quién enseñó a los puercos cuando enferman irse luego a los charcos a comer los cangrexos con que luego son sanos?, ¿quién enseñó al galápago cuando le ha mordido la víbora paçer el orégano y sacudir luego de sí la ponzoña?, ¿quién enseñó a las cabras montesas siendo heridas del caçador comer de la yerba llamada dítamo, y saltarle luego del cuerpo la saeta?, ¿y al ciervo en siendo herido ir huyendo a buscar las fuentes de las aguas porque en bañándose son sanos del veneno?
    • c1553-1556 Villalón, C. Crótalon [1990] 317 Esp (CDH )
      [...] y porque Dios nunca desampara a los que con buena intinçión son fieles, suçedió que habiendo Raimundo conquistado el reino de Siçilia volvía vitorioso por el mar, y aportando a aquella isla, aunque desierta, se apeó por gozar del agua fresca, y andando con su arco y saetas por la ribera solo, por se solazar, vio de lexos a Drusila desnuda, tendida en el suelo, y como la vio, aunque luego le pareçió ser fiera, cuando * reconoçió ser muger vínose para ella [...].
    • c1553-1556 Villalón, C. Crótalon [1990] 366 Esp (CDH )
      [...] , y los demonios tenían en las manos unas ballestas de garrucho, y asestando a los herir al soltar se zapuzaban en la pez ferviente, y algunos heridos con grave dolor se quexaban y tornaban a salir con las saetas lançadas por el rostro, y los demonios los tornaban otra vez y otra vez a herir, y algunos salían que de nuevo volvían al tormento en diversas otras maneras; y ansí se procedía con ellos para siempre sin fin.
    • 1557-1558 Anónimo Viaje Turquía [2000] Esp (CDH )
      Salió el Gran Turco a un mirador sobre la mar porque bate en su palaçio, y comenzaron de poner en cada galera muchos estandartes, en cada vanco el suyo: en lo más alto las vanderas de Mahoma, y debaxo d'ellas los pendones que nos habían tomado, puestos los cruçifixos y imágenes de Nuestra Señora, que venían dibuxados en ellos, las piernas hazia arriba, y la canalla toda de los turcos tirándoles con los arcos muchas saetas; luego las banderas del Gran Turco y debaxo d'ellas también las del Emperador y el prínçipe Doria hazia baxo, al rrebés puestas.
    • 1557-1558 Anónimo Viaje Turquía [2000] Esp (CDH )
      El padrino haze poner un árbol, como acá mayo, el más alto que halla, a la puerta del nobio, y ençima un jarro de plata, y que todos los que quisieren le tiren con los arcos, y el que le acertare primero con la saeta es suyo.
    • 1557-1558 Anónimo Viaje Turquía [2000] Esp (CDH )
      Al fin, como traía guerra con los godos, fue el día de la pérdida y rrota de su exérçito herido de una saeta y llebado a una choza o casa pequeña.
    • 1559 Montemayor, J. Diana [1996] Esp (CDH )
      Mas no tardó mucho que de entre la espesura del bosque, junto a la fuente donde cantaban, salió una pastora de tan grande hermosura y disposición que los que la vieron quedaron admirados: su arco tenía colgado del brazo izquierdo y una aljaba de saetas al hombro, en las manos un bastón de silvestre encina, en el cabo del cual había una muy larga punta de acero.
    • 1559 Montemayor, J. Diana [1996] 95 Esp (CDH )
      Pues como así viese las tres ninfas, y la contienda entre los dos salvajes y los pastores, que ya no esperaban sino la muerte, poniendo con gran presteza una aguda saeta en su arco, con tan grandísima fuerza y destreza la despidió que al uno de los salvajes se la dejó escondida en el duro pecho, de manera que la de amor, que el corazón le traspasaba, perdió su fuerza y el salvaje la vida a vueltas della.
    • 1559 Montemayor, J. Diana [1996] 95 Esp (CDH )
      Y no fue perezosa en poner otra saeta en su arco ni menos diestra en tiralla, pues fue de manera que acabó con ella las pasiones enamoradas del segundo salvaje, como las del primero había acabado.
    • 1559 Montemayor, J. Diana [1996] 161 Esp (CDH )
      Y fue tan grande su enojo que, sin sentido alguno, se fue a su posada, y, armando una ballesta y poniéndole una saeta muy llena de venenosa yerba, se vino al lugar donde estábamos y supo tan bien acertar a su hijo como si no lo fuera, porque la saeta le dio en el corazón y luego cayó muerto del árbol abajo, diciendo: — "¡Ay, Belisa! Cuán poco lugar me da la Fortuna para servirte como yo deseaba".
    • 1559 Montemayor, J. Diana [1996] 209 Esp (CDH )
      Píntanlo asimismo flechando su arco, porque tira derecho al corazón como a proprio blanco, y también porque la llaga de amor es como la que hace la saeta, estrecha en la entrada y profunda en lo intrínseco del que ama.
    • 1559 Montemayor, J. Diana [1996] Esp (CDH )
      Estando el pastor consultando consigo mismo el consejo que tomaría vio venir hacia sí una ninfa de admirable hermosura, con un arco en la mano y una aljaba al cuello, mirando a una y a otra parte si vía alguna caza en que emplear una aguda saeta que en el arco traía puesta.
    • 1559 Montemayor, J. Diana [1996] Esp (CDH )

      Belisa le respondió sin poder tener las lágrimas:

      — Téngola por tan cierta como quien con sus mismos ojos vio al uno atravesado con una saeta y al otro matarse con su misma espada.
    • 1559 Montemayor, J. Diana [1996] 284 Esp (CDH )

      La pastora Felismena, que vio aquel caballero en tan gran peligro y que si no le socorriese no podría escapar con la vida, quiso poner la suya a riesgo de perdella por hacer lo que en aquel caso era obligada. Y poniendo una aguda saeta en su arco, dijo contra uno dellos:

      — Teneos afuera, caballeros, que no es de personas que deste nombre se precian aprovecharse de sus enemigos con ventaja tan conocida.

    • 1562-1566 Teresa de Jesús (Teresa de Cepeda y Ahumada) LVida [1986] Esp (CDH )
      No procura el alma que duela esta llaga de la ausencia del Señor, sino hincan una saeta en lo más vivo de las entrañas y corazón a las veces, que no sabe el alma qué ha ni qué quiere.
    • 1562-1566 Teresa de Jesús (Teresa de Cepeda y Ahumada) LVida [1986] Esp (CDH )
      Bien entiende que quiere a Dios, y que la saeta parece traía hierva para aborrecerse a sí por amor de este Señor, y perdería de buena gana la vida por El.
    • 1569 Torquemada, A. Jardín [1994] 831 Esp (CDH )
      [...] y conociendo que todo esto procedía contra la naturaleza de la tierra, y por el saber de los moradores della, tornó otra vez tan repentinamente que ya estava en ella quando vinieron a entenderlo; pero con ayuda de los vezinos, los Biarmenses, assí con arcos y saetas como con la ligereza con que acometían y huýan por las nieves, vinieron a desbaratar y hazer huyr a este rey muy poderoso, que avía avido otras muy grandes vitorias de sus enemigos.
    • 1569 Torquemada, A. Jardín [1994] 872 Esp (CDH )
      Los pellejos de éstos son de mucho precio, y la manera de poderlos caçar y matar, porque son muy bravos, es que los caçadores llevan una bestia muerta adonde sienten que los ay, y ellos están escondidos, o puestos en algunos árboles que tengan las ramas espessas, y quando le veen con el vientre lleno, tíranle con saetas; porque quando están hambrientos, son tan ligeros que corren los caçadores muy gran peligro donde quiera que estuviessen.
    • 1569-1573 Hurtado Mendoza, D. Guerra Granada [1948] 39 Esp (CDH )
      Inventavan nuevos géneros de tormentos: al cura de Terque hincheron de pólvora y le pegaron fuego; al vicario enterraron vivo hasta la cinta y jugaron a las saetas; a otros lo mismo, dexándolos morir de hambre [...].
    • 1569-1573 Hurtado Mendoza, D. Guerra Granada [1948] 48 Esp (CDH )
      El particular remedio es çumo de membrillo, tan enemiga fruta desta yerva que donde quiera que le alcança el olor le quita la fuerça; çumo de retama, cuyas hojas machacadas e yo visto lançarse por la herida cuanto pueden buscando el veneno hasta topallo y tirallo afuera: tal es la manera desta ponçoña, con cuyo çumo untan las saetas enbueltas en lino para que se detenga.
    • 1569-1573 Hurtado Mendoza, D. Guerra Granada [1948] 108 Esp (CDH )
      De los nuestros fueron heridos más de seiscientos, y entre ellos don Juan de Cárdenas, de saeta, que fué aquel día buen caballero.
    • 1574 Sta Cruz Dueñas, M. Floresta [1997] Esp (CDH )
      Diciendo a un capitán que eran tantas las saetas que tiraban sus contrarios, que cobijaban el sol, respondió:

      —Ventaja les tenemos en pelear a la sombra.

    • 1574 Sta Cruz Dueñas, M. Floresta [1997] Esp (CDH )

      Un gallego fue a la guerra de Granada y hiriéronle en la cabeza con una saeta. Viéndole un cirujano, dijo:

      —No escapará, porque la saeta entra por el seso.
    • c1568-1575 Díaz Castillo, B. HNueva España [1982] 43 Esp (CDH )
      Y también escribió a todos sus amigos, en especial al Duero y al contador, sus compañeros; y después de haber escrito, mandó entender a todos los soldados en aderezar armas, y a los herreros que estaban en aquella villa, que siempre hiciesen casquillos, y a los ballesteros que desbastasen almacén para que tuviesen muchas saetas, y también atrajo y convocó a los herreros que se fuesen con nosotros, y así lo hicieron; y estuvimos en aquella villa doce días, donde lo dejaré, y diré cómo nos embarcamos para ir a la Habana.
    • c1568-1575 Díaz Castillo, B. HNueva España [1982] Esp (CDH )
      Como nos sentimos muy trabajados de las batallas pasadas y estaban muchos soldados y caballos heridos, y teníamos necesidad de adobar las ballestas y alistar almacén de saetas, estuvimos un día sin hacer cosa que de contar sea; y otro día por la mañana dijo Cortés que sería bueno ir a correr el campo con los de a caballo que estaban buenos para ello, porque no pensasen los tlascaltecas que dejábamos de guerear por la batalla pasada [...].
    • c1568-1575 Díaz Castillo, B. HNueva España [1982] 128 Esp (CDH )

      Olvidemos al cronista Gómara, y digamos cómo nuestros mensajeros fueron a la cabecera de Tlascala con nuestro mensaje; y paréceme que llevaron una carta, que aunque sabíamos que no la habían de entender, sino porque se tenía por cosa de mandamiento, y con ella una saeta; y hallaron a los dos caciques mayores que estaban hablando con otros principales, y lo que sobre ello respondieron adelante lo diré.

    • c1568-1575 Díaz Castillo, B. HNueva España [1982] Esp (CDH )
      Estando en nuestro real sin saber que habían de venir de paz, puesto que la deseábamos en gran manera, y estábamos entendiendo en aderezar armas y en hacer saetas, y cada uno en lo que había menester para en cosas de la guerra [...].
    • c1568-1575 Díaz Castillo, B. HNueva España [1982] 263 Esp (CDH )
      Pues nosotros los que tomamos el artillería no osábamos desampararla, porque el Narváez desde su aposento nos tiraba saetas y escopetas [...].
    • c1568-1575 Díaz Castillo, B. HNueva España [1982] 263 Esp (CDH )
      [...] y en aquel instante llegó el capitán Sandoval y sube de presto las gradas arriba, y por mucha resistencia que le ponía el Narváez y le tiraban saetas y escopetas y con partesanas y lanzas, todavía las subió él y sus soldados [...].
    • c1568-1575 Díaz Castillo, B. HNueva España [1982] 286 Esp (CDH )
      Pues los tiros y artillería y pólvora no sacamos ninguna; las ballestas fueron pocas, y ésas se remediaron luego, e hicimos saetas.
    • c1568-1575 Díaz Castillo, B. HNueva España [1982] 349 Esp (CDH )
      Dejemos otras muchas pláticas que pasaron, y digamos cómo mandó nuestro capitán Cortés al alférez Corral y a otros dos capitanes, que fueron Juan Jaramillo y a Pedro de Ircio, y a mí, que me hallé allí con ellos, que subiésemos al peñol y viésemos la fortaleza qué tal era, e que si estaban muchos indios heridos o muertos de saetas y escopetas, e qué gente estaba recogida; e cuando esto nos mandó dijo: "Mirad señores, que no les toméis ni un grano de maíz"; y según yo entendí, quisiera que nos aprovecháramos [...].
    • c1568-1575 Díaz Castillo, B. HNueva España [1982] 355 Esp (CDH )
      Pues otra cosa quiero traer a la memoria, y es, que ya nuestros escopeteros no tenían pólvora ni los ballesteros saetas; que el día antes se dieron tal priesa, que lo habían gastado [...].
    • c1568-1575 Díaz Castillo, B. HNueva España [1982] 355 Esp (CDH )
      [...] y aquella misma noche mandó Cortés a todos los ballesteros que alistasen todas las saetas que tuviesen y las emplumasen y pusiesen sus casquillos, porque siempre traíamos en las entradas muchas cargas de almacén de saetas, y sobre cinco cargas de casquillos hechos de cobre, y todo aparejo para donde quiera que llegásemos tener saetas; y toda la noche estuvieron emplumando y poniendo casquillos todos los ballesteros, y Pedro Barba, que era su capitán, no se quitaba de encima de la obra, y Cortés, que de cuando en cuando acudía.
    • c1568-1575 Díaz Castillo, B. HNueva España [1982] 356 Esp (CDH )
      [...] y dijo a sus guerreros que cuando estuviésemos cansados, y muchos heridos y muertos de los reencuentros pasados, que estaríamos descuidados con pensar que no enviaría más escuadrones contra nosotros, e que con los muchos que entonces enviaría nos podría desbaratar; y como aquello se supo, si muy apercibidos estábamos de antes, mucho más lo estuvimos entonces, y fue acordado que para otro día saliésemos de aquella ciudad y no aguardásemos más batallas; y aquel día se nos fue en curar heridos y en adobar armas y hacer saetas [...].
    • c1568-1575 Díaz Castillo, B. HNueva España [1982] 357 Esp (CDH )
      Pues volvamos a decir que como llegamos a aquel gran pueblo y estaba despoblado, y está en tierra llana, acordamos de reposar aquel dia que llegamos e otro, porque se curasen los heridos y hacer saetas: porque bien entendido teníamos que habíamos de haber más batallas antes de volver a nuestro real, que era Tezcuco [...].
    • c1568-1575 Díaz Castillo, B. HNueva España [1982] Esp (CDH )
      Dejemos estas pláticas y romances, pues no estábamos en tiempo dellos, y digamos cómo se tomó parecer entre nuestros capitanes y soldados si daríamos una vista a la calzada, pues estaba tan cerca de Tacuba, donde estábamos; y como no había pólvora ni muchas saetas, y todos los más soldados de nuestro ejército heridos, acordándosenos que otra vez, poco más había de un mes, que Cortés les probó a entrar en la calzada con muchos soldados que llevaba, y estuvo en gran peligro, porque temió ser desbaratado, como dicho tengo en el capítulo pasado que dello habla [...].
    • c1568-1575 Díaz Castillo, B. HNueva España [1982] Esp (CDH )
      [...] y asimismo les mandó que en cada pueblo labrasen y desbastasen otras ocho mil saetas de una madera muy buena, que también les llevaron muestra, y les dio de plazo ocho días para que trajesen las saetas y casquillos a nuestro real; lo cual trajeron para el tiempo que se les mandó, que fueron más de cincuenta mil casquillos y otras tantas mil saetas, y los casquillos fueron mejores que los de Castilla [...].
    • c1568-1575 Díaz Castillo, B. HNueva España [1982] Esp (CDH )
      [...] y luego mandó Cortés a Pedro Barba, que en aquella sazón era capitán de ballesteros, que los repartiese, así saetas como casquillos, entre todos los ballesteros, e que les mandase que siempre desbastasen el almacén, y las emplumasen con engrudo, que pega mejor que lo de Castilla, que se hace de unas como raíces que se dice zacotle [...].
    • c1568-1575 Díaz Castillo, B. HNueva España [1982] 365 Esp (CDH )
      [...] y desque Cortés les hubo mandado que anduviesen en los bergantines, y les repartió los ballesteros y escopeteros y pólvora y tiros e saetas y todo lo demás que era menester, y les mandó poner en cada bergantín las banderas reales y otras banderas del nombre que se decía ser el bergantín, y otras cosas que convenían [...].
    • c1568-1575 Díaz Castillo, B. HNueva España [1982] 380 Esp (CDH )
      También quiero decir que nuestros escopeteros y ballesteros, muchas veces cuando sentíamos que se venían a trocar las velas, les tiraban a bulto, e piedras y saetas perdidas, y no les hacíamos mal, porque estaban en parte que, aunque de noche quisiéramos ir a ellos, no podíamos, con otra gran abertura de zanja bien honda que habían abierto a mano, e albarradas y mamparos que tenían; e también ellos nos tiraban a bulto mucha piedra e vara y flecha.
    • c1568-1575 Díaz Castillo, B. HNueva España [1982] 397 Esp (CDH )
      [...] si no fuera por los tiros con que siempre les hacíamos apartar, porque Pedro Moreno Medrano, que tenía cargo dellos, les hacía mucho daño; y quiero decir que nos tiraban saetas de las nuestras con ballestas, cuando tenían vivos a cinco ballesteros, y al Cristóbal de Guzmán con ellos, y les hacían que les armasen las ballestas y les mostrasen cómo habían de tirar, y ellos y los mexicanos tiraban aquellos tiros como cosa pensada, y no nos hacían mal [...].
    • c1568-1575 Díaz Castillo, B. HNueva España [1982] 397 Esp (CDH )
      [...] y también batallaban reciamente Cortés y Sandoval, y les tiraban saetas con ballestas; y esto sabíamoslo por Sandoval y los bergantines que iban de nuestro real al de Cortés y del de Cortés al nuestro y al de Sandoval, y siempre nos escribía de la manera que habíamos de batallar y todo lo que habíamos de hacer [...].
    • c1568-1575 Díaz Castillo, B. HNueva España [1982] 412 Esp (CDH )
      [...] otros decían que habían de comprar caballos con sillas de oro, y ballesteros hubo que decían que todas las saetas que tuviesen en su aljaba que habían de ser de oro, de las partes que les habían de dar; y otros iban por las gradas abajo rodando.
    • 1576-1577 Sahagún, B. HGral Nueva España [1990] Esp (CDH )
      [...] y poníanlos en las narizes una saetilla atravesada y un medio círculo que colgava hasta abaxo; poníanlos unas coroças o coronas hechas de cañitas atadas, y de lo alto salía un manojo de plumas blancas; y a las mugeres poníanlas plumas amarillas sobre las coroças. Adereçados de esta manera delante del cu de Uitzilopuchtli, llevávanlos por delante de las casas que llamavan calpulli, y cada uno le llevava su dueño a su casa; en llegando a casa, descomponíanlos de los papeles con que estavan compuestos y poníanlos en las petacas.
    • c1570-1578 Anónimo Auto Prevaricación [1988] 152 Esp (CDH )
      Esta es la causa que hallo / para dubdar la vitoria, / pero, en fin, quiero tentallo; / quizá podré derrocallo / y privallo de la gloria. / Yo le porné subjeción / penosa de desechar; / si con esta tentación / se pone en disputación / comigo, no hay que dubdar. / Yo le armaré tales tretas / que no se pueda escapar / por astucias muy secretas. / Con estas siete saetas / yo le tengo que enclavar. /
    • c1550-1580 Luis de León Trad clásicas [1990] 373 Poesías Esp (CDH )
      ¿Y cómo el indio Oriente en la arboleda / peina los blandos copos de la seda? / ¿O las selvas que la India más vecina / al Océano cría, seno extremo / de todo lo poblado, a do se empina / tan alto la arboleda, que al supremo / cogollo de los árboles no atina / enviada saeta con estremo / de arte ni de fuerça; y es muy hecha / aquella gente al arco y a la flecha? /
    • c1550-1580 Luis de León Trad clásicas [1990] 412 Poesías Esp (CDH )
      / Testigo es verdadero / de mis sentencias Gías, el dotado / de cien manos, y el fiero / Orïón, el osado / tentador de Diana, / domado con saeta soberana.
    • c1550-1580 Luis de León Trad sacras [1990] 499 Poesías Esp (CDH )
      Tus agudas saetas / pueblos derrocarán muchos tendidos. / Rey, todo lo sujetas, / los lados van heridos; / no se verán de golpes tan garridos. / Tu real silla y asiento / dura siempre jamás, Rey poderoso; / de mudanças esento, / tu cetro glorïoso, / cetro de rectitud no riguroso. / La justicia es tu zelo, / y la desigualdad tu aborrecida; / por esso, Dios del cielo / con más larga medida / te ungió a ti mismo y te dio la vida. /
    • c1550-1580 Luis de León Trad sacras [1990] 504 Poesías Esp (CDH )
      Los pechos enemigos tus saetas / traspassen herboladas, / y besen tus pisadas las subjectas / naciones derrocadas. / Y durará, Señor, tu trono erguido / por más de mil edades, / y de tu reino el sceptro esclarecido / cercado de igualdades. /
    • c1558-1580 Luis de León Poesía original [1990] Poesías Esp (CDH )
      CORO DE JÓVENES / ¡Oh ninfas verdaderas / de Hermión! Así con mano o con saeta / cacéis a las ligeras / cabras: ¡Que nadie meta / rüido, ni despierte a mi dileta!
    • 1582 Góngora Argote, L. Poesías 1582 [2000] 28 Poesías Esp (CDH )
      / Yo, pues, ciego y turbado, / viéndola como mide / con más ligeros pies el verde llano / que del arco encorvado / la saeta despide / del Parto fiero la robusta mano, / y viendo que en mí mengua / lo que a ella le sobra, / pues nuevas fuerzas cobra, / apelo de los pies para la lengua, / y en alta voz le digo: / «No huyas, ninfa, pues que no te sigo.
    • 1582 Herrera, F. Obras [1985] Poesía Esp (CDH )
      Las armas, en el templo ya colgadas, / visto, i el azerado escudo embraço, / i en mi vengança salgo a la batalla. / Mas, ¡ai!, qu'a las saetas, que templadas / en la luz de mi Estrella están, i al braço / tuyo no puede resistir la malla.
    • 1582 Herrera, F. Obras [1985] 401 Poesía Esp (CDH )
      Yo, lexos, por la senda trabajosa / sigo entre las tinieblas a su lumbre, / abrasado en su llama gloriösa. / I si no rompe, antes qu'a la cumbre / suba, el hilo mortal, hallarm'espero / libre desta confusa muchedumbre. / Porque ya veo apressurar ligero, / i bolar, como rayo acelerado, / del tiempo el desengaño verdadero. / Huyen como saeta, qu'el armado / arco arroja, los días no parando, / invidiösos del no firme estado. /
    • 1583 Luis de Granada Introd Símbolo I [1908] 142 Esp (CDH )
      Pues ¿qué otro maestro enseñó al puerco, estando enfermo, irse á la costa de la mar á buscar un cangrejo para curar su enfermedad? ¿Qué otro enseñó á la tortuga, cuando comió alguna víbora, buscar el orégano para despedir de si la ponzoña? Y lo que es más admirable, ¿quién otro enseñó á las cabras monteses de Candía comer la yerba del dictamo, para despedir de sí la saeta del ballestero? Si fuera para curar la herida, no me maravillara tanto: mas que haya yerba poderosa para despedir del cuerpo un palmo de saeta hincada en él, esto es obra del Criador, que quiso proveer de remedio á este animal tan acosado de los monteros.
    • 1585 Pz Moya, J. Philosofía [1995] 247 Esp (CDH )
      A este Apolo dio Mercurio la cítara de siete cuerdas, al son de la cual cantaban las Musas en el monte Parnaso; píntanle desbarbado, sacrifícanle las saetas, dedicáronle el laurel, y los Griphos de los montes Hiperbóreos, y el cuervo, y los versos bucólicos.
    • 1585 Pz Moya, J. Philosofía [1995] 248 Esp (CDH )
      Nacido Apolo, luego fue ballestero, y a la serpiente Phitón que a su madre había perseguido, con saetas mató, y comenzó a dar respuestas de cosas por venir.
    • 1585 Pz Moya, J. Philosofía [1995] 250 Esp (CDH )
      Que Apolo en naciendo usase de ballestería y matase a la serpiente Phitón es que en saliendo el Sol, con la calor de sus rayos, que son como saetas, consumió los nublados y vapores de que se engendraban, que primero lo escurecían.
    • 1585 Pz Moya, J. Philosofía [1995] Esp (CDH )
      Consagrábanle a Apolo las saetas * porque mató a la serpiente Phitón, como en su nacimiento dijimos, la cual fingen haber muerto con saetas, y por esto se loaba de saeta y arco, hablando con Cupido, como escribe Ovidio; * esto es porque los rayos del Sol, entendido por Apolo, pasan como saetas y vienen derechos, y por esta causa a Apolo y a Diana, su hermana, los llaman dioses arqueros y tiradores con saetas, porque estas dos lumbreras envían rayos de luz, lo cual no hacen otros planetas ni estrellas.
    • 1585 Pz Moya, J. Philosofía [1995] Esp (CDH )
      Oído de Apolo el gran pecado por su amada Coronis contra él cometido, sintiólo tanto, que estuvo gran rato sin hablar, perdida toda la color de la cara; y con grande saña, tomó su arco y saetas, y tirando una, lanzóla con gran fuerza por los pechos de su amiga; arrepentido después de haberla muerto, maldice el arco y la saeta y al cuervo que malas nuevas le trujo, y de blanco que primero era, hízole que siempre fuese negro.
    • 1585 Pz Moya, J. Philosofía [1995] Esp (CDH )
      Después de haber Apolo muerto * a la serpiente Phitón, estando por la victoria muy levantado en soberbia, encontrándose con Cupido, hijo de Venus, viéndole traer arco y saetas, díjole: No conviene a ti, mozo, traer estas armas, que son nuestras.
    • 1585 Pz Moya, J. Philosofía [1995] 268 Esp (CDH )
      Tornada Daphne en laurel dijo Apolo: Oh laurel, * pues no puedes ser mi esposa, tú serás mi árbol; y por esto, desde allí adelante, el laurel tuvo virtud de despedir de sí fuego semejante a las saetas o rayos calurosos de Apolo.
    • 1587 Mena, F. Trad HEtiópica [1954] 14 Esp (CDH )
      Los muertos: uno estaba partido de un golpe de hacha; otro, herido con una concha de caracol de las que por allí les había ofrecido la ribera; otro, quebrantado con un leño; otro, abrasado de un tizón, y otros, de muchas y diversas maneras; pero los más estaban pasados con saetas.
    • 1587 Mena, F. Trad HEtiópica [1954] 14 Esp (CDH )

      Vieron una doncella sentada sobre una peña, de tan rara y extremada hermosura, que en sola su vista daba muestra de ser alguna diosa. Y puesto caso que el miserable estado en que se hallaba, la hacía estar triste y llorosa, no dejaba por eso de parecerse en ella el valor y grandeza de ánimo de que era dotada. En la cabeza tenía una corona de verde laurel, y de sus espaldas le colgaba una aljaba de saetas.

    • 1587 Mena, F. Trad HEtiópica [1954] 16 Esp (CDH )

      Los salteadores que bajaban del monte, espantados y atemorizados como si de la vista de algún relámpago o rayo fueran deslumbrados y heridos, comenzaron a esconderse por entre las matas y por entre los árboles, pareciéndoles, cuando se puso en pie, mucho mayor y cosa más divina que humana. *Y también que las saetas de su aljaba, al saltar de la peña, hicieron no pequeño ruido, y sus ropas, entretejidas con oro, resplandecieron, heridas con los rayos del sol, juntamente con sus cabellos, que como madejas de fino oro tenía derramados por las espaldas.

    • 1587 Mena, F. Trad HEtiópica [1954] 120 Esp (CDH )

      En su siniestra mano traía un arco dorado; colgándole del hombro derecho, un carcaj de saetas. Y en la otra, una antorcha encendida, aunque más resplandor salía de sus ojos que de la antorcha.

    • 1587 Mena, F. Trad HEtiópica [1954] 216 Esp (CDH )
      En este tiempo ni Teágenes ni Cariclea estaban libres de la batalla, porque, según teníamos concertado, él, con la espada en la mano, lleno de furor, se allegó desde luego a la una de las partes, y ella, cuando vió trabada la pelea, comenzó a tirar desde la nave, enviando las saetas con singular destreza y perdonando solamente a Teágenes. *
    • 1587 Mena, F. Trad HEtiópica [1954] 217 Esp (CDH )
      Y como de allí adelante Cariclea no se pudo aprovechar de las saetas, dolíale de no poderle dar ayuda y temía de no errar, porque estaban ya tan juntos, que andaban trabados a las manos.
    • 1587 Mena, F. Trad HEtiópica [1954] Esp (CDH )
      Entonces Teágenes, como si aquella palabra fuera una saeta que le hubiera herido, acordándose que la hacha era una de las señales que habían tomado entre sí, hincó en ella los ojos, y siendo con el mirar de Cariclea, como si fuera algún resplandeciente rayo que penetra por entre las nubes, todo deslumbrado, se le arrojó al cuello.
    • 1587 Mena, F. Trad HEtiópica [1954] 339 Esp (CDH )
      [...] y comenzaron a tirarles desde los muros dardos y saetas, por donde asimismo se conoce que los hombres que tienen perdida ya toda la esperanza de sus vidas, cualquier tiempo que se dilatare su muerte, le tienen por muy gran ganancia [...].
    • 1587 Mena, F. Trad HEtiópica [1954] 339 Esp (CDH )
      Comenzaron, viendo esto, también los etiopes a tirarles; y como aquellos que los apuntaban más a certero y no sabían aún el ánimo ni la intención de los persas, pasaron luego a dos o tres dellos, y después a otros muchos con sus saetas, de manera que algunos recibiendo de improviso las heridas, cayeron por de fuera de los muros cabeza abajo en el agua.
    • 1587 Mena, F. Trad HEtiópica [1954] 353 Esp (CDH )

      Y es tan fuerte esta loriga que no solamente resurten della las saetas y los dardos, sino que también resiste a cualquier género de golpes que le tiren. Las calzas de hierro suben desde la planta del pie hasta encima de la rodilla, trabados con la mesma loriga.

    • 1587 Mena, F. Trad HEtiópica [1954] 356 Esp (CDH )
      [...] unos huyendo hacia atrás, y otros mezclándose confusamente y apretándose unos con otros, desbarataron de presto y desordenaron los escuadrones, donde los que estaban en los elefantes, que eran seis, dos a cada lado, quedando solamente ociosa la parte de hacia la cola, tiraban desde los castillos como desde una fortaleza, tan a menudo y tan a certero, que les pareció a los persas que una nube de saetas llovía sobre ellos.
    • 1587 Mena, F. Trad HEtiópica [1954] 356 Esp (CDH )
      Mayormente, cuando los etiopes, puniendo por blanco los ojos de los enemigos, como si no batallaran, sino que tiraran a porfía de quien lo hacía mejor, de tal manera enderezaban la mira, que los que enclavaban con las saetas, eran confusa y desordenadamente llevados por en medio de toda la muchedumbre con las plumas de las flechas por defuera de los ojos, como si fueran dos flautas que allí llevaran metidas.
    • 1587 Mena, F. Trad HEtiópica [1954] 358 Esp (CDH )
      Porque si arremetían a ellos, huían tan ligeramente, que con gran trecho no los podían alcanzar, y, aunque iban huyendo, vueltos los arcos a las espaldas, no cesaban de tirar, y cuando los dejaban de seguir, volvían sobre ellos y los herían por los lados, unos, con hondas y otros, con unas saetas pequeñas que les tiraban, emponzoñadas con sangre de dragón, y que no habían dado el golpe, cuando se seguía luego una muerte rabiosa y llena de vascas. *
    • 1587 Mena, F. Trad HEtiópica [1954] 358 Esp (CDH )
      Y así salen a los enemigos coronados de saetas y el cuerpo desnudo * y dando ligeros saltos en el aire a manera de sátiros, y no tienen necesidad de hierros para ellas, porque toman un hueso de las espaldas de un dragón, tan largo como un brazo poco más, y aguzándole y puliéndole lo cabos lo más que pueden, hacen una saeta, con la punta de su proprio natural, de manera que el palo y el hierro todo es de un mismo hueso.
    • 1587 Mena, F. Trad HEtiópica [1954] 359 Esp (CDH )
      Los egipcianos, pues, se conservaron harto tiempo en ordenanza y, juntando los escudos unos con otros y sacándolos adelante, recebían en ellos las saetas.
    • 1587 Mena, F. Trad HEtiópica [1954] 360 Esp (CDH )
      Y viendo que no podía salir con su intento, le dió una herida mortal, mas él lo pagó allí luego siendo pasado con una saeta por un etiope que conocía al Sátrapa, y le quería guardar vivo como había sido mandado, y no pudiendo sufrir tan malvado hecho que, huyendo alguno de sus adversarios se volviese contra los suyos proprios y los acometiese, aguardando la oportunidad de la fortuna para vengarse de su particular enemigo.
    • 1587 Mena, F. Trad HEtiópica [1954] Esp (CDH )

      Llegaron los blemios, con sus arcos y saetas hechas de huesos de dragones, y entretejidas a manera de corona:

      — Y estos dones, poderoso Rey —le dijeron—, os presentamos que, aunque son inferiores a las riquezas que las otras naciones os han ofrecido, empero, riberas de Nilo contra los persas, fueron, como vos mesmo podéis ser testigo, de no poco valor.

    • 1588 Góngora Argote, L. Poesías 1588 [2000] 102 Poesías Esp (CDH )
      / Levantas el arco y vuelves / de tus saetas las puntas / contra los que sus jüicios / significan bien sus plumas, / mas con los que ciñen armas / bien callas y disimulas: / de gallina son tus alas, / vete para hideputa.
    • 1575-1588 Huarte San Juan, J. Examen ingenios [1989] 706 Esp (CDH )
      Y la uva lleva consigo el hollejo, la simiente y el escobajo, y con ello su calor natural; todo lo cual, o tiene ánima vegetativa, o virtud impresa de la vid; y con ésta hierve el mosto, como la saeta se mueve con la virtud que la ballesta le imprimió y no con la suya.
    • 1588 Malón Chaide, P. Conversión Magdalena [1930] Esp (CDH )
      ¿Y hay por ventura saeta tan aguda, despedida con tanta fuerza de algún robusto brazo del más valiente parto; hay por dicha carbón de enebro encendido, que es el que con mayor estrago y fuerza quema, que tanto daño haga como una lengua venenosa? Porque a media legua estaré seguro de la flecha y del fuego, por mucho que sea [...].
    • 1588 Malón Chaide, P. Conversión Magdalena [1930] I, 164 Esp (CDH )
      / Mal estáis en la cuenta, / pues no hay robusto brazo que despida / la saeta sangrienta / con furia desmedida, / que haga más estrago en alma y vida.
    • 1583-a1591 Luis de León Nombres Cristo [1984] Esp (CDH )
      Leemos capitán, oymos guerras y cavallos y saetas y espadas, vemos victorias y triumphos, prométennos libertad y vengança, dízennos que nuestra ciudad y nuestro templo será reparado, que las gentes nos servirán y que seremos señores de todos.
    • 1583-a1591 Luis de León Nombres Cristo [1984] Esp (CDH )
      Por manera que las saetas que —antes dezía—, que embiadas con el vigor del braço traspassan los cuerpos, son palabras agudas y enerboladas con gracia que passan el coraçón de claro en claro; y su espada famosa no se templó con azero en las fraguas de Vulcano para derramar la sangre cortando, ni es hierro visible, sino rayo de virtud invisible que pone a cuchillo todo lo que en nuestras almas es enemigo de Dios; y sus lorigas y sus petos y sus arneses, por el consiguiente, son virtudes heroycas del cielo, en quien todos los golpes enemigos se embotan
    • 1583-a1591 Luis de León Nombres Cristo [1984] 431 Esp (CDH )
      ¿Qué provecho, pues, le trae al que es como éste el tener paz por defuera, pues la guerra grande que trae dentro de sí le haze andar discurriendo furioso y lleno de rabia, y tan acossado della, que apetece ser antes traspassado con mil saetas o padescer antes mil muertes, que ver a alguno de sus yguales, o bien reputado, o en otra alguna manera próspero?
    • 1583-a1591 Luis de León Nombres Cristo [1984] Esp (CDH )
      Los pechos enemigos tus saetas / Traspassen herboladas, / Y besen tus pisadas las subjectas / Naciones derrocadas. / Y durará, Señor, tu throno erguido / Por más de mil edades, / Y de tu reyno el sceptro esclarescido, / Cercado de ygualdades. /
    • 1596 Lpz Pinciano, A. Philosofía [1953] Esp (CDH )
      Ya lo digo, respondió Fadrique, el blanco adonde tiran las saetas es muy pequeño, y lo que no es blanco, es tan grande como todo el mundo; assí, la verdad está en punto y la mentira es todo lo que no es este punto de verdad.
    • 1596 Lpz Pinciano, A. Philosofía [1953] I, 260 Esp (CDH )
      Fléchanse el día presente estas saetas, / Si abres la vista y miras ojo atento, / No ay que buscar historias ni poetas. / No se siente tampoco en este assiento / El culandro mortal, ni apio risueño / Que risa y lloro engendra en vn momento [...]. /
    • 1596 Lpz Pinciano, A. Philosofía [1953] I, 261 Esp (CDH )
      Ni el texo al biuir largo, al matar breue, / Temido más que con causa justa y reta / Que no el hierro passado y fuego leue, / A nadie su malicia está secreta, / Muerte su sombra, flechas su madera / Da, y su liquor, veneno a la saeta; / Ni la yerua que dizen ballestera, / Que al que prende la sangre, en presto buelo / Le haze vaya a pisar la otra ribera. /
    • a1597 Herrera, F. Versos [1985] Poesía Esp (CDH )
      Las armas fieras cante, 'l triste hado / d'el sobervio Ilión, ceniza hecho; / el impio orgullo, el temerario pecho, / con saeta celeste atravessado; / el mar, nunca primero navegado, / i duras peñas d'el concurso estrecho; / de centauros el ímpetu deshecho, / o Egeón con cien braços indinado, / quien en l'Aonia selva ornó su frente, / abitador de la cirrea cumbre, / para vencer la muerte con memoria.
    • 1598 Vega Carpio, F. L. Arcadia [1975] 105 Esp (CDH )
      La liebre cobarde viva, / cuando olvidada se acuesta, / el conejo bullicioso / que se espanta de las hierbas; / el cabritillo manchado, / el oso con la colmena, / el gamo en la brama herido, / los corzos con las saetas; / las ciervas dentro del agua / cuando su ponzoña llevan; / el jabalí colmilludo / de quien Venus se lamenta; * / el toro que no ha sentido / a qué parte el yugo aprieta, / porque no corte Alejandro * / las dos coyundas revueltas [...]. /
    • 1599 Alemán, M. Guzmán Alfarache I [1992] Esp (CDH )
      Lo ordinario y siempre, nunca faltaban menudillos de aves y despojos de terneras, perdices, gallinas, que se perdían andando en el asador o perdigadas * en el hervor de la olla, conejos desollados y mechados con sus garrochitas de tocino, ribeteados como gabán de Sayago, * sin dejarles blanco del tamaño de una uña donde no llevasen clavada su saeta.
    • 1599 Huerta, J. Trad HAnimales Plinio [2004] fol. 192r Esp (CDH )
      Es tan grande el odio que tiene este animal con el áspide, que aun antes que nazca le tiene por enemigo, y assí procura quebrar sus huevos y derramarlos, porque sus hijos no tengan esta guerra y vivan con quietud y paz. También es grande la enemistad que tiene con el crocodilo, y viendo que no puede pelear con él por ser desiguales sus fuerças, usa de su astucia y maña; y es, que en viéndole durmiendo con la boca muy abierta, y que se la está limpiando el troquilo, corre con gran ligereza y como una saeta se le entra por ella hasta las tripas, y royéndolas se las horada y le mata.
    • 1600 Góngora Argote, L. Poesías 1600 [2000] 185 Poesías Esp (CDH )
      / A la bellísima Cerda, / para el arco que da enojos, / saetas pide a sus ojos / y a su apellido la cuerda, / el niño dios, por que pierda / la libertad y el juicio / quien se lo da en sacrificio.
    • 1600 Sigüenza, J. HOrden SJerónimo II [1907] 134 Esp (CDH )
      El passauolante vino certero a don Gomez que no pudo huyr el Golpe: quando le vio venir a penas pudo dezir con la boca (aunque si con el coraçon.) santa Maria de Frex del Val valeme, quando le dio en medio de los pechos; el golpe fue de manera que tres hombres bien armados puestos en hilera los hiziera pedaços, mas el escudo de la fe es de tal temple, que atrauessandolo la santa Virgen entre las armas, y el pecho, no le tocò en la carne, ni le hizo mas mella que si fuera de cera, caso diuino y admirable, cayò luego la descomunal saeta a los pies del Adelantado, y leuantò los ojos al cielo, haziendo gracias infinitas a su Reyna y defensora diuina.
    • 1600 Sigüenza, J. HOrden SJerónimo II [1907] 482 Esp (CDH )
      El santo sin miedo, bien armado con el escudo de la fe, no les boluio las espaldas, sino el rostro, caso admirable, descargaron sobre el vna lluuia de xaras y saetas, que ninguna le erro, porque estauan cerca, mas ninguna le hirio, ni aun le passo el escapulario, aunque se hincauan en el, y alli se despuntauan y caian en el suelo.
    • 1600 Sigüenza, J. HOrden SJerónimo II [1907] 483 Esp (CDH )

      Entendiose el milagro por toda la comarca, porque lo publicaron los vencidos. Començaron a reuerenciarle por santo, y era esto para el mas graue de sufrir que las saetas primeras. Afirma el padre fray Pedro de la Vega, que hizo nuestro Señor por este su sieruo otras muchas marauillas, aun en tanto que viuio, y todos los Religiosos de su conuento testifican lo mismo, y tenianle por ellas en suma veneracion.

    • 1602 Vega Carpio, F. L. Rimas [2003] 108 Rimas Esp (CDH )
      Gente llama la caja belicosa / cuando se dora y limpia la jineta, / y cuando la ballesta o la saeta / señal es de la caza codiciosa; / cuando desnuda de la vaina ociosa, / la espada el cortesano honor le aprieta, / cuando se limpia el tiro o la escopeta, / señal es de la guerra sanguinosa; / y cuando el arco de marfil bruñido / de sus dientes Lucinda los despojos, / con la saeta de su lengua asido, / señal es que a matar y a dar enojos; / si no, es arco del cielo que ha salido / a serenar la lluvia de mis ojos.
    • 1603 Luque Fajardo, F. Fiel desengaño [1955] Esp (CDH )
      Conciértanse en el partir los derechos; llégase el día o noche; celébrase el banquete; brindan largo y a menudo; álzanse los manteles, sirviéndose barajas y tócase moneda, que es el blanco donde asestan las saetas de tan diestros flecheros.
    • 1603 Luque Fajardo, F. Fiel desengaño [1955] Esp (CDH )
      Algo más diré yo aquí, que muchas veces lo permite así el cielo para dar a los pecadores un bocado de acíbar, reprehendiéndoles su mala vida, donde menos pensaban; pues no la quieren oir en boca de sus ministros y predicadores, que hablan con la autoridad del mismo Dios, el cual con suma providencia dispara algunas saetas en ciertas ocasiones, que su Majestad sabe, para lastimarles el corazón en medio de sus pecados, a que, en nombre de terceros, se da más grato oído.
    • 1603 Luque Fajardo, F. Fiel desengaño [1955] I, 195 Esp (CDH )
      Venturosa suerte sería la nuestra si destos escritos saliese alguna palabra viva, de que se ocasione enmienda a los tahures; cumpliéndose, en este sentido, lo que David decía : «El Señor esconde saetas en el aljaba de sus secretos», para herir en lo escuro de las culpas a los que se han de convertir, esto es, a los que enderezan el corazón a sus divinos llamamientos, aunque sea por instrumentos flaquísimos.
    • 1603 Luque Fajardo, F. Fiel desengaño [1955] I, 239 Esp (CDH )
      [...] y si, cuando traen velas, vuelven el arpón o punta de las despaviladeras hacia alguno dellos, temiendo más este tiro que si fuera una jara o saeta: teniendo por azar cuando el que les mira el juego pone la mano en la mejilla; o si hay quién diga en la rueda: «Señor fulano, de ganancia ya vuesa merced», o «Pésame que vaya de pérdida».
    • 1603 Luque Fajardo, F. Fiel desengaño [1955] Esp (CDH )

      Lo mismo decimos de todas cuantas supersticiones abusos observan y guardan los tahures, como son volverles el arpón de las despaviladeras y las saetas de los reales antiguos hacia los contrarios, poner la mano en la mejilla, caerse el dinero en el suelo o estar las cruces abajo.

    • 1603 Luque Fajardo, F. Fiel desengaño [1955] Esp (CDH )

      Otra flor llaman la ballestilla: debe ser sin duda por las heridas de saeta con que quitan el dinero. Fuera desto, tienen diversos instrumentos de señalar el naipe: la piedra lápiz y otros betúmines que traen, con tal sutileza que es increíble; juntamente muchas señas hechas de hierro o con la uña, de tal manera que casi son infalibles y ciertas sus fullerías o, por hablar más claro, latrocinios.

    • 1603 Luque Fajardo, F. Fiel desengaño [1955] Esp (CDH )
      El Sabio dice unas palabras que hacen a este intento: «Unos hombres hallaréis en el mundo que arrojan saetas y lanzas, pretendiendo quitar la vida cautelosamente, y siendo descubiertos alguna vez, dicen que era pasatiempo»; o como el proverbio español dice: «Si te vide, burléme», etc.
    • 1603 Luque Fajardo, F. Fiel desengaño [1955] Esp (CDH )
      Admirable remedio contra vicios es la santa y virtuosa ocupación, especial en nuestros mirones, maestros y dancaires; porque es fuerte escudo y contra yerba que resiste las saetas de codicia , conforme al versillo: «Si quitas la ociosidad, no temas sus heridas»; porque, como San Agustín dice: «Dificultosamente vence el tentador al bien entretenido».
    • 1603 Luque Fajardo, F. Fiel desengaño [1955] II, 194 Esp (CDH )
      Espada de fuego es, dijo San Jerónimo , no hay castillo artillado que así despida volcanes de fuego, ni aljaba de tantas saetas, o ballesta que así las despida y haga suerte, como eso que los mundanos tanto celebran con título de hermosura, garbo, discreción y buen donaire en las mujeres.
    • 1603 Rojas Villandrando, A. Viaje Entretenido [1977] Esp (CDH )
      Cada palabra que salía de aquella divina boca era saeta que atravesaba mi corazón, el cual, estimando en más verse ansí rendido y preso que libre y señor, procuró con corteses cumplimientos exagerar y estimar la soberana merced que me parecía hacerme en aguardar mis cortas razones y, al fin, poniendo el jabalí en la yegua, paso a paso me volví con ella a casa de sus padres que, alegres y contentos en ver la compañía que venía haciendo a su hija, no sabían con qué exagerar la merced que les parecía hacerles, siendo yo el que la recibía.
    • 1603 Rojas Villandrando, A. Viaje Entretenido [1977] Esp (CDH )
      Y al fin, estando en medio de nuestra conversación, vimos menear unas matas del monte en donde estábamos y, procurando inquirir quién fuese la causa dello, levantamos casi de entre los pies de los caballos dos fieros lobos que, en viéndonos, comenzaron a huir, y nosotros a seguirlos, aunque mi divina Camila, impaciente de que tanto se alejasen, sacó de una aljaba, que de los hombros le colgaba, una aguda saeta y, poniéndola en el arco, la despidió con tanta fuerza y destreza que cogió a la bestia en medio del camino y atravesada de parte a parte, a pocos pasos cayó muerta en tierra.
    • 1603 Rojas Villandrando, A. Viaje Entretenido [1977] Esp (CDH )
      Dábanle tres nombres y, según ellos, tres diferentes poderes y asistencias: en los cielos le llamaban Sol o Febo; en la tierra, el Libero padre, y en los infiernos, Apolo; pintábanle con lira, sombrero, arco y saetas; y así lo dicen Ovidio, Pausanias y otros.
    • 1603 Rojas Villandrando, A. Viaje Entretenido [1977] II, 197 Esp (CDH )
      / Filotetes, por ladrón, / alcanzó nombre en su tiempo, / por hurtalle al fuerte Alcides / las saetas, ¡hurto inmenso! / Ope, mujer de Saturno, / por hurtar sus hijos mesmos, / de la muerte los libró: / ¡mirad qué mayor ejemplo! / Júpiter, mudado en toro, / robó a Europa, y éste mesmo / robó a Io y Alcumena, / resultando un bien eterno / deste hurto, pues que dél / nació Alcides, y tras esto / también hurtó a Ganimedes, / que aun los dioses se honran desto.
    • 1602-1604 Vega Carpio, F. L. Hermosura Angélica [2002] 710 Esp (CDH )
      / Pues mira bien que su amorosa fiesta / no es justo, Marte, alborotar presumas, / porque es un niño que la muerte presta / de flechas presta innumerables sumas; / de los rojos penachos de la cresta / hará, si quiere, a su saeta plumas; / y esto bien lo conoces, pues te avisa / del adulterio la pasada risa.
    • 1602-1604 Vega Carpio, F. L. Hermosura Angélica [2002] 750 Esp (CDH )
      Libre, como te digo, el monte Gago / era mi deleitoso alojamiento, / haciendo por sus fieras duro estrago / con alma libre y corazón exento; / saetas despidiendo al viento vago, / y entrellas el ocioso pensamiento, / bien fuera de pensar que yo pudiera / pisar del mar de España la ribera [...]. /
    • 1602-1604 Vega Carpio, F. L. Hermosura Angélica [2002] 796 Esp (CDH )
      / La blanda paz las armas interrompen, / y las que estaban hasta allí secretas, / donde el orín y el ocio las corrompen, / relumbran sobre lanzas y saetas; / ya los jinetes freno y riendas rompen / al son de las belísonas trompetas, / y salen para guerra los jaeces, / ocupados en fiestas muchas veces.
    • 1602-1604 Vega Carpio, F. L. Hermosura Angélica [2002] 955 Esp (CDH )
      / Silba la fiera sierpe, saca y vibra / fiera y veloz la lengua de saeta; / el diestro rey de su furor se libra, / y a traición la abrazó con una treta, / y cual si fuera delicada fibra, / la costilla más dura que le aprieta, / la desmenuza y rompe; el lomo suena, / la sala tiembla brama el alma en pena.
    • 1604 Vega Carpio, F. L. Rimas II [2003] Rimas Esp (CDH )
      APOLO / ¿Qué me llaman a mí dios de poetas? / ¿Hay tal desgracia, hay tanta desventura, / hay semejante agravio? / ¿Hurté yo tus flamígeras saetas / de la siracusana cueva oscura, / divino padre, eternamente sabio? / ¿Hurté la clara llama / por quien atado al Cáucaso inhumano / llora el gigante bárbaro, atrevido? / ¿Rompí la casta fama / de Juno tu mujer, como Vulcano, / origen del linaje mal nacido / de tanto vil centauro? / ¿Forcé la ninfa convertida en lauro / o coroneme de ella? [...]. /
    • 1604 Vega Carpio, F. L. Rimas II [2003] Rimas Esp (CDH )
      CARONTE / ¿Hurtáronte por dicha las saetas? APOLOPluguiera a Dios: no lloro niñerías; / lloro esta fiera plaga, / enjambre de poetas, / castigo de los hombres estos días.
    • 1605 Cervantes Saavedra, M. Quijote I [2004] 272 Esp (CDH )

      — Así escarmentará vuestra merced —respondió Sancho— como yo soy turco; pero, pues dice que si me hubiera creído se hubiera escusado este daño, créame ahora y escusará otro mayor, porque le hago saber que con la Santa Hermandad no hay usar de caballerías, que no se le da a ella por cuantos caballeros andantes hay dos maravedís, y sepa que ya me parece que sus saetas me zumban por los oídos.

    • 1605 Cervantes Saavedra, M. Quijote I [2004] Esp (CDH )
      Por ella dejé la casa de mi padre, y por ella me puse en este traje, para seguirla dondequiera que fuese, como la saeta al blanco o como el marinero al norte. Ella no sabe de mis deseos más de lo que ha podido entender de algunas veces que desde lejos ha visto llorar mis ojos.
    • 1605 Lpz Úbeda, F. Pícara Justina [1977] Esp (CDH )
      Confundióle con manchas, las cuales, cayendo sobre la ropa, le traspasaron el alma, como si cada gota llevara una saeta de celestial fuego envuelta en sí.
    • 1605 Lpz Úbeda, F. Pícara Justina [1977] Esp (CDH )
      Eso fuera creer que el amor sólo por bien parecer tiene saetas ligeras en las manos y en el cuerpo voladoras alas, y fuera pensar que el fuego enfría y la agua seca.
    • 1605 Lpz Úbeda, F. Pícara Justina [1977] Esp (CDH )
      ¿Quiéreslo ver? El dinero, para ser hermoso, tiene blanco y amarillo; para galán, tiene claridad y refulgencia; para enamorado, tiene saetas como el dios Cupido; para avasallar las gentes, tiene yugo y coyundas; para defensor, castillos; para noble, león; para fuerte, columnas; para grave, coronas, y, en fin, para honra y provecho, es dinero, que quien esto dijo lo dijo todo.
    • 1605 Lpz Úbeda, F. Pícara Justina [1977] Esp (CDH )
      Pienso, sin duda, que la causa que movió a pintar al dios Cupido con dos saetas es porque el amor tiene dos tiros: el uno al corazón y el otro a traspasar la lengua.
    • 1605 Lpz Úbeda, F. Pícara Justina [1977] Esp (CDH )
      / ¿Quién pensara / Que el rey de la afición / Intentara / Tirar a un bobarrón / Flecha, saeta y dardo al corazón? / Mas sin pensar / Le hizo tal herida, / Que a perseverar / Justina dormida, / Hubiera de caer de recudida.
    • c1605 Ocaña, D. Relación viaje América [1969] Pe (CDH )
      Y así nos encomendamos a nuestra Señora de Guadalupe; y yo tomé la espada de mi negro y echéme al cuello una bota de cuero crudo en que traíamos el vino, que me cogía todos los pechos, para defensa de las saetas y me volví el manto al brazo, caído un pedazo de él; y a Miguel Juárez dije que dejase caer la capa tendida y apartada del cuerpo para que las flechas quedasen en la capa sin llegar al cuerpo.
    • c1605 Ocaña, D. Relación viaje América [1969] Pe (CDH )
      Y las saetas de los indios traen hierba, que es más fuerte que picadura de víbora, porque no duran veinticuatro horas.
    • 1607 Góngora Argote, L. Poesías 1607 [2000] Poesías Esp (CDH )
      / Esto que alcanza y sujeta / sin que alas valgan, ni pies, / no es fuerza de Amor, ni es / celeridad de saeta, / sino la virtud secreta / de la mano y del cabello, / que da al arco marfil bello, / y a la cuerda, oro subtil, / conocido del marfil / desde que ondeó en su cuello.
    • 1609 Inca Garcilaso Comentarios Reales Incas [1985] II, 170 Pe (CDH )

      El Padre Blas Valera dice de este Inca lo que se sigue, sacado a la letra, de su latín en romance: "Tópac Inca Yupanqui dijo: "Muchos dicen que el Sol vive y que es el hacedor de todas las cosas [...]. Es como una res atada, que siempre hace un mismo cerco; o es como la saeta que va donde la envían y no donde ella querría".

    • 1611 Covarrubias, S. Tesoro Cast Esp (NTLLE)
      Saeta, Latine sagitta, sagittae, genero de arma, a modo de baqueta o varilla, que se sacude del arco con el casquillo de hierro que algunas vezes vi enerbolado El seuero y riguroso Tribunal de la santa Hermandad, que castiga los delitos hechos en el campo, solia asaetear los delinquetentes viuos hasta que el Emperador Carlos en vnas Cortes que tuuo en Burgos, mando que les diessen garrote antes de tirarles las saetas.
    • a1612 Fdz Andrada, A. Epístola Fabio [1993] 83 Esp (CDH )
      Sin la templanza ¿viste tú perfecta / alguna cosa? ¡Oh muerte!, ven callada / como sueles venir en la saeta; / no en la tonante máquina preñada / de fuego y de rumor, que no es mi puerta / de doblados metales fabricada. /
    • 1612 Mira Amescua, A. Esclavo demonio [1984] Esp (CDH )
      Domingo.Desátame, señor, primero, y luego / desataréte a ti.D. Diego.¿Qué dices, necio?Domingo. Como estoy a la muerte, desvarío. / San Sebastián parezco de azabache; / quiera Dios que no lleguen las saetas.
    • c1579-a1613 Argensola, L. Rimas [1950] 168 Esp (CDH )
      / ¡O guerreros hermosos i espantables! / De fuego bibran todos gruesas lanzas, / de fuego tienden arcos i saetas, / son sus espadas pálidos cometas, / i el mismo Dios contra el linage humano / armó con rayo la terrible mano.
    • c1579-a1613 Argensola, L. Rimas [1950] 192 Esp (CDH )
      / Las fieras enemigas aquí juntas / forman una república quïeta, / mezclándose eü sus pastos i en sus juntas, / sin temer que el lebrel las acometa, / o hiera el plomo con terrible estruendo, / o con mortal silencio la saeta.
    • c1579-a1613 Argensola, L. Rimas [1950] Esp (CDH )
      Arroja la corona / del díctamo, que tanto abunda en Creta, / injusta Tesifona; / usa en las selvas la ueloz saeta; / dexa a quien más le duela / de los humanos frutos la tutela.
    • c1579-a1613 Argensola, L. Rimas [1950] Esp (CDH )
      Al hijo fuerte del mayor planeta, / que al cielo i a los dioses fué coluna, / sierpes le acometieron en la cuna / i llamas lo apuraron en Oeta; / i hasta llegar a la región quieta, / su madrastra le fué tan importuna, / que no pudo del techo vez alguna / colgar la maza en occio o la saeta.
    • 1613 Góngora Argote, L. Soledades I [1994] 325 Esp (CDH )
      / El lento escuadrón luego / alcanzan de serranos, / y disolviendo allí la compañía, / al pueblo llegan con la luz que el día / cedió al sacro volcán de errante fuego, / a la torre, de luces coronada, / que el templo ilustra, y a los aires vanos / artificiosamente da exhalada / luminosas de pólvora saetas, / purpúreos no cometas.
    • 1613 Góngora Argote, L. Soledades I [1994] 411 Esp (CDH )
      / Dos veces eran diez, y dirigidos / a dos olmos que quieren, abrazados, / ser palios verdes, ser frondosas metas, / salen cual de torcidos / arcos, o nervïosos o acerados, / con silbo igual, dos veces diez saetas.
    • 1614 Salas Barbadillo, A. J. Ingeniosa Elena [1985] Esp (CDH )
      ¿Pensáys, aunque me veys assí, que no he sido toda mi vida un ladrón vil con mal exemplo de la república y grave daño de mi alma?; pues estáys engañados. ¡Contra mí vienen bien las saetas! ¡Desnudad para mí las espadas y tiradme a mí las piedras!», * se arrojó a los pies de su contrario y, besándoselos, no solamente le pidió perdón, sino que luego, como no pareciessen, porque todo se avía perdido entre la confusión, su espada, sombrero, cuello * y ferreruelo, le llevó mano a mano por las calles de la ciudad, y comprándole todo lo que le faltava, le despachó con rostro risueño dándole muchos abraços y bendiciones.
    • 1614 Vega Carpio, F. L. Rimas sacras [2003] 466 Esp (CDH )
      / Aquí tendrás las prendas de quien fuiste / última vida y tres hermanos tales, / que este inmortal honor les viene estrecho; / y aquí, por quien España siempre triste / humedece los secos arenales / del África, tuvieras aquel pecho / por mil partes deshecho / de la saeta alarbe y fresno moro, / del valeroso joven don Gonzalo, / cuyas fortunas al valor igualo.
    • 1614 Vega Carpio, F. L. Rimas sacras [2003] 511 Esp (CDH )
      / »Herísteme, Señor, con tus saetas / y como de tu sangre están bañadas, / en el alma las tengo atravesadas».
    • 1617 Cascales, F. Tablas poéticas [1975] 100 Esp (CDH )

      En las consonantes se considera espíritu y sonido: el espíritu dize en sí estridor y rechinamiento; el sonido, sacudimiento, aspereza, retintín y bramido. La fy sson espirituosas, como se ve en silvo, sale, saeta, furibundo, furia, fiera, facundo. Y también la h, la qual casi siempre trae su decendencia de la f, como de Fernando, Hernando,de farto, harto, de fado, hado, de fambriento, hambriento.

    • c1600-1618 Belmonte Bermúdez, L. Hispálica [1974] 51 Esp (CDH )
      / También los pueblos de la Citia ruda / tiemblan y a su valor, cuya saeta, / pródiga de veneno, el color muda / y el alma arroja por el aire inquieta; / los árabes también, gente desnuda / de nuestro polo por el sol secreta, / que entre la equinoccial goza en sus llanos / y el trópico de Cancro dos veranos.
    • c1600-1618 Belmonte Bermúdez, L. Hispálica [1974] 69 Esp (CDH )
      Aquí cerró la voz la sombra inquieta / con silencio profundo, a quien Argano / por abrazar el padre el aire aprieta; / prueba tres veces, pero prueba en vano; / no de los partos la veloz saeta / que arrojan por la espalda en monte o llano / con más fuerza del arco desparece / que la temida sombra desvanece. /
    • c1618 Castro, G. Mocedades Cid [1996] Esp (CDH )
      PASTORSi es mayor el que es más alto, / yo lo soy entre estos cerros. / ¿Qué apostaremos —¡ah, perros!— / que no me alcanzáis de un salto?MORO 2º ¿Que te alcanza una saeta? PASTORSi no me escondo, sí hará. / ¡Morillos, volvé, esperá, / que el Cristiano os acometa!MORO 3ºOye, Señor, por Mahoma, / que cristianos...
    • 1625 Almansa Mendoza, A. Relación 1625 [2001] Cartas y relaciones Esp (CDH )

      Y don Jusepe Calvó, en la suya, campo de plata, una saeta de oro quebrada; y, por ser contra las leyes de armería, que no se puede poner un metal sobre otro, si no es en las armas de Jerusalén, que son la cruz de Cristo (que sólo él puede, como dueño, mezclar los metales, y signifícase en el oro de la divinidad y la plata de nuestra bajeza), y por eso perdió el premio, que era la letra aguda y enfática:

      El tiempo pudo. Yo no.

    • 1625 Almansa Mendoza, A. Relación 1625 [2001] Cartas y relaciones Esp (CDH )

      Traía en su tarjeta una vela apagada por la mano de la muerte; y Cupido, desde una esfera, por una saeta, la vida vuelta en humo, vestía de nueva luz; la letra:

      La muerte pudo apagarla, / mas de mi amor en la fe / con nueva vida se ve.
    • 1626 Almansa Mendoza, A. Relaciones 1626 [2001] Cartas y relaciones Esp (CDH )

      Luego entraron otras trompetas, de negro y oro, y pasaron ocho lacayos de lo mismo, y los padrinos con bandas negras, acompañando a don Juan de Árdena, de negro y oro. El traje, el que la gentilidad dio a sus emperadores: turbante de punta de volantes, plumas y espejuelos, máscara y paramentos del caballo negros y oro. Su tarjeta fue una vid con dos racimos de oro, y una saeta en cada uno [...].

    • 1626 Almansa Mendoza, A. Relaciones 1626 [2001] Cartas y relaciones Esp (CDH )

      Don Crisanto Sorel y don Martín Sentís: de negros indios, color negra, vestidos de justillos y largueados de plata, aljabas con saetas de plata al hombro, que aun hasta los negros entran en el imperio de Amor, y los lacayos en esa misma forma; la letra:

      Indios los vestidos son; / mas, aunque nos desnudemos, / indios también parecemos.
    • 1626 Caro, R. Días geniales [1978] Esp (CDH )
      Codicioso el mancebo y no avariento / persigue lo que espera; y si dijere / el entretenimiento suyo acaso, / lo que con dardos tira en sólo un día / lo consume con solas tres saetas; / temblaron de este joven animoso / serpiente, ciervo y jabalí brioso.
    • 1613-1626 Góngora Argote, L. Soledades II [1994] 553 Esp (CDH )
      La turba aun no del apacible lago / las orlas inquïeta, / que tímido perdona a sus cristales / el doral. Despedida no saeta / de nervios partos igualar presuma / sus puntas desiguales, / que en vano podrá pluma / vestir un leño como viste un ala. /
    • 1626 Quevedo Villegas, F. Buscón [1980] Esp (CDH )
      Comenzaba por lo ordinario: "Este atrevimiento, su mucha hermosura de v. m."; decía lo de "me abraso", trataba de penar, ofrecíame por esclavo, firmaba el corazón con la saeta... Al fin, llegamos a los túes, y yo, para alimentar más el crédito de mi calidad, salíme de casa y alquilé una mula, y arrebozado y mudando la voz, vine a la posada y pregunté por mí mismo, diciendo si vivía allí su merced del señor don Ramiro de Guzmán, señor del Valcerrado y Vellorete.
    • 1632 Vega Carpio, F. L. Dorotea [1998] Esp (CDH )

      CÉSAR¡Qué bien llamó Virgilio a la saeta volador hierro!

      LUDOVICOEra Virgilio.

      CÉSARPues con todo eso, cuando dijo líquido fuegopor puro o lúcido, dijo Macrobio que había sido atrevimiento, y le disculpa con que primero lo había dicho Lucrecio.

    • 1636 Quiñones Benavente, L. Muertos vivos [2001] Jocoseria Esp (CDH )
      Antonia¿Por qué niega su hermana a este hombre, / que llora, que gime, que quiere expirar?CosmePorque temo que en siendo cuñado / me tire saetas por la hermandad. JuanNo son todos los cuñados / como los pinta el refrán.CosmeDe parientes por tablilla / muy poquito hay que fiar.
    • 1638 Rdz Freile, J. Carnero [1997] Co (CDH )
      Un solo miedo hallo, el más alto de cuerpo, el más invencible y espantoso de todos, este es la lengua del maldiciente murmurador, que siendo aguda saeta quema con brasas de fuego la herida, y contra ella no hay reparo, no tiene su golpe defensa, ni lo pueden dar fuerzas humanas, y pues no las hay, corte el murmurador como quisiere, que él se cansará o se dormirá.
    • 1640-1642 Saavedra Fajardo, D. Empresas [1999] Esp (CDH )
      Disimuló la ofensa, y, al dar un asalto a Triana, se adelantó y peleó tan valientemente, que sacó el escudo abollado y cubierto de saetas, y, volviéndose a su émulo, que estaba en lugar seguro, dijo: ?Con razón nos quitáis el escudo de nuestro linaje, pues lo ponemos en tales peligros; vos lo merecéis mejor, que lo recatáis más.? Son muy sufridos en las calumnias los que se hallan libres dellas, y no es menor valor vencer esta pasión que al enemigo.
    • 1640-1642 Saavedra Fajardo, D. Empresas [1999] 306 Esp (CDH )

      En los palacios es más peligroso esto, porque la invidia y la competencia sobre las mercedes, los favores y la gracia del príncipe aguzan la calumnia, siendo los cortesanos semejantes a aquellas langostas del Apocalipsi con rostros de hombre y dientes de león, con que derriban las espigas del honor. A la espada aguda comparó sus lenguas el Espíritu Sancto, y también a las saetas que ocultamente hieren a los buenos.

    • 1640-1642 Saavedra Fajardo, D. Empresas [1999] 391 Esp (CDH )
      Con que la libertad en el culto, y la licencia en los vicios, perturbó la quietud pública y se perdió el valor militar, de que nacieron graves trabajos al mismo rey, a sus hijos y al reino; hasta que, domada y castigada España, reconoció sus errores y mereció los favores del cielo en aquellas pocas reliquias que retiró Pelayo a la cueva de Covadonga, en el monte Auseva, donde las saetas y dardos se volvían a los pechos de los mismos moros que los tiraban.
    • 1640-1642 Saavedra Fajardo, D. Empresas [1999] 396 Esp (CDH )

      Los grandes trabajos del rey don Alonso de Aragón se atribuyeron al castigo por haber despojado los templos. A las puertas del de San Isidro de León falleció la reina Doña Urraca, que había usurpado sus tesoros. Una saeta atravesó el brazo del rey don Sancho de Aragón, que puso la mano en las riquezas de las iglesias.

    • 1640-1642 Saavedra Fajardo, D. Empresas [1999] 402 Esp (CDH )
      En la batalla de las Navas murieron docientos mil moros, y solamente veinte y cinco de los nuestros, habiendo quedado el campo tan cubierto de lanzas y saetas, que, aunque en dos días que se detuvieron allí los vencedores usaron dellas en lugar de leña para los fuegos, no las pudieron acabar, procurándolo de propósito.
    • 1640-1642 Saavedra Fajardo, D. Empresas [1999] 405 Esp (CDH )
      Tres veces pasó por en medio dellos en la batalla de las Navas el pendón de don Rodrigo, arzobispo de Toledo, y sacó por trofeo fijas en su asta las saetas y dardos tirados de los moros.
    • 1640-1642 Saavedra Fajardo, D. Empresas [1999] Esp (CDH )
      La saeta impelida del arco, o sube o baja, sin suspenderse en el aire, semejante al tiempo presente, tan imperceptible, que se puede dudar si antes dejó de ser que llegase; o como los ángulos en el círculo, que pasa el agudo a ser obtuso sin tocar en el recto.
    • 1640-1642 Saavedra Fajardo, D. Empresas [1999] Esp (CDH )

      El primer punto de la consistencia de la saeta lo es de su declinación. Lo que más sube, más cerca está de su caída. En llegando las cosas a su último estado, han de volver a bajar sin detenerse. En los cuerpos humanos lo notó Hipócrates, los cuales, en no pudiendo mejorarse, no pueden subsistir, y es fuerza que empeoren.

    • 1640-1642 Saavedra Fajardo, D. Empresas [1999] 816 Esp (CDH )
      Porque algunos entretenimientos envilecen el ánimo y causan descrédito al príncipe, como al rey Artajerjes el hilar; a Vianto, rey de los Lidas, el pescar ranas; a Augusto el divertirse jugando con los niños a pares y nones; A Domiciano el clavar las moscas con una saeta; a Solimán el labrar agujas, y a Selín el matizar.
    • 1640-1642 Saavedra Fajardo, D. Empresas [1999] 841 Esp (CDH )

      Rompe los hielos de Suecia para que por el mar Báltico pasen aquellos osos del Norte a daño del imperio. Deshace las nieves de esguízaros y grisones, y las derrama por Alemania y Italia. Vierte las urnas del po sobre el Estado de Milán, convocando a su favor al Tibre y al Adriático. Concita las exhalaciones de África, Persia, Turquía, Tartaria y Moscovia, para que en nubes de saetas o rayos acometan a Europa.

    • 1640-1642 Saavedra Fajardo, D. Empresas [1999] Esp (CDH )

      En que se debe considerar cuáles son más comunes y generales, y si las propias del país son desiguales o no a las otras, para ejercitar las más poderosas; porque la excelencia en una especie de armas o la novedad de las inventadas de improviso, quita o da los imperios. El suyo entendieron los partos cuando se usó de las saetas. Los franceses y los septentrionales, con los hierros de las lanzas, impelidas de la velocidad de la caballería, abrieron camino a su fortuna.

    • 1640-1642 Saavedra Fajardo, D. Empresas [1999] 943 Esp (CDH )

      ¿Quién podrá, juntas las cerdas, arrancar la cola de un caballo o romper un manojo de saetas?. Y cada una de por sí no es bastante a resistir la primer violencia

    • 1644 Enríquez Gmz, A. Siglo pitagórico [1991] 358 Esp (CDH )
      Pero ¿no habéis visto que, siendo en ligereza una saeta disparada del arco, un rayo abortado de la nube, una exhalación volante, un relámpago ardiente, cuando entra en el mar del oceano no tan solamente pierde el brío, la soberbia, el señorío y potestad que tenía con los humildes, pero ni aun queda memoria de su nombre en los marítimos rumbos?
    • 1597-1645 Quevedo Villegas, F. Poesías [1969-1971] Esp (CDH )
      ¿Ves la greña que viste, por muceta, / erizada, y la sima en donde embosca / armas por dientes? ¿Que la cola enrosca, / y en cada uña alista una saeta? / ¿Que el bramido le sirve de trompeta, / y que la zarpa desanuda tosca? / Pues todo lo ocasiona aquella mosca, / y un átomo importuno le inquïeta.
    • 1597-1645 Quevedo Villegas, F. Poesías [1969-1971] I, 558 Esp (CDH )
      ¡Qué de veces tus ojos, / de tanta voluntad dueños injustos, / me trujeron enojos * / y me robaron gustos, / trayendo con sus rayos / al alma julios y a la orilla mayos! / Flacas van mis manadas, / que sienten el dolor que tú no sientes; / buscando van cansadas: * / buscan agua en las fuentes, / sin ver que están secretas / agua en mis ojos, yerba en tus saetas. * /
    • 1597-1645 Quevedo Villegas, F. Poesías [1969-1971] Esp (CDH )
      Si el cuerpo reluciente que en Oeta / se desnudó, en ceniza desatado / Hércules, y de celos fulminado / (ansí lo quiso Amor), murió cometa, / le volviera a habitar aquella inquieta / alma, que dejó el mundo descansado / de monstros y portentos, y el osado / brazo armaran la clava y la saeta, / sólo en mi corazón hallara fieras, / que todos sus trabajos renovaran, / leones y centauros y quimeras.
    • 1597-1645 Quevedo Villegas, F. Poesías [1969-1971] II, 246 Esp (CDH )
      Si la luz trujo arrastrando, / como otros suelen la soga, / tras Dafne el Sol, cuadrillero / con más saetas que joyas; / si la corrió como liebre, / y se corrió como zorra / de que la dijese: "Aguarda", / y no la dijese: "Toma"; / y si en competencia tuya / era Dafne carantoña, / ninfa que los escabeches / y las aceitunas ronda, / siendo tú el sol, ¡con cuál ansia * / volaré yo cuando corras, / pues con las alas del viento / pensaré que llevo cormas! /
    • 1597-1645 Quevedo Villegas, F. Poesías [1969-1971] Esp (CDH )
      Con plumas de las saetas / de esa hermosura y rigor, / tengo hechas y deshechas / las alas del corazón. / Daros lástima quisiera; / dineros, señora, no; / que, aunque son pocos, las ganas / de dároslos menos son. /
    • 1597-1645 Quevedo Villegas, F. Poesías [1969-1971] Esp (CDH )
      Al Prado vais, la mi yegua; / la mi yegua, al Prado vais, / más larga que un dadivoso, / más delgada que un torzal. / Los que allá os vieren con yerba, / por saeta os juzgarán, / viéndoos delgada y derecha / y puntiaguda de atrás. / No hay albéitar que averigüe / por vuestros dientes la edad; / y es cierto que sólo os faltan / los dos ojos por cerrar. /
    • 1597-1645 Quevedo Villegas, F. Poesías [1969-1971] III, 75 Esp (CDH )
      / ¿Salomón no fue discreto? / ¿No fue el sabio que más nombran? / ¡Cuál le pusieron el alma / las muchachas de Sidonia! / ¡Cómo arrastraron su seso, / cómo pisaron sus obras / la hija de Faraón / y las extranjeras todas! / Allá en la gentilidad, / las ninfas metamorfosias / ¿no hicieron bajar los dioses / a sacar agua en las norias? / El Sol andaba tras Dafne, / con la luz en las alforjas, / en forma de cuadrillero, / con más saetas que joyas.
    • 1646 Anónimo Estebanillo González [1990] I, 78 Esp (CDH )
      Empezó el tal animal a dar brincos y saltos la vuelta de la villa, partiendo el amo más ligero que un viento en su alcance, dando muestras de quererlo coger; y yo con más velocidad que una despedida saeta fui en seguimiento del amo, por cobrar mi real de a ocho.
    • c1635-c1651 Cáncer Velasco, J. Dama poeta [2005] 204 Obras varias Esp (CDH )
      En éste mi pobre cuerpo / anda todo trastocado, / mis cejas son dos saetas / y mis piernas son dos arcos. / Y ya que os pinté la parte / material del cuerpo basto, / vamos a mis calidades / y a mis cantidades vamos. / Hasta unas medias se estiende / todo lo que yo regalo, / que en la música de amor / no llevo más que los bajos. /
    • 1651 Gracián, B. Criticón 1.ª parte [1993] Esp (CDH )
      ¿No reparaste en aquella estrellita, que hace punto en la gran plana del cielo, objeto de los imanes, blanco de sus saetas? Allí el compás de nuestra atención fija la una punta y con la otra va midiendo los círculos, que va dando en vueltas, aunque de ordinario rodando, nuestra vida.
    • 1651 Gracián, B. Criticón 1.ª parte [1993] Esp (CDH )

      — Ahí verás que no paran hasta sacarme los ojos, a pesar de mi buena vista, que siempre la suelo tener buena, y, si no, díganlo mis saetas; han dado en decir que soy ciego. ¿Hay tal testimonio? ¿Hay tal disparate? Y me pintan muy vendado: no sólo los Apeles, que eso es pintar como querer, y los Poetas, que por obligación mienten y por regla fingen, pero que los Sabios y los Filósofos estén en esta vulgaridad, no lo puedo sufrir.

    • 1619-1652 Soto Rojas, P. Los fragmentos de Adonis [1993] 208 Esp (CDH )
      / Y así sale veloz, como saeta; / mas cuando llega y la manzana toma, / la halla muy pesada, / que está de mi potencia preparada; / ya soltarla quisiera, / porque su astuto litigante muera, / pero el pomo lustroso / se hace en blandas manos pegajoso.
    • 1654 Moreto, A. Desdén [1978] 212 Esp (CDH )
      "Cintia el mandamiento quinto * / quebró en mí, como saeta; / Cintia es la que a mí me aprieta, / y yo soy de Cintia el cinto. / Cintia y cinta no es distinto; / y pues Cintia es semejante / a cinta, soy fino amante, / pues traigo cinta en la liga.
    • 1656 Serna, J. Tratado supersticiones México [2003] Mx (CDH )
      [...] el salió del exercito con occassion de algun negocio, que se le auia offrecido, y á la primera ave, que encontró, que era la que el agorero aguardava para su pronostico, desembrazó de su arco vna zaeta, y matola, y muerta la trujo á el campo haziendo mucho escarnio, y risa [...].
    • 1663 Carvajal Saavedra, M. Navidades [1993] 239 Esp (CDH )
      / Los ríos, que del yelo en las prisiones / ni murmurar pudieron, ni quejarse, / con prisa, ya cristales, ya vellones, / pretenden a sí mismos alcanzarse; / no suele tan veloz en las regiones / tártaras la saeta acelerarse, / como camina rota la cadena / el agua libre sobre blanca Parena.
    • 1683 Gámez, A. Discvrso filosofico medico p. 25 Esp (BD)
      […] y aunque este Cavallero podrá dezir ser tambien mal hecha la sangria en esta ocasion, porque retira la sangre al centro de la circunferencia, region donde la naturaleza se mueue para arrojar las viruelas. Sucede en este remedio lo que en la dosposicion del arco para disparar la saeta; pues para que esta se encamine con mayor impulso, se retira la cuerda á la parte contraria del arco, region por donde despues se ha de encaminar aquella, retirando la sangre al centro; esto es, menguando la exuperante quantidad, impele la naturaleza á la que es menos con mayor violencia á la parte contraria, ó circunferencia donde arroja las viruelas.
    • 1703 Garau, F. Sabio instruido [2003] 373 Esp (CDH )
      Si el alma es la que siente las eridas de la lengua maldiciente; porque es tan penetrante saeta, en manos de un brazo robusto, que penetra el mismo espíritu: es lengua de fuego del infierno, que abrasa, y consume, aun las almas.
    • 1703 Garau, F. Sabio instruido [2003] 256 Esp (CDH )
      Pero toman los que impenitentes se obstinan, que en verdad, que sino se convierten, empuñará su espada: ya flechó su arco, y le armó de saetas contra ellos: llenóle de vasos de ira, y de muerte: y para los que arden en concupiscencia, o venganzas, izo de fuego sus flechas, templólas, y encendiólas en el mismo fuego en que arden, para que del fuego en que quieren arder lacivos, o vengativos, passen sin remedio a otro fuego, que nunca se apague.
    • 1703 Garau, F. Sabio instruido [2003] Esp (CDH )

      Y de que nace el temor santo Rey? Quoniam sagittae tuae infixae sunt mihi; porque están fijas en mi corazón sus saetas. Pues si os tiene ya traspassado con sus flechas, que os queda ya que temer? Todo su furor, y sus iras. Y essas flechas que son? misericordias, piedades, y dulzuras adorables de amor; que sanan, no matan; y son mas medicina, que llaga.

    • 1703 Garau, F. Sabio instruido [2003] Esp (CDH )

      Lengua, el alma siente las eridas de la mala lengua, que como saeta penetra asta el espíritu, siendo como lengua del fuego del infierno.

    • 1710 Montenegro, P. Materia médica [1942-1944] Ar (CDH )
      Dicese tambien, que en Candia las Cabras monteces que son los Gamos, y lo mismo los Siervos heridos de los Vallesteros, que con las saetas y arpones incados, que comiendo el Dictamo las arrojan de si, y presto sanan. La verdad sabelo Dios: lo cierto es, que aplicado á las heridas, asi el blanco como el negro las cura, y prohive de corrupcion, sacando á fuera toda cosa extraña á las veinte y cuatro horas.
    • 1723 Oviedo Baños, J. HConquista Venezuela [2002] Ve (CDH )
      [...] pero como los indios eran muchos y repetían sin cessar el continuo disparo de sus flechas, no pudieron mantener por largo tiempo el combate, porque cubiertos de saetas los escudos y escaulpiles, sin que tuviessen parte desembarazada que pudiesse servir de blanco a nuevos tiros, les fue preciso retirarse al abrigo de vn peñón que estaba en el camino, para a su sombra assegurar siquiera las espaldas, donde, aunque los indios bolvieron a embestirles, pudieron con algún desahogo defenderse, peleando con valor, hasta que dio treguas la noche [...].
    • 1723 Oviedo Baños, J. HConquista Venezuela [2002] 233 Ve (CDH )
      [...] que fue para los compañeros más sensible quando poco después de sucedida alcançaron a ver que los indios en la playa, o por vengança, o por escarnio, empalando aquellos nobles cadáveres, y suspendiéndolos en alto, tenían por entretenimiento hazerlos blanco de sus crueles saetas [...].
    • 1723 Oviedo Baños, J. HConquista Venezuela [2002] 253 Ve (CDH )
      [...] ¡fatal descuido, que le costó la vida!, pues calando la flecha a el arco, vno de aquellos bárbaros disparó con tal destreza que lo dexó herido de muerte, atravesándole el costado; pero inflamados con la saeta los últimos alientos de su brío, terciando la lança al brazo y haciendo piernas al cavallo, acometió furioso a su homicida, derrivándole muerto al primer golpe [...].
    • 1723 Oviedo Baños, J. HConquista Venezuela [2002] 278 Ve (CDH )
      [...] pero descubiertos por los nuestros fue tal su obstinación que, sin quererse rendir aunque les asseguraban las vidas, se valieron de las flechas, disparando desde arriba quantas traían en la aljaba, con ánimo tan sobervio y corazón tan protervo que aviéndoseles acabado todas las que tenían, se arrancaban del cuerpo con desesperación las saetas que los indios de el servicio les tiraban desde abaxo, y armándolas en los arcos, con los pedazos de carne asydos en los harpones, las bolvían a disparar contra sus dueños [...].
    • 1723 Oviedo Baños, J. HConquista Venezuela [2002] 322 Ve (CDH )
      [...] Tamanaco, que oculto entre sus matas con los más esforçados gandules de su séquito esperaba solo la ocasión de manifestar su bizarría a impulsos de su valor, salió de repente con sus tropas a embarazarle el passo a Pedro Alonso, y travada con esfuerço de ambas partes la batalla, entre el acometer de las espadas y silvar de las saetas, encendido el corage en vnos y otros, no avía tiro que no anunciasse vna muerte, ni golpe, que no causasse vn estrago, quedando muerto Tapia a los primeros enristres, partido el corazón con vna flecha.
    • 1723 Oviedo Baños, J. HConquista Venezuela [2002] Ve (CDH )
      [...] pero ellos, con la mejor forma que pudieron prevenir al vso de su milicia, formaron dos frente a su campo, para recibir con igualdad el acometimiento de los nuestros, y poblando vnos el ayre de saetas, mientras otros con el restallar de las hondas al disparo de las piedras llenaban de estruendo la campaña [...].
    • 1723 Oviedo Baños, J. HConquista Venezuela [2002] Ve (CDH )
      Iban los delanteros junto a Cobos, Christóbal Mexía de Ávila y Hernando Tello, y como en la destreza con que jugaban las lanças reconocieron los indios los más evidentes anuncios de su ruina, bueltos a vna contra ellos, los marcaron por blanco fixo al tiro de sus saetas de suerte que, no pudiendo resistir los sayos de arma el agudo penetrar de tanta flecha como descargaron sobre los dos ginetes [...].
    • 1727-1728 Torres Villarroel, D. Visiones [1991] Esp (CDH )

      — ¿Ves ese hombre que parece que no tiene aliento para hacer mal a un pollo? Pues más muertes tiene hechas que los pepinos, las saetas y los doctores; porque es hurón de héticos, corredor de moribundos y tunante de apestados.

    • 1733 Feijoo, B. J. Theatro crítico universal, V [2003] XXXI Esp (CDH )
      [...] como las saetas disparadas contra una estatua de bronce, más mal se hacen a sí mismas que a la estatua.
    • 1737 Mayans Siscar, G. Orígenes [1984] Esp (CDH )

      G, quitada del medio

      A cigno, cisne; a digno, dino; a frigore, frío; frigo, verbo, frío; fugio, huyo; grex, gregis, gregi, grei; lex, legis, legi, lei; rex, regis, regi, rei; legalis, leal; magnes, imán; a magistro, maestro; a pigmento, pimiento; a Pelagio, Pelayo; regina, reina; sagitta, saeta; tingo, tiño; vagina, vaina.

    • 1737 Mayans Siscar, G. Orígenes [1984] Esp (CDH )

      I, mudada en E

      Ab Ibero, Ebro; ille, el; imperator, emperador; in, en; inserere, engerir; insinuare, enseñar; intendere, entender; inter, entre; intrare, entrar; invidia, embidia; a stricto, estrecho; ab abiete, abeto; bibere, bever; a bitumene, betún; cardinalis, cardenal; carina, carena; cervisia, cervesa; cinis, ceniza; circa, cerca; a circo, cerco; cista, cesta[...] plicare, plegar; rigare, regar; sagita, saeta; a signo, seña; singuli, sendos; timere, temer; vitta, venda.

    • 1739 RAE DiccAutoridades (NTLLE)
      Saeta. s. f. Hasta delgada, larga como de dos tercias, con una punta de hierro al extremo anterior, y una lengüeta, y á la parte posterior tiene unas plumas cortas, para que vaya derecha quando se dispara del arco
    • 1738-1752 Torres Villarroel, D. Anatomía visible e invisible [1794] 103 Esp (CDH )
      Recopilemos otra vez, porque no se olvide, las partes mas exteriores, ó continentes de la cabeza: de modo, que lo primero que se ve, es la cutícula ó pellejo falso; debaxo de este está la pelleja, ó cuero verdadero; á este se sigue la gordura; despues la membrana carnosa; á este se sigue el pericráneo, y últimamente el cráneo, cascos ó calavera. Las comisuras toman el nombre de los cascos vecinos; y así la primera comisura, que atraviesa desde una sien á otra, se llama coronal. La segunda que divide el hueso occipital de los parietales por la parte posterior, se llama occipital. La tercera que corre por lo alto de la cabeza, desde la comisura coronal á la occipital, por quanto forma una figura de saeta, se llama sagital.
    • 1737-a1754 Luzán, I. Poética [1977] Esp (CDH )
      Sabía, por ejemplo, el P. Ceva que los arcos, las saetas, las espadas, los venenos y las bombas fueron invenciones de los hombres; pero, su feliz fantasía le sugirió un origen más grande, más maravilloso y no inverisímil.
    • 1737-a1754 Luzán, I. Poética [1977] 270 Esp (CDH )

      Imaginó, pues, que en el ejército infernal que marchaba por los campos de Asiria, iba cubriendo la retaguardia uno de los caudillos llamado Dramelech, inventor de los arcos y saetas, seguido de un escuadrón de espíritus inventores de otros abominables instrumentos de muerte [...].

    • 1760 Aguirre, J. B. Exequias Juan Nieto Polo del Águila 197 Letras Audiencia Quito (Período Jesuítico) Ecuador (CDH )
      El odio de los malos, la murmuración de los protervos, el peligro de ser infamado como inflexible, revoltoso, turbulento, perturbador de la común tranquilidad y paz, eran saetas que despedazaban sus puntas, sin penetrar jamás aquel magnánimo corazón, poseído enteramente del amor a la rectitud y a la justicia — Facies leonis, facies leonis.
    • a1765 Jesús Herrera, C. Secretos Letras Audiencia Quito (Período Jesuítico) Ec (CDH )

      Hinquéme de rodillas, a esperar el primero y demás golpes. Que ya deseaba mi alma padecer aquellos dolores por amor de Cristo nuestro bien. Llegáronse todos ellos alrededor, y no quedó uno que no me metiese una saeta en la cabeza, y cuando yo esperaba con deseo dolor, cada saeta que me metían era un flujo de amor de Dios, enardeciéndome en una alta contemplación que me parecía no podía caber ya más amor en tan corto sujeto. Yo me disponía a recibir dolores, y recibía, en vez de dolor, amor y gozo y unión con el amado, metida en aquella inmensidad divina.

    • 1785 Anónimo Pepín [1932] Tonadillas teatrales Esp (CDH )
      / Tiranilla, tirana pulida, / mi consuelo, mi vida y mi amor, / me embelesas, me miras y echas / de tus ojos tan dulces saetas, / que penetran hasta el corazón.
    • a1786 Aguirre, J. B. Suma poética [1963] 236 Ec (CDH )
      Venus, por que más prolijas / dudosas ansias no duren / ya le incita a que brioso / dorado engaño asegunde. / Tira otra vez; y a la ninfa / de nuevo el curso interrumpe, / —volando con alas de oro— / segundo luciente embuste. / Coge el globo, y sin que el vuelo / vulto alterado demude / a ventajas temerosas / —saeta— se restituye. /
    • c1786 Chantre Herrera, J. HMisiones Marañón [1901] Ec (CDH )
      Viene á ser el Pongo un canal ó estrecho como de 50 varas de ancho y tres leguas de largo, por donde corren las aguas con una precipitación tan grande, que pasan las canoas sin remos, como si fueran saetas, y es necesaria mucha destreza y prontitud para evitar con varas largas el choque de los peñascos con cuyo golpe se hicieran pedazos.
    • c1786 Chantre Herrera, J. HMisiones Marañón [1901] Ec (CDH )
      Es tanta la actividad de este veneno, que untada la punta de la saeta con sólo un adarme de la confección reciente, mata á una gallina en un minuto si llega á tocar su sangre.
    • c1786 Chantre Herrera, J. HMisiones Marañón [1901] Ec (CDH )
      El P. Xavier Veigel, en una historia manuscrita de varias cosas de Mainas, asegura que una saeta untada de catorce meses con este veneno, mató á presencia suya en medio cuarto de hora una gallina.
    • c1786 Chantre Herrera, J. HMisiones Marañón [1901] Ec (CDH )
      Aunque este género de veneno parece inficionar en un momento la sangre del ave que muere tocada de él; mas la caza se come sin peligro, apartando, como sucede á las veces, con el tenedor la punta de la saeta que viene en el plato, y comiendo lo demás.
    • c1786 Chantre Herrera, J. HMisiones Marañón [1901] Ec (CDH )
      Porque cogiendo la estolita con la mano derecha y fijando la flecha con palito y arpón en el diente de arriba, arrojan la saeta con increíble fuerza, y con tanto tino, que rara es la vez que no hacen tiro seguro á cincuenta ó sesenta pasos.
    • c1786 Chantre Herrera, J. HMisiones Marañón [1901] Ec (CDH )
      Su cuerpo, forma y aire es como de una mula; es, ligerísima en zabullirse en el agua, y como es anfibia corre por el monte, pero con tanta ligereza, que penetra por lo más enmarañado de él como una saeta, sin que se la pueda, no digo dar alcance, pero ni aun apuntar con arpón ó flecha.
    • c1786 Chantre Herrera, J. HMisiones Marañón [1901] Ec (CDH )
      Los hombres hacen cerbatanas muy pulidas y apreciadas entre las demás naciones, así por su belleza como por la ventaja grande del instrumento para la caza. Porque como hiere la flecha ó saeta sin ruido alguno y con solo el soplo del que la despide, derriba fácilmente el indio con la cerbatana toda una bandada de pavas asentada en un árbol, apuntando primero á una y después á otra hasta acabar con todas.
    • c1786 Chantre Herrera, J. HMisiones Marañón [1901] Ec (CDH )

      No bastaba una lluvia de saetas que zumbasen por sus oídos para hacerle detener, hasta que se lo impidiese alguna herida grave.

    • 1791 Jovellanos, G. M. Diario 1791 [1994] VI, 172 Diario Esp (CDH )
      El tiento y la compasión con que un ángel muchacho saca una saeta clavada en la parte inferior del pecho del santo están expresadas con la verdad más exactas.
    • 1792 Bolaños, J. Portentosa vida [1992] 208 Mx (CDH )
      ¡Ah, y quién pudiera penetrar tu corazón con las mismas saetas con que Dios ha herido el mío! Acabemos pues amigo, de darle a Dios lo que es suyo, démosle al cielo este día tan alegre que aguardan con regocijo los ángeles.
    • 1792 Bolaños, J. Portentosa vida [1992] Mx (CDH )
      Aquí entran ya en cuidado los familiares, y llenos de la mayor tristeza, cabisbaxos y pensativos, se retiran a los rincones de la casa y se dexan percebir de quando en quando algunos suspiros, que cada uno de ellos es una saeta que le hiere en lo más vivo al pobre paciente.
    • 1803 García, J. J./ Martel, M. Discursos predicables Gerónimo Bautista Lanuza, IV p. 221 Esp (BD)
      La fábula debe declarar la verdad con una ficcion deleitable y ordenada. Fingieron los poetas que el sol se habia hecho cazador, y se le representaba baxo del simbolo del sabio y gallardo jóven llamado Febo ó Apolo. La caza que pretendia era de las bellas ninfas que andaban por los montes y las selvas: y las saetas de que se valía y arrojaba eran rayos resplandecientes y clarísimos.
    • 1804 Blanco White, J. M. Partida Elisa [1994] 174 Poesías Esp (CDH )
      / ¿A dónde iré yo ahora a consolarme, / Pues así tú pudiste abandonarme? / ¿En qué mi humilde obsequio te ha ofendido? / ¿Tan mal, hermosa Elisa, te he servido? / La fúnebre saeta de mi muerte / Sería para mí más tolerable / Que el dolor implacable / Que en tu partida siento aborrecible / Y ora mi corazón sufre sensible.
    • c1798-1809 Álvz Cienfuegos, N. Poesías [1980] 171 Esp (CDH )
      / ¿Qué son ahora los primeros días, / la edad primera de la tierra? ¿en dónde / las que fueron después hoy hallaremos? / ¿Sesostris dónde está? ¿dónde el gran Ciro? / ¿Babilonia y Semíramis? pasaron / cortando el tiempo, cual veloz saeta / que el aire hiende sin que rastro alguno / deje de su pasar.
    • c1789-p1810 Marchena, J. Poesías [1892] 48 Esp (CDH )
      Seamos amigos, vuelvo á repetirlo, / De la santa amistad, y de las ciencias / Al sagrario acogidos, los profanos / Asestarán en balde sus saetas / Contra nosotros. Ora, la balanza, / Y el compás de Neutón en nuestra mano / Teniendo, aquel cometa seguiremos / En su alongada elipse. Ora á Saturno, / Y á Júpiter pesando las distancias / De Marte á nuestra tierra mediremos, / Ó bien por el calor de nuestro globo / Su edad sabremos.
    • c1789-p1810 Marchena, J. Poesías [1892] Esp (CDH )
      Cuando cien lanzas blandeó Briareo, / De Encélado la mano poderosa, / Arranca sierras y montañas lanza / Contra el sagrado cielo, y ni el tremendo / Rayo que Jove por los aires vibra / No le amedrenta, ni el feroz bramido / Del Noto por Eolo desatado, / Ni las olas que heridas del tridente / De Neptuno las tierras anegaban; / Nó el reluciente casco de Mavorte, / No le asustan de Apolo las saetas; / De Apolo que á la sierpe en otro tiempo / Traspasó el cuerpo duro con mil flechas, / Y en angustia rabiosa exhaló el alma / En negra podre y en veneno envuelta. /
    • c1789-p1810 Marchena, J. Poesías [1892] 120 Esp (CDH )
      Tres, días duró el convite; vino el cuarto, / Y mi Argón y Cormalo combatieron. / ¿Mas quién pudo igualarse en el combate / Á Argón? Cedió Cormalo; mas su orgullo / Llenó su pecho de furiosa rabia, / Y meditó en secreto dar la muerte / Á mis dos hijos. Juntos las colinas / Del Runa recorrían persiguiendo / Las ciervas; la saeta de Cormalo / Sin ser vista voló; mi Argón, mi Ruro / Cayeron ¡ay! bañados en su sangre. /
    • 1799-1815 Conde de Noroña Poesías [1871] Esp (CDH )
      Lísis, que así le mira, / Se acerca de improviso, / Le torna las saetas / Y el arco vengativo; / Menea la cabeza, / Mofándole infinito; / Mas él dice sereno, / Con un blando sonriso: / «— ¿Por qué tomas mis armas, / Si tus ojos divinos / Son dardos, que atraviesan / Mucho más que los mios?
    • 1799-1815 Conde de Noroña Poesías [1871] Esp (CDH )
      Cuando en infausto día / El hombre abrió la caja de Pandora, / Así cual se desvia / Del arco la saeta voladora, / Se esparcieron los males / Para afligir á todos los mortales. / Entónces de los dientes, / Por el gran hijo de Agenor sembrados, / Salieron combatientes / Sobre la haz de la tierra denodados, / Y en sangre la bañaron, / Que de sus propias venas derramaron. /
    • 1799-1815 Conde de Noroña Poesías [1871] 445 Esp (CDH )
      No gama, herida de mortal saeta, / Huye de los sabuesos / Por los collados ásperos y espesos, / Del más pequeño ruido tan inquieta, / Que á todas partes gira, / Y en cada paso ya su muerte mira, / Como el contrario á la fragosa cumbre / Se acoge desmayado / Al verse delibero destrozado / A pesar de su inmensa muchedumbre; / Y su furia atrevida / En polvo, en humo, en nada convertida. /
    • 1799-1815 Conde de Noroña Poesías [1871] Esp (CDH )
      Apercibe Barzú los diez jinetes, / Y lleno de ira, cual leon hambriento, / Sale osado, y la túnica radiante / Se viste, y ciñe el tahalí dorado; / Coloca el casco griego en su cabeza, / Y las saetas de la aljaba extrae: / Ya sobre el lomo del caballo salta, / Ya se mueve y enhiesta como un monte, / Ya, cual nube de invierno; se apresura, / Alta la asta y espada diamantina.
    • 1799-1815 Conde de Noroña Poesías [1871] Esp (CDH )
      Si una noche en tu pecho reposára, / El alto empíreo con mi sien tocára, / Rompiera al Sagitario sus saetas, / La corona á la luna arrebatára, / Me subiera veloz al nono cielo, / Y el orbe con soberbio pié pisára.
    • 1815 Quintana, M. J. A Dafne [1969] 340 Poesías Esp (CDH )
      Los ojos que destinados / al Dios de amor fueron antes, / para que en vez de saetas / los corazones flechase, / a esa homicida se dieron / negros, bellos, centellantes, / a convertir en cenizas / cuanto con ellos alcance. /
    • 1819 Glz Carvajal, T. J. Trad Salmos, I [1819] 60 Esp (CDH )
      Ya de sus radiantes / Ojos las rutilantes / Nubes veo salir, y caen de ellas / Granizos y centellas. / Truena el Señor desde los altos cielos: / Suenan, y rompen los etéreos velos / Las voces del Altísimo, y con ellas / Granizos y centellas. / Estas son las saetas que dispara, / Y los pone en huida. / Multiplica sus rayos, y prepara / Con ellos la caida / De la rebelde turba; / Y así la desordena y la conturba / Al verte, ó Dios, entonces tan severo, / Del miedo de tu ira / Temblar se vieron uno y otro polo [...]. /
    • c1790-a1820 Arjona, M. M. Poesías [1871] Poesías Esp (CDH )
      Ocio á los dioses en el ancho Egeo / Pide el piloto cuando negras nubes / Cubren la luna, y las estrellas vibran / Luces dudosas. / Ocio la Tracia, enfurecida en guerras; / Ocio los Modos, en saetas claros, / Que ni las perlas, ni el purpúreo manto / Compra, ni el oro. / No la riqueza ni el líctor del cónsul / Del alma apartan los tumultos tristes, / Ni los cuidados que el dorado techo / Cruzan errantes. /
    • c1790-a1820 Arjona, M. M. Poesías [1871] 533 Poesías Esp (CDH )
      Y tú ignorado pasas / Entre el vulgo, que necio / A un magnate señala / Con respetoso dedo. / ¿Por qué acusais, mortales, / De vuestro mal al cielo, / Si de vuestras saetas / Armais al hado adverso? / Mirais al que os consuela / Con desdeñoso ceño, / Y adorais los autores / De vuestro vilipendio.
    • 1834 Larra, M. J. Doncel [2003] Esp (CDH )
      Aguijoneaba, además, a la infeliz condesa la saeta de los celos; en varias ocasiones había sorprendido al conde de Cangas en conquista o persecución de algunas bellezas, y aun una de las que había considerado siempre como primer objeto de sus obsequios era aquella misma Elvira en quien tenía puesta toda su confianza [...].
    • 1834 Larra, M. J. Doncel [2003] Esp (CDH )

      — ¡Hacernos reír, Jaime! Maldecida sea mi loca pasión. ¡Sí, dices bien! Yo le hice risible. ¿Yo? ¿Yo pago de ese modo su cariño, su amor, su condescendencia? ¿En qué era, pues, risible? ¿En amarme? Saetas eran sus palabras para mí. ¿Por qué ha de ser risible, Jaime? Porque tiene una esposa infiel, que olvidada de su deber, ha dejado crecer en su pérfido corazón un amor odioso.

    • 1834 Larra, M. J. Doncel [2003] Esp (CDH )

      Retrocedió éste gritando «¡Traición! ¡Traición!» y disparó su ballesta; recibió Hernando la saeta en el brazo izquierdo; pero no haciendo más caso de ella que de la picadura de un insecto, levantó su mano de hierro, y asiendo del centinela por la garganta, alzóle del suelo, diole dos vueltas en el aire con la misma facilidad y desembarazo que da vueltas un muchacho a su honda, y despidiólo contra la pared del corredor [...].

    • 1834 Larra, M. J. Doncel [2003] Esp (CDH )
      Arrancóse en seguida la saeta del brazo Hernando, y pasándola por los talones del vencido, colgólo en la pared de una fuerte escarpia que servía para suspender de noche una lámpara, donde le dejó cabeza abajo en la misma forma que hubiera hecho con un venado.
    • a1840 Blanco White, J. M. Soliloquio Hamlet [1994] Poesías Esp (CDH )
      / ¿Cuál es más noble? ¿Presentar el pecho / De la airada fortuna a las saetas, / O tomar armas contra un mar de azares / Y acabar de una vez? Morir... dormirse... / Nada más... y escapar con sólo un sueño / A este dolor del alma, al choque eterno / Que es la herencia del hombre en esta vida... / ¿Hay más que apetecer? Morir... dormirse... / ¡Dormir! Tal vez soñar... Ahí está el daño.
    • 1844 Gil Carrasco, E. Señor Bembibre [1989] Esp (CDH )
      Por fin las trompetas de los sitiadores dieron la última señal a la cual los añafiles y clarines de los Templarios respondieron con agudas y resonantes notas como de reto, y los cuerpos destinados al asalto se pusieron en movimiento rápidamente, precedidos de un cordón de ballesteros que despedían una nube de saetas, y sostenidos por otros muchos que desde las quiebras y malezas los ayudaban poderosamente.
    • 1844 Gil Carrasco, E. Señor Bembibre [1989] Esp (CDH )
      Deplorable era la situación de cuantos se encontraban debajo de aquel techo, señalado por blanco a las saetas invisibles de la muerte, pero la de don Alonso era más desastrada que la de ninguno, peor aun que la del mismo don Álvaro.
    • 1847 Estébanez Calderón, S. Escenas andaluzas [1985] Esp (CDH )
      El del corbatín bajo la vista, como quien conoce el tiro no oblicuo de la saeta, y trató de volver a su plática con la zagala, la que, sin duda, advirtiendo en aquel punto que hubiera sido galantería de molde el que la rosa se la presentara conquistada en la rifa el mismo que por tanto tiempo gozó de sus palabras, no emprendió el segundo coloquio sino con la tibieza que vosotras mismas, candidísimas y no malignas lectoras, usaríais en aquel trance...
    • 1847 Estébanez Calderón, S. Escenas andaluzas [1985] Esp (CDH )

      — Capita, Capita —le dije, interrumpiéndole—; no te me vayas por esos trigos de Dios; amaina, amaina de tu taravilla y cíñete a lo que es justo y, razonable. No queremos filosofías ni sutilezas, y sí sólo deprender de ti las posturas, aposturas y composturas que tiene la capa.

      — Pues ahí voy derecho como saeta —repuso nuestro catedrático—; pero tratándose de una materia tan alta y ardua, tan peregrina y extraña, puesto que no sé haberse escrito de ella tratado ni manual alguno, no ha sido fuera de propósito, antes de entrarme en harina, encabezar mi relación con algo de introito y de antezaguán; pero, puesto que tales preliminares no petan ni parecen bien, allá los echo, y entro en materia.

    • 1850 Coronado, C. Jarilla [2001] Esp (CDH )

      Irritado don Juan no menos que su favorito, quiso vengar el desacato de los rebeldes, y se dispuso a combatir, aunque empezaba a cerrar la noche. Román fue el primero que avanzó ciego de cólera, y el mismo que despreciando las saetas rompió por entre las lanzas que coronaban la villa. Los sitiados fingieron retroceder, y luego echándose de repente sobre Román y sus gentes los hicieron pedazos.

    • 1874 Valera, J. Pepita Jiménez [1997] Esp (CDH )

      Mientras aquí permanezca, combatiré con valor. Combatiré con Dios, para vencerle por el amor y el rendimiento. Mis clamores llegarán a Él como inflamadas saetas, y derribarán el escudo con que se defiende y oculta a los ojos de mi alma. Yo pelearé, como Israel, en el silencio de la noche, y Dios me llagará en el muslo y me quebrantará en ese combate, para que yo sea vencedor siendo vencido.

    • 1879 León Mera, J. Cumandá [1998] Ec (CDH )
      Vuelve la maza de Yahuarmaqui a desviar los arcos, y las saetas pasan silbando y como una exhalación, rasando la cabeza de la heroína y llevándose algunas hebras de cabello enredadas entre las plumas.
    • 1880-1882 Montalvo, J. Catilinarias [1985] Ec (CDH )
      ¿Cuál es el sacerdote de poco tiento que se da por herido de mis saetas? ¿hay alguno? ¿grita por ahí caído en tierra? Ese es el malo, el hipócrita, el impío. Oh tú, varón excelso, enviado de Su Santidad Apostólica, excelentísimo señor delegado a látere: tú que has venido a llamar conspiradores infames a los amigos de la libertad; enemigos del bien a los defensores del pueblo; perversos y malvados a los que se exponen al sacrificio de la cruz bandera alzada contra crímenes y vicios; tú, mal hombre y peor sacerdote, tú, Mario Mocenni, tú estás herido: esos borbollones de sangre pútrida acreditan en ti el corazón negro con el cual te has enamorado del más feo de los nacidos, el ladrón de honras y haciendas, el castrador de agente, el matador a obscuras.
    • 1839-1882 Villaverde, C. Cecilia Valdés [1992] Cu (CDH )
      Apenas se cruzaron sus miradas, aquel prototipo de la dulce y tierna amiga se transformó en una verdadera arpía, lanzándola una palabra, un solo epíteto, pero tan indecente y sucio que la hirió como una saeta y la obligó a esconder la cara en el rincón del carruaje.
    • 1884 Pz Galdós, B. Bringas [1994] Esp (CDH )

      Se fue trinando, y al poco rato recibió Rosalía el papel que esperaba con tanta ansia. «Abulta poco», pensó con el alma en un hilo, metiéndose en el Camónpara abrir el sobre a solas, pues andaba por allí Cándida con cada ojo como una saeta. «Abulta poco —repitió, sacando del sobre un papel—; aquí no viene nada.»Y en efecto, no era más que una carta, escrita con la limpia y correcta letra del director de Hacienda.

    • 1888 Acevedo Díaz, E. Ismael [1991] Ur (CDH )
      Al pie de negros arrayanes solía agitarse algo de invisible y temeroso que el jinete ahuyentaba a su paso, lanzando un agudo silbido; el coatí se escurría gruñendo, el hurón volvíase a su cueva diligente, y el lagarto se deslizaba entre las yerbas con la rapidez de una saeta.
    • 1894 Zeno Gandía, M. Charca [2002] PR (CDH )

      Era aún de noche y los conductores caminaban silenciosos. Como la temperatura les hinchaba el cuerpo con saetas de fría humedad, encogíanse sobre las albardas, dejando que las mulas sin jinete caminaran delante.

    • 1902 Azorín Voluntad [1989] 212 Esp (CDH )

      Nuestra misma vida no es más que "un breve día"comparable al heno, á la mañana verde, seco á la tarde. ¡Oh, muerte—dice al final el autor en hermosísima frase—; ven callada como sueles venir en la saeta!

    • 1902 Díaz Rdz, M. Sangre Patricia [1925] 39 Ve (CDH )

      Por todo el ámbito del país rondaba siempre la revolución, como hostigada fiera en la noche. De cuando en cuando aparecía y desaparecía, para más tarde aparecer y desaparecer de nuevo, semejante á la fiebre anunciadora del mal clavado como una saeta en las vísceras profundas. Ella, por sí sola, no era el mal, sino un síntoma del mal

    • 1902 Díaz Rdz, M. Sangre Patricia [1925] 121 Ve (CDH )
      ¿Por qué, en lo más vano y ligero, como el sonido ó la palabra, el artista halla de súbito insondables minas de oro? ¿Por qué la obra suele surgir de una vez, acabada y perfecta, como una planta que no se detuvo en su estado de germen, sino fué derechamente á la flor, volando en la saeta del tallo?
    • 1895-1902 Unamuno, M. Casticismo [1991] 133 Esp (CDH )
      El símbolo religioso italiano son los estigmas de Francisco, señales de crucifixión por redimir a sus prójimos; el castellano, la transverberación del corazón de Teresa, la saeta del Esposo con que se solazaba a solas. Aquí era todo comentar el Cantar de los Cantares intelectualizado; allí pasaban del Evangelio al Apocalipsis; el uno es de sumisión y fe sobre todo; el otro, sobre todo de pobreza y libertad; regular y eclesiástico el uno; secular y laico el otro.
    • 1904 Blest Gana, A. Transplantados [1904] Ch (CDH )
      Rosa le asestaba una de esas miradas de mujer celosa que parecen atravesar, como saeta acerada, hasta el corazón que quieren partir.
    • 1904 Blest Gana, A. Transplantados [1904] II, 470 Ch (CDH )
      Una desazón de amor empezaba á hacerle sentir, al través de sus meditaciones, la inquietud precursora de su fuego. La noble actitud de la mujer en defensa de los fueros de su corazón, le aparecía ahora revestida de la gracia subyugante de su encanto femenil. Analizando esa impresión retrospectiva, el mozo sentía un placer desconocido en filosofar sobre ella. «¿Qué actitud del esbelto talle; qué inflexión de la voz armoniosa; qué reflejo de la mirada; qué sombra de indignación en el rostro; qué sonrisa de altanero desdén en los labios, había dejado su huella de saeta inflamada en su corazón durante aquel penoso momento de la enconosa disputa?» Imposible saberlo.
    • 1906 Lugones, L. Caballos [1988] Cuentos Ar (CDH )

      El sol declinaba ya, cuando se produjo la primera carga. No fue, si se permite la frase, más que una demostración, pues los animales limitáronse a pasar corriendo frente a la fortaleza. En cambio, quedaron acribillados por las saetas de los defensores.

    • 1907 Agustini, D. LBlanco [1993] 126 Poesías Ur (CDH )
      / — ¿Qué buscas? — Tus rimas, / Verás cual se alegran! / Darélas sonrisas, / Y flores, y perlas! / Entre finos pajes / Y suaves duquesas, / Y blancas pelucas / De antiguas princesas; / Risas, jugueteos, / Estallar de flores! / Luchas perfumadas! / Lluvias de colores! / / Saltando en los labios / De extraña careta, / El chiste que punza / Como una saeta! / Jugando en el baile / El pie de satín, / Lloviznen los labios / Perlado reír! / Hervor de champaña, / Chocar de cristales, / Crujidos de sedas / Y risas triunfales.
    • 1907 Lillo, B. Sub Sole [2001] Ch (CDH )

      Aunque la oscuridad era profunda, conoció que se encontraba sumergida en una masa de agua más densa que la del arroyo y en la cual ascendía como una burbuja de aire. Una claridad tenue que venía de lo alto y que aumentaba por instantes, iba disipando paulatinamente las sombras. Subía con la rapidez de una saeta. Y antes de que pudiera observar algo de lo que pasaba a su alrededor, se encontró otra vez bajo el cielo iluminado por el sol.

    • 1907 Rubén Darío Canto errante [1977] Ni (CDH )
      Este gran don Ramón del Valle-Inclán me inquieta, / y a través del zodíaco de mis versos actuales / se me esfuma en radiosas visiones de poeta, / o se me rompe en un fracaso de cristales. / Yo le he visto arrancarse del pecho la saeta / que le lanzan los siete pecados capitales.
    • 1908 Orrego Luco, L. Casa grande [2013] Ch (BD)
      Los demás, con la alegría ligera de los veinte años, hicieron coro a Magda, y luego, inconscientemente, unos por decir una gracia, otros celebrándola, pusieron a Manuelita de oro y azul. No juzgaban, ni ellos ni ellas, que tan ligeras bromas, lanzadas como zaetas y por vía de diversión social, decidían el porvenir de una niña, formando en torno suyo esa atmósfera levemente ridícula y desprestigiadora que aleja los pretendientes y mata, sin sangre, destruyendo tantas y tantas esperanzas legítimas.
    • 1909 Anónimo Biblia Reina-Valera [2002] Esp (CDH )
      Cuando arrojare yo sobre ellos las perniciosas saetas del hambre, que serán para destrucción, las cuales enviaré para destruiros, entonces aumentaré el hambre sobre vosotros, y quebrantaré entre vosotros el arrimo del pan.
    • 1910 Garrido Atienza, M. Capitulaciones Granada [1910] 302 Esp (CDH )
      (En esta Columna, que está de enmedio se sigue el signo rodado, el qual es un quadrado en campo de color como de fuego, en cuyos ángulos tiene dos coyundas doradas, con cuerdas assi mismo doradas, y dos hazes de saetas doradas, unidas por enmedio con cuerdas doradas, cada qual á su ángulo. Luego se sigue un círculo más ancho, cuyo campo es dorado, en el qual están estas letras de color azul: El Marqués Don Diego Lopes Pacheco, Mayordomo mayor del Rey et de la Reyna, confirma.
    • 1914 Espina, C. Esfinge [1914] Esp (CDH )

      — ¿Qué?

      — ¿Ya "se marchó"?

      La alusión, tácita y dulce, vibró con estremecimiento de saeta.

      — Sí; ya irá por el camino —dijo Florinda amargamente.

      Sus palabras rodaron en un eco profundo, como si dilatasen los horizontes del viajero en infinita peregrinación.

    • 1914 Ortega Gasset, J. Meditaciones Quijote [1990] Esp (CDH )

      El predominio de los sentidos arguye de ordinario falta de potencias interiores. ¿Qué es meditar comparado al ver? Apenas herida la retina por la saeta forastera acude allí nuestra íntima, personal energía y detiene la irrupción. La impresión es filiada, sometida a civilidad, pensada—y de este modo entra a cooperar en el edificio de nuestra personalidad.

    • 1914 Ortega Gasset, J. Meditaciones Quijote [1990] Esp (CDH )
      Yo me declaro del linaje de esos / Que de lo oscuro hacia lo claro aspiran.Y a la hora de morir, en la plenitud de un día, cara a la primavera inminente, lanza en un clamor postrero un último deseo —la última saeta del viejo arquero ejemplar: ¡Luz, más luz!
    • 1916 Ambrogi, A. LTrópico II [1916] ES (CDH )
      El Ocaso esplende como una fragua. Un sol completamente esférico, congestionado, va hundiéndose con toda solemnidad. Los celajes resuman sangre, una sangre luminosa como la del Santo Grial. Hay unos estratos que se amontonan, para luego ir alargándose hasta tomar la configuración tortuosa de un rampante dragón chinesco. Un aislado rayo de sol, como una saeta, alcanza a clavarse en un charco y en la superficie del agua mansa, riela, escamoso, el reflejo.
    • 1918 Glz Prada, M. Trozos vida [2002] 109 Pe (CDH )
      ¡Brevedad de la existencia! / Huyen horas, días y años, / como arroyos de la cumbre, / como saetas del arco. / Afanémonos hoy día / por amar y ser amados... / Mañana el sol y la luna / nos buscaron sin hallarnos. / Huye rápida la vida, / y el instante que se va / se va dejando un consejo: / «Apresúrate a gozar». / Bien el sabio lo decía: / «Vete a dividir tu pan / con la esposa o la manceba; / no te importe lo demás». /
    • 1919 Arguedas, A. Raza [1988] Bo (CDH )
      Alzaron todos la mirada al cielo, y vieron que un águila hendía el aire espacio arriba, escalando el cielo con fuertes aletazos, cual una saeta de nieve lanzada por vigoroso brazo, perseguida por una bandada de halcones que le atajaban el espacio mordiéndola en el pecho, implacable y feroz.
    • 1924 Rivera, J. E. Vorágine [1995] Co (CDH )

      ¿Por dónde escapar, a dónde acudir? Mujeres y chicuelos, desorbitados por un refugio, daban con la pandilla, que los abaleaba *antes de llegar. «¡Viva el coronel Funes! ¡Abajo los impuestos! ¡Viva el comercio libre!»

      Como una saeta, como una ráfaga, empezó a correr una voz: «¡A la casa del Coronel! ¡A la casa del Coronel!»Mientras tanto, en el puerto lóbrego tableteaba el motor de la Yasaná. «¡A dejar el pueblo! ¡A embarcarse! ¡A la casa del Coronel!»

    • 1926 Andrenio (Eduardo Gómez de Barquero) De Gallardo a Unamuno [1926] Esp (CDH )

      En un pasaje del Ideariumse proclama partidario de las que llama ideas redondas o de paz, frente a las ideas picudas o de lucha; mas a pesar de ello, basta leer con mediana atención el Ideariumpara advertir cuánto abundan en él las ideas picudas. Vale más en esta alegoría de las ideas el destino de la saeta que el de la pelota. Las ideas y los pensamientos que se expresaron en el homenaje tenían vuelo de saetas.

    • 1927 Arévalo Mtz, R. Rosas Engaddi [1927] 153 Gu (CDH )
      Pero teniendo encima cenizas calcinadas, / quedaron en las tierras unas divinas rosas / que acaso ante los ojos parecen apagadas, / mas si las toca el viento se vuelven luminosas. / Mas tú, oh noble España, oh madre muy amada, / porque mejor ardiste, tú no conservas nada. / Mas te quedó la frase como saeta hundida / que continuó vibrando sobre la carne herida. / Castelar, Pí y Margall, Cánovas del Castillo... / ¡Cómo, España, peroras mientras tu vida dura! / Y hablas y en tus palabras hay el celeste brillo / y esa elocuencia extraña que da la calentura. /
    • 1930 Florit, E. Trópico [1985] Cu (CDH )
      MAR, con el oro metido / por decorar tus arenas; / ilusión de ser apenas / por dardos estremecido. / Viven en cálido nido / aves de tu luz, inquietas / por un juego de saetas / ilusionadas de cielo, / profundas en el desvelo / de llevar muertes secretas.
    • 1930 Ortega Gasset, J. Rebelión masas [2003] Esp (CDH )

      El deseo tan lentamente gestado, y que en el siglo XIX parece al cabo realizarse, es lo que, resumiendo, se denominó a sí mismo «cultura moderna». Ya el nombre es inquietante: ¡que un tiempo se llame a sí mismo «moderno», es decir, último, definitivo, frente al cual todos los demás son puros pretéritos, modestas preparaciones y aspiraciones hacia él! ¡Saetas sin brío que fallan el blanco!.

    • 1935 Loynaz, D. M. Jardín [1992] 276 Cu (CDH )

      Habló de ellos de manera familiar y ligera; sus conocimientos en esta materia superaban con mucho a los de él y trató de hacérselo notar... ¡No era ella absolutamente ignorante!... He aquí a San Damián con su casulla de esmalte y su sonrisa bienaventurada... ¿Y no es aquél San Sebastián, el hermoso guerrero que amara la romana altiva, Fabiola, la de los ungüentos preciosos, la de las trenzas arrolladas a manera de tiara? Sí, es él mismo, es su mismo cuerpo joven, desangrado, donde tiemblan aún las últimas saetas...

    • 1937 Pellicer, C. Tilatongo [2002] 204 Antología Mx (CDH )
      Semejando tejas de oro / que en lluvias oblicuas bajan, / cual si derrumbara el techo / de finas tejas de lámina / que brillan en ondas, brillan / degolladoras y rápidas, / el Sol ardiendo en pelea / sus fuegos de fuego lanza. / Y el joven a todo instante / sus flechas al Sol encaja. / Y eso que ven los astrónomos / alrededor de su masa / cuando la luna lo eclipsa / —joya digna y joya falsa— / son las saetas que el joven / clavó al borde de su cara. / Todo el día, todo el aire, / duró la limpia batalla. /
    • 1938 Mistral, G. Tala [1996] Ch (CDH )
      Yo voy y vengo por la casa / y parece que no la viera / y que tampoco ella me viese, / Santa Lucía blanca y ciega. / Pero la Santa de la sal, / que nos conforta y nos penetra, / con la mirada enjuta y blanca, / alancea, mira y gobierna / a la mujer de la congoja / y a lo tendido de la cena. / De la mesa viene a mi pecho; / va de mi cuarto a la despensa, / con ligereza de vilano / y brillos rotos de Saeta. /
    • 1938 Mistral, G. Tala [1996] Ch (CDH )
      Resbalaste de los llanos / hacia los valles urgidos, / escapabas y volvías / como el Señor Jesucristo. / Cuando fue el atravesar / los límites indecisos, / se quejaron las aguadas / y los alerces benditos; / Hasta que no regresaste / en tu equinoccio sabido / tragado de soledades / y peladeros andinos. / El aire preguntó al aire, / la llanura viuda, al risco, / y las liebres demandaron / a los tres vientos ladinos... / En nuestra luz se borraron / unos cuellos y belfillos, / y la Pampa se bebió / la saeta de tus ritmos.
    • 1941 Alegría, C. Mundo [1978] 199 Pe (CDH )

      La oscuridad no impedía saber que la pampa entera se estaba inundando, que por las faldas bajaban torrentes violentos que amenazaban las chacras y que el ganado padecía temblando al pie de las rocas, presa como nunca de la nostalgia de la querencia. Los rayos continuaban lanzando sus esplendentes y trágicas saetas y los truenos parecían martillar los cerros haciéndolos saltar en pedazos.

    • 1941 Alegría, C. Mundo [1978] Pe (CDH )
      Raíces se retuercen y por fin se clavan como saetas en la tierra, surgen tallos impetuosos y fuertes, el follaje se extiende negando el sol secador, las flores copulan derramando una intensa fragancia y maduran los frutos —las chirimoyas relucientes— en una pesada oscilación de gravidez.
    • 1942 Baquero, G. Saúl [1995] 65 Cu (CDH )
      Jabes la que él salvara inaugura el incendio de sus cenizas / Jabes ciudad tejida por la espada y el fuego / Ciudad donde la muerte ordena sus legiones / Donde el dolor habita el sitio de las rosas / Donde Saúl un día nació para la lumbre / Golpeando con su pecho el rostro de la luna cuajado de saetas /
    • 1924-1945 Mistral, G. Ternura [1996] Ch (CDH )
      ¡Ea, ceiba, ea, ea!Árbol-ceiba no ha nacido / y la damos por eterna, / indios quitos no la plantan / y los ríos no la riegan. / Tuerce y tuerce contra el cielo / veinte cobras verdaderas, / y al pasar por ella el viento / canta toda como Débora. / ¡Ea, ceiba, ea, ea!No la alcanzan los ganados / ni le llega la saeta. / Miedo de ella tiene el hacha / y las llamas no la queman. / En sus gajos, de repente, / se arrebata y se ensangrienta / y después su santa leche / cae en cuajos y guedejas. /
    • 1947 Yáñez, A. Filo Agua [1992] Mx (CDH )
      [...] mundo y lenguaje de los deseos cotidianos, hasta entonces oscuros, de pronto iluminados con magnificencia por el concierto de instrumentos y voces, por las voces que hacían volar palabras de amor y de melancolía, palabras corrientes que alcanzaban en el vuelo la expresión de lo inefable, transfiguradas, como cohetes de luces, mundo y lenguaje de los deseos, liberados por primera vez en la noche del pueblo, en la noche gratamente sobrecogida, transverberada con saetas vibrantes, luego hechas arrullos en los ámbitos de soledad, estremecidos [...].
    • 1930-1948 Asturias, M. Á. Leyendas Guatemala [1977] Gu (CDH )

      Tortuga barbada¡Detrás de las rejas de sus pestañas vela el amor! ¡Humo de cola de estrellas! ¡Langosta con saeta que ilumina el cielo! ¡No me deis la sabiduría sino el hechizo! ¡No el sueño, sino lo que resulta de su movimiento!

      TortugasNo me deis el amor, sino el hechizo! ¡No el sueño, sino lo que resulta de su movimiento!

    • 1950 Alonso, D. Poesía española [1993] Esp (CDH )
      Se ha escrito pensando en el lector ya iluminado por el conocimiento intuitivo de la poesía, en ese hombre a quien la poesía le ha abierto ya las hondas cámaras de una segunda vida, en ese hombre que lleva clavada en el flanco la saeta que no perdona (piaga per allentar d'arco non sana), estigmatizado y, en cierto modo, divinizado por leves, aéreas presencias que se cuajan en torno de él como un ámbito, vida abierta ya siempre a dimensiones irreales.
    • 1950 Alonso, D. Poesía española [1993] 281 Esp (CDH )
      En los dos primeros ejemplos, presura silbadora de la saeta o de los frescos vientos de la llanura; en el último, siseo evocador del silencio, el sosiego y el reposo. Es que, si lo consideramos bien, la aliteración en un verdadero poeta no es un artificio nunca, sino un fenómeno intuitivo, profundamente ligado a la entraña de la creación.
    • 1950 Alonso, D. Poesía española [1993] Esp (CDH )
      La saeta puede herir limpiamente, o puede entrar desgarrando. Quevedo introduce la palabra extrapoética no sólo porque es expresiva, sino porque la misma violencia, el mismo rompimiento originado por su entrada, resulta más expresivo aún.
    • 1950 Alonso, D. Poesía española [1993] Esp (CDH )

      El problema de los métodos científicos para el conocimiento de lo literario está en pie: el castillo no ha sido ganado. Hemos girado en torno a él, hemos reconocido sus muros, sus rondas, sus arrabales. Sólo la intuición, sólo las saetas silbadoras salvan los muros y llegan hasta la interior morada. Allí reina la luz.

    • 1949-1952 Borges, J. L. Aleph [1986] Ar (CDH )

      A dos generaciones de distancia, la ese italiana y la copiosa gesticulación italiana sobreviven en él. Su actividad mental es continua, apasionada, versátil y del todo insignificante. Abunda en inservibles analogías y en ociosos escrúpulos. Tiene (como Beatriz) grandes y afiladas manos hermosas. Durante algunos meses padeció la obsesión de Paul Fort, menos por sus baladas que por la idea de una gloria intachable. «Es el Príncipe de los poetas de Francia», repetía con fatuidad. «En vano te revolverás contra él; no lo alcanzará, no, la más inficionada de tus saetas

    • 1953 Carpentier, A. Pasos [1985] 230 Cu (CDH )
      Pero fray Pedro me corta la palabra con tono abrupto: «Para hablar de los malos, hay que saber de los otros.» Y comienza a contarme de gente para mí desconocida; de padres despedazados por los indios del Marañón; de un beato Diego bárbaramente torturado por el último Inca; de un Juan de Lizardi, traspasado por las saetas paraguayas, y de cuarenta frailes degollados por un pirata hereje, a quien la Doctora de Ávila, en extática visión, viera llegar al cielo, a paso de carga, asustando a los ángeles con sus terribles caras de santos.
    • 1956 Pellicer, C. Otros sonetos [2002] 147 Antología Mx (CDH )
      Si todo lo que dicen que he mirado / fuera de oro tocante a la Belleza, / yo tendría grabado en mi corteza / las cicatrices de lo bien sangrado. / Tengo todo en los ojos olvidado, / la mirada frutal doy con rareza: / miro hacia afuera con rica pobreza / con el ojo saeta del venado. / Si alguna vez puedo tener mirada / la pulcritud antigua de la rosa / en la humedad más óptica habitada, / la forma le daría a cada cosa / tan verdadera cuanto así encantada: / mirar, saber mirar, y ser la rosa. /
    • 1957 Laín Entralgo, P. Espera [1984] Esp (CDH )

      Volvamos a nuestro problema: la estructura antropológica de la pregunta. Una pregunta es perfectamente equiparable al disparo de una saeta. Aquello que preguntamos es la saeta misma; la cuerda elástica que la impulsa, el radical e inexorable ímpetu de futurición que late y opera en el fondo de nuestra existencia; el arco en que la cuerda se apoya, las creencias que dan a nuestro existir su fundamento inmediato y le abren a la realidad [...].

    • 1958 Arguedas, J. M. Ríos Profundos [1986] Pe (CDH )

      Su nuevo amigo Gerardo se convirtió en un héroe recién llegado. Superó a todos, aun a Romero, en salto triple y con garrocha. Destrozó a sus contendores de box. Jugaba de forward centro, como una anguila y una saeta. Sólo en las carreras de velocidad no pudo con Romero, y en el salto largo con impulso. "Romero, ¡tú eres grande!", le dijo, delante de todos, en el patio interior.

    • 1958 Fuentes, C. Región [1968] Mx (CDH )
      [...] los domingos en Morelia: dulces y calandrias, y hombres a caballo; iglesias hermosas de atrios abiertos como saetas entre el verdor del cielo de hojas; todos juntos a colocar un retablo pintado por el hijo mayor, que ya trabajaba en Morelia como carpintero, al altar del santo predilecto [...].
    • 1961 Asturias, M. Á. Alhajadito [1977] Gu (CDH )

      Los pobres dejan escapar el dinero como los jugadores malafortunados. Hicimos mucha caridad y se dieron, además, corona de espinas y clavos de oro al Cristo de la parroquia; puñales de plata a la Dolorosa, espadas de bronce dorado a San Miguel Arcángel y saetas de níquel a San Sebastián.

    • 1962 Carpentier, A. Siglo luces [1979] 164 Cu (CDH )

      "Maravilla pensar —dijo Brottier después de un silencio— que los negros de Haití se negaron a aceptar la guillotina. Sonthonax sólo pudo alzarla una vez. Los negros acudieron en masa para ver cómo con ella se decapitaba a un hombre. Entendido su mecanismo se arrojaron todos sobre la máquina enfurecidos, y la hicieron pedazos". El Abate había disparado la saeta, sabiendo dónde habría de herir. "¿Hubo que mostrar una gran severidad para restablecer el orden en la Guadalupe?", preguntó Billaud, quien debía estar más que enterado de lo ocurrido allá.

    • 1962 Fuentes, C. Muerte Artemio Cruz [1962] Mx (CDH )
      Y arriba, atrás —ahora se dejó llevar por la corriente, como una saeta— estaba esa casa a la que nunca, en trece años, había entrado, con ese hombre sólo visto de lejos y esa mujer a la que solamente conocía de nombre.
    • 1966 Delibes, M. Mario [1996] Esp (CDH )
      Don de Yavé son los hijos: es merced suya el fruto del vientre. Lo que las saetas en la mano del guerrero, eso son los hijos de la flor de los años. ¡Bienaventurados los que de ellos tienen llena su aljaba! ¡Qué bonito! Pero luego la que andaba todo el día de Dios como un zarandillo era yo.
    • 1972 García Hortelano, J. Mary Tribune [1999] Esp (CDH )

      — Yo, puedo asegurarlo durante horas, hace años que no me río.

      — ...estoy leyendo un libro que explica cómo el abominable asesino William Shakespeare empezó con esa broma de los insomnios.

      — Se trataba, Bert, cielo —rectificó José María—, de un poeta que vosotros no habéis leído y que sabía como nadie volver la barca contra las saetas.
    • 1972 García Hortelano, J. Mary Tribune [1999] Esp (CDH )
      La primera saeta golpeó de plano contra la madera.

      — No valía. Era de prueba.

      — Tramposo —Bert, en posición de alanceamiento, me miró—. ¿Te atreves a participar?

    • 1972 García Hortelano, J. Mary Tribune [1999] Esp (CDH )

      — Bueno, no te vayas —dijo Carlos, cuando con la satinada sabiduría del reptil, huía yo.

      Saludé con un gesto al muchacho, que había mascullado en mí honor, y me guarecí junto a Pablo.

      — ¿Te has ganado la cena? —susurré.

      — Dos —dijo, entregándome una de las saetas, al separarse del coche—. ¿Aún no has empezado a beber?

      Carlos bajaba los escalones y el hombre, entre Bert y Sagrario, parecía más compacto, con una desmañada seguridad, que me permitió verlo dentro del «600»por una carretera oscura, relajado o acaso impaciente, hermético.

    • 1972 García Hortelano, J. Mary Tribune [1999] Esp (CDH )

      A la luz de los faros, la saeta no tenía plumas, sino unas guías trapezoidales de plástico color naranja, para patentizar una vez más que no veía yo lo que veía. Sagrario les deseó un buen viaje estentóreo. El coche retrocedió, se encauzó por el sendero, apareció la verja y salió, tomando la curva sin detenerse.

    • 1972 Torrente Ballester, G. Saga/Fuga [1995] 528 Esp (CDH )
      Cuando, a la noche, salí de mi refugio y examiné los cadáveres, no aparecía un muerto de espada o de saeta, si no era el santo abad, con la cabeza partida de un hachazo. A los demás, la muerte les había llegado a casco de caballo. ¡Qué tranquila y hermosa caminaba la luna aquella noche de sangre!
    • 1972 Torrente Ballester, G. Saga/Fuga [1995] Esp (CDH )

      ¿De dónde había sacado Bastida aquella voz rugosa, de qué cantera montaraz las piedras ásperas que arrojaba? ¿Y aquellas vibraciones como acompañamiento que hacían sonoras las consonantes sordas, que hacían temblar las vocales como saetas disparadas, que hacían de cada sílaba una bala perforante? El propio don Acisclo las oía silbar, escuchaba su paso haciéndole la silueta, contemplaba su brillo rápido como si fueran cuchillos que le clavasen al respaldo del sillón.

    • 1972 Torrente Ballester, G. Saga/Fuga [1995] Esp (CDH )

      Alzó una mano y la dejó caer, detenida en su camino por la interrogación siguiente, que pisaba los talones a las otras:

      Badere búa dontilia con denbis?Volvió a levantar la mano, aunque ahora la contraria, pero Bastida la derribó con otra piedra, otra saeta, otro cuchillo: Doksbriscam tam dodum dontium eslientian / bederi yonkutarionem duam con dibes?
    • 1972 Torrente Ballester, G. Saga/Fuga [1995] 652 Esp (CDH )
      Hablándose y, sin embargo, ignorándose, hablándose con palabras que no podían trasponer el tiempo, rectificar lo hecho. «¡Sólo yo voy a ser el victorioso!», pensó Jacinto. Sólo él no conjugaría por pasiva, sino por activa; aunque quizá el final fuese lo mismo. Una saeta temblorosa, casi sin fuerza, cayó en las piedras de la terraza. «Me venía destinada», dijo don Jerónimo; y Jacinto le respondió: «Y, ¿por qué no a mí?». «Porque tú no perteneces al tiempo de las saetas.» «Mirándolo de esa manera, claro. Pero también podríamos pensar que, al entrar tú en mi tiempo, me dejas en el tuyo un sitio para mí.»
    • 1972 Torrente Ballester, G. Saga/Fuga [1995] 504 Esp (CDH )
      Pero, ya ves, el alba te hace traición, y escapa; / en las aguas del río la calandria sospecha, / planea y cae; el óxido muerde los intersticios / y el albatros, tranquilo, se remonta a la espuma. / Procedamos con método, ya te lo dije antes, / no sea que la brisa se lleve los sumandos. / Batallas, alcancías, guardarropas, cohetes, / soldados de madera que cuentan y disparan / y saetas que traen mensajes de amargura: / yo no sé si decirlo, yo no sé si callarlo. / Tu nombre viene escrito en letras de almanaque / y una fecha pregona la señal de tu muerte. /
    • 1983 Ribeyro, J. R. Geniecillos [1983] Pe (CDH )
      Aún vivía un ensueño aeropanorámico y le parecía precipitarse a un abismo mientras en su caída se aferraba a lentas saetas que atravesaban el aire, saetas que eran al mismo tiempo sólidas palabras, tan bien escalonadas que, cuando una se le escabullía, encontraba siempre otra al alcance de su mano: Vivar, Iquitos, Ladrón, Cerdo, Imbécil.
    • 1984 Prensa El País, 01/12/1984 [1984] Esp (CDH )
      Y habla sólo cuando le propongo conversar sobre Las palabras y las cosas. Le gusta el juego. Yo le pronuncio, una a una, un rosario de palabras, las que se leen cada día en los periódicos, las que usamos todos. Las palabras más gastadas de la vida. Y Sciascia hace de cada una como una instantánea fotográfica. A veces responde sin pensar, como lanzando una saeta. Otras sonríe y repite dos o tres veces la palabra, como hablando consigo mismo.
    • 1985 Borges, J. L. Conjurados [1985] Ar (CDH )
      Cercado estoy por la mitología. / Nada puedo. Virgilio me ha hechizado. / Virgilio y el latín. Hice que cada / estrofa fuera un arduo laberinto / de entretejidas voces, un recinto / vedado al vulgo, que es apenas, nada. / Veo en el tiempo que huye una saeta / rígida y un cristal en la corriente / y perlas en la lágrima doliente. / Tal es mi extraño oficio de poeta. / ¿Qué me importan las befas o el renombre? / Troqué en oro el cabello, que está vivo. / ¿Quién me dirá si en el secreto archivo / de Dios están las letras de mi nombre? /
    • 1985 Cardoza Aragón, L. Guatemala [1985] Gu (CDH )

      [...] en los díaspróximos a la Nochebuena, los mercados se animan tradicionalmente. Aparecen enseres y materiales para los "nacimientos"y altares de Navidad. Son muy variados y pintorescos. Puestos de arena blanca, piedra pómez, guijarros, chayes de colores quemados, caracoles, musgos, paxte, helechos de todas clases, pacaya en hoja, pie de gallo, flores de pascua, saetas de manzanilla y de pino, estrellas de cartón, farolitos, verrotería importada, escarcha.

    • 1985 Cardoza Aragón, L. Guatemala [1985] Gu (CDH )

      Entonces, se me aproxima y abdica de ser estatua, no obstante su llanto de lágrimas geométricas. No ve mecánicamente, como aparato registrador, frío y preciso, cumpliendo una tarea en la soledad de la celda. Ve con el alma, con el ojo, vivo cristal blando mojado por la luz, en donde más viva está la vida y más inasible y cautiva; inmóvil manantial de saetas sobre el cuerpo opaco, alumbrando los sótanos, cazando meteoros y pájaros, para que los huesos los conozcan.

    • 1985 García Márquez, G. Amor [1987] Co (CDH )
      Hubiera querido encontrar una réplica con la rapidez y el instinto de una saeta, pero lo venció el peso de la edad: nunca se había sentido tan agotado con una conversación tan breve, le dolía el corazón, y cada golpe repercutía con una resonancia metálica en sus arterias.
    • 1985 Sampedro, J. L. Sonrisa etrusca [1995] 346 Esp (CDH )

      Desde otra ventana invisible salta al aire una saeta de luz. El viejo deja de cantar y estalla en júbilo:

      — ¡Un cohete!... ¡Es Ambrosio, le vuelven loco los cohetes!... ¡Es Ambrosio, Roccasera es nuestro!

    • 1987 Agromayor, L. Fiestas [1987] Esp (CDH )
      La Giralda iluminada, blanca y transparente, enhiesta en la noche oscura, convertida en una saeta de piedra. La luz fría y azulenca de las murallas del Alcázar, ante las que desfilan los encapuchados dejando dos roderas de cera sobre el asfalto. Las músicas fúnebres y solemnes para los Cristos, más alegres y marchosas para las Vírgenes. El vaivén de los costaleros, meciendo, casi bailando, las imágenes al compás de las músicas. Los «pasos» difíciles: calles angostas, ángulos, recodos, puertas estrechas. «El Cachorro» levantando murmullos de inquietud entre las multitudes por temor a que la lluvia, que dulcemente empieza a caer, pueda mojarle.
    • 1987 Velasco Piña, A. Regina [1992] México (CDH )

      El director de la prisión abrió un cajón de su escritorio y extrajo un sobre. Clavando la mirada en el rostro de la joven para percatarse de su reacción, el funcionario dejó correr en la pulida superficie del escritorio el contenido del sobre: un puñado de diamantes despidieron al instante incontables saetas luminosas.

    • 1989 Sepúlveda, L. Viejo [1996] Ch (CDH )

      La escuchó alejarse, y ayudado por el machete levantó un poco la canoa, el espacio suficiente para verla, a unos cien metros, lamiéndose la pata herida.

      Entonces, recargó el arma y con un movimiento dio vuelta a la canoa.

      Al incorporarse, la herida le produjo un dolor enorme, y el animal, sorprendido, se tendió sobre las piedras calculando el ataque.

      — Aquí estoy. Terminemos este maldito juego de una vez por todas.

      Se escuchó gritando con una voz desconocida, y sin estar seguro de haberlo hecho en shuar o en castellano, la vio correr por la playa como una saeta moteada, sin hacer caso de la pata herida.

      El viejo se hincó, y el animal, unos cinco metros antes del choque, dio el prodigioso salto mostrando las garras y los colmillos.

      Una fuerza desconocida le obligó a esperar a que la hembra alcanzara la cumbre de su vuelo. Entonces apretó los gatillos y el animal se detuvo en el aire, quebró el cuerpo a un costado y cayó pesadamente con el pecho abierto por la doble perdigonada.

    • 1991 Quintero, E. Danza jaguar [1991] 277 Ve (CDH )
      Helena de Abidján, malinesa de facciones árabes, vendedora de amuletos en un bazar. Salió a explorar hacia las proximidades del barco, en busca de algún tesoro, peces dorados o un diminuto caracol. Y ahora la veo, encaramada en el lomo de aquel fósil paleolítico, agitando las piernas y balanceando los brazos, arqueando la espalda y estremeciéndose toda en un frenético vaivén, como si un demonio del mar se ocultara bajo su piel. Una ráfaga de sangre sacude mi cuerpo, y mi pene se levanta apuntando al cenit. Cierro los ojos y aguardo, pues sé que la bailarina ha olisqueado en el aire el aroma de mi deseo. Se zambulle y nada bajo el agua semejante a una saeta de coral.
    • 1991 Quintero, E. Danza jaguar [1991] Venezuela (CDH )
      Saetas que viajan a la velocidad de la luz; llovizna de centellas cayendo sobre una manada de caballos que galopan despavoridos en una llanura requemada, allá en la frontera occidental de mi país. Chubascos de verano. Aguaceros en las proximidades del corazón. Pífanos, truenos, fanfarrias, carcajadas. Una cajita repleta de grillos, las voces de mis amigos muertos y el silbido del viento entre los escombros de una ciudad bombardeada.
    • 1992 Roa Bastos, A. Vigilia Almirante [1992] Py (CDH )

      El fuego está en todas partes. Como cocinero en un barco negrero de Guinea he visto salir fuego del estómago de ciertos pájaros al abrirlos en canal. Y esos que están volando hacia atrás sobre el mar de Sargazos despiden una fina estela de humo tornasolado que sale por sus picos mientras reculan velozmente a la vez luminosos y oscuros. Un arco de saetas que vuelven a la cuerda del arco que las disparó.

    • 1992 Roa Bastos, A. Vigilia Almirante [1992] Py (CDH )
      Hay también en Oriente la liana, llamada milhombre, de cuyo cocimiento se saca el remedio infalible contra las saetas pallidas de la sífilis, del sida, ese flagelo virídeo traído por los Templarios.
    • 1992 Roa Bastos, A. Vigilia Almirante [1992] Py (CDH )

      Sus azagayas son unas varas de caña sin puntas de fierro e sólo traen en su lugar un diente de jabalí o espinas de pesçes o la aguja que la raya gigante lleva como aguijón mortal en la cola. Lo mismo las flechas. Sus contaras y ranuras están adornadas de plumas de papagayos de brillantes colores. Bueno oviera sido que tovieran las puntas de oro, e ansi poderlas recoger cuantas tirasen los gentiles arqueros.

      Al arrojarlas al aire por demostración de cortesía e buen ánimo semejan finas saetas de flor. Vuelan y se clavan con çertera puntería en los grandes cocos de las palmeras [...].

    • 1994 Prensa El Mundo, 21/12/1994 [1995] Esp (CDH )

      TACTICA PROCESAL.— En definitiva, el juez, de acuerdo con el fiscal Florentino Ortí, que lleva el peso de los interrogatorios, ha utilizado una táctica procesal a la antigua usanza: secreto del sumario, conocimiento parcial de las imputaciones concretas a cada querellado, larguísimos interrogatorios, preguntas concretas como saetas e, incluso, como sucedió el lunes con Mario Conde y Martín Rivas, careos para esclarecer quién miente y quién se ajusta a la verdad de los hechos.

    • 1994 Salvador Lara, J. HContemp Ecuador [1994] Ec (CDH )
      Había regresado a Quito poco antes, luego de hacer una breve visita al campo de batalla y recorrer la zona hasta donde, según el testamento de Huayna Cápac, se extendía su heredad; pero en el viaje de vuelta había bajado hasta Tumbes y participado en la represión de los punaes, siempre rebeldes, una de cuyas saetas le había herido en un muslo.
    • 1994 Solares, I. Nen [1994] Mx (CDH )
      Entonces la batalla empieza: atacan con venablos, con saetas, con jabalinas y aun con arpones de cazar aves. Los lanzan apresurados, con una furia que les impide detenerse más. Cual si fuera una capa amarilla, erizada, las cañas sobre los españoles se tienden.
    • 1995 Ramírez, S. Baile máscaras [1995] Ni (CDH )
      Ahora, por fin, ya entró el beduino del desierto al salón iluminado con saetas de bujías de cien wats, muy amplio y rodeado de silletas plegadizas aquel salón, sin ningún otro mueble que contar más que las silletas y la mesita de los premios, pues desde el día anterior se han sacado mecedoras, sofás, mesas de centro y mesas esquineras, trasladado todo en depósito a las casas vecinas junto con la cama de espaldar de bronce bruñido y los roperos del aposento frontera al salón, igualmente amplio, que es el aposento de los dueños de la casa, y donde ahora está instalada la mesa del bufet y la cantina.
    • 1997 Ferrer, E. Información [1997] 22 Mx (CDH )
      Alfonso Reyes recordaría que una correa llena de nudos era para los persas una comunicación basada en cálculos aritméticos, como para los peruanos lo eran las saetas de conchas marinas y como las barras de muescas pueden haber sido para los fenicios el primer instrumento de contabilidad.
    • 2001 Hnqz Gratereaux, F. Empollar [2001] RD (CDH )

      — Fíjese usted, yo le pregunté a Pedro Henríquez Ureña que de dónde venía esa frase del poema de anónimo sevillano que es de fines del siglo XVI o de comienzos del siglo XVII: "Oh muerte, ven callado como sueles venir en la saeta"

    • 2001 RAE DRAE 22.ª ed. (NTLLE)
      saeta. f. Arma arrojadiza compuesta de un asta delgada con una punta afilada en uno de sus extremos y en el opuesto algunas plumas cortas para que mantenga la dirección al ser disparada.
    • 2002 Mtz Salguero, J. Combate místico [2002] 199 Bo (CDH )

      Allí, difuminádamente, se podía percibir el flujo de los ríos por la campiña y el nervioso movimiento de la gente en las calles; casi todos tenían un halo denso y oscuro que los rodeaba por completo. Sólo unos cuantos carecían del nimbo, y brillaban. En ese momento una voz potente tronó: "Ahora". El ciego dudó por un instante, luego, tomando una porción de la sombra, la alargó hasta convertirla en arco y disparó su saeta. Al clavarse la flecha en el suelo, éste comenzó a temblar y los ríos se salieron de su cauce, arrasando cuanto estaba a su paso.

    • 2004 Lobo, T. Corazón silencio Ch (CORPES)
      Cuando ya se preparaba para morir como san Sebastián, traspasada por miles de saetas, sintió una brisa reparadora, vientecillo fresco y consolador sobre su rostro convulso, sobre su cuerpo martirizado, que barría a sus enemigos hasta que estos se alejaron y la dejaron en paz. Abrió los ojos y vio a la Tontaloca azotando el aire con sus largos cabellos en un movimiento de aspas de ventilador.
    • 2014 RAE DLE (NTLLE)
      saeta. f. flecha (|| arma arrojadiza).
    • 2019 Mallén, I. "FIFA 20" As. MeriStation. Madrid: as.com Esp (CORPES)
      En Leverkusen tampoco andan faltos de pólvora. Karim Bellarabi, Leon Bailey, Paulinho y Moussa Diaby son auténticas saetas; extremos de la vieja escuela sobrados de velocidad y regate.
    • 2021 Espino Lpz, A. Vencer o morir Esp (BD)
      Otro factor clave era la muerte en combate de los jefes de prestigio. Una enseñanza que Cortés no olvidó. También fue una suerte que guerreros tan poderosos, como recordó Cervantes de Salazar, “usasen arcos y flechas sin hierba, que no poco aprovechó”, es decir, que no envenenaban sus saetas. Una circunstancia que condujo a muchos problemas para las huestes hispanas donde sí era corriente dicha práctica.
    1. s. Frecuentemente, con el modificador aguda.
      docs. (1272-1909) 28 ejemplos:
      • c1240-1272 Herman el Alemán Traslación Psalterio [1985] fol. 231r Esp (CDH )
        Tú, fuert, cinne tu espada sobre tu anca, / que es tu gloria & tu fermosura, / et tu fermosura es de bienauenturado / & ereda tu vierbo de verdat & de manssedumbre & de Justicia, / et tu diestra mostrart'a cosas espauentables. / Las tus saetas agudas en los coraçones de los enemigos del Rey, / los pueblos cayrán so ti. /
      • 1909 Anónimo Biblia Reina-Valera [2002] Esp (CDH )

        Y en tu gloria sé prosperado: Cabalga sobre palabra de verdad, y de humildad, y de justicia; Y tu diestra te enseñará cosas terribles.

        Tus saetas agudas Con que caerán pueblos debajo de ti, Penetrarán en el corazón de los enemigos del Rey.

        Tu trono, oh Dios, eterno y para siempre: Vara de justicia la vara de tu reino.

      • c1240-1272 Herman el Alemán Traslación Psalterio [1985] fol. 231r Esp (CDH )
        Tú, fuert, cinne tu espada sobre tu anca, / que es tu gloria & tu fermosura, / et tu fermosura es de bienauenturado / & ereda tu vierbo de verdat & de manssedumbre & de Justicia, / et tu diestra mostrart'a cosas espauentables. / Las tus saetas agudas en los coraçones de los enemigos del Rey, / los pueblos cayrán so ti. /
      • a1280 Alfonso X Gral Estoria III [1994] Esp (CDH )

        Non uses mucho a casa de tu vezino, porque después que fuere farto que te non aborrezca.

        Dardo e espada e saeta aguda el omne que dize falso testimonio contra su vezino.

        Diente podrido e pie deslanante qui espera en el desleal en el día del angostura,

        e que pierde su manto en el día del frío.

      • a1300 Anónimo Biblia (Esc I-j-8) [1995] fol. 231r Esp (CDH )
        Tu / fuert Cinne tu espada sobre tu anca / que es tu gloria & tu fermosura. [5] Et / tu fermosura es de bien auenturado & / ereda tu vierbo de verdat & de manssedumbre / & de Justicia/ et tu diestra mostrar / ta cosas espauentables. [6] Las tus saetas / agudas enlos coraçones delos enemigos / del Rey/ los pueblos cayran so ti.
      • 1417 Villena, E. Hércules [1995] fol. 185r Esp (CDH )
        Ca el quebrantaua / lasataduras delas dobladas / cuerdas con su fuerça & salia por / salto de las fondas fuesas con su / ligereza E el su cuero era tan / duro que las saetas agudas pasar / non lo podian En este grand allegamjento / los mançebos de grand linaje / tenjan a grand verguença que / por ellos en esto non fuese dado / Remedio [...].
      • c1422-1433 Guadalfajara Trad Biblia Alba II [1920-1922] Esp (CDH )

        Non auera flaqueza nin cansançio en el, nin soñara nin dormira, nin se soltara la çinta de los sus lomos, nin se rronpera la correa del su calçado.

        Que las sus saetas agudas son, e todos los sus arcos armados son; las vñas de los sus cauallos como nauaias son repudadas, e las sus ruedas como viento de tempestad.

      • c1509 Encina, J. Égloga Cristino [1991] 245 Esp (CDH )
        Pondréle con grande enojo / tal antojo / que quiera desesperar; / él se pensó santiguar, / yo haré que se quiebre el ojo. / ¡Sus, Febea! No te tardes, / más no aguardes, / cumple que allá te arremetas; / toma el arco y las saetas, / mas cata que me lo guardes. / Con esta saeta aguda / yo, sin duda, / venço todo lo que quiero, / porque a quien con ella hiero / de mi mando no se muda.
      • 1555 Meneses, F. Alma cristiana [2003] Esp (CDH )
        Porque por el mesmo caso que eso pretenden, esta doctrina tan substancial, se les desvanecerá, y será de ningún fructo, y tanto la podrían disfrazar que se pase el pueblo, sin que la conozca, sino que entrando con una sinceridad y llaneza evangélica como hombres que pretenden leer al alma cristiana una lectión de su ley, para alumbrarla con toda distinción, y claridad de cuando en cuando, cerca del mandamiento, o artículo que tracta, apunte alguna consideración que las hay admirables y pase con ella brevemente aunque dicha y enviada al corazón como saeta aguda.
      • 1599 Alemán, M. Guzmán Alfarache I [1992] 130 Esp (CDH )

        De tres han hecho trece y los trece, trecientos; porque a todos les parece añadir algo más y destos algos han hecho un mucho que no tiene fondo ni se le halla suelo, reforzándose unas a otras añadiduras, y lo que en singular cada una no prestaba, juntas muchas hacen daño. Son lenguas engañosas y falsas que, como saetas agudas y brasas encendidas, les han querido herir las honras y abrasar las famas, de que a ellos y a mí resultan cada día notables afrentas.

      • 1617 Valladares Valdelomar, J. Caballero [1902] Esp (CDH )
        / «¡Oh, qué bien entendéis (David responde) / pues no hay saeta aguda despedida / del brazo en quien más fuerza y maña abonde / Que dé tal golpe y peligrosa herida, / ni carbón con sus llamas inflamado, / que al flaco más consuma el alma y vida.
      • c1650 Solís Valenzuela, P. Desierto prodigioso [1977-1985] III, 110 Co (CDH )
        No son palabras retóricas las suyas, no abundancia de facundia eloquente, sino la mayor llaneza de palabras que se pueden buscar; pero se cumple en ellas lo que dize el Sabio, que las palabras del que lo es, son saetas agudas; éstas penetran al corazón, y por dezirlo todo, no es hombre el que aquí habla: Dios es el que en estos brebes rasgos nos alumbra.
      • 1819 Glz Carvajal, T. J. Trad Salmos, IV [1819] 7 Esp (CDH )
        Espera ya sin miedo / Y arrostra cara á cara / Las larvas de la noche. El rostro ledo / No se verá turbado / Por mas que brille la saeta aguda / Al sol, ó rebozado / En las tinieblas de la noche muda / Fiero espectro amenace. / Ni en claro dia la mortal pelea / Mas tímido te hace, / Aunque sangrienta y horrorosa sea. / Caygan al golpe duro / Mil y diez mil al uno y otro lado: / Tú solo allí seguro, / Por tus ojos verás maravillado / La funesta venganza / Que espera al pecador.
      • 1862 Bécquer, G. A. Cristo calavera Leyendas Esp (CDH )
        Los astros menores de esta brillante constelación, formando un dorado semicírculo en torno de ambos galanes, reían y esforzaban las delicadas burlas, y la hermosa objeto de aquel torneo de palabras aprobaba con una imperceptible sonrisa los conceptos escogidos o llenos de intención que ora salían de los labios de sus oradores como una ligera onda de perfume que halagaba su vanidad, ora partían como una saeta aguda que iba a buscar, para clavarse en él, el punto más vulnerable del contrario: su amor propio.
      • 1865 Justiniano Arribas, J. Roger [1865] 239 Esp (CDH )
        »Como saeta aguda y penetrante, / Que cruza matadora el raudo viento, / Hirió en mi corazon el infamante, / Que profirió Roger, mentido acento. / Yo en él clavé la vista amenazante, / Pronunciando el terrible juramento / De exterminar su raza maldecida, / Poniendo fin á su ominosa vida. /
      • 1909 Anónimo Biblia Reina-Valera [2002] Esp (CDH )

        Y en tu gloria sé prosperado: Cabalga sobre palabra de verdad, y de humildad, y de justicia; Y tu diestra te enseñará cosas terribles.

        Tus saetas agudas Con que caerán pueblos debajo de ti, Penetrarán en el corazón de los enemigos del Rey.

        Tu trono, oh Dios, eterno y para siempre: Vara de justicia la vara de tu reino.

      • c1240-1272 Herman el Alemán Traslación Psalterio [1985] fol. 231r Esp (CDH )
        Tú, fuert, cinne tu espada sobre tu anca, / que es tu gloria & tu fermosura, / et tu fermosura es de bienauenturado / & ereda tu vierbo de verdat & de manssedumbre & de Justicia, / et tu diestra mostrart'a cosas espauentables. / Las tus saetas agudas en los coraçones de los enemigos del Rey, / los pueblos cayrán so ti. /
      • a1280 Alfonso X Gral Estoria III [1994] Esp (CDH )

        Non uses mucho a casa de tu vezino, porque después que fuere farto que te non aborrezca.

        Dardo e espada e saeta aguda el omne que dize falso testimonio contra su vezino.

        Diente podrido e pie deslanante qui espera en el desleal en el día del angostura,

        e que pierde su manto en el día del frío.

      • a1300 Anónimo Biblia (Esc I-j-8) [1995] fol. 231r Esp (CDH )
        Tu / fuert Cinne tu espada sobre tu anca / que es tu gloria & tu fermosura. [5] Et / tu fermosura es de bien auenturado & / ereda tu vierbo de verdat & de manssedumbre / & de Justicia/ et tu diestra mostrar / ta cosas espauentables. [6] Las tus saetas / agudas enlos coraçones delos enemigos / del Rey/ los pueblos cayran so ti.
      • 1325 Cuéllar, P. Catecismo [1987] Esp (CDH )
        [...] e así, porque al baptizado fincan muchas lides contra los diablos, es menester este segundo sacramento que es confirmaçión, para estar más rezio e más armado contra los diablos, porque con la virtud deste sacramento las temptaçiones muy grandes que sufren los omnes, assí commo saetas agudas sean vençidas e refrenadas.
      • c1400 Anónimo Biblia romanceada (RAH 87) [1995] fol. 43v Esp (CDH )
        [O]yd las jnsulas a mj & escuchad / los pueblos de lueñe / adonay desde el ujentre / me llamo desde el ujentre / de la mj madre ouo memoria del mj non(non)bre. / & puso la mj boca commo espada / aguda en la ssonbra de la ssu mano / me abscondio & pusome por saeta / aguda en su carcaje me abscondio.
      • 1411-1412 Ferrer, V. Sermones [1994] 509 Esp (CDH )

        E las lonbardas eran otras tribulaçiones, que son llamadas diversidades, las quales non se pueden encobrir assí como las lonbardas non se pueden encobrir porque suenan mucho. E las saetas agudas eran ençendimiento de pecar. En tanto que esta çibdat venía a tanta e tan grand fanbre de avariçia e de luxuria e de inbidia que se comían los unos a los otros.

      • 1417 Villena, E. Hércules [1995] fol. 185r Esp (CDH )
        Ca el quebrantaua / lasataduras delas dobladas / cuerdas con su fuerça & salia por / salto de las fondas fuesas con su / ligereza E el su cuero era tan / duro que las saetas agudas pasar / non lo podian En este grand allegamjento / los mançebos de grand linaje / tenjan a grand verguença que / por ellos en esto non fuese dado / Remedio [...].
      • c1422-1433 Guadalfajara Trad Biblia Alba II [1920-1922] Esp (CDH )

        Non auera flaqueza nin cansançio en el, nin soñara nin dormira, nin se soltara la çinta de los sus lomos, nin se rronpera la correa del su calçado.

        Que las sus saetas agudas son, e todos los sus arcos armados son; las vñas de los sus cauallos como nauaias son repudadas, e las sus ruedas como viento de tempestad.

      • c1422-1433 Guadalfajara Trad Biblia Alba II [1920-1922] Esp (CDH )

        Oydlas insulas a mi, e oyd los pueblos de lexos; el Señor desde el vientre me llamo, desde el vientre de la mi madre se recordo del mi nonbre.

        E puso la mi boca como espada aguda; en la sonbra de la su mano me abscondio, e pusome por saeta aguda; en el su carcax me abscondio.

      • c1422-1433 Guadalfajara Trad Biblia Alba II [1920-1922] Esp (CDH )

        Iten, pusome por saeta aguda que firiese e amonstase en las longes nasçiones, que tal es el exergiçio de la saeta que fiere de lueñe. E que ellos nuzir (enpeeçer)non me pudiesen, e llamome el su sieruo, segund que pone el siguiente texto, e vera mente soy su siervo, que non puedo excusar el yr en el su menssaje o enbaxada.

      • c1422-1433 Guadalfajara Trad Biblia Alba II [1920-1922] Esp (CDH )

        Por tanto, asy dize el Señor de las cauallerias: ahe que los yo escolfire e probare, que ¿como lo non fare por la fiia del mi pueblo?

        Quasy saeta aguda son las sus lenguas, e arteria fablan con las sus bocas; pax a sus proximos fablan, e de dentro dellos ponen sus çeladas.

      • 1475 Guillén Segovia, P. Gaya ciencia [1962] Esp (CDH )
        [...] una tenebrosa noche, cayendo saetas agudas del çielo con truenos y desmoderados relanpagos y vientos, que a todo animal sensetivo inpedian todo sentido de oir, con infernea obscuridat, tanto que parescio misterio divino, la qual oportunidat de tienpo conosçido por los leales e industriosos criados nudridos en el tal exerçiçio en vuestra muy magnifica casa, pospuesto todo temor y lo nesçesario con diligençia puesto en orden, fue ganada por vuestra señoria y destroçados y presos los tenedores de aquella.
      • c1474-1500 Villalpando, A. Razonamiento Armas RR. CC. [2000] Esp (CDH )

        E de las dos cosas que son por las saetas entendidas, una es las palabras de la pedricaçion y la otra las sentençias de castigo. E las hablas de la pedricaçion se muestran por las saetas porque, heriendo los viçios, traspasen los coraçones de los que biven mal. E destas saetas viniendo el Redentor esta escripto: "tus saetas agudas, potentissimas, los pueblos caeran debaxo de ti en el coraçon"; de lo qual dize Isaias: "enbiare a aquellos que fueren salvos a las gentes en el mar en Africa, en Libia, que tienen las saetas en Italia e en Greçia".

      • c1509 Encina, J. Égloga Cristino [1991] 245 Esp (CDH )
        Pondréle con grande enojo / tal antojo / que quiera desesperar; / él se pensó santiguar, / yo haré que se quiebre el ojo. / ¡Sus, Febea! No te tardes, / más no aguardes, / cumple que allá te arremetas; / toma el arco y las saetas, / mas cata que me lo guardes. / Con esta saeta aguda / yo, sin duda, / venço todo lo que quiero, / porque a quien con ella hiero / de mi mando no se muda.
      • 1527 Osuna, F. Abecedario espiritual III [2007] fol. XXXIIv Esp (CDH )
        Bienaventurados los mansos, porque ellos, en la guerra d'este mundo, están amparados de muchas sacas de lana para recebir los tiros del artillería del demonio y los golpes de las persecuciones del mundo; son como vasos de vidrio cercados de paja o heno porque no se quiebren con algún golpe, la mansedumbre les es escudo muy rezio en que se falsa y deshazen los golpes de las saetas agudas de la ira.
      • 1555 Meneses, F. Alma cristiana [2003] Esp (CDH )
        Porque por el mesmo caso que eso pretenden, esta doctrina tan substancial, se les desvanecerá, y será de ningún fructo, y tanto la podrían disfrazar que se pase el pueblo, sin que la conozca, sino que entrando con una sinceridad y llaneza evangélica como hombres que pretenden leer al alma cristiana una lectión de su ley, para alumbrarla con toda distinción, y claridad de cuando en cuando, cerca del mandamiento, o artículo que tracta, apunte alguna consideración que las hay admirables y pase con ella brevemente aunque dicha y enviada al corazón como saeta aguda.
      • 1583 Luis de León Nombres Cristo I-III [1996] Esp (CDH )
        « Ciñe tu espada sobre tu muslo , ¡poderosísimo! , tu hermosura y tu gentileza. Sube en el caballo , y reina prósperamente , por tu verdad y mansedumbre y por tu justicia; tu derecha te mostrará maravillas. Tus saetas agudas (los pueblos caerán a tus pies) en los corazones de los enemigos del Rey. »
      • 1583-a1591 Luis de León Nombres Cristo [1984] Esp (CDH )
        David en el psalmo, hablando propriamente con Christo, le dize: Ciñe tu espada sobre tu muslo, poderosíssimo, tu hermosura y tu gentileza. Sube en el cavallo y reyna prósperamente por tu verdad y mansedumbre y por tu justicia; tu derecha te mostrará maravillas. Tus saetas agudas —los pueblos caerán a tus pies— en los coraçones de los enemigos del rey.
      • 1592 Tristeza (Jaime Horts) Redondillas amores Plutón Proserpina 76 Actas Academia Nocturnos. 18ª sesión Esp (CDH )
        Venus, quando aquesto vido / y el atrevimiento bravo / de aqueste rey atrevido, / rogó a su hijo Cupido / que le hiziesse su esclavo. / Viendo el hijo la intención / de la madre y petición, / sin poner en ello duda / con una saeta aguda / le traspasó el coraçón. /
      • 1599 Alemán, M. Guzmán Alfarache I [1992] 130 Esp (CDH )

        De tres han hecho trece y los trece, trecientos; porque a todos les parece añadir algo más y destos algos han hecho un mucho que no tiene fondo ni se le halla suelo, reforzándose unas a otras añadiduras, y lo que en singular cada una no prestaba, juntas muchas hacen daño. Son lenguas engañosas y falsas que, como saetas agudas y brasas encendidas, les han querido herir las honras y abrasar las famas, de que a ellos y a mí resultan cada día notables afrentas.

      • 1609 Juan Bautista Concepción (Juan García López) Apuntes Reforma [1999] Esp (CDH )
        Pero el justo, que vive y anda en presencia de Dios, luz y claridad de su alma, en esta presencia ve y conoce los átomos y más pequeños peligros venir enderezados como saetas agudas a clavar el corazón del mismo Dios.
      • 1617 Valladares Valdelomar, J. Caballero [1902] Esp (CDH )
        / «¡Oh, qué bien entendéis (David responde) / pues no hay saeta aguda despedida / del brazo en quien más fuerza y maña abonde / Que dé tal golpe y peligrosa herida, / ni carbón con sus llamas inflamado, / que al flaco más consuma el alma y vida.
      • c1650 Solís Valenzuela, P. Desierto prodigioso [1977-1985] III, 110 Co (CDH )
        No son palabras retóricas las suyas, no abundancia de facundia eloquente, sino la mayor llaneza de palabras que se pueden buscar; pero se cumple en ellas lo que dize el Sabio, que las palabras del que lo es, son saetas agudas; éstas penetran al corazón, y por dezirlo todo, no es hombre el que aquí habla: Dios es el que en estos brebes rasgos nos alumbra.
      • 1819 Glz Carvajal, T. J. Trad Salmos, IV [1819] 7 Esp (CDH )
        Espera ya sin miedo / Y arrostra cara á cara / Las larvas de la noche. El rostro ledo / No se verá turbado / Por mas que brille la saeta aguda / Al sol, ó rebozado / En las tinieblas de la noche muda / Fiero espectro amenace. / Ni en claro dia la mortal pelea / Mas tímido te hace, / Aunque sangrienta y horrorosa sea. / Caygan al golpe duro / Mil y diez mil al uno y otro lado: / Tú solo allí seguro, / Por tus ojos verás maravillado / La funesta venganza / Que espera al pecador.
      • 1862 Bécquer, G. A. Cristo calavera Leyendas Esp (CDH )
        Los astros menores de esta brillante constelación, formando un dorado semicírculo en torno de ambos galanes, reían y esforzaban las delicadas burlas, y la hermosa objeto de aquel torneo de palabras aprobaba con una imperceptible sonrisa los conceptos escogidos o llenos de intención que ora salían de los labios de sus oradores como una ligera onda de perfume que halagaba su vanidad, ora partían como una saeta aguda que iba a buscar, para clavarse en él, el punto más vulnerable del contrario: su amor propio.
      • 1865 Justiniano Arribas, J. Roger [1865] 239 Esp (CDH )
        »Como saeta aguda y penetrante, / Que cruza matadora el raudo viento, / Hirió en mi corazon el infamante, / Que profirió Roger, mentido acento. / Yo en él clavé la vista amenazante, / Pronunciando el terrible juramento / De exterminar su raza maldecida, / Poniendo fin á su ominosa vida. /
      • 1909 Anónimo Biblia Reina-Valera [2002] Esp (CDH )

        Detén tu pie de la casa de tu vecino, Porque harto de ti no te aborrezca.

        Martillo y cuchillo y saeta aguda, Es el hombre que habla contra su prójimo falso testimonio.

        Diente quebrado y pie resbalador, Es la confianza en el prevaricador en tiempo de angustia.

      • 1909 Anónimo Biblia Reina-Valera [2002] Esp (CDH )

        Y en tu gloria sé prosperado: Cabalga sobre palabra de verdad, y de humildad, y de justicia; Y tu diestra te enseñará cosas terribles.

        Tus saetas agudas Con que caerán pueblos debajo de ti, Penetrarán en el corazón de los enemigos del Rey.

        Tu trono, oh Dios, eterno y para siempre: Vara de justicia la vara de tu reino.

    2. s. En ocasiones, con el modificador emplumada.
      docs. (1490-2006) 4 ejemplos:
      • a1490 Anónimo Crónica Troyana [1993] fol. 62v Esp (CDH )
        La sesta faz ordeno hector que fuese so / regimiento del rey preteseno & del duque estrenchos / los quales eran muy valientes / omnes & muy diestros para en batalla pero / su gente yua ala batalla desarmada & / no vsauan traer lorica ni armadura & / su batallar todo era con arcos que lançauan / saetas emplumadas de luengas plumas / & con fierros muy agudos con las quales / dauan fieros & mortales golpes a sus / enemigos & trayan muy fuertes cauallos / & muy corredores.
      • 1799-1815 Conde de Noroña Poesías [1871] 483 Esp (CDH )
        Cuando lo vi acercarse de esta suerte, / Conocí mi peligro, y al momento / Tomé el arco cayanoy en la cuerda / Apoyé las saetas emplumadas, / De lamo fuerte con ferrada punta; / Cual águilas volaron, y encendieron / Con su violenta rapidez el aire. /
      • 1980 Aridjis, H. Moctezuma [1994] 100 Mx (CDH )
        Vienen hacia él los sacerdotes que antes copaleaban para ofrendarle semillas de bledos y carne, ¿carne humana? Un yiopoch, vestido como Huitzilopochtli, comienza a bailar y cantar el vitzilobuchtli Icuic a su alrededor. Entran caballeros águila y tigre y levantan el estrado para llevarlo en procesión, seguidos por otros caballeros tigre, y precedidos por jóvenes rapados que llevan un papelón rojo que al moverse culebrea, entablado por encima y por debajo con saetas emplumadas.
      • 2006 Casas, J. Actor sin escenario Ch (CORPES)
        Emilio venía cayendo en un ángulo de treinta grados, siguiendo el curso de los rayos solares para mantenerse invisible durante el ataque. Traía las alas casi cerradas, el cogote estirado y una espuela cortando el aire como la boca más aguda de una zampoña. La saeta emplumada cruzó el cerco, disminuyó el ángulo de acercamiento a quince grados y pasó sobre el felino, abriéndole dos centímetros de piel sobre el lomo con la espuela siniestra.
    1. s. f. Con los modificadores arbolada, enarbolada, herbolada, enherbolada, herbada, emponzoñada, ponzoñosa, envenenada, venenosa y con los complementos de yerba o con yerba, para referirse a la saeta cuya punta está impregnada de veneno extraído de hierbas o plantas.
      docs. (1270-2018) 62 ejemplos:
      • c1270 Anónimo HTroyana [1976] 303 Esp (CDH )
        E Paris puso vn quadriello muy agudo en el arco, e desy mesuro bien al rrey Menalao, en tal que lo non errase, e tiro el quadriello e diol grand ferida por la pierna quel salio ende mucha sangre a marauilla. E sy era la saeta arbolada o non, ca tan gran aguçia tomo el rrey Menalao, que ouiera a caer muchas vezes del cauallo a tierra, e cuydara ser muerto; mas a muy poca pieça, fizol la muy grand saña pasar el dolor de la laga, e dixo ante su coraçon que, ante querria ser muerto, que non fincar por vengar de tan grand escarnio que rresçebiera.
      • 2018 García Cózar, J. J. Pasajero p. 77 Esp (BD)
        —¿La viste? ¿Sabes si había una niña de ocho años con ellos? —Sí, Luz. Estaba con el heraldo del gobernador cuando llegó aquí. Pero no le pasó nada. —¡Está viva! Gracias por decírmelo, es mi sobrina, la raptaron —exclamó el cazador con gran alivio en su tono—. ¿Sabes dónde está ahora? ¿Puedes contarme qué ha pasado aquí? —Cuando llegó el heraldo con esa chica fue emboscado por diez hombres, le atacaron por sorpresa, y parecían exploradores extranjeros, armados con ballestas pesadas y hachas; seguramente tripulantes de uno de los barcos de guerra que está subiendo el río. —¿Es posible? No te da miedo —preguntó el cazador muy impresionado por la seguridad con la que hablaba el chico. —Estoy bien. Pero tu sobrina no corrió peligro en ningún momento, no pudieron ni acercarse a ella; el heraldo seguía siendo muy rápido y fuerte a pesar de que lo alcanzaron con saetas envenenadas desde la distancia dos veces cuando empezó todo, al pillarlo desprevenido.
      • c1270 Anónimo HTroyana [1976] 303 Esp (CDH )
        E Paris puso vn quadriello muy agudo en el arco, e desy mesuro bien al rrey Menalao, en tal que lo non errase, e tiro el quadriello e diol grand ferida por la pierna quel salio ende mucha sangre a marauilla. E sy era la saeta arbolada o non, ca tan gran aguçia tomo el rrey Menalao, que ouiera a caer muchas vezes del cauallo a tierra, e cuydara ser muerto; mas a muy poca pieça, fizol la muy grand saña pasar el dolor de la laga, e dixo ante su coraçon que, ante querria ser muerto, que non fincar por vengar de tan grand escarnio que rresçebiera.
      • c1280 Alfonso X Gral Estoria IV [2002] Esp (CDH )
        Sobre la razon deste nombre phiton departen otros que Phiton que fue una serpient que se fizo tamanna en la tierra que comie los ganados. & aun los omnes quantos alcançaua. Onde dizen los autores de los gentiles que ffebo a quien ellos llamauan dios del sol que tomo sus saetas empoçonadas & que tantas feridas le dio fasta que la mato.
      • 1330-1343 Ruiz, J. LBuen Amor [1992] 152 Esp (CDH )
        »Doña Endrina, que mora aquí en mi vezindat, / de fermosura e donaire e de talla e de beldat, / sobra e vençe a todas quantas ha en la çibdat; / si el amor non me engaña, yo vos digo la verdat. / »Esta dueña me ferió de saeta enarbolada, / atravesóme el coraçón, en él la trayo fincada; / con toda la mi grant fuerça non puede ser arrancada, / la llaga más va creçiendo, del dolor non mengua nada. /
      • 1425-1450 Rdz Padrón, J. Bursario [1984] 123 Esp (CDH )
        E estonçes estendió Hercules el arco, e puso en él una saeta empeçoñada, y tiróle y matólo. E Neso, llegado a la muerte, esperando aver venganipa, mandóle a Daymira que mojase una camisa en aquella su sangre infecçionada con la ponçoña de la saeta; e díxole que quantas vezes su marido la menospreçiase, que dándole aquella camisa, podría ser reconçiliada con él.
      • p1480-1484 Pulgar, H. Crón Reyes Católicos [1943] II, 124 Esp (CDH )
        Algunos de los capitanes, visto aquel daño, entraron en la escaramuça, por retraer della a los cristianos; e la confusión e desorden de pelear fué allí tanto grande, que de los cristianos fueron algunos muertos, & muchos feridos, de los tiros de espingardas & saetas con yervas que tirauan los moros.
      • 1513 Herrera, G. A. Agricultura [1995] fol. 138v Esp (CDH )
        Los perros tienen muchas vezes gusanos enlas tripas es bueno darles acomer vn poco de azibar con otra cosa o harina de altramuzes las propiedades dellos son aliende delas dichas de su conocimiento o fedelidad que si toman el barro que hazen con su orina y los ponen algunas vezes sobre las berrugas las sana, y la sangre del perro rauioso dize Auicena que es buena puesta sobre la mordedura del mismo perro rauioso y sobre la saetada que an dado con saeta eneruolada.
      • 1554 Lpz Gómara, F. HNatural Indias I [2000] fol. 75r Pe (CDH )

        Creo que lo hizo por quitar aquella gloria al Lope de Olano, assí que se partió de Beragua con los españoles que cupieron en los vergantines y caravela nueva y fue a Puerto Bello, que por su bondad le dio tal nombre Colón, y como todos acabaron de llegar, tentó la tierra, buscando pan y oro. Matáronle veynte compañeros los indios con saetas de yerva.

      • 1569-1573 Hurtado Mendoza, D. Guerra Granada [1948] 47 Esp (CDH )
        Don Francisco de Mendoza, hijo del marqués, y don Alonso Portocarrero fueron aquel día buenos caballeros, entre otros que allí se hallaron: don Francisco, cercado y fuera de la silla, se defendió rompiendo por medio; don Alonso, herido de dos saetas enerboladas, peleó hasta caer, trabado del veneno usado dende los tiempos antiguos entre caçadores.
      • a1632 Mira de Amescua, A. La mesonera del cielo [1972] Esp (CDH )
        Pantoja . Aguarda, no te apresures, / detén el paso, no corras, / que pareces fiera herida / de saeta venenosa. / Él se va y acá me deja; / ¡señor, ya voy por la alforja, / ya voy por los alpargates, / presto vuelvo con la bota; / no te vayas tan ligero, / que si vas tan por la posta / es imposible seguirte, / porque estoy lleno de ronchas, / y es menester que un barbero / me saque cuatro mil onzas / de sangre, pues son verdugos / de venas que no están rotas. /
      • a1660 Colín, F. Labor evangélica [1663] p. 71 Esp (BD)
        Usauan mucho los maritimos salir en coso, y los Mediterraneos armar emboscadas para estos robos: gastando la vida en esto. Las armas eran arco, y flecha, lança de hasta corta, y hierro de mil maneras, los mas harponados; otras sin hierro, con solas puntas sacadas de la misma hasta, que ya es caña, ya vara de madera tostadas al fuego. Terciados, puñales grandes finos, y de muy prima hechura, y filos, ceruatanas largas, que disparan saetillas emponçoñadas dañosisimas al vso de los de Samatra.
      • 1725 Ferreras, J. Historia España XIV. Parte dezimaquarta p. 289 Esp (BD)
        El Capitan Alonso de Contreras peleó valerosamente, defendiendo la entrada de vna calle; mas fue herido de vna saeta envenenada, de que murió; y tambien murió Christoval Marquez, Alferez de Gonçalo de Alcantara, peleando esforçadamente.
      • 1739 Zárate, A. Informe Majestad [1904] Ec (CDH )

        Casi al mismo tiempo, en las casas de los Zamuas y Yaies Yameos, se dejó tambien ber el demonio en figura de guacamaya, amenazándolos con la muerte con bozes articuladas, y de echo dentro de pocos dias se fueron muriendo casi todos de repente sin saberse de qué mal. Esforzábanse á matar la infernal guacamaya; pero quando parezia que havia de quedar muerta con las saetas embenenadas que la disparavan, se duplicava ella amenazando nuevos destrozos con que se an hido consumiendo casi todos.

      • 1756 Álvarez, J. Compendio historia universal, Turselino, III p. 70 Esp (BD)
        Juan Comneno, hijo de Alexo, terminó el curso de su vida de una manera todavia mas infeliz, (despues de haber imperado veinte y quatro años, ocho meses y algunos dias.) Al disparar en la caza una saeta envenenada conta un Javalí, se hirió una mano: esta herida fue la causa de su muerte, pues jamás, quiso que los Medicos le cortassen la mano.
      • 1789 Velasco, J. HReino Quito [1981] Ec (CDH )

        Desde allí se mandaron proporcionados destacamentos por todos los ríos, quebradas y países que los bárbaros ocupaban. Corrieron de Sur a Norte más de 100 leguas, hasta los confines de Macas y de Cuenca. Nunca les salieron al encuentro, y sólo de noche les arrojaban sobre los ranchos y aun sobre el real muchas lanzas y saetas envenenadas, con que hicieron alguna (que) otra muerte. Sirvió mucho para espantarlos de noche la gran provisión que hizo el Gobernador de cohetes y truenos artificiales.

      • 1795 Estala, P. Trad Viagero universal, Laporte, I p. 253 Esp (BD)
        Cuenta aqui que Galeno hizo un viage de propósito á Lemnos, unicamente para reconocer la virtud de esta tierra: añaden que habiendo sido herido Filoctetes en un pie con una saeta envenenada, ó mordido por una víbora, le dexaron los Griegos en Lemnos para que se curase con esta tierra.
      • 1817 Anónimo "España. Madrid 22 octubre" [23-10-1817] Gaceta de Madrid (Madrid) Esp (HD)
        Sus armas son una pica ó lanza de madera de chonta, un bróquel ó escudo, y una gorra de tejido con un airon de plumas de colores, y un colgante atras de sartas de semillas ó frutillas. Nunca caminan sin la pica, para defenderse de las fieras de que abunda el país, y á las cuales persiguen con empeño, haciendo á veces cacerías para extinguirlas. En ella usan de saetas envenenadas, que arrojan con bodoquera, no teniendo noticia ni de las armas de fuego ni de las de hierro ó acero.
      • 1847 Estébanez Calderón, S. Escenas andaluzas [1985] 187 Esp (CDH )

        Qué burla tan extremada, y más cuando nos juntemos en corro a recordarla y reírla los tres personajes de la escena, la Teodora, este su enamorado, y yo, la desventurada vieja, que de tales regocijes sólo puedo haber noticias apartadas, y de que ningún útil ni provecho para este cuerpo ya desierto y deshabitado para glorias del amor...

        Y la infernal meguera, * dejando desvanecido entre sus imaginaciones licenciosas al desacordado mancebo, se lanza como saeta envenenada a dar en el blanco de su perverso intento.
      • 1862 Balaguer, V. Flores p. 82 Esp (BD)
        Era ya hora muy adelantada cuando determinó el baile. Todos se marcharon felicitando á la amante pareja por su próximo enlace. Cada una de estas felicitaciones se clavaba como una saeta emponzoñada en el corazon de Elena. En cuanto á Mac-Gregor las recibia con una sonrisa estraña, una sonrisa que asomaba amarga en su rostro pálido.
      • 1877 Arenal, C. Estudios penitenciarios [1895] Esp (CDH )
        Ante las miradas curiosas, despreciativas ó airadas, que se renuevan de continuo, y como una lluvia incesante de saetas envenenadas caen sobre el preso, es difícil, casi imposible, que éste conserve ni la serenidad de ánimo ni la actitud que la revela; que halle medio entre la humillación y la insolencia, y que no desafíe con cabeza cínicamente erguida á la ley y á la opinión. El que salió de su casa avergonzado, llega á veces á la cárcel perdida la vergüenza; quedó en el largo tránsito, en que cada mirada era un atentado á la dignidad, y esta pérdida es irreparable.
      • 1890 Amador Ríos, R. Leyenda del Rey Bermejo p. 249 (BD)
        Las palabras de odio, las frases insultantes é injuriosas, las exclamaciones de rabia que salían de sus labios como saetas envenenadas, apagaban con infernal estrépito el estruendo de la lucha que entre sí mantenían fuera los elementos desencadenados en el espacio, y resonaban fatídicas en las concavidades de la torre.
      • 1906 Cuervo, J. Trad Compendio Doctrina Cristiana [1998] 311 Esp (CDH )

        Antes quien con mentira o falso testimonio corrompe a su prójimo, homicida es, adúltero y ladrón; homicida, porque con su ponzoñosa lengua como con saeta herbada hiere a su prójimo; adúltero, porque con su desvergonzada mentira infama y pervierte a la muy hermosa y resplandeciente verdad; ladrón, porque con su falso testimonio roba la fama y muchas veces la hacienda de su hermano.

      • 1910 Garrido Atienza, M. Capitulaciones Granada [1910] Esp (CDH )
        Los moros rechazaron los primeros ataques, defendiéndose con sus espingardas, con otras armas de fuego y con saetas envenenadas con yerbas, «é ferian algunos christianos.
      • 1936 Más, J. "Fetichero blanco" [16-08-1936] Diario de la Marina (La Habana) Cu (HD)
        —Seguiré su consejo señor Delvoa, como lo han seguido hasta aquí todos los antecesores míos en el puesto —y agregó humorísticamente—. Y si un salvaje de esos me atraviesa con su lanza o con una saeta envenenada, rece usted un padrenuestro por este desgraciado y notifique al gobierno de Bata que he muerto como un valiente.
      • 1992 Martín Gaite, C. Nubosidad [1994] Esp (CDH )
        Y de repente se me clava en el costado la saeta envenenada de una ansiedad antigua que, en contra de todos mis esfuerzos por desactivarla, va a presidir —lo sé— mi insomnio de esta noche. Procuraré paliarla recurriendo al magnetófono. He traído la cinta que me grabó Manolo poco después de despedirnos y me mandó a Madrid. Recuerdo que tenía yo mucho trabajo por aquellos días y tardé en ponerla. Entonces no me hizo tanta impresión como ahora. Como los buenos vinos, gana con el tiempo.
      • 1994 Muñoz Calvo, S. HFarmacia [1994] 121 Esp (CDH )
        Para escribir este capítulo me informé de nuevo de un guardabosques del Rey Nuestro Señor, llamado Bernardo de Molina, y me dijo que todo lo dicho era verdad y que se les caían por el mes de abril, que les nacen al principio cubiertos de vello y blandos y en el espacio de dos meses se endurecen ... Dos cucharadas de la ceniza de los cuernos de ciervo lavada, siendo bebida, aprovecha contra la disentería, restaña la sangre del pecho y sirve a la ictericia. Su sangre con aceite y hecho con ello un clister aprovecha a las llagas de las tripas y bebida con vino vale para las saetas venenosas...
      • 2001 Iriarte, A. Espárragos Co (CORPES)
        Otro de sus menesteres predilectos durante la travesía fue el de tomar largos apuntes en una libreta mientras oteaba las riberas a babor y a estribor. Trimegisto no había olvidado que esa ruta que él entonces seguía, rodeado de comodidades, era la que había remontado cuatro siglos antes don Gundián de Esparragoza y Fístula a la cabeza de sus ochocientos valientes, nutriéndose de sapos vivos y compañeros muertos y librando una lucha desigual contra los indios flecheros que asumían los colores de la selva para lanzarles las saetas emponzoñadas mientras ellos disparaban los arcabuces al desgaire en un esfuerzo desesperado por guarecerse de la muerte que les llegaba enherbolada y que a muchos convirtió en almuerzo de compañeros famélicos.
      • 2012 Fuente, M. "Leopoldo Panero" [08-03-2012] ABC (Madrid) Esp (HD)
        Leopoldo Panero, como un San Sebastián de nuestra poesía, llevaba sobre el cuerpo todas las saetas envenenadas de nuestra Guerra Civil y aquella posguerra interminable, en la que vistió la camisa azul y mezcló versos extraordinarios con el yugo y las flechas, la mística joseantoniana (probablemente más sentimental que otra cosa) con cantos inolvidables como «La estancia vacía», de 1944, de tono parecido e igual de emocionante que «La casa encendida».
      • 2018 García Cózar, J. J. Pasajero p. 77 Esp (BD)
        —¿La viste? ¿Sabes si había una niña de ocho años con ellos? —Sí, Luz. Estaba con el heraldo del gobernador cuando llegó aquí. Pero no le pasó nada. —¡Está viva! Gracias por decírmelo, es mi sobrina, la raptaron —exclamó el cazador con gran alivio en su tono—. ¿Sabes dónde está ahora? ¿Puedes contarme qué ha pasado aquí? —Cuando llegó el heraldo con esa chica fue emboscado por diez hombres, le atacaron por sorpresa, y parecían exploradores extranjeros, armados con ballestas pesadas y hachas; seguramente tripulantes de uno de los barcos de guerra que está subiendo el río. —¿Es posible? No te da miedo —preguntó el cazador muy impresionado por la seguridad con la que hablaba el chico. —Estoy bien. Pero tu sobrina no corrió peligro en ningún momento, no pudieron ni acercarse a ella; el heraldo seguía siendo muy rápido y fuerte a pesar de que lo alcanzaron con saetas envenenadas desde la distancia dos veces cuando empezó todo, al pillarlo desprevenido.
      • c1270 Anónimo HTroyana [1976] 303 Esp (CDH )
        E Paris puso vn quadriello muy agudo en el arco, e desy mesuro bien al rrey Menalao, en tal que lo non errase, e tiro el quadriello e diol grand ferida por la pierna quel salio ende mucha sangre a marauilla. E sy era la saeta arbolada o non, ca tan gran aguçia tomo el rrey Menalao, que ouiera a caer muchas vezes del cauallo a tierra, e cuydara ser muerto; mas a muy poca pieça, fizol la muy grand saña pasar el dolor de la laga, e dixo ante su coraçon que, ante querria ser muerto, que non fincar por vengar de tan grand escarnio que rresçebiera.
      • c1280 Alfonso X Gral Estoria IV [2002] Esp (CDH )
        Sobre la razon deste nombre phiton departen otros que Phiton que fue una serpient que se fizo tamanna en la tierra que comie los ganados. & aun los omnes quantos alcançaua. Onde dizen los autores de los gentiles que ffebo a quien ellos llamauan dios del sol que tomo sus saetas empoçonadas & que tantas feridas le dio fasta que la mato.
      • 1330-1343 Ruiz, J. LBuen Amor [1992] 152 Esp (CDH )
        »Doña Endrina, que mora aquí en mi vezindat, / de fermosura e donaire e de talla e de beldat, / sobra e vençe a todas quantas ha en la çibdat; / si el amor non me engaña, yo vos digo la verdat. / »Esta dueña me ferió de saeta enarbolada, / atravesóme el coraçón, en él la trayo fincada; / con toda la mi grant fuerça non puede ser arrancada, / la llaga más va creçiendo, del dolor non mengua nada. /
      • 1427-1428 Villena, E. TradEneida Lib. I-III [1994] Esp (CDH )
        [...] la dicha Istoria dize que murió en la pelea onzena de Troya e que lo mató Paris con saeta emponçoniada, pero créese que por susgestión del rey Agamenón fue publicada en Greçia fama al rey Naulo e a su fijo Aco, menor, que Palamides non muriera peleando, antes que fuera muerto por engaño, por dinigrar su gloriosa fin, fingiéndolo en esta manera, que Ulixes e Diomedes lo mataron a mala verdat de consejo de algunos mayores de los griegos, por dos cartas que fabricaron Agamenón e Menalao, en do se contiene qu'el dicho Palamides tractava con los troyanos traiçión contra los de su real.
      • c1422-1433 Guadalfajara Trad Biblia Alba I [1920-1922] Esp (CDH )
        Iten, es aqui otra terçera vtilidat, que con los votos de las cosas que los omnes sobre sy lygan e escusan, enfrenan al angel maligno con las abstinençias que sobre sy promete, o de se poner en algund hermitorio o mongia, e esto a tal se llama medeçina spiritual e dieta animal, de guisa que quando el omne se vee que el angel maligno le fiere de sus saetas poçoñosas poniendolo en los deleytes mundanales e faziendole oluidar el alma, su melezina es curar con el contrario, es de saber: a los deleytes del gusto darse abstinençias de ayunos; al deleyte de las carnes, religion, e sienpre toda enfermedat se cura con su contrario.
      • c1422-1433 Guadalfajara Trad Biblia Alba I [1920-1922] Esp (CDH )
        E sy por el gesto se enamoro della, dize que la dexe en vna casa apartada, a fin que, como ella asy apartada se vea vna kalenda o mes, menbrandose de su padre e madre e del bien que soler tenia, estara sienpre llorando, e non es dubda que el lloro e apartamiento de vn mes e asy trasquilada, quasy desnuda, que le fara perder la fermosura del su jesto, el qual a este saeta de poçonia le auia seydo, que sera causa que el fervor e amor que della auia, que lo auera perdido.
      • a1435 Páez Ribera, R. Poesías [1993] Canc Baena Esp (CDH )
        Firióme saeta de fierro ervolada * / que me traspassó el mi coraçón, / mas nunca sentí dolençia igualada / con llaga del pobre en comparaçión; / por ésta perdí mi buena razón / e todo alvedrío e todo sentido, / por ésta me tiene el mundo aborrido * / e bivo çercano de desperaçión. /
      • 1425-1450 Rdz Padrón, J. Bursario [1984] 123 Esp (CDH )
        E estonçes estendió Hercules el arco, e puso en él una saeta empeçoñada, y tiróle y matólo. E Neso, llegado a la muerte, esperando aver venganipa, mandóle a Daymira que mojase una camisa en aquella su sangre infecçionada con la ponçoña de la saeta; e díxole que quantas vezes su marido la menospreçiase, que dándole aquella camisa, podría ser reconçiliada con él.
      • c1453 Anónimo Crón Álvaro Luna [1940] Esp (CDH )
        ASÍ como el venado u otro qualquier animal, después que ferido es con saeta de yerba de vallestero, la misma yerba no lo dexa reposar en parte alguna, antes lo apremia e lo aquexa, façiéndolo correr a unas partes e a otras, espumajando, sin resçibir nin poder aver por manera del mundo descanso alguno, ansí el malbado Alfonso Pérez, después que ya era e estaba ferido en su malino coraçón de la saeta herbolada de trayçión que ya lo tenía enponçoñado, discurría en sus malos pensamientos a muchas partes, sin reposo alguno, espumajando en sus entrañas, e rebolbiendo e trastornando en ellas por muchas e diversas maneras la maldad suya.
      • c1481-1482 Anónimo Crón Enrique IV [1991] 40 Esp (CDH )
        E ante quel rey llegase a la vega de Granada, fue asy mesmo correr a Moclyn con otros dozientos de cavallo, e ally se ovo otra escaramuça mucho mas peligrosa que la primera, donde fueron feridos con saetas muchos mas que los christianos que en lo primero, entre los que * fue ferido de una saeta erbolada un noble cavallero llamado Gonçalo Muñoz de Castañeda, e ally fueron algunos muertos, e de los moros asy mesmo fueron algunos.
      • c1481-1482 Anónimo Crón Enrique IV [1991] Esp (CDH )
        Y en este segundo conbate fue ferido de una saeta erbolada Fernando de Villafañe, pero fue socorrido de tal manera que sano de la ferida, e la torre se pusso por el suelo.
      • c1481-1482 Anónimo Crón Enrique IV [1991] 87 Esp (CDH )

        De la qual vitoria el rey ningund plazer mostro, e partiose de çerca de Laxa, donde tenia asentado su real al tienpo que esta nueva le vino, e bolviose en Jaen; e de ally bolvio con poca gente por correr a Baça e a Guadix, donde se començo en Guadix una escaramuça de poca gente, donde el valiente e noble cavallero Garçi Lasso de la Vega fue muerto, ferido con una saeta erbolada.

      • p1480-1484 Pulgar, H. Crón Reyes Católicos [1943] II, 121 Esp (CDH )
        Los moros, asimismo, tirauan con espingardas, & con otros tiros de póluora, & saetas con yervas, & ferían algunos cristianos.
      • p1480-1484 Pulgar, H. Crón Reyes Católicos [1943] II, 124 Esp (CDH )
        Algunos de los capitanes, visto aquel daño, entraron en la escaramuça, por retraer della a los cristianos; e la confusión e desorden de pelear fué allí tanto grande, que de los cristianos fueron algunos muertos, & muchos feridos, de los tiros de espingardas & saetas con yervas que tirauan los moros.
      • c1495 Lucena, L. Repetición amores [1954] Esp (CDH )
        La qual, queriendo inclinar a Hércoles a su amor, embióle una camisa teñida de sangre de Centauro, que Hércoles havía herido con saeta enherbolada; la qual el centauro, desseoso de la muerte de Hércoles, le dió, diziendo que si algún tienpo fuesse alongado Hércoles de la amar, que, vestiéndose aquella camisa, tornaría a su amor.
      • 1481-1496 Encina, J. Arte poesía [1996] Cancionero Esp (CDH )
        / Fue Cristo rey ecelente, / la saeta enervolada, / con hiel y vinagre untada / contra allantigua serpiente, / puesto por salvar la gente / en la nuez de la ballesta / de la Cruz resplandeciente, / nacido muy santamente / oy en esta santa fiesta.
      • c1400-1498 Anónimo Baladro [1999] fol.78v Esp (CDH )
        E como vio a Galván que fazía todo su poder por se defender contra aquellos que le cometieran, tirole la saeta de manera que lo firió e le pasó las armas e lo firió en el braço diestro e entrole el fierro de la saeta con algún tanto de fuste; e fue dicha que no entró por el hueso, pero sufrió grand dolor porque hera la saeta emponçoñada.
      • 1513 Herrera, G. A. Agricultura [1995] fol. 138v Esp (CDH )
        Los perros tienen muchas vezes gusanos enlas tripas es bueno darles acomer vn poco de azibar con otra cosa o harina de altramuzes las propiedades dellos son aliende delas dichas de su conocimiento o fedelidad que si toman el barro que hazen con su orina y los ponen algunas vezes sobre las berrugas las sana, y la sangre del perro rauioso dize Auicena que es buena puesta sobre la mordedura del mismo perro rauioso y sobre la saetada que an dado con saeta eneruolada.
      • a1526-a1536 Vega, G. Poesías [1995] Esp (CDH )
        No las francesas armas odïosas, / en contra puestas del airado pecho, / ni en los guardados muros con pertrecho / los tiros y saetas ponzoñosas; / no las escaramuzas peligrosas, / ni aquel fiero rüido contrahecho / d'aquel que para Júpiter fue hecho / por manos de Vulcano artificiosas, / pudieron, aunque más yo me ofrecía / a los peligros de la dura guerra, / quitar una hora sola de mi hado; / mas infición de aire en solo un día / me quitó al mundo y m'ha en ti sepultado, / Parténope, tan lejos de mi tierra.
      • 1554 Lpz Gómara, F. HNatural Indias I [2000] Pe (CDH )

        Tocó en Guacana, que llaman Guadalupe; echó en tierra gente a tomar agua y leña, y algunas mugeres que lavassen los trapos y ropa suzia. Salieron los caribes, que se avían puesto en celada, y flecharon con sus saetas enerboladas los españoles; mataron los más que a tierra salieron y cativaron las lavanderas.

      • 1554 Lpz Gómara, F. HNatural Indias I [2000] fol. 75r Pe (CDH )

        Creo que lo hizo por quitar aquella gloria al Lope de Olano, assí que se partió de Beragua con los españoles que cupieron en los vergantines y caravela nueva y fue a Puerto Bello, que por su bondad le dio tal nombre Colón, y como todos acabaron de llegar, tentó la tierra, buscando pan y oro. Matáronle veynte compañeros los indios con saetas de yerva.

      • 1554 Lpz Gómara, F. HNatural Indias I [2000] fol. 78r Pe (CDH )
        Hojeda uvo allí una muger; vino su marido a tratarle libertad; prometió de traer el precio que le pidió fue y tornó con ocho compañeros flecheros y, en lugar de dar el oro prometido, dieron saetas emponçoñadas.
      • 1569-1573 Hurtado Mendoza, D. Guerra Granada [1948] 47 Esp (CDH )
        Don Francisco de Mendoza, hijo del marqués, y don Alonso Portocarrero fueron aquel día buenos caballeros, entre otros que allí se hallaron: don Francisco, cercado y fuera de la silla, se defendió rompiendo por medio; don Alonso, herido de dos saetas enerboladas, peleó hasta caer, trabado del veneno usado dende los tiempos antiguos entre caçadores.
      • 1574 Sta Cruz Dueñas, M. Floresta [1997] Esp (CDH )

        Combatiendo un castillo que estaba cercado, halló el alcaide que habían tirado los contrarios una saeta con yerba. Mandó a un trompeta que fuese a decir al capitán que, si tan bravamente se había de haber con él, que también pondría él yerba en las pelotas del artillería.

      • c1550-1580 Luis de León Trad clásicas [1990] Poesías Esp (CDH )
        El hombre justo y bueno, / el que de culpa está y mancilla puro, / las manos en el seno, / sin dardo ni zagaya va seguro, / y sin llevar cargada / la aljava de saeta enherbolada.
      • 1587 Mena, F. Trad HEtiópica [1954] 309 Esp (CDH )
        Porque la ponzoña, según se vió, era más presta y veloz que una saeta enerbolada, y bastante para matar aún a una que fuera moza y estuviera en la flor de su edad, cuanto más entrando en un cuerpo ya viejo y caxcado, que penetró en un instante hasta las partes y miembros más principales. Y desta manera se iba consumiendo la vieja, y sus miembros, aflojándosele las vascas, iban poco a poco perdiendo el movimiento y la vida, puniéndosele todo el cuerpo denegrido y feo.
      • 1609 Juan Bautista Concepción (Juan García López) Trat Humildad [1995] Esp (CDH )
        Como si un tirador disparase de su arco muchas saetas y no matase ni enpeciese a la persona que tira, y después tirase una saeta enarbolada y derribase con ella, entonces podría decir que no fiaba de las saetas sino de la yerva que la última saeta llevaba. Así dice san Pablo: no ponemos la mira en arrojar palabras por esos aires que, como saetas enplumadas, las palabras de la tierra el aire las lleva, pero ponémosla en la yerva y virtud que Dios comunica a las pocas que hablamos.
      • c1610 Juan Bautista Concepción (Juan García López) Martirio [1999] 1194 Esp (CDH )
        Cuando yo leo la vida de un Agustino, de un Benito y Jerónimo, ¿quién no se ha de asombrar de ver en la tierra tales columnas, tales leones, tales arcos y saetas enarboladas para matar y consumir peccados y convertir peccadores? Estas sí que eran puertas principales. Pero cuando a mí y otros como yo considero, más merecemos nombre de postigos o portillos caídos hechos en el edificio antiguo que no puertas verdaderas en correspondencia de las primeras.
      • c1610 Juan Bautista Concepción (Juan García López) Vida Justo [1999] Esp (CDH )
        Yo pienso que porque hiere y atraviesa con saeta enarbolada el corazón, saca los ojos para no ver sino lo que el corazón desea y aprisiona los pies para que sólo dé pasos en orden a lo que se ama.
      • c1610-c1612 Juan Bautista Concepción (Juan García López) Exhortaciones Perseverancia [2002] fol. 24v Esp (CDH )

        Dos fuertes capitanes que atemorizaban el mundo, el uno acabó a manos de un pastorcillo por falsamente confiado y el otro, a manos de una flaca mujer por descuidado. Bien les fuera lo que ahora decimos a estos tales: que miraran y advirtieran que la guerra no quiere descuido ni admite presumción, porque muchas veces el contrario esconde su ira y enojo en un falso dissimulo, y aun en el aire que corre envuelve la saeta enarbolada.

      • 1617 Valladares Valdelomar, J. Caballero [1902] Esp (CDH )
        Vieira amigo, si ya Dios quisiera / que virara mi mala suerte en buena, / viera yo entonces gloria de mi pena / como ahora la tengo por Vieira. / Saeta enarbolada y vira era / quien viril corazón puso en cadena / y virote pasado á mano llena / como el sol sin romper la vedriera. / Si con rara virtud atractiva / salteáis á las almas pasajeras / en este puerto inútil Mertolino. /
      • a1632 Mira de Amescua, A. La mesonera del cielo [1972] Esp (CDH )
        Pantoja . Aguarda, no te apresures, / detén el paso, no corras, / que pareces fiera herida / de saeta venenosa. / Él se va y acá me deja; / ¡señor, ya voy por la alforja, / ya voy por los alpargates, / presto vuelvo con la bota; / no te vayas tan ligero, / que si vas tan por la posta / es imposible seguirte, / porque estoy lleno de ronchas, / y es menester que un barbero / me saque cuatro mil onzas / de sangre, pues son verdugos / de venas que no están rotas. /
      • c1642 Enríquez Gmz, A. Peregrinaciones Méndez Pinto 2.ª parte [1974] Esp (CDH )
        Duarte . Vn Astrologo en Lisboa, / bien agora se me acuerda, / me dixo, que en mi seria / palma hermosa vna saeta / enarbolada en arpon; / tuuelo por cosa cierta, / y agora lo voy creyendo.
      • a1660 Colín, F. Labor evangélica [1663] p. 71 Esp (BD)
        Usauan mucho los maritimos salir en coso, y los Mediterraneos armar emboscadas para estos robos: gastando la vida en esto. Las armas eran arco, y flecha, lança de hasta corta, y hierro de mil maneras, los mas harponados; otras sin hierro, con solas puntas sacadas de la misma hasta, que ya es caña, ya vara de madera tostadas al fuego. Terciados, puñales grandes finos, y de muy prima hechura, y filos, ceruatanas largas, que disparan saetillas emponçoñadas dañosisimas al vso de los de Samatra.
      • 1693 Montalbo, F. Historia gverras Vngria p. 74 Esp (BD)
        Fue muy sangrienta la refriega, porque se peleaua con alfanges, dardos, y arcabuces, con que no auia golpe sin herida. Era grande el numero de los enemigos, que contendian el puesto, y no menor el que les aseguraua las espaldas, disparando continuamente saetas venenosas, y sucediendo vnos á otros, porque el cansancio no les perdiesse, lo que les ganó el valor.
      • 1725 Ferreras, J. Historia España XIV. Parte dezimaquarta p. 289 Esp (BD)
        El Capitan Alonso de Contreras peleó valerosamente, defendiendo la entrada de vna calle; mas fue herido de vna saeta envenenada, de que murió; y tambien murió Christoval Marquez, Alferez de Gonçalo de Alcantara, peleando esforçadamente.
      • 1739 Zárate, A. Informe Majestad [1904] Ec (CDH )

        Casi al mismo tiempo, en las casas de los Zamuas y Yaies Yameos, se dejó tambien ber el demonio en figura de guacamaya, amenazándolos con la muerte con bozes articuladas, y de echo dentro de pocos dias se fueron muriendo casi todos de repente sin saberse de qué mal. Esforzábanse á matar la infernal guacamaya; pero quando parezia que havia de quedar muerta con las saetas embenenadas que la disparavan, se duplicava ella amenazando nuevos destrozos con que se an hido consumiendo casi todos.

      • 1756 Álvarez, J. Compendio historia universal, Turselino, III p. 70 Esp (BD)
        Juan Comneno, hijo de Alexo, terminó el curso de su vida de una manera todavia mas infeliz, (despues de haber imperado veinte y quatro años, ocho meses y algunos dias.) Al disparar en la caza una saeta envenenada conta un Javalí, se hirió una mano: esta herida fue la causa de su muerte, pues jamás, quiso que los Medicos le cortassen la mano.
      • 1772 Cadalso, J. Supl Eruditos violeta [1818] Esp (CDH )

        Con mas formalidad lo tomó un acérrimo apasionado de la lengua castellana, traduciéndolo en el mismo metro y número de versos; y viendo que yo lo tomaba á zumba, se me encaró, y dixo en la quarta cancion de sus obras impresas:

        El de la vida, Fusco, religiosa, / No necesita de moriscos arcos, / Ni de la aljava llena de saetas / Envenenadas. /
      • 1785 San Christoval Eguiarreta, J. Tratado vanidad, Diego San Christoval, II p. 25 Esp (BD)
        La propia voluntad es como el cuervo, que saca los ojos á quien lo cria. Como el ciervo llevado por su apetito se pone en las manos del cazador, que finge la voz de la cierva, y es herido de saeta herbolada, así el que se rige por su propia voluntad y apetito, quanto va mas apriesa tras lo que desea, tanto mas corre para la muerte.
      • 1789 Velasco, J. HReino Quito [1981] Ec (CDH )

        Desde allí se mandaron proporcionados destacamentos por todos los ríos, quebradas y países que los bárbaros ocupaban. Corrieron de Sur a Norte más de 100 leguas, hasta los confines de Macas y de Cuenca. Nunca les salieron al encuentro, y sólo de noche les arrojaban sobre los ranchos y aun sobre el real muchas lanzas y saetas envenenadas, con que hicieron alguna (que) otra muerte. Sirvió mucho para espantarlos de noche la gran provisión que hizo el Gobernador de cohetes y truenos artificiales.

      • 1789 Velasco, J. HReino Quito [1981] Ec (CDH )

        Huachina, Arco: Huachi, la flecha: Viruti, la saetilla envenenada: Viruti-churana, el carcaj.

        Huaraca, Honda de arrojar piedras.

        Huancary Hatun-Taqui, Tambor de guerra.

      • 1795 Estala, P. Trad Viagero universal, Laporte, I p. 253 Esp (BD)
        Cuenta aqui que Galeno hizo un viage de propósito á Lemnos, unicamente para reconocer la virtud de esta tierra: añaden que habiendo sido herido Filoctetes en un pie con una saeta envenenada, ó mordido por una víbora, le dexaron los Griegos en Lemnos para que se curase con esta tierra.
      • 1817 Anónimo "España. Madrid 22 octubre" [23-10-1817] Gaceta de Madrid (Madrid) Esp (HD)
        Sus armas son una pica ó lanza de madera de chonta, un bróquel ó escudo, y una gorra de tejido con un airon de plumas de colores, y un colgante atras de sartas de semillas ó frutillas. Nunca caminan sin la pica, para defenderse de las fieras de que abunda el país, y á las cuales persiguen con empeño, haciendo á veces cacerías para extinguirlas. En ella usan de saetas envenenadas, que arrojan con bodoquera, no teniendo noticia ni de las armas de fuego ni de las de hierro ó acero.
      • 1847 Estébanez Calderón, S. Escenas andaluzas [1985] 187 Esp (CDH )

        Qué burla tan extremada, y más cuando nos juntemos en corro a recordarla y reírla los tres personajes de la escena, la Teodora, este su enamorado, y yo, la desventurada vieja, que de tales regocijes sólo puedo haber noticias apartadas, y de que ningún útil ni provecho para este cuerpo ya desierto y deshabitado para glorias del amor...

        Y la infernal meguera, * dejando desvanecido entre sus imaginaciones licenciosas al desacordado mancebo, se lanza como saeta envenenada a dar en el blanco de su perverso intento.
      • 1862 Balaguer, V. Flores p. 82 Esp (BD)
        Era ya hora muy adelantada cuando determinó el baile. Todos se marcharon felicitando á la amante pareja por su próximo enlace. Cada una de estas felicitaciones se clavaba como una saeta emponzoñada en el corazon de Elena. En cuanto á Mac-Gregor las recibia con una sonrisa estraña, una sonrisa que asomaba amarga en su rostro pálido.
      • 1877 Arenal, C. Estudios penitenciarios [1895] Esp (CDH )
        Ante las miradas curiosas, despreciativas ó airadas, que se renuevan de continuo, y como una lluvia incesante de saetas envenenadas caen sobre el preso, es difícil, casi imposible, que éste conserve ni la serenidad de ánimo ni la actitud que la revela; que halle medio entre la humillación y la insolencia, y que no desafíe con cabeza cínicamente erguida á la ley y á la opinión. El que salió de su casa avergonzado, llega á veces á la cárcel perdida la vergüenza; quedó en el largo tránsito, en que cada mirada era un atentado á la dignidad, y esta pérdida es irreparable.
      • 1890 Amador Ríos, R. Leyenda del Rey Bermejo p. 249 (BD)
        Las palabras de odio, las frases insultantes é injuriosas, las exclamaciones de rabia que salían de sus labios como saetas envenenadas, apagaban con infernal estrépito el estruendo de la lucha que entre sí mantenían fuera los elementos desencadenados en el espacio, y resonaban fatídicas en las concavidades de la torre.
      • 1906 Cuervo, J. Trad Compendio Doctrina Cristiana [1998] 311 Esp (CDH )

        Antes quien con mentira o falso testimonio corrompe a su prójimo, homicida es, adúltero y ladrón; homicida, porque con su ponzoñosa lengua como con saeta herbada hiere a su prójimo; adúltero, porque con su desvergonzada mentira infama y pervierte a la muy hermosa y resplandeciente verdad; ladrón, porque con su falso testimonio roba la fama y muchas veces la hacienda de su hermano.

      • 1910 Garrido Atienza, M. Capitulaciones Granada [1910] Esp (CDH )
        Los moros rechazaron los primeros ataques, defendiéndose con sus espingardas, con otras armas de fuego y con saetas envenenadas con yerbas, «é ferian algunos christianos.
      • 1928 Anónimo Gómez Carrillo El Boletín, 8 de enero de 1928 Pa (CDH )
        No es ocasión —ante la noticia fugaz que, como saeta emponzoñada, nos trae el cable— para hacer un recuento de los hechos culminantes de la vida del maravilloso artífice de la prosa, que hace siete lustros salió de la ardiente tierra guatemalteca, en compañía del más grande poeta de todos los tiempos, el inmortal Rubén Darío, con el fin, pronto cumplido, de conquistar Paris y dominar el mundo.
      • 1936 Más, J. "Fetichero blanco" [16-08-1936] Diario de la Marina (La Habana) Cu (HD)
        —Seguiré su consejo señor Delvoa, como lo han seguido hasta aquí todos los antecesores míos en el puesto —y agregó humorísticamente—. Y si un salvaje de esos me atraviesa con su lanza o con una saeta envenenada, rece usted un padrenuestro por este desgraciado y notifique al gobierno de Bata que he muerto como un valiente.
      • 1950 Anónimo (Subcomité Nacional y la Delegación del C. N. en el exterior: El Secretariado) "Manifiesto subcomite nacional" [23-07-1950] España Libre (Toulouse) (HD)
        Este continente, que representa la base de toda acción para defender el contenido de los derechos y deberes democráticos, está amenazado, con saeta envenenada desde Corea dirigida, a ser turbado en su sueño tranquilo en que descansa la seguridad del mañana.
      • 1969 Asturias, M. Á. Maladrón [1969] Gu (CDH )
        En el baño no nos decimos ahora estoy sumergido en agua celeste, ligera, tenue, agua del vientre de la madre común, la madre dulce; no nos decimos, mi cuerpo se ha consubstanciado con ella, mis brazos, mis piernas, mis pies, mi cabeza son parte de su cristal y su pompa luminosa, porque mientras nos bañamos bajo las estrellas a medianoche, lejos de estar dentro de nosotros, estamos fuera, pensando en las batallas, en los flecheros, en las saetas y púas envenenadas.
      • 1981 Ferrero, J. Bélver Yin [1993] 195 Esp (CDH )
        ¿Esa doncella, que vivía en mis pupilas y que los otros descubrían al mirarme, no eras acaso tú, hermana impía? Tú que habías poseído mi corazón y mis pensamientos y mi inteligencia. Tú que habías sido educada por una Devadasi de la secta de las Vratyas, tú que amabas el albedrío y hacías de él tu saeta envenenada. Más que tú quizás, amo yo el libre arbitrio de mis deseos, pues bien sabes que nací bajo el signo del agua; mas ahora ese arbitrio busca su imagen más fiel, la de su hermana gemela: busca sus labios, busca sus ojos, se busca a sí mismo.
      • 1992 Belli, G. Mujer habitada [1995] 22 Ni (CDH )
        Todavía me parece oír su grito, aquel grito largo y desesperado horadando el aire como una saeta envenenada.
      • 1992 Martín Gaite, C. Nubosidad [1994] Esp (CDH )
        Y de repente se me clava en el costado la saeta envenenada de una ansiedad antigua que, en contra de todos mis esfuerzos por desactivarla, va a presidir —lo sé— mi insomnio de esta noche. Procuraré paliarla recurriendo al magnetófono. He traído la cinta que me grabó Manolo poco después de despedirnos y me mandó a Madrid. Recuerdo que tenía yo mucho trabajo por aquellos días y tardé en ponerla. Entonces no me hizo tanta impresión como ahora. Como los buenos vinos, gana con el tiempo.
      • 1992 Martín Gaite, C. Nubosidad [1994] 330 Esp (CDH )
        Estaban sentados en una de las mesas del fondo, junto a la barandilla, Manolo de espaldas, en mangas de camisa y con la chaqueta colgada en el respaldo de la silla de tijera, y charlaban animadamente ante unas bebidas que consumían sin prisa, como si no estuvieran esperando a nadie. Ya cuando subía los escalones con los ojos bajos, me habían llegado sus risas y la voz predominante de Manolo que se me clavó como la primera saeta envenenada.
      • 1994 Muñoz Calvo, S. HFarmacia [1994] 121 Esp (CDH )
        Para escribir este capítulo me informé de nuevo de un guardabosques del Rey Nuestro Señor, llamado Bernardo de Molina, y me dijo que todo lo dicho era verdad y que se les caían por el mes de abril, que les nacen al principio cubiertos de vello y blandos y en el espacio de dos meses se endurecen ... Dos cucharadas de la ceniza de los cuernos de ciervo lavada, siendo bebida, aprovecha contra la disentería, restaña la sangre del pecho y sirve a la ictericia. Su sangre con aceite y hecho con ello un clister aprovecha a las llagas de las tripas y bebida con vino vale para las saetas venenosas...
      • 2001 Iriarte, A. Espárragos Co (CORPES)
        Otro de sus menesteres predilectos durante la travesía fue el de tomar largos apuntes en una libreta mientras oteaba las riberas a babor y a estribor. Trimegisto no había olvidado que esa ruta que él entonces seguía, rodeado de comodidades, era la que había remontado cuatro siglos antes don Gundián de Esparragoza y Fístula a la cabeza de sus ochocientos valientes, nutriéndose de sapos vivos y compañeros muertos y librando una lucha desigual contra los indios flecheros que asumían los colores de la selva para lanzarles las saetas emponzoñadas mientras ellos disparaban los arcabuces al desgaire en un esfuerzo desesperado por guarecerse de la muerte que les llegaba enherbolada y que a muchos convirtió en almuerzo de compañeros famélicos.
      • 2012 Fuente, M. "Leopoldo Panero" [08-03-2012] ABC (Madrid) Esp (HD)
        Leopoldo Panero, como un San Sebastián de nuestra poesía, llevaba sobre el cuerpo todas las saetas envenenadas de nuestra Guerra Civil y aquella posguerra interminable, en la que vistió la camisa azul y mezcló versos extraordinarios con el yugo y las flechas, la mística joseantoniana (probablemente más sentimental que otra cosa) con cantos inolvidables como «La estancia vacía», de 1944, de tono parecido e igual de emocionante que «La casa encendida».
      • 2018 García Cózar, J. J. Pasajero p. 77 Esp (BD)
        —¿La viste? ¿Sabes si había una niña de ocho años con ellos? —Sí, Luz. Estaba con el heraldo del gobernador cuando llegó aquí. Pero no le pasó nada. —¡Está viva! Gracias por decírmelo, es mi sobrina, la raptaron —exclamó el cazador con gran alivio en su tono—. ¿Sabes dónde está ahora? ¿Puedes contarme qué ha pasado aquí? —Cuando llegó el heraldo con esa chica fue emboscado por diez hombres, le atacaron por sorpresa, y parecían exploradores extranjeros, armados con ballestas pesadas y hachas; seguramente tripulantes de uno de los barcos de guerra que está subiendo el río. —¿Es posible? No te da miedo —preguntó el cazador muy impresionado por la seguridad con la que hablaba el chico. —Estoy bien. Pero tu sobrina no corrió peligro en ningún momento, no pudieron ni acercarse a ella; el heraldo seguía siendo muy rápido y fuerte a pesar de que lo alcanzaron con saetas envenenadas desde la distancia dos veces cuando empezó todo, al pillarlo desprevenido.
    2. s. f. En particular, saeta que dispara Cupido, según la mitología romana, para despertar, de manera inmediata y repentina, el amor en aquellos que son heridos.
      docs. (1343-2008) 54 ejemplos:
      • a1435 Pz Patiño, G. Poesías [1993] 634 Canc Baena Esp (CDH )
        Amor cruel, aborresçido, / nasçió en ora muy buena / qualquier qu'en tu cadena / non fue preso nin metido; / en mal día fue nasçido / qualquier ombre * que sirve, / por quanto sin dubda bive / vida de ombre perdido. / Piensan * que todo es risa / quantos entran en tu * barco; / quando tiendes el tu arco / fieres de muy mala guisa. * / Non sé mal, por mi pesquisa, / en que te non entremetas; / lanças crueles saetas, / triste es la tu devisa. /
      • 1842-1851 Mesonero Romanos. R. Escenas matritenses [1993] Esp (CDH )

        [...] y el rechinar de una imprudente puerta, me hizo conocer que el enemigo se hallaba cerca, con lo cual, y la ventana abierta, oí distintamente una voz que cantaba esta seguidilla:

        Aunque los males curo, / De las heridas, / Amor no me permite / Curar las mías. / Que sus saetas / Tienen más poderío / que mis recetas.

        No me pareció del todo mal el concepto barberil, y por ver si continuaba o yo me había equivocado, dejéle echar el preludio de la segunda copla, mientras el cual la hermosa Maritornes se acercaba a la ventana a pocos pasos de donde yo me había colocado.

      • a1435 Pz Patiño, G. Poesías [1993] 634 Canc Baena Esp (CDH )
        Amor cruel, aborresçido, / nasçió en ora muy buena / qualquier qu'en tu cadena / non fue preso nin metido; / en mal día fue nasçido / qualquier ombre * que sirve, / por quanto sin dubda bive / vida de ombre perdido. / Piensan * que todo es risa / quantos entran en tu * barco; / quando tiendes el tu arco / fieres de muy mala guisa. * / Non sé mal, por mi pesquisa, / en que te non entremetas; / lanças crueles saetas, / triste es la tu devisa. /
      • c1470-1480 Cota, R. Diál Amor [1961] Esp (CDH )
        [...] AmorAgora verás, don Viejo, / conservar la fama casta; / aquí te veré do basta / tu saber y tu consejo. / Porque con sobervia y riña / me diste contradición, / seguirás estrecha liña / en amores de una niña / de muy duro coraçón. /El ViejoEl qual ypnal muerde, muere / por grave sueño pesado: / assí haze el desdichado / a quien tu saeta fiere. / ¿A dó estavas, mi sentido? / Dime, ¿cómo te dormiste? / Durmiósse triste, perdido, / como haze el dolorido / qu'escuchó de quien oyste.
      • c1495 Flores, J. Grimalte [1988] Esp (CDH )
        Con todo, pongamos grand parte del cargo al Amor, porque iere con sus saetas según su vano consejo le administra, que pocas vezes vemos a dos amantes en estado y en valer de sus personas iguales, mas por la mayor parte las pequeñas cosas buscar los altos palacios, y las muy grandes dessear los menores siervos.
      • c1495 Lucena, L. Repetición amores [1954] Esp (CDH )

        Y aun lo que más muestra el poder de Cupido es que costreñía a algunos dioses a fieramente amar y a duramente ser desamados, según que fué en Apolo y la ninpha Dane, según cuenta Ovidio, libro I, Methamorphoses. Y esto vino porque hirió Cupido a Apolo con saeta que tenía la punta de oro. Y así tiene Cupido en su poder el amor y desamor y dar fieras penas a quién quiere.

      • 1497 Encina, J. Representación poder Amor [1991] Esp (CDH )
        PelayoYo te diré. / Un garçón muy repicado / y arrufado / vino por aquí a tirar, / yo quisiérale prendar / y él [h]ame muy mal tratado.Bras¿Qué te fizo?Pelayo ¡Dios te praga! / Diome con una saheta / y fízome dentro, secreta, / tan gran llaga / que, miafé, no sé qué haga. Bras¿Tú no le podías dar / y matar? / ¿Más pudo que tú un moçuelo?Pelayo¡Ha! Caí luego en el suelo, / ya que le iva yo a tirar.
      • 1528 Delicado, F. Lozana [1994] Esp (CDH )
        Vi a una ventana de un jardín una hija de un cibdadano; ella de mí y yo d'ella nos enamoramos, mediante Cupido, que con sus saetas nos unió, haciendo de dos ánimos un solo corazón.
      • c1553-1556 Villalón, C. Crótalon [1990] 258 Esp (CDH )
        Y como Julio se vio solo y en aquel estado con su señora, y que de su habla no tenía testigo le començó ansí a dezir [...] y podéis, señora, ser muy çierta que no faltaba dolor en mi coraçón, porque menos podía yo estar sin vos un hora que vos sin mí, porque de la mesma saeta nos hirió Amor a ambos a dos; y ansí procuré de me partir de vos con deseo de buscar remedio que satisfiziesse a nuestra llaga y contento [...].
      • 1585 Pz Moya, J. Philosofía [1995] Esp (CDH )
        Cupido, muy enojado, volando por el aire, asentóse en la altura del Monte Parnaso y sacó dos saetas de su arjaba, una que hacía amar, que tenía la punta de oro, y otra bota, con punta de plomo, que hace aborrecer; * con la que hacía amar hirió a Apolo, y con la que hacía desamar hirió a Daphne, Nimpha, hija del río Peneo.
      • 1605 Lpz Úbeda, F. Pícara Justina [1977] Esp (CDH )

        ¡Mirad, por vuestra vida, qué billetes en papel dorado!, ¡qué tercera subtilmente injerida como cuña!, ¡qué dos mil patacones ojigallos para guantes, conforme a la ley del siglo dorado!, que decía aquello que tradujo el poeta, y dice:

        Si tienen puntas de oro las saetas, / Amor puede al seguro hacer sus tretas.
      • 1651 Gracián, B. Criticón 1.ª parte [1993] 49 Esp (CDH )

        Con un tan impensado incidente, alteráronse mucho las cosas, mudaron de cara las materias; sola Felisinda no se trocó y, si lo fue, en mayor fineza. Sus padres y sus deudos, aspirando a cosas mayores, fueron los primeros que se entibiaron en favorecer mi pretensión, que tanto la habían antes adelantado [...]. Declaráronse luego otros competidores, tan poderosos como muchos, pero amantes heridos más de las saetas, que les arrojaba la aljaba de su dote, que el arco del amor. Con todo, me daban cuidado, que es todo temores el amor.

      • 1784 Arroyal, L. Epigramas [1784] 72 Esp (CDH )
        Ni la suprema altura / puede librarse de su flecha dura: / ni es bastante muralla / el que la sangre y parentesco haya: / él hace las Reales / Cortes dexar por chozas pastorales; / y á los que son en sangre mas llegados / ser amantes los mas desatinados. / Aun á la luna la baxó su saña / á ver un pastorcillo en su cabaña. / ¡Ay! dexa tus saetas ya, Cupido, / que á bastantes sus puntas han herido, / y consulta Citeres amorosa, / por ventura será mas piadosa.
      • 1805 Blanco White, J. M. Placeres entusiasmo [1994] 189 Poesías Esp (CDH )
        / Mas cuando de sus ojos centellantes / Espira el vivo fuego, que los pechos / Enciende de los hombres y los dioses, / ¡Cuál dulce suena la armoniosa lira / En manos del poeta, / Cantando el dulce ardor de su saeta! / ¿Mas es él? ¿Es amor? ¿Quién su sonrisa / Mudó en ceño feroz? ¿Quién el acero / Puso en tierna mano? De su antorcha / El dulce ardor en abrasada hoguera / Mirad cuál se convierte, / Amenazando destrucción y muerte.
      • a1810 Blanco White, J. M. Incordio [1994] 228 Poesías Esp (CDH )
        «No vas a ver aquel rapaz alado / A quien Amor llamaron los poetas, / Aquel niño travieso, aquel taimado / Con venda y una carga de saetas: / Ya ése está a un escolapio encomendado / Para que lo corrija con palmetas. / El nuevo sabe más que una raposa / Y usa en vez de saetas de otra cosa.»
      • c1789-p1810 Marchena, J. Poesías [1892] 38 Esp (CDH )
        Infeliz el que flecha penetrante / Hirió de Amor, y bienaventurado / El que le vió este dios de buen talante. / Vén también á la fiesta, dios vendado; / Mas lejos de nosotros ten tu ardiente / Saeta; ¡ay! ten lejos el harpón dorado. / Cantad al dios de amor: abiertamente / Le invoque cada uno á la majada, / Y á su pecho le llame ocultamente, / Ó á voces el que quiera: ¿ya enredada / No veis la tropa en fuegos amorosos, / Y la danza lasciva ya empezada? /
      • 1842-1851 Mesonero Romanos. R. Escenas matritenses [1993] Esp (CDH )

        [...] y el rechinar de una imprudente puerta, me hizo conocer que el enemigo se hallaba cerca, con lo cual, y la ventana abierta, oí distintamente una voz que cantaba esta seguidilla:

        Aunque los males curo, / De las heridas, / Amor no me permite / Curar las mías. / Que sus saetas / Tienen más poderío / que mis recetas.

        No me pareció del todo mal el concepto barberil, y por ver si continuaba o yo me había equivocado, dejéle echar el preludio de la segunda copla, mientras el cual la hermosa Maritornes se acercaba a la ventana a pocos pasos de donde yo me había colocado.

      • a1435 Pz Patiño, G. Poesías [1993] 634 Canc Baena Esp (CDH )
        Amor cruel, aborresçido, / nasçió en ora muy buena / qualquier qu'en tu cadena / non fue preso nin metido; / en mal día fue nasçido / qualquier ombre * que sirve, / por quanto sin dubda bive / vida de ombre perdido. / Piensan * que todo es risa / quantos entran en tu * barco; / quando tiendes el tu arco / fieres de muy mala guisa. * / Non sé mal, por mi pesquisa, / en que te non entremetas; / lanças crueles saetas, / triste es la tu devisa. /
      • p1468 Córdoba, M. Jardín doncellas [1956] Esp (CDH )

        Así, que podemos decir que Dios hizo la mujer de una ballesta de hueso y de una costilla con que se podían enredar los pájaros. Esta interpretación suena en mala propiedad de la mujer, refiriéndola a nuestra madre Eva, con la cual el demonio encostilló a nuestro padre Adán. Pero si lo referimos a la Virgen María, será loable declaración; y así como Eva es vituperio de las mujeres, así la Virgen es loor de ellas; y así como con Eva armó costilla el demonio al hombre, así Dios con la Virgen María, armó costilla para encepar al diablo [...]. Así que en la costilla ser flexible y apta para hacer ballesta y armadijo, podemos entender los males de Eva y de las otras mujeres que la siguen, y podemos entender los bienes de la Virgen y de las otras tantas hembras; y las malas son ballesta de Cupido, que es dios de amor, y tiran saetas de fortibles ojadas y de blandas palabras para herir los corazones de los varones y arrendarlos.

      • c1470-1480 Cota, R. Diál Amor [1961] Esp (CDH )
        [...] AmorAgora verás, don Viejo, / conservar la fama casta; / aquí te veré do basta / tu saber y tu consejo. / Porque con sobervia y riña / me diste contradición, / seguirás estrecha liña / en amores de una niña / de muy duro coraçón. /El ViejoEl qual ypnal muerde, muere / por grave sueño pesado: / assí haze el desdichado / a quien tu saeta fiere. / ¿A dó estavas, mi sentido? / Dime, ¿cómo te dormiste? / Durmiósse triste, perdido, / como haze el dolorido / qu'escuchó de quien oyste.
      • 1482-1492 Rdz Montalvo, G. Amadís I y II [1991] Esp (CDH )
        Assí estuvieron de consuno con aquellos autos amorosos, cuales pensar y sentir puede aquel y aquella que de semejante saeta sus coraçones feridos son, hasta que el empacho de la venida de Gandalín hizo Amadís levantar; y llamando la donzella, dieron buena orden de guisar cómo comiessen, que bien les hazía menester, donde ahunque los muchos servidores, las grandes vaxillas de oro y de plata que allí faltaron, no quitaron aquel dulce y gran plazer que en la comida sobre la yerva ovieron.
      • c1495 Flores, J. Grimalte [1988] Esp (CDH )
        Con todo, pongamos grand parte del cargo al Amor, porque iere con sus saetas según su vano consejo le administra, que pocas vezes vemos a dos amantes en estado y en valer de sus personas iguales, mas por la mayor parte las pequeñas cosas buscar los altos palacios, y las muy grandes dessear los menores siervos.
      • c1495 Lucena, L. Repetición amores [1954] Esp (CDH )
        El qual, como de mí trabajasse apartar, vi que era por demás, según dizía Séneca, Tragedia quarta llamada Ypolitus, carmine tercio, que dize: "O deessa engendrada del mar fiero que es Venus, a la qual llaman madre los dos Cupidines o Amores. Este mozo es muy poderoso en llamas y saetas y lozano y esforzado para tirar, y tira muy certero todas las saetas de su arco. La llaga que éste haze es fuerte, ca él tira rezio y no la puede alguno escusar. Y la llaga hecha es incurable por quanto es profunda y angosta, llegando hasta los tuétanos del todo escondidos".
      • c1495 Lucena, L. Repetición amores [1954] Esp (CDH )

        Y aun lo que más muestra el poder de Cupido es que costreñía a algunos dioses a fieramente amar y a duramente ser desamados, según que fué en Apolo y la ninpha Dane, según cuenta Ovidio, libro I, Methamorphoses. Y esto vino porque hirió Cupido a Apolo con saeta que tenía la punta de oro. Y así tiene Cupido en su poder el amor y desamor y dar fieras penas a quién quiere.

      • c1495 Lucena, L. Repetición amores [1954] Esp (CDH )
        Así lo dize Séneca: "No tiene este mozo Cupido paz alguna por todo el mundo. Ymbía muy apriessa las saetas por toda parte, derramándolas. Todas las gentes que veen al sol nascer, y todas las regiones que están puestas a Occidente, y si alguna gente está debaxo de Cáncer y si alguna gente está debaxo de Setentrión —qualquier de todas estas regiones conosce los fieros ardores de los mancebos, y de los viejos, y de las vírgines".
      • c1495 Lucena, L. Repetición amores [1954] Esp (CDH )
        Ansí lo dize ende Séneca: "El fuego de Cupido es sacro y muy poderoso en todas aquellas partes por las quales la tierra es ceñida del alto mar, y por donde las estrellas luzientes corren en el celestial mundo. Esto todo tiene por reyno el mozo fiero, cuyas saetas siente en las aguas hondas del mar la compaña de las nimphas nereydas".
      • c1495 Lucena, L. Repetición amores [1954] 58 Esp (CDH )
        Esto fue necessario por dos cosas: la primera, por hazer creyble lo que los poetas del affirmavan —dizen— que Cupido por todo el mundo hiere con saetas y con ardor a todos los onbres, y todos que los aman son dél encendidos.
      • c1495 Lucena, L. Repetición amores [1954] 58 Esp (CDH )
        Así lo pone Séneca, Tragedia quarta, carmine ii: "Venus, llamada Hericina, embía a su hijo que ande vagando por el mundo y él, bolando por el cielo, embía las saetas muy rezias con mano tierna."
      • c1495 Lucena, L. Repetición amores [1954] Esp (CDH )

        La tercera propriedad es que pintavan a Cupido con arco y saetas. La razón desto es la significación: Cupido, que es el amor o carnal desseo, haze llagas en el corazón, porque el que ama ya no está sano en sus pensamientos y desseos, como aquello dessee que a la muerte, a la virtud y honestidad trayga.

      • c1495 Lucena, L. Repetición amores [1954] Esp (CDH )
        Esta llaga se haze con saeta. Podía dezir hazerse con otro linage de armas; empero, fué más conveniente dezir que se hazía con saeta, por quanto no se podía hazer, lo primero, esta llaga salvo con arma aguda y que penetre al corazón.
      • c1495 Lucena, L. Repetición amores [1954] Esp (CDH )
        empero, fué más conveniente dezir que se hazía con saeta, por quanto no se podía hazer, lo primero, esta llaga salvo con arma aguda y que penetre al corazón. Como el amor sea llaga en el corazón a la saeta conviene esto porque penetra. Lo segundo porque aunque otras armas aya agudas, así como spada y lanza, no convenía dezir que con éstas hiriese Cupido mas con saeta, lo uno, porque Cupido hiere bolando por el ayre; empero, para herir con spada o con lanza avíesse de acercar.
      • c1495 Lucena, L. Repetición amores [1954] Esp (CDH )

        Como el amor sea llaga en el corazón a la saeta conviene esto porque penetra. Lo segundo porque aunque otras armas aya agudas, así como spada y lanza, no convenía dezir que con éstas hiriese Cupido mas con saeta, lo uno, porque Cupidohiere bolando por el ayre; empero, para herir con spada o con lanza avíesse de acercar.

      • c1495 Lucena, L. Repetición amores [1954] Esp (CDH )
        Empero, no era tan grande si hiriesse con lanza o con spada, porque avría de llegar a cada uno, hiriendo con saetas podría desde un mesmo lugar tirar a muchos y herirlos; y ansí más apriessa haría, pues ésta era más conveniente llaga.
      • c1495 Lucena, L. Repetición amores [1954] Esp (CDH )
        Empero, esto no convenía a cada instrumento de herir, ca, agora fuese con lanza, agora con spada, sería ancha la abertura de la llaga, pues sería mas conveniente con saeta, que haría pequeña abertura.
      • c1495 Lucena, L. Repetición amores [1954] Esp (CDH )

        Y para significar esta difficultad de curación desta enfermedad devíese dezir que era la llaga angosta, porque en las angostas y profundas no se pueden hazer las obras de cirurgía, ansí como en las que son anchas. Empero, para hazer llaga honda y angosta no ay arma más conveniente que la saeta; luego, devieron poner que Cupido teníe arco y saetas.

      • c1495 Lucena, L. Repetición amores [1954] Esp (CDH )
        Lo V, porque aunque todas las llagas de Cupido o Amor tengan esto por condición común —que sean profundas y angostas— no son todas de una manera, y por esto es la diversi dad de parte del instrumento, la qual diversidad no se puede hallar en lanza o spada, así como en la saeta; donde se devió dezir que con saeta hiría Cupido.
      • c1495 Lucena, L. Repetición amores [1954] 60 Esp (CDH )

        Esto se prueva por quanto podía traer Cupido saetas de diversas maneras y muchas, y no podía traer muchas lanzas o spadas: ca saetas muchas podía traer porque eran de poco peso, y no era así de las spadas y lanzas. Que fuessen las saetas de diversas maneras paresce por quanto unas tenían las puntas de oro, y otras las tenían de plomo, según dixo Ovidio, libro I, Methamorphoses.

      • c1495 Lucena, L. Repetición amores [1954] 60 Esp (CDH )
        Aun paresce que las saetas podían ser más certeras o mayores o para más passar; según pone diferencia Ovidio, libro V, Methamorphoses, donde, quando Venus escogió la saeta de entre muchas y dize: "Cupido desata la caxa de sus saetas, y por el juyzio de la madre entre mil escogió una, y apartóla; era la más aguda de todas, y más certera y más obedesciente al arco." Esta diversidad en muchedunbre hazerse ya bien en las saetas pequeñas, y no en lanzas ni spadas; luego devió ser Cupido armado de saetas y no de lanzas ni spadas.
      • 1481-1496 Encina, J. Arte poesía [1996] Cancionero Esp (CDH )

        Invocación a los amores

        ¡O celícolas fulgentes! / ¡O cuidados muy despiertos, / matadores de los muertos, / cadena de los bivientes! / ¡O yugo de la razón, / esperança muy mudable, / sospechoso galardón, / saetas del coraçón, / dadme licencia que hable!

        Prosigue

        El Amor luego, en saliendo, / conoció bien quién yo era, / y con su vista alaguera / me miró medio riendo; / como vi que me mirava / como a nuevo cortesano / al tiempo quando passava, / ya que cabe mí llegava, / lleguéle a besar la mano. /
      • 1497 Encina, J. Representación poder Amor [1991] Esp (CDH )
        PelayoYo te diré. / Un garçón muy repicado / y arrufado / vino por aquí a tirar, / yo quisiérale prendar / y él [h]ame muy mal tratado.Bras¿Qué te fizo?Pelayo ¡Dios te praga! / Diome con una saheta / y fízome dentro, secreta, / tan gran llaga / que, miafé, no sé qué haga. Bras¿Tú no le podías dar / y matar? / ¿Más pudo que tú un moçuelo?Pelayo¡Ha! Caí luego en el suelo, / ya que le iva yo a tirar.
      • c1509 Encina, J. Égloga Cristino [1991] Esp (CDH )
        JustinoMás pareces, a mi ver / y entender, / lechuza que no Cupido: / eres ciego y buscar ruido, / poco mal puedes hazer. / Traes arco con saetas / muy perfetas / y tú no vees a tirar, / tienes alas sin bolar, / tus virtudes son secretas.
      • c1509 Encina, J. Égloga Cristino [1991] Esp (CDH )
        AmorYo soy ciego porque ciego / con mi fuego; / saetas con arco trayo / y alas, porque como un rayo / hiero en el coraçón luego. / A Cristino, aquel traidor / de pastor, / por tomar fuerças comigo, / yo le daré tal castigo / que en otros ponga temor.
      • c1509 Encina, J. Égloga Cristino [1991] 245 Esp (CDH )
        AmorPues si quieres contentarme / y agradarme, / pon luego pies en camino; / vete adonde está Cristino, / porque dél quiero vengarme. [...]. / Yo haré gran fortaleza / con tristeza / dentro de su coraçón, / alçarán por mí pendón / la lealtad y firmeza. / Pondréle con grande enojo / tal antojo / que quiera desesperar; / él se pensó santiguar, / yo haré que se quiebre el ojo. / ¡Sus, Febea! No te tardes, / más no aguardes, / cumple que allá te arremetas; / toma el arco y las saetas, / mas cata que me lo guardes. / Con esta saeta aguda / yo, sin duda, / venço todo lo que quiero, / porque a quien con ella hiero / de mi mando no se muda.
      • 1513 Encina, J. Égloga Plácida [1991] 348 Esp (CDH )
        Tú lo sabes, / Amor, pues dentro en mí cabes, / que yo soy morada tuya. / Exurge, domine, in iray ensalça tu presunción; / con tus saetas me tira / y encara y assesta y mira / que des en el coraçón / con dolores / tan grandes que a los amores / tornes en desperación. /
      • 1528 Delicado, F. Lozana [1994] Esp (CDH )
        Vi a una ventana de un jardín una hija de un cibdadano; ella de mí y yo d'ella nos enamoramos, mediante Cupido, que con sus saetas nos unió, haciendo de dos ánimos un solo corazón.
      • c1553-1556 Villalón, C. Crótalon [1990] 252 Esp (CDH )
        [...] dezía palabras que movían a Julieta a gran lástima y piedad: maldezía su mal hado y ventura, pues cualquiera otro amor santo o deshonesto podría tener alguna esperança de buen fin, y éste no tiene sino sospiros y llorar con inmensa fatiga, dezía llorando: «Si te pareçía Amor, que por estar yo libre de tu saeta estaba muy ufana, y querías con algún martirio subjetarme a tu bandera y señorío, bastara que fuera por la común manera de penar, que es la dama por varón, porque entonçes yo empleara mi coraçón por te servir.
      • c1553-1556 Villalón, C. Crótalon [1990] 256 Esp (CDH )
        Agora pues, podéis vosotros señores, pensar si fue Julio passado con la misma saeta con que amor hirió a Melisa, y pensad en cuánta beatitud estaba su ánima cuando en este estado se vio.
      • c1553-1556 Villalón, C. Crótalon [1990] 258 Esp (CDH )
        Y como Julio se vio solo y en aquel estado con su señora, y que de su habla no tenía testigo le començó ansí a dezir [...] y podéis, señora, ser muy çierta que no faltaba dolor en mi coraçón, porque menos podía yo estar sin vos un hora que vos sin mí, porque de la mesma saeta nos hirió Amor a ambos a dos; y ansí procuré de me partir de vos con deseo de buscar remedio que satisfiziesse a nuestra llaga y contento [...].
      • 1559 Montemayor, J. Diana [1996] 155 Esp (CDH )
        El arco armó el traidor muy brevemente, / no me tiró con jara enherbolada / que luego puso en él su flecha ardiente. / Tomóme la fortuna desarmada, / que nunca suele Amor hacer su hecho / sino en la más exenta y descuidada. / Rompió con su saeta un duro pecho, / rompió una libertad jamás sujeta, / quedé rendida y él muy satisfecho. /
      • 1559 Montemayor, J. Diana [1996] 155 Esp (CDH )
        / ¡Ay, vida libre, sola y muy quieta! / ¡Ay, prado visto con tan libres ojos! / ¡Mal haya Amor, su arco y su saeta! / Seguid Amor, seguidle sus antojos; / vení de gran descuido a un gran cuidado, / pasad de un gran descanso a mil enojos; / veréis cuál queda un corazón cuitado / que no ha mucho estuvo sin sospecha / de ser de un tal tirano sojuzgado.
      • 1585 Pz Moya, J. Philosofía [1995] Esp (CDH )
        Cupido, muy enojado, volando por el aire, asentóse en la altura del Monte Parnaso y sacó dos saetas de su arjaba, una que hacía amar, que tenía la punta de oro, y otra bota, con punta de plomo, que hace aborrecer; * con la que hacía amar hirió a Apolo, y con la que hacía desamar hirió a Daphne, Nimpha, hija del río Peneo.
      • 1585 Pz Moya, J. Philosofía [1995] Esp (CDH )
        La saeta con que Cupido hirió a Apolo era aguda y de oro, y con la que hirió a Daphne era bota y de plomo; fue aguda, porque el amor pasa más que el desamor; el desamor es boto, porque no cala ni traspasa, antes aparta de sí; por esto la una es aguda y traspasa; la otra bota y no traspasa.
      • 1585 Pz Moya, J. Philosofía [1995] Esp (CDH )

        Píntanle mozo o niño, desbarbado, desnudo, con alas, ceñido un aljaba de saetas y un arco, y teniendo hachas encendidas, y con corazones colgados de la cinta; los ojos tapados con una venda que le priva de la vista.

      • 1585 Pz Moya, J. Philosofía [1995] Esp (CDH )
        La primera, por hacer creíble lo que los poetas dél afirman; dicen que Cupido por todo el mundo hiere con saetas y con ardor a todos los hombres, y todos los que aman son dél encendidos; empero no podría esto hacer Cupido si no volase muy apriesa, porque en todos los lugares pudiese esto hacer.
      • 1585 Pz Moya, J. Philosofía [1995] 295 Esp (CDH )
        Venus, llamada Hericina, envía a su hijo que ande vagando por el mundo, y él, volando por el cielo, envía las saetas muy ricas con mano tierna.
      • 1585 Pz Moya, J. Philosofía [1995] Esp (CDH )

        Píntanle con aljaba *y arco y saetas, por la significación. Cupido, que es el amor o carnal deseo, hace llagas en el corazón, por que el que ama ya no está sano en sus pensamientos y deseos, como aquello desee que a la muerte de la virtud y honestidad traiga.

      • 1585 Pz Moya, J. Philosofía [1995] Esp (CDH )

        Estas saetas con que Cupido hería no eran todas de una manera, mas unas tenían las puntas o hierros de oro, otras de plomo.

      • 1585 Pz Moya, J. Philosofía [1995] Esp (CDH )
        Fue la causa, porque así el amor como el desamor son llagas y hácense con alguna arma, y como pusieron saetas para herir el corazón para amar, así pusieron saetas para lo herir para desamar y como el amor es pasión que no deja holgar al amador, así el desamor es pasión que aqueja al que la tiene para huir de aquello que no ama, y ambas pasiones son en una misma parte del ánima, pues como el alma se signifique con el corazón, es menester arma que penetre, y así para ambas cosas dieron a Cupido saetas [...].
      • a1597 Herrera, F. Versos [1985] 708 Poesía Esp (CDH )
        Los olores que siembra el Oriente, / i l'ámbar que'n sus hebras fue sagrada, / se movieron, con l'aura sossegada, / cual en el manso mar el sol luziente. / Espíritus d'Amor en aquel fuego / armaron las saetas i cadena, / i ardió el cruel, herido, i preso el cuello. / Yo, traspassado el pecho, quedé ciego, / mas fue mucho mayor mi acerba pena: / qu'en llama eterna m'enredó el cabello.
      • 1598 Vega Carpio, F. L. Arcadia [1975] Esp (CDH )
        Enareto / Ya no es amor el atrevido arquero / que pintan de mortal saeta armado, / el dios desnudo y el rapaz vendado, / blando a la vista y a las manos fiero.
      • 1605 Lpz Úbeda, F. Pícara Justina [1977] Esp (CDH )

        ¡Mirad, por vuestra vida, qué billetes en papel dorado!, ¡qué tercera subtilmente injerida como cuña!, ¡qué dos mil patacones ojigallos para guantes, conforme a la ley del siglo dorado!, que decía aquello que tradujo el poeta, y dice:

        Si tienen puntas de oro las saetas, / Amor puede al seguro hacer sus tretas.
      • 1605 Lpz Úbeda, F. Pícara Justina [1977] Esp (CDH )
        Galanes a lo grave, desechados. Es necedad pensar que caben juntos gravedad y primor. El amor, por veloz, tiene alas y saetas con plumas. Galanes sólo galanes. Píntalos bien. Amor, no atenido a vestidos
      • 1620 Góngora Argote, L. Poesías 1620 [2000] 534 Poesías Esp (CDH )
        / No de tu media luna / ha sido, Amor, flechada / saeta más alada / que la ausencia importuna; / defensa hay sola una / contra su penetrante vuelo, y esa, / el duro, es, mármol de una breve huesa.
      • 1597-1645 Quevedo Villegas, F. Poesías [1969-1971] Esp (CDH )
        Amor, prevén el arco y la saeta / que enseñó a navegar y dar amante / al rayo, cuando Jove fulminante, / bruta deidad, bramó llama secreta.
      • 1651 Gracián, B. Criticón 1.ª parte [1993] 49 Esp (CDH )

        Con un tan impensado incidente, alteráronse mucho las cosas, mudaron de cara las materias; sola Felisinda no se trocó y, si lo fue, en mayor fineza. Sus padres y sus deudos, aspirando a cosas mayores, fueron los primeros que se entibiaron en favorecer mi pretensión, que tanto la habían antes adelantado [...]. Declaráronse luego otros competidores, tan poderosos como muchos, pero amantes heridos más de las saetas, que les arrojaba la aljaba de su dote, que el arco del amor. Con todo, me daban cuidado, que es todo temores el amor.

      • 1784 Arroyal, L. Epigramas [1784] 72 Esp (CDH )
        Ni la suprema altura / puede librarse de su flecha dura: / ni es bastante muralla / el que la sangre y parentesco haya: / él hace las Reales / Cortes dexar por chozas pastorales; / y á los que son en sangre mas llegados / ser amantes los mas desatinados. / Aun á la luna la baxó su saña / á ver un pastorcillo en su cabaña. / ¡Ay! dexa tus saetas ya, Cupido, / que á bastantes sus puntas han herido, / y consulta Citeres amorosa, / por ventura será mas piadosa.
      • 1805 Blanco White, J. M. Placeres entusiasmo [1994] 189 Poesías Esp (CDH )
        / Mas cuando de sus ojos centellantes / Espira el vivo fuego, que los pechos / Enciende de los hombres y los dioses, / ¡Cuál dulce suena la armoniosa lira / En manos del poeta, / Cantando el dulce ardor de su saeta! / ¿Mas es él? ¿Es amor? ¿Quién su sonrisa / Mudó en ceño feroz? ¿Quién el acero / Puso en tierna mano? De su antorcha / El dulce ardor en abrasada hoguera / Mirad cuál se convierte, / Amenazando destrucción y muerte.
      • a1810 Blanco White, J. M. Incordio [1994] 228 Poesías Esp (CDH )
        «No vas a ver aquel rapaz alado / A quien Amor llamaron los poetas, / Aquel niño travieso, aquel taimado / Con venda y una carga de saetas: / Ya ése está a un escolapio encomendado / Para que lo corrija con palmetas. / El nuevo sabe más que una raposa / Y usa en vez de saetas de otra cosa.»
      • c1789-p1810 Marchena, J. Poesías [1892] 38 Esp (CDH )
        Infeliz el que flecha penetrante / Hirió de Amor, y bienaventurado / El que le vió este dios de buen talante. / Vén también á la fiesta, dios vendado; / Mas lejos de nosotros ten tu ardiente / Saeta; ¡ay! ten lejos el harpón dorado. / Cantad al dios de amor: abiertamente / Le invoque cada uno á la majada, / Y á su pecho le llame ocultamente, / Ó á voces el que quiera: ¿ya enredada / No veis la tropa en fuegos amorosos, / Y la danza lasciva ya empezada? /
      • c1789-p1810 Marchena, J. Poesías [1892] Esp (CDH )
        Sepulturashorribles, tumbas frías, / También Amor persigue entre vosotras / Al mísero mortal, que su saeta / No evita ni entre lóbregos sepulcros. / La letra es de Abaelardo; letra cara, / Que el ojo amortiguado inunda en llanto, / Y el labio sella con amargo beso / ¡Ay! dulce un tiempo, cuando Dios quería. /
      • 1842-1851 Mesonero Romanos. R. Escenas matritenses [1993] Esp (CDH )

        [...] y el rechinar de una imprudente puerta, me hizo conocer que el enemigo se hallaba cerca, con lo cual, y la ventana abierta, oí distintamente una voz que cantaba esta seguidilla:

        Aunque los males curo, / De las heridas, / Amor no me permite / Curar las mías. / Que sus saetas / Tienen más poderío / que mis recetas.

        No me pareció del todo mal el concepto barberil, y por ver si continuaba o yo me había equivocado, dejéle echar el preludio de la segunda copla, mientras el cual la hermosa Maritornes se acercaba a la ventana a pocos pasos de donde yo me había colocado.

      1. s. Frecuentemente, con el modificador dorada y con los complementos de oro, de amor y de Cupido.
        docs. (1343-2008) 56 ejemplos:
        • 1330-1343 Ruiz, J. LBuen Amor [1992] 165 Esp (CDH )
          / Aquí dize de cómo fue fablar con Doña Endrina el Arçipreste / ¡Ay, Dios, e quan fermosa viene Doña Endrina por la plaça! / ¡Qué talle, qué donaire, qué alto cuello de garça! / ¡Qué cabellos, qué boquilla, qué color, qué buenandança! / Con saetas de amor fiere quando los sus ojos alça.
        • 2008 Lavalle, R. "Efectos diferentes" Letralia (CORPES)
          Sobre las mentadas saetas de Cupido, una de oro y otra de plomo, así narra el poeta latino Ovidio, cuando cuenta cómo el dios hijo de Venus hirió a Apolo: "Sacó de su aljaba dos dardos / de diversos efectos: uno ahuyenta, el otro causa el amor. / El que lo causa, tiene punta y brilla su aguda cúspide; / el que lo ahuyenta, es obtuso y lleva en su caña plomo. / A uno lo clavó en el pecho de Dafne, hija de Peneo; / con el otro atravesó los huesos y médula de Apolo. / Inmediatamente él ama, mas ella huye hasta del nombre de amante". Como vemos, la mitología así explicaba las afinidades afectivas, las cuales me animo a decir que pocas veces se dan.
        • 1330-1343 Ruiz, J. LBuen Amor [1992] 165 Esp (CDH )
          / Aquí dize de cómo fue fablar con Doña Endrina el Arçipreste / ¡Ay, Dios, e quan fermosa viene Doña Endrina por la plaça! / ¡Qué talle, qué donaire, qué alto cuello de garça! / ¡Qué cabellos, qué boquilla, qué color, qué buenandança! / Con saetas de amor fiere quando los sus ojos alça.
        • a1490 Anónimo Crónica Troyana [1993] fol. 37v Esp (CDH )
          Ca ende han los mancebos / tiempo & lugar de rescebir & sembrar / saetas de amor & ferir conellas / & ser feridos. & la grand soltura delos / muchos plazeres & gasajados a que / los mancebos & fembras se dan arrebatan / & ciegan los animos delos amadores / fasta en posponer & oluidar los terminos / de verguença & honestidad aviendo / los amados sazon de vsar delas fuerças / & señales de amor ansi por dulces / reguardos por catar de manos & / (&) compuestas & blandas palabras que de / ligero mueuen los animos en amar. /
        • 1552 Núñez Reinoso, A. Amores Clareo y Florisea [1991] Esp (CDH )

          Entraron en este término muchos caballeros, todos armados al hábito pastoril, y poniéndose de la parte del Amor ayudaron mucho con su venida; pero no aprovechaba nada, porque en este tiempo comenzó Apolo a tirar tantas saetas, que todos los de Venus iban de vencida. Lo cual viendo el Amor, y como ya era menester mostrar cuánto podía, tomó su arco y comenzó de tirar aquellas sus saetas de oro, de tal suerte que todos los de Palas comenzaron a desatinar y dar gritos diciendo que se abrasaban.

        • 1561 Milán, L. Cortesano [1874] Esp (CDH )
          ¿Sabeis quién es este de tanto valor? / Cupido se dice, y es nuestro deseo / Que cuando codicia d'amor lo más feo, / Pierde lo bueno y es todo dolor. / Entónces desnudo, muy desvergonzado, / Razon le contempla, y muchos le pintan, / Sin ver, pues no ve qu'es mal deseado / Volar con dos alas de vicio malvado, / Y voluntad mala que el bueno despintan. / El arco su fuerza primero nos tira, / Saeta dorada que toma de grado, / Las otras de plomo despues que ha tomado, / Penando las siente quien ama en su ira.
        • 1585 Cervantes Saavedra, M. Galatea [1994] Esp (CDH )
          ERASTRO / Atónito quedé y embelesado, / como estatua sin voz de piedra dura, / cuando de Galatea el estremado / donaire vi, la gracia y hermosura. / Amor me estaba en el siniestro lado, / con las saetas de oro —¡ay muerte dura!—, / haciéndome una puerta por do entrase / Galatea y el alma me robase. ELICIO¿Con qué milagro, amor, abres el pecho / del miserable amante que te sigue, / y de la llaga interna que le has hecho / crecida gloria muestra que consigue? / ¿Cómo el daño que haces es provecho? / ¿Cómo en tu muerte alegre vida vive? /
        • 1626 Almansa Mendoza, A. Relaciones 1626 [2001] Cartas y relaciones Esp (CDH )
          Al más divino imposible / rinde amor floridos años, / cuando él a mi vida engaños.

          Diolo a entender en el olmo, que no da fruto. Y don Tomás Fontanet sacó en la tarjeta una lira, un rebequín, atravesados de saetas de oro; la letra:

          Tiénelos amor templados, / y, aunque en desigual distancia, / perfecta es la consonancia.
        • 1656 Lozano, C. Rey penitente [1698] p. 3 Esp (BD)
          Era la Dama hermosissima en estremo, y desnuda sobre hermosa, los ojos mas vendados se llevara. Los de David, que repararon atentos, se engolosinaron tanto en la beldad, que enfermaron al punto de amorosos; que la saeta de amor hiere al alma sin ser vista. Miró David al hermoso objeto, y deviendo advertido refrenar los ojos, para que no le precipitassen á la culpa, tanta rienda les dio à que le mirassen, que sin poder valerse, cayó el precipicio.
        • 1759 Aoiz, T. F. Obras Juan Avila, V p. 22 Esp (BD)
          La ballesta se hace de madera, y una cuerda estirada, y una nuez al medio de ella, donde sube la cuerda para disparar la saeta con furia, y hacer mayor la herida. Esta Santa Cruz es el madero, y esse cuerpo estendido, y brazos tan estirados, la cuerda, y el abertura de esse costado, es la nuez donde se pone la saeta de amor, porque de allí salga a herir el corazon: desarmado se ha la ballesta, y herido me ha el corazon.
        • 1763 Aranda Quintanilla y Bosiroy, F. Noticia vida Ana Bosiroy p.146 Esp (BD)
          Ea, Jesus mio, essas espinas claven mis pensamientos, y mis intenciones, para que no se aparten de Vos: essos clavos fixen mis acciones, y mis passos para que no se tuerzan, ni desvien de vuestra Santissima voluntad: essa lanza, que sale teñida en sangre de vuestro corazon, sea una saeta de amor que traspasse todo mi corazon, para que assi quede tan fixo en Vos, que no ame sino lo que Vos amais, la pobreza, la obediencia, el dolor de la mortificacion, y el desprecio.
        • 1862-1875 Blest Gana, A. Martín Rivas [1983] Ch (CDH )
          Un joven ofrecía a la que cortejaba la parte del pavo donde nacen las plumas de la cola, y al pasar esta presa clavada en el tenedor, lanzaba un requiebro en que figuraba su corazón atravesado por la saeta de Cupido.
        • 1878 Picón, J. O. "Apuntes historia caricatura" [01-05-1878] p. 253 Revista de España (Madrid) Esp (HD)
          Compañera de esta lámina, y grabada por el mismo artista, parece otra titulada El corazon del hombre, ó la jóven que pierde su tiempo: una mujer hermosa, de pocos años y elegantemente vestida, procura en vano armada de un mazo clavar la saeta de amor sincero en el corazon del hombre, tan empedernido y duro, que despunta y tuerce la flecha antes que dejarse traspasar por ella.
        • 1879 Pereda, J. M. Don Gonzalo Glz [2003] Esp (CDH )
          No los desairaban, por cierto, los donceles del salón, un si es no es atrasadillos también de moda, según lo que culebreaban y se retorcían entre las damas, se afilaban los bigotes, o tecleaban en el sospechoso metal de la leontina, mientras sus ojos fruncidos o sus rientes labios lanzaban saetas de amor o ternezas de romance.
        • 1912 Valle-Inclán, R. M. Marquesa Rosalinda [1990] 135 Esp (CDH )
          ROSALINDA / No juzgues mi curiosa pregunta inoportuna. / Te adoro, y por los dedos quería sacar una / cuenta. Saber el tiempo que aún seguirá clavada / en nuestros corazones la saeta dorada. / Porque llegó el momento de decirnos adiós, / o de pedirle al carro dosel para los dos. / Tu vida está en un hilo, y como soy sensible, / no hago más que llorar. ¡Me estoy poniendo horrible! /
        • 1918 Santa Ana, R. Manual perfecto mujeriego p. 212 Esp (BD)
          Sus ojos grandes, rasgados, mágicos, profundos, velados por rizadas y negras pestañas, sonreían orgullosos ante el triunfo de su belleza. La boca grácil se plegaba asimismo sonriente, mostrando unos dientes blancos, iguales y pequeños, entreabiertos para dejar asomar la punta roja de una lengua húmeda y punzante como saeta de Cupido, que evocaba voces inefables…
        • 1924 Montero Alonso, J. "Tristeza ajena" [07-08-1924] La Libertad (Madrid) Esp (HD)
          Las musas de los poetas dolientes eran las que sólo herían nuestra sensibilidad. Nos sabíamos de memoria, porque eran nuestro rosario espiritual, las rimas de Bécquer, el “Canto a Teresa” nos parecía algo inmejorable y único, y los versos de Carrere nos clavaban intensamente en el alma su saeta de amor, de dolor, de juventud entristecida y desesperanzada…
        • 1940 Alonso, R. "¡Madre dolorosa!" [21-03-1940] El Día de Palencia (Palencia) Esp (HD)
          Amemos el dolor. Y amarlo es poner los ojos por encima de la pequeñez y brevedad de esta vida, y fijarlos en la cumbre divina de todos los dolores, el Calvario, y en la grandeza de los sufrimientos de la Madre, cuya figura excelsa al pie de la Cruz hizo del dolor un medio para alcanzar la verdadera dicha, elevándolo a la altura de lo sublime. Y contemplando tan admirable modelo de infinita belleza en su amargura, no puede menos de exclamar el corazón como saeta de amor encendida: Quien pudiera, ¡Madre mía!, ser consuelo en tu aflicción, sentir ansias de agonía, por aliviar tu dolor; vivir en tu pena unido, padeciendo sin temor, y esperar en ti, escondido, las dulzuras de tu amor.
        • 1980 Rojas, C. García Lorca [1982] Esp (CDH )
          Con voz muy bien timbrada para sus pocos años, el muchacho le recitó versos de El Libro de Buen Amor. «¡Ay, Dios, e cuán fermosa viene doña Endrina por la plaza! / ¡Qué talle, qué donaire, qué alto cuello de garza! / ¡Qué cabellos, qué boquilla, qué color, qué buen andanza! / Con saetas de amor fiere cuanto los sus ojos alza.» Le dio entonces la bienvenida a La Barraca, aunque en realidad no hubiese querido invitarle. Luego, mientras convivía con él en la compañía, trató en vano de olvidarlo.
        • 2007 Conde Peidró, J. Trad Adivina Roma, Taylor p. 310 Esp (BD)
          De ese modo me enteré de lo tuyo con Casandra. Los agentes de Celio habían observado tus idas y venidas, y tus movimientos sólo podían sugerir una cosa: que ambos erais amantes. ¡Imagina cuál fue mi sorpresa! Gordiano, el bastión de la decencia, el recto proceder y el decoro, ¡dando rienda suelta a sus instintos más bajos! Me divertía que fueras tú, entre tanta gente, quien hubiera caído atravesado por la certera saeta de Cupido. Con todo me alegraba secretamente por ti. Yo misma estaba enamorada. Deseaba que el mundo entero se enamorase, y eso te incluía a ti.
        • 2008 Lavalle, R. "Efectos diferentes" Letralia (CORPES)
          Sobre las mentadas saetas de Cupido, una de oro y otra de plomo, así narra el poeta latino Ovidio, cuando cuenta cómo el dios hijo de Venus hirió a Apolo: "Sacó de su aljaba dos dardos / de diversos efectos: uno ahuyenta, el otro causa el amor. / El que lo causa, tiene punta y brilla su aguda cúspide; / el que lo ahuyenta, es obtuso y lleva en su caña plomo. / A uno lo clavó en el pecho de Dafne, hija de Peneo; / con el otro atravesó los huesos y médula de Apolo. / Inmediatamente él ama, mas ella huye hasta del nombre de amante". Como vemos, la mitología así explicaba las afinidades afectivas, las cuales me animo a decir que pocas veces se dan.
        • 1330-1343 Ruiz, J. LBuen Amor [1992] 165 Esp (CDH )
          / Aquí dize de cómo fue fablar con Doña Endrina el Arçipreste / ¡Ay, Dios, e quan fermosa viene Doña Endrina por la plaça! / ¡Qué talle, qué donaire, qué alto cuello de garça! / ¡Qué cabellos, qué boquilla, qué color, qué buenandança! / Con saetas de amor fiere quando los sus ojos alça.
        • a1490 Anónimo Crónica Troyana [1993] fol. 37v Esp (CDH )
          Ca ende han los mancebos / tiempo & lugar de rescebir & sembrar / saetas de amor & ferir conellas / & ser feridos. & la grand soltura delos / muchos plazeres & gasajados a que / los mancebos & fembras se dan arrebatan / & ciegan los animos delos amadores / fasta en posponer & oluidar los terminos / de verguença & honestidad aviendo / los amados sazon de vsar delas fuerças / & señales de amor ansi por dulces / reguardos por catar de manos & / (&) compuestas & blandas palabras que de / ligero mueuen los animos en amar. /
        • 1507 El Tostado Dioses gentiles [1995] Esp (CDH )
          E ansí paresce la causa de las saetas de oro e de plomo que tenía Cupido, e en esto paresce que es cosa fingida para algo significar lo que afirman de Cupido ca, si él toviera verdaderamente saetas para ferir los hombres a amar o desamar, no fueran las saetas de oro o de plomo, mas de fierro e azero, como estos metales convengan para las armas e no oro ni plomo.
        • 1507 El Tostado Dioses gentiles [1995] Esp (CDH )
          E ansí paresce la causa de las saetas de oro e de plomo que tenía Cupido, e en esto paresce que es cosa fingida para algo significar lo que afirman de Cupido ca, si él toviera verdaderamente saetas para ferir los hombres a amar o desamar, no fueran las saetas de oro o de plomo, mas de fierro e azero, como estos metales convengan para las armas e no oro ni plomo.
        • 1507 El Tostado Dioses gentiles [1995] Esp (CDH )
          E no sólo a amar podía mover, mas aún a desamar, según escrive Ovidio, libro I Methamorphoseos [452ss.], onde introduze a Cupido, fijo de Venus, que firió a Apolo con saeta de oro, cuyo poder era fazerle ardientemente amar la ninfa Dane, e a Dane firió con saeta la punta de plomo, cuya virtud era fazer gravemente desamar; e assí Apolo ardía e amava, Dane fieramente desamava e fuía. Pues a cosa que tal poder ellos pensavan tener, con razón atribuían ser dios o deessa, mas erravan en el fundamento, como no aya tal cosa.
        • 1507 El Tostado Dioses gentiles [1995] Esp (CDH )
          La llaga que faze la saeta de Cupido no tiene la entrada ancha, mas angosta, e es profunda llegando fasta los tuétanos del todo escondidos». Este poder de Cupido es contra todos los hombre de qualquier edad y estado, ca a moços e viejos, a casadas e a vírgines con sus llamas enciende; ansí lo dize ende Séneca [Phaedra , 290-293]: Movit hos estus iuvenum feroces, / concitat flammas senibusque fessis / rursus extinctos revocat calores, / virginum ignoto ferit igne pectus.
        • 1507 El Tostado Dioses gentiles [1995] 290 Esp (CDH )
          Es de considerar que las saetas de Cupido no eran todas de una manera, mas unas tenían las puntas de oro, otras las tenían de plomo, * según escrive Ovidio, libro primo Methamorphoseos , ca la saeta con que firió a Apolo tenía la punta de oro e la con que firió a Dane tenía la punta de plomo. Esto es porque los poetas dieron e los gentiles a Cupido poder de mover a amar, devieron dar el poder de mover a desamar.
        • 1511 Anónimo Romance 185 Silva romances I Esp (CDH )
          [...] y si juzgas Paris por mi / por empresa te daria / esta saeta de amor / que llegando luego heria / darte he la mas linda dama / que en el mundo otra no hauia / y paris sobre las otras / siempre hauras la señoria / Don Paris desque se vido / metido en tan gran porfia / hablando muy reposado / estas palabras dezia / suplico a vuestras altezas / desnudas veros querria / que ya he visto lo publico / lo secreto ver querria / porque yo pueda juzgar / y absoluer vuestra porfia [...]. /
        • 1528 Delicado, F. Lozana [1994] Esp (CDH )

          Diomedes¡Ay, ay!, ¡qué herida! Que de vuestra parte cualque vuestro servidor me ha dado en el corazón con una saeta dorada de amor.

          LozanaNo se maraville vuestra merced, que cuando me llamó que viniese abajo, me parece que vi un mochacho, atado un paño por la frente, y me tiró no sé con qué. En la teta izquierda me tocó.

        • 1548 Segura, J. Cartas de amores [1980] Esp (CDH )

          Todas estas señoras son amiscíssimas de sedas de colores, yo casi a ellas semejante. Aý os embío de lo que presentado me han, que son bolsas y alcorças. En todas ellas van puestas mis armas, que son vn coraçón rodeado de llamas, trauesado con vnas saetas doradas.

        • 1549 Urrea, J. Trad Orlando Ariosto [1988] 302 Esp (CDH )
          Amor tanta soberbia conocida / sufrirla tanto tiempo no ha podido: / fuela a esperar a do yacía Medoro, / puesta en el arco una saeta de oro. / Como al mozo la dama vio de hecho / gemir herido y cerca de la muerte, / que de su rey que allí yacía sin techo, / más que del propio mal se dolía fuerte, / desusada piedad en medio el pecho / se siente entrar, do nadie entró por suerte, / que el corazón le hizo tierno y blando, / y más cuando su caso fue contando. /
        • a1550 Anónimo Romance I, 315 Romancero general Esp (CDH )
          / Si juzgas, Paris, por mí, / Por empresa te daria / Esta saeta de amor, / Que llegando luego heria: / Darte he la mas linda dama / Qu'en el mundo otra no habia, / Y, Paris, sobre las otras / Siempre habrás la señoría.
        • 1550 Anónimo Romance Primera parte de la Silva de varios romances Esp (CDH )
          Solo estaua el rey dauid / solo se hauia quedado / de pechos sobre vna almena / en vn castillo torreado / mirando el campo verde / de frescas rosas sembrado / de las saetas de amor / sin sospecha & sin cuydado / quando el cruel de cupido / su arco hauia armado / puso en el vna xara / de vn caxquillo eneruolado / la yerua era del tormento / que nascia del cuydado / asestole a los ojos / al coraçon le acertado / el rey viendo se herido / de tal golpe lastimado / boluio para ver quien era / que tan mal le hauia tratado [...]. /
        • 1552 Hnz Villaumbrales, P. Peregrinación [2003] Esp (CDH )
          Los dos pequeños niños que salieron y venían en compañía de la hermosa señora, desnudos, el primero traía los ojos vendados y una dorada flecha con un carcaj de diversas saetas de oro y de plata y de plomo y otros diversos metales y una letra que así decía: Blandiendo dorada flecha, / los ojos vendados, tiro, / hiero herida que mecha / ni cirugía aprovecha / a sanarle su venino.
        • 1552 Núñez Reinoso, A. Amores Clareo y Florisea [1991] Esp (CDH )

          En esto comenzaron de sonar las trompetas fuertemente y los caballeros de las armas leonadas comenzaron de echar vivas llamas. Y ansí era la más hermosa cosa del mundo ver aquella guerra, porque los gritos eran muchos, y el estruendo de las trompetas grande, y las llamas muy espesas, y las saetas menudas. Y desta manera andaba la batalla, la cual, venida la noche, se despartió, *y cuasi toda la gente siguió al Amor quejándose de aquellas heridas que con las saetas doradas habían recibido.

        • 1552 Núñez Reinoso, A. Amores Clareo y Florisea [1991] Esp (CDH )

          Entraron en este término muchos caballeros, todos armados al hábito pastoril, y poniéndose de la parte del Amor ayudaron mucho con su venida; pero no aprovechaba nada, porque en este tiempo comenzó Apolo a tirar tantas saetas, que todos los de Venus iban de vencida. Lo cual viendo el Amor, y como ya era menester mostrar cuánto podía, tomó su arco y comenzó de tirar aquellas sus saetas de oro, de tal suerte que todos los de Palas comenzaron a desatinar y dar gritos diciendo que se abrasaban.

        • c1553-1556 Villalón, C. Crótalon [1990] 251 Esp (CDH )
          [...] y dixo la verdad, porque çierto era cosa de caballero afeminado rehusar una dama de tanta gentileza que se ofreçe con tanta dulçura y buena oportunidad; y ansí con un gentil y agraçiado modo la avisa ser donzella como ella, contándola toda su ventura y viaje, padres y naturaleza. Pero como ya la saeta de amor había hecho en ella su cruel effecto, estaba ya tan enseñoreado en su coraçón el fuego que la abrasaba que le vino tarde el socorro y aviso que de su naturaleza le dio Julieta, y por esta causa no le pareçió menos hermoso el rostro de su amada [...].
        • 1554-1559 Montemayor, J. Cancionero [1996] 718 Esp (CDH )
          Cupido respondió: «Pues te profieres / hazer lo que por mí sea suplicado, / escucha, ¡o, madre mía!, por quien eres. / Ya ves por quántas tierras han bolado / las mis saetas de oro, contrastando / al más esento, libre y descuydado. / A Elena en Grecia puse de mi vando, / metiendo en gran rebuelta el reyno griego / e sus héroes acá y allá vagando. / Saba, Pantasilea hize luego / baxa por varias tierras e naciones / que aun no la perdonó mi ardiente fuego. / En la ysla Enea, a Circe, en los Cicones / a la Fenisa reyna, en cesto enbido, / los dos que el mar dio fin a sus passiones. /
        • 1560 Montemayor, J. Trad Cantos de amor March [1996] Esp (CDH )
          ¡O, vos, qu'estáys so tierra!, ¡o, triste gente, / del golpe del Amor ensangrentados!, / y los qu'en llama ardéys continamente / por bien amar, no estéys de mí olvidados: / llorad monstrando el coraçón ardiente, / sacad vuestros cabellos a puñados, / mostrad herido el coraçón cuytado / con la saeta de oro y lastimado.
        • 1561 Milán, L. Cortesano [1874] Esp (CDH )
          ¿Sabeis quién es este de tanto valor? / Cupido se dice, y es nuestro deseo / Que cuando codicia d'amor lo más feo, / Pierde lo bueno y es todo dolor. / Entónces desnudo, muy desvergonzado, / Razon le contempla, y muchos le pintan, / Sin ver, pues no ve qu'es mal deseado / Volar con dos alas de vicio malvado, / Y voluntad mala que el bueno despintan. / El arco su fuerza primero nos tira, / Saeta dorada que toma de grado, / Las otras de plomo despues que ha tomado, / Penando las siente quien ama en su ira.
        • 1561 Milán, L. Cortesano [1874] Esp (CDH )
          Señora doña Luisa, paréceme que nos ha hecho mataciervos, y ellos no se dejan matar, por ser muy grandes corredores, que no hay saeta de amor que los alcance, que los hombres muy de burlas no pueden ser muy de véras, y éstos son los que toman las burlas de veras y las véras de burlas; y de esto que nos alevanta nunca nos pedirá perdon, pues escusa su pecado diciendo, que no es maldecir de aquello qu'es pública fama, ser nosotras burladoras de quien nos ama, qu'es la mayor infamia que puede ser, pues la ley nos manda que amemos á quien nos desama [...].
        • 1573 Timoneda, J. Romances Rosa amores I, 59 Romancero general Esp (CDH )
          / Con lágrimas de sus ojos / Estas palabras hablaba: / — ¡Vindaraja * de mi vida! / ¡Ay Vindaraja del alma! / Enviéte mis cartas yo / Con el alcaide de Alhambra, / Con palabras amorosas / Salidas de mis entrañas, / Con mi corazon herido / De una saeta dorada.
        • 1573 Anónimo Rosa amores [1963] xxxj Esp (CDH )
          Hay Narsisa de mi vida / hay Narsisa de mi alma, / embiete yo mis cartas / con el Alcayde de Alhambra / con palabras amorosas / salidas de mis entrañas, / con mi coraçon herido / de vna saeta dorada. / La respuesta que le diste, / que escriuir poco importaua: / daria por tu rescate / Almeria la nombrada. / Para que quiero yo bienes, / pues mi alma presa estaua: / y quando esto no bastare / yo me saldre de Granada / y me yre para Antequera / donde estas presa alindada / y seruire de captiuo / solo por mirar tu cara.
        • 1574 Luis de Granada Adics Memorial Vida Cristiana [1907] Esp (CDH )

          En esta hora el ánima está como alienada y tomada de vino: mas á la hora del medio día, cuando arde el sol, deseando ser traspasada con saetas de amor, comienza á contemplar la pasión del Señor.

          Y vertiendo muchas lágrimas, pone los ojos en el cordero delicado, cordero sin mancilla, de espinas coronado, herido con azotes, y con clavos traspasado, y con la herida del costado todo ensangrentado.

        • c1580 Tamariz, C. Novelas [1974] 246 Esp (CDH )
          Ya tienpo fue que nuestras voluntades / por sólo el puro Amor fueron regidas, / él daua el bien y las prosperidades, / su braço era el que daua las heridas. / Duró este gran ynperio en mil edades / con absoluto mando en nuestras vidas / rigiendo con su arco de contino / las preciosas saetas de oro fino. / Fue en aquella sasón tan estendido, / su mano uniuersal en toda gente, / que el alto y fuerte Júpiter herido / con su saeta fue, de llaga ardiente. / Y para se librar, no le a valido / al húmido Neptuno su tridente, / que aun allá entre las ondas engolfado, / de Amor y de su llama fue abrazado. /
        • 1578-c1583 Juan de la Cruz Monte Carmelo [1995] 346 Esp (CDH )
          Y, por eso, [él] dice a ella que le ponga en su corazón por señuelo (Cant 8, 6) —donde todas las saetas de amor del aljaba vienen a dar, que son las acciones y motivos de amor—, porque todas den en él estando allí por señuelo de ellas, y así, todas sean para él; y así, se asemeja el alma a él por las acciones y movimientos de amor hasta transformarse en él. Y dice que le ponga también como señuelo en el brazo, porque en él está el ejercicio de amor, pues en él se sustenta y regala el Amado.
        • 1585 Cervantes Saavedra, M. Galatea [1994] Esp (CDH )
          ERASTRO / Atónito quedé y embelesado, / como estatua sin voz de piedra dura, / cuando de Galatea el estremado / donaire vi, la gracia y hermosura. / Amor me estaba en el siniestro lado, / con las saetas de oro —¡ay muerte dura!—, / haciéndome una puerta por do entrase / Galatea y el alma me robase. ELICIO¿Con qué milagro, amor, abres el pecho / del miserable amante que te sigue, / y de la llaga interna que le has hecho / crecida gloria muestra que consigue? / ¿Cómo el daño que haces es provecho? / ¿Cómo en tu muerte alegre vida vive? /
        • 1585 Pz Moya, J. Philosofía [1995] Esp (CDH )
          Y no sólo a amar podía mover, mas aun a desamar, según escribe Ovidio, * dónde introduce a Cupido, hijo de Venus, que hirió a Apolo con saeta de oro, cuyo poder era hacerle amar; y a Daphne hirió con saeta que tenía la punta de plomo, cuya virtud era hacer desamar, como dijimos tratando de Apolo. *
        • 1589 Pineda, J. Diálogos Agricultura cristiana [1963-1964] Esp (CDH )
          [...] y salió mancebo tan hermoso, que la diosa Venus, enamorada dél, pagó el mal amor que pusiera en la madre, porque, burlando con su hijo Cupido, fué rasguñado dél un poquillo con una saeta de oro en un pecho, y, olvidada de todo lo del cielo y de la tierra, se fué a los montes donde Adonis se ocupaba en cazas y se vistió en el traje de Diana, diosa de las cazas, y nunca cesaba de le suplicar que siquiera por lo que ella sentiría, si él algún daño incurriese, no se arriscase contra bestias bravas.
        • 1589 Pineda, J. Diálogos Agricultura cristiana [1963-1964] Esp (CDH )
          Lo que toca a la picadura de la saeta de oro, con que Venus se encendió en el amor de Adonis, se declara con lo que Ovidio dice, que Cupido traía su aljaba llena de saetas; las unas con casquillos de oro, que eran las que ponían amor; y las otras con casquillos de plomo, que ponían desamor; y con una dorada encendió al dios Apolo en el amor de Dafne, y con una plomada enfrió a Dafne para con él; y en razón física está que el oro alegra y enamora y que el plomo saturnino melancoliza y entristece.
        • a1598 Cabrera, A. Consideraciones Evangelios Cuaresma [1906] Esp (CDH )
          La palabra del predicador que arguye la culpa es saeta de salud que le tira al pecador, para rendirle al servicio de Cristo. Sagitae tuae acutae, populi sub te cadent in corda inimicorum regis. La admonición del hermano que caritativamente le corrige es saeta de amor, con que pretende traspasar su dureza. Contra estas saetas opone el escudo de la defensión soberbia y se abroquela y repara, ó negando, ó escudando, ó aliviando el pecado.
        • a1598 Cabrera, A. Consideraciones Evangelios Cuaresma [1906] 406 Esp (CDH )
          ¡Oh bondad divina, afición suave, pecho de Jesús traspasado con saetas de amor, que subrepujas al Padre terreno en piedad, á la madre en caricias, al hermano en mansedumbre, al amigo en fidelidad! ¿Quien no se rinde á esta fuerza? ¿A quién no ablanda esta dulzura?
        • 1598 Vega Carpio, F. L. Arcadia [1975] 98 Esp (CDH )
          Venus, como tú habrás oído, lasciva y amiga de escándalo, de envidia de la honra que Diana ganaba en estas fiestas, tomó por instrumento de su tragedia los bellos ojos de Alania, y llevándolos a los de Júpiter, prendióle en ellos, trocando las saetas de oro en plomo, * como cuando por vengarse de Apolo le mostró los de Dafnes.
        • 1604 Valdivielso, J. Vida patriarca [1854] 146 Esp (CDH )
          / »Las tres carites, gracias sobrehumanas, / Hijas del Rey del soberano coro, / Fe y esperanza y caridad ufanas / Llenan su pecho de inmoral tesoro; / Amor divino, que en las soberanas / Cumbres dispara sus saetas de oro, / De amor la adorna y de virtudes tales, / Que excede á las legiones celestiales.
        • 1607 Góngora Argote, L. Poesías 1607 [2000] Poesías Esp (CDH )
          Flechando vi, con rigor, / a una ninfa soberana / en el arco de Diana / las saetas del Amor. / El corcillo volador, / con ver su muerte vecina, / aguarda, y la dura encina, / blanco de sus tiros hecha, / en el hierro de su flecha / besa su mano divina. /
        • 1608 Mejía, D. Parnaso. Primera parte [2003] fol. 35v Pe (CDH )
          Juraste por tu abuelo, aunque yo digo / Que debe ser fingido e imaginado / Por te mostrar en todo mi enemigo, / El cual dices, que estando el Ponto airado / Por la fuerza del viento, lo sujeta / Con sumo imperio y vuelve sosegado. / Por Venus, por el arco, y la saeta / De amor, y por la llama rigurosa, / Que me consume con virtud secreta. /
        • 1609 Anónimo Entremés Melisendra [1997] Esp (CDH )
          OliverosTráiganse naipes o dados, / que en viéndolos jugará. / ¡Arrastrá sillas, crïados!GaiferosDejad aquesos cuidados, / que el jugar me matará.Durandarte Herido está del aljaba / y las saetas de amor. Oliveros¡Oh melancolía brava!RoldánJugá, jugá, mi señor. / ¿A qué queréis?GaiferosA la taba.OliverosEso sí, tomá placer, / pues que todo es menester.DurandarteSólo alegraros conviene.RoldánYa el juego de tablas viene.
        • 1618 Villegas, E. M. Eróticas [1969] Esp (CDH )
          Vengan, vengan amores, / que me manda en efeto / el Amor que los tenga, / y es forzoso tenerlos. / Verdad es que al principio / no quise obedecerlo, / inorante del daño / que me vino por ello; / por lo cual el vendado, / disparando del nervio / las saetas de oro, / a mí viene corriendo. / Pero yo, barreado, / como Aquiles un tiempo, / de loriga y escudo, / me le pongo soberbio. /
        • 1626 Almansa Mendoza, A. Relaciones 1626 [2001] Cartas y relaciones Esp (CDH )
          Al más divino imposible / rinde amor floridos años, / cuando él a mi vida engaños.

          Diolo a entender en el olmo, que no da fruto. Y don Tomás Fontanet sacó en la tarjeta una lira, un rebequín, atravesados de saetas de oro; la letra:

          Tiénelos amor templados, / y, aunque en desigual distancia, / perfecta es la consonancia.
        • 1632 Carvajal Robles, R. Fiestas nacimiento Príncipe [1950] 145 Esp (CDH )
          Era de ver la saña / de la impelida caña, / que huyendo del braço con donayre / hizo gemir los atomos del ayre, / si bien fue tan alegre su quexido, / que mas pareciò risa que gemido. / Mas lo que mas a risa prouocaua / fue ver al niño tierno / don Pedro Caruajal, que se adargaua / con tan capaz gouierno / y acometia con accion tan braua / que la caña veloz que despedia, / saeta de Cupido parecia. /
        • 1635 Piña, J. Epítome fábulas antigüedad [1635] Esp (CDH )
          Los poetas quieren saeta de oro para Apolo, de plomo heridora de la bella Daphne. Píntanle moço o niño desnudo, con alas, ceñida vna aljaua de saetas y vn arco, con hachas encendidas y coraçones colgados de la cinta, vna venda en los ojos, los pies de grifo y grandes vñas. Contendió con Apolo sobre el tirar del arco. Danle antigüedad sobre todos los dioses.
        • 1585-a1643 Salinas, J. Poesías [1987] 330 Esp (CDH )
          / Si al poner de las pesas se hizo el yerro, / no me espanto, que suelen ser de hierro, / y en gente de Vizcaya / no hay espantar que algunos hierros haya; / mas si de reloj fueron, / sus pesas falsas a entender nos dieron, / siendo una y otra mala, / que hay hora, pero no la que señala, / la saeta de amor, pues se barrunta, / que hay hora que no da como ella apunta.
        • 1590-1650 Espinosa, P. Poesías [1975] 56 Esp (CDH )
          / ¡Oh bien pintado ejemplo, / al fresco, en nuestro templo, / de amor, de penitencia y valentía! / En ti contemplo un viejo / de sañudo entrecejo, / que en sangre anciana y fría / ardientes iras cría, / y en l'alma enamorada, / —cual lo fuese la mía—, / de saeta dorada / traspasado y de hinojos, / virtiendo los dolores por los ojos.
        • 1656 Lozano, C. Rey penitente [1698] p. 3 Esp (BD)
          Era la Dama hermosissima en estremo, y desnuda sobre hermosa, los ojos mas vendados se llevara. Los de David, que repararon atentos, se engolosinaron tanto en la beldad, que enfermaron al punto de amorosos; que la saeta de amor hiere al alma sin ser vista. Miró David al hermoso objeto, y deviendo advertido refrenar los ojos, para que no le precipitassen á la culpa, tanta rienda les dio à que le mirassen, que sin poder valerse, cayó el precipicio.
        • 1759 Aoiz, T. F. Obras Juan Avila, V p. 22 Esp (BD)
          La ballesta se hace de madera, y una cuerda estirada, y una nuez al medio de ella, donde sube la cuerda para disparar la saeta con furia, y hacer mayor la herida. Esta Santa Cruz es el madero, y esse cuerpo estendido, y brazos tan estirados, la cuerda, y el abertura de esse costado, es la nuez donde se pone la saeta de amor, porque de allí salga a herir el corazon: desarmado se ha la ballesta, y herido me ha el corazon.
        • 1763 Aranda Quintanilla y Bosiroy, F. Noticia vida Ana Bosiroy p.146 Esp (BD)
          Ea, Jesus mio, essas espinas claven mis pensamientos, y mis intenciones, para que no se aparten de Vos: essos clavos fixen mis acciones, y mis passos para que no se tuerzan, ni desvien de vuestra Santissima voluntad: essa lanza, que sale teñida en sangre de vuestro corazon, sea una saeta de amor que traspasse todo mi corazon, para que assi quede tan fixo en Vos, que no ame sino lo que Vos amais, la pobreza, la obediencia, el dolor de la mortificacion, y el desprecio.
        • 1862-1875 Blest Gana, A. Martín Rivas [1983] Ch (CDH )
          Un joven ofrecía a la que cortejaba la parte del pavo donde nacen las plumas de la cola, y al pasar esta presa clavada en el tenedor, lanzaba un requiebro en que figuraba su corazón atravesado por la saeta de Cupido.
        • 1878 Picón, J. O. "Apuntes historia caricatura" [01-05-1878] p. 253 Revista de España (Madrid) Esp (HD)
          Compañera de esta lámina, y grabada por el mismo artista, parece otra titulada El corazon del hombre, ó la jóven que pierde su tiempo: una mujer hermosa, de pocos años y elegantemente vestida, procura en vano armada de un mazo clavar la saeta de amor sincero en el corazon del hombre, tan empedernido y duro, que despunta y tuerce la flecha antes que dejarse traspasar por ella.
        • 1879 Pereda, J. M. Don Gonzalo Glz [2003] Esp (CDH )
          No los desairaban, por cierto, los donceles del salón, un si es no es atrasadillos también de moda, según lo que culebreaban y se retorcían entre las damas, se afilaban los bigotes, o tecleaban en el sospechoso metal de la leontina, mientras sus ojos fruncidos o sus rientes labios lanzaban saetas de amor o ternezas de romance.
        • 1912 Valle-Inclán, R. M. Marquesa Rosalinda [1990] 135 Esp (CDH )
          ROSALINDA / No juzgues mi curiosa pregunta inoportuna. / Te adoro, y por los dedos quería sacar una / cuenta. Saber el tiempo que aún seguirá clavada / en nuestros corazones la saeta dorada. / Porque llegó el momento de decirnos adiós, / o de pedirle al carro dosel para los dos. / Tu vida está en un hilo, y como soy sensible, / no hago más que llorar. ¡Me estoy poniendo horrible! /
        • 1918 Santa Ana, R. Manual perfecto mujeriego p. 212 Esp (BD)
          Sus ojos grandes, rasgados, mágicos, profundos, velados por rizadas y negras pestañas, sonreían orgullosos ante el triunfo de su belleza. La boca grácil se plegaba asimismo sonriente, mostrando unos dientes blancos, iguales y pequeños, entreabiertos para dejar asomar la punta roja de una lengua húmeda y punzante como saeta de Cupido, que evocaba voces inefables…
        • 1924 Montero Alonso, J. "Tristeza ajena" [07-08-1924] La Libertad (Madrid) Esp (HD)
          Las musas de los poetas dolientes eran las que sólo herían nuestra sensibilidad. Nos sabíamos de memoria, porque eran nuestro rosario espiritual, las rimas de Bécquer, el “Canto a Teresa” nos parecía algo inmejorable y único, y los versos de Carrere nos clavaban intensamente en el alma su saeta de amor, de dolor, de juventud entristecida y desesperanzada…
        • 1940 Alonso, R. "¡Madre dolorosa!" [21-03-1940] El Día de Palencia (Palencia) Esp (HD)
          Amemos el dolor. Y amarlo es poner los ojos por encima de la pequeñez y brevedad de esta vida, y fijarlos en la cumbre divina de todos los dolores, el Calvario, y en la grandeza de los sufrimientos de la Madre, cuya figura excelsa al pie de la Cruz hizo del dolor un medio para alcanzar la verdadera dicha, elevándolo a la altura de lo sublime. Y contemplando tan admirable modelo de infinita belleza en su amargura, no puede menos de exclamar el corazón como saeta de amor encendida: Quien pudiera, ¡Madre mía!, ser consuelo en tu aflicción, sentir ansias de agonía, por aliviar tu dolor; vivir en tu pena unido, padeciendo sin temor, y esperar en ti, escondido, las dulzuras de tu amor.
        • 1980 Rojas, C. García Lorca [1982] Esp (CDH )
          Con voz muy bien timbrada para sus pocos años, el muchacho le recitó versos de El Libro de Buen Amor. «¡Ay, Dios, e cuán fermosa viene doña Endrina por la plaza! / ¡Qué talle, qué donaire, qué alto cuello de garza! / ¡Qué cabellos, qué boquilla, qué color, qué buen andanza! / Con saetas de amor fiere cuanto los sus ojos alza.» Le dio entonces la bienvenida a La Barraca, aunque en realidad no hubiese querido invitarle. Luego, mientras convivía con él en la compañía, trató en vano de olvidarlo.
        • 2007 Conde Peidró, J. Trad Adivina Roma, Taylor p. 310 Esp (BD)
          De ese modo me enteré de lo tuyo con Casandra. Los agentes de Celio habían observado tus idas y venidas, y tus movimientos sólo podían sugerir una cosa: que ambos erais amantes. ¡Imagina cuál fue mi sorpresa! Gordiano, el bastión de la decencia, el recto proceder y el decoro, ¡dando rienda suelta a sus instintos más bajos! Me divertía que fueras tú, entre tanta gente, quien hubiera caído atravesado por la certera saeta de Cupido. Con todo me alegraba secretamente por ti. Yo misma estaba enamorada. Deseaba que el mundo entero se enamorase, y eso te incluía a ti.
        • 2008 Lavalle, R. "Efectos diferentes" Letralia (CORPES)
          Sobre las mentadas saetas de Cupido, una de oro y otra de plomo, así narra el poeta latino Ovidio, cuando cuenta cómo el dios hijo de Venus hirió a Apolo: "Sacó de su aljaba dos dardos / de diversos efectos: uno ahuyenta, el otro causa el amor. / El que lo causa, tiene punta y brilla su aguda cúspide; / el que lo ahuyenta, es obtuso y lleva en su caña plomo. / A uno lo clavó en el pecho de Dafne, hija de Peneo; / con el otro atravesó los huesos y médula de Apolo. / Inmediatamente él ama, mas ella huye hasta del nombre de amante". Como vemos, la mitología así explicaba las afinidades afectivas, las cuales me animo a decir que pocas veces se dan.
    3. s. f. Con los modificadores ardiente y encendida y con el complemento de fuego, para referirse a la saeta en cuya punta se coloca material inflamable y fuego para provocar un incendio.
      docs. (1428-2021) 40 ejemplos:
      • 1427-1428 Villena, E. TradEneida Lib. I-III [1994] Esp (CDH )
        E en ese día con el gozo del vençimiento mandó Éctor que fuesen a la ribera, lançando saetas ardientes con fuego instinguíbile e pegasen fuego a los navíos de la flota. E fueron ansí muchos d'ellos quemados.
      • 2021 Ortigas, J. Edades atlantes perdidas Esp (BD)
        A todo aquél que vieron ceñido de la armadura oscura característica de los corzán lo prendieron y lo torturaron hasta casi hacerlo morir. A esos mismos luego los exiliaron bajo maldición en una canoa, maniatados y con los ojos vendados, a la deriva. Con un matojo de paja seca en la popa de la canoa encendido con saetas ardientes lanzadas desde la costa.
      • 1427-1428 Villena, E. TradEneida Lib. I-III [1994] Esp (CDH )
        E en ese día con el gozo del vençimiento mandó Éctor que fuesen a la ribera, lançando saetas ardientes con fuego instinguíbile e pegasen fuego a los navíos de la flota. E fueron ansí muchos d'ellos quemados.
      • c1422-1433 Guadalfajara Trad Biblia Alba II [1920-1922] Esp (CDH )

        Syvosnonconuiertedes,lasuespadaaguza(menea)eelsuarcopreparaearma.

        E para el preparo armas de muerte, e las sus saetas ardientes obra efaze.

        Queseençintadeinjustiçiaeconçibededolorepareiniquitad.

        Lagocaboeafondo,ecayoenlafoyaquefizo:Tornaraelsudolorensucabeça,esobrelasu/molleralasumaldatdesçendera.

      • c1449 Torre, F. LVeynte cartas [1983] 166 Esp (CDH )
        E asý destruyrés todas las maliçias de vuestro aduersario Satanás, las quales non çessan de vos conbatir día e noche con saetas ençendidas de fuego de pasyones, e asý las echarés en el fuego de caridad, aquel que Nuestro Saluador vyno meter en la tierra, el qual destruyrá todas vuestras llagas de pecados, por los quales deuéys auer grand vergüença e temor de Dios, e aborresçer vuestra carne, que es vuestra enemiga.
      • 1547 Fernández, J. Belanís [1997] II, 304 Esp (CDH )
        A esta ora, los vallesteros d e la ciudad come nçaron a arrojar las saetas de fuego q ue les fuera mandado y juntamente les arrojauan mucho fuego de alquitrán, con lo qual los castillos començaron arder tan brauamente que sus poderosas llamas junto co n el humo que dellos salía parecía con las nuues quererse comunicar, que fue parte para que los elefantes heridos assimismo con algunas de aquellas saetas començaron a hazer tales brauezas y dar tales corcobos que dieron con muchos de los castillos en el suelo [...].
      • 1594 Villegas, A. Fructus sanctorum [1988] [101v] Esp (CDH )
        En sus ojos mostrava dos terribles sapos. Salíale de la boca un fuego espantoso y de malíssimo olor. Las manos le mordían dos perros, las orejas le atravessavan saetas de fuego y la cabeça era despedaçada de una vívora. Los dos hermanos quedaron espantados de verla y con grande temor.
      • 1607 Ángeles, J. Consideraciones Cantar [1917] Esp (CDH )
        Tiene el rey poderosíssimos enemigos heridos con las saetas ardientes de los demonios, y despide de su arco saetas abrasadas en sus corazones, para que lo que de vicio hallaren lo apuren y cuezan; y con un fuego saludable echen un fuego enemigo y destruidor. Orígenes, sobre este lugar de los Cantares, dice: «Cosa bella, hermosa y honrosa es ser heridos del amor».
      • c1650 Solís Valenzuela, P. Desierto prodigioso [1977-1985] I, 635 Co (CDH )
        [...] y la principal fue que siendo este sitio oráculo en que el demonio respondía a las consultas de los yndios idólatras, desde que llegó allí la santa imagen, enmudeció el demonio, como después conffessaron los mismos yndios a quienes el Enemigo incitava que quemassen la chocita o hermita de Nuestra Señora, y assí le tiraban desde lexos saetas encendidas con fuego, y, aunque las clabavan en la paja, no prendía el fuego, perdiendo su actividad aquel elemento por respetar la cassa de su Señora.
      • 1678 Aguilar Zúñiga, E. Trad. Sermones Vieira, t. III p. 341 Esp (BD)
        Mas para vn alma salvarse, basta obedecer a Dios: y si en todo se conforma con su voluntad, sobra: y Teresa no solo se contentó con obedecer á Dios, que es lo que basta, no solo se conformó, que es lo que sobra, sino que pasó de conformidad á transformacion, y se transformó de tal modo en la voluntad Divina, que vian, y amavan con vn solo coraçon: y en señal de esto le abrió vn Serafin el lado izquierdo, con una saeta de fuego, y se sacó el coraçon que tenia, y le dio el de su Esposo.
      • 1709 Feliú Peña Farell, N. Anales Cataluña p. 127 Esp (BD)
        En este tiempo el buen Emperador Marco Aurelio, borró sus virtudes morales, con la sangrienta mancha de la persecucion de la Iglesia, que la misericordia divina concluyó, á favor de los Catolicos; por cuyas oraciones favoreció al Exercito Romano en Alemania, que estava pereciendo de sed, y no podian salir á buscar el remedio en el agua que tenian en custodia; los enemigos: clamaron al Cielo, que abrió los raudales de sus misericordias en copiosa lluvia sobre el Exercito Romano, y en iras, y castigos contra los Alemanes, fulminando saetas de fuego en ardientes rayos, de las quales aturdidos, y temerosos, se apartaron de sus Fuertes, quedando á la Legión de los Christianos el nombre de Fulminatrices.
      • 1726 Ceballos, L. I. Vida Juana Encarnacion p. 75 Esp (BD)
        Este fuego divino, que felizmente ardia en la brillante lampara de su corazon, se avivó mucho mas en todo el discurso de su vida, por medio de los favores que recibia del mismo Señor, en los dolorosos Mysterios de su Sagrada Passion. Tales fueron hazerla participante de sus penas […]. Ya experimentaba pecho, y espalda, como vna espada, ó saeta de fuego, que la heria, ya como si la descoyuntaran los huessos, ya como si la entraran alesnas por la cabeza, ó espinas agudissimas, que la abrieran el casco; y en vna ocasion fue tan activo el dolor, que abrio las manos, para recibir, con grande gusto de su espíritu, sus mismos ojos, por aver consentido, se la saltaban del casco.
      • 1758 Isla, J. F. Fray Gerundio [1992] Esp (CDH )

        Si aquéllos jugaron con las llamas sin que les tocasen al pelo de la ropa, éstos brincaron por ellas sin que les chamuscasen ni un solo cabello de la cabeza: et capillus de capite uestro non peribit, que dijo la Boca de Oro. Pues, ¿qué, la multitud de estruendosos voladores que subieron serpenteando por ese diáfano elemento, saetas encendidas, que disparó la bizarría y el valor para disipar el nigricante escuadrón de las tinieblas?

      • 1789 Velasco, J. HReino Quito [1981] Ec (CDH )
        Murieron pocos Españoles en las acometidas y consiguieron, no sólo preservar la ciudad de las saetas encendidas, con que se empeñaron los bárbaros en reducirla a cenizas, sino también el retirarlos con notable daño de ellos.
      • c1789-p1810 Marchena, J. Poesías [1892] 58 Esp (CDH )
        Diosa de los amores, / ¡Oh Venus! si ser quieres festejada / Del bando de amadores, / Pon aquí tu morada, / Aquí do está aguzando eternamente / Amor sangriento la saeta ardiente. / Y yo desesperado / De pintar tal belleza / Doy fin al tosco canto, / Que nunca fué á mi humilde Musa dado / Elevarse á la alteza / Que pide Apolo para empeño tanto.
      • 1863 Torrijos, M. "Fantasma blanco" [01-01-1863] p. 243 El Correo de Ultramar (París) Esp (HD)
        Silvestre, armado de su gran garrote, se dirigió al fantasma, avanzó unos cuantos pasos hacia él, y cuando ya le tuvo cerca levantó el garrote en actitud amenazante; pero cayó al suelo como herido por un rayo y antes de descargar el golpe. El fantasma lanzó sobre él una saeta de fuego, y la atmósfera quedó como impregnada de un olor a azufre insoportable. Todos los curiosos que habían acudido á presenciar el combate de Silvestre con la visión huyeron despavoridos, y al día siguiente no se hablaba de otra cosa en el pueblo que de la bocanada de fuego y el olor á azufre que desprendió el fantasma.
      • 1870 Mansilla, L. V. Indios Ranqueles [1957] Ar (CDH )
        [...] los relámpagos brillaban como saetas de fuego, lanzadas del cielo a la tierra; el trueno rugía imponente y sus sordas detonaciones, haciendo temblar al suelo, llegaron hasta nosotros como el estampido de lejanas descargas de cañón.
      • 1876 Aguiló, T. "Sor Lutgarda" [31-10-1876] Museo Balear de Historia y Literatura, Ciencias y Artes (Palma de Mallorca) Esp (HD)
        Elena rayaba en fea, pero tenia unos ojos negros hermosísimos, tan capaces de abrazar un corazon con su mirada, como lo es un lente convexo de encender la yesca, concentrando sobre ella los rayos del sol. Decíale a Pedro: “Qué lástima que tu Margarita no tenga los ojos un poquito más vivos! Y cruzábanse las dos miradas, y Pedro sentia penetrar en su pecho una saeta ardiente, y en razón inversa de aquel calor el termómetro de su cariño descendia uno o mas grados.
      • 1882 Pardo Bazán, E. Francisco Asís [1903] II, 237 Esp (CDH )
        En la diestra de Dios está la ley de fuego cuyas palabras abrasan vehementemente... Esto sentía y consideraba, al doctrinar y escribir, nuestro maestro Buenaventura. Seráfico y querúbico debemos llamarle, pues inflama voluntades y alumbra entendimientos. Otros doctores distraen la inteligencia; éste, con el amor, une la mente a Dios: — Expandit ignem cum lumine, declaraba Tritemio de la teología de San Buenaventura: y aludiendo a lo abrasado de su elocuencia — Non instantia, sed inflammantia verba proferebat: — Como saetas encendidas se clavaban sus palabras: en aquella época de períodos ampulosos, el estilo de muchas obras suyas es animado, claro, viviente.
      • 1893 Felíu Codina, J. "Millonaria" [01-01-1893] p. 123 La Ilustración Moderna (Barcelona) Esp (HD)
        ¡Y allá iba el soberbio tren arrastrado por los cuatro caballos locos, envuelto con estrépito de cascabeles, reflejando en el charol de su caja y en los toques dorados de las guarniciones los rayos que el sol disparaba como saetas encendidas! Y en el empinado pescante y en el pomposo imperial erguíanse las cabezas sonrientes, aturdidas, encandiladas de los jóvenes apiñados, conducidos en aquella carrera veloz de conquistadores.
      • 1902 Moreno Godino, F. "Treinta dineros Judas" [24-03-1902] La Ilustración Artística (Barcelona) Esp (HD)
        Judas entró en la cañada cansado y dolorido, porque en el lado del corazón sentía punzadas como si le atravesaran saetas de fuego. Sentóse en un peñón próximo al cerro, llevóse la mano al pecho, y tropezó con el paquete de monedas, precio de su traición. Le tomó en la mano sin darse apenas cuenta de lo que hacía; y sintiendo alivio a su dolor, iba á arrojarle al suelo, pero un movimiento inexplicable de prevision hizo que buscase un hueco en la peña en que estaba sentado, que tenía muchas grietas y le metió en una de ellas.
      • 1906 Cuervo, J. Trad Compendio Doctrina Cristiana [1998] 323 Esp (CDH )
        Tomad las armas de Dios para que podáis estar firmes en el día de la tentación, y en todo perseverar perfectos; ceñid vuestros lomos con la verdad y rectitud de intención; vestíos del arnés de justicia, y calzaos de buenos afectos, conformes al evangelio de paz, y a todos los encuentros escudaos con el escudo de la fe, con el cual podréis defenderos de las saetas encendidas del enemigo, y el yelmo de la esperanza de vuestra salvación y la espada del espíritu, que es la palabra de Dios. * Y así armados, resistamos al diablo, y huirá de nosotros, como dice Santiago apóstol. *
      • 1930 Lafuente Vanrell, L. "Ciudadela… 9 Julio" [09-07-1930] El Iris: Diario Católico (Ciudadela) Esp (HD)
        La llama del amor patrio está siempre encendida en Ciudadela; pero cada año, desde 1558, el día 9 de julio sopla en la llamita un aire sutil que la aviva y la levanta convirtiéndola en una saeta de fuego. El dardo encendido rompe con ímpetu el espacio y sube, sube… Atraviesa los campos de celajes, rasga los espacios infinitos, se remonta la inmensidad azul de los cielos insondables, sube, sube… ¿A dónde va aquella chispa audaz dejando su estela de oro en la negrura de los ámbitos intersiderales?
      • 1948 Abin, J. J. "Domund" [18-10-1948] Hoja Oficial del Lunes (Santander) Esp (HD)
        El mundo camina velozmente hacia su meta, y entre convulsiones y grandes cataclismos, como terremotos morales y económicos, sociales y políticos, va la gracia de Dios abriéndose camino y ensanchando su campo y su horizonte, a medida que como saeta de fuego, va prendiéndose en las almas.
      • 1953 Anónimo "In Memoriam" [28-09-1953] Hoja Oficial del Lunes (Granada) Esp (HD)
        El cariño y la santa camaradería de sus jefes y compañeros quisieron dejar un hito en memoria suya entre las rocas y los pinares de la grandiosa inmensidad de estas montañas, allí mismo de donde partieron para su vuelo sin aterrizaje. Un pequeño montón de rocas coronado por una sencilla Cruz de piedra lisa, símbolo de nuestra Fe Católica frente a los más poderosos designios de Dios, se eleva desde hace unos meses en aquel lugar magnífico y a la vez escondido y ambiental; un pequeño valle entre crestas cubiertas de pinos cuyas copas desmochó el avión en su caída, y otras agrestes y rocosas en las que se clavó como una saeta de fuego, en una incineración definitiva y grandiosa. Al pie de la Cruz; una lápida con los nombres de los cuatros compañeros que se fueron en plena juventud, seguramente por ser los mejores y haberlos querido Dios para sí.
      • 2008 Acuña Álvz, C. J. Fruto prohibido p. 282 (BD)
        Con saetas ardientes, los guerreros de Monem cuyos arcos eran más grandes y de mayor alcance, subieron a diversas terrazas e iniciaron la lucha contra los demás dragones, que montados por guerreros atacaban las torres, los techos y azoteas, desde donde la multitud se defendía interponiendo grandes escudos al fuego.
      • 2021 Caliani, A. Puño emperador Esp (BD)
        Los marcomanos que cabalgaban en vanguardia hacían girar las hondas cargadas con vasijas de aceite; los que los seguían, llevaban los arcos cargados con flechas incendiarias, algunos con hasta tres proyectiles a la vez, dispuestos en forma de abanico. Conforme los jinetes se aproximaban a la espesura, descubrieron cientos de legionarios parapetados detrás de sus escudos o escondidos tras los árboles; también avistaron auxiliares arqueros en las copas de los tilos apuntándoles con saetas ardientes.
      • 2021 Ortigas, J. Edades atlantes perdidas Esp (BD)
        A todo aquél que vieron ceñido de la armadura oscura característica de los corzán lo prendieron y lo torturaron hasta casi hacerlo morir. A esos mismos luego los exiliaron bajo maldición en una canoa, maniatados y con los ojos vendados, a la deriva. Con un matojo de paja seca en la popa de la canoa encendido con saetas ardientes lanzadas desde la costa.
      • 1427-1428 Villena, E. TradEneida Lib. I-III [1994] Esp (CDH )
        E en ese día con el gozo del vençimiento mandó Éctor que fuesen a la ribera, lançando saetas ardientes con fuego instinguíbile e pegasen fuego a los navíos de la flota. E fueron ansí muchos d'ellos quemados.
      • c1422-1433 Guadalfajara Trad Biblia Alba II [1920-1922] Esp (CDH )

        Syvosnonconuiertedes,lasuespadaaguza(menea)eelsuarcopreparaearma.

        E para el preparo armas de muerte, e las sus saetas ardientes obra efaze.

        Queseençintadeinjustiçiaeconçibededolorepareiniquitad.

        Lagocaboeafondo,ecayoenlafoyaquefizo:Tornaraelsudolorensucabeça,esobrelasu/molleralasumaldatdesçendera.

      • c1449 Torre, F. LVeynte cartas [1983] 166 Esp (CDH )
        E asý destruyrés todas las maliçias de vuestro aduersario Satanás, las quales non çessan de vos conbatir día e noche con saetas ençendidas de fuego de pasyones, e asý las echarés en el fuego de caridad, aquel que Nuestro Saluador vyno meter en la tierra, el qual destruyrá todas vuestras llagas de pecados, por los quales deuéys auer grand vergüença e temor de Dios, e aborresçer vuestra carne, que es vuestra enemiga.
      • 1547 Fernández, J. Belanís [1997] II, 304 Esp (CDH )
        A esta ora, los vallesteros d e la ciudad come nçaron a arrojar las saetas de fuego q ue les fuera mandado y juntamente les arrojauan mucho fuego de alquitrán, con lo qual los castillos començaron arder tan brauamente que sus poderosas llamas junto co n el humo que dellos salía parecía con las nuues quererse comunicar, que fue parte para que los elefantes heridos assimismo con algunas de aquellas saetas començaron a hazer tales brauezas y dar tales corcobos que dieron con muchos de los castillos en el suelo [...].
      • 1547 Fernández, J. Belanís [1997] II, 348 Esp (CDH )
        El valeroso y temido duque Armindos de Tebas, que ya diuersas vezes en semejantes trances y peligros se viera, no se domeñando ni apiadando su coraçón por las crueles muertes y espantosos tragos que vía, ma ndó que por todas partes en las contrarias arrojassen fuego, lo qual se hizo con tanta presteza, arrojando infinita muchedu mbre de granadas de alquitrán y tantas y tan espessas saetas de fuego que gregisco parecían grandes relámpagos causados co n el calor del verano con la venida de las noturnas d ehesas.
      • 1554 Granada, L. LOración [1994] Esp (CDH )

        Y por esto dijo el profeta que el justo vivía por la fe, *no porque ella baste para darnos vida, sino porque con la representación y consideraciónde las cosas que ella nos enseña, nos provoca a apartar del mal y seguir el bien; y por esto mismo nos la manda tomar el Apóstol por escudo contra todas las saetas encendidas del enemigo, *porque no hay mejor escudo contra las saetas del pecado que traer a la memoria lo que la fe nos tiene contra él revelado.

      • 1561 Granada, L. Vita Christi [1906] Esp (CDH )
        Porque como él sea tan malo de recoger en este tiempo (por el distraimiento de los pensamientos) no tenemos entonces otro más fácil remedio que apegarlo á las palabras de Dios (que son como unas brasas y saetas encendidas) para que con ellas se encienda y despierte á devoción.
      • 1562 Granada, L. Trad Escala espiritual S. Juan Clímaco [1906] 236 Esp (CDH )
        Perdonáronle muchos pecados porque amó mucho. Bien sé, oh admirables Padres, que algunos habrá á quien estas cosas sobredichas parezcan increíbles, y á otros dificultosas de creer, y á otros que sean ocasión de desesperación: mas al varón fuerte estas cosas más son estímulo y saetas de fuego que encienden el fervor concebido en su corazón.
      • c1550-1580 Luis de León Trad clásicas [1990] 401 Poesías Esp (CDH )
        / Y ganas, aunque jures / por las ceniças de tu madre eladas, / y luego te perjures; / y aunque por las calladas / luzes celestiales / jures y por los dioses inmortales; / que burla destas cosas, / y destas juras, Venus, y el ligero / pecho de las hermosas / ninfas, y el Amor fiero, / que su saeta ardiente / aguça en crueldad perpetuamente.
      • 1578-1584 Juan de la Cruz Cántico [1998] Esp (CDH )
        Para más declaración de este verso es de saber que, allende de otras muchas diferencias de visitas que Dios hace al alma, con que la llaga y leuanta en amor, suele hacer vnos encendidos toques de amor, que a manera de saeta de fuego hieren y traspasan el alma y la dejan toda cauteriçada con fuego de amor.
      • 1594 Villegas, A. Fructus sanctorum [1988] [101v] Esp (CDH )
        En sus ojos mostrava dos terribles sapos. Salíale de la boca un fuego espantoso y de malíssimo olor. Las manos le mordían dos perros, las orejas le atravessavan saetas de fuego y la cabeça era despedaçada de una vívora. Los dos hermanos quedaron espantados de verla y con grande temor.
      • 1594 Villegas, A. Fructus sanctorum [1988] Esp (CDH )

        — Con esto, el monge bolvió al monasterio y se recogió en su celda. El abad Apolonio, puesto en oración, pidió a Dios que sintiesse el superior de aquel afligido monje lo que él sentía. Y estando orando, vido un pequeño etíope que arroxava saetas de fuego en el viejo, por donde, tentado con tentación vehemente, determinó bolverse al siglo. Y poniéndolo en obra, salióle al encuentro Apolonio, que le dixo:

        — Buélvete a tu celda, y reconoce tu flaqueza, y assí te compadecerás de tus próximos.

      • 1607 Ángeles, J. Consideraciones Cantar [1917] Esp (CDH )
        «Hizo sus saetas ardientes»; quasi dicat: sus palabras son de fuego, que abrasan las almas y las encienden en el divino amor. «Nonne cor nostrum ardens erat in nobis?», etc. (Luc., XXIV, 32). «Et ignitum eloquium tuum vehementer?» (Ps. 118, 140). Et Hieremías (Jerem., XXIII, 29): «Nonne [non] verba mea [sunt] quasi ignis?».
      • 1607 Ángeles, J. Consideraciones Cantar [1917] Esp (CDH )
        Tiene el rey poderosíssimos enemigos heridos con las saetas ardientes de los demonios, y despide de su arco saetas abrasadas en sus corazones, para que lo que de vicio hallaren lo apuren y cuezan; y con un fuego saludable echen un fuego enemigo y destruidor. Orígenes, sobre este lugar de los Cantares, dice: «Cosa bella, hermosa y honrosa es ser heridos del amor».
      • 1622 López, J. Sexta parte historia Santo Domingo p. 367 Esp (BD)
        Salió el santo luego de la capilla para yr al coro, y a la puerta del halló al enemigo flechando el arco que tenia vna saeta de fuego con que tiro al frayle afligido, y le dio en los pechos tan grande herida que el derrocó en el suelo, tan lastimado y quebrantado que no tuuo fuerças para poder entrar en el coro, á donde el pobre hombre yua á cantar vna Missa.
      • 1649 Maldonado, J. Retiro Alma Letras Audiencia Quito (Período Jesuítico) Ec (CDH )
        Parece que ya no podía Cristo Señor nuestro sufrir la excesiva ternura y sentimiento de su esposa, y descubrióse enviando en una palabra una saeta de fuego que ilustró el entendimiento y encendió blanda y suavemente la voluntad de la afligida Magdalena. María (dijo el Señor); y con esta palabra conoció a Cristo, y dijo: Maestro; y sin decir más, se arrojó a sus pies. No permitió el Señor que le tocase, y dándole orden que fuese a sus discípulos y les dijese que había resucitado, desapareció.
      • c1650 Solís Valenzuela, P. Desierto prodigioso [1977-1985] I, 635 Co (CDH )
        [...] y la principal fue que siendo este sitio oráculo en que el demonio respondía a las consultas de los yndios idólatras, desde que llegó allí la santa imagen, enmudeció el demonio, como después conffessaron los mismos yndios a quienes el Enemigo incitava que quemassen la chocita o hermita de Nuestra Señora, y assí le tiraban desde lexos saetas encendidas con fuego, y, aunque las clabavan en la paja, no prendía el fuego, perdiendo su actividad aquel elemento por respetar la cassa de su Señora.
      • 1657 Torres, B. Crón Agustina [1974] 320 Pe (CDH )
        No halló faltas que advertir, sino virtudes que engrandecer; no abusos que arrancar, sino loables costumbres que bendecir, porque aquella Congregación Angélica espumava entonces sus fervores primitivos con las nuevas asquas del espíritu, y tenía más necessidad de freno, que de espuela, y assí se reduxo todo el capítulo a una plática espiritual que les hizo el Padre Prior con tan ardiente zelo, y con tan vivas palabras, que como saetas de fuego hirieron de amor divino aquellos puros coraçones, de manera que (según advierte la relación) todo el tiempo que duró el capítulo parecía averse encendido en él un horno de caridad, porque solamente se oían suspiros que subían al cielo, y se vían lágrimas que regavan la tierra.
      • 1657 Torres, B. Crón Agustina [1974] 761 Pe (CDH )
        Era ya de ochenta años, y el rigor de la medicina, juntamente con la mucha falta de la sangre que derramó, sobre su estremada flaqueza, le debilitaron de suerte, que desde entonces nunca más pudo levantarse de la cama, aunque sanó de las heridas. Dos años poco más, o menos estuvo en ella con exemplaríssima paciencia. Allí tenía continua oración lo más en silencio, y algunos ratos cantando alabanças a Dios en tono como acostumbrava en salud. Solía prorumpir en algunas ardientes jaculatorias a Christo Señor nuestro, y a la santíssima Virgen, que salían de su pecho encendidas, como saetas de fuego, que abrasavan los coraçones de quien las oía.
      • 1678 Aguilar Zúñiga, E. Trad. Sermones Vieira, t. III p. 341 Esp (BD)
        Mas para vn alma salvarse, basta obedecer a Dios: y si en todo se conforma con su voluntad, sobra: y Teresa no solo se contentó con obedecer á Dios, que es lo que basta, no solo se conformó, que es lo que sobra, sino que pasó de conformidad á transformacion, y se transformó de tal modo en la voluntad Divina, que vian, y amavan con vn solo coraçon: y en señal de esto le abrió vn Serafin el lado izquierdo, con una saeta de fuego, y se sacó el coraçon que tenia, y le dio el de su Esposo.
      • 1709 Feliú Peña Farell, N. Anales Cataluña p. 127 Esp (BD)
        En este tiempo el buen Emperador Marco Aurelio, borró sus virtudes morales, con la sangrienta mancha de la persecucion de la Iglesia, que la misericordia divina concluyó, á favor de los Catolicos; por cuyas oraciones favoreció al Exercito Romano en Alemania, que estava pereciendo de sed, y no podian salir á buscar el remedio en el agua que tenian en custodia; los enemigos: clamaron al Cielo, que abrió los raudales de sus misericordias en copiosa lluvia sobre el Exercito Romano, y en iras, y castigos contra los Alemanes, fulminando saetas de fuego en ardientes rayos, de las quales aturdidos, y temerosos, se apartaron de sus Fuertes, quedando á la Legión de los Christianos el nombre de Fulminatrices.
      • 1726 Ceballos, L. I. Vida Juana Encarnacion p. 75 Esp (BD)
        Este fuego divino, que felizmente ardia en la brillante lampara de su corazon, se avivó mucho mas en todo el discurso de su vida, por medio de los favores que recibia del mismo Señor, en los dolorosos Mysterios de su Sagrada Passion. Tales fueron hazerla participante de sus penas […]. Ya experimentaba pecho, y espalda, como vna espada, ó saeta de fuego, que la heria, ya como si la descoyuntaran los huessos, ya como si la entraran alesnas por la cabeza, ó espinas agudissimas, que la abrieran el casco; y en vna ocasion fue tan activo el dolor, que abrio las manos, para recibir, con grande gusto de su espíritu, sus mismos ojos, por aver consentido, se la saltaban del casco.
      • 1758 Isla, J. F. Fray Gerundio [1992] Esp (CDH )

        Si aquéllos jugaron con las llamas sin que les tocasen al pelo de la ropa, éstos brincaron por ellas sin que les chamuscasen ni un solo cabello de la cabeza: et capillus de capite uestro non peribit, que dijo la Boca de Oro. Pues, ¿qué, la multitud de estruendosos voladores que subieron serpenteando por ese diáfano elemento, saetas encendidas, que disparó la bizarría y el valor para disipar el nigricante escuadrón de las tinieblas?

      • 1789 Velasco, J. HReino Quito [1981] Ec (CDH )
        Murieron pocos Españoles en las acometidas y consiguieron, no sólo preservar la ciudad de las saetas encendidas, con que se empeñaron los bárbaros en reducirla a cenizas, sino también el retirarlos con notable daño de ellos.
      • c1789-p1810 Marchena, J. Poesías [1892] 58 Esp (CDH )
        Diosa de los amores, / ¡Oh Venus! si ser quieres festejada / Del bando de amadores, / Pon aquí tu morada, / Aquí do está aguzando eternamente / Amor sangriento la saeta ardiente. / Y yo desesperado / De pintar tal belleza / Doy fin al tosco canto, / Que nunca fué á mi humilde Musa dado / Elevarse á la alteza / Que pide Apolo para empeño tanto.
      • 1841 Anónimo (J. M. P.) "Homilia" [24-01-1841] El Católico (Madrid) Esp (HD)
        ¡Qué fuego, qué viveza en las palabras del primero! “Señor, si quieres, puedes limpiarme”. Mejor que palabras, podríamos llamarlas saetas ardientes que traspasaron el corazon del Hombre-Dios y le movieron con mas prontitud y eficacia que todos los discursos de elocuentes literatos. ¡Si quieres puedes limpiarme! ¡Qué nobleza, qué elevación de pensamientos! Es como si hubiera dicho: “Vuestra voluntad es el principio de la enfermedad y de la salud, como de la vida y de la muerte; y vuestro imperio se estiende á todo sin que nada pueda resistirle; yo confieso que esa vuestra mano que me ha herido, puede sanarme si lo queréis”.
      • 1863 Torrijos, M. "Fantasma blanco" [01-01-1863] p. 243 El Correo de Ultramar (París) Esp (HD)
        Silvestre, armado de su gran garrote, se dirigió al fantasma, avanzó unos cuantos pasos hacia él, y cuando ya le tuvo cerca levantó el garrote en actitud amenazante; pero cayó al suelo como herido por un rayo y antes de descargar el golpe. El fantasma lanzó sobre él una saeta de fuego, y la atmósfera quedó como impregnada de un olor a azufre insoportable. Todos los curiosos que habían acudido á presenciar el combate de Silvestre con la visión huyeron despavoridos, y al día siguiente no se hablaba de otra cosa en el pueblo que de la bocanada de fuego y el olor á azufre que desprendió el fantasma.
      • 1870 Mansilla, L. V. Indios Ranqueles [1957] Ar (CDH )
        [...] los relámpagos brillaban como saetas de fuego, lanzadas del cielo a la tierra; el trueno rugía imponente y sus sordas detonaciones, haciendo temblar al suelo, llegaron hasta nosotros como el estampido de lejanas descargas de cañón.
      • 1876 Aguiló, T. "Sor Lutgarda" [31-10-1876] Museo Balear de Historia y Literatura, Ciencias y Artes (Palma de Mallorca) Esp (HD)
        Elena rayaba en fea, pero tenia unos ojos negros hermosísimos, tan capaces de abrazar un corazon con su mirada, como lo es un lente convexo de encender la yesca, concentrando sobre ella los rayos del sol. Decíale a Pedro: “Qué lástima que tu Margarita no tenga los ojos un poquito más vivos! Y cruzábanse las dos miradas, y Pedro sentia penetrar en su pecho una saeta ardiente, y en razón inversa de aquel calor el termómetro de su cariño descendia uno o mas grados.
      • 1882 Pardo Bazán, E. Francisco Asís [1903] II, 237 Esp (CDH )
        En la diestra de Dios está la ley de fuego cuyas palabras abrasan vehementemente... Esto sentía y consideraba, al doctrinar y escribir, nuestro maestro Buenaventura. Seráfico y querúbico debemos llamarle, pues inflama voluntades y alumbra entendimientos. Otros doctores distraen la inteligencia; éste, con el amor, une la mente a Dios: — Expandit ignem cum lumine, declaraba Tritemio de la teología de San Buenaventura: y aludiendo a lo abrasado de su elocuencia — Non instantia, sed inflammantia verba proferebat: — Como saetas encendidas se clavaban sus palabras: en aquella época de períodos ampulosos, el estilo de muchas obras suyas es animado, claro, viviente.
      • 1893 Felíu Codina, J. "Millonaria" [01-01-1893] p. 123 La Ilustración Moderna (Barcelona) Esp (HD)
        ¡Y allá iba el soberbio tren arrastrado por los cuatro caballos locos, envuelto con estrépito de cascabeles, reflejando en el charol de su caja y en los toques dorados de las guarniciones los rayos que el sol disparaba como saetas encendidas! Y en el empinado pescante y en el pomposo imperial erguíanse las cabezas sonrientes, aturdidas, encandiladas de los jóvenes apiñados, conducidos en aquella carrera veloz de conquistadores.
      • 1902 Moreno Godino, F. "Treinta dineros Judas" [24-03-1902] La Ilustración Artística (Barcelona) Esp (HD)
        Judas entró en la cañada cansado y dolorido, porque en el lado del corazón sentía punzadas como si le atravesaran saetas de fuego. Sentóse en un peñón próximo al cerro, llevóse la mano al pecho, y tropezó con el paquete de monedas, precio de su traición. Le tomó en la mano sin darse apenas cuenta de lo que hacía; y sintiendo alivio a su dolor, iba á arrojarle al suelo, pero un movimiento inexplicable de prevision hizo que buscase un hueco en la peña en que estaba sentado, que tenía muchas grietas y le metió en una de ellas.
      • 1906 Cabal, C. "Alboradas" [13-03-1906] Diario de la Marina (La Habana) Esp (HD)
        Una estrella se desprendió de una nube; se perdió en el espacio, como saeta encendida que de repente se apaga.
      • 1906 Cuervo, J. Trad Compendio Doctrina Cristiana [1998] 323 Esp (CDH )
        Tomad las armas de Dios para que podáis estar firmes en el día de la tentación, y en todo perseverar perfectos; ceñid vuestros lomos con la verdad y rectitud de intención; vestíos del arnés de justicia, y calzaos de buenos afectos, conformes al evangelio de paz, y a todos los encuentros escudaos con el escudo de la fe, con el cual podréis defenderos de las saetas encendidas del enemigo, y el yelmo de la esperanza de vuestra salvación y la espada del espíritu, que es la palabra de Dios. * Y así armados, resistamos al diablo, y huirá de nosotros, como dice Santiago apóstol. *
      • 1930 Lafuente Vanrell, L. "Ciudadela… 9 Julio" [09-07-1930] El Iris: Diario Católico (Ciudadela) Esp (HD)
        La llama del amor patrio está siempre encendida en Ciudadela; pero cada año, desde 1558, el día 9 de julio sopla en la llamita un aire sutil que la aviva y la levanta convirtiéndola en una saeta de fuego. El dardo encendido rompe con ímpetu el espacio y sube, sube… Atraviesa los campos de celajes, rasga los espacios infinitos, se remonta la inmensidad azul de los cielos insondables, sube, sube… ¿A dónde va aquella chispa audaz dejando su estela de oro en la negrura de los ámbitos intersiderales?
      • 1948 Abin, J. J. "Domund" [18-10-1948] Hoja Oficial del Lunes (Santander) Esp (HD)
        El mundo camina velozmente hacia su meta, y entre convulsiones y grandes cataclismos, como terremotos morales y económicos, sociales y políticos, va la gracia de Dios abriéndose camino y ensanchando su campo y su horizonte, a medida que como saeta de fuego, va prendiéndose en las almas.
      • 1953 Anónimo "In Memoriam" [28-09-1953] Hoja Oficial del Lunes (Granada) Esp (HD)
        El cariño y la santa camaradería de sus jefes y compañeros quisieron dejar un hito en memoria suya entre las rocas y los pinares de la grandiosa inmensidad de estas montañas, allí mismo de donde partieron para su vuelo sin aterrizaje. Un pequeño montón de rocas coronado por una sencilla Cruz de piedra lisa, símbolo de nuestra Fe Católica frente a los más poderosos designios de Dios, se eleva desde hace unos meses en aquel lugar magnífico y a la vez escondido y ambiental; un pequeño valle entre crestas cubiertas de pinos cuyas copas desmochó el avión en su caída, y otras agrestes y rocosas en las que se clavó como una saeta de fuego, en una incineración definitiva y grandiosa. Al pie de la Cruz; una lápida con los nombres de los cuatros compañeros que se fueron en plena juventud, seguramente por ser los mejores y haberlos querido Dios para sí.
      • 2008 Acuña Álvz, C. J. Fruto prohibido p. 282 (BD)
        Con saetas ardientes, los guerreros de Monem cuyos arcos eran más grandes y de mayor alcance, subieron a diversas terrazas e iniciaron la lucha contra los demás dragones, que montados por guerreros atacaban las torres, los techos y azoteas, desde donde la multitud se defendía interponiendo grandes escudos al fuego.
      • 2021 Caliani, A. Puño emperador Esp (BD)
        Los marcomanos que cabalgaban en vanguardia hacían girar las hondas cargadas con vasijas de aceite; los que los seguían, llevaban los arcos cargados con flechas incendiarias, algunos con hasta tres proyectiles a la vez, dispuestos en forma de abanico. Conforme los jinetes se aproximaban a la espesura, descubrieron cientos de legionarios parapetados detrás de sus escudos o escondidos tras los árboles; también avistaron auxiliares arqueros en las copas de los tilos apuntándoles con saetas ardientes.
      • 2021 Ortigas, J. Edades atlantes perdidas Esp (BD)
        A todo aquél que vieron ceñido de la armadura oscura característica de los corzán lo prendieron y lo torturaron hasta casi hacerlo morir. A esos mismos luego los exiliaron bajo maldición en una canoa, maniatados y con los ojos vendados, a la deriva. Con un matojo de paja seca en la popa de la canoa encendido con saetas ardientes lanzadas desde la costa.
    4. Acepción en desuso
    5. s. f. En particular, saeta que dispara Cupido, según la mitología romana, para despertar, de manera inmediata y repentina, el desamor en aquellos que son heridos.
      docs. (1585-1615) 3 ejemplos:
      • 1585 Pz Moya, J. Philosofía [1995] Esp (CDH )
        Y no sólo a amar podía mover, mas aun a desamar, según escribe Ovidio, * dónde introduce a Cupido, hijo de Venus, que hirió a Apolo con saeta de oro, cuyo poder era hacerle amar; y a Daphne hirió con saeta que tenía la punta de plomo, cuya virtud era hacer desamar, como dijimos tratando de Apolo. *
      • 1585 Pz Moya, J. Philosofía [1995] Esp (CDH )
        Esto es, porque los gentiles y poetas dieron a Cupido poder de mover a amar y de desamar, y que para ambas cosas tuviese saetas.
      • 1585 Pz Moya, J. Philosofía [1995] Esp (CDH )
        Fue la causa, porque así el amor como el desamor son llagas y hácense con alguna arma, y como pusieron saetas para herir el corazón para amar, así pusieron saetas para lo herir para desamar y como el amor es pasión que no deja holgar al amador, así el desamor es pasión que aqueja al que la tiene para huir de aquello que no ama, y ambas pasiones son en una misma parte del ánima, pues como el alma se signifique con el corazón, es menester arma que penetre, y así para ambas cosas dieron a Cupido saetas;
        Acepción en desuso
      1. s. En ocasiones, con el complemento de plomo.
        docs. (1615) Ejemplo:
        • 1615 Cervantes Saavedra, M. Rufián dichoso [1995] Comedias y entremeses Esp (CDH )
          PeraltaHácela a todos notoria / el veros andar perdida / buscando siempre a este hombre.Antonia¿Hombre? Si él lo fuera, fuera / descanso mi angustia fiera. / Mas no tiene más del nombre; / conmigo, a lo menos.Peralta¿Cómo?AntoniaEsto, sin duda, es así; / que Amor le hirió para mí / con las saetas de plomo. / No hay yelo que se le iguale. PeraltaPues, ¿por qué le queréis tanto?AntoniaPorque me alegro y me espanto / de lo que con hombres vale. / ¿Hay más que ver que le dan / parias los más arrogantes, / de la heria los matantes, / los bravos de San Román? /
  2. Acepción en desuso
  3. 1⟶metáfora
    s. f. Agr. Parte superior del sarmiento que, cuando se poda, queda en forma de saeta en el tronco de la vid.
    docs. (1490-2014) 11 ejemplos:
    • 1490 Palencia, A. VocLatRomance [1967] Esp (NTLLE)
      [...] sagitta [...], se dize por ser presta en dar golpe, dende viene sagittare, que es ferir con saeta, los rústicos dizen saeta la postrimer parte que está podada en el sarmiento, por que se auía alexado dela vid, et después vino a saltar o por que se fizo tan delgada que tenga semeiança de tyro o vara con que ayan de tyrar [...].
    • 2014 RAE DLE (NTLLE)
      saeta. f. Punta del sarmiento que queda en la cepa cuando se poda.
    • 1490 Palencia, A. VocLatRomance [1967] Esp (NTLLE)
      [...] sagitta [...], se dize por ser presta en dar golpe, dende viene sagittare, que es ferir con saeta, los rústicos dizen saeta la postrimer parte que está podada en el sarmiento, por que se auía alexado dela vid, et después vino a saltar o por que se fizo tan delgada que tenga semeiança de tyro o vara con que ayan de tyrar [...].
    • 1781 Rdz Mohedano, R. / Rdz Mohedano, P. HLit España, VIII [1781] p. 176 Esp (BD)
      Asimismo encarga (a), que al sarmiento, ó barbado que se plantare, se le dexen dos yemas fuera de la tierra. Refiere (b) la gran disputa de los antiguos, sobre si se habia de plantar el sarmiento dexándole su punta muy delgada, á la que llamaban saeta, ó se le había de quitar esta como inutil.
    • 1792 García Leña, C. Disertacion vino malagueño p. 38 Esp (BD)
      Quando los sarmientos de las cepas vecinas no alcanzan al sitio se hace otra operacion, que llaman echar Ballesteros: Columela llama ballesta ó saeta a la parte superior del sarmiento para plantar: y tal vez se habrá conservado este nombre en los Viñeros de tan antiguo; el que se le daría por la semejanza que tiene con la ballesta ó la saeta.
    • 1798 Anónimo "Cultivo viñas Andalucía baxa" [10-05-1798] Semanario de Agricultura y Artes Dirigido a los Párrocos (Madrid) Esp (HD)
      En llegando las cercanias de la primavera, quando ya principie la savia á dirigirse en mayor copia á toda la corporatura del sarmiento, (volviendo á cubrir todo el hoyo con tierra vegetal) mandaré cortar los mas vigorosos, los que introduciré rectos en un hoyo de una vara de hondo que haré en el lugar señalado con una barra de hierro; atacaré dicho sarmiento con tierra vegetal desmenuzada, y cortando la saeta, dexaré fuera tanta porción de sarmiento quanta sea suficiente para la altura que ha de tener la cepa, cuidando ó de que á el mismo tiempo se le arrime tierra para que solo queden en lo exterior dos yemas, ó si ésta no se le arrima, que al tiempo de brotar se le corten todas las yemas inferiores á las dos que deben quedar.
    • 1802 Banqueri, J. A. Trad Libro agricultura, Zacaria, I p. 386 Esp (BD)
      En cada hoyo se plantan dos sarmientos, de manera que el extremo del uno salga por un lado, y el del otro por el opuesto (cada uno en su respectivo liño) sin juntarse en la parte inferior del hoyo para que no se estrechen [ó compriman] sus raices, tumbando cada uno allí mismo, si fuere largo; ó una parte, si corto: cuyo extremo superior levantándose derecho junto al lado del hoyo, quedará fuera de la superficie de la tierra (cortado lo endeble de la saeta [ó punta]) una ó dos yemas, y se les apretará la tierra con el pie, como se dixo arriba.
    • 1807 Anónimo "Memoria cultivo vid" [03-09-1807] Semanario de Agricultura y Artes Dirigido a los Párrocos (Madrid) Esp (HD)
      Para que medren los nuevos majuelos, deben dexarse en cada sarmiento ó postura una, dos ó tres yemas fuera de tierra, enterrando las restantes. Estas producen raices, y las exteriores madera. Es mas vigoroso el brote, saeta ó banderilla quando solamente se ha dexado fuera una sola yema al sarmiento; pero hay más probabilidad de que haya menos marras quando se dexan dos ó tres yemas sin enterrar.
    • 1817 RAE DRAE 5.ª ed. (NTLLE)
      Saeta. Entre labradores la punta que hace el sarmiento que queda en la cepa cuando se poda.
    • 1824 Álvz Sotomayor Rubio, J. M. Trad LAgricultura Columela, I p. 123 Esp (BD)
      En efecto, ¿por qué desechaban la vara que salia de lo duro, ó la saeta cortada de un cabezudo fecundo que ellos mismos habian aprobado, si creian que era indiferente el sitio donde se escogia la planta? Pero porque no dudaban que la fuerza de la fecundidad estaba, por decirlo así, en miembros determinados de la vid, por esto condenaron muy prudentemente al pampinario y á la saeta como inútiles para la plantacion. Lo cual, si es así, no hay duda que hayan ellos reprobado tambien mucho más el sarmiento que, habiendo nacido en sitio fructífero, no hubiese llevado fruto. Pues si creian que la saeta, esto es, la parte superior del cabezudo, se habia de reprobar, siendo ella misma parte de una rama fructífera, cuanto más hacer ver la misma razon que haya sido reprobada por estos una vara si es estéril, aunque haya salido de la mejor parte de la vid.
    • 2001 RAE DRAE 22.ª ed. (NTLLE)
      saeta. f. Punta del sarmiento que queda en la cepa cuando se poda.
    • 2014 RAE DLE (NTLLE)
      saeta. f. Punta del sarmiento que queda en la cepa cuando se poda.
    • 1490 Palencia, A. VocLatRomance [1967] Esp (NTLLE)
      [...] sagitta [...], se dize por ser presta en dar golpe, dende viene sagittare, que es ferir con saeta, los rústicos dizen saeta la postrimer parte que está podada en el sarmiento, por que se auía alexado dela vid, et después vino a saltar o por que se fizo tan delgada que tenga semeiança de tyro o vara con que ayan de tyrar [...].
    • 1781 Rdz Mohedano, R. / Rdz Mohedano, P. HLit España, VIII [1781] p. 176 Esp (BD)
      Asimismo encarga (a), que al sarmiento, ó barbado que se plantare, se le dexen dos yemas fuera de la tierra. Refiere (b) la gran disputa de los antiguos, sobre si se habia de plantar el sarmiento dexándole su punta muy delgada, á la que llamaban saeta, ó se le había de quitar esta como inutil.
    • 1792 García Leña, C. Disertacion vino malagueño p. 38 Esp (BD)
      Quando los sarmientos de las cepas vecinas no alcanzan al sitio se hace otra operacion, que llaman echar Ballesteros: Columela llama ballesta ó saeta a la parte superior del sarmiento para plantar: y tal vez se habrá conservado este nombre en los Viñeros de tan antiguo; el que se le daría por la semejanza que tiene con la ballesta ó la saeta.
    • 1792 García Leña, C. Disertacion vino malagueño p. 144 Esp (BD)
      En esto queda supuesto que al planton se le deben dexar dos yemas, ó quando mas tres. Ya dixe la disputa que habia en tiempo de Columela sobre dexar la saeta del sarmiento de fuera, ó cortarla, como lo hacía Columela, por infructífera. Nuestros Capataces lo hacen de otro modo, que es el mejor según sus experiencias. Deszocan, ó tronchan las puntas, ó lo que queda de sarmiento despues de las dos yemas, con la mano, y no con navaja, sujetando el sarmiento con la una, y con la otra lo tronchan, para que no padezcan las yemas, que son las que hacen que crezca y ramifique.
    • 1798 Anónimo "Cultivo viñas Andalucía baxa" [10-05-1798] Semanario de Agricultura y Artes Dirigido a los Párrocos (Madrid) Esp (HD)
      En llegando las cercanias de la primavera, quando ya principie la savia á dirigirse en mayor copia á toda la corporatura del sarmiento, (volviendo á cubrir todo el hoyo con tierra vegetal) mandaré cortar los mas vigorosos, los que introduciré rectos en un hoyo de una vara de hondo que haré en el lugar señalado con una barra de hierro; atacaré dicho sarmiento con tierra vegetal desmenuzada, y cortando la saeta, dexaré fuera tanta porción de sarmiento quanta sea suficiente para la altura que ha de tener la cepa, cuidando ó de que á el mismo tiempo se le arrime tierra para que solo queden en lo exterior dos yemas, ó si ésta no se le arrima, que al tiempo de brotar se le corten todas las yemas inferiores á las dos que deben quedar.
    • 1802 Banqueri, J. A. Trad Libro agricultura, Zacaria, I p. 386 Esp (BD)
      En cada hoyo se plantan dos sarmientos, de manera que el extremo del uno salga por un lado, y el del otro por el opuesto (cada uno en su respectivo liño) sin juntarse en la parte inferior del hoyo para que no se estrechen [ó compriman] sus raices, tumbando cada uno allí mismo, si fuere largo; ó una parte, si corto: cuyo extremo superior levantándose derecho junto al lado del hoyo, quedará fuera de la superficie de la tierra (cortado lo endeble de la saeta [ó punta]) una ó dos yemas, y se les apretará la tierra con el pie, como se dixo arriba.
    • 1807 Anónimo "Memoria cultivo vid" [03-09-1807] Semanario de Agricultura y Artes Dirigido a los Párrocos (Madrid) Esp (HD)
      Para que medren los nuevos majuelos, deben dexarse en cada sarmiento ó postura una, dos ó tres yemas fuera de tierra, enterrando las restantes. Estas producen raices, y las exteriores madera. Es mas vigoroso el brote, saeta ó banderilla quando solamente se ha dexado fuera una sola yema al sarmiento; pero hay más probabilidad de que haya menos marras quando se dexan dos ó tres yemas sin enterrar.
    • 1817 RAE DRAE 5.ª ed. (NTLLE)
      Saeta. Entre labradores la punta que hace el sarmiento que queda en la cepa cuando se poda.
    • 1824 Álvz Sotomayor Rubio, J. M. Trad LAgricultura Columela, I p. 123 Esp (BD)
      En efecto, ¿por qué desechaban la vara que salia de lo duro, ó la saeta cortada de un cabezudo fecundo que ellos mismos habian aprobado, si creian que era indiferente el sitio donde se escogia la planta? Pero porque no dudaban que la fuerza de la fecundidad estaba, por decirlo así, en miembros determinados de la vid, por esto condenaron muy prudentemente al pampinario y á la saeta como inútiles para la plantacion. Lo cual, si es así, no hay duda que hayan ellos reprobado tambien mucho más el sarmiento que, habiendo nacido en sitio fructífero, no hubiese llevado fruto. Pues si creian que la saeta, esto es, la parte superior del cabezudo, se habia de reprobar, siendo ella misma parte de una rama fructífera, cuanto más hacer ver la misma razon que haya sido reprobada por estos una vara si es estéril, aunque haya salido de la mejor parte de la vid.
    • 2001 RAE DRAE 22.ª ed. (NTLLE)
      saeta. f. Punta del sarmiento que queda en la cepa cuando se poda.
    • 2014 RAE DLE (NTLLE)
      saeta. f. Punta del sarmiento que queda en la cepa cuando se poda.
  4. s. f. Sentencia breve y fervorosa que pronuncian, generalmente, los misioneros o curas en la iglesia o durante las festividades religiosas para predicar el evangelio, instruir en la penitencia y avivar la fe cristiana.
    Sinónimo: saetilla
    docs. (1612-2003) 19 ejemplos:
    • a1612 Molina, A. Exercicios Espirituales Excelencias [1618] p. 110 Esp (BD)
      Son pues estas aspiraciones, vnas breues y afectuosas oraciones, que se hazen á Dios, o con la boca, o lo mas ordinario, con solo el coraçon, que siruen de conseruar auiuar, y aumentar, en nosotros el buen espiritu, y aficionan mucho a nuestro Señor, y le obligan a que nos haga grandes mercedes. Toda la importancia de estas oraciones, es, hazerse con afecto, feruor, y encendidos desseos, de amar mucho á Dios, y agradarle perfectamente, y vnirse intimamente con el. Y por esso se llaman saetas, o dardos, que es necessario tirarse con fuerça, para que alcancen a hazer golpe.
    • 2003 Rondón Sepúlveda, V. "Herencia indígena música" Con humilde devoción Ch (CORPES)
      Otro indicio lo constituye la presencia en un inventario de la parroquia de San Antonio de Colchagua (Chépica), de varios objetos que se utilizan en las misiones, entre los que se cuentan unas "Saetas que sirven para ejercicios y misiones". La saeta era una copla breve y sentenciosa que se cantaba para excitar a la devoción o la penitencia. Las que hemos podido conocer en fuentes de comienzos del siglo diecinueve se "echan" o "lanzan" para convocar al pecador, presentando un doble discurso, una voz paralela. Por un lado, en cuartetas, se conmina directamente, y por otro, en verso de tres frases, se hace una reflexión sobre la oportunidad.
    • a1612 Molina, A. Exercicios Espirituales Excelencias [1618] p. 110 Esp (BD)
      Son pues estas aspiraciones, vnas breues y afectuosas oraciones, que se hazen á Dios, o con la boca, o lo mas ordinario, con solo el coraçon, que siruen de conseruar auiuar, y aumentar, en nosotros el buen espiritu, y aficionan mucho a nuestro Señor, y le obligan a que nos haga grandes mercedes. Toda la importancia de estas oraciones, es, hazerse con afecto, feruor, y encendidos desseos, de amar mucho á Dios, y agradarle perfectamente, y vnirse intimamente con el. Y por esso se llaman saetas, o dardos, que es necessario tirarse con fuerça, para que alcancen a hazer golpe.
    • 1680 Sigüenza y Góngora, Carlos de Teatro de virtudes políticas que constituyen a un príncipe [1984] México (CDH )
      Dame la comprobación San Ambrosio, lib. de Viduis, donde llamó saetas a las oraciones que se dirigen a Dios, y en que éstas se transforman para triunfar de los enemigos: «La oración, aunque más lejos, como la flecha, hiere; la flecha no sólo llega al adversario que está cerca, la oración también vulnera al enemigo que se encuentra lejos».
    • 1721 Blazquez Barco, J. Explicacion Doctrina Christiana p. 140 Esp (BD)
      Y Para que sepan todos el modo de hazer Mission, porque tambien es oy menester este, diré el que yo he tenido, y he visto tener á los mas experimentados. Llegados al Lugar, donde se ha de hazer la Mission, sea Ciudad, sea Villa, ó Aldea, aviendo tomado possada, y visitado la Iglesia, se procura ver al Señor Obispo, Cura, ó Prelado de la Iglesia, donde se huviere de hazer la Mission, y aviendole propuesto su Legacia, y obtenido la licencia, se señala el dia que se ha de començar, y la noche antecedente se sale con el Santo Christo por las calles, anunciando la Mission con algunas Saetas, y haciendo algunas Platicas, citando á la gente para la Iglesia el otro dia, y á qué hora.
    • 1741 Pardo de Figueroa, Isabel Carta de Isabel Pardo de Figueroa a su hijo, Joseph de Recabarren 244 Documentos de Chile Chile (CDH )
      [...] y se esta procurando, / aplacar la yra de dios, con / missiones, penitencias, moderacion en / los traxes, corvando colas poniendo / puños en las camisas haxando la / ropa, y subiendola a la cintura, la / mission de San Xavier, salio este año / como ninguno porque los padres a / cada saeta davan moral y apenas / acavava uno quando proseguia otro [...].
    • 1760 Anónimo Dedicatoria del doctor Andrés de Arce y Miranda en el tomo III de sus Sermones al doctor Juan José de Eguiara y Eguren I, 382 Documentos para la historia de la imprenta en México (1723-1812) México (CDH )
      El arco, la cuerda y el hombre, aflojándole, viven. No lo dijo, sin duda, por Vuestra Señoría, pues en todo el tiempo de su vida su arco no ha dejado de tirar saetas de penitencia contra los vicios en el púlpito, y arrojar flechas del divino amor en el confesionario a sus religiosas capuchinas; su lira siempre suena cantando en el coro la divina salmodia, y en su casa todo el hombre jamás cede a lo tirante, ocupado siempre en bien y servicio de la república literaria. De esta suerte ha pasado Vuestra Señoría por todos aquellos grados y cátedras que puede conferir nuestra Real Universidad.
    • 1787 Palou, F. Relacion historica Fray Junipero p. 52 Esp (BD)
      Una de las saetas que pronunció uno de los Misioneros, hirió el corazon de aquella pecadora de tal suerte, que le pareció se lo habia traspasado, segun el dolor grande que sentia de sus pecados, y deseos de convertirse á Dios verdaderamente. Dispusose para confesar, y exâminada, se fue a los pies del V. Padre Fr. Junípero: Dióle cuenta de la vida que habia tenido y propósito con que se hallaba de dexar tan peligrosa amistad y compañia.
    • 1788 Terreros Pando, E. DiccCastVocesCienciasArtes (NTLLE)
      Saetas, se dice tambien de los suspiros y jaculatorias que se hacen y arrojan hácia el Cielo.
    • 1847-1849 Alcalá Galiano, A. Memorias [1886] II, 185 Esp (CDH )
      Había sido costumbre en algunos pueblos hacer funciones semejantes, y como en los hábitos de los españoles predominaban los antiguos, juntándose éstos de un modo extraño con los nuevos, se parecían las tales fiestas, con sabor de profanaciones de las cosas santas en el remedo, á las procesiones de mision, yendo la imágen de Riego, en vez de la del Señor, de su Madre ó de los Santos, cantándose canciones patrióticas en lugar de los salmos ó himnos, ó de las coplas denominadas saetas, y habiendo de cuando en cuando trozos de sermon donde pasaban á ser exhortaciones patrióticas las que eran piadosas en las verdaderas misiones.
    • 1849 Fernán Caballero (Cecilia Böhl de Faber) Familia Alvareda [1979] Esp (CDH )

      Tocó entonces la campana el toque de la agonía. Toque solemne, toque lúgubre, voz de la iglesia que avisa al hombre que uno de sus hermanos lucha entre angustias, fatigas y congojas, y va a comparecer ante el tremendo tribunal. Grave saeta *con la que la iglesia dice a la multitud que bulle encenagada en intereses frívolos que tiene por importantes, en pasiones pasajeras que sueña eternas: "Paraos un momento por respeto a la muerte, por consideración a vuestro semejante que va a desaparecer de la tierra, como desapareceréis vos mañana". Pero esa voz que hablaba de muerte, esa voz que decía: ¡rogad y acordaos!era intempestiva en el siglo de las luces. ¡La ilustración acordarse de la muerte! ¡Eso queda bueno para los cartujos! Y la ilustración mandó callar a la iglesia, porque su voz le importunaba. *

    • 1872 Fuentes Ponte, J. Murcia fue [1872] 105 Esp (CDH )

      Hacia poco que tocó la queda; algunos aldabonazos percibíanse de léjos, y por la calle de Zambrana oyóse una campanica con lastimero toque, cuando á rato y rebujado en un saco baquero en hábito largo de color pardo, como á moa de balandran, vino calle abajo un bulto que un farol de cuerno claro traia en una mano, y apoyaba la otra en un baston alto y gordo con regaton de hierro, causando con él tal estrépito en las piedras como si desenclavase las losas de una sepultura: andaba con mesurado paso y grave cerimonia, y sacando de rato en rato voces de agonizante de ajusticiado por lo angustiosas y semitonadas, decia muy tristemente esto que llamaban saeta las gentes:

      (El que mortalmente peca / mortalmente se condena.(
    • 1889 Sotomayor, J. F. Historia apostolico colegio Zacatecas, I p. 264 Mx (BD)
      En la tarde, á las cuatro ó las cinco, cuando los días son largos, se comienza á llamar á sermon: se está tocando la campana por espacio de media hora, y luego se deja: habiendo cesado de llamar, viene el señor cura con bonete y estola, y tomando el Santo Cristo que llevan los padres misioneros se van para la iglesia, tomando al señor cura en medio. Llegan, é hincados delante del altar mayor, en donde debe estar colocada desde este día Nuestra Señora del Refugio, con sus velas encendidas, se levanta el padre presidente, y vuelto al pueblo les dice lo que han de responder en la cancion cuando oigan tocar la campanita. Hecho esto, se hinca, y comienzan a cantar la cancion que empieza: Dios toca en esta mision etc. Acabada la cancion, canta cada padre misionero una saeta. Inmediatamente se levanta y salen con el pueblo á dar una vuelta por la plaza, ó calle principal cantando una saeta cada uno; y predicando un poco glosando ó exponiendo dicha saeta. Se advierte que el padre que ha de predicar el sermon de convite, no tiene que salir en esta procesion, sino que deberá esperarse para subir al púlpito luego que vuelvan los compañeros, para predicar su sermón.
    • 1965 Quiroga, E. Escribo nombre [1993] Esp (CDH )

      Era un trasunto humano de Aquél a quien amaba: para ella la Iglesia empezaba en Belén y terminaba en el Cenáculo.

      No se trataba, al enfrentarnos con la vocación, de varias soluciones o elección de caminos; al hablar de vocación se refería a entrar en religión, como si no hubiese otra. De todas formas, aquélla fue su saeta, que nos dejó clavada, horadándonos el corazón.

    • 1973 Dgz Ortiz, A. Clases privilegiadas [1985] Esp (CDH )

      El escenario habitual nos lo podemos representar así: En un pueblo andaluz, aragonés o castellano penetra un día el misionero con su ayudante; van tocando unas campanillas y de vez en cuando lanzan una sentencia breve y penetrante: jaculatoria o saeta, uno de los hallazgos de los misioneros. Seguidos del pueblo al que convoca la novedad se encaminan a la parroquia; el cura los recibe de buen o mal talante, según su disposición; a veces, cura y autoridades intentan persuadirles de que el pueblo está muy pobre y que no necesita misiones; más bien les iría en el pueblo de al lado.

    • 2001 RAE DRAE 22.ª ed. (NTLLE)
      saeta. f. Copla breve y sentenciosa que para excitar a la devoción o a la penitencia se canta en las iglesias o en las calles durante ciertas solemnidades religiosas.
    • 2003 Rondón Sepúlveda, V. "Herencia indígena música" Con humilde devoción Ch (CORPES)
      Otro indicio lo constituye la presencia en un inventario de la parroquia de San Antonio de Colchagua (Chépica), de varios objetos que se utilizan en las misiones, entre los que se cuentan unas "Saetas que sirven para ejercicios y misiones". La saeta era una copla breve y sentenciosa que se cantaba para excitar a la devoción o la penitencia. Las que hemos podido conocer en fuentes de comienzos del siglo diecinueve se "echan" o "lanzan" para convocar al pecador, presentando un doble discurso, una voz paralela. Por un lado, en cuartetas, se conmina directamente, y por otro, en verso de tres frases, se hace una reflexión sobre la oportunidad.
    • a1612 Molina, A. Exercicios Espirituales Excelencias [1618] p. 110 Esp (BD)
      Son pues estas aspiraciones, vnas breues y afectuosas oraciones, que se hazen á Dios, o con la boca, o lo mas ordinario, con solo el coraçon, que siruen de conseruar auiuar, y aumentar, en nosotros el buen espiritu, y aficionan mucho a nuestro Señor, y le obligan a que nos haga grandes mercedes. Toda la importancia de estas oraciones, es, hazerse con afecto, feruor, y encendidos desseos, de amar mucho á Dios, y agradarle perfectamente, y vnirse intimamente con el. Y por esso se llaman saetas, o dardos, que es necessario tirarse con fuerça, para que alcancen a hazer golpe.
    • 1680 Sigüenza y Góngora, Carlos de Teatro de virtudes políticas que constituyen a un príncipe [1984] México (CDH )
      Dame la comprobación San Ambrosio, lib. de Viduis, donde llamó saetas a las oraciones que se dirigen a Dios, y en que éstas se transforman para triunfar de los enemigos: «La oración, aunque más lejos, como la flecha, hiere; la flecha no sólo llega al adversario que está cerca, la oración también vulnera al enemigo que se encuentra lejos».
    • 1721 Blazquez Barco, J. Explicacion Doctrina Christiana p. 140 Esp (BD)
      Y Para que sepan todos el modo de hazer Mission, porque tambien es oy menester este, diré el que yo he tenido, y he visto tener á los mas experimentados. Llegados al Lugar, donde se ha de hazer la Mission, sea Ciudad, sea Villa, ó Aldea, aviendo tomado possada, y visitado la Iglesia, se procura ver al Señor Obispo, Cura, ó Prelado de la Iglesia, donde se huviere de hazer la Mission, y aviendole propuesto su Legacia, y obtenido la licencia, se señala el dia que se ha de començar, y la noche antecedente se sale con el Santo Christo por las calles, anunciando la Mission con algunas Saetas, y haciendo algunas Platicas, citando á la gente para la Iglesia el otro dia, y á qué hora.
    • 1741 Pardo de Figueroa, Isabel Carta de Isabel Pardo de Figueroa a su hijo, Joseph de Recabarren 244 Documentos de Chile Chile (CDH )
      [...] y se esta procurando, / aplacar la yra de dios, con / missiones, penitencias, moderacion en / los traxes, corvando colas poniendo / puños en las camisas haxando la / ropa, y subiendola a la cintura, la / mission de San Xavier, salio este año / como ninguno porque los padres a / cada saeta davan moral y apenas / acavava uno quando proseguia otro [...].
    • 1760 Anónimo Dedicatoria del doctor Andrés de Arce y Miranda en el tomo III de sus Sermones al doctor Juan José de Eguiara y Eguren I, 382 Documentos para la historia de la imprenta en México (1723-1812) México (CDH )
      El arco, la cuerda y el hombre, aflojándole, viven. No lo dijo, sin duda, por Vuestra Señoría, pues en todo el tiempo de su vida su arco no ha dejado de tirar saetas de penitencia contra los vicios en el púlpito, y arrojar flechas del divino amor en el confesionario a sus religiosas capuchinas; su lira siempre suena cantando en el coro la divina salmodia, y en su casa todo el hombre jamás cede a lo tirante, ocupado siempre en bien y servicio de la república literaria. De esta suerte ha pasado Vuestra Señoría por todos aquellos grados y cátedras que puede conferir nuestra Real Universidad.
    • 1787 Palou, F. Relacion historica Fray Junipero p. 52 Esp (BD)
      Una de las saetas que pronunció uno de los Misioneros, hirió el corazon de aquella pecadora de tal suerte, que le pareció se lo habia traspasado, segun el dolor grande que sentia de sus pecados, y deseos de convertirse á Dios verdaderamente. Dispusose para confesar, y exâminada, se fue a los pies del V. Padre Fr. Junípero: Dióle cuenta de la vida que habia tenido y propósito con que se hallaba de dexar tan peligrosa amistad y compañia.
    • 1787 Palou, F. Relacion historica Fray Junipero p. 52 Esp (BD)
      Entraron con gran silencio los seis Misioneros, y repartidos de dos en dos por las calles de la Ciudad, enarbolando el Santo Christo, dieron el asalto, disparando abundantes saetas que glosaban con fervorosas Pláticas. Conmovióse sobre manera toda la gente, de suerte, que desamparando las casas, y agolpandose en las calles, siguieron todos á los Padres hasta la Catedral, y convidados para el dia siguiente al Sermon de anuncio y publicación de la Mision, se retiraron á sus habitaciones compungidos y llorosos.
    • 1788 Terreros Pando, E. DiccCastVocesCienciasArtes (NTLLE)
      Saetas, se dice tambien de los suspiros y jaculatorias que se hacen y arrojan hácia el Cielo.
    • 1817 RAE DRAE 5.ª ed. (NTLLE)
      Saeta. met. Cada una de aquellas coplillas sentenciosas y morales que suelen decir los misioneros, y tambien se suelen decir durante la oracion mental, y en las demandas nocturnas que hacen en Madrid los hermanos de la Esperanza.
    • 1847-1849 Alcalá Galiano, A. Memorias [1886] II, 185 Esp (CDH )
      Había sido costumbre en algunos pueblos hacer funciones semejantes, y como en los hábitos de los españoles predominaban los antiguos, juntándose éstos de un modo extraño con los nuevos, se parecían las tales fiestas, con sabor de profanaciones de las cosas santas en el remedo, á las procesiones de mision, yendo la imágen de Riego, en vez de la del Señor, de su Madre ó de los Santos, cantándose canciones patrióticas en lugar de los salmos ó himnos, ó de las coplas denominadas saetas, y habiendo de cuando en cuando trozos de sermon donde pasaban á ser exhortaciones patrióticas las que eran piadosas en las verdaderas misiones.
    • 1849 Fernán Caballero (Cecilia Böhl de Faber) Familia Alvareda [1979] Esp (CDH )

      Tocó entonces la campana el toque de la agonía. Toque solemne, toque lúgubre, voz de la iglesia que avisa al hombre que uno de sus hermanos lucha entre angustias, fatigas y congojas, y va a comparecer ante el tremendo tribunal. Grave saeta *con la que la iglesia dice a la multitud que bulle encenagada en intereses frívolos que tiene por importantes, en pasiones pasajeras que sueña eternas: "Paraos un momento por respeto a la muerte, por consideración a vuestro semejante que va a desaparecer de la tierra, como desapareceréis vos mañana". Pero esa voz que hablaba de muerte, esa voz que decía: ¡rogad y acordaos!era intempestiva en el siglo de las luces. ¡La ilustración acordarse de la muerte! ¡Eso queda bueno para los cartujos! Y la ilustración mandó callar a la iglesia, porque su voz le importunaba. *

    • 1872 Fuentes Ponte, J. Murcia fue [1872] 105 Esp (CDH )

      Hacia poco que tocó la queda; algunos aldabonazos percibíanse de léjos, y por la calle de Zambrana oyóse una campanica con lastimero toque, cuando á rato y rebujado en un saco baquero en hábito largo de color pardo, como á moa de balandran, vino calle abajo un bulto que un farol de cuerno claro traia en una mano, y apoyaba la otra en un baston alto y gordo con regaton de hierro, causando con él tal estrépito en las piedras como si desenclavase las losas de una sepultura: andaba con mesurado paso y grave cerimonia, y sacando de rato en rato voces de agonizante de ajusticiado por lo angustiosas y semitonadas, decia muy tristemente esto que llamaban saeta las gentes:

      (El que mortalmente peca / mortalmente se condena.(
    • 1872 Fuentes Ponte, J. Murcia fue [1872] Esp (CDH )

      Para hacer bien y decir misas por los que están en pecado mortal ó camino dél.(Acabada la cual dicha saeta, rezaba un Padre nuestro de requiemy daba tres golpes fuertes con la vara en el suelo y como en toda la calle no le hubiesen llamado, quiso aguardar por si recordábale algun vecino, y en la piedra descargadora ó apeamiento que habia cabe la puerta de la ilustre casa de doña Luz de Zambrana, sentóse; no aguardó mucho, que un chirrido de goznes oyendo, levantóse á sentir una voz de tiple corista que dijo: Ave-Maria.

    • 1882 Pardo Bazán, E. Francisco Asís [1903] Esp (CDH )
      — Merced al empleo de la lengua latina, que orillaba la dificultad de las distintas hablas, hasta doscientos doctores se reúnen para argüir sucesivamente a Escoto, quien sufrida la nube de saetas escolásticas, se levanta y repite de memoria todos los argumentos de sus contrarios por el mismo orden en que fueron propuestos. En seguida comienza a distinguir, desenredar, rebatir, pulverizar toda objeción. Bien como la luz polarizada se convierte en un haz de innumerables rayos luminosos, la dialéctica de Escoto se parte, se adelgaza, se sutiliza para atravesar aquella niebla de dificultades; finalmente, pronuncia el argumento decisivo de la voluntad y de la gracia: Potuit, decuit, ergo fecit [...].
    • 1889 Sotomayor, J. F. Historia apostolico colegio Zacatecas, I p. 264 Mx (BD)
      En la tarde, á las cuatro ó las cinco, cuando los días son largos, se comienza á llamar á sermon: se está tocando la campana por espacio de media hora, y luego se deja: habiendo cesado de llamar, viene el señor cura con bonete y estola, y tomando el Santo Cristo que llevan los padres misioneros se van para la iglesia, tomando al señor cura en medio. Llegan, é hincados delante del altar mayor, en donde debe estar colocada desde este día Nuestra Señora del Refugio, con sus velas encendidas, se levanta el padre presidente, y vuelto al pueblo les dice lo que han de responder en la cancion cuando oigan tocar la campanita. Hecho esto, se hinca, y comienzan a cantar la cancion que empieza: Dios toca en esta mision etc. Acabada la cancion, canta cada padre misionero una saeta. Inmediatamente se levanta y salen con el pueblo á dar una vuelta por la plaza, ó calle principal cantando una saeta cada uno; y predicando un poco glosando ó exponiendo dicha saeta. Se advierte que el padre que ha de predicar el sermon de convite, no tiene que salir en esta procesion, sino que deberá esperarse para subir al púlpito luego que vuelvan los compañeros, para predicar su sermón.
    • 1965 Quiroga, E. Escribo nombre [1993] Esp (CDH )

      Era un trasunto humano de Aquél a quien amaba: para ella la Iglesia empezaba en Belén y terminaba en el Cenáculo.

      No se trataba, al enfrentarnos con la vocación, de varias soluciones o elección de caminos; al hablar de vocación se refería a entrar en religión, como si no hubiese otra. De todas formas, aquélla fue su saeta, que nos dejó clavada, horadándonos el corazón.

    • 1973 Dgz Ortiz, A. Clases privilegiadas [1985] Esp (CDH )

      El escenario habitual nos lo podemos representar así: En un pueblo andaluz, aragonés o castellano penetra un día el misionero con su ayudante; van tocando unas campanillas y de vez en cuando lanzan una sentencia breve y penetrante: jaculatoria o saeta, uno de los hallazgos de los misioneros. Seguidos del pueblo al que convoca la novedad se encaminan a la parroquia; el cura los recibe de buen o mal talante, según su disposición; a veces, cura y autoridades intentan persuadirles de que el pueblo está muy pobre y que no necesita misiones; más bien les iría en el pueblo de al lado.

    • 2001 RAE DRAE 22.ª ed. (NTLLE)
      saeta. f. Copla breve y sentenciosa que para excitar a la devoción o a la penitencia se canta en las iglesias o en las calles durante ciertas solemnidades religiosas.
    • 2003 Rondón Sepúlveda, V. "Herencia indígena música" Con humilde devoción Ch (CORPES)
      Otro indicio lo constituye la presencia en un inventario de la parroquia de San Antonio de Colchagua (Chépica), de varios objetos que se utilizan en las misiones, entre los que se cuentan unas "Saetas que sirven para ejercicios y misiones". La saeta era una copla breve y sentenciosa que se cantaba para excitar a la devoción o la penitencia. Las que hemos podido conocer en fuentes de comienzos del siglo diecinueve se "echan" o "lanzan" para convocar al pecador, presentando un doble discurso, una voz paralela. Por un lado, en cuartetas, se conmina directamente, y por otro, en verso de tres frases, se hace una reflexión sobre la oportunidad.
  5. 1⟶metáfora
    s. f. Trozo de tocino gordo o de carne que se utiliza para mechar guisos.
    docs. (1615-1931) 4 ejemplos:
    • 1615 Cervantes Saavedra, M. Rufián dichoso [1995] Comedias y entremeses Esp (CDH )
      LagartijaHay merienda, / que las más famosas cenas / ante ella cogen la rienda: / cazuelas de berenjenas / serán penúltima ofrenda. / Hay el conejo empanado, / por mil partes traspasado / con saetas de tocino; / blanco el pan, aloque el vino, / y hay turrón alicantado. / Cada cual para esto roba / blancas vistosas y nuevas, / una y otra rica coba; / dales limones las Cuevas / y naranjas el Alcoba. /
    • 1917 Alemany Bolufer, J. DiccLengEsp (NTLLE)
      Saeta [...]. fig. Lonjilla de tocino gordo para mechar algunos guisos.
    • 1926-1928 Guzmán, M. L. Águila y serpiente [1994] Mx (CDH )
      A otra parte, casi encima del fogón, colgaban de cordeles amarrados a los palos del techo trozos de carne de cerdo y de vaca, mientras en el extremo contrario venían a converger decorativas saetas de cecina y de chiles rojos y verdes.
    • 1931 Pagés, A. GDiccLengCastellana (NTLLE)
      Saeta. fig. Mecha; lonjilla de tocino gordo para mechar aves, carne y otras cosas.
  6. 1⟶metáfora
    s. f. Bot. Planta acuática herbácea de la familia de las alismatáceas de hasta 1 metro de altura, de tallo derecho y triangular, hojas en forma de saeta y flores de pétalos blancos o amarillentos con centro púrpura. Nombre científico: Sagittaria (género); en particular, Sagittaria sagittifolia y Sagittaria montevidensis .
    docs. (1767-2013) 10 ejemplos:
    • 1900 Lázaro Ibiza, B. Discurso recepción RACEFN [1900] Esp (CDH )
      Las saetas que se hallan arraigadas en el fondo, y viven en aguas poco profundas, desarrollan sus dos clases de hojas y su hermosa inflorescencia; pero si el caudal de agua del remanso ó laguna en que habitan eleva su nivel y mantiene esta elevación de un modo indefinido, las plantas se ven privadas de florecer y fructificar, sus funciones reproductoras han desaparecido mientras estas condiciones subsistan, pero se defienden, adaptándose á la vida exclusivamente acuática, y merced á sus hojas cintiformes conservan, al menos, sus funciones de nutrición.
    • 2009 Galup, A. "Proyecto Monte Nativo" p. 435 Parque costero Sur Ar (BD)
      Los fondos del terreno son recorridos en un tramo de 50 m por este sinuoso arroyo. En los primeros 15 m de su curso, linderos con la quinta “Punta Nativo”, posee un anchura aproximada de 5 m y una profundidad promedio de 80 cm. Aguas abajo, en los 35 m restantes de recorrido dentro de “La Sombra”, la sedimentación producida por las periódicas inundaciones ha favorecido la colonización de abundante vegetación palustre. Las especies predominantes son el falso caraguatá (Eryngium eburneum) y en menor medida duraznillo de agua (Ludwigia peploides), catay dulce (Polygonum punctatum), redondita de agua (Hydrocotyle bonariensis), saeta (Sagittaria montevidensis), cucharero (Echinodorus argentinensis), duraznillo blanco (Solanum glaucophyllum) y seibo (Erythrina crista-galli).
    • 1900 Lázaro Ibiza, B. Discurso recepción RACEFN [1900] Esp (CDH )
      Las saetas que se hallan arraigadas en el fondo, y viven en aguas poco profundas, desarrollan sus dos clases de hojas y su hermosa inflorescencia; pero si el caudal de agua del remanso ó laguna en que habitan eleva su nivel y mantiene esta elevación de un modo indefinido, las plantas se ven privadas de florecer y fructificar, sus funciones reproductoras han desaparecido mientras estas condiciones subsistan, pero se defienden, adaptándose á la vida exclusivamente acuática, y merced á sus hojas cintiformes conservan, al menos, sus funciones de nutrición.
    • 1904 Río, M. E. / Achával, L. Geografía provincia de Córdoba, I p. 160 Ar (BD)
      Achira ó saeta (Sagittaria montevidensis). —Yerba acuática cuyas hojas y rizomas tienen virtudes rubefacientes y refrigerantes, y han sido recomendadas contra la epilepsia. Las hojas machadas se aplican en cataplasmas para las hernias.
    • 1962 Font Quer, P. Plantas medicinales [1962] Esp (CDH )
      Las hojas están esparcidas por el tallo, sostenidas por un rabillo, y tienen figura aovada, pero con dos lóbulos divergentes en la base, que recuerdan los de la saeta. Las flores nacen de una en una, sobre un largo cabillo; en la parte media de éste hay dos hojitas menudas y enfrentadas. El cáliz se compone de cinco sépalos verdes, con el ápice entre membranoso y coriáceo. La corola tiene hechura de embudo y unos 2 cm. de largo, totalmente blanca o con bandas de color de rosa o enteramente rosada. La flor tiene cinco estambres y un estilo dividido en dos ramitas. El sabor de sus hojas es herbáceo.
    • 1989 Nobile, R. A./ Luján, V. S. "Identificacion malezas herbaceas" p.177 Seminario dinamica poblaciones Ar (BD)
      Sagittaria montevidensis […] “Saeta”. Planta perenne, palustre, parcialmente sumergida y rizomatosa, altura 50-100 cm. Hojas con pecíolos largos y envainadores, limbo sagitado o hastado. Inflorescencias monoicas con flores blancas, la base de los pétalos con tintes purpúreos. Vegeta en primavera, florece y fructifica en verano hasta mediados de otoño. Especie sudamericana, Argentina.
    • 1992 Vattuone, L. F. Biología I [1992] Ar (CDH )

      En su curso inferior, el río presenta un plancton más rico, aunque no tan abundante y variado como el de la laguna o las charcas. En sus riberas barrosas se desarrollan gran cantidad de plantas acuáticas emergentes, como saeta, totora, junco, cucharero, espadaña y paja brava.

    • 2005 Pensiero, J. F. et alii Flora vascular Santa Fe p. 13 Ar (BD)
      En pequeñas depresiones donde se acumula agua de lluvia, se observan “vegas de Ciperáceas” con Cyperus oxylepsis, Eleocharis montevidensis, etc. En depresiones donde el agua es más profunda, se puede encontrar Echinodorus grandiflorus subsp. grandiflorus (“cucharero”). Sagittaria montevidensis (“saeta”), Leersia hexandra (“pastito de agua”), Juncus microcephalus, etc.
    • 2007 Álvarez, M. Jardines acuáticos p. 30 Ar (BD)
      Sagitaria montevidensis. Saeta. Planta rizomatosa, de unos 50 a 80 cm de altura. Hojas flotantes lanceoladas, finas bajo el agua, en forma de saeta y pecíolos largos que emergen del agua. Flores blancas. Se multiplica por división de matas. Se encuentra en la Argentina y Uruguay.
    • 2009 Galup, A. "Proyecto Monte Nativo" p. 435 Parque costero Sur Ar (BD)
      Los fondos del terreno son recorridos en un tramo de 50 m por este sinuoso arroyo. En los primeros 15 m de su curso, linderos con la quinta “Punta Nativo”, posee un anchura aproximada de 5 m y una profundidad promedio de 80 cm. Aguas abajo, en los 35 m restantes de recorrido dentro de “La Sombra”, la sedimentación producida por las periódicas inundaciones ha favorecido la colonización de abundante vegetación palustre. Las especies predominantes son el falso caraguatá (Eryngium eburneum) y en menor medida duraznillo de agua (Ludwigia peploides), catay dulce (Polygonum punctatum), redondita de agua (Hydrocotyle bonariensis), saeta (Sagittaria montevidensis), cucharero (Echinodorus argentinensis), duraznillo blanco (Solanum glaucophyllum) y seibo (Erythrina crista-galli).
    • 1900 Lázaro Ibiza, B. Discurso recepción RACEFN [1900] Esp (CDH )
      Las saetas que se hallan arraigadas en el fondo, y viven en aguas poco profundas, desarrollan sus dos clases de hojas y su hermosa inflorescencia; pero si el caudal de agua del remanso ó laguna en que habitan eleva su nivel y mantiene esta elevación de un modo indefinido, las plantas se ven privadas de florecer y fructificar, sus funciones reproductoras han desaparecido mientras estas condiciones subsistan, pero se defienden, adaptándose á la vida exclusivamente acuática, y merced á sus hojas cintiformes conservan, al menos, sus funciones de nutrición.
    • 1904 Río, M. E. / Achával, L. Geografía provincia de Córdoba, I p. 160 Ar (BD)
      Achira ó saeta (Sagittaria montevidensis). —Yerba acuática cuyas hojas y rizomas tienen virtudes rubefacientes y refrigerantes, y han sido recomendadas contra la epilepsia. Las hojas machadas se aplican en cataplasmas para las hernias.
    • 1962 Font Quer, P. Plantas medicinales [1962] Esp (CDH )
      Las hojas están esparcidas por el tallo, sostenidas por un rabillo, y tienen figura aovada, pero con dos lóbulos divergentes en la base, que recuerdan los de la saeta. Las flores nacen de una en una, sobre un largo cabillo; en la parte media de éste hay dos hojitas menudas y enfrentadas. El cáliz se compone de cinco sépalos verdes, con el ápice entre membranoso y coriáceo. La corola tiene hechura de embudo y unos 2 cm. de largo, totalmente blanca o con bandas de color de rosa o enteramente rosada. La flor tiene cinco estambres y un estilo dividido en dos ramitas. El sabor de sus hojas es herbáceo.
    • 1989 Nobile, R. A./ Luján, V. S. "Identificacion malezas herbaceas" p.177 Seminario dinamica poblaciones Ar (BD)
      Sagittaria montevidensis […] “Saeta”. Planta perenne, palustre, parcialmente sumergida y rizomatosa, altura 50-100 cm. Hojas con pecíolos largos y envainadores, limbo sagitado o hastado. Inflorescencias monoicas con flores blancas, la base de los pétalos con tintes purpúreos. Vegeta en primavera, florece y fructifica en verano hasta mediados de otoño. Especie sudamericana, Argentina.
    • 1992 Vattuone, L. F. Biología I [1992] Ar (CDH )

      En su curso inferior, el río presenta un plancton más rico, aunque no tan abundante y variado como el de la laguna o las charcas. En sus riberas barrosas se desarrollan gran cantidad de plantas acuáticas emergentes, como saeta, totora, junco, cucharero, espadaña y paja brava.

    • 1993 Tamayo, F. Hombre naturaleza [1993] Ve (CDH )
      Los suelos de la categoría Mesa están ocupados por sabanas de traquipogon o saheta, donde se mantiene una problemática ganadería de carne, en cambio, se están usando con buenos resultados para cultivo de millo o sorgo de grano, previo arado y abonamiento.
    • 1993 Tamayo, F. Hombre naturaleza [1993] Ve (CDH )

      Tienen la intuición de la taxonomía zoológica cuando distinguen animales de pluma y animales de pelo; animales que ponen y animales que paren; animales de agua, animales de costa de río o de laguna (anfibios) y animales de tierra; peje que agila y peje que no agila (lo cual está desde luego vinculado al régimen alimentario de la ictiofauna).

      Sabe distinguir las comunidades vegetales de acuerdo con los dominantes: morichal, sabana de saeta, ubedal, guacimal.

      Conoce las formaciones: sabana, chaparral, cardonal, montaña (se refiere a selva), espinar, charrascal, chirivital, montarral.

    • 2005 Pensiero, J. F. et alii Flora vascular Santa Fe p. 13 Ar (BD)
      En pequeñas depresiones donde se acumula agua de lluvia, se observan “vegas de Ciperáceas” con Cyperus oxylepsis, Eleocharis montevidensis, etc. En depresiones donde el agua es más profunda, se puede encontrar Echinodorus grandiflorus subsp. grandiflorus (“cucharero”). Sagittaria montevidensis (“saeta”), Leersia hexandra (“pastito de agua”), Juncus microcephalus, etc.
    • 2007 Álvarez, M. Jardines acuáticos p. 30 Ar (BD)
      Sagitaria montevidensis. Saeta. Planta rizomatosa, de unos 50 a 80 cm de altura. Hojas flotantes lanceoladas, finas bajo el agua, en forma de saeta y pecíolos largos que emergen del agua. Flores blancas. Se multiplica por división de matas. Se encuentra en la Argentina y Uruguay.
    • 2009 Galup, A. "Proyecto Monte Nativo" p. 435 Parque costero Sur Ar (BD)
      Los fondos del terreno son recorridos en un tramo de 50 m por este sinuoso arroyo. En los primeros 15 m de su curso, linderos con la quinta “Punta Nativo”, posee un anchura aproximada de 5 m y una profundidad promedio de 80 cm. Aguas abajo, en los 35 m restantes de recorrido dentro de “La Sombra”, la sedimentación producida por las periódicas inundaciones ha favorecido la colonización de abundante vegetación palustre. Las especies predominantes son el falso caraguatá (Eryngium eburneum) y en menor medida duraznillo de agua (Ludwigia peploides), catay dulce (Polygonum punctatum), redondita de agua (Hydrocotyle bonariensis), saeta (Sagittaria montevidensis), cucharero (Echinodorus argentinensis), duraznillo blanco (Solanum glaucophyllum) y seibo (Erythrina crista-galli).
    1. s. f. Con el modificador acuática y con el complemento de agua, para referirse a la saeta originaria de Europa y Asia, de hasta 60 centímetros de altura, con las hojas en forma de saeta y flores de pétalos blancos con centro púrpura. Nombre científico: Sagittaria sagittifolia.
      Sinónimo: saetilla
      docs. (1767-2013) 16 ejemplos:
      • 1767 Barnades, M. Principios Botánica p. 145 Esp (BD)
        Entre los muchos exemplos de la suficiencia de los Nectarios para caracterizar ciertos generos de plantas, tenemos á la mano el trivial de los Ranunculos. Recorranse con cuidado las especies que juntó Tournefort baxo este genero: Qué variedad hay entre ellas respecto al Capullo? Quanta diferencia en el numero de las Chapetas del Manto? Qué inconstancia en el de los Estambres, y punteros? Y quan distintos sus respectivos frutos? En la realidad, los llamados vulgarmente Llanten (1) y Saeta de agua (2), la Celidonia menor (3) y la noble Hepatica (4), tienen el Calyz de tres hojas.
      • 2013 Ramírez Tello, P. Trad Trilogía Juegos hambre Collins Esp (BD)
        A finales de verano, estaba lavándome en un estanque cuando me fijé en las plantas que me rodeaban: altas con hojas como flechas, y flores con tres pétalos blancos. Me arrodillé en el agua, metí los dedos en el suave lodo y saqué un puñado de raíces. Eran tubérculos pequeños y azulados que no parecían gran cosa, pero que, al hervirlos o asarlos, resultaban tan buenos como las patatas. —Katniss, la saeta de agua— dije en voz alta. Era la planta por la que me pusieron ese nombre; recordé a mi padre decir en broma: “Mientras puedas encontrarte, no te morirás de hambre”. Me pasé varias horas agitando el lecho del estanque con los dedos de los pies y un palo, recogiendo los tubérculos que flotaban hasta la superficie. Aquella noche nos dimos un banquete de pescado y raíces de saeta hasta que, por primera vez en meses, las tres nos llenamos.
      • 1767 Barnades, M. Principios Botánica p. 145 Esp (BD)
        Entre los muchos exemplos de la suficiencia de los Nectarios para caracterizar ciertos generos de plantas, tenemos á la mano el trivial de los Ranunculos. Recorranse con cuidado las especies que juntó Tournefort baxo este genero: Qué variedad hay entre ellas respecto al Capullo? Quanta diferencia en el numero de las Chapetas del Manto? Qué inconstancia en el de los Estambres, y punteros? Y quan distintos sus respectivos frutos? En la realidad, los llamados vulgarmente Llanten (1) y Saeta de agua (2), la Celidonia menor (3) y la noble Hepatica (4), tienen el Calyz de tres hojas.
      • 1783 Gmz Ortega, C. Tablas botánicas p. 207 Esp (BD)
        En quanto á estar hendidas, lo están ligera ó profundamente. Las hojas hendidas ligeramente tienen los bordes recortados con festoncitos redondos ó puntiagudos, ó son dentadas y serradas como las del Rosal, ó rizadas como las de la Phyllitis crispa J. Bauh. ú ondeadas como las de la Lengua Cervuna mayor con hoja ondeada y orejuda hacia la base del H. R. Par. Varias de ellas tienen tres dientes grandes como en el Trévol Hepatico de G. B. y el Arce de Mompeller. Algunas son asaetadas como en la Saeta de agua, y el Ranúnculo de hoja de Saeta.
      • 1857 Galdo, M. M. J. (dir.) Trad Reinos naturaleza, Buffon, VIII p. 401 Esp (BD)
        Sagittaria (Saeta). Tiene en los individuos masculinos, un cáliz de tres sépalos, una corola de tres pétalos, y veinte y cuatro filamentos poco más ó menos; en los femeninos, cáliz y corola como en el macho, pistilos en gran número, y fruto compuesto de cajas agregadas y monospermas. Su especie más notable es la siguiente: Sagittaria sagittifolia, Lin.; S. aquatica, Lamk.; S. major, Scop.; Saeta acuática; cola de golondrina: planta acuática de Europa, que produce la variedad minor; tiene el tallo recto, las hojas en forma de punta de flecha, cuando salen fuera de la superficie del agua, pero el limbo de las hojas de la saeta se modifica segun el medio en que se halla, en las hojas sumergidas desaparece completamente y el peciolo forma entonces largas cintas dentro del agua. En junio y julio echa unas flores en espiga terminal, verticiladas por tres, blancas o teñidas de púrpura; las superiores machos y las inferiores hembras. La raiz es astringente y refrigerante y se usaba en lo antiguo, en las Indias y en China, es comestible. Las hojas son bastante apreciadas como pasto para caballos, cabras y cerdos; algunos cultivadores las usan como abono.
      • 1859 Colmeiro, M. Manual jardinería III p. 215 Esp (BD)
        S. sagittoefolia L. —Saeta de agua, Flecha de agua, Cola de golondrina. Planta perenne, indígena y acuática, con tallo derecho, hojas asaetadas fuera del agua y en forma de cinta las sumergidas, flores espigadas, blancas, ó teñidas de purpúreo, las superiores masculinas y las inferiores femeninas. Florece en verano. También se cultiva la S. chinensis Sims., que es acuática como la anterior.
      • 1867 Graells Agüera, M. P. / Fdz Duro, C. Exposiciones internacionales pesca aqüicultura p. 348 Esp (BD)
        Siendo, como hemos dicho, condicion de vida ó muerte para los animales que respiran por branquias, la vejetacion de un acuario de agua estancada, conviene saber el papel que las plantas representan en tales sitios. Unas veces solo sirven de adorno para los acuarios de salon ó en los jardines, y entonces podemos escoger las elegantes sagitarias ó saetas de agua, los alismas ó llanten de agua, las calas ó flor de embudo, los caladios y colocasias (yame), los acoros ó cálamo aromático, las espadañas y esparganios, los juncos y escirpos.
      • 1877 Anónimo (Dianno) "Trazado y composicion jardines" [01-01-1877] t. III, p. 575 Gaceta Agrícola del Ministerio de Fomento (Madrid) (HD)
        Muchas son las plantas acuáticas que pueden servir para embellecer los estanques, lagos y cauces diversos de aguas; pero son las principales el nenufar ó ninfa blanca, la ninfa azul, el nenufar amarillo ó lampazo del Guadaira, la saeta de agua ó cola de golondrina (Sagittaria), la espadaña ó eneas (Typha) y algunas otras.
      • 1896 Lázaro Ibiza, B. Flora española [1896] Esp (CDH )

        Sagittaria sagittaefoliaL.–

        . Hojas todas radicales, las más inferiores sumergidas, cintiformes ó espatuladas, y las otras largamente pecioladas, emergentes, con limbo aflechado y en su base orejuelas divergentes, flores en racimo interrumpido. Fl. Mayo-Julio. Saeta de agua, Cola de golondrina. Cataluña y algunos puntos de los valles del Tajo y Guadiana.
      • 1900 Lázaro Ibiza, B. Discurso recepción RACEFN [1900] Esp (CDH )
        La saeta de agua, sobre todo, nos permite observar que, cuando vive en aguas de mayor profundidad que aquellas en que habitualmente se encuentra, carece de las hojas aéreas, y todas las que produce son cintiformes y sumergidas (variedad vallisneriaefolia) únicas que son compatibles con la vida acuática de cierta profundidad.
      • 1917 Alemany Bolufer, J. DiccLengEsp (NTLLE)
        Saeta de agua. Nombre vulgar de una planta de la familia de las alismáceas.
      • 1931 Anónimo "Plantas acuáticas" [05-12-1931] Algo (Barcelona) Esp (HD)
        Si se examinan con detención las orillas de una laguna o pantano situado en medio de un campo de hierbas se observará que ciertas clases de plantas se suceden unas a otras de una manera perfectamente definida […]. Luego sigue casi invariablemente una zona de juncos o cirpos; cuando éstos comienzan a encontrar la tierra demasiado húmeda para ellos, dejan el lugar á toda clase de plantas propias de los terrenos pantanosos, tal como la alisma o el llantén de agua, el ranúnculo, la vulneraria, etc. Allí donde comienza el agua, pero tiene poca profundidad, aparecen los iris amarillos y purpúreos, la saeta de agua (fig. 587), el equiseto de los charcos y varias tifáceas (fig. 588) y ciperáceas.
      • 1953 VV. AA. DiccEnciclop UTEHA [1950-1964] (FG)
        Saeta de agua. SAGITARIA.
      • 2013 Mtz Leal, B./ Rojo Gil, R. Destinos turísticos p. 168 Esp (BD)
        Rumanía cuenta con la Reserva Natural Delta del Danubio, también es Reserva de la Biosfera. Se creó en 1990 y tiene una superficie de 580.000 ha. Entre su flora destacan sauces, carrizos, aneas, junquillos, lirios amarillos, nenúfar, saeta de agua y pita de agua. Entre su fauna destacan pelícano común, pelícano ceñudo, garza imperial, martinete, garceta grande, espátula, cisne vulgar y pato colorado.
      • 2013 Ramírez Tello, P. Trad Trilogía Juegos hambre Collins Esp (BD)
        A finales de verano, estaba lavándome en un estanque cuando me fijé en las plantas que me rodeaban: altas con hojas como flechas, y flores con tres pétalos blancos. Me arrodillé en el agua, metí los dedos en el suave lodo y saqué un puñado de raíces. Eran tubérculos pequeños y azulados que no parecían gran cosa, pero que, al hervirlos o asarlos, resultaban tan buenos como las patatas. —Katniss, la saeta de agua— dije en voz alta. Era la planta por la que me pusieron ese nombre; recordé a mi padre decir en broma: “Mientras puedas encontrarte, no te morirás de hambre”. Me pasé varias horas agitando el lecho del estanque con los dedos de los pies y un palo, recogiendo los tubérculos que flotaban hasta la superficie. Aquella noche nos dimos un banquete de pescado y raíces de saeta hasta que, por primera vez en meses, las tres nos llenamos.
      • 1767 Barnades, M. Principios Botánica p. 145 Esp (BD)
        Entre los muchos exemplos de la suficiencia de los Nectarios para caracterizar ciertos generos de plantas, tenemos á la mano el trivial de los Ranunculos. Recorranse con cuidado las especies que juntó Tournefort baxo este genero: Qué variedad hay entre ellas respecto al Capullo? Quanta diferencia en el numero de las Chapetas del Manto? Qué inconstancia en el de los Estambres, y punteros? Y quan distintos sus respectivos frutos? En la realidad, los llamados vulgarmente Llanten (1) y Saeta de agua (2), la Celidonia menor (3) y la noble Hepatica (4), tienen el Calyz de tres hojas.
      • 1783 Gmz Ortega, C. Tablas botánicas p. 207 Esp (BD)
        En quanto á estar hendidas, lo están ligera ó profundamente. Las hojas hendidas ligeramente tienen los bordes recortados con festoncitos redondos ó puntiagudos, ó son dentadas y serradas como las del Rosal, ó rizadas como las de la Phyllitis crispa J. Bauh. ú ondeadas como las de la Lengua Cervuna mayor con hoja ondeada y orejuda hacia la base del H. R. Par. Varias de ellas tienen tres dientes grandes como en el Trévol Hepatico de G. B. y el Arce de Mompeller. Algunas son asaetadas como en la Saeta de agua, y el Ranúnculo de hoja de Saeta.
      • 1818 Arias y Costa, A. S. Lecciones agricultura, II p. 388 Esp (BD)
        Sajitaria de hojas de saeta ô saeta aquática.
      • 1845 Domínguez, R. J. DiccFrancés-Español, II Esp (BD)
        Flèche […] Bot. Fleche d’eau; flecha de agua, saeta acuática de la familia de las zarzas, y cuyas hojas tienen la forma de una flecha.
      • 1857 Galdo, M. M. J. (dir.) Trad Reinos naturaleza, Buffon, VIII p. 401 Esp (BD)
        Sagittaria (Saeta). Tiene en los individuos masculinos, un cáliz de tres sépalos, una corola de tres pétalos, y veinte y cuatro filamentos poco más ó menos; en los femeninos, cáliz y corola como en el macho, pistilos en gran número, y fruto compuesto de cajas agregadas y monospermas. Su especie más notable es la siguiente: Sagittaria sagittifolia, Lin.; S. aquatica, Lamk.; S. major, Scop.; Saeta acuática; cola de golondrina: planta acuática de Europa, que produce la variedad minor; tiene el tallo recto, las hojas en forma de punta de flecha, cuando salen fuera de la superficie del agua, pero el limbo de las hojas de la saeta se modifica segun el medio en que se halla, en las hojas sumergidas desaparece completamente y el peciolo forma entonces largas cintas dentro del agua. En junio y julio echa unas flores en espiga terminal, verticiladas por tres, blancas o teñidas de púrpura; las superiores machos y las inferiores hembras. La raiz es astringente y refrigerante y se usaba en lo antiguo, en las Indias y en China, es comestible. Las hojas son bastante apreciadas como pasto para caballos, cabras y cerdos; algunos cultivadores las usan como abono.
      • 1859 Colmeiro, M. Manual jardinería III p. 215 Esp (BD)
        S. sagittoefolia L. —Saeta de agua, Flecha de agua, Cola de golondrina. Planta perenne, indígena y acuática, con tallo derecho, hojas asaetadas fuera del agua y en forma de cinta las sumergidas, flores espigadas, blancas, ó teñidas de purpúreo, las superiores masculinas y las inferiores femeninas. Florece en verano. También se cultiva la S. chinensis Sims., que es acuática como la anterior.
      • 1867 Graells Agüera, M. P. / Fdz Duro, C. Exposiciones internacionales pesca aqüicultura p. 348 Esp (BD)
        Siendo, como hemos dicho, condicion de vida ó muerte para los animales que respiran por branquias, la vejetacion de un acuario de agua estancada, conviene saber el papel que las plantas representan en tales sitios. Unas veces solo sirven de adorno para los acuarios de salon ó en los jardines, y entonces podemos escoger las elegantes sagitarias ó saetas de agua, los alismas ó llanten de agua, las calas ó flor de embudo, los caladios y colocasias (yame), los acoros ó cálamo aromático, las espadañas y esparganios, los juncos y escirpos.
      • 1877 Anónimo (Dianno) "Trazado y composicion jardines" [01-01-1877] t. III, p. 575 Gaceta Agrícola del Ministerio de Fomento (Madrid) (HD)
        Muchas son las plantas acuáticas que pueden servir para embellecer los estanques, lagos y cauces diversos de aguas; pero son las principales el nenufar ó ninfa blanca, la ninfa azul, el nenufar amarillo ó lampazo del Guadaira, la saeta de agua ó cola de golondrina (Sagittaria), la espadaña ó eneas (Typha) y algunas otras.
      • 1889 Solá, M. Memoria descriptiva Salta 1888-1889 p.142 Ar (BD)
        Entre las abietíneas: el abeto blanco ó pinabelete. Entre las alismáceas: la flecha ó saeta de agua. Entre las moreas: el moral negro, la higuera… Entre las cupregíneas: una thuya llamada impropiamente palma, y el ciprés.
      • 1896 Lázaro Ibiza, B. Flora española [1896] Esp (CDH )

        Sagittaria sagittaefoliaL.–

        . Hojas todas radicales, las más inferiores sumergidas, cintiformes ó espatuladas, y las otras largamente pecioladas, emergentes, con limbo aflechado y en su base orejuelas divergentes, flores en racimo interrumpido. Fl. Mayo-Julio. Saeta de agua, Cola de golondrina. Cataluña y algunos puntos de los valles del Tajo y Guadiana.
      • 1900 Lázaro Ibiza, B. Discurso recepción RACEFN [1900] Esp (CDH )
        La saeta de agua, sobre todo, nos permite observar que, cuando vive en aguas de mayor profundidad que aquellas en que habitualmente se encuentra, carece de las hojas aéreas, y todas las que produce son cintiformes y sumergidas (variedad vallisneriaefolia) únicas que son compatibles con la vida acuática de cierta profundidad.
      • 1917 Alemany Bolufer, J. DiccLengEsp (NTLLE)
        Saeta de agua. Nombre vulgar de una planta de la familia de las alismáceas.
      • 1931 Anónimo "Plantas acuáticas" [05-12-1931] Algo (Barcelona) Esp (HD)
        Si se examinan con detención las orillas de una laguna o pantano situado en medio de un campo de hierbas se observará que ciertas clases de plantas se suceden unas a otras de una manera perfectamente definida […]. Luego sigue casi invariablemente una zona de juncos o cirpos; cuando éstos comienzan a encontrar la tierra demasiado húmeda para ellos, dejan el lugar á toda clase de plantas propias de los terrenos pantanosos, tal como la alisma o el llantén de agua, el ranúnculo, la vulneraria, etc. Allí donde comienza el agua, pero tiene poca profundidad, aparecen los iris amarillos y purpúreos, la saeta de agua (fig. 587), el equiseto de los charcos y varias tifáceas (fig. 588) y ciperáceas.
      • 1953 VV. AA. DiccEnciclop UTEHA [1950-1964] (FG)
        Saeta de agua. SAGITARIA.
      • 2013 Mtz Leal, B./ Rojo Gil, R. Destinos turísticos p. 168 Esp (BD)
        Rumanía cuenta con la Reserva Natural Delta del Danubio, también es Reserva de la Biosfera. Se creó en 1990 y tiene una superficie de 580.000 ha. Entre su flora destacan sauces, carrizos, aneas, junquillos, lirios amarillos, nenúfar, saeta de agua y pita de agua. Entre su fauna destacan pelícano común, pelícano ceñudo, garza imperial, martinete, garceta grande, espátula, cisne vulgar y pato colorado.
      • 2013 Ramírez Tello, P. Trad Trilogía Juegos hambre Collins Esp (BD)
        A finales de verano, estaba lavándome en un estanque cuando me fijé en las plantas que me rodeaban: altas con hojas como flechas, y flores con tres pétalos blancos. Me arrodillé en el agua, metí los dedos en el suave lodo y saqué un puñado de raíces. Eran tubérculos pequeños y azulados que no parecían gran cosa, pero que, al hervirlos o asarlos, resultaban tan buenos como las patatas. —Katniss, la saeta de agua— dije en voz alta. Era la planta por la que me pusieron ese nombre; recordé a mi padre decir en broma: “Mientras puedas encontrarte, no te morirás de hambre”. Me pasé varias horas agitando el lecho del estanque con los dedos de los pies y un palo, recogiendo los tubérculos que flotaban hasta la superficie. Aquella noche nos dimos un banquete de pescado y raíces de saeta hasta que, por primera vez en meses, las tres nos llenamos.
  7. Acepción en desuso
  8. s. f. Geometr. Recta que se extiende desde el centro del arco de una circunferencia al centro de su cuerda.
    Sinónimos: espada; flecha; sagita
    docs. (1788-1889) 6 ejemplos:
    • 1788 Terreros Pando, E. DiccCastVocesCienciasArtes (NTLLE)
      Saeta, en la Jeometría y Análisis. V. Abscisa, y sajita.
    • 1834 Rodríguez, M. Tratado perspectiva lineal, I p.72 Esp (BD)
      Sea A. fig. 30, el obolo ó cuarto bocél de un Capitel Jónico; a b c d, el contorno del huevo; b d su eje: el huevo está truncado por la parte superior por la línea a c, de modo que la parte a c d, no existe, pero está indicada para fijar su contorno. Para hallar más aproximadamente el del cascaron, se ha movido el perfil en B con el fin de obtener su superficie vista lo mas de frente posible, y con una abertura igual á una vigésima cuarta vez en que se debe considerar dividida la circunferencia del cuarto bocél; se trazan los centros de las saetas que están en los intermedios, los cuales se hallan representados por las líneas u, y, x, z, que tienen algo de curvatura; pues aunque el pequeño espacio que hay entre ellas esté visto de frente, solo presenta línea recta el eje h d del huevo: las dos líneas u y, x z, que sirven de medio a las saetas por hallarse en una superficie circular y algo apartadas del medio, son sensiblemente curvas trazadas geométricamente.
    • 1843 Nigra San Martin, S. Compendio Geometría p. 69 Mx (BD)
      Para hallar la superficie del segmento beRb sin conocer el radio [fig. 86], se medirá la cuerda bR del segmento beRb, la cual será, por ejemplo, de 18 varas, y la recta ef que llamaremos saeta, de 4 varas; se determinará el centro E [p. 24] del arco, y medido el valor del ángulo ver, el cual será por ejemplo de 96º se formará la proporcion ef: bf: fg.
    • 1888 Giró Aranols, A. Curso metodico dibujo lineal, I p. 205 Esp (BD)
      Para eso, lo primero que se ha de hacer es dibujar en ambas proyecciones el cuarto bocel, de modo que tenga 5 partes de alto y 22 de vuelo; luego uno de los cuadrantes de la p-h se dividirá en 6 partes iguales, y tirando por los puntos de división rectas que se dirijan al centro del círculo, se tendrá en éstas los ejes de las proyecciones horizontales de los huevos y cascarones. Si ahora cada una de estas seis partes se subdivide en dos, y por estos nuevos puntos se trazan unos radios, estos serán, en p-h, los ejes de las saetas que separan á los cascarones.
    • 1889 Alzate, J. A. "Noticia meteoro observado" p. 20 Memorias Sociedad Científica "Antonio Alzate", III Mx (BD)
      Para dar una idea del modo con que estaba formada, diré que era un segmento de círculo, cuya saeta que se dirigía del punto del Norte en el horizonte para la estrella polar, era de 12 grados, y la cuerda que subtendía el arco era de 38. Para los que no son matemáticos se podrá explicar lo que es segmento de círculo, lo que es saeta, si se dice que ocultando bajo el tablón de la mesa la mayor parte de un sombrero, la parte circular que resta visible, es un segmento de círculo, y que aquella línea que dividirá la parte visible del sombrero en dos iguales, es la saeta, y el borde de la mesa será la cuerda que subtende la periferia ó parte circular que se ve del sombrero.
    • 1788 Terreros Pando, E. DiccCastVocesCienciasArtes (NTLLE)
      Saeta, en la Jeometría y Análisis. V. Abscisa, y sajita.
    • 1834 Rodríguez, M. Tratado perspectiva lineal, I p.72 Esp (BD)
      Sea A. fig. 30, el obolo ó cuarto bocél de un Capitel Jónico; a b c d, el contorno del huevo; b d su eje: el huevo está truncado por la parte superior por la línea a c, de modo que la parte a c d, no existe, pero está indicada para fijar su contorno. Para hallar más aproximadamente el del cascaron, se ha movido el perfil en B con el fin de obtener su superficie vista lo mas de frente posible, y con una abertura igual á una vigésima cuarta vez en que se debe considerar dividida la circunferencia del cuarto bocél; se trazan los centros de las saetas que están en los intermedios, los cuales se hallan representados por las líneas u, y, x, z, que tienen algo de curvatura; pues aunque el pequeño espacio que hay entre ellas esté visto de frente, solo presenta línea recta el eje h d del huevo: las dos líneas u y, x z, que sirven de medio a las saetas por hallarse en una superficie circular y algo apartadas del medio, son sensiblemente curvas trazadas geométricamente.
    • 1843 Nigra San Martin, S. Compendio Geometría p. 69 Mx (BD)
      Para hallar la superficie del segmento beRb sin conocer el radio [fig. 86], se medirá la cuerda bR del segmento beRb, la cual será, por ejemplo, de 18 varas, y la recta ef que llamaremos saeta, de 4 varas; se determinará el centro E [p. 24] del arco, y medido el valor del ángulo ver, el cual será por ejemplo de 96º se formará la proporcion ef: bf: fg.
    • 1888 Giró Aranols, A. Curso metodico dibujo lineal, I p. 205 Esp (BD)
      IV. Dibujar en ambas proyecciones los OVALOS ó HUEVOS con que se adorna el cuarto bocel del capitel jónico (fig. 210). El cuarto bocel del capitel de este orden y del compuesto, suelen adornarse con unas frutas en forma de huevo, colocadas en unos cascarones separados con saetas y puestas dichas frutas de modo que caiga cada una á plomo de una de las estrías de la columna, de lo que resulta que el número de huevos ha de ser también de 24, como el de las estrías.
    • 1888 Giró Aranols, A. Curso metodico dibujo lineal, I p. 205 Esp (BD)
      Para eso, lo primero que se ha de hacer es dibujar en ambas proyecciones el cuarto bocel, de modo que tenga 5 partes de alto y 22 de vuelo; luego uno de los cuadrantes de la p-h se dividirá en 6 partes iguales, y tirando por los puntos de división rectas que se dirijan al centro del círculo, se tendrá en éstas los ejes de las proyecciones horizontales de los huevos y cascarones. Si ahora cada una de estas seis partes se subdivide en dos, y por estos nuevos puntos se trazan unos radios, estos serán, en p-h, los ejes de las saetas que separan á los cascarones.
    • 1889 Alzate, J. A. "Noticia meteoro observado" p. 20 Memorias Sociedad Científica "Antonio Alzate", III Mx (BD)
      Para dar una idea del modo con que estaba formada, diré que era un segmento de círculo, cuya saeta que se dirigía del punto del Norte en el horizonte para la estrella polar, era de 12 grados, y la cuerda que subtendía el arco era de 38. Para los que no son matemáticos se podrá explicar lo que es segmento de círculo, lo que es saeta, si se dice que ocultando bajo el tablón de la mesa la mayor parte de un sombrero, la parte circular que resta visible, es un segmento de círculo, y que aquella línea que dividirá la parte visible del sombrero en dos iguales, es la saeta, y el borde de la mesa será la cuerda que subtende la periferia ó parte circular que se ve del sombrero.
  9. 1⟶metáfora
    s. f. Aguja que señala una medida o posición en algunos instrumentos.
    docs. (1791-2021) 4 ejemplos:
    • 1853 Mellado, F. P. (ed.) DiccUniversal, XXIII p. 58 Esp (BD)
      La fig. 2.ª presenta una modificación del higrómetro de Saussure. Aqui el cabello está fijo en la parte inferior en una pinza b. Superiormente está también fijo en otra; pero esta es doble y sus bocados superiores retienen un hilo de plata, recocido, muy delgado y que va á rodearse á un eje cuya extremidad lleva una saeta ó un indicador. Del mismo eje se encuentra suspendido con una hebra de seda un contrapeso destinado á mantener estendido el cabello. En este higrómetro la saeta hace una revolucion completa alrededor de un cuadrante dividido en cuatrocientas partes.
    • 1863 Jiménez, F. "Trad Instrucciones observaciones meteorologicas, Guyot" [01-01-1863] t. X, p. 19 Boletín de la Sociedad de Geografía y Estadística de la República Mexicana (Ciudad de México) Mx (HD)
      La veleta se compone de una hoja de zinc de cerca de tres pies (0m91) de largo en forma de ala de mariposa, exactamente equilibrada por una bola de plomo. Es soportada por un eje cilíndrico de madera de pino ó de cualquiera otro material ligero y fuerte, de dos pulgadas (0m05) de diámetro, el que si es posible, pasa al traves del techo al cuarto del observador, y si no á lo largo de la pared del exterior del edificio á una ventana. El eje termina en un pivote de acero que gira libremente en una plancha de hierro colado. Esta plancha sostiene un círculo dividido en grados, y que indica ademas los ocho puntos principales de la roseta. El eje lleva un índice colocado en el mismo plano que la saeta del anemoscopio, cuyo índice permite leer en el círculo, tanto de dia como de noche, la direccion del viento.
    • 1894 Echaúz, R. Apuntes isla Negros p. 76 Fi (BD)
      El barómetro Faura, esa pequeña máquina, cuya negra saeta se observa en la máxima y en la mínima, ese aparato que alegra y sume en la desesperación, que previene y avisa, siempre sin salir del “variable”, fijo, sin ascender unas lineas, sin bajar un ápice, acusando una irregularidad grande en las mozones; el Nordeste duro en Junio y Septiembre, y la calma en Enero.
    • 1895 Pedregal Prida, F./ Peralta, A. Educación gimnástica p. 169 Esp (BD)
      Clasificación de fuerzas por medio del dinamómetro.—Son varios los dinamómetros de que podemos valernos para conocer este dato, tan esencial en los gimnasios. Uno de ellos, cuyo autor es Mr. Régnier, hállase formado por dos láminas de acero unidas en sus extremos, bien al natural, figura 50, bien por dos anillos, figuras 49 y 50. La longitud de éstos varía de om, 31 á o, 32. En el medio de una de las láminas va sujeta la parte correspondiente al arco graduado, sobre el que gira una saeta, y á igual distancia tiene la otra lámina, también sujeta, la palanca que á la saeta hace girar.
    1. s. f. En particular, la aguja que señala las medidas del tiempo en el reloj.
      docs. (1791-2021) 11 ejemplos:
      • 1791 Anónimo "Noticias particulares Madrid. Perdidas" [28-12-1791] Diario de Madrid (Madrid) Esp (HD)
        Perdidas. Quien hubiese hallado un relox de similor que se perdió el día 11 del pasado, su autor Achazd, su figura chiquito á modo de una castaña, tiene tres caxas, las exteriores de concha, y la segunda guarnecida de marquesinas por la espalda y frente con un retrato en la misma, y la saeta y minutero tambien de piedras, le entregará en la tienda de D. Manuel Aganid, que está en la calle Mayor, frente del Conde de Oñate num. 24 á quien se le dará por el hallazgo la mitad de su valor, precedida tasacion.
      • 2014 RAE DLE (NTLLE)
        saeta. f. Aguja del reloj.
      • 1791 Anónimo "Noticias particulares Madrid. Perdidas" [28-12-1791] Diario de Madrid (Madrid) Esp (HD)
        Perdidas. Quien hubiese hallado un relox de similor que se perdió el día 11 del pasado, su autor Achazd, su figura chiquito á modo de una castaña, tiene tres caxas, las exteriores de concha, y la segunda guarnecida de marquesinas por la espalda y frente con un retrato en la misma, y la saeta y minutero tambien de piedras, le entregará en la tienda de D. Manuel Aganid, que está en la calle Mayor, frente del Conde de Oñate num. 24 á quien se le dará por el hallazgo la mitad de su valor, precedida tasacion.
      • 1817 RAE DRAE 5.ª ed. (NTLLE)
        Saeta. La mano del relox. Gnomon.
      • 1851 Hnz Jiménez, J. Manual teorico practico Gnomonica p. 99 Cu (BD)
        Obsérvese cuando den las doce en punto, en un reloj solar bien arreglado ó en una meridiana, y en aquel instante véase la hora que en el mismo dia marcan las tablas; y como vemos que en la casilla Junio, y en la linea horizontal que corresponde al dia 21, se encuentran las doce, un minuto y diez ocho segundos, haremos que los punteros ó saetas de nuestro cronómetro ó reloj del bolsillo, señalen esta misma hora.
      • 1877 Sinués, M. P. "Trad ¡Pobre Lucila!, Collins" [06-04-1877] La Moda Elegante (Cádiz) Esp (HD)
        Después de haber buscado en vano la péndola para hacerla mover de nuevo, probó a levantar y sacudir el reloj, que era de mármol y estaba adornado con dos figuras de bronce, pero lo halló tan pesado, que buscó para ayudarse algun objeto que le sirviese de palanca; habiendo hallado lo que buscaba, levantó el reloj algunas pulgadas de la mesa de la chimenea, y le dejó caer á golpe, esperando que la péndola recobraría su movimiento; hecho esto, restaba poner el reloj en hora, y el cristal que protegia la esfera era muy difícil de abrir; sin decirle para qué, pidió a un criado un cuchillo pequeño, del cual se sirvió para abrir la esfera, en cuyo borde, segun dijo, debían haber quedado señales de la operación; puso entonces las saetas en su sitio, pero algunos momentos despues se apercibió que, con el temor que le causaba el que su señora la sorprendiese, habíase engañado al calcular el tiempo que habia empleado en remediar su torpeza, y que habia puesto las saetas ó agujas con un cuarto de hora de adelanto; la ocasion de remediar esto no se presentó hasta muy tarde en la noche, y esta vez puso el reloj en la hora exacta.
      • 1884 Blasco, E. Primer galan p. 40 Esp (BD)
        MAROTO. ¿Dónde… dónde está el relojero? (Al oir esto Martin indica con el gesto el horrible susto que le ha dado la frase y busca la salida sin soltar la saeta de la mano.) LUCIA. (Temblando) ¿El relojero? MAROTO. Sí, yo le dejé aquí, la portera me dice que no ha salido nadie, luego el relojero está aquí afortunadamente, porque así podré tirarle por el balcón. (En este momento, la saeta impulsada por la mano nerviosa de Martin, se pone en las doce y suena un timbre agudísimo de despertador, con golpe prolongado que dura un largo rato. Maroto se vuelve y ve a Martín que acaba de ocultarse detrás de la cortina).
      • 1916 El Bachiller Corchuelo (Enrique González Fiol) "Trad Tragedia hombre bien, Ebner Eschembach" [01-10-1916] Por Esos Mundos (Madrid) Esp (HD)
        Sin embargo, Andrés no se sentía enfermo verdaderamente; sólo experimentaba una necesidad imperiosa de ser útil. No podía estarse quieto en su mesa, frente al reloj, cuyas saetas avanzaban irresistiblemente hacia una hora… ¡No quería pensar en ello; temblaba de pies á cabeza!
      • 1938 Soler, J. M. "Parlamento Cataluña" [15-03-1938] Mi Revista (Barcelona) Esp (HD)
        El reloj que se enfrenta con el estrado presidencial señala con sus doradas saetas las diez y veinte minutos cuando Juan Terradellas inicia la lectura de su voluminoso y bien documentado informe acerca la cuestión vital de las finanzas de la Generalidad de Cataluña.
      • 1953 Carpentier, A. Pasos [1985] 132 Cu (CDH )
        Luego, era la catedral de espesos contrafuertes acusados en oscuridades por el octavo foco, que, por estar colgado de un alto poste, alcanzaba el disco del reloj, cuyas saetas estaban dormidas, desde hacía cuarenta años, sobre lo que, según la voz de las beatas y santurronas, eran las siete y media de un próximo Juicio Final en el que rendirían cuentas las mujeres desvergonzadas del vecindario.
      • 1975 Mendoza, E. Caso Savolta [1994] Esp (CDH )

        ¿Dónde diablos había un reloj? Pasaron junto a una iglesia y Nemesio alzó los ojos: en la torre del campanario resaltaba la esfera blanca con números romanos. Las saetas señalaban las once.

      • 2001 RAE DRAE 22.ª ed. (NTLLE)
        saeta. f. Manecilla del reloj.
      • 2014 RAE DLE (NTLLE)
        saeta. f. Aguja del reloj.
      1. s. Frecuentemente, con el modificador horaria y con los complementos del minutero, del reloj o de un reloj.
        docs. (1837-2021) 16 ejemplos:
        • 1837 Armengaud, P. Pelayo, I p. 114 Esp (BD)
          ¡Oh cuan cruel es el tormento de la agonía! qué terrible es aquella hora en la que sintiendo el hombre acercarse su fin, lucha con la muerte que le arrastra ante un juez inexorable, para dar cuenta allí de las acciones de su vida! qué padecer infinito el del criminal que oye su sentencia de muerte, cuando aguardando el momento fatal de la ejecucion, cuenta las horas, los minutos, los instantes, y fijos los ojos en la saeta del reloj fúnebre, estrémecense todas las fibras de su débil existencia al ver la que toca ya y señala el punto del cuadrante prefijado para morir!
        • 2021 Sancho Cardiel, M. "Naomi Osaka" [24-04-2021] Mujer Hoy (Madrid) Esp (HD)
          Pero su caso no deja de representar el artificio detrás de las banderas, en un mundo cada vez más mestizo y globalizado. Naomi es, también en ese sentido, la saeta de un reloj que marca el fin de la identidad única y representa el derecho a enarbolar varias banderas al mismo tiempo, sin tener que elegir ninguna. “Si yo continúo luchando por lo que es justo e igualitario fuera y dentro de la pista, puedo inspirar a una nueva generación de soñadores”, enfatiza. Y el verbo seguir es para ella muy importante, pues rinde tributo constantemente a aquellas que le abrieron camino.
        • 1837 Armengaud, P. Pelayo, I p. 114 Esp (BD)
          ¡Oh cuan cruel es el tormento de la agonía! qué terrible es aquella hora en la que sintiendo el hombre acercarse su fin, lucha con la muerte que le arrastra ante un juez inexorable, para dar cuenta allí de las acciones de su vida! qué padecer infinito el del criminal que oye su sentencia de muerte, cuando aguardando el momento fatal de la ejecucion, cuenta las horas, los minutos, los instantes, y fijos los ojos en la saeta del reloj fúnebre, estrémecense todas las fibras de su débil existencia al ver la que toca ya y señala el punto del cuadrante prefijado para morir!
        • 1875 León Ortiz, E. "Giros y traslaciones" [01-12-1875] p. 292 Boletín-Revista de la Universidad de Madrid (Madrid) Esp (HD)
          A la idea de giro asociamos naturalmente la de un círculo descrito en parte ó por completo, y una o más veces, con un radio infinito, desde el punto á cuyo alrededor se efectúa. En un mismo plano el giro sólo puede ocurrir en dos sentidos: ó bien en el sentido en que comunmente vemos moverse las saetas de un reloj ó bien en sentido contrario.
        • 1918 Blasco Ibáñez, V. Mare nostrum [1998] Esp (CDH )
          Unas tiraban de su cabeza y otras de sus pies en sentido inverso, haciéndole voltear como la saeta de un reloj. Su pensamiento se hizo doble. «Es inútil resistir», murmuraba en su cerebro el desaliento.
        • 1951 Genovés, E. Montañismo [1961] Esp (CDH )

          El reloj tiene que estar de acuerdo con la hora solar. Se coloca horizontalmente con la esfera hacia lo alto. Se apunta la saeta horaria, o sea la más pequeña, hacia el Sol. La coincidencia de esta saeta con la sombra que proyecta sobre la esfera nos demostrará que está bien apuntada. La bisectriz del ángulo formado por la manecilla horaria y las 12 de la esfera nos da la línea Norte-Sur.

        • 1962 Carpentier, A. Siglo luces [1979] 209 Cu (CDH )

          ¿Cómo regresó usted a la Habana?""Todo resulta fácil a los franscmasones", respondió Esteban, prosiguiendo un relato que lo alzaba hacia una imponente estatura conspirativa. Pero, a medida que las saetas del reloj se aproximaban a la cifra de las cinco, sus palabras cobraban un viso caricatural. Empezaban a no entender sus interrogadores cómo un hombre, en vez de defenderse, se entregaba a una confesión tan completa de delitos que bien podrían significar, para él, la muerte en garrote vil.

        • 1971 Aub, M. Gallina ciega [1995] Esp (CDH )

          El mundo no ha ido, como creían los ilusos —tú y yo, por ejemplo— hacia la izquierda y la libertad. Va hacia la derecha, como el tiempo, y si no fíjate en las saetas del reloj; o el sol: de levante a poniente.

        • 1991 Rossetti, A. Alevosías [1991] Esp (CDH )
          Detrás de la columna, la saeta del minutero caía a plomo sobre las seis. Apretó sus muslos sintiendo que, entre ellos, algo se henchía, pugnaba por salir, como si bullera un cataclismo dentro de sus recónditos y abultados labios. Como si una víbora relampagueara despegando los pétalos de una flor, atirantándolos hasta dejar el cáliz desnudo. Como una crisálida que quisiera escindirse y surgir de sí misma. Cuánto tiempo más tenía que pasar antes de que él viniera y la sacara de allí y la arrastrara y la arrancara y la arrebatara y la apresurara a inaugurar la eclosión que amenazaba con perpetrarse y que ya le empapaba las bragas.
        • 2003 Tomeo, J. Mirada muñeca Esp (CDH )
          Todo ha sido un sueño. Mi madre no ha vuelto del otro mundo y las saetas del reloj continúan avanzando hacia delante. Son casi las dos menos cuarto. Me levanto de un salto, extiendo los brazos en cruz, levanto la pierna izquierda y la doblo por la rodilla. Luego continuo con la pierna derecha. A finales de año, tengo pensado comprar unas de esas bicicletas estáticas, con un contador que señala los kilómetros que recorres y las calorías que vas quemando. Puedes pasearte dos horas pedaleando y no te mueves del sitio.
        • 2006 Nkogo Esono, M. Nambula Guin (CORPES)
          Cuando el sobrino sale a la superficie, con la camisa salpicada con sangre y sudando a chorros por falta de ventilación en el lúgubre cuarto subterráneo decorado con humedad y herrumbre, las saetas del reloj marcan las nueve de la noche. A la salida le espera su chica del bar, la que esta mañana se ha estado divirtiendo a carcajadas con sus clientes.
        • 2021 Sancho Cardiel, M. "Naomi Osaka" [24-04-2021] Mujer Hoy (Madrid) Esp (HD)
          Pero su caso no deja de representar el artificio detrás de las banderas, en un mundo cada vez más mestizo y globalizado. Naomi es, también en ese sentido, la saeta de un reloj que marca el fin de la identidad única y representa el derecho a enarbolar varias banderas al mismo tiempo, sin tener que elegir ninguna. “Si yo continúo luchando por lo que es justo e igualitario fuera y dentro de la pista, puedo inspirar a una nueva generación de soñadores”, enfatiza. Y el verbo seguir es para ella muy importante, pues rinde tributo constantemente a aquellas que le abrieron camino.
        • 1837 Armengaud, P. Pelayo, I p. 114 Esp (BD)
          ¡Oh cuan cruel es el tormento de la agonía! qué terrible es aquella hora en la que sintiendo el hombre acercarse su fin, lucha con la muerte que le arrastra ante un juez inexorable, para dar cuenta allí de las acciones de su vida! qué padecer infinito el del criminal que oye su sentencia de muerte, cuando aguardando el momento fatal de la ejecucion, cuenta las horas, los minutos, los instantes, y fijos los ojos en la saeta del reloj fúnebre, estrémecense todas las fibras de su débil existencia al ver la que toca ya y señala el punto del cuadrante prefijado para morir!
        • 1875 León Ortiz, E. "Giros y traslaciones" [01-12-1875] p. 292 Boletín-Revista de la Universidad de Madrid (Madrid) Esp (HD)
          A la idea de giro asociamos naturalmente la de un círculo descrito en parte ó por completo, y una o más veces, con un radio infinito, desde el punto á cuyo alrededor se efectúa. En un mismo plano el giro sólo puede ocurrir en dos sentidos: ó bien en el sentido en que comunmente vemos moverse las saetas de un reloj ó bien en sentido contrario.
        • 1900 León Ortiz, E. "Ciencia barata" [01-01-1900] p. 15 Madrid Científico (Madrid) Esp (HD)
          […] las coordenadas latitud, longitud y altura sobre el nivel del mar, correspondientes á varios puntos de la tierra, la hora que al pasar el Sol por el Meridiano debe señalar el reloj de horas medias; la hora correlativa, que al apuntar las doce las saetas de este reloj, debe marcar el de horas sidéreas, y la duración del día con luz natural anticipada por el alba y aurora y prolongada por el crepúsculo de la tarde.
        • 1918 Blasco Ibáñez, V. Mare nostrum [1998] Esp (CDH )
          Unas tiraban de su cabeza y otras de sus pies en sentido inverso, haciéndole voltear como la saeta de un reloj. Su pensamiento se hizo doble. «Es inútil resistir», murmuraba en su cerebro el desaliento.
        • 1951 Genovés, E. Montañismo [1961] Esp (CDH )

          Azimut de marcha.– Se denomina así al ángulo resultante entre el Norte y la dirección que seguimos. El valor de este ángulo se determina en el sentido de la marcha de las saetas del reloj.

        • 1951 Genovés, E. Montañismo [1961] 128 Esp (CDH )

          Existen las denominaciones de «azimut directo»y «azimut indirecto»; para determinar un azimut inferior a los 200 grados se usa la primera. Pero cuando se trata de un ángulo comprendido entre los 200 y los 360 grados resulta más práctico recurrir al azimut indirecto. En tal caso, en ángulo de marcha o azimut se determina en el sentido inverso al giro de las saetas del reloj.

        • 1951 Genovés, E. Montañismo [1961] Esp (CDH )

          El reloj tiene que estar de acuerdo con la hora solar. Se coloca horizontalmente con la esfera hacia lo alto. Se apunta la saeta horaria, o sea la más pequeña, hacia el Sol. La coincidencia de esta saeta con la sombra que proyecta sobre la esfera nos demostrará que está bien apuntada. La bisectriz del ángulo formado por la manecilla horaria y las 12 de la esfera nos da la línea Norte-Sur.

        • 1953 Carpentier, A. Pasos [1985] 114 Cu (CDH )

          En una plaza, frente a una iglesia sin estilo, toda en sombras y estucos, había una fuente de tritones en la que un perro velludo, parado en las patas traseras, metía la lengua con deleitoso somormujo. Las saetas de los relojes no mostraban prisa, marcando las horas con criterio propio de campanarios vetustos a frontis municipales.

        • 1962 Carpentier, A. Siglo luces [1979] 209 Cu (CDH )

          ¿Cómo regresó usted a la Habana?""Todo resulta fácil a los franscmasones", respondió Esteban, prosiguiendo un relato que lo alzaba hacia una imponente estatura conspirativa. Pero, a medida que las saetas del reloj se aproximaban a la cifra de las cinco, sus palabras cobraban un viso caricatural. Empezaban a no entender sus interrogadores cómo un hombre, en vez de defenderse, se entregaba a una confesión tan completa de delitos que bien podrían significar, para él, la muerte en garrote vil.

        • 1971 Aub, M. Gallina ciega [1995] Esp (CDH )

          El mundo no ha ido, como creían los ilusos —tú y yo, por ejemplo— hacia la izquierda y la libertad. Va hacia la derecha, como el tiempo, y si no fíjate en las saetas del reloj; o el sol: de levante a poniente.

        • 1982 Prensa ABC, 30/04/1982 [1982] Esp (CDH )
          A medida que avanzan las saetas del reloj hacia el punto de la alarma fijado por el Gobierno británico, crece aquí el temor y a la vez el sentido del absurdo ante lo que podría convertirse en sangrienta guerra. Y empieza a dudarse en la final legitimidad de desatarla antes de agotar las fórmulas de un compromiso. Hay otras formas de salvar el honor sin arriesgar muertes por una causa que sólo para muy pocos es, en el fondo, honrosa.
        • 1991 Rossetti, A. Alevosías [1991] Esp (CDH )
          Detrás de la columna, la saeta del minutero caía a plomo sobre las seis. Apretó sus muslos sintiendo que, entre ellos, algo se henchía, pugnaba por salir, como si bullera un cataclismo dentro de sus recónditos y abultados labios. Como si una víbora relampagueara despegando los pétalos de una flor, atirantándolos hasta dejar el cáliz desnudo. Como una crisálida que quisiera escindirse y surgir de sí misma. Cuánto tiempo más tenía que pasar antes de que él viniera y la sacara de allí y la arrastrara y la arrancara y la arrebatara y la apresurara a inaugurar la eclosión que amenazaba con perpetrarse y que ya le empapaba las bragas.
        • 2003 Tomeo, J. Mirada muñeca Esp (CDH )
          Todo ha sido un sueño. Mi madre no ha vuelto del otro mundo y las saetas del reloj continúan avanzando hacia delante. Son casi las dos menos cuarto. Me levanto de un salto, extiendo los brazos en cruz, levanto la pierna izquierda y la doblo por la rodilla. Luego continuo con la pierna derecha. A finales de año, tengo pensado comprar unas de esas bicicletas estáticas, con un contador que señala los kilómetros que recorres y las calorías que vas quemando. Puedes pasearte dos horas pedaleando y no te mueves del sitio.
        • 2006 Nkogo Esono, M. Nambula Guin (CORPES)
          Cuando el sobrino sale a la superficie, con la camisa salpicada con sangre y sudando a chorros por falta de ventilación en el lúgubre cuarto subterráneo decorado con humedad y herrumbre, las saetas del reloj marcan las nueve de la noche. A la salida le espera su chica del bar, la que esta mañana se ha estado divirtiendo a carcajadas con sus clientes.
        • 2008 Díaz Cervera, M. Vidas azarosas p. 35 Esp (BD)
          Lolita está a punto de llegar de la playa con sus amigas de la pensión. Rosarito empuja mentalmente las saetas del reloj, recolocando una y otra vez los artículos sobre el mostrador y aliviando el calor con traguitos de agua. Hay días que le resultan desesperadamente largos.
        • 2021 Sancho Cardiel, M. "Naomi Osaka" [24-04-2021] Mujer Hoy (Madrid) Esp (HD)
          Pero su caso no deja de representar el artificio detrás de las banderas, en un mundo cada vez más mestizo y globalizado. Naomi es, también en ese sentido, la saeta de un reloj que marca el fin de la identidad única y representa el derecho a enarbolar varias banderas al mismo tiempo, sin tener que elegir ninguna. “Si yo continúo luchando por lo que es justo e igualitario fuera y dentro de la pista, puedo inspirar a una nueva generación de soñadores”, enfatiza. Y el verbo seguir es para ella muy importante, pues rinde tributo constantemente a aquellas que le abrieron camino.
  10. 1⟶metáfora
    s. f. Aguja imantada de la brújula que gira sobre un eje para señalar el norte magnético.
    docs. (1805-2014) 8 ejemplos:
    • 1805 Ibáñez Segovia Peralta Mendoza, G. Cadiz phenicia, III p. 140 Esp (BD)
      Reconocido pues, y comprobado tan copiosamente denotó Pherecydes con la voz Depas ó Taza asi el carro del Sol como el navío en que sulcó Hércules el occeano, y de quien disiente Panyasis, asegurando obtuvo aquel vaso en que conducido por beneficio de Nereo hijo de Neptuno, solo resta manifestar qué quiso dar á entender con la saeta con qué venció las tormentas que le sobrevinieron en él, y no parece puede expresar otra cosa, que la aguja magnética, con cuya guia y direccion al Norte escapó seguro de tan eminente peligro.
    • 2014 RAE DLE (NTLLE)
      saeta. f. En una brújula, flecha que se vuelve hacia el polo magnético.
    • 1805 Ibáñez Segovia Peralta Mendoza, G. Cadiz phenicia, III p. 140 Esp (BD)
      Reconocido pues, y comprobado tan copiosamente denotó Pherecydes con la voz Depas ó Taza asi el carro del Sol como el navío en que sulcó Hércules el occeano, y de quien disiente Panyasis, asegurando obtuvo aquel vaso en que conducido por beneficio de Nereo hijo de Neptuno, solo resta manifestar qué quiso dar á entender con la saeta con qué venció las tormentas que le sobrevinieron en él, y no parece puede expresar otra cosa, que la aguja magnética, con cuya guia y direccion al Norte escapó seguro de tan eminente peligro.
    • 1817 RAE DRAE 5.ª ed. (NTLLE)
      Saeta. La flecha ó aguja tocada á la piedra iman que señala el norte en la rosa náutica.
    • 1824 Arcaza, L. Trad Compendio ciencias, Masson, I p. 87 Cu (BD)
      P. ¿Qué es brújula, compás ó aguja de marear? R. Un caja en figura de semicírculo, colocada libremente sobre dos ejes, cubierta con un cristal, que contiene una aguja, ó saeta de hierro tocada en iman, y dotada de su virtud, puesta horizontalmente sobre una varilla corta que le sirve de quicio en que puede girar sin estorbo. Como la constante inclinacion al norte del acero magnetizado fija este punto, marcado con otros treinta y un vientos en la rueda de carton pegada á la saeta, se conocen fácilmente los rumbos, por los radios y grados del círculo.
    • 1901 Melcior, V. "Dinamita anulada" [30-09-1901] Luz y Unión (Barcelona) Esp (HD)
      Tenemos aun datos mas elocuentes para aseverar que la fuerza invisible de que tratamos, puede depender absolutamente del ser encarnado, y sino, ahí están esos seres que pasando la mano por encima de una brújula cubierta de cristal, la desvían de un modo brusco, contrariando la fuerza de orientación del magnetismo terrestre que tiende incesantemente á llevar la punta de la saeta hacia el polo Norte.
    • 2006 Cóndor Orduña, M. Trad Siete pilares sabiduría, Lawrence p. 503 Esp (BD)
      Vimos que las estrellas se desplazaban y que seguíamos un rumbo equivocado. Lloyd tenía una brújula en alguna parte. Paramos y la buscamos a tientas en sus hondas alforjas. Thorne vino hasta nosotros y la encontró. Nos pusimos a hacer cálculos en torno a la luminosa punta de su saeta y abandonamos Orion por una estrella septentrional más propicia.
    • 2013 Velasco Estrada, J. ¡Despierta ya! Esp (BD)
      ¿Qué? ¿Que no estás entendiendo ni jota? ¿Que vuelva a comenzar? ¿Desde el principio? Ay, te pasas. Mejor te lo cuento otro día, porque en este preciso momento todavía estoy excitadísimo… No, no calenturiento. No con la saeta apuntando el polo magnético de alguna bruja. Ah, sí, brújula. No. Estoy, ¿cómo te diré?, con la viva impresión de lo que me acaba de pasar.
    • 2014 RAE DLE (NTLLE)
      saeta. f. En una brújula, flecha que se vuelve hacia el polo magnético.
    • 1805 Ibáñez Segovia Peralta Mendoza, G. Cadiz phenicia, III p. 140 Esp (BD)
      Reconocido pues, y comprobado tan copiosamente denotó Pherecydes con la voz Depas ó Taza asi el carro del Sol como el navío en que sulcó Hércules el occeano, y de quien disiente Panyasis, asegurando obtuvo aquel vaso en que conducido por beneficio de Nereo hijo de Neptuno, solo resta manifestar qué quiso dar á entender con la saeta con qué venció las tormentas que le sobrevinieron en él, y no parece puede expresar otra cosa, que la aguja magnética, con cuya guia y direccion al Norte escapó seguro de tan eminente peligro.
    • 1817 RAE DRAE 5.ª ed. (NTLLE)
      Saeta. La flecha ó aguja tocada á la piedra iman que señala el norte en la rosa náutica.
    • 1824 Arcaza, L. Trad Compendio ciencias, Masson, I p. 87 Cu (BD)
      P. ¿Qué es brújula, compás ó aguja de marear? R. Un caja en figura de semicírculo, colocada libremente sobre dos ejes, cubierta con un cristal, que contiene una aguja, ó saeta de hierro tocada en iman, y dotada de su virtud, puesta horizontalmente sobre una varilla corta que le sirve de quicio en que puede girar sin estorbo. Como la constante inclinacion al norte del acero magnetizado fija este punto, marcado con otros treinta y un vientos en la rueda de carton pegada á la saeta, se conocen fácilmente los rumbos, por los radios y grados del círculo.
    • 1901 Melcior, V. "Dinamita anulada" [30-09-1901] Luz y Unión (Barcelona) Esp (HD)
      Tenemos aun datos mas elocuentes para aseverar que la fuerza invisible de que tratamos, puede depender absolutamente del ser encarnado, y sino, ahí están esos seres que pasando la mano por encima de una brújula cubierta de cristal, la desvían de un modo brusco, contrariando la fuerza de orientación del magnetismo terrestre que tiende incesantemente á llevar la punta de la saeta hacia el polo Norte.
    • 2001 RAE DRAE 22.ª ed. (NTLLE)
      saeta. f. En una brújula, flecha que se vuelve hacia el polo magnético.
    • 2006 Cóndor Orduña, M. Trad Siete pilares sabiduría, Lawrence p. 503 Esp (BD)
      Vimos que las estrellas se desplazaban y que seguíamos un rumbo equivocado. Lloyd tenía una brújula en alguna parte. Paramos y la buscamos a tientas en sus hondas alforjas. Thorne vino hasta nosotros y la encontró. Nos pusimos a hacer cálculos en torno a la luminosa punta de su saeta y abandonamos Orion por una estrella septentrional más propicia.
    • 2013 Velasco Estrada, J. ¡Despierta ya! Esp (BD)
      ¿Qué? ¿Que no estás entendiendo ni jota? ¿Que vuelva a comenzar? ¿Desde el principio? Ay, te pasas. Mejor te lo cuento otro día, porque en este preciso momento todavía estoy excitadísimo… No, no calenturiento. No con la saeta apuntando el polo magnético de alguna bruja. Ah, sí, brújula. No. Estoy, ¿cómo te diré?, con la viva impresión de lo que me acaba de pasar.
    • 2014 RAE DLE (NTLLE)
      saeta. f. En una brújula, flecha que se vuelve hacia el polo magnético.
  11. s. f. Copla de cante flamenco, de asunto religioso, que se canta en las procesiones de Semana Santa.
    Sinónimo: saetilla
    docs. (1841-2021) 80 ejemplos:
    • 1841 Anónimo "Encomiendas" [26-01-1841] Fray Gerundio (León) Esp (HD)
      Y sinó acordémonos de la saeta que cantaban los Cordobeses en la semana santa del año pasado ante el crucifijo que hay á la esquina de aquella ciudad llamada Horno del Cristo: Los Judíos á Pilatos piden que quiten el Inrrí, y el muy infame les dijo: “lo que escrebí escrebí”. Por cierto que este año ya no podrán cantar la misma saeta en aquel sitio, si es que el gobernador eclesiástico de Córdoba accede á la invitación que le ha hecho el gefe político para que mande quitar de las calles las efigies piadosas y religiosas á fin de evitar las irreverencias y los contratos nocturnos inter virum et foeminam de que en tales parages las hacen ser testigos.
    • 2021 Salido Freyre, J. Saeta. Su origen flamenco p. 10 Esp (BD)
      Durante muchos años la Real Academia de la Lengua Española definió la saeta como copla breve y sentenciosa que para excitar a la devoción o a la penitencia que se canta en las iglesias o en las calles durante ciertas solemnidades religiosas. En esta definición, no se relaciona a la saeta con el flamenco pese a ser cantada, en modo flamenco, desde principios del siglo XX en diferentes ciudades y pueblos de Andalucía, principalmente, bajo los estilos de seguiriya, martinete y carcelera.
    • 1841 Anónimo "Encomiendas" [26-01-1841] Fray Gerundio (León) Esp (HD)
      Y sinó acordémonos de la saeta que cantaban los Cordobeses en la semana santa del año pasado ante el crucifijo que hay á la esquina de aquella ciudad llamada Horno del Cristo: Los Judíos á Pilatos piden que quiten el Inrrí, y el muy infame les dijo: “lo que escrebí escrebí”. Por cierto que este año ya no podrán cantar la misma saeta en aquel sitio, si es que el gobernador eclesiástico de Córdoba accede á la invitación que le ha hecho el gefe político para que mande quitar de las calles las efigies piadosas y religiosas á fin de evitar las irreverencias y los contratos nocturnos inter virum et foeminam de que en tales parages las hacen ser testigos.
    • 1879 Escobar, A. "Semana Santa Sevilla" [16-04-1879] La Época (Madrid) Esp (HD)
      No es posible expresar la emoción que se siente al escuchar una saeta, canción popular de la Semana Santa, que entona la gente del pueblo á modo de oración al desfilar los pasos. Es más árabe que española, no tiene ritmo, ni compás, ni forma. No podemos comparar sino al prolongado gemido que exhalara un ave antes de morir. De una gitana que coló una a nuestro lado, se nos quedó en la memoria la letra que copiamos, á pesar de su escaso mérito, como modelo del género: La Virgen vendió su manto, ¡Qué lástima y qué dolor! Para enterrar á su hijo, Que en Jueves Santo murió.
    • 1880 Sbarbi, J. M. "Curiosidades. Saetas" [15-03-1880] El Averiguador Universal (Madrid) Esp (HD)
      La voz saeta no puede ser más expresiva de lo que es, para el caso presente, pues trae su origen del latín sagitta, con el cual se significa esta clase de armas arrojadizas; y á la verdad que la sentencia espiritual, breve y fervorosa, es capaz de causar en el ánimo análoga impresion á la que produce en el cuerpo la herida de una flecha ó saeta. Por eso también se conoce en nuestra lengua con el nombre de jaculatoria, del latin jaculum (sinonimo de sagitta), y éste de jaceo (echar ó arrojar); si bien la sentencia de la saeta se expresa siempre por medio del verso, en tanto que la de la jaculatoria suele serlo en prosa. La música con que canta las saetas el pueblo de Andalucía en las calles, y aún en los templos, no puede ser más conmovedora: entonación grave, pausada, lúgubre, y casi monótona, dejando como en suspenso la cadencia final, á que se agrega el tiempo propio de meditacion y recogimiento, como lo es el de la Semana Santa, todo ello es capaz, no digo de asaetear el corazon del pecador mas obstinado o indiferente, sino de levantar de punta los pelos á un muerto.
    • 1885 Pardo Bazán, E. Cisne Vilamorta [1885] Esp (CDH )
      [...] y al pasar por sus delgados labios, por su voz suave, timbrada con timbre cristalino, al entonarlos con su mimoso acento del país, los versos gallegos adquirían algo de lo que la saeta andaluza en la boca sensual de la gitana: una belleza íntima y penetrante, la concreción del alma de una raza en una perla poética, en una lágrima de amor. De tan plañideras estrofas se alzaba á veces irónica risa, lo mismo que el repique alegre de las castañuelas suele destacarse entre los sones gemidores de la gaita.
    • 1895 Valera, J. Juanita Larga [1985] Esp (CDH )
      Conforme va pasando cada procesión, que suele permanecer tres o cuatro horas en la calle, se ejecutan pasillos, que casi siempre explica un nazareno cantando una saeta. Para prevenir y llamar la atención del público hacia cada pasillo, otros dos o tres nazarenos hacen resonar las trompetas con melancólico y prolongado acento. Así, pongo por caso, cuando los evangelistas van escribiendo en unas tablillas lo que pasa y unos judíos tunantes vienen por detrás haciendo muchas muecas y contorsiones y les roban los estilos. Los evangelistas, resignados y tristes, abren entonces los brazos y se ponen en cruz. Las trompetas resuenan otra vez para dar el pasillo por terminado.
    • 1907-1917 Machado, A. Campos Castilla [1988] Esp (CDH )
      ¡Oh, la saeta, el cantar / al Cristo de los gitanos, / siempre con sangre en las manos, / siempre por desenclavar! / ¡Cantar del pueblo andaluz, / que todas las primaveras / anda pidiendo escaleras / para subir a la cruz! / ¡Cantar de la tierra mía, / que echa flores / al Jesús de la agonía, / y es la fe de mis mayores! / ¡Oh, no eres tú mi cantar! / ¡No puedo cantar, ni quiero / a ese Jesús del madero, / sino al que anduvo en el mar!
    • 1939 Castella Zavala, C. Cruz flores [1939] 16 Esp (CDH )
      [...] pasé la Semana Santa en Sevilla, con sus pasos monumentales, sus imágenes bellísimas, sus cofradías, abrumadas de oro y terciopelo, de entusiasmo y de fervor y deslumbrado por el brillar de armaduras, y luces, embriagado, con el aroma de azahares y jazmines, suspenso el espíritu en las notas de una saeta, aprendí donde tomaron su inspiración y sus colores, Velázquez y Murillo [...].
    • 1975 Ortiz, F. Música afrocubana [1975] 17 Cu (CDH )
      En otros casos la transvaloración, según Marett, es horizontal, o por metalepsis, y el cambio sólo está en su sentido. Así ocurre a veces con la música religiosa que, al perderse para la liturgia, se refugia en el arte histórico o cae en la profanidad. Así las impresionantes jeremiadas de la sinagoga andaluza pasaron a ser saetas en la procesión católica o jipíos de cante jondo en el tablero. Tal va aconteciendo en Cuba con la música frenética a cuyo ritmo son reverenciadas las potencias sobrehumanas de los negros de la nación.
    • 1983 Labordeta, J. A. Aragón [1983] 102 Esp (CDH )
      Y sobre la una de la madrugada la procesión, atravesando San Vicente de Paúl, se metía por el barrio, donde algún gitano contratado se marcaba unas saetas duramente baturras y se llegaba hasta la pequeña placita de San Nicolás —más rincón que plaza— donde se producía un momento de emoción. Plásticamente, aquello casi resultaba perfecto.
    • 1992 Fuentes, C. Espejo enterrado [1992] Mx (CDH )

      Aquí mismo, en el escenario de Sevilla, el cante jondo reaparece en un contexto religioso. Los pasos se detienen cuando un hombre en una esquina, o una mujer desde un balcón, lanzan la saeta, el canto dirigido a la virgen de una manera amorosa y familiar. Pues la virgen ofrece poder y protección. Su poder viene del amor. Se le conoce íntimamente. Vive en Sevilla el año entero. Es como un miembro de la familia. Es la virgen de la Macarena, la patrona de los toreros, que llora por la muerte y el destino de todos sus hijos.

    • 2004 Almanza, M. "Astorga pasión" Diario de León.es. León: diariodeleon.es Esp (CORPES)
      Por la tarde la cofradía de la Santa Vera Cruz recreó el Desenclavo en su Procesión del Santo Entierro en un acto multitudinario en la plaza Mayor que transcurrió en impactante silencio. Los cofrades introdujeron al Cristo Yacente en la Urna, momento en el que un espontáneo interpretó una saeta, para retomar el cortejo compuesto por ocho pasos y casi trescientos cincuenta braceros. El paso de San Pedro estrenó la primera fase de sus nuevas andas durante el recorrido, que reunió a alumnos de la escuela de policía de Ávila, militares, manolas con mantillas, maragatas con el traje de luto, y una amplia representación de la Cofradía del Santo Cristo del Desenclavo de León, con la que la astorgana está hermanada.
    • 2008 Ponos, J. "Toledo Semana Santa" ABC.es. Madrid: abc.es Esp (CORPES)
      Y a veces, la imagen se detiene para dar un espacio a la saeta que canta la angustia de la Virgen con el corazón apuñalado, y se apasiona con el dolor del Crucificado que expira perdonando. Pasado el instante de la voz que tiembla en su desgarro, vuelve a marchar la cofradía por angostos vericuetos, hasta terminar un recorrido apasionante que deja su huella imborrable en el visitante que por primera vez accede al misterio doloroso de la Semana Santa.
    • 2021 Salido Freyre, J. Saeta. Su origen flamenco p. 10 Esp (BD)
      Durante muchos años la Real Academia de la Lengua Española definió la saeta como copla breve y sentenciosa que para excitar a la devoción o a la penitencia que se canta en las iglesias o en las calles durante ciertas solemnidades religiosas. En esta definición, no se relaciona a la saeta con el flamenco pese a ser cantada, en modo flamenco, desde principios del siglo XX en diferentes ciudades y pueblos de Andalucía, principalmente, bajo los estilos de seguiriya, martinete y carcelera.
    • 1841 Anónimo "Encomiendas" [26-01-1841] Fray Gerundio (León) Esp (HD)
      Y sinó acordémonos de la saeta que cantaban los Cordobeses en la semana santa del año pasado ante el crucifijo que hay á la esquina de aquella ciudad llamada Horno del Cristo: Los Judíos á Pilatos piden que quiten el Inrrí, y el muy infame les dijo: “lo que escrebí escrebí”. Por cierto que este año ya no podrán cantar la misma saeta en aquel sitio, si es que el gobernador eclesiástico de Córdoba accede á la invitación que le ha hecho el gefe político para que mande quitar de las calles las efigies piadosas y religiosas á fin de evitar las irreverencias y los contratos nocturnos inter virum et foeminam de que en tales parages las hacen ser testigos.
    • 1853 Flores, A. Ayer, hoy y mañana, I p. 189 Esp (BD)
      Sucedia muchas veces que las saetas iban á dar en la parte más flaca del vecindario, y no parecia sino que el saetero sabia donde vivia un tramposo, cuando, precisamente á la puerta de su casa, cantaba esta ú otra copla parecida: “Restituye y paga luego que una mortaja, y no mas de este mundo sacarás”.
    • 1876 Anónimo "Nuevo místico papel" [23-04-1876] El Folletín (Correo de Andalucía) (Málaga) Esp (HD)
      Cuando en esta pasada Semana Santa íbamos por esas calles, nos fijamos en un numeroso corrillo de cuyo centro salía una voz plañidera la cual entre saeta y saeta decía poco más ó menos: —Compren, señores, este librito de verdadera intrusión para los padres y los hijos asi como para todas las madres. Cuesta solo la miserable cantidad de dos cuartos y por tan poco dinero se ve lo que sufrió nuestro Redentor, verídicamente descrito, y aprobado por los señores, etc.
    • 1877 Anónimo "Cartas viaje Rey" [02-04-1877] La Época (Madrid) Esp (HD)
      Por la tarde las procesiones, más bellas aun sí cabe que las del dia precedente, principiaron á pasar próximamente á la misma hora. El pueblo inmenso que llenaba la plaza de San Francisco y las calles de la carrera las contemplaba con religioso silencio, porque como aqui el pueblo todo lo da á estas fiestas verdadera importancia, nadie viene a turbarlas provocando episodios desagradables. Ni una borrachera, ni una riña, ni un grito: solo de cuando en cuando la voz de un gitano ó de algún hombre del barrio de Triana se alza dominando el confuso rumor de la multitud, y lanza al viento una saeta, especie de melancólica salmodia, canto de origen indudablemente árabe, compuesto de muy pocas notas, y cuya letra es un comentario ó una reflexión sobre los augustos misterios que se solemnizan.
    • 1879 Escobar, A. "Semana Santa Sevilla" [16-04-1879] La Época (Madrid) Esp (HD)
      No es posible expresar la emoción que se siente al escuchar una saeta, canción popular de la Semana Santa, que entona la gente del pueblo á modo de oración al desfilar los pasos. Es más árabe que española, no tiene ritmo, ni compás, ni forma. No podemos comparar sino al prolongado gemido que exhalara un ave antes de morir. De una gitana que coló una a nuestro lado, se nos quedó en la memoria la letra que copiamos, á pesar de su escaso mérito, como modelo del género: La Virgen vendió su manto, ¡Qué lástima y qué dolor! Para enterrar á su hijo, Que en Jueves Santo murió.
    • 1880 Sbarbi, J. M. "Curiosidades. Saetas" [15-03-1880] El Averiguador Universal (Madrid) Esp (HD)
      La voz saeta no puede ser más expresiva de lo que es, para el caso presente, pues trae su origen del latín sagitta, con el cual se significa esta clase de armas arrojadizas; y á la verdad que la sentencia espiritual, breve y fervorosa, es capaz de causar en el ánimo análoga impresion á la que produce en el cuerpo la herida de una flecha ó saeta. Por eso también se conoce en nuestra lengua con el nombre de jaculatoria, del latin jaculum (sinonimo de sagitta), y éste de jaceo (echar ó arrojar); si bien la sentencia de la saeta se expresa siempre por medio del verso, en tanto que la de la jaculatoria suele serlo en prosa. La música con que canta las saetas el pueblo de Andalucía en las calles, y aún en los templos, no puede ser más conmovedora: entonación grave, pausada, lúgubre, y casi monótona, dejando como en suspenso la cadencia final, á que se agrega el tiempo propio de meditacion y recogimiento, como lo es el de la Semana Santa, todo ello es capaz, no digo de asaetear el corazon del pecador mas obstinado o indiferente, sino de levantar de punta los pelos á un muerto.
    • 1880 Sbarbi, J. M. "Curiosidades. Saetas" [15-03-1880] El Averiguador Universal (Madrid) Esp (HD)
      Pues bien, en ese devocionario se leen al fin unas octavas, cuya primera redondilla suele cantarse en tono de saeta respectivamente ántes de dar comienzo a la lectura de cada Palabra, y la segunda despues de leída, si bien la introduccion que a ellas precede consta sólo de cuatro versos, la cual dice así: Al Calvario, almas, llegad. Que nuestro dulce Jesus, desde el ara de la Cruz, Hoy a todos quiere hablar.
    • 1876-1880 Zugasti Sáenz, J. Bandolerismo [1983] Esp (CDH )
      En seguida me refirió que el baile íntimo y borrascoso, entre los amigos y amigas de confianza, se había prolongado hasta muy tarde, y que después de habernos retirado nosotros se bailaron allí las mollares, el fandango, el villano, la encorvada y el tango, y que además, cantaron las tiranas, las cañas, el polo, las taberneras, las seguidillas, el jaleo de Cádiz, las caleseras, las malagueñas, los toros del Puerto, las carceleras, la soledad, y hasta la tarara y las saetas de Semana Santa.
    • 1882 Rdz Marín, F. (comp.) Cantos populares españoles, II p. 179 Esp (BD)
      Las frases Por allí viene, Ya viene, Que lo van crucificando, etc. Indican á las claras que estas coplas de la Pasion (saetas les llaman en Andalucía) se acostumbran cantar al paso de las procesiones de Semana Santa. Refiérense, pues, á las imágenes que pasea la devocion.
    • 1885 Pardo Bazán, E. Cisne Vilamorta [1885] Esp (CDH )
      [...] y al pasar por sus delgados labios, por su voz suave, timbrada con timbre cristalino, al entonarlos con su mimoso acento del país, los versos gallegos adquirían algo de lo que la saeta andaluza en la boca sensual de la gitana: una belleza íntima y penetrante, la concreción del alma de una raza en una perla poética, en una lágrima de amor. De tan plañideras estrofas se alzaba á veces irónica risa, lo mismo que el repique alegre de las castañuelas suele destacarse entre los sones gemidores de la gaita.
    • 1895 Valera, J. Juanita Larga [1985] Esp (CDH )
      Conforme va pasando cada procesión, que suele permanecer tres o cuatro horas en la calle, se ejecutan pasillos, que casi siempre explica un nazareno cantando una saeta. Para prevenir y llamar la atención del público hacia cada pasillo, otros dos o tres nazarenos hacen resonar las trompetas con melancólico y prolongado acento. Así, pongo por caso, cuando los evangelistas van escribiendo en unas tablillas lo que pasa y unos judíos tunantes vienen por detrás haciendo muchas muecas y contorsiones y les roban los estilos. Los evangelistas, resignados y tristes, abren entonces los brazos y se ponen en cruz. Las trompetas resuenan otra vez para dar el pasillo por terminado.
    • 1896 Díaz Duféo, C. "Semana Santa Sevilla" [05-04-1896] Revista Azul (Ciudad de México) Mx (HD)
      La saeta gime una estrofa dolorosa, lenta, rítmica, punzante. La saeta es un pequeño poema místico, que se encuentra en el corazón del pueblo y que saben modular todos los labios. Al acercarse el Paso, en el silencio de un recogimiento supremo, una voz se alza, plañidera, triste, acompasada: es la saeta.
    • 1885-a1901 Blasco, E. Páginas íntimas [1905] Esp (CDH )
      Allá en Sevilla cantan saetas al Redentor como las cantarían al más vulgar reo en capilla. Lo que importa es cantar y hacer culto del sentimiento: antes que devoto, todo el mundo es artista. La gitana le dijo al niño Dios la buenaventura; la gitana le saluda con místico cantar al verle pasar con la cruz á cuestas; la gitana le mece; la gitana le llora.
    • 1885-a1901 Blasco, E. Páginas íntimas [1905] Esp (CDH )
      Saetas lanzan á Jesús crucificado los andaluces y aquí paseamos por la tarde todos juntas y todos unidos, grandes de España y banderilleros, duquesas y chulas, haciendo de la carrera después de los Oficios, una preparación para oir el sermón de la Soledad, que es poema anual y poesía íntima de la semana.
    • 1905 Blasco Ibáñez, V. Bodega [1998] Esp (CDH )

      La voz de María de la Luz era famosa en la ciudad. En Semana Santa, la gente que presenciaba el paso de las procesiones de encapuchados a altas horas de la noche corría para oírla de más cerca.

      — Es la niña del capataz de Marchamalo, que va a echarle una saeta al Cristo.
    • 1905 Blasco Ibáñez, V. Bodega [1998] Esp (CDH )

      Y yo me ajogaba de pena sin saber por qué; y te veía delante de tus amigas, tan bonita como una santa, cantando la saeta, con las manos juntas, mirando al Cristo con esos ojasos que paecen espejos, en los que se veían toos los cirios de la procesión.

    • 1905 Blasco Ibáñez, V. Bodega [1998] Esp (CDH )
      Los probecitos presos, agarraos a las rejas como si fuesen malas bestias, le cantaban al Señó unas cosas muy tristes, unas saetas hablando de sus jierros, de sus penitas, de la madre que lloraba por ellos, de sus hijitos que no podían besar. Y tú, entrañas mías, desde abajo, contestabas con otras saetas, que eran un jipío, durce como el de los ángeles, pidiendo al Señó que se apiadase de los infelices.
    • 1907-1917 Machado, A. Campos Castilla [1988] Esp (CDH )
      ¡Oh, la saeta, el cantar / al Cristo de los gitanos, / siempre con sangre en las manos, / siempre por desenclavar! / ¡Cantar del pueblo andaluz, / que todas las primaveras / anda pidiendo escaleras / para subir a la cruz! / ¡Cantar de la tierra mía, / que echa flores / al Jesús de la agonía, / y es la fe de mis mayores! / ¡Oh, no eres tú mi cantar! / ¡No puedo cantar, ni quiero / a ese Jesús del madero, / sino al que anduvo en el mar!
    • 1926 Pz Ayala, R. Tigre Juan [1991] 185 Esp (CDH )
      Desde niña, y en la masa de la carne, tenía inculcado el sentimiento de que el amor es una pasión sanguinaria. Presentía que Juanín, en el mal trance, sabría no titubear ante el derramamiento de sangre, por amor. Esto la transía de orgullo. De la mañana a la noche cantaba, con voz aterciopelada y dolorida, coplas flamencas —soleares, peteneras, saetas y esas canciones tan tristes que llaman "alegrías"—, en las cuales siempre se celebraba el crimen por celos y el fatal ayuntamiento de amor y muerte.
    • 1926 Villalón, F. Andalucía la Baja [1998] Esp (CDH )
      Quejidos en la noche... ¡Alaridos del alma...! / Saetas que ascendéis como incienso de fe / en las noches templadas del abril sevillano... / Decidme lo que sois, porque yo no lo sé... / ¿Sois votos o sois quejas...? ¿Sois llanto...? ¿Sois canción...? / ¡Sois llagas que desgarran el propio corazón...! / Cuando la madrugada del Viernes Santo nace, / las puertas de la iglesia se abren solemnemente.
    • 1926 Villalón, F. Andalucía la Baja [1998] 162 Esp (CDH )
      Ya, entre la muchedumbre va lentamente andando. / Parece que la Fe le lleva suspendido... / ...El pueblo que hace esto, es un pueblo muy grande / y bruñirá un poema con un solo alarido... / Ya suena la Saeta. El mozo postinero / en sus talones se alza... Ya se quitó el sombrero. / Con la mano en acción se dirige hacia Cristo. / ¡En ninguna nación ni en ningún pueblo han visto / cara a cara a un muchacho hablarle así a su Dios...! /
    • 1926 Villalón, F. Andalucía la Baja [1998] 162 Esp (CDH )
      Dios se va paseando / en medio de las calles y escucha los latidos / del corazón del pueblo... Qie los Dioses son grandes / cuando el dolor del pobre le * ablanda el corazón; / por eso Cristo es Grande en su Crucifixión... / Quejidos en la noche... ¡Alaridos del alma...! / ¡Saetas que ascendéis como incienso de fe / en las noches templadas del abril sevillano...! / Decidme lo que sois porque yo no lo sé... / ¿Sois votos o sois quejas...? ¿Sois llanto...? ¿Sois canción...? / Sois llagas que desgarran el propio corazón...
    • 1930 Florit, E. Trópico [1985] Cu (CDH )
      PUESde la tierra, canto, agradecido, / te revelas en clásica envoltura, / detén el ala por mirar el nido / y luego bebe un manantial de altura. / Metro menor, cinco más cinco versos, / será grácil vestido. Mar y campo, / verde en azul, tendrán ecos diversos, / décima, los jinetes que en ti acampo. / En tiempos de metal sabe cantares / de campo juvenil y mar inquieta. / Voz de pueblo cantor, por claros mares / giros emprenda su espiral saeta.
    • 1930 Lpz Haro, R. He sido casada [1930] 243 Esp (CDH )
      La perorata era una saeta de lugares comunes destinados a acongojar al auditorio. Ya se sabe que el champán y las ideas funerarias se alían fácilmente para producir borracheras "lloronas". Al mismo tiempo las lámparas que rodeaban invisibles al supuesto finado iban cambiando de color. Una palidez cerúlea cubrió el rostro del joven, se le amorataron los labios y poco a poco fueron maculando sus piel placas de gangrena que se extendieron confundiéndose; empezaron a bullir los gusanos y las moscas verdes, fauna de voracidad activísima, pues en breves minutos dió cuenta de la carroña, dejando la osamenta monda y blanca.
    • 1932 Balbontín, José Antonio Una pedrada a la Virgen [1979] Esp (CDH )

      Mi amigo me interrumpió diciendo: Dejémonos ahora de reflexiones filosóficas y entreguémonos a la magia inefable de esta bellísima noche sevillana. Mira qué bonita es esa muchacha que va a cantar una saeta.

    • 1932 Balbontín, José Antonio Una pedrada a la Virgen [1979] Esp (CDH )
      Aproveché la estela de silencio que había dejado tras de sí la saeta cálida y temblorosa, para decirle a mi amigo: ¿Has entendido bien la letra? Hay algo más vital y más hondo que el amor a la belleza en el sentimiento religioso. Hay el anhelo atormentado de un auxilio eficaz para las flaquezas humanas, el afán de que alguien, más poderoso que nosotros, evite que se nos vaya el amor, o se nos quiebre la salud, o se nos muera el hijo.
    • 1938 Grat, F. Capa Peribáñez Romances CNT Esp (CDH )
      Romance, romance mío, / que corres por el papel, / en los puntos de la pluma, / raudo y sentido a la vez; / letras unidas con alma, / ritmo fácil, cascabel / ágil, en su algarabía, / como risa de mujer / unas veces y otras veces / voz del hombre en el deber. / Saeta de una voluntad / firme, firme en recia fe, / agüita que lleva un pueblo / por las venas del papel. / De esta tinta nace el agua / para que calme la sed; / el romance diligente... / dice un ritmo sin saber / que sus letras ya leídas / suenan como el arrabel / unas veces, y otras veces / es un sonido cruel / de añafiles discordantes / que torturan el papel. /
    • 1939 Castella Zavala, C. Cruz flores [1939] Esp (CDH )

      — ¡Josú, que monumento! Es la chiquilla más bonita que Dios echó ar mundo.

      — Juanito, asómate y cántale una saeta.

      Todos se agolparon a la ventana y una lluvia de piropos cayó sobre la muchacha que junto a una señora de muy buen ver, y elegantemente vestida, pasaba por delante del Casino.

    • 1939 Castella Zavala, C. Cruz flores [1939] 16 Esp (CDH )
      [...] pasé la Semana Santa en Sevilla, con sus pasos monumentales, sus imágenes bellísimas, sus cofradías, abrumadas de oro y terciopelo, de entusiasmo y de fervor y deslumbrado por el brillar de armaduras, y luces, embriagado, con el aroma de azahares y jazmines, suspenso el espíritu en las notas de una saeta, aprendí donde tomaron su inspiración y sus colores, Velázquez y Murillo [...].
    • 1945 Salinas, P. Poetas 369 Ensayos literatura hispánica Esp (CDH )

      Me imagino a Emilio, encapuchado, en una procesión de Semana Santa, la de Sevilla, detrás del paso de Nuestra Señora de la Soledad, al mismo borde del jardín de oro del manto, medio mareado por el olor de nardos y el calor de cirios que envuelven a la Virgen para separarla un poco del aire de la tierra. Emilio, penitente, ha hecho promesa de ir así, y le va contando a su dueña patrona saetas sordas de las que saldrán luego sus libros.

    • 1954 Valverde, Sebastián Emilio El amor en la copla y en la décima Informes y artículos sobre lengua y folklore de Santo Domingo RD (CDH )

      Ningún medio de expresión más propio que el canto para expresar el sentimiento del amor. Y apropiada como ninguna forma poética, la copla, ágil y ligera, fácil a la improvisación y a la memoria, es favorita para el requiebro galante y picaresco o la saeta hiriente o provocadora:

      Las estrellas en el cielo / caminan de medio lao; / asi caminan mis ojos / cuanto estoy enamorao. / Son tus ojos vida mía / como la luz a la cera: / que tu mirar le derrite / el corazón a cualquiera.
    • 1956 Navarro Tomás, T. Métrica española [1995] Esp (CDH )
      Figura en el canto andaluz con los nombres de saeta, petenera, malagueña, rondeña, granadina y varios otros enumerados por Manuel Machado en su Cantaora. A veces se componen en serie encadenada repitiendo la última palabra o todo el verso final de cada cuarteta al principio de la siguiente; ejemplos de cuartetas encadenadas se hallan en Schindler, Folk music, pág. 6, núm. 78, y en Carrizo, La Rioja, II, 143.
    • 1965 Sastre, A. M. S. V. [1990] Esp (CDH )
      (Proyector al palco. Una pareja de guardias detiene, entre forcejeos, al que gritó. Oscuro sobre el palco. Sigue la música y la procesión. Desde un palco del otro lado, un «cantaor» se arranca con una «saeta» y el cortejo se detiene —y la música calla— para escucharla:) Míralo, por allí viene / el mejor de los nacidos, / atado de pies y manos, / con el cuerpo renegrido. / Míralo por donde viene; / ya asoma por esa esquina / con el corazón de sangre / y la cara de ceniza.
    • 1970 Goytisolo, J. Reivindicación [1973] Esp (CDH )
      [...] en el áureo esplendor de la Semana Santa las carrozas desfilan cuajadas de flores y las lágrimas y goterones de sangre que escurren por los rostros demacrados de los Cristos y las Dolorosas avivan la religiosidad del gentío y disparan, a su paso, las desgarradas saetas que rehilan en la densidad de la noche con reminiscencias arábigas el ojo avizor del encapuchado del poste de telégrafos vigila la fastuosa escenografía y, al doblar la esquina, por la tortuosa calleja del Moro, cofradías y hermandades experimentan una insólita transformación [...].
    • 1975 Ortiz, F. Música afrocubana [1975] 17 Cu (CDH )
      En otros casos la transvaloración, según Marett, es horizontal, o por metalepsis, y el cambio sólo está en su sentido. Así ocurre a veces con la música religiosa que, al perderse para la liturgia, se refugia en el arte histórico o cae en la profanidad. Así las impresionantes jeremiadas de la sinagoga andaluza pasaron a ser saetas en la procesión católica o jipíos de cante jondo en el tablero. Tal va aconteciendo en Cuba con la música frenética a cuyo ritmo son reverenciadas las potencias sobrehumanas de los negros de la nación.
    • 1976 Vázquez, Á. Juanita Narboni [1990] 235 Esp (CDH )
      Y cuando todas estabais más excitadas esperando la conferencia, se puso a hablar sobre el toro de lidia. Nunca te lo perdonaré. Me acuerdo que el decorado representaba una taberna andaluza, con una cabeza enorme de toro, el mismo que había servido para que Lola Quijano cantara las saetas. Bueno, no te puedes hacer idea del susto que a mí me entró, porque a mí siempre me asustó aquel hombre con sus barbas tan negras y tan largas.
    • 1979 Longares, M. Novela corsé [1988] 116 Esp (CDH )
      [...] ha sido un accidente en la santabárbara de un explosivo espadín que, saturado de vehemencia, perdió los estribos y, derramando la hiel de su represión secular, rasgó guapamente la atmósfera con su sombrero y entonó la cadencia del piropo, saeta para todos los gustos: la ligeramente musitada al oído por el señor formal de aspecto distinguido que propone algo inconfesable; la brutalmente expresiva del bombee del pueblo que respira enardecida y bestial lujuria; la del jovenzuelo tímido que luego sigue a distancia con silenciosa adoración...; la del tenorio audaz que formula sin rebozo sus proposiciones; la del galán que persigue un noviazgo e insinúa, desde luego, «que va con buen fin». Al recibir este dardo, como Rosa no puede decir que la han entretenido un rato sin inspirar la sospecha de que ella ha hecho algo para procurarlo, ni rechaza ni aprueba la afrenta y el suspiro sintáctico se enreda en el vendaval; tributo de adoración para unos, escarnio mayúsculo para otros [...].
    • 1980 Prensa El País, 12/02/1980 [1980] Esp (CDH )
      Por allí por atrás de Santa María, y de pronto saetas en Navidá o en el mes de agosto como si fuera la Semana Santa, date cuenta, o se iba a cantar de noche por La Caleta, eso lo hacía después de la guerra, y, si estaba la marea vacía, por las piedras, por fuera del castillo Santa Catalina que estaba así de presos de la guerra, como a cantarle a los presos. Loco: a pique de que le hubieran dado un tiro o cualquier cosa. Lo que es que ya los centinelas no le hacían ni caso.
    • 1982 Guzmán, F. H. Llanto Federico [1982] Esp (CDH )
      (Oscuro. Mientras dura éste, se escucha un fuerte bombardeo. Al terminar, comienza la música de una banda militar, tal como suena acompañando a las saetas. Al encenderse las luces, en el centro del escenario se encuentran el NIÑO y la NIÑA. El NIÑO está tendido, muerto, mientras la NIÑA, con un fusil auténtico en sus manos, está sentada junto al chico, llorando. Los personajes lorquianos se acercan a los niños y se colocan de rodillas a su alrededor. Rezan en silencio. Entran los gitanos y el CORO. Continúa la música, mientras el CORO va diciendo:)

      COROEn el campo de batalla / hay un niño sollozando, / con los ojos apagados / y las lágrimas velando. / Su pueblo yace sin vida / y los hombres se han marchado. / ¿Quién le tiende una mano / a este niño abandonado? /

    • 1982 Nieva, F. Coronada y tiro [1991] Esp (CDH )
      (El pueblo se anima fatalísticamente, husmeando la tragedia. Van por el preso los dos alguaciles, y la Voz Cantante se arranca con una casi saeta fundida en jota.)

      LA VOZ CANTANTE..—A la roja mancha / que se ensancha. / A la negra negra vela / que se cuela. / A la Najalandia me voy / en el maldito convoy. / Doy / mi luz / si sale cruz. / Tus / manos / danos, / Jesús. / ¡Viva Cristo Muerto y Marauña rescatado...!

    • 1983 Labordeta, J. A. Aragón [1983] 102 Esp (CDH )
      Y sobre la una de la madrugada la procesión, atravesando San Vicente de Paúl, se metía por el barrio, donde algún gitano contratado se marcaba unas saetas duramente baturras y se llegaba hasta la pequeña placita de San Nicolás —más rincón que plaza— donde se producía un momento de emoción. Plásticamente, aquello casi resultaba perfecto.
    • 1986 Gironella, J. M. Hombres lloran [1987] Esp (CDH )
      Cantaba saetas. «Es una lástima que la Semana Santa esté lejos porque os haría una demostración.» Mateo consiguió colocarle en la Delegación de Obras Públicas, donde fue testigo de excepción de las importantes y meritorias obras que se estaban realizando en la provincia, especialmente puentes, carreteras y vías de ferrocarril. Conoció uno por uno a todos los encargados de los faros de la costa. En momentos de crisis los envidiaba, tentándole la plaza de torrero. Pasada la crisis, aborrecía la soledad y gustaba del bullicio y de las fiestas.
    • 1986 Prensa El País, 02/04/1986 [1986] Esp (CDH )
      En cambio, acordaron que las imágenes de los desfiles procesionales fueran desviadas de sus rutas para hacerlas pasar por el ambulatorio, desde donde fueron entonadas saetas alusivas a sus reivindicaciones.
    • 1986 Prensa El País, 02/08/1986 [1986] Esp (CDH )
      La calidad es muy irregular entre los devotos y ha habido de todo, desde una especie de saeta gaditana a lo normando, hasta exorcismos en toda regla, todo el mundo muy vestido, eso sí: nada de cuerpos a la vista.
    • 1987 Agromayor, L. Fiestas [1987] Esp (CDH )
      La Comisión organizadora suele rogar: «A cuantos presencien las procesiones se abstengan de dirigir a las sagradas imágenes coplas, vulgarmente llamadas "saetas" en otras regiones, puesto que no encajan en los moldes litúrgicos y desdicen de la grave seriedad castellana.» Al revés que Sevilla, que «traduce» cuanto le llega de arriba, o que Murcia, distendida por la bondad de su clima, el perfume de la huerta y la gubia vivificadora y dulce de un Salzillo (donde los encapuchados llevan enormes barrigones de caramelos que lanzan a los niños), Valladolid celebra de forma precisa, tajante, seca, el esplendor de sus conocidos desfiles penitenciales.
    • 1987 Agromayor, L. Fiestas [1987] Esp (CDH )
      En cualquier esquina, en lo más íntimo de una plazuela, puede saltar el quejío de la saeta que canta con balbuciente deje oriental un hombre o una mujer en honor de la Divinidad. Es una estrofa, son cuatro versos tan solo que se alargan en un desahogo de pena interminable, deteniendo a veces las imágenes, embrujando con su cadencia íntima, bellísima, ondulada, arabizante, traspasando con su dardo quejumbroso.
    • 1987 Agromayor, L. Fiestas [1987] Esp (CDH )
      Por las estrechas calles de Cádiz desfilan las imágenes a hombros de los penitentes y devotos, mientras se escuchan las "saetas" espontáneas que les dirigen los que tienen una voz apropiada. El marco empinado y quebrado del pueblo contribuye al esplendor de las procesiones.
    • 1987 Agromayor, L. Fiestas [1987] Esp (CDH )
      El Viernes Santo miles de vecinos reciben con "saetas" la salida del "paso" de la "Capilla de Jesús", con gran emoción y un cierto cansancio por las horas de espera para conseguir un buen sitio.
    • 1987 Agromayor, L. Fiestas [1987] Esp (CDH )
      Cuando los grados de alcohol se concretan en el cuerpo de algunos de los participantes, pueden escucharse las saetas más auténticas dirigidas a la Virgen, así como los más originales piropos. La diversidad es lo que caracteriza esta Semana Santa, ya que, por el contrario, el Viernes Santo es totalmente serio y severo. Este día salen a la calle la Virgen de la Piedad, acompañada por los "romanos", y la Virgen de los Servitas, en la que se conserva el dolor y la penitencia con que contaba en otros tiempos.
    • 1987 Zurro, A. Farsas [1987] Esp (CDH )
      Después de la foto canto una saeta, si me echan dinero, sigo con otra y otra, así hasta que veo que empiezan a aburrirse, entonces es cuando hago los juegos malabares con el cirio.
    • 1987 Zurro, A. Farsas [1987] Esp (CDH )

      PETRONILAYo te prepararé todos los días menestra de moscas, que es lo que mejor se me da.

      PEPEYo cantaré las saetas sólo para ti y conseguiré dar el mortal de cirio. Tendremos muchos niños.

      PETRONILANo. Yo vengo de una generación maldita y no quiero tener hijos araña-nazarenos. Abortaré siete veces diarias.

    • 1988 Prensa El País, 02/04/1988 [1988] Esp (CDH )
      El origen de las coplas, "que popularmente se denominan saetas, aunque no tienen ninguna relación con las que se cantan desde los balcones", no se conoce. Paco Senra ha descubierto en el archivo de la Hermandad del Silencio partituras de coplas que parece que datan del siglo XVIII. "Pero hay grabados del siglo XVII en los que aparecen sacabuches, cornetos y bajones (fagotes) acompañando las procesiones.
    • 1988 Anónimo Récords latinoamericanos [1988] Pa (CDH )
      Todo parece indicar que, en la elaboración de la milonga, se produce un caso clásico de sincretismo cultural, en donde los elementos negros de los bailes africanos se asimilaron y transformaron, integrando elementos de los cantos populares españoles, especialmente la "saeta", llevados por los conquistadores.
    • 1990 Mendizábal, R. Abuela [1991] Esp (CDH )

      ABUELA.—(En off)Cállese que me distrae las plantas.

      JULITA.—(En off.)No querrá que les cante una saeta.

      ABUELA.—(En off.)Lo que quiero es que se calle.

      JULITA.—(En off.)¿Tiene naranjas?

    • 1991 Alonso Millán, J. J. Pasarse raya [1993] Esp (CDH )

      ANTON¡No me mires con esa cara! Si hubieras leído el libro de la doctora Ochoa, sabrías que todo es válido entre la pareja. ¡Hay que leer, Candela, literatura sobre el sexo! Marañón decía que Don Juan era maricón; la doctora Ochoa, sostiene que era un travesti sevillano! (Se termina de vestir)¿Qué, cómo me encuentras...?

      CANDELA¿Te tengo que cantar una saeta, o vale con Sinatra?

      ANTON¿Hay algo malo en que efectúe el acto vestido así? Todo el día he estado con la obsesión.

    • 1991 Alonso Millán, J. J. Pasarse raya [1993] Esp (CDH )

      NATILínea, me figuro. Como es binguero.

      ANTONSaetas. Y yo a su lado, haciendo la segunda voz. A capella. Luego nos fuimos a tomar unas copas. Pero, como íbamos vestidos, no era respetuoso ir a alternar por ahí y nos vinimos a casa. (Llora)A Acevedo le gusta el pipermín.

      NATINadie es perfecto.

    • 1992 Fuentes, C. Espejo enterrado [1992] Mx (CDH )

      Aquí mismo, en el escenario de Sevilla, el cante jondo reaparece en un contexto religioso. Los pasos se detienen cuando un hombre en una esquina, o una mujer desde un balcón, lanzan la saeta, el canto dirigido a la virgen de una manera amorosa y familiar. Pues la virgen ofrece poder y protección. Su poder viene del amor. Se le conoce íntimamente. Vive en Sevilla el año entero. Es como un miembro de la familia. Es la virgen de la Macarena, la patrona de los toreros, que llora por la muerte y el destino de todos sus hijos.

    • 1992 Jodorowsky, A. Canta pájaro [1994] 170 Ch (CDH )
      Una mancha roja, enorme, le fue rodeando el cuerpo hasta convertirse en un halo semejante al de las vírgenes. Cesó el combate. Ese único muerto creció en la mente de los espectadores hasta convertirse en un gigante. Múltiples manos levantaron al caído y lo pusieron en una camilla para iniciar con él un desfile lento y silencioso, interrumpido de vez en cuando por la voz de un macho ronco cantando versos revolucionarios con tal desgarramiento que parecían saetas.
    • 1992 Posse, A. Atardecer caminante [1992] Ar (CDH )
      Tambores, gritos, letanías, campanas voladoras, cantores improvisados que desde las ventanas dirigen a los morituri infinitas saetas o seguidillas, a veces envidiando la próxima visita a la Virgen o a Nuestro Señor, a veces explicando que la muerte es mejor y más dulce que la vida. Me di cuenta que ya estoy muy viejo y muy sabido y que las cosas que antes me parecían normales cosas de la fe, hoy me causaban un profundísimo desprecio. Sentí que Sevilla era una ciudad hipócrita, salvajemente superficial. En esa fiesta aparentemente de la fe y de la fe católica, se escondía el demonio de la intolerancia judía y la ferocidad mora.
    • 1993 Ruiz, Andrés Rosas [1993] 42 Esp (CDH )
      Rosa, aterrorizada, examina a Nadia. Pretende escapar. Nadia ordena al muchacho ocupar la puerta. En este momento, muy lejana e imperceptiblemente, una música que, anunciándola, acompaña el paso de una procesión de la Semana Santa. Más adelante Y conforme avance la escena, voces emotivas y fervientes, saetas y música, se confundirán muy cerca de la estancia perfumada de Nadia.)
    • 1993 Ruiz, Andrés Rosas [1993] 44 Esp (CDH )
      Nadia se sonríe... Darío, en cambio, interrogante y pasivo, permanece en la espera, clavando su mirada azul en los pechos de la criada. Sin ser advertido, da unos pasos hacia atrás, y, de inmediato, pasa a estudiar a Nadia, que continua el juego descrito. Muy cerca, casi inundándola, una voz enfebrecida de mujer canta una saeta. Voces y ambiente de la Semana Santa, un aire de lluvia abre de par en par las hojas de la ventana que da al jardín.)
    • 1994 Prensa El Mundo, 03/04/1994 [1994] Esp (CDH )
      Y pasan las Vírgenes, y se parten las gargantas recitando saetas y se hunden las vértebras de los costaleros bajo el dictado de los capataces.
    • 1994 Prensa La Vanguardia (Barcelona), 04/05/1994 [1994] Esp (CDH )
      Tras lo dicho, puede entenderse el porqué de la saeta con la que Primera Línea inauguró su fiesta de despedida. La imagen de Jota, Ricardo, Javi, Christian y Sergio acarreando sus instrumentos como una cruz valió más que mil reproches. Con dos armas tan eficaces como la ironía y el clímax guitarrero, estos cinco magníficos mantuvieron una tensión contante y sonante en todo momento, completando una actuación divertida y no exenta de buenas vitaminas musicales, que diría el maestro Pallardó.
    • 1995 Prensa El Mundo, 15/08/1995 [1996] Esp (CDH )

      EL PSOE, por ósmosis o por mimesis, empieza a parecerse a los grupos de capillitas que rigen las cofradías sevillanas. Los organizadores de la Conferencia de Octubre —el desfile procesional— tienen nombres de mayordomos: Secretario de Organización, de Relaciones Institucionales, de Estudios... Y sus caras, no menos: Ciscar parece que se acaba de quitar el capirote y no se ha peinado todavía. Si es esta gente la que ha de salvar a Nuestra Señora de la Democracia, que Dios nos coja confesados. Lo que tiene que hacer es dimitir entera la Junta de Hermandad y dejar que gobiernen los inéditos. Siempre serán mejores. Que ellos saquen el trono a la calle, y ya le cantaremos nosotros las saetas.

    • 1996 Prensa ABC Cultural, 22/03/1996 [1996] Esp (CDH )

      La Semana Santa de Luis de Vega es la Pasión según Andalucía, que sabe dejar constancia de la sabiduría heredada y que muestra los inquietantes ángulos donde se perfilan las imágenes de un pueblo diferente, volcado, en amor inmenso, hacia sus cosas. La estrechez de una remota calleja, el compás medido de un paso costalero, la agudeza geométrica de una esquina rota por la sombra eterna de un palio, los balcones cuajados de geranios desde donde brota el perfil siniestro de una saeta.

    • 1996 Prensa El Mundo, 31/03/1996 [1996] Esp (CDH )
      Se pone en marcha la gran procesión, con pasos lentos, a ritmo de tediosa saeta. Más que a un cortejo de alegres viajeros, las carreteras españolas se parecen a un reguero de penitencia donde el hombre urbano paga el tributo por evadirse. Madrid queda vacío y sus calles se convierten en alfombras por donde desfilan procesiones aromatizadas de cirios chispeantes, de imágenes severas. No tiene fama la Semana Santa de Madrid, pese a su esplendor y a que es un compendio de las devociones de otras regiones.
    • 1996 Prensa ABC, 21/06/1986 [1996] Esp (CDH )
      Luis Sanz añade que la música que pertenecerá a la banda sonora del filme está compuesta por canciones originales de Luis Mariano, Lorenzo González, La Trinca y una saeta de la película «Acompáñame» interpretada por Rocío Dúrcal.
    • 1996 Arjona, R. España punta a punta [1996] Esp (CDH )
      Arcos celebra una singular Semana Santa, en cuyas procesiones destaca la presencia de los armaos, los característicos soldados romanos, mientras en el aire resuena el desgarro de las saetas.
    • 1996 Arjona, R. España punta a punta [1996] Esp (CDH )
      Durante toda la semana se celebra un concurso de saetas en las calles por donde discurren las procesiones. Del 3 al 15 de agosto tiene lugar la Velada de la Virgen de Agosto, con cabalgata de gigantes y cabezudos. La romería del Santo Cristo del Romeral se celebra el 13 de septiembre y la feria de San Miguel en torno al 29 de este mismo mes.
    • 1996 Arjona, R. España punta a punta [1996] Esp (CDH )
      Además del cante de la típica saeta andaluza, aquí se entona también el particular y antiquísimo tracto, de hondo dramatismo. El momento más emotivo tiene lugar durante la procesión del encuentro entre Cristo y la Virgen, esta última una imagen articulada que abre sus brazos hacia el Nazareno.
    • 1996 Arjona, R. España punta a punta [1996] Esp (CDH )
      Durante el recorrido de los pasos, portados a hombros de los costaleros, se cantan saetas, composiciones flamencas entonadas por cantores anónimos.
    • 1997 Enríquez Soriano, Á. Estrés [1997] Esp (CDH )

      Verán. Mi experiencia es fundamentalmente clínica; hecha en la consulta de salud mental, curtida en el servicio público y bregada en la terapia psicológica, así como en la promoción y prevención de la salud. Cuando trabajas con una o más personas, a puerta cerrada, aprendes a conocerlas; te van mostrando sus sentimientos, sus criterios, sus necesidades, sus conflictos, sus deseos... el camino se construye, se va andando... como canta la saeta.

    • 1997 Prensa ABC Electrónico, 29/04/1997 [1997] Esp (CDH )

      Carmen Linares, con su vocación bien demostrada a lo largo de su trayectoria, es una flamenca consciente de la importancia cultural de la música que le fascina e interpreta. De ahí que haya realizado la proeza de evocar y recrear mediante su acento personal, versiones de cantes propios de las cantaoras que a lo largo del tiempo dejaron su impronta en el género: cantiñas de La Mejorana, Rosa la Papera y Rosario la del Colorao [...] tarnatas de La Antequerana; soleares de La Serneta, La Jilica y La Roezna, nana y seguiriya de María Borrico; saetas de la Niña de la Alfalfa...

    • 1997 Évora, T. Orígenes música cubana [1997] Cu (CDH )

      Las más antiguas modalidades flamencas de las que se tiene noticias son las tonás —en sus distintas variantes de martinetes, carceleras, doblas y las tonás propiamente dichas—, las seguiriyas y las soleares. De este tronco fundacional se fueron ramificando, con muy distinta fortuna, los restantes estilos que actualmente se conocen: tientos, buleñas, fandangos de Huelva, peteneras, sevillanas, saetas, malagueñas, etc.

    • 2001 RAE DRAE 22.ª ed. (NTLLE)
      saeta. f. Jaculatoria o copla que una persona canta en las procesiones.
    • 2004 Almanza, M. "Astorga pasión" Diario de León.es. León: diariodeleon.es Esp (CORPES)
      Por la tarde la cofradía de la Santa Vera Cruz recreó el Desenclavo en su Procesión del Santo Entierro en un acto multitudinario en la plaza Mayor que transcurrió en impactante silencio. Los cofrades introdujeron al Cristo Yacente en la Urna, momento en el que un espontáneo interpretó una saeta, para retomar el cortejo compuesto por ocho pasos y casi trescientos cincuenta braceros. El paso de San Pedro estrenó la primera fase de sus nuevas andas durante el recorrido, que reunió a alumnos de la escuela de policía de Ávila, militares, manolas con mantillas, maragatas con el traje de luto, y una amplia representación de la Cofradía del Santo Cristo del Desenclavo de León, con la que la astorgana está hermanada.
    • 2008 Ponos, J. "Toledo Semana Santa" ABC.es. Madrid: abc.es Esp (CORPES)
      Y a veces, la imagen se detiene para dar un espacio a la saeta que canta la angustia de la Virgen con el corazón apuñalado, y se apasiona con el dolor del Crucificado que expira perdonando. Pasado el instante de la voz que tiembla en su desgarro, vuelve a marchar la cofradía por angostos vericuetos, hasta terminar un recorrido apasionante que deja su huella imborrable en el visitante que por primera vez accede al misterio doloroso de la Semana Santa.
    • 2014 RAE DLE (NTLLE)
      saeta. f. Palo flamenco consistente en una jaculatoria o copla que una persona dedica a las imágenes de las procesiones.
    • 2019 Lpz Gtz, L. Anatomía Semana Santa Esp (BD)
      A finales del siglo XIX, asimismo, tendrá lugar el surgimiento de una composición musical que se tornará característica, a partir de aquí, de las Semanas Santas de Andalucía: la saeta flamenca. Dicha composición se diferencia de la que le dio origen, la saeta primitiva, que probablemente se remonta a los siglos XVI y XVII a partir de unas canciones piadosas que se entonaban en la Semana de Pasión a iniciativa de los misioneros franciscanos, aunque algunas de ellas pueden ser fragmentos de romances e incluso de dramas litúrgicos. Muchas veces tenían un carácter narrativo y explicaban los episodios evangélicos en los que se inspiraban los pasos o las sencillas dramatizaciones populares.
    • 2021 Salido Freyre, J. Saeta. Su origen flamenco p. 10 Esp (BD)
      Durante muchos años la Real Academia de la Lengua Española definió la saeta como copla breve y sentenciosa que para excitar a la devoción o a la penitencia que se canta en las iglesias o en las calles durante ciertas solemnidades religiosas. En esta definición, no se relaciona a la saeta con el flamenco pese a ser cantada, en modo flamenco, desde principios del siglo XX en diferentes ciudades y pueblos de Andalucía, principalmente, bajo los estilos de seguiriya, martinete y carcelera.
    1. s. f. Con los modificadores antigua y clásica, para referirse a la saeta que se canta con un profundo sentimiento religioso y una entonación grave y pausada exenta de adornos vocálicos.
      docs. (1904-2021) 10 ejemplos:
      • 1904 Mendigutia, T. "Semana Santa Marchena" [01-04-1904] p. 310 Hojas Selectas (Barcelona) Esp (HD)
        Y esto en todas las procesiones; y si va en ellas alguna imagen de Cristo crucificado, cantan en otro tono, porque cada cofradía, y aun cada paso, tiene el suyo; y si es viejo el que canta, recuerda alguna saeta antigua, y con voz temblorosa, que tiene lánguidos desmayos y tristes dejos, salmodia lentamente, con cantar interminable: Todo el calvario mostraba tristeza, congoja y duelo, y dolor, viendo que en la Crú expiraba aquel que profetizaba Simeón.
      • 2021 Linares Lucena, F. A. "Saeta primitiva" [01-01-2021] vol. 5, p. 111 Locvber: Revista Científica de Patrimonio (Jaén) Esp (HD)
        Saetas antiguas, populares, llanas, viejas o de Pasión, preflamencas, aún derivadas de las primitivas o misioneras —siglos XVI y XVIII— y que nacieron cuando el pueblo las hizo suyas en los siglos XVII, XVIII y XIX, al comenzar a ser interpretadas estas por cantadores cofrades no pertenecientes al clero, confiriéndoles un aroma propio, autóctono y local en los diferentes municipios andaluces o españoles, caracterizadas por un estilo musical llano, sencillo, monótono, exento de ayeos, sin adornos vocálicos (giros melódicos musicalmente hablando), con una entonación grave y pausada.
      • 1904 Mendigutia, T. "Semana Santa Marchena" [01-04-1904] p. 310 Hojas Selectas (Barcelona) Esp (HD)
        Y esto en todas las procesiones; y si va en ellas alguna imagen de Cristo crucificado, cantan en otro tono, porque cada cofradía, y aun cada paso, tiene el suyo; y si es viejo el que canta, recuerda alguna saeta antigua, y con voz temblorosa, que tiene lánguidos desmayos y tristes dejos, salmodia lentamente, con cantar interminable: Todo el calvario mostraba tristeza, congoja y duelo, y dolor, viendo que en la Crú expiraba aquel que profetizaba Simeón.
      • 1915 Santa Cruz Santa Cruz, J. "Llorando soledad" [30-03-1915] Bética (Sevilla) Esp (HD)
        Victoria, la cigarrera más bonita de la Fábrica, cantó esta saeta antigua, muy popular y aun escogida para el Santo Entierro, destinada por lo general a la Virgen: “Detrás del sepulcro va la estrella más reluciente, sus ojos parecen fuentes, llorando su soledá”. Un ¡olé! unánime y una explosión de palmas acogieron el final, cayendo el nazareno de la canastilla a los pies de la cigarrera llorando como un niño.
      • 1923 Anónimo "Colosos cante jondo" (Anuncio) [26-03-1923] La Voz (Madrid) Esp (HD)
        Jamás se ha conseguido un resultado técnico tan perfecto como el de esta impresión, hecha exclusivamente para perpetuar el recuerdo del célebre primer “Concurso del cante jondo”, de Granada, y dar a conocer las escalofriantes “Saetas” de Centeno […] Manuel Centeno […] Saeta antigua. Tarantas de Linares.
      • 1930 Anónimo "Gacetillas" [26-04-1930] La Voz (Madrid) Esp (HD)
        Hoy en Pavon Carmelita Moreno y Centeno cantarán sus saetas modernas y clásicas.
      • 1969 Anónimo Endechas judeo-españolas p. 13 Esp (BD)
        Saeta. La designación, entre los judíos, como para los cantos peninsulares, ha de ser reciente. Los tratadistas de música nos han hablado de la saeta antigua ‘canto popular apoyado en la dominante, con escasísimos adornos y un sentimiento profundamente religioso’. Hay saetas de pie quebrado o retornéas y saetas del pecado mortal. El carácter lamentoso es fundamental en esta música y de él deriva el sentido secundario ‘canto de muerte’ que se recoge en Larache. Tal vez este cambio semántico se encuentre fomentado por el valor cristiano de las saetas andaluzas ‘endechas por la muerte de Cristo’, en las procesiones de Semana Santa.
      • 2005 Lafuente, R. Gitanos p. 127 Esp (BD)
        La saeta fue originariamente canto litúrgico colectivo. Antiguamente el desfile de las procesiones de Semana Santa era acompañado por el canto coral de los propios fieles, que entonaban salmos. De aquellos salmos debió desprenderse la saeta antigua, la cual recuerda todavía al pueblo andaluz en el área no flamenca, especialmente en la provincia de Granada. La antigua saeta tenía un profundo sabor litúrgico y no estaba contaminada por el jondo. La actual saeta, en sus modalidades predominantes (martinete, seguiriya y soleá) se forjó en las escuelas de cante de Jerez y Sevilla.
      • 2007 Roldán Fdz, J. M. Flamenco [2018] p. 64 Esp (BD)
        Musicalmente la saeta es una melodía melismática de ritmo libre plagada de “ayes” y vocalizaciones, sin acompañamiento de guitarra. Se distinguen básicamente las siguientes clases de saeta: a. Saeta clásica o antigua, abierta y claramente andaluza, no flamenca, en forma de tonada de carácter religioso en la que en nada se advierte la presencia del FLAMENCO, al que se adelanta en varios siglos.
      • 2021 Linares Lucena, F. A. "Saeta primitiva" [01-01-2021] vol. 5, p. 111 Locvber: Revista Científica de Patrimonio (Jaén) Esp (HD)
        Saetas antiguas, populares, llanas, viejas o de Pasión, preflamencas, aún derivadas de las primitivas o misioneras —siglos XVI y XVIII— y que nacieron cuando el pueblo las hizo suyas en los siglos XVII, XVIII y XIX, al comenzar a ser interpretadas estas por cantadores cofrades no pertenecientes al clero, confiriéndoles un aroma propio, autóctono y local en los diferentes municipios andaluces o españoles, caracterizadas por un estilo musical llano, sencillo, monótono, exento de ayeos, sin adornos vocálicos (giros melódicos musicalmente hablando), con una entonación grave y pausada.
      • 1904 Mendigutia, T. "Semana Santa Marchena" [01-04-1904] p. 310 Hojas Selectas (Barcelona) Esp (HD)
        Y esto en todas las procesiones; y si va en ellas alguna imagen de Cristo crucificado, cantan en otro tono, porque cada cofradía, y aun cada paso, tiene el suyo; y si es viejo el que canta, recuerda alguna saeta antigua, y con voz temblorosa, que tiene lánguidos desmayos y tristes dejos, salmodia lentamente, con cantar interminable: Todo el calvario mostraba tristeza, congoja y duelo, y dolor, viendo que en la Crú expiraba aquel que profetizaba Simeón.
      • 1915 Santa Cruz Santa Cruz, J. "Llorando soledad" [30-03-1915] Bética (Sevilla) Esp (HD)
        Victoria, la cigarrera más bonita de la Fábrica, cantó esta saeta antigua, muy popular y aun escogida para el Santo Entierro, destinada por lo general a la Virgen: “Detrás del sepulcro va la estrella más reluciente, sus ojos parecen fuentes, llorando su soledá”. Un ¡olé! unánime y una explosión de palmas acogieron el final, cayendo el nazareno de la canastilla a los pies de la cigarrera llorando como un niño.
      • 1923 Anónimo "Colosos cante jondo" (Anuncio) [26-03-1923] La Voz (Madrid) Esp (HD)
        Jamás se ha conseguido un resultado técnico tan perfecto como el de esta impresión, hecha exclusivamente para perpetuar el recuerdo del célebre primer “Concurso del cante jondo”, de Granada, y dar a conocer las escalofriantes “Saetas” de Centeno […] Manuel Centeno […] Saeta antigua. Tarantas de Linares.
      • 1930 Anónimo "Gacetillas" [26-04-1930] La Voz (Madrid) Esp (HD)
        Hoy en Pavon Carmelita Moreno y Centeno cantarán sus saetas modernas y clásicas.
      • 1943 Subirá, J. LéxMúsica danza Esp (FG)
        Saeta antigua. And. Mús. Canto popular apoyado en la dominante con escasisimos adornos y un sentimiento profundamente religioso.
      • 1969 Anónimo Endechas judeo-españolas p. 13 Esp (BD)
        Saeta. La designación, entre los judíos, como para los cantos peninsulares, ha de ser reciente. Los tratadistas de música nos han hablado de la saeta antigua ‘canto popular apoyado en la dominante, con escasísimos adornos y un sentimiento profundamente religioso’. Hay saetas de pie quebrado o retornéas y saetas del pecado mortal. El carácter lamentoso es fundamental en esta música y de él deriva el sentido secundario ‘canto de muerte’ que se recoge en Larache. Tal vez este cambio semántico se encuentre fomentado por el valor cristiano de las saetas andaluzas ‘endechas por la muerte de Cristo’, en las procesiones de Semana Santa.
      • 2005 Lafuente, R. Gitanos p. 127 Esp (BD)
        La saeta fue originariamente canto litúrgico colectivo. Antiguamente el desfile de las procesiones de Semana Santa era acompañado por el canto coral de los propios fieles, que entonaban salmos. De aquellos salmos debió desprenderse la saeta antigua, la cual recuerda todavía al pueblo andaluz en el área no flamenca, especialmente en la provincia de Granada. La antigua saeta tenía un profundo sabor litúrgico y no estaba contaminada por el jondo. La actual saeta, en sus modalidades predominantes (martinete, seguiriya y soleá) se forjó en las escuelas de cante de Jerez y Sevilla.
      • 2005 Steingress, G. Sociología cante flamenco p. 103 (BD)
        ¿Es está “toná” una vieja saeta tradicional del siglo XVIII o de principios del siglo XIX? No lo sabemos, pero si es lógico que una manifestación artística nueva como el cante flamenco incluya necesariamente las tradiciones antiguas, la saeta tuvo que haber influido en la formación musical, “honda y emocional” de estos primeros cantes que luego se denominaron flamencos y no al revés. Dicha conclusión se confirma con las afirmaciones de Aguilar y Tejera, quien consideró la melodía de la saeta antigua (de las “quintas” y “sextas” de Marchena) como fundamento melódico, no sólo de la posterior saeta litúrgica, sino también de la creación de tipos de cantos populares que se fundieron con el romancero tradicional y coplas de origen más reciente.
      • 2007 Roldán Fdz, J. M. Flamenco [2018] p. 64 Esp (BD)
        Musicalmente la saeta es una melodía melismática de ritmo libre plagada de “ayes” y vocalizaciones, sin acompañamiento de guitarra. Se distinguen básicamente las siguientes clases de saeta: a. Saeta clásica o antigua, abierta y claramente andaluza, no flamenca, en forma de tonada de carácter religioso en la que en nada se advierte la presencia del FLAMENCO, al que se adelanta en varios siglos.
      • 2021 Linares Lucena, F. A. "Saeta primitiva" [01-01-2021] vol. 5, p. 111 Locvber: Revista Científica de Patrimonio (Jaén) Esp (HD)
        Saetas antiguas, populares, llanas, viejas o de Pasión, preflamencas, aún derivadas de las primitivas o misioneras —siglos XVI y XVIII— y que nacieron cuando el pueblo las hizo suyas en los siglos XVII, XVIII y XIX, al comenzar a ser interpretadas estas por cantadores cofrades no pertenecientes al clero, confiriéndoles un aroma propio, autóctono y local en los diferentes municipios andaluces o españoles, caracterizadas por un estilo musical llano, sencillo, monótono, exento de ayeos, sin adornos vocálicos (giros melódicos musicalmente hablando), con una entonación grave y pausada.
    2. s. f. Con el modificador moderna, para referirse a la saeta que se canta con un profundo dramatismo, quejidos y giros vocálicos.
      docs. (1930-2021) 8 ejemplos:
      • 1930 Anónimo "Gacetillas" [26-04-1930] La Voz (Madrid) Esp (HD)
        Hoy en Pavon Carmelita Moreno y Centeno cantarán sus saetas modernas y clásicas.
      • 2021 Aráez Santiago, T. "Canto popular Joaquín Turina" p. 57 Copla y flamenco(s) Esp (BD)
        Las seguiriyas gitanas fueron consideradas por Turina como el grito trágico de los gitanos, que no había encontrado sitio en la “música organizada” por la dificultad de “trasplantarlo” en las composiciones. Esto, según su escrito “El canto andaluz en el arte de la música”, había llevado a los compositores a abstenerse de trabajarlas. Designadas por los cantaores veteranos en el antiguo café del Burrero de Sevilla con el nombre de “cante jondo” eran, en su opinión, el precedente de la saeta moderna inventada por los profesionales del cante flamenco. En este sentido, el sevillano otorgó a la saeta una importancia crucial, haciendo una clara distinción entre la antigua (sin adornos, de sentimiento religioso y con abundantes melismas) y la moderna (sin acompañamiento, a la que se incorpora un texto religioso y que conserva el dramatismo mediante gritos y jipíos).
      • 1930 Anónimo "Gacetillas" [26-04-1930] La Voz (Madrid) Esp (HD)
        Hoy en Pavon Carmelita Moreno y Centeno cantarán sus saetas modernas y clásicas.
      • 1943 Almandoz, N. "Toque" [18-04-1943] ABC (Sevilla) Esp (HD)
        Curioso y pintoresco repertorio el de los toques de corneta. Desde el antonomásico y tradicional y ejemplar melódico-rítmico de tres notas hasta la saeta moderna ribeteada de peligrosas acrobacias melismáticas por las alturas —donde el artista parece emular las glorias de su colega del Concierto brandeburgués, de Bach—, pasando por la marcha de Aida, con adiciones jamás soñadas por Verdi, y que recalcan su un tanto desteñido orientalismo, su campo es amplio y variado. Dignas de admiración estas proezas de los virtuosos de la corneta y de la trompeta, a las que el público no regatea su entusiasmo y complacencia.
      • 1943 Subirá, J. LéxMúsica danza Esp (FG)
        Saeta moderna. And. Mús. Canto popular sin acompañamiento que se reduce a una "seguiriya gitana" sobre un texto religioso.
      • 1982 Álvz Caballero, Á. "Saeta Antonio Mairena" [08-04-1982] El País (Madrid) Esp (HD)
        Aunque Rossy atribuye la creación de la saeta moderna a Manuel Centeno, parece seguro que ya a finales del siglo pasado Enrique el Mellizo y sus hijas hacían este cante por seguiriyas en Cádiz. Nos cuenta Quiñones cómo en las madrugadas de los viernes santos, en los cuatro balcones de la casa que habitó la familia en la esquina de las calles del Mirador y Botica, el Mellizo viejo y sus tres hijos —Carlota, Hermosilla y Antonio— retenían el paso del nazareno interminablemente.
      • 2005 Steingress, G. Sociología cante flamenco p. 105 (BD)
        La saeta moderna surgió del desarrollo de la saeta tradicional, aunque ésta no sólo daría lugar a un nuevo tipo de saeta, sino a una nueva serie de manifestaciones musicales. La acentuación musical la “toná”, peculiaridad del siglo XVIII, estimuló la aparición de un nuevo género de música popularizada. El orientalismo de las formas musicales empleadas en la saeta tradicional, procedentes de la música litúrgica mozárabe, se continuó renovando bajo la influencia costumbrista y prerromántica en la segunda mitad del siglo XVIII, tanto en la saeta moderna como en otras manifestaciones musicales populares.
      • 2007 Roldán Fdz, J. M. Flamenco [2018] p. 64 Esp (BD)
        La aparición de la saeta moderna en el segundo decenio del siglo XX, no acabó con la Saeta antigua que sigue sonando en algunos pueblos andaluces, siendo especialmente reseñables las de Arcos de la Frontera, las “cuarteleras” de Puente Genil, las de “Consolación” de Utrera, las de Ayamonte y Moguer.
      • 2021 Aráez Santiago, T. "Canto popular Joaquín Turina" p. 57 Copla y flamenco(s) Esp (BD)
        Las seguiriyas gitanas fueron consideradas por Turina como el grito trágico de los gitanos, que no había encontrado sitio en la “música organizada” por la dificultad de “trasplantarlo” en las composiciones. Esto, según su escrito “El canto andaluz en el arte de la música”, había llevado a los compositores a abstenerse de trabajarlas. Designadas por los cantaores veteranos en el antiguo café del Burrero de Sevilla con el nombre de “cante jondo” eran, en su opinión, el precedente de la saeta moderna inventada por los profesionales del cante flamenco. En este sentido, el sevillano otorgó a la saeta una importancia crucial, haciendo una clara distinción entre la antigua (sin adornos, de sentimiento religioso y con abundantes melismas) y la moderna (sin acompañamiento, a la que se incorpora un texto religioso y que conserva el dramatismo mediante gritos y jipíos).
      • 1930 Anónimo "Gacetillas" [26-04-1930] La Voz (Madrid) Esp (HD)
        Hoy en Pavon Carmelita Moreno y Centeno cantarán sus saetas modernas y clásicas.
      • 1943 Almandoz, N. "Toque" [18-04-1943] ABC (Sevilla) Esp (HD)
        Curioso y pintoresco repertorio el de los toques de corneta. Desde el antonomásico y tradicional y ejemplar melódico-rítmico de tres notas hasta la saeta moderna ribeteada de peligrosas acrobacias melismáticas por las alturas —donde el artista parece emular las glorias de su colega del Concierto brandeburgués, de Bach—, pasando por la marcha de Aida, con adiciones jamás soñadas por Verdi, y que recalcan su un tanto desteñido orientalismo, su campo es amplio y variado. Dignas de admiración estas proezas de los virtuosos de la corneta y de la trompeta, a las que el público no regatea su entusiasmo y complacencia.
      • 1943 Subirá, J. LéxMúsica danza Esp (FG)
        Saeta moderna. And. Mús. Canto popular sin acompañamiento que se reduce a una "seguiriya gitana" sobre un texto religioso.
      • 1982 Álvz Caballero, Á. "Saeta Antonio Mairena" [08-04-1982] El País (Madrid) Esp (HD)
        Aunque Rossy atribuye la creación de la saeta moderna a Manuel Centeno, parece seguro que ya a finales del siglo pasado Enrique el Mellizo y sus hijas hacían este cante por seguiriyas en Cádiz. Nos cuenta Quiñones cómo en las madrugadas de los viernes santos, en los cuatro balcones de la casa que habitó la familia en la esquina de las calles del Mirador y Botica, el Mellizo viejo y sus tres hijos —Carlota, Hermosilla y Antonio— retenían el paso del nazareno interminablemente.
      • 2005 Steingress, G. Sociología cante flamenco p. 105 (BD)
        La saeta moderna surgió del desarrollo de la saeta tradicional, aunque ésta no sólo daría lugar a un nuevo tipo de saeta, sino a una nueva serie de manifestaciones musicales. La acentuación musical la “toná”, peculiaridad del siglo XVIII, estimuló la aparición de un nuevo género de música popularizada. El orientalismo de las formas musicales empleadas en la saeta tradicional, procedentes de la música litúrgica mozárabe, se continuó renovando bajo la influencia costumbrista y prerromántica en la segunda mitad del siglo XVIII, tanto en la saeta moderna como en otras manifestaciones musicales populares.
      • 2007 Roldán Fdz, J. M. Flamenco [2018] p. 64 Esp (BD)
        La aparición de la saeta moderna en el segundo decenio del siglo XX, no acabó con la Saeta antigua que sigue sonando en algunos pueblos andaluces, siendo especialmente reseñables las de Arcos de la Frontera, las “cuarteleras” de Puente Genil, las de “Consolación” de Utrera, las de Ayamonte y Moguer.
      • 2007 Roldán Fdz, J. M. Flamenco [2018] p. 64 Esp (BD)
        Musicalmente la saeta es una melodía melismática de ritmo libre plagada de “ayes” y vocalizaciones, sin acompañamiento de guitarra. Se distinguen básicamente las siguientes clases de saeta: [...] b. Saeta moderna, producto del aflamencamiento de la saeta antigua.
      • 2021 Aráez Santiago, T. "Canto popular Joaquín Turina" p. 57 Copla y flamenco(s) Esp (BD)
        Las seguiriyas gitanas fueron consideradas por Turina como el grito trágico de los gitanos, que no había encontrado sitio en la “música organizada” por la dificultad de “trasplantarlo” en las composiciones. Esto, según su escrito “El canto andaluz en el arte de la música”, había llevado a los compositores a abstenerse de trabajarlas. Designadas por los cantaores veteranos en el antiguo café del Burrero de Sevilla con el nombre de “cante jondo” eran, en su opinión, el precedente de la saeta moderna inventada por los profesionales del cante flamenco. En este sentido, el sevillano otorgó a la saeta una importancia crucial, haciendo una clara distinción entre la antigua (sin adornos, de sentimiento religioso y con abundantes melismas) y la moderna (sin acompañamiento, a la que se incorpora un texto religioso y que conserva el dramatismo mediante gritos y jipíos).
    3. s. f. Con el modificador retorneá y con el complemento de pie quebrado, para referirse a la saeta de seis versos.
      docs. (1943-1969) 3 ejemplos:
      • 1943 Subirá, J. LéxMúsica danza Esp (FG)
        Saeta retorneá. And. Mús. Nombre dado en Marchena a las saetas de seis versos. También se las denomina 'sextas' o 'de pie quebrado'.
      • 1943 Subirá, J. LéxMúsica danza Esp (FG)
        Saeta de pie quebrado. And. Mús. Lo mismo que "saeta retorneá" (V. estas palabras).
      • 1969 Anónimo Endechas judeo-españolas p. 13 Esp (BD)
        Saeta. La designación, entre los judíos, como para los cantos peninsulares, ha de ser reciente. Los tratadistas de música nos han hablado de la saeta antigua ‘canto popular apoyado en la dominante, con escasísimos adornos y un sentimiento profundamente religioso’. Hay saetas de pie quebrado o retornéas y saetas del pecado mortal. El carácter lamentoso es fundamental en esta música y de él deriva el sentido secundario ‘canto de muerte’ que se recoge en Larache. Tal vez este cambio semántico se encuentre fomentado por el valor cristiano de las saetas andaluzas ‘endechas por la muerte de Cristo’, en las procesiones de Semana Santa.
  12. 1⟶metáfora
    s. f. Señal en forma de saeta que indica dirección.
    docs. (1860-1906) 4 ejemplos:
    • 1860 Ortiz, P. P. Principios física experimental p. 442 (BD)
      Método del Jacobi. —El mejor modo de obtener el mayor efecto magnético en una barra por el contacto, es por el procedimiento de Jacobi, como se nota en la fig. 326. Se apoyan sus extremos contra los polos de otro iman, y luego se desliza varias veces a lo largo de ella un pedazo de hierro dulce llamado el alimentador. Lo mismo puede hacerse para la imantacion de un iman de herradura. Se ponen juntos los polos contrarios, y se pasa el alimentador por la herradura, en la dirección marcada por la saeta; y cuando ha llegado a la curva, se le levanta, y vuelve a hacerse la misma frotación.
    • 1877 Anónimo "Instrucciones observaciones meteorológicas" p. 279 Anales Ministerio Fomento República Mexicana, I Mx (BD)
      El curso de los meteoros brillantes, cuando se verifiquen en la porcion del cielo incluida en el mapa, debe marcarse con una línea cuya longitud muestre el trayecto del meteoro: su dirección se indicará con una saeta, y la hora se anotará.
    • 1883 Letamendi, J. Curso Patología, I [1883] p. 89 Esp (BD)
      Figura 1.ª —Esquema orgánico de la medicina […] Todas las saetas en esta direccion indican circulacion central ó ascendente. —S, y todas las demás parejas de saetas contrapuestas, indican el cambio respiratorio. —Todas las saetas en esta direccion indican circulacion cortical ó descendente.
    • 1906 Anónimo Trad Astronomía popular, Flammarion p. 119 (BD)
      La Luna avanza en su órbita en el sentido indicado por la saeta. Al principio comienza á mostrarse por el borde una pequeña porción de la parte iluminada, como un delgado hilillo de luz, que pronto aumenta con el creciente.
  13. 1⟶metáfora
    s. f. Expresión de crítica, reprobación o burla mordaz [contra alguien o algo].
    docs. (1877-2012) 15 ejemplos:
    • 1877 Glz Quintanilla, E. Peralvillo y Sisebuto p. 189 Escritos literarios (BD)
      —Dále bola, y qué pesada! volvimos ya otra vez, Sisebuto, á la majadería de vituperar nuestro bajamaneril oficio, como si todo fuera echar saetas contra él, y nada el gustoso estilo por donde nos llena de granjerías? Ello, siempre te he visto procurar mostrármelo estéril, melancólico, ahíto de peligros, para tí, digo, que harto gozo de muestras en parecer incapaz de sacreamentos!
    • 2012 Moch, J. "Señor puerco" La Jornada. La Jornada Semanal Mx (CORPES)
      El señor muy puerco juguetea con el aforismo de Gertrude Stein y se dice satisfecho porque sus patrones estarán satisfechos porque el patrón de todos ellos satisfecho estará. Es noche para celebrar, aunque sea una celebración anticipada. Su discurso oculta, en los dobleces de noticias prefabricadas, inferencias que dispara a blancos específicos: saetas entre renglones, dardos implícitos: en los ademanes, en el esbozo de sonrisa que desmiente su gravedad presunta, en la materia y el contenido de lo que postula e imprime en millones de cabezas de vaca que rumian, ahora mismo y en vivo, para seguirle inflando el ego, el torrente verbal que entrega a cuadro. Bendita fibra óptica. Benditos satélites.
    • 1877 Glz Quintanilla, E. Peralvillo y Sisebuto p. 189 Escritos literarios (BD)
      —Dále bola, y qué pesada! volvimos ya otra vez, Sisebuto, á la majadería de vituperar nuestro bajamaneril oficio, como si todo fuera echar saetas contra él, y nada el gustoso estilo por donde nos llena de granjerías? Ello, siempre te he visto procurar mostrármelo estéril, melancólico, ahíto de peligros, para tí, digo, que harto gozo de muestras en parecer incapaz de sacreamentos!
    • 1880-1881 Mesonero Romanos, R. Memorias setentón [1994] Esp (CDH )

      En aquella memorable ocasión, el buen clérigo Gil de la Cuesta se despachó a su gusto redoblando las elucubraciones de su macarrónico rabel, y chorreaba acrósticos y ovillejos *disparando dardos y saetas contra el infeliz magnate, víctima del furor popular; y entre los papeles que sacaba del bolsillo y que han llegado a mis manos, sólo ofreceré para muestra un desdichado soneto, que acaso no sería suyo, pues atendida su blanda condición, contrasta con el estilo grotesco y procaz del tal soneto; mas para dar una idea de la injusticia y pasión con que era tratado el mismo que días antes se veía objeto de las más humillantes adulaciones, me parece del caso transcribir este desdichado soneto [...].

    • 1904 Blest Gana, A. Transplantados [1904] I, 124 Ch (CDH )

      Ni Juan Gregorio ni sus compañeros se atrevían á refrenar esa descarga de críticas y sarcasmos.

      — Vamos, no sean malas lenguas; ya se sabe que ustedes son las reinas de la elegancia, se aventuró apenas á decir Boisrocheux, deseoso de hacer cesar la granizada de saetas que llovía sobre las hermanas y las amigas de Juan Gregorio.

    • 1920 Carbone, A. Amigo ahorcado [1920] Esp (CDH )

      Reían todos de las burlas... Escarnecían fríamente, irreverentemente, al hombre genial, indefenso en su letargo febril. Jesús Ramón se lanzó a favor del amigo, y entonces las saetas se tornaron en contra suya.

      Se reían de él, poniendo en las burlas tal cinismo y tanta injusticia, que el muchacho se alejó, porque le parecía poco abofetearlos y demasiado hacerles ver su dolor sincero, que ellos no podían comprender.

    • 1962 Carpentier, A. Siglo luces [1979] 18 Cu (CDH )
      La encomiaba por haber asumido responsabilidades maternas, velando por los varones, y arrojaba, de paso, una leve pero certera saeta a las religiosas que inducen a las jóvenes distinguidas a enclaustrarse para poner la mano sobre sus bienes —y podía tenerse conciencia de ello sin dejar de ser un magnífico cristiano.
    • a1973 Neruda, P. Confieso [1993] Ch (CDH )

      Los jóvenes —García Lorca, Alberti, así como Jorge Guillén y Pedro Salinas— eran perseguidos tenazmente por Juan Ramón, un demonio barbudo que cada día lanzaba su saeta contra éste o aquél. Contra mí escribía todas las semanas en unos acaracolados comentarios que publicaba domingo a domingo en el diario El Sol. Pero yo opté por vivir y dejarlo vivir. Nunca contesté nada.

    • 1993 Rovinski, S. Herencia sombras [1993] CR (CDH )

      Doña Beatriz le reprochó:

      — De verdad que sos un hombre triste, Fernando.

      Fernando devolvió la saeta:

      — Tengo de quién heredarlo.

      A pesar de que Doña Beatriz se reconocía en ese hijo atormentado por la pasividad, la irresolución y el conformismo, le costaba aceptarlo como un hecho [...].

    • 2002 Mtz Moreno, A. Con toga [2002] ES (CDH )
      Pero en todo caso, nuestro autor siempre ha hecho mofa de los que presumen de genios, y así, en una de sus principales obras, cual saeta crítica, dice: "La frase 'el genio es un incomprendido' ha causado perjuicios, porque desde que se conoce, muchos, para alcanzar la categoría de genios, realizan obras con el deliberado propósito de que nadie las entienda".
    • 2005 Pitol, S. Mago Viena Mx (CORPES)
      Detestaba a Vittorini, sus novelas, sus traducciones y prólogos, sus revistas, su carácter, su gusto literario, su calidad humana, y decía todo eso con voz cándida y sonrisa amistosa, como si enumerara los mejores atributos de aquel escritor; después dirigió sus saetas a la familia Mann, a la cual conoció en su juventud, a finales de los años veinte o principios de los treinta, en un balneario del Adriático, donde su familia tenía una casa al lado de la que ocupaban los Mann cada verano. Le parecían caricaturescos.
    • 2012 Moch, J. "Señor puerco" La Jornada. La Jornada Semanal Mx (CORPES)
      El señor muy puerco juguetea con el aforismo de Gertrude Stein y se dice satisfecho porque sus patrones estarán satisfechos porque el patrón de todos ellos satisfecho estará. Es noche para celebrar, aunque sea una celebración anticipada. Su discurso oculta, en los dobleces de noticias prefabricadas, inferencias que dispara a blancos específicos: saetas entre renglones, dardos implícitos: en los ademanes, en el esbozo de sonrisa que desmiente su gravedad presunta, en la materia y el contenido de lo que postula e imprime en millones de cabezas de vaca que rumian, ahora mismo y en vivo, para seguirle inflando el ego, el torrente verbal que entrega a cuadro. Bendita fibra óptica. Benditos satélites.
    • 1877 Glz Quintanilla, E. Peralvillo y Sisebuto p. 189 Escritos literarios (BD)
      —Dále bola, y qué pesada! volvimos ya otra vez, Sisebuto, á la majadería de vituperar nuestro bajamaneril oficio, como si todo fuera echar saetas contra él, y nada el gustoso estilo por donde nos llena de granjerías? Ello, siempre te he visto procurar mostrármelo estéril, melancólico, ahíto de peligros, para tí, digo, que harto gozo de muestras en parecer incapaz de sacreamentos!
    • 1880-1881 Mesonero Romanos, R. Memorias setentón [1994] Esp (CDH )

      En aquella memorable ocasión, el buen clérigo Gil de la Cuesta se despachó a su gusto redoblando las elucubraciones de su macarrónico rabel, y chorreaba acrósticos y ovillejos *disparando dardos y saetas contra el infeliz magnate, víctima del furor popular; y entre los papeles que sacaba del bolsillo y que han llegado a mis manos, sólo ofreceré para muestra un desdichado soneto, que acaso no sería suyo, pues atendida su blanda condición, contrasta con el estilo grotesco y procaz del tal soneto; mas para dar una idea de la injusticia y pasión con que era tratado el mismo que días antes se veía objeto de las más humillantes adulaciones, me parece del caso transcribir este desdichado soneto [...].

    • 1904 Blest Gana, A. Transplantados [1904] I, 124 Ch (CDH )

      Ni Juan Gregorio ni sus compañeros se atrevían á refrenar esa descarga de críticas y sarcasmos.

      — Vamos, no sean malas lenguas; ya se sabe que ustedes son las reinas de la elegancia, se aventuró apenas á decir Boisrocheux, deseoso de hacer cesar la granizada de saetas que llovía sobre las hermanas y las amigas de Juan Gregorio.

    • 1914 Cestero, T. M. Sangre [2003] RD (CDH )

      Doña Rosita en un rincón, apelotonada, las piernas en cruz, lee un grueso novelón y, entre párrafo y párrafo, coloca un chiste mordaz. Para ella casi todos los vecinos de la ciudad tienen un apodo, originado por defecto físico o por historieta chusca, que les pone con gracejo hilarante. Incansable en el trabajo, virtuosa, consciente de su destino que será igual hasta la tumba, si la dispepsia la atenacea se rebela, y es entonces cuando sus saetas se clavan en el yerno y da recias nalgadas al nieto.

    • 1920 Carbone, A. Amigo ahorcado [1920] Esp (CDH )

      Reían todos de las burlas... Escarnecían fríamente, irreverentemente, al hombre genial, indefenso en su letargo febril. Jesús Ramón se lanzó a favor del amigo, y entonces las saetas se tornaron en contra suya.

      Se reían de él, poniendo en las burlas tal cinismo y tanta injusticia, que el muchacho se alejó, porque le parecía poco abofetearlos y demasiado hacerles ver su dolor sincero, que ellos no podían comprender.

    • 1926 Andrenio (Eduardo Gómez de Barquero) De Gallardo a Unamuno [1926] Esp (CDH )

      El bando reaccionario saboreó en 1811 un librejo titulado Diccionario razonado manual para uso de ciertos escritores que por equivocación han nacido en España. Era una parodia burlesca del Diccionario; un diccionario en broma, para poner en ridículo las ideas que circulaban entre los constitucionales y hacerlos sospechosos de extranjerismo. Esta sátira, que se atribuyó a los diputados Freire Castrillón y Pérez Pastor, y de que se declaró responsable el canónigo Ayala, circuló mucho por Cádiz y tuvo pronto una segunda edición, "aumentada—decía— en más de cincuenta voces y con una receta eficacísima para matar insectos filosóficos". Los filósofos eran la preocupación del "diccionarista", como se decía entonces.

      Pensaron los liberales que no debía dejarse sin respuesta aquel ataque, y se fijaron en Gallardo como el más indicado para devolver las saetas de la sátira, por el renombre que le había dado la Apología de los palos.
    • 1962 Carpentier, A. Siglo luces [1979] 18 Cu (CDH )
      La encomiaba por haber asumido responsabilidades maternas, velando por los varones, y arrojaba, de paso, una leve pero certera saeta a las religiosas que inducen a las jóvenes distinguidas a enclaustrarse para poner la mano sobre sus bienes —y podía tenerse conciencia de ello sin dejar de ser un magnífico cristiano.
    • 1962 Carpentier, A. Siglo luces [1979] 164 Cuba (CDH )
      Los negros acudieron en masa para ver cómo con ella se decapitaba a un hombre. Entendido su mecanismo se arrojaron todos sobre la máquina enfurecidos, y la hicieron pedazos". El Abate había disparado la saeta, sabiendo dónde habría de herir. "¿Hubo que mostrar una gran severidad para restablecer el orden en la Guadalupe?", preguntó Billaud, quien debía estar más que enterado de lo ocurrido allá. "Sobre todo al principio —dijo el joven—, cuando la guillotina estaba en la Plaza de la Victoria". "Dura realidad que no perdona a hombres ni mujeres", dijo Sieger con tono ambiguo. "Aunque no recuerdo que allá se haya guillotinado nunca a una mujer", dijo Esteban, dándose cuenta, al punto, de lo inoportuno de su observación. El Abate, con harta prisa por desviar la conversación, se enmarañó en consideraciones obvias.
    • 1941-1970 Marías, J. HFilosofía [1993] Esp (CDH )
      El gobernante, el zapatero, el militar, la cortesana, el sofista, todos reciben las saetas de sus preguntas. ¿Qué es el valor, qué es la justicia, qué es la amistad, qué es la ciencia? Resulta que no lo saben tampoco; ni siquiera tienen, como Sócrates, conciencia de su ignorancia, y a la postre resulta que el oráculo tiene razón.
    • a1973 Neruda, P. Confieso [1993] Ch (CDH )

      Los jóvenes —García Lorca, Alberti, así como Jorge Guillén y Pedro Salinas— eran perseguidos tenazmente por Juan Ramón, un demonio barbudo que cada día lanzaba su saeta contra éste o aquél. Contra mí escribía todas las semanas en unos acaracolados comentarios que publicaba domingo a domingo en el diario El Sol. Pero yo opté por vivir y dejarlo vivir. Nunca contesté nada.

    • 1979 Romero Esteo, M. Vodevil rosa [1979] Esp (CDH )

      (Encárala de la jeta, y en mitad de los morros va y escúpele una saeta).¿Qué mermelada, qué cosas...?

      AMALIA(lacrimosa)Son unas cosas que colgando parecen bolsas, unos perifollos a base de flores y pimpollos como los que llevan las niñas hippis y las pestiñas repipis...

    • 1993 Rovinski, S. Herencia sombras [1993] CR (CDH )

      Doña Beatriz le reprochó:

      — De verdad que sos un hombre triste, Fernando.

      Fernando devolvió la saeta:

      — Tengo de quién heredarlo.

      A pesar de que Doña Beatriz se reconocía en ese hijo atormentado por la pasividad, la irresolución y el conformismo, le costaba aceptarlo como un hecho [...].

    • 2002 Mtz Moreno, A. Con toga [2002] ES (CDH )
      Pero en todo caso, nuestro autor siempre ha hecho mofa de los que presumen de genios, y así, en una de sus principales obras, cual saeta crítica, dice: "La frase 'el genio es un incomprendido' ha causado perjuicios, porque desde que se conoce, muchos, para alcanzar la categoría de genios, realizan obras con el deliberado propósito de que nadie las entienda".
    • 2005 Pitol, S. Mago Viena Mx (CORPES)
      Detestaba a Vittorini, sus novelas, sus traducciones y prólogos, sus revistas, su carácter, su gusto literario, su calidad humana, y decía todo eso con voz cándida y sonrisa amistosa, como si enumerara los mejores atributos de aquel escritor; después dirigió sus saetas a la familia Mann, a la cual conoció en su juventud, a finales de los años veinte o principios de los treinta, en un balneario del Adriático, donde su familia tenía una casa al lado de la que ocupaban los Mann cada verano. Le parecían caricaturescos.
    • 2012 Moch, J. "Señor puerco" La Jornada. La Jornada Semanal Mx (CORPES)
      El señor muy puerco juguetea con el aforismo de Gertrude Stein y se dice satisfecho porque sus patrones estarán satisfechos porque el patrón de todos ellos satisfecho estará. Es noche para celebrar, aunque sea una celebración anticipada. Su discurso oculta, en los dobleces de noticias prefabricadas, inferencias que dispara a blancos específicos: saetas entre renglones, dardos implícitos: en los ademanes, en el esbozo de sonrisa que desmiente su gravedad presunta, en la materia y el contenido de lo que postula e imprime en millones de cabezas de vaca que rumian, ahora mismo y en vivo, para seguirle inflando el ego, el torrente verbal que entrega a cuadro. Bendita fibra óptica. Benditos satélites.
    1. s. Frecuentemente, con el modificador envenenada.
      docs. (1881-2001) 8 ejemplos:
      • 1881 Anónimo "Progresistas" [19-02-1881] El Graduador: Periódico Político y de Intereses Materiales (Alicante) Esp (HD)
        Así como la templanza y la sobriedad son los guardianes de la salud, la prudencia, el respeto y la dignidad son los timbres que acreditan la rectitud del que escribe para el público. Esto es precisamente lo que uno y otro dia olvidan los que no tienen mas preocupaciones que lanzar saetas envenenadas al Sr. Castelar, que las sufre con paciencia y resignación, porque como ha dicho Platon, el mejor modo de vengarse de ellos, es recibir sus injurias tranquilamente y con dignidad.
      • 2001 Campos, M. A. Café literario Mx (CORPES)
        En las crónicas de principios de los cuarenta, que publicó en El Museo Popular y en el Museo Teatral y, desde luego, en el diario El Siglo XIX, Prieto da gran importancia a los cafés como centro animado de reunión. El joven cronista destaca sobre todo las numerosas y contradictorias tertulias, donde todos sabían de todo pero la especialidad de la casa era comerse al prójimo hasta atragantarse. De hecho casi no hay cronista que en los dos siglos de existencia del café en México no ponga a cafeinómanos y chismógrafos como gacetilleros orales que repiten las noticias que "fama" hace correr de personas y hechos de la urbe y los reconozcan como personajes altamente dotados para emponzoñar el ambiente del local con saetas envenenadas.
      • 1881 Anónimo "Progresistas" [19-02-1881] El Graduador: Periódico Político y de Intereses Materiales (Alicante) Esp (HD)
        Así como la templanza y la sobriedad son los guardianes de la salud, la prudencia, el respeto y la dignidad son los timbres que acreditan la rectitud del que escribe para el público. Esto es precisamente lo que uno y otro dia olvidan los que no tienen mas preocupaciones que lanzar saetas envenenadas al Sr. Castelar, que las sufre con paciencia y resignación, porque como ha dicho Platon, el mejor modo de vengarse de ellos, es recibir sus injurias tranquilamente y con dignidad.
      • 1886 Anónimo "Ecos prensa" [02-09-1886] La Correspondencia de España (Madrid) Esp (HD)
        Al entusiasmo sentido por la amalgama de fuerzas revolucionarias; a las risueñas esperanzadas forjadas por la inteligencia y el concurso de los federales pactistas con los progresistas históricos; á la saeta envenenada lanzada contra el Sr. Castelar, comienza á suceder el deseo de un previo deslinde, el alejamiento de la federación y el pacto, y la frase de lisonja más artificiosa que sentida, prodigada sin rebozo al jefe del posibilismo.
      • 1894 Anónimo "Nuestra propuesta" [31-01-1894] Diario de la Marina (La Habana) (HD)
        Nuestra protesta se inspiraba en nobles y elevados sentimientos patrióticos, que condenan toda la idea de que, al calor de discusiones políticas, de índole puramente transitoria, se disparen saetas envenenadas contra la honra nacional, contra la dignidad de los poderes públicos amparados por la Regia Prerrogativa, y contra el honor del Ejército, gloria, sostén y esperanza de la Patria.
      • 1906 Anónimo (F. T.) "Encíclica S. S. Pio X" [30-08-1906] La Regeneración: Revista Quincenal de Acción Católica (Gerona) Esp (BD)
        No se engañó el Papa al asegurar que su Encíclica sería objeto de muchas recriminaciones. La prensa sectaria ha recibido la Encíclica con visibles muestras de desagrado, lanzando todas sus saetas envenenadas contra la Santa Sede: hasta de impolítica ha sido censurada la Carta por la prensa inglesa.
      • 1908 Anónimo (Petróneo) "Sin pulso" [07-07-1908] La Opinión: Periódico Político y de Intereses Generales (Santa Cruz de Tenerife) (HD)
        No obstante, todo ello cuando tenemos que culpar, cuando miramos alrededor nuestro y no vemos ni adelantos ni favores, buscamos en el acto á quien asaetear con verdadero furor, sin volver hacia nosotros, por merecerlas, gran parte de esas saetas envenenadas. Nuestros blancos indefectiblemente son los Gobiernos.
      • 1923 Anónimo "Juan M. Valdés" [09-10-1923] Diario de la Marina (La Habana) (HD)
        Nos dicen que por esa justificada determinación el señor Valdés se revuelve airado contra nosotros desde un periódico que dirige, tratando, ¡vano intento!, de quebrantar el concepto que al público merecemos. No hemos de responderle. Puede atacarnos impunemente, aunque por elementales razones de ética debía guardar silencio en espera de mejor ocasión. Sus saetas envenenadas no nos preocupan. El arma que esgrime es tornadiza y lo hiere de rechazo al chocar contra nuestro desprecio.
      • 1932 Dicenta, F. "Sesiones secretas" [11-06-1932] La Voz (Córdoba) Esp (HD)
        ¿Consecuencias políticas que puedan derivarse de la acusación explanada por el señor Gil Robles contra el Gobierno? Tal vez ninguna y tal vez muchas. Todo dependerá de si los cargos son falsos o verídicos. El jefe de Gobierno nos ha tranquilizado con sus últimas manifestaciones y es de esperar que un Gobierno de la República no pueda en ningún momento sentirse quebrantado por las saetas envenenadas que contra él pueda lanzar un defensor de la caverna tan significado como lo es el señor Robles.
      • 2001 Campos, M. A. Café literario Mx (CORPES)
        En las crónicas de principios de los cuarenta, que publicó en El Museo Popular y en el Museo Teatral y, desde luego, en el diario El Siglo XIX, Prieto da gran importancia a los cafés como centro animado de reunión. El joven cronista destaca sobre todo las numerosas y contradictorias tertulias, donde todos sabían de todo pero la especialidad de la casa era comerse al prójimo hasta atragantarse. De hecho casi no hay cronista que en los dos siglos de existencia del café en México no ponga a cafeinómanos y chismógrafos como gacetilleros orales que repiten las noticias que "fama" hace correr de personas y hechos de la urbe y los reconozcan como personajes altamente dotados para emponzoñar el ambiente del local con saetas envenenadas.
  14. 1⟶metáfora
    s. f. Línea de luz que irradian los astros.
    Sinónimos: flecha; flechazo; saetazo
    docs. (1894-2010) 7 ejemplos:
    • 1913 Magón Mozotillo [1947] 117 Cuentos CR (CDH )
      Pasaron por su imaginación, en confuso tropel, las memorias de sus días de encantadora libertad, cuando en la movediza rama del cafeto en flor, llamaba con trino acariciador a su mozotilla, que picoteaba las semillas de la setilla al pie del rugoso tronco de poró; el rayo de sol acuchillaba los rosales, se le antojó saeta vibradora de nuestro sol tropical; el chorro de la regadora en el jardín era para él el murmullo del ojito de agua que brota allá entre las peñas, del ripio de nuestras quebradas; y sus ojos velados por las nubes de los años, tomaron el cielo de plomo de estas latitudes por aquel trozo de zafiro que es nuestro cielo.
    • 1920 Mtz Sierra, G. Granada (Guía emocional) [1920] Granada (Guía emocional) Esp (CDH )
      [...] en otros danzan entre las copas las doradas saetas de los últimos rayos del sol. En el patio de la acequia, las fuentes han dejado de correr; también este silencio es oportuno; el alma va llena como un vaso, cargada como árbol repleto de fruta madura..., no quiere hablar, no puede hablar, quisiera ser muy niña y tener cerca un pecho para apoyar la frente, y llorar tal vez sin que nadie la viese.
    • 1935 Loynaz, D. M. Jardín [1992] Cu (CDH )

      Las claridades filtradas por el techo ya no eran lluvia de fuego ni saetas de sol. Luces eran de una araña gigantesca, derramadas entre las estalactitas de los canelones sobre la alfombra de un salón de fiestas.

    • 1941 Alegría, C. Mundo [1978] Pe (CDH )

      A ratos, las errantes, lo signan con largas y rápidas estelas. Y la majestad estrellada de los cielos cae extendiéndose magníficamente sobre la negrura de la tierra, en medio de la cual se puede ver el vago perfil de la vegetación.

      Mas es necesario dormir. Arrebuja las mantas y, para eludir las saetas de luz y el ala batiente del viento, se cubre la cara con su junco. Pero la impresión de la tierra triunfa en él.

    • 1917-1945 Fdz Flórez, W. Volvoreta [1989] 225 Esp (CDH )
      Después, acodado en la galería, mirando la negrura de la noche, esperó a que enganchasen el caballejo, que había de llevarle a su caserón. Isabel asomóse también. Callados, desvaída la atención en la sombra infinita, permanecieron así largo rato [...]. Entornando los ojos, Isabel hacía llegar los destellos de algún astro de cambiante color hasta la misma tierra tenebrosa, claros y rectos como un haz de saetas milagrosas de suave luz.
    • 1913 Magón Mozotillo [1947] 117 Cuentos CR (CDH )
      Pasaron por su imaginación, en confuso tropel, las memorias de sus días de encantadora libertad, cuando en la movediza rama del cafeto en flor, llamaba con trino acariciador a su mozotilla, que picoteaba las semillas de la setilla al pie del rugoso tronco de poró; el rayo de sol acuchillaba los rosales, se le antojó saeta vibradora de nuestro sol tropical; el chorro de la regadora en el jardín era para él el murmullo del ojito de agua que brota allá entre las peñas, del ripio de nuestras quebradas; y sus ojos velados por las nubes de los años, tomaron el cielo de plomo de estas latitudes por aquel trozo de zafiro que es nuestro cielo.
    • 1920 Mtz Sierra, G. Granada (Guía emocional) [1920] Granada (Guía emocional) Esp (CDH )
      [...] en otros danzan entre las copas las doradas saetas de los últimos rayos del sol. En el patio de la acequia, las fuentes han dejado de correr; también este silencio es oportuno; el alma va llena como un vaso, cargada como árbol repleto de fruta madura..., no quiere hablar, no puede hablar, quisiera ser muy niña y tener cerca un pecho para apoyar la frente, y llorar tal vez sin que nadie la viese.
    • 1935 Loynaz, D. M. Jardín [1992] Cu (CDH )

      Las claridades filtradas por el techo ya no eran lluvia de fuego ni saetas de sol. Luces eran de una araña gigantesca, derramadas entre las estalactitas de los canelones sobre la alfombra de un salón de fiestas.

    • 1941 Alegría, C. Mundo [1978] Pe (CDH )

      A ratos, las errantes, lo signan con largas y rápidas estelas. Y la majestad estrellada de los cielos cae extendiéndose magníficamente sobre la negrura de la tierra, en medio de la cual se puede ver el vago perfil de la vegetación.

      Mas es necesario dormir. Arrebuja las mantas y, para eludir las saetas de luz y el ala batiente del viento, se cubre la cara con su junco. Pero la impresión de la tierra triunfa en él.

    • 1917-1945 Fdz Flórez, W. Volvoreta [1989] 225 Esp (CDH )
      Después, acodado en la galería, mirando la negrura de la noche, esperó a que enganchasen el caballejo, que había de llevarle a su caserón. Isabel asomóse también. Callados, desvaída la atención en la sombra infinita, permanecieron así largo rato [...]. Entornando los ojos, Isabel hacía llegar los destellos de algún astro de cambiante color hasta la misma tierra tenebrosa, claros y rectos como un haz de saetas milagrosas de suave luz.
    • 1956 Schz Ferlosio, R. Jarama [1994] Esp (CDH )

      El sol arriba se embebía en las copas de los árboles, trasluciendo el follaje multiverde. Guiñaba de ultrametálicos destellos en las rendijas de las hojas y hería diagonalmente el ámbito del soto, en saetas de polvo encendido, que tocaban el suelo y entrelucían en la sombra, como escamas de luz.

    • 1992 Alberto, E. Eternidad lunes [1994] 259 Cuba (CDH )
      Ahora bien, se dijo cuando Nefertiti subió a la esquinita de la cama, en pelotas, para iniciar la coda de la mazurca, si el castellano tuviera un símbolo que fuese la representación gráfica del arrebato del amor, con sólo aplicárselo al sustantivo Susana la intención quedaría perfectamente clara, sin necesidad de trucos. Una vez definida la novedosa hipótesis, lo demás fue el fucilazo divino de la inspiración. El trazo, claro, debería ser como un rayo de luz, una saeta quebrada, relampagueante y esplendorosa. Una palabra entre dos chispas, mejor entre dos fuegos.
    1. s. Frecuentemente, con los complementos de luz y de oro.
      docs. (1894-2010) 9 ejemplos:
      • 1894 Zeno Gandía, M. Charca [2002] PR (CDH )
        Cada astro irradiaba una saeta de luz, primero tímida, enseguida inmensa, después tímida otra vez, replegándose y apagándose la viveza de la irradiación, como si, horrorizado de las contiendas humanas, quisiera el astro cerrar los ojos.
      • 2010 Célleri, G. Bodas funerales Ec (CORPES)
        Ya está anocheciendo y todavía no salimos de aquí. Miro al cielo, pero lo único que alcanzo a ver son las lianas que cuelgan de los árboles y algunas saetas de luz que han logrado atravesar la espesura de la selva. Miro a mi lado y veo a Miguel descansando.
      • 1894 Zeno Gandía, M. Charca [2002] PR (CDH )
        Cada astro irradiaba una saeta de luz, primero tímida, enseguida inmensa, después tímida otra vez, replegándose y apagándose la viveza de la irradiación, como si, horrorizado de las contiendas humanas, quisiera el astro cerrar los ojos.
      • 1903-1905 Echeverría, A. J. Romances [1953] Concherías CR (CDH )
        Recuerdo los gratos días / de mi inocencia lejana; / aquellas tardes hermosas, / aquellas frescas mañanas, / aquella dulce alegría / que desbordando del alma / brotaba de nuestros labios / cual risueña catarata, / o asomaba a nuestros ojos / como el sol, que hiriendo el alba / atraviesa sus cendales / con saetas de oro y plata.
      • 1898-1907 Machado, A. Soledades [1988] Esp (CDH )
        Como atento no más a mi quimera / no reparaba en torno mío, un día / me sorprendió la fértil primavera / que en todo el ancho campo sonreía. / Brotaban verdes hojas / de las hinchadas yemas del ramaje, / y flores amarillas, blancas, rojas, / alegraban la mancha del paisaje. / Y era una lluvia de saetas de oro, / el sol sobre las frondas juveniles; / del amplio río en el caudal sonoro / se miraban los álamos gentiles. / Tras de tanto camino es la primera / vez que miro brotar la primavera, / dije, y después, declamatoriamente: / — ¡Cuán tarde ya para la dicha mía!— / Y luego, al caminar, como quien siente / alas de otra ilusión: — Y todavía / ¡yo alcanzaré mi juventud un día!
      • 1916 Ortega Gasset, J. El espectador, I [1983] Esp (CDH )
        ¿Quién tiene hoy mirada tan penetrante para ver al través del alcoholismo —una montaña de papeles impresos cargados de estadísticas— esta simple imagen de unos pámpanos lascivos retorciéndose y unos anchos racimos que el sol traspasa con sus saetas de oro?
      • 1917 Domenchina, J. J. Poema eterno [1995] Esp (CDH )
        Se percibe / el fuego del sol, pero / el ojo ciego va al azar... / ¡Qué triste / este vacío! / En la inmovilidad / del total, los movibles / puntos de luz destellan misteriosos: / ¡saetas de luz que el céfiro dirige!
      • 1935 Loynaz, D. M. Jardín [1992] Cu (CDH )
        Ya no brillaba el sol por las junturas de las puertas; la tarde se había ido apagando afuera, y desaparecían en la sombra las arañas prendidas de mil luces, las saetas de oro cimbreantes, la lluvia bíblica y tremenda.
      • 1936-1950 Carranza, E. Canciones fiesta [1953] Colombia (CDH )
        Dos mariposas de seda, / detenidas en su pelo. / La mañana, como un velo, / atrás flotando se queda. / El sol en su red enreda / esa presencia de vuelo. / Saetas de luz, en rueda, / cautiva la dan al cielo. / En el aire y en los sueños / deja dos nidos pequeños / sostenidos por sus venas. / Tacto del mundo, su traje. / Su voz, aéreo paisaje / vago de nubes-sirenas.
      • 2004 Merino, O. Espuelas papel [2004] Esp (CORPES)
        Chachachica le dio el último enjuague a la melena con vinagre para que reluciera como crin de potranca. Con los ojos cerrados, Juana escuchaba el zumbido de las avispas que bebían el zumo agraz de los racimos de la parra. Por entre los pámpanos penetraban saetas de luz que le teñían la piel de los párpados del color de las mandarinas. Mandarinas jugosas y perfumadas que le hicieron pensar en su padre.
      • 2010 Célleri, G. Bodas funerales Ec (CORPES)
        Ya está anocheciendo y todavía no salimos de aquí. Miro al cielo, pero lo único que alcanzo a ver son las lianas que cuelgan de los árboles y algunas saetas de luz que han logrado atravesar la espesura de la selva. Miro a mi lado y veo a Miguel descansando.
  15. 1⟶metáfora
    s. f. Mirada penetrante.
    Sinónimos: flechazo; saetada; saetazo
    docs. (1944-2008) 4 ejemplos:
    • 1944 Agustí, I. Mariona Rebull [1944] Esp (CDH )
      Las bailaoras, mujeres altas, la mayoría rubias, cosa que ella no había sospechado, dirigían todas la saeta negra de sus ojos a Joaquín como una suerte de reproche gallardo; ella, Mariona, las había observado con pasmo. Joaquín le sonreía a ella, levemente, de vez en cuando, halagado.
    • 1970 León, M. T. Memoria melancolía [1982] Esp (CDH )
      Ilya Ehremburg no hablaba nunca el primero, miraba con la saeta azul de sus ojos que perturbaba tanto y, luego, con una voz aguda cortaba lo dicho en dos o lo ampliaba o lo dejaba destruido, por el suelo.
    • 2005 Loza, C. Revés de lágrimas [2011] Ar (CORPES)
      Como una premonición, tiempo atrás yo dije: "Aquí y entre nos y confidencialmente, ¿han visto ustedes luces más diamantinas que los ojos de una dona cualquiera, sean negros, pardos, azules, grises o verdes? Hay ojos de todos los colores, pero no hay más que un solo ojo que fulmine, el negro..., así como el azul perturba y enloquece". Negros eran los ojos de mi madre, ay, Damiana, si la hubieras conocido, trato de imaginar que así ocurrió y las veo a las dos en la sala, platicando, Agustina de brocato negro, tú de muselina sutil color lavanda, sahumado el aire con los jazmines que, en platitos, búcaros, floreros o canastas, mi madre colocaba por toda la casa. Al entrar, los ojos negros me cubren del amor más sublime, y los azules me matan con saetas de pasión y promesas encantadas.
    • 2008 Vallvey, Á. Muerte poetas Esp (CORPES)
      Fabio estuvo presente en la oposición, como espectador, y cuando concluyó la primera prueba no paró hasta conseguir hablar un rato con Álex. Era un pelota redomado, el tal Fabio Arjona. Alejandro podía sentir sus ojos oscuros y brillantes clavados en los suyos, saetas de un atrevimiento casi obsceno. La insistencia y la avidez de su mirada consiguieron desconcentrarlo en más de una ocasión, en las que perdió el hilo de lo que allí se estaba diciendo. Seguramente Fabio era muy consciente del poder que Álex acumulaba en esos momentos, y del que llevaba administrando desde hacía años.
  16. s. f. Artefacto volador consistente en un armazón plano y ligero, cubierto o forrado de papel o tela, del que cuelga una cola de cintas o trozos de tela o de papel; se sujeta con un cordel largo y se lanza al aire para que la fuerza del viento lo eleve y mueva.
    docs. (2008) Ejemplo:
    • 2008 Jiménez, A. "Papalotes" La Jornada (México D. F.): jornada.unam.mx Mx (CORPES)
      Según esto, mediante los movimientos y colores de los cometas se deben mensajes para transmitir información sobre la distancia entre los destacamentos de guerreros. En China, Japón, Corea y otros países orientales es considerado uno de los juegos más antiguos y populares. Y entre los chinos incluso se convirtió en un ejercicio de meditación. El papalote se extendió por países del sudoeste asiático, por la India, la península arábiga y el norte de África. A Europa llegó antes del siglo XVI, pero en el XVII se hizo muy popular como juego y para espectáculos pirotécnicos. Isaac Newton y Benjamín Franklin mostraron que podía dársele un uso científico para investigar las tormentas eléctricas. En países de habla hispana se le conoce con los nombres de cometa, barrilete, cometón, saeta, papagayo, pandorga, volantín y papalote. En México el cometa llegó durante la Colonia y se le rebautizó como papalote, por la voz náhuatl papalotl, que quiere decir mariposa. Este nombre también se le da en Cuba y Puerto Rico.
  17. Acepción lexicográfica
  18. s. f. "El objeto que hace impresion en el ánimo, como hiriendo en él" (RAE, DRAE 5.ª ed.-1817).
    docs. (1739-1817) 7 ejemplos:
    • 1739 RAE DiccAutoridades (NTLLE)
      Saeta. s. f. Por alusión se toma por el objeto que hace impresión en el animo, como hiriendo en él.
    • 1817 RAE DRAE 5.ª ed. (NTLLE)
      Saeta. met. El objeto que hace impresion en el ánimo, como hiriendo en él.
    • 1739 RAE DiccAutoridades (NTLLE)
      Saeta. s. f. Por alusión se toma por el objeto que hace impresión en el animo, como hiriendo en él.
    • 1780 RAE DRAE 1.ª ed. (NTLLE)
      saeta. met. El objeto que hace impresion en el ánimo, como hiriendo en él.
    • 1783 RAE DRAE 2.ª ed. (NTLLE)
      saeta. met. El objeto que hace impresion en el ánimo, como hiriendo en él.
    • 1788 Terreros Pando, E. DiccCastVocesCienciasArtes (NTLLE)
      Saeta, se dice tambien poeticamente de las palabras ó atractivos del amor.
    • 1791 RAE DRAE 3.ª ed. (NTLLE)
      Saeta. met. El objeto que hace impresion en el ánimo, como hiriendo en él.
    • 1803 RAE DRAE 4.ª ed. (NTLLE)
      Saeta. met. El objeto que hace impresion en el ánimo, como hiriendo en él.
    • 1817 RAE DRAE 5.ª ed. (NTLLE)
      Saeta. met. El objeto que hace impresion en el ánimo, como hiriendo en él.
  19. Acepción lexicográfica
  20. s. f. "Adorno en forma de asta delgada con una lengueta en un extremo y unas plumas en el otro, y que se suele colocar en los cuartos boceles" (Matallana, VocArquitecturaCivil-1848).
    docs. (1848) Ejemplo:
    • 1848 Matallana, M. Voc Arquitectura civil Esp (BD)
      Saeta. = Adorno en forma de asta delgada con una lengueta en un extremo y unas plumas en el otro, y que se suele colocar en los cuartos boceles.
  21. Acepción lexicográfica
  22. s. f. Esp: Merid (And) "Cada una de las estaquillas, con un extremo aguzado, y el otro con gancho, con que se une o cose el remate superior del almiar" (Alvar Ezquerra, Tesoro Hablas Andaluzas-2000).
    docs. (1933-2000) 2 ejemplos:
    • 1933 Alcalá Venceslada, A. VocabAndaluz Esp (BD)
      Saeta. —f. Cada una de las estaquillas, con un extremo agudo aguzado, y el otro con gancho, con que se une o cose el remate superior del almiar.
    • 2000 Alvar Ezquerra, M. Tesoro hablas andaluzas Esp (BD)
      saeta f. Cada una de las estaquillas, con un extremo aguzado, y el otro con gancho, con que se une o cose el remate superior del almiar.
  23. Acepción lexicográfica
  24. s. f. Esp: Merid (And) "Espiguilla que, una vez seca, se adhiere a la ropa" (Alvar Ezquerra, Tesoro Hablas Andaluzas-2000).
    docs. (1933-2000) 2 ejemplos:
    • 1933 Alcalá Venceslada, A. VocabAndaluz Esp (BD)
      Saeta. —f. Espiguilla que, una vez seca, se adhiere a la ropa.
    • 2000 Alvar Ezquerra, M. Tesoro hablas andaluzas Esp (BD)
      saeta f. Espiguilla que, una vez seca, se adhiere a la ropa.
  25. Acepción lexicográfica
  26. s. f. "Nombre que se da en algunas máquinas al árbol principal, eje o flecha sobre el que gira la misma" (DiccEnciclop UTEHA-1953).
    docs. (1953) Ejemplo:
    • 1953 VV. AA. DiccEnciclop UTEHA [1950-1964] (FG)
      Saeta. Ingen. Nombre que se da en algunas máquinas al árbol principal, eje o flecha sobre el que gira la misma.
  27. Acepción lexicográfica
  28. s. f. "Mujer descarada y despótica" (Oliver, DiccArgot-1987).
    docs. (1987) Ejemplo:
    • 1987 Oliver, J. M. DiccArgot (2.ª ed.) Esp (FG)
      Saeta: mujer descarada y despótica.
como (una) saeta
  1. loc. adv. Con rapidez.
    docs. (1482-2015) 35 ejemplos:
    • 1467-1482 Mendoza, Í. Coplas Vita Christi [1968] Esp (CDH )
      ¡O vergüença y confusión / de nuestro christiano nombre! / Pues con tanta subjeción / en la pagana nación / fue tenido el Dios y ombre / que los dioses de su seta / en sentiéndole vezino / fuyeron como saeta, / él siendo niño de teta / y veniendo peregrino.
    • 2015 Vallejo, F. ¡Llegaron! Co (CORPES)
      Las calles vacías, las carreteras vacías, el campo de aviación vacío... Las iglesias llenas, la morgue llena. Arrancábamos y ¡zuas!, nos íbamos como una saeta. O mejor dicho como una culebra porque era una carretera curvosa. ¡Qué curverío, por Dios, íbamos de curva en curva culebreando! Los más pequeños se mareaban y se vomitaban en el Fordcito.
    • 1467-1482 Mendoza, Í. Coplas Vita Christi [1968] Esp (CDH )
      ¡O vergüença y confusión / de nuestro christiano nombre! / Pues con tanta subjeción / en la pagana nación / fue tenido el Dios y ombre / que los dioses de su seta / en sentiéndole vezino / fuyeron como saeta, / él siendo niño de teta / y veniendo peregrino.
    • 1542 Anónimo Baldo [2002] Esp (CDH )

      Yo, que mis fuerças tenía ya cobradas, tomando gran ánimo de osar alguna cosa que allí delante aquellos cavalleros me valiesse, atándome bien y quitando todo lo que me pudiesse embaraçar, comienço a correr contra la cierva con un bastón en la mano. Yo, que iva rezio tomando buelo, passé como una saeta los cavalleros y con muy grande ventaja sigo a la cierva.

    • 1599 Alemán, M. Guzmán Alfarache I [1992] Esp (CDH )
      Los amigos que con la prosperidad tuve, la mesa franca del capitán y alférez, la escuadra en que me deseaban alistar, parece que el solano entró por ello y lo abrasó, pasó como saeta, corrió como rayo en abrir y cerrar el ojo.
    • 1646 Anónimo Estebanillo González [1990] II, 211 Esp (CDH )

      Partió como una saeta, y yo quedé lastimado de su relación, aguardando el retrato de una penitente egipciaca. Mas presto me consolé, por verla entrar por la puerta pálida como un madroño, flaca como una trucha, y con más papada que un canónigo. Por estas señas conocí lo que había sentido mi ausencia.

    • 1651 Cáncer, J. Muerte Valdovinos [2000] Esp (CDH )
      SEVILLAToda estoy hecha un zumaque.FLOR DE LISPues a un tiempo nos entremos / diciendo traque barraque.BELERMA / Voyme como una saeta. MELISENDRAYo, como recién venido.Dª. ALDAYo, como mujer discreta.SEVILLAYo, a escribir a mi marido, / pues es día de estafeta.
    • 1684 Rodríguez, M. Marañón y Amazonas [1990] Ecuador (CDH )
      [...] y llegado a las montañas de Iaén, descendió por ellas, como un rayo, a su deseado puerto del Marañón y de él, como una saeta, baxó por la canal del Pongo a su corte de la ciudad de Borja y a las declicias de sus missiones de los maynas, regozijándose de su llegada toda aquella nación de hijos suyos, y aun los missioneros, que también le tenían por padre.
    • 1728 Martínez, M. Anatomía completa p. 149 Esp (BD)
      Willis pretende, que los riñones, no solo sirven de filtrar lo ya separado, sino de inspirar en la sangre un fermento ácido, que hace desprender de ella el suero como el quajo en la leche. Solo resta salvar un escrúpulo, y es, por qué vias vayan tan presto las aguas acidulas, ó vinos diuréticos á la Vexiga? pues los que las beben, dentro de media hora, las orinan crudas, y sin color alguno, el que debieran tener si hubieran pasado por la sangre, y glandulas mesentericas; y demás de eso, en el espacio de media hora era menester que fueran como una saeta, para poder andar el dilatado camino del Estomago, Intestinos, Venas Lacteas, Glandulas del Mesenterio.
    • 1861 Gmz de Avellaneda, G. Artista barquero [1990] Cuba (CDH )

      — Si... sí... —tartamudeó Huberto.— ¿Quién es? ¡Quiero verle! ¡quiero verle al instante!

      Y se lanzó como una saeta a la puerta número 3, que se abrió de par en par simultáneamente, apareciendo en su umbral un hombre como de cuarenta y ocho años y de simpático aspecto.
    • 1839-1882 Villaverde, C. Cecilia Valdés [1992] 277 Cu (CDH )
      Marché, ¿qué digo? partí como una saeta para el portal del Rosario y me entré de rondón en el baratillo de D. José, a pesar que el mozo de las vidrieras, en el portal, lo mismo que los otros dos detrás de los mostradores dentro, creyendo que iba a comprarles la tienda en peso, me tira por el brazo, aquel de la chaqueta...
    • 1883 Pardo Bazán, E. Tribuna [1995] Esp (CDH )

      El sol languidecía como ellos; la Naturaleza meditaba. Hasta la bahía se hallaba aletargada; un gallardo queche blanco se mantenía inmóvil; dos paquebotes de vapor, con la negra y roja chimenea desprovista de su penacho de humo, dormitaban, y solamente un frágil bote, una cascarita de nuez, venía como una saeta desde la fronteriza playa de San Cosme, impulsado por dos remeros, y el brillo del agua, a cada palada, le formaba movible melena de chispas.

    • 1884 Pz Galdós, B. Tormento [2002] Esp (CDH )

      — Se fue... Estábamos hablando de poner maestro de piano a la niña, cuando de repente, sin mirarme, dice: «Yo le compraré el piano a tu hija y le pagaré el maestro», y sin darme las buenas noches salió como una saeta. Yo creo que Agustín no tiene la cabeza buena.

    • 1885-1887 Pz Galdós, B. Fortunata [1993] Esp (CDH )
      A eso de las nueve, la dolorida se levantó con resolución del sofá en que se había echado, y a tientas, porque el gabinete estaba oscurísimo, buscó su mantón. «Ya verán, ya verán» murmuraba en su agitación epiléptica; y a tientas buscó también las botas y se las puso. Pañuelo a la cabeza, mantón bien recogido sobre los hombros, y a la calle. Salió con rapidez y determinación, como quien sabe a dónde va y obedece a uno de esos formidables impulsos en línea recta que conducen a toda acción terminante. Ni tiempo dio a que Dorotea pudiera detenerla, porque cuando ésta la vio, ya estaba abriendo la puerta y salía como una saeta.
    • 1902 Polo, E. "Recuerdos verano" [18-09-1902] Actualidades (Madrid) Esp (HD)
      Yo no sé lo que tardaría mi amigo en volver á su domicilio. Sé que al cruzar ante la portería salió como una saeta la guardiana que dormitaba con ella, y encarándose con el inquilino, le interrogó: —¿Dónde va usted? —¡Soy yo! ¡No sea usted bromista! Y seguía andando para ganar el primer tramo, sonriéndose de la broma de su portera.
    • c1916 Blasco Ibáñez, V. Trad Mil noches [2003] Esp (CDH )

      "Y mientras galopaba de tal suerte, vi delante de mí un avestruz que me miraba. Estaba plantado muy tranquilo frente a mi caballo, y me disponía a llegar sobre él; pero cuando iba a darle con la lanza, se volvió rápidamente, abrió sus grandes alas, y salió como una saeta a través del desierto. Le perseguí de aquella manera, y me arrastró hasta una soledad toda desolada y llena de espanto, pues allí no había más presencia que la de Alah.

    • 1933 Anónimo (M. S.) "Vicente Trueba" [16-06-1933] El Sol (Madrid) Esp (HD)
      Gran hazaña la de Trueba. Hazaña natural, aunque parezca paradoja, en un corredor que tiene pocos enemigos en los planos inclinados. Pero hazaña tardía. Un corredor bueno no puede en modo alguno dejar, sin antes luchar con denuedo, que un enemigo peligroso se lance a la carretera como una saeta. No hay adversario insignificante. Trueba, y con é varios más, pecaron de inocentes, y hoy no pueden llevar a cabo lo que fuera su deseo: ganar la vuelta y vencer a los extranjeros.
    • 1969 Anónimo "Paul Hawking " [27-05-1969] Mediterráneo: Prensa y Radio del Movimiento (Castellón de la Plana) Esp (HD)
      El suizo Muller volvió en la vuelta 31 volvió a romper su propio record a una velocidad de 105.07 millas. En ese momento Paul Hawking venía como una saeta adelantando coches de forma impresionante. Pero su esfuerzo se vio interrumpido por una nueva parada.
    • 1995 Benedetti, M. Césped Cuentos fútbol Ur (CDH )
      Ahora Sobredo hace un pase largo de cuarenta metros destinado a Robles que no alcanza el esférico, el alero Pena ejecuta el óbol en dirección a Seoane pero el joven centrocampista es duramente marcado por Ortega, el árbitro dice aquí no ha pasado nada, y entonces Ortega elude diestramente a Menéndez y a Duarte, la acción es realmente espectacular y ahora toca la pelota muy suave en dirección al goleador Ferrés, el Benja Ferrés que cada vez juega mejor y que ahora entra como una saeta, mueve la pelota con la izquierda, cambia de pierna, se viene, se viene, el aguerrido defensa Murias intenta evitar el inminente disparo, pero el Benja lo engaña con un extraordinario vaivén, esto señores es un ballet [...].
    • 2004 Dios Esquer, J. Triste deceso Doña Nelita Mx (CORPES)
      Miguel no necesito saber alemán para notar el enojo del viejo escurriéndole por el cuerpo, pasó por un costado del iracundo teutón, y dando grandes zancadas se aleja por el corredor para seguir en busca de la puerta principal, al llegar a ella corre el cerrojo, la abrió y salió como saeta. Ya frente a su casa trató de calmarse un poco antes de entrar, aun cuando de antemano sabía que su padre no había llegado y que por el momento nadie le iba a inquirir sobre el buen desempeño de su trabajo.
    • 2007 Toscana, D. Ejército iluminado Mx (CORPES)
      A marchas forzadas,hambrientos, sedientos y con sueño, llegamos a unos cien metros de El Álamo, y nos ocultamos en una casa abandonada desde la que podíamos iniciar el asalto decisivo. El plan era simple, mas no por eso sin peligro: su hijo debía subir a la terraza para dominar todo nuestro camino hacia las puertas de El Álamo; nosotros arrancaríamos como saetas hacia el portón que abrió el general Santa Anna muchos años atrás y, de aparecer algún gringo, Cerillo lo eliminaría con un tiro certero. El asunto es que estábamos dejando a un soldado atrás, si bien no por eso abandonado. Tan pronto nos hiciéramos fuertes en El Álamo, se invertirían los papeles, ahora nosotros protegeríamos desde el balcón la carrera de Cerillo hacia los suyos. La primera fase resultó perfecta, y a nuestro paso vimos caer varios enemigos, pero la balacera no fue discreta y pronto atrajo a toda la base militar norteamericana.
    • 2015 Vallejo, F. ¡Llegaron! Co (CORPES)
      Las calles vacías, las carreteras vacías, el campo de aviación vacío... Las iglesias llenas, la morgue llena. Arrancábamos y ¡zuas!, nos íbamos como una saeta. O mejor dicho como una culebra porque era una carretera curvosa. ¡Qué curverío, por Dios, íbamos de curva en curva culebreando! Los más pequeños se mareaban y se vomitaban en el Fordcito.
    • 1467-1482 Mendoza, Í. Coplas Vita Christi [1968] Esp (CDH )
      ¡O vergüença y confusión / de nuestro christiano nombre! / Pues con tanta subjeción / en la pagana nación / fue tenido el Dios y ombre / que los dioses de su seta / en sentiéndole vezino / fuyeron como saeta, / él siendo niño de teta / y veniendo peregrino.
    • 1542 Anónimo Baldo [2002] Esp (CDH )

      Yo, que mis fuerças tenía ya cobradas, tomando gran ánimo de osar alguna cosa que allí delante aquellos cavalleros me valiesse, atándome bien y quitando todo lo que me pudiesse embaraçar, comienço a correr contra la cierva con un bastón en la mano. Yo, que iva rezio tomando buelo, passé como una saeta los cavalleros y con muy grande ventaja sigo a la cierva.

    • 1535-1557 Fdz Oviedo, G. HGral Indias [1992] Esp (CDH )
      [...] y el reverso va como una saeta, e afiérrase en un costado con una tortuga, o en el vientre, o donde puede, e pégase con ella o con otro gran pescado; el cual, como se siente estar asido de aquel pequeño reverso, huye por la mar a una parte e a otra; y en tanto, el indio pescador alarga la cuerda o traílla de todo punto, que es de muchas brazas, y en fin della está atado un palo o corcho, por señal o boya que esté sobre el agua.
    • 1591 Anónimo Romances Flor I-III Romancero general Esp (CDH )
      Con dos mil ginetes moros / Reduan corre la tierra, / Todos los ganados roba, / Y amenaza las fronteras: / De los muros de Jaen / Reconoce las almenas, / Y entre Ubeda y Andújar / Pasa como una saeta.
    • 1599 Alemán, M. Guzmán Alfarache I [1992] Esp (CDH )
      Los amigos que con la prosperidad tuve, la mesa franca del capitán y alférez, la escuadra en que me deseaban alistar, parece que el solano entró por ello y lo abrasó, pasó como saeta, corrió como rayo en abrir y cerrar el ojo.
    • 1600-1612 Ledesma, A. Conceptos espirituales I [1969] 287 Esp (CDH )
      COn la Christiana quadrilla / el valiente Español entra, / armado de punta en blanco, / por diuisa su encomienda. / A los muros de Coimbra / con el exercito llega, / y entre la enemiga gente / passa como vna saeta. / Abre el Sol las del Oriente / al tiempo que cien mil puertas, / en los enemigos pechos / dexa con su lança abiertas.
    • 1617 Suárez Figueroa, C. Pasajero [1988] II, 486 Esp (CDH )
      Tuve suerte en que uno de los eclesiásticos los oyó, y pidiendo atención al compañero que tenía al lado, quedaron ambos ciertos de que se hacía ruido por allí cerca. Avisaron a los demás, y así, seis o siete de camaradas vinieron poco a poco a descubrir la parte de donde salían las voces. Alzaron, aunque medrosísimos, la losa, con que salí de improviso, escapando de entre todos como saeta.
    • 1646 Anónimo Estebanillo González [1990] II, 211 Esp (CDH )

      Partió como una saeta, y yo quedé lastimado de su relación, aguardando el retrato de una penitente egipciaca. Mas presto me consolé, por verla entrar por la puerta pálida como un madroño, flaca como una trucha, y con más papada que un canónigo. Por estas señas conocí lo que había sentido mi ausencia.

    • 1651 Cáncer, J. Muerte Valdovinos [2000] Esp (CDH )
      SEVILLAToda estoy hecha un zumaque.FLOR DE LISPues a un tiempo nos entremos / diciendo traque barraque.BELERMA / Voyme como una saeta. MELISENDRAYo, como recién venido.Dª. ALDAYo, como mujer discreta.SEVILLAYo, a escribir a mi marido, / pues es día de estafeta.
    • 1684 Rodríguez, M. Marañón y Amazonas [1990] Ecuador (CDH )
      [...] y llegado a las montañas de Iaén, descendió por ellas, como un rayo, a su deseado puerto del Marañón y de él, como una saeta, baxó por la canal del Pongo a su corte de la ciudad de Borja y a las declicias de sus missiones de los maynas, regozijándose de su llegada toda aquella nación de hijos suyos, y aun los missioneros, que también le tenían por padre.
    • 1728 Martínez, M. Anatomía completa p. 149 Esp (BD)
      Willis pretende, que los riñones, no solo sirven de filtrar lo ya separado, sino de inspirar en la sangre un fermento ácido, que hace desprender de ella el suero como el quajo en la leche. Solo resta salvar un escrúpulo, y es, por qué vias vayan tan presto las aguas acidulas, ó vinos diuréticos á la Vexiga? pues los que las beben, dentro de media hora, las orinan crudas, y sin color alguno, el que debieran tener si hubieran pasado por la sangre, y glandulas mesentericas; y demás de eso, en el espacio de media hora era menester que fueran como una saeta, para poder andar el dilatado camino del Estomago, Intestinos, Venas Lacteas, Glandulas del Mesenterio.
    • p1822 Anónimo Romances. Fraile fingido. II, 412 Romancero general Esp (CDH )
      / Encargado en el secreto / Quedó con toda obediencia, / Y á la hora de partirse / Se despidió con ternezas / De su esposa, y al instante / Vino como una saeta / El ya referido amante, / Con la seguridad cierta / De no haber ningun estorbo / Que sus gustos impidiera.
    • 1844 Foz, B. Vida P. Saputo [1986] Esp (CDH )
      Y se disparó como una saeta escalera abajo, cerró la puerta de la calle con llave y todos sus cerrojos, y volvió a subir diciendo: conmigo está (enseñando la llave); yo tengo que extender dos escrituras y un testamento, y mi hija no ha de estar sola, porque su madre en poniéndose el sol se pone también, que está un poco delicada y se mete entre las mantas.
    • 1847 Estébanez Calderón, S. Escenas andaluzas [1985] Esp (CDH )

      — Mi buen Balbeja, siempre hay demasiado tiempo y persona para desvencijar a un hombre; aquí sobre el muñón siniestro tengo un callo donde puede hacer cecina a todo su sabor.

      — Allá voy —dijo Balbeja; y lanzóse como una saeta; reparóse el otro con la capa, y ambos a dos, a fuer de gallardos pendolistas, comenzaron de nuevo a trazar eses y firmas en el aire con lazos y rúbricas, sin disputar empero pizca de pellejo.

    • a1860 Gmz Avellaneda, G. Bella Toda [1981] Novelas Cu (CDH )
      Durante algunos minutos corcoveó impaciente, cubriendo el freno de ensangrentada espuma; pero el impulso que recibió de pronto fue de tal manera hábil, vigoroso y seguro, que se le vio al cabo levantar la cabeza, dilatar la nariz, sacudir las crines, y —lanzándose como una saeta— saltar arrogante por sobre las doce fieras, que se habían agrupado en el centro de la plaza.
    • 1861 Gmz de Avellaneda, G. Artista barquero [1990] Cuba (CDH )

      — Si... sí... —tartamudeó Huberto.— ¿Quién es? ¡Quiero verle! ¡quiero verle al instante!

      Y se lanzó como una saeta a la puerta número 3, que se abrió de par en par simultáneamente, apareciendo en su umbral un hombre como de cuarenta y ocho años y de simpático aspecto.
    • 1839-1882 Villaverde, C. Cecilia Valdés [1992] 277 Cu (CDH )
      Marché, ¿qué digo? partí como una saeta para el portal del Rosario y me entré de rondón en el baratillo de D. José, a pesar que el mozo de las vidrieras, en el portal, lo mismo que los otros dos detrás de los mostradores dentro, creyendo que iba a comprarles la tienda en peso, me tira por el brazo, aquel de la chaqueta...
    • 1883 Pardo Bazán, E. Tribuna [1995] Esp (CDH )

      El sol languidecía como ellos; la Naturaleza meditaba. Hasta la bahía se hallaba aletargada; un gallardo queche blanco se mantenía inmóvil; dos paquebotes de vapor, con la negra y roja chimenea desprovista de su penacho de humo, dormitaban, y solamente un frágil bote, una cascarita de nuez, venía como una saeta desde la fronteriza playa de San Cosme, impulsado por dos remeros, y el brillo del agua, a cada palada, le formaba movible melena de chispas.

    • 1884 Pz Galdós, B. Tormento [2002] Esp (CDH )

      — Se fue... Estábamos hablando de poner maestro de piano a la niña, cuando de repente, sin mirarme, dice: «Yo le compraré el piano a tu hija y le pagaré el maestro», y sin darme las buenas noches salió como una saeta. Yo creo que Agustín no tiene la cabeza buena.

    • 1886 Acevedo Díaz, E. Brenda [2002] Uruguay (CDH )

      El pasaje tenía que ser veloz por la doble fuerza del viento y las aguas; la sumaca pasó por allí como una saeta, evitando el escollo de la punta del Buceo, y deslizose casi descubriendo la quilla, dominada a lo lejos por la claridad del faro, con rumbo a las piedras del Buen Viaje, distante tres millas, cabezas de cachalotes que sobresalen a regular altura en tiempo de bonanza, y que en la hora de esta aventura temible asomaban apenas, entre un hervidero de espumas.

    • 1885-1887 Pz Galdós, B. Fortunata [1993] Esp (CDH )
      A eso de las nueve, la dolorida se levantó con resolución del sofá en que se había echado, y a tientas, porque el gabinete estaba oscurísimo, buscó su mantón. «Ya verán, ya verán» murmuraba en su agitación epiléptica; y a tientas buscó también las botas y se las puso. Pañuelo a la cabeza, mantón bien recogido sobre los hombros, y a la calle. Salió con rapidez y determinación, como quien sabe a dónde va y obedece a uno de esos formidables impulsos en línea recta que conducen a toda acción terminante. Ni tiempo dio a que Dorotea pudiera detenerla, porque cuando ésta la vio, ya estaba abriendo la puerta y salía como una saeta.
    • 1888 Acevedo Díaz, E. Ismael [1991] Ur (CDH )
      Ismael —pues era él en realidad— le mira lívido y mudo, y pasa a su lado como una saeta tendido sobre el zaino cuyos ijares desgarran las espuelas, con la lanza en la diestra, sin sombrero y el vendaje en la frente, que sírvele a la vez de vincha para sujetar su larga melena sacudida en rizos sobre los hombros.
    • 1902 Polo, E. "Recuerdos verano" [18-09-1902] Actualidades (Madrid) Esp (HD)
      Yo no sé lo que tardaría mi amigo en volver á su domicilio. Sé que al cruzar ante la portería salió como una saeta la guardiana que dormitaba con ella, y encarándose con el inquilino, le interrogó: —¿Dónde va usted? —¡Soy yo! ¡No sea usted bromista! Y seguía andando para ganar el primer tramo, sonriéndose de la broma de su portera.
    • c1916 Blasco Ibáñez, V. Trad Mil noches [2003] Esp (CDH )

      "Y mientras galopaba de tal suerte, vi delante de mí un avestruz que me miraba. Estaba plantado muy tranquilo frente a mi caballo, y me disponía a llegar sobre él; pero cuando iba a darle con la lanza, se volvió rápidamente, abrió sus grandes alas, y salió como una saeta a través del desierto. Le perseguí de aquella manera, y me arrastró hasta una soledad toda desolada y llena de espanto, pues allí no había más presencia que la de Alah.

    • 1933 Anónimo (M. S.) "Vicente Trueba" [16-06-1933] El Sol (Madrid) Esp (HD)
      Gran hazaña la de Trueba. Hazaña natural, aunque parezca paradoja, en un corredor que tiene pocos enemigos en los planos inclinados. Pero hazaña tardía. Un corredor bueno no puede en modo alguno dejar, sin antes luchar con denuedo, que un enemigo peligroso se lance a la carretera como una saeta. No hay adversario insignificante. Trueba, y con é varios más, pecaron de inocentes, y hoy no pueden llevar a cabo lo que fuera su deseo: ganar la vuelta y vencer a los extranjeros.
    • 1950 Alonso, D. Poesía española [1993] 85 Esp (CDH )

      Y es que, además, entre esos verbos hay una verdadera diferenciación significativa, que conlleva con belleza, exactitud y continuidad la acción a nuestro cerebro: "dividir"significa 'separar por mitad'; "cortar"implica también 'separar', pero 'separar con movimiento de avance'(como una tela). El nadador (que nada la manera clásica) separa, "divide", el agua con los brazos; la "corta"con el cuerpo, que avanza como una saeta.

    • 1953 Casas, B. Antoñita [1953] 48 Esp (CDH )
      La señora Drayton me interrumpe con su voz meliflua: / — El baño está preparado, Miss Antoñita... ¿Desea el desayuno en la habitación o en el jardín? / — Gracias, señora Drayton. En vista de que está nublado lo tomaré en la biblioteca. Pero dígale a Shifer, el cocinero, que no me ponga tanto jamón. Sospecho que estoy engordando demasiado... / Por el ventanal abierto entra como una saeta una espléndida rosa roja de las llamadas María Estuardo. ¡Ah, qué fragancia tiene!
    • 1958 Arguedas, J. M. Ríos Profundos [1986] Pe (CDH )

      Yo sabía, a pesar de todo, que podía cruzar esa distancia, como una saeta, como un carbón encendido que asciende. La carta que debía escribir para la adorada del "Markask'a"llegaría a las puertas de ese mundo. "Ahora puedes escoger tus mejores palabras —me dije—. ¡Escribirlas!"No importaba que la carta fuera ajena; quizá era mejor empezar, de ese modo. "Alza el vuelo, gavilán ciego, gavilán vagabundo", exclamé.

    • 1969 Anónimo "Paul Hawking " [27-05-1969] Mediterráneo: Prensa y Radio del Movimiento (Castellón de la Plana) Esp (HD)
      El suizo Muller volvió en la vuelta 31 volvió a romper su propio record a una velocidad de 105.07 millas. En ese momento Paul Hawking venía como una saeta adelantando coches de forma impresionante. Pero su esfuerzo se vio interrumpido por una nueva parada.
    • 1992 Cuauhtémoc Schz, C. Grito [1994] México (CDH )

      Al día siguiente llegué muy temprano a la escuela. Antes que el señor Yolza y que Gabriela. Espié durante unos minutos al aseador y cuando éste salió de la oficina trapeando con la vista fija en el embaldosado, me escabullí para depositar sobre el escritorio de la dirección el portafolios de piel. No dejé ni una nota ni quise esperar al propietario. Entré a clases como saeta, frotándome las manos sudorosas en el pantalón.

    • 1995 Benedetti, M. Césped Cuentos fútbol Ur (CDH )
      Ahora Sobredo hace un pase largo de cuarenta metros destinado a Robles que no alcanza el esférico, el alero Pena ejecuta el óbol en dirección a Seoane pero el joven centrocampista es duramente marcado por Ortega, el árbitro dice aquí no ha pasado nada, y entonces Ortega elude diestramente a Menéndez y a Duarte, la acción es realmente espectacular y ahora toca la pelota muy suave en dirección al goleador Ferrés, el Benja Ferrés que cada vez juega mejor y que ahora entra como una saeta, mueve la pelota con la izquierda, cambia de pierna, se viene, se viene, el aguerrido defensa Murias intenta evitar el inminente disparo, pero el Benja lo engaña con un extraordinario vaivén, esto señores es un ballet [...].
    • 2003 Puga, M. L. Nueve madrugadas Mx (CORPES)
      La ecología comenzaba a ponerse de moda. O habría hecho un invernadero, cómo no se me ocurrió a mí. O si no, con ese optimismo infundado que tienen, habría puesto un desayunador, sí, y en cuanto apareciera un rayito de sol, zas, como saeta para afuera a tomar algo refrescante. Yo no hice nada, pero sí salía todos los días cuando oía el timbre. Es que abajo estaba el patio de recreo de un kinder y eso, Hernández, si te toca ver en la vida, no te lo vayas a perder.
    • 2004 Dios Esquer, J. Triste deceso Doña Nelita Mx (CORPES)
      Miguel no necesito saber alemán para notar el enojo del viejo escurriéndole por el cuerpo, pasó por un costado del iracundo teutón, y dando grandes zancadas se aleja por el corredor para seguir en busca de la puerta principal, al llegar a ella corre el cerrojo, la abrió y salió como saeta. Ya frente a su casa trató de calmarse un poco antes de entrar, aun cuando de antemano sabía que su padre no había llegado y que por el momento nadie le iba a inquirir sobre el buen desempeño de su trabajo.
    • 2007 Toscana, D. Ejército iluminado Mx (CORPES)
      A marchas forzadas,hambrientos, sedientos y con sueño, llegamos a unos cien metros de El Álamo, y nos ocultamos en una casa abandonada desde la que podíamos iniciar el asalto decisivo. El plan era simple, mas no por eso sin peligro: su hijo debía subir a la terraza para dominar todo nuestro camino hacia las puertas de El Álamo; nosotros arrancaríamos como saetas hacia el portón que abrió el general Santa Anna muchos años atrás y, de aparecer algún gringo, Cerillo lo eliminaría con un tiro certero. El asunto es que estábamos dejando a un soldado atrás, si bien no por eso abandonado. Tan pronto nos hiciéramos fuertes en El Álamo, se invertirían los papeles, ahora nosotros protegeríamos desde el balcón la carrera de Cerillo hacia los suyos. La primera fase resultó perfecta, y a nuestro paso vimos caer varios enemigos, pero la balacera no fue discreta y pronto atrajo a toda la base militar norteamericana.
    • 2015 Vallejo, F. ¡Llegaron! Co (CORPES)
      Las calles vacías, las carreteras vacías, el campo de aviación vacío... Las iglesias llenas, la morgue llena. Arrancábamos y ¡zuas!, nos íbamos como una saeta. O mejor dicho como una culebra porque era una carretera curvosa. ¡Qué curverío, por Dios, íbamos de curva en curva culebreando! Los más pequeños se mareaban y se vomitaban en el Fordcito.
echar (o disparar) saetas
    Acepción lexicográfica
  1. loc. verb. "Mostrar con palabras, gestos o acciones que está picado o resentido" (RAE, DLE 23.ª ed.-2014).
    docs. (1803-2014) 9 ejemplos:
    • 1803 RAE DRAE 4.ª ed. (NTLLE)
      Echar saetas. f. met. y fam. Mostrar alguno con palabras, gestos, ó acciones que está picado ó sentido de alguna cosa.
    • 2014 RAE DLE (NTLLE)
      echar saetas alguien. loc. verb. coloq. Mostrar con palabras, gestos o acciones que está picado o resentido.
    • 1803 RAE DRAE 4.ª ed. (NTLLE)
      Echar saetas. f. met. y fam. Mostrar alguno con palabras, gestos, ó acciones que está picado ó sentido de alguna cosa.
    • 1817 RAE DRAE 5.ª ed. (NTLLE)
      Echar saetas. f. met. y fam. Mostrar alguno con palabras, gestos ó acciones que está picado y sentido de alguna cosa.
    • 1822 RAE DRAE 6.ª ed. (NTLLE)
      Echar saetas. f. met. y fam. Mostrar alguno con palabras, gestos, ó acciones que está picado y sentido de alguna cosa.
    • 1853 Domínguez, R. J. DiccNacional (NTLLE)
      Echar saetas: echar chispas, bramar de coraje, proferir espresiones que revélan enfado ó mal humor.
    • 1895 Zerolo, E. DiccEnciclLengCastellana (NTLLE)
      Echar saetas uno. fr. fig. y fam. Mostrar con palabras, gestos ó acciones que está picado ó resentido.
    • 1914 RAE DRAE 14.ª ed. (NTLLE)
      Echar saetas uno. fr. fig. y fam. Mostrar con palabras, gestos o acciones que está picado o resentido.
    • 1931 Pagés, A. GDiccLengCastellana (NTLLE)
      Echar ó disparar saetas uno: fr. fig. y fam. Mostrar con palabras, gestos ó acciones que está picado ó resentido.
    • 2001 RAE DRAE 22.ª ed. (NTLLE)
      echar saetas alguien. loc. verb. coloq. Mostrar con palabras, gestos o acciones que está picado o resentido.
    • 2014 RAE DLE (NTLLE)
      echar saetas alguien. loc. verb. coloq. Mostrar con palabras, gestos o acciones que está picado o resentido.

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