13.ª Entrega (diciembre de 2022)
Versión del 31/12/2022
Equipo Real Academia Española
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saetazo s. (1554-)
saetazo
Etim. Derivado de saeta y -azo.

Se documenta por primera vez, con la acepción 'disparo de saeta', en 1554, en la obra Los veynte libros de Flauio Iosepho de las Antiguedades Iudaycas, y su vida por el mismo escripta: con otro libro suyo del imperio de la Razon, en el qual trata del martyrio de los Machabeos. En los repertorios lexicográficos, se consigna por primera vez en 1647, en la obra de Oudin titulada Nomenclatvre francois et espagnol. Posteriormente, se registra en el Diccionario de autoridades (1739). Con la acepción 'herida producida por el disparo de una saeta', se atestigua por primera vez en 1590, en El perfecto capitán de D. Álava de Viamont. Con este significado, que adquiere a través de la metonimia, figura por vez primera en una obra lexicográfica en 1706, en el diccionario bilingüe A new Spanish and English Dictionary de Stevens. Unos años más tarde, en 1739, el Diccionario de autoridades da cuenta de este valor semántico por primera vez en un repertorio monolingüe. Con estos significados, el sustantivo saetazo se localiza, desde la segunda mitad del siglo XVI hasta la actualidad, en crónicas y en narraciones de ambientación histórica. A partir de la centuria decimonónica, manifiesta, junto a estos valores semánticos, otros significados que desarrolla tras experimentar un proceso metafórico y con los que establece una relación de sinonimia con la voz saeta. Con la acepción 'expresión de crítica, reprobación o burla mordaz [contra alguien o algo]', se documenta por primera vez en 1805, en un artículo periodístico titulado el "Señor Diarista" y publicado en el Diario de Madrid. Desde entonces, aparece en obras literarias y en distintos textos de prensa sobre política. Con el significado 'línea de luz que irradian los astros', se atestigua por primera vez en 1838, en un fragmento periodístico titulado "Un otro simulacro" y publicado en Fr. Gerundio: Periódico Satírico de Política y Costumbres (Madrid), en el que aparece modificado por el complemento del sol. Posteriormente, como revelan los testimonios recopilados, se localiza en otros artículos periodísticos y composiciones literarias en los que suele ir acompañado por otros modificadores y  complementos solarde oro , de luz y de Febo . Con la acepción 'mirada penetrante', se documenta por primera vez en 1878, en La familia de León Roch de B. Pérez Galdós. En las obras lexicográficas, se registra por vez primera con este valor semántico en 1931, en el Gran diccionario de la lengua castellana, autorizado con ejemplos de buenos escritores antiguos y modernos de Pagés. Con el significado 'pinchazo con instrumento afilado', se atestigua por vez primera en 1916, en la novela Aquellos polvos de J. Belda. En las obras lexicográficas, se consigna en 1933, en el Vocabulario andaluz de Alcalá Venceslada. Como muestran los testimonios acopiados, se documenta con este valor de manera anecdótica en el siglo XX.

En el segundo tomo del Atlas lingüístico y etnográfico de las Islas Canarias (1976), dirigido por Alvar, se registra con la acepción 'golpe dado al cerdo antes de degollarlo'.

  1. >saeta+–azo
    s. m. Disparo de saeta.
    Sinónimos: flechazo; saetada
    docs. (1554-2015) 46 ejemplos:
    • 1554 Anónimo Flauio Josepho Antigüedades Judaicas p. 181 Esp (BD)
      Pienso yo, que su hado lo inclinaua a esta presumpcion por hallar ocasión contra el: porque mientras ordenaua su exercito, yendo en vn carro de vn esquadron a otro, fue herido por vn Egipcio de vn saetazo, de tal fuerte que perdio la gana de pelear: porque como le hirieron, no pudiendo sufrir el dolor, mandó retirar el exercito y tornose a Hiersusalem, donde murió de aquella herida.
    • 2015 Sanz Herranz, M. Cuadernos Marcos - Esp (BD)
      Gil era muy bueno leyendo, yo era muy buen escuchándole leer. Las historias de santos mártires que me leía en voz alta me ponían la piel de gallina. Recuerdo dos que me causaban especial sobrecogimiento: el martirio de San Lorenzo, asado en la parrilla, y el de San Sebastián, acribillado a saetazos.
    • 1554 Anónimo Flauio Josepho Antigüedades Judaicas p. 181 Esp (BD)
      Pienso yo, que su hado lo inclinaua a esta presumpcion por hallar ocasión contra el: porque mientras ordenaua su exercito, yendo en vn carro de vn esquadron a otro, fue herido por vn Egipcio de vn saetazo, de tal fuerte que perdio la gana de pelear: porque como le hirieron, no pudiendo sufrir el dolor, mandó retirar el exercito y tornose a Hiersusalem, donde murió de aquella herida.
    • 1590 Álava Viamont, D. Perfecto capitán [2000] Esp (CDH )

      El quarto acto es herir y ofender a los enemigos, el qual tiene más dificultad que el acometerlos, pues en éste, aunque los aprieta el temor de recebir heridas y golpes, no tiene tanta fuerça como el que después que los veen lastimados [...].

      El quinto es sufrir males y daños no desmayando por ellos ni por los inconvinientes que se ofrecieren para romper y tratar de abatir el poder del enemigo, como lo hizo Alexandro en la guerra de los ambros y esticabros, donde peleó sólo con ellos con gran esfuerço y valentía y con averle dado un saetazo debaxo de la tetilla, no desmayó, sino que como yva creciendo la fuerça en salir la sangre, yva creciendo su ánimo para buscar a quien le avía herido y matarle como, en efeto, lo mató.
    • 1606-1611 Méndez Nieto, J. Discursos medicinales [1989] Esp (CDH )
      Estando esta sesta y última vez con la flota en el Nonbre de Dios y no aviendo llevado mula o quartago en qué andar, como las otras vezes solía, suçedió que al medio y mejor tienpo se me ynflamó la rodilla yzquierda, que, como ya dixe, tengo lysiada y pasada de un saetazo que en Santa Marta me dieron los enemigos françeses, como al prinçipio deste libro terçero tengo más largamente relatado.
    • 1607-1645 Duque Estrada, D. Comentarios desengañado [1982] 264 Esp (CDH )
      Éstos me despojaron al punto, sin haber menester criados para desnudarme, y sabiendo que era español, me pusieron dos mozuelos nefandos junto a mí, los cuales porfiaban a besarme, diciendo que si no dormía con ellos, aquella pérfida gente me querían matar a saetazos. Vino el gobernador y, viéndome desnudo, mandó me volviesen los vestidos y me tomó la confesión, en la cual le dije quién era y lo que me había sucedido y la estrecha amistad que tenía con su tío.
    • 1654-1658 Barrionuevo, J. Avisos I, II, III y IV [1892-1893] II, 369 Esp (CDH )
      En la otra galera mataron otros tantos, y á D. Fernando Carrillo de un saetazo le cosieron la quijada con la nariz y sacaron el ojo izquierdo. Ya que se vió fuera del enemigo, aunque con el mar al cielo, hizo meter en una arca el cuerpo del Marqués, y poniéndole en el pecho su nombre en un papel, habiéndola calafateado, lo echó al mar para que si aportaba á alguna parte, siendo conocido, fuese sepultado.
    • 1704 Anguiano, M. Vida Francisco Pamplona p. 298 Esp (BD)
      Prosiguió su navegación, y queriendo passar á explorar los animos de los Bugutas, le dexaron los que le acompañavan; y desde la entrada del Rio, que va á esta Nacion, se bolvieron. Echaronle en tierra, y fue Rio arriba; pero brevemente cayó en manos de vnos Indios Gorgonas, á quienes predicó: y ellos le quitaron alli la vida a saetazos, y lanzadas; y no contentos con averle dado muerte tan cruel, le ferraron el casco de la cabeza, é hizieron taza dél para beber.
    • 1721 Berganza, F. Antiguedades España, II p. 77 Esp (BD)
      Finalmente, despues de varios reencuentros, viendose Munio Alfonso cercado de todas partes, subió a la peña, que llamaban del Ciervo, en donde á saetazos perdió la vida en primero de Agosto. Cogió Farax el cadaver, y mandó que le cortassen la cabeza, y el brazo, y pierna derechos, para presentarlos á las mujeres de Azuel, y Abenceta.
    • 1728 Martínez, M. Anatomía completa p. 428 Esp (BD)
      No puedo menos de referir el caso de un Cavallero, llamado Erasmo de Reitzenstein, el qual haviendo sido herido en la cabeza de un saetazo, tuvo la Flecha en el Cerebro por espacio de 14 años, sin sobrevenirle daño, ó molestia alguna; y finalmente, la arrojó por las fauces en una supuracion. Esta observacion la trae Theophilo Bonet; y se dice, que para memoria del sucesso, se conserva aun colgada la tal Flecha en una la de las Bibliothecas Electorales de Alemania.
    • 1730 Álvz Fuente, J. Sucession pontificia, VI p. 24 Esp (BD)
      Desde aqui desbarataban los Exercitos Imperiales, que los querian sujetar, quedando siempre victoriosos. Su Capitan, llamado Juan Ciska, era tuerto, y aunque en uno de estos combates perdió de un saetazo el otro ojo, y quedó ciego; sin ojos governaba con tanto acierto su Gente, y sus discursos Militares le salian de suerte, que no le hazia falta la vista para salir siempre triunfante, y victorioso.
    • 1766 Sagarra Baldrich, J. Historia España transfretana p. 138 Esp (BD)
      Prevenianse todos los Principes Christianos de España, y aprestaban con diligencia un grande, Exercito para ir contra los Moros, y entendiendo esto Julef, apretaba fuertemente á los Cercados para obligarles á rendirse antes que llegase el socorro; peró andando muy diligente dando ordenes á su Campo, le dieron un Saetazo de que murió quedando en duda, quien fuese autor de su muerte, diciendo unos que fue un Moro su vasallo, y otros un Portuguès: lo cierto es, que consternado el Exercito de los Infieles con la muerte de Julef, lebantó luego el Cerco, y se bolvió la mayor parte á Berbería.
    • 1813 Pascual Pujalte, A. Elógio fúnebre valencianos p. 43 Esp (BD)
      Vedlo emprender la conquista de esta populosa ciudad sin auxîlios pecuniarios y contra la opinion de los ricos hombres: muy cerca de Rusafa asentó los reales, y aunque enfermo de los ojos acudía á todas partes, comiendo muchos dias qual si fuera un peon. Aquí en este sitio memorable recibió un saetazo en el rostro sin alterarse: allí en los llanos de Quarte corriéron lanzas dos caballeros moros con otros tantos ricos hombres.
    • 1829 Cambiaso Verdes, N. M. Memorias isla Cadiz, I p. 70 Esp (BD)
      Refiriéndose á este poema el P. Concepcion, hace subir el número de muertos de los gaditanos á 80 entre el acto del combate y sus resultas, y no es estraño porque casi todos los heridos murieron, entre los cuales fue uno Diego de Horozco, regidor á quien dieron un saetazo en la frente, y al poco rato murió.
    • 1845 Boix, V. Historia Valencia I p. 126 Esp (BD)
      El nombre del rey, cuya voz resonaba entre las tinieblas, y la alarma, que habia empezado á producir un choque en que se vertía ya mucha sangre, obligó a los moros á retirarse á la plaza, dejando en el campo algunos muertos. Esta victoria no fue para el rey de tanta satisfaccion como hubiera deseado; porque salió herido de un saetazo en una pierna el denodado Entenza, cuyo valor fuera sorprendente en el combate.
    • 1849 Navarro Villoslada, F. Doña Urraca [2003] Esp (CDH )

      Desde la Puerta del Camino comenzaron a sentirse denuestos medio vergonzosos, de los más atrevidos, cuya impunidad alentó a los más cautos o medrosos; los murmullos se convirtieron luego en gritería, en silbos, en injurias atroces, que salían con estrépito de todas partes. De las ofensas de palabra a las de hecho no hay más que un sólo paso, y es muy resbaladizo; a los silbos sucedieron las pedradas, y luego los saetazos, los embates y acometimientos formidables, aun para más serenos y formidables pechos.

    • 1864 Delmas, J. E. Guia señorio Vizcaya p. 191 Esp (BD)
      Cuentan las crónicas que Sancho murió en la batalla de Arrigorriaga dada á fines del siglo IX á consecuencia de un saetazo que recibió en la frente en lo más recio de aquella pelea. Uno de los cráneos que existen en el sepulcro de S. Pedro de Tavira, tiene una fuerte incision sobre la cavidad del ojo izquierdo.
    • 1903 Bonilla San Martín, A. Luis Vives p. 98 Esp (BD)
      En distintas ocasiones mostró bien á las claras Micer Ponce su arrojo y bravura, pero en ninguna tanto como en la expedición que contra Encubierto organizó el Virrey á 15 de Marzo de 1522. En aquel combate, que tuvo lugar en los campos de Játiva, fueron heridos: Don Serafín de Centelles, Conde de Oliva, de una pedrada, y D. Juan de Borja, Duque de Gandía, de un saetazo en la mejilla.
    • 1912 Hurtado, P. Castillos provincia Cáceres p. 86 Esp (BD)
      Tornó a desoir D. Gonzalo los regios requerimientos y persuadido de su perdición, se defendió heroicamente, alcanzando en una ocasión dos pedradas arrojadas por los suyos al mismo Rey, y matando de un saetazo al Comendador de Herrera, Fr. Fernando Villa que lo acompañaba.
    • 1923 Cossío Gmz Acebo, M. Casona montañesa p. 4 Esp (BD)
      Aparece agonizando en otro escudo el águila de los Villas, atravesada el pecho por un saetazo y rodeando el emblema heráldico la divisa Un buen morir honra toda la vida; dos grandes figurones tenantes sostienen este escudo; más adelante vemos el resumen y compendio del código del caballero cristiano que da la vida por la onra y la onra por el alma.
    • 1975 Fdz Velasco Sforza, J. Condestable Íñigo Fernández de Velasco p. 40 Esp (BD)
      Buenas nuevas tuvo Don Iñigo por tales fechas. El día cinco de diciembre, aprovechando la marcha de las tropas comuneras a Villalpando, los realistas salieron de Medina de Rioseco, y dirigiéndose a Tordesillas, al mando del Conde Haro, requirieron a los de aquella villa a que se rindieran a la autoridad real, pero éstos la emprendieron á saetazos con el rey de Armas, que en debida forma les hablaba.
    • 1994 Salvador Lara, J. HContemp Ecuador [1994] Ecuador (CDH )
      Rumiñahui acabó por caer dominado por los cinco españoles, fue preso y atado. Al ver el arribo de la partida con el gran caudillo detenido hubo gran alegría entre los españoles. Benalcázar permitió que Ampudia le diera tormento, sin que brotase de los labios del defensor de Quito ni una palabra ni una queja. Al fin terminaron por matarle a saetazos, versión aborigen del martirio de San Sebastián.
    • 2001 Iriarte, A. Espárragos Co (CORPES)
      Sin más acompañantes, madre e hijo penetraron en el salón principal, situado en el segundo piso de la mansión. Las cortinas seguían replegadas y el sol aún estaba esplendoroso. El niño notó los muros densamente poblados de retratos. La única fisonomía que reconoció fue la de su padre, don Metafrasto Esparragoza y Manso de Jarama. Allí se detuvo un instante, pero su madre, diciéndole que ya regresarían, lo guió hacia un enorme óleo que ocupaba un espacio propio a cierta distancia de los demás y que se destacaba por su vetustez dentro de un marco dorado y churrigueresco hasta la exacerbación. Era el retrato del sumo genitor, del padre de la especie, su ascendiente directo, que aparecía en el lienzo con un morrión espléndido, ricamente labrado, sobre la cabeza, una gola muy blanca alrededor del cuello y un ojo de menos por un saetazo recibido en sangriento combate con los natagaimas insurrectos.
    • 2013 Esparza, J. J. ¡Santiago y cierra, España! - Esp (BD)
      En Bilbao, en 1446, Martín de Vasozábal pelea con Tristán de Leguizamón y le mata de un saetazo en el pecho; al año siguiente, en venganza, este Martín es muerto y despedazado.
    • 2015 Sanz Herranz, M. Cuadernos Marcos - Esp (BD)
      Gil era muy bueno leyendo, yo era muy buen escuchándole leer. Las historias de santos mártires que me leía en voz alta me ponían la piel de gallina. Recuerdo dos que me causaban especial sobrecogimiento: el martirio de San Lorenzo, asado en la parrilla, y el de San Sebastián, acribillado a saetazos.
    • 1554 Anónimo Flauio Josepho Antigüedades Judaicas p. 181 Esp (BD)
      Pienso yo, que su hado lo inclinaua a esta presumpcion por hallar ocasión contra el: porque mientras ordenaua su exercito, yendo en vn carro de vn esquadron a otro, fue herido por vn Egipcio de vn saetazo, de tal fuerte que perdio la gana de pelear: porque como le hirieron, no pudiendo sufrir el dolor, mandó retirar el exercito y tornose a Hiersusalem, donde murió de aquella herida.
    • 1590 Álava Viamont, D. Perfecto capitán [2000] Esp (CDH )

      El quarto acto es herir y ofender a los enemigos, el qual tiene más dificultad que el acometerlos, pues en éste, aunque los aprieta el temor de recebir heridas y golpes, no tiene tanta fuerça como el que después que los veen lastimados [...].

      El quinto es sufrir males y daños no desmayando por ellos ni por los inconvinientes que se ofrecieren para romper y tratar de abatir el poder del enemigo, como lo hizo Alexandro en la guerra de los ambros y esticabros, donde peleó sólo con ellos con gran esfuerço y valentía y con averle dado un saetazo debaxo de la tetilla, no desmayó, sino que como yva creciendo la fuerça en salir la sangre, yva creciendo su ánimo para buscar a quien le avía herido y matarle como, en efeto, lo mató.
    • c1603-c1607 Juan Bautista Concepción (Juan García López) Pláticas Religiosos [2002] Esp (CDH )

      Solos aquellos de quien dijo Lucano: In ferrum mens prona viris animaeque capaces mortis.Hombres a todos trances aparejados a hambre, a deshonra, etc., hombres capaces de muerte, que digiera, si fuera necesario, una bala y pelota de arcabuz. Un corazón tan ancho que en él quepa un bote de una lanza; un ánimo tan ancho que en él quepa un saetazo, etc. Un religioso que digiera una deshonra y mill pesadumbres. Un corazón que sufra mill mortificaciones de la obediencia, etc.

    • 1606-1611 Méndez Nieto, J. Discursos medicinales [1989] Esp (CDH )
      Estando esta sesta y última vez con la flota en el Nonbre de Dios y no aviendo llevado mula o quartago en qué andar, como las otras vezes solía, suçedió que al medio y mejor tienpo se me ynflamó la rodilla yzquierda, que, como ya dixe, tengo lysiada y pasada de un saetazo que en Santa Marta me dieron los enemigos françeses, como al prinçipio deste libro terçero tengo más largamente relatado.
    • c1625 Fdz Córdoba, F. HCasa Córdoba [1954-1972] Esp (CDH )
      Así mismo en una de aquellas entradas que llamaron «la de Armilla», por haber penetrado los nuestros hasta un lugar de este nombre, que es media legua de Granada, ofreció a Dios, al Rey y a la patria (las primicias de su sangre, herido de un saetazo que le sirvió de estímulo para que ayudado de Martín Alfonso su cuñado y de sus gentes, desbaratase una gran cantidad de moros, matase muchos de ellos y sacase y cautivase 500 entre hombres y mujeres
    • 1612-a1625 Márquez, J. Gobernador cristiano [2004] Esp (CDH )
      [...] y como no le sucedió assí, mandó bolver las riendas, y Jehú echó mano del arco, y tirole un saetazo, y acertole: y cuenta con gran puntualidad la Escritura que le entró la saeta por las espaldas, y le salio por el coraçón: Percussit Ioram inter scapulas, et egressa est sagitta per cor eius, como si importara mucho que huviera salido por la garganta, o por otra parte del pecho pero porque pretendió afrentar al Rey de la presteza con que bolvió el rostro al peligro los suyos, fue necessario contar su muerte de aquella manera, como dando a entender, que si esperara (como devía) el trabajo del pueblo rostro a rostro, por el coraçón entrara la saeta, y por las espaldas avía de salir [...].
    • 1612-a1625 Márquez, J. Gobernador cristiano [2004] Esp (CDH )
      [...] el Rey Josías no se creyendo de estas palabras, que eran ciertas, y verdaderas, y procedían de la boca de Dios, le movió la guerra, en que murió herido de un saetazo. En que se echa de ver la poca razón que tuvo para hazerla: porque el Rey de Egipto no iba a inquietar su Reyno, ni otro con quien tuviesse amistad, antes iba a conquistar por orden de Dios una ciudad de gente idólatra: y por entrambas consideraciones (como lo declaró después el sucesso) tenía el Rey de Egipto de su parte al Dios de Israel, en cuyo servicio avía tomado las armas, y consiguientemente cessavan todos los títulos que el Rey Josías pudiera pretender para molestarle.
    • 1612-a1625 Márquez, J. Gobernador cristiano [2004] Esp (CDH )
      Y si preguntamos al Abulense, cómo murió Josías en esta guerra, y cómo él pondera, al primer saetazo? o cómo Severo Sulpicio encarece, aun antes de venir a las manos, y de entrar en la refriega? Responde, que por los pecados de Manassé su abuelo, que los castigó Dios no sólo en la muerte del nieto, sino también en las calamidades, que después della vinieron sobre Jerusalén, que fueron muchas.
    • 1607-1645 Duque Estrada, D. Comentarios desengañado [1982] 264 Esp (CDH )
      Éstos me despojaron al punto, sin haber menester criados para desnudarme, y sabiendo que era español, me pusieron dos mozuelos nefandos junto a mí, los cuales porfiaban a besarme, diciendo que si no dormía con ellos, aquella pérfida gente me querían matar a saetazos. Vino el gobernador y, viéndome desnudo, mandó me volviesen los vestidos y me tomó la confesión, en la cual le dije quién era y lo que me había sucedido y la estrecha amistad que tenía con su tío.
    • 1647 Oudin, A. Nomenclatvre franc esp Esp (NTLLE)
      saetazo. vn coup de fleche, vn saetazo o flechazo.
    • 1654-1658 Barrionuevo, J. Avisos I, II, III y IV [1892-1893] II, 369 Esp (CDH )
      En la otra galera mataron otros tantos, y á D. Fernando Carrillo de un saetazo le cosieron la quijada con la nariz y sacaron el ojo izquierdo. Ya que se vió fuera del enemigo, aunque con el mar al cielo, hizo meter en una arca el cuerpo del Marqués, y poniéndole en el pecho su nombre en un papel, habiéndola calafateado, lo echó al mar para que si aportaba á alguna parte, siendo conocido, fuese sepultado.
    • 1690 Tutor Malo, P. Compendio historial Nvmancias p. 198 Esp (BD)
      Deste linage fueron Hernan Martin de San Clemente, y su hijo, los quales governavan la Ciudad de Soria, con el titulo de Fieles, y murieron en defensa de la verdad, y su patria, como se refiere en los Annales de Aragon; por que los mandó degollar vna noche Iuan de Luna, Alcayde del Castillo de Soria, por causa de que estos Cavalleros le impedian sus tiranias, y sabiendolo el Rey, que estava sobre el Castillo de Gormaz, vino contra el Alcayde, y le cerco en el Castillo de Soria, y la mataron de vn saetazo.
    • 1704 Anguiano, M. Vida Francisco Pamplona p. 298 Esp (BD)
      Prosiguió su navegación, y queriendo passar á explorar los animos de los Bugutas, le dexaron los que le acompañavan; y desde la entrada del Rio, que va á esta Nacion, se bolvieron. Echaronle en tierra, y fue Rio arriba; pero brevemente cayó en manos de vnos Indios Gorgonas, á quienes predicó: y ellos le quitaron alli la vida a saetazos, y lanzadas; y no contentos con averle dado muerte tan cruel, le ferraron el casco de la cabeza, é hizieron taza dél para beber.
    • 1706 Stevens, J. New Spanish English dictionary Esp (NTLLE)
      Saetazo, [...] the Shot of an Arrow.
    • 1721 Berganza, F. Antiguedades España, II p. 77 Esp (BD)
      Finalmente, despues de varios reencuentros, viendose Munio Alfonso cercado de todas partes, subió a la peña, que llamaban del Ciervo, en donde á saetazos perdió la vida en primero de Agosto. Cogió Farax el cadaver, y mandó que le cortassen la cabeza, y el brazo, y pierna derechos, para presentarlos á las mujeres de Azuel, y Abenceta.
    • 1728 Martínez, M. Anatomía completa p. 428 Esp (BD)
      No puedo menos de referir el caso de un Cavallero, llamado Erasmo de Reitzenstein, el qual haviendo sido herido en la cabeza de un saetazo, tuvo la Flecha en el Cerebro por espacio de 14 años, sin sobrevenirle daño, ó molestia alguna; y finalmente, la arrojó por las fauces en una supuracion. Esta observacion la trae Theophilo Bonet; y se dice, que para memoria del sucesso, se conserva aun colgada la tal Flecha en una la de las Bibliothecas Electorales de Alemania.
    • 1730 Álvz Fuente, J. Sucession pontificia, VI p. 24 Esp (BD)
      Desde aqui desbarataban los Exercitos Imperiales, que los querian sujetar, quedando siempre victoriosos. Su Capitan, llamado Juan Ciska, era tuerto, y aunque en uno de estos combates perdió de un saetazo el otro ojo, y quedó ciego; sin ojos governaba con tanto acierto su Gente, y sus discursos Militares le salian de suerte, que no le hazia falta la vista para salir siempre triunfante, y victorioso.
    • 1739 RAE DiccAutoridades (NTLLE)
      Saetazo. s. m. La accion de tirar, o herir con la saéta.
    • 1766 Sagarra Baldrich, J. Historia España transfretana p. 138 Esp (BD)
      Prevenianse todos los Principes Christianos de España, y aprestaban con diligencia un grande, Exercito para ir contra los Moros, y entendiendo esto Julef, apretaba fuertemente á los Cercados para obligarles á rendirse antes que llegase el socorro; peró andando muy diligente dando ordenes á su Campo, le dieron un Saetazo de que murió quedando en duda, quien fuese autor de su muerte, diciendo unos que fue un Moro su vasallo, y otros un Portuguès: lo cierto es, que consternado el Exercito de los Infieles con la muerte de Julef, lebantó luego el Cerco, y se bolvió la mayor parte á Berbería.
    • 1782 Gtz Hacera, P. R. Chronologia soberanos Europa p. 137 Esp (BD)
      El Rey Don Alfonso de Leon entró con su Exercito en tierras de Moros, hasta llegar á la Ciudad de Viseo, cuyas puertas cerraron aquellos; y registrando el Rey los muros á caballo, pero desarmado por el sumo calor, uno de adentro le disparó un saetazo de ballesta, y conducido á su tienda, luego murió.
    • 1808 San José, P. Glorias militares, II p. 75 Esp (BD)
      En el mismo año 1094, Pedro I, Rey de Aragon, hizo una hazaña tan singular, que ocupa un lugar muy distinguido en los fastos de la historia. Su padre emprendió el sitio de Huesca contra el Rey Moro de aquella Ciudad, pero tuvo la desgracia de morir de un saetazo, que recibió en el mismo sitio.
    • 1813 Pascual Pujalte, A. Elógio fúnebre valencianos p. 43 Esp (BD)
      Vedlo emprender la conquista de esta populosa ciudad sin auxîlios pecuniarios y contra la opinion de los ricos hombres: muy cerca de Rusafa asentó los reales, y aunque enfermo de los ojos acudía á todas partes, comiendo muchos dias qual si fuera un peon. Aquí en este sitio memorable recibió un saetazo en el rostro sin alterarse: allí en los llanos de Quarte corriéron lanzas dos caballeros moros con otros tantos ricos hombres.
    • 1829 Cambiaso Verdes, N. M. Memorias isla Cadiz, I p. 70 Esp (BD)
      Refiriéndose á este poema el P. Concepcion, hace subir el número de muertos de los gaditanos á 80 entre el acto del combate y sus resultas, y no es estraño porque casi todos los heridos murieron, entre los cuales fue uno Diego de Horozco, regidor á quien dieron un saetazo en la frente, y al poco rato murió.
    • 1845 Boix, V. Historia Valencia I p. 126 Esp (BD)
      El nombre del rey, cuya voz resonaba entre las tinieblas, y la alarma, que habia empezado á producir un choque en que se vertía ya mucha sangre, obligó a los moros á retirarse á la plaza, dejando en el campo algunos muertos. Esta victoria no fue para el rey de tanta satisfaccion como hubiera deseado; porque salió herido de un saetazo en una pierna el denodado Entenza, cuyo valor fuera sorprendente en el combate.
    • 1846 Navarro Villoslada, F. Blanca de Navarra [2003] Esp (CDH )

      — ¿Pues no he de llorar, señora, si al levantarle la visera, cuando cayó del caballo abajo, vi ni más ni menos que...

      — ¡Oh! ¿qué vistes?

      — ¿Pues no lo sabéis? Su rostro, el rostro de mi amo, del buen Jimeno, del hombre por quien me hubiera dejado acribillar a saetazos, y freír vivo, y... ¡Dios os lo pague, señora! ¡Dios os pague todo el bien que me habéis hecho obligándome a favorecer sin saberlo a don Jimeno! ¡Pobre amo mío!

    • 1847 Estébanez Calderón, S. Escenas andaluzas [1985] 330 Esp (CDH )
      Los pies en posición, la vista fija en la del contrario, llevando el escudo o rodela pañil de este lado al otro, saltando como una pulga para reparar el golpe que venga y dar el quite conveniente, pasando y repasando como una lanzadera de aquí para allá, de allá para estotro lado, apuntando arriba y dando el saetazo abajo, amagando a la cara y metiendo hierro en el bandullo, y siempre la capa flotando como bandera en el aire, recogiéndose y dilatándose como serpiente negriparda; porque la capa, en tales fregados, debe tener tanta sapientiastucia, cuanta tuvo la serpiente en el paraíso.
    • 1849 Navarro Villoslada, F. Doña Urraca [2003] Esp (CDH )

      Desde la Puerta del Camino comenzaron a sentirse denuestos medio vergonzosos, de los más atrevidos, cuya impunidad alentó a los más cautos o medrosos; los murmullos se convirtieron luego en gritería, en silbos, en injurias atroces, que salían con estrépito de todas partes. De las ofensas de palabra a las de hecho no hay más que un sólo paso, y es muy resbaladizo; a los silbos sucedieron las pedradas, y luego los saetazos, los embates y acometimientos formidables, aun para más serenos y formidables pechos.

    • 1849 Navarro Villoslada, F. Doña Urraca [2003] Esp (CDH )
      Don Gutierre, molestado por los saetazos que de todo el lienzo y de los flancos le dirigían, sólo paraba mientes en aquel peñasco que tenía sobre la cabeza, y que de un momento a otro podía caer y aplastársela; subía impávido, sin embargo, hasta que, dando un brinco, se trasladó a otra escala que sus escuderos acababan de arrimar, y trepó con la mayor agilidad al adarve, abriéndose paso con el hacha y colocándose frente a frente del Terrible, el cual un instante después arrojó la piedra con tal rabia y violencia, que dando en mitad del puente rompió la tablazón, ya resentida, que en pedazos quedó flotando entre cadáveres y despojos.
    • 1864 Delmas, J. E. Guia señorio Vizcaya p. 191 Esp (BD)
      Cuentan las crónicas que Sancho murió en la batalla de Arrigorriaga dada á fines del siglo IX á consecuencia de un saetazo que recibió en la frente en lo más recio de aquella pelea. Uno de los cráneos que existen en el sepulcro de S. Pedro de Tavira, tiene una fuerte incision sobre la cavidad del ojo izquierdo.
    • 1873-1876 Caro, M. A. Trad Eneida Virgilio [1873-1876] Colombia (CDH )

      LXXXVII.

      "De un lado y otro el edificio ascienden. / Por pilares y escalas; con los brazos, / El paves al izquierdo, se defienden / De pedradas sin cuento y saetazos; / Suelto el derecho, en el remate prenden / Del edificio altísimo. En pedazos / En tanto los troyanos campeones / Las techumbres derruecan y bastiones.
    • 1877 Navarro Villoslada, Francisco Amaya, ó los vascos en el siglo VIII La Ciencia Cristiana, octubre de 1877 Esp (CDH )

      — Por nuestro patron San Miguel Arcángel, que si á tales nuevas llamas malas, nos van á enloquecer de júbilo las buenas ¿No has dicho que el rey piensareducir esos montes á ceniza? Peor fuera que impensadamente se nos hubiera echado encima. Que lo piense bien, Pacomio; que si el Rey lo piensa y lo rumia, antójaseme que no tendremos el honor, y sobre todo el gusto de recibirlo á saetazos. Nosotros los vascos, nos holgamos en hacer justicia á todo el mundo, y no creemos que el bueno de Rodrigo, premeditadamente lleva á cabo tan insigne tontería.

    • 1884 RAE DRAE 12.ª ed. (NTLLE)
      Saetazo. m. Acción de tirar ó herir con la saeta.
    • 1886 Madrazo, P. España monumentos, III p. 129 Esp (BD)
      El año 1090 nos suministra un contingente de noticias curiosas: sigue reinando en Navarra el preclaro Sancho Ramírez, tan sabio y prudente legislador como esforzado guerrero, en cuyas medidas de gobierno el santo abad de Hirache tuvo quizá no pequeña parte por lo que toca al buen consejo, y cuya vida, puesta por inescrutable designio de la Providencia á merced de un moro que cuatro años más tarde ha de dispararle un saetazo desde una almena mientras él estreche el cerco de Huesca, llorará prematuramente extinguida todo su reino.
    • 1885-1887 Pz Galdós, B. Fortunata [1993] Esp (CDH )
      En medio de estos dulcísimos ensueños de su alma arrebatada, sentía Maximiliano unos saetazos que le hacían volver sobresaltado a la realidad. Era como la feroz picada de un mosquito cuando estamos empezando a dormirnos dulcemente... Por mucho que se estirase el dinero sacado de la hucha, al fin se tenía que concluir, porque todo es finito en este mundo, y el metálico precisamente es una de las cosas más finitas que se pueden imaginar... ¡María Santísima! cuando el temido momento llegase... cuando la última peseta del último duro fuera cambiada...
    • 1889 Rabal, N. España monumentos. Soria p. 45 Esp (BD)
      Mas, informados de que el rey D. Sancho se hallaba en un castillo inmediato, se dirigieron a él, creyendo que podrían hacerle prisionero. El golpe se dio en vago, porque el rey de Castilla estaba camino de Francia: en el castillo no había más que un caballero llamado Marti-Pérez Portocarrero, a quien dieron muerte de un saetazo en un ojo: los de D. Sancho acudieron entretanto á Almazán y guarnecieron la plaza antes que D. Alfonso se apoderara de ella.
    • 1903 Bonilla San Martín, A. Luis Vives p. 98 Esp (BD)
      En distintas ocasiones mostró bien á las claras Micer Ponce su arrojo y bravura, pero en ninguna tanto como en la expedición que contra Encubierto organizó el Virrey á 15 de Marzo de 1522. En aquel combate, que tuvo lugar en los campos de Játiva, fueron heridos: Don Serafín de Centelles, Conde de Oliva, de una pedrada, y D. Juan de Borja, Duque de Gandía, de un saetazo en la mejilla.
    • 1912 Hurtado, P. Castillos provincia Cáceres p. 86 Esp (BD)
      Tornó a desoir D. Gonzalo los regios requerimientos y persuadido de su perdición, se defendió heroicamente, alcanzando en una ocasión dos pedradas arrojadas por los suyos al mismo Rey, y matando de un saetazo al Comendador de Herrera, Fr. Fernando Villa que lo acompañaba.
    • 1920 Quesada, E. Rafael Obligado [1920] 21 Argentina (CDH )
      Su estro poético logró hacer vibrar la cuerda inmortal de la inspiración recibida, dando verdaderos saetazos en el corazón del pueblo, y sus poesías repercutieron hondamente en el alma nacional, regalando los oídos con lenguaje culto y esparciéndose veloces por todos los ámbitos del territorio, en las capas populares de nuestras campañas como en los círculos selectos de nuestros intelectuales.
    • 1923 Cossío Gmz Acebo, M. Casona montañesa p. 4 Esp (BD)
      Aparece agonizando en otro escudo el águila de los Villas, atravesada el pecho por un saetazo y rodeando el emblema heráldico la divisa Un buen morir honra toda la vida; dos grandes figurones tenantes sostienen este escudo; más adelante vemos el resumen y compendio del código del caballero cristiano que da la vida por la onra y la onra por el alma.
    • 1975 Fdz Velasco Sforza, J. Condestable Íñigo Fernández de Velasco p. 40 Esp (BD)
      Buenas nuevas tuvo Don Iñigo por tales fechas. El día cinco de diciembre, aprovechando la marcha de las tropas comuneras a Villalpando, los realistas salieron de Medina de Rioseco, y dirigiéndose a Tordesillas, al mando del Conde Haro, requirieron a los de aquella villa a que se rindieran a la autoridad real, pero éstos la emprendieron á saetazos con el rey de Armas, que en debida forma les hablaba.
    • 1994 Salvador Lara, J. HContemp Ecuador [1994] Ecuador (CDH )
      Rumiñahui acabó por caer dominado por los cinco españoles, fue preso y atado. Al ver el arribo de la partida con el gran caudillo detenido hubo gran alegría entre los españoles. Benalcázar permitió que Ampudia le diera tormento, sin que brotase de los labios del defensor de Quito ni una palabra ni una queja. Al fin terminaron por matarle a saetazos, versión aborigen del martirio de San Sebastián.
    • 2001 Iriarte, A. Espárragos Co (CORPES)
      Sin más acompañantes, madre e hijo penetraron en el salón principal, situado en el segundo piso de la mansión. Las cortinas seguían replegadas y el sol aún estaba esplendoroso. El niño notó los muros densamente poblados de retratos. La única fisonomía que reconoció fue la de su padre, don Metafrasto Esparragoza y Manso de Jarama. Allí se detuvo un instante, pero su madre, diciéndole que ya regresarían, lo guió hacia un enorme óleo que ocupaba un espacio propio a cierta distancia de los demás y que se destacaba por su vetustez dentro de un marco dorado y churrigueresco hasta la exacerbación. Era el retrato del sumo genitor, del padre de la especie, su ascendiente directo, que aparecía en el lienzo con un morrión espléndido, ricamente labrado, sobre la cabeza, una gola muy blanca alrededor del cuello y un ojo de menos por un saetazo recibido en sangriento combate con los natagaimas insurrectos.
    • 2001 RAE DRAE 22.ª ed. (NTLLE)
      saetazo. m. Acción de herir o tirar con la saeta.
    • 2013 Esparza, J. J. ¡Santiago y cierra, España! - Esp (BD)
      En Bilbao, en 1446, Martín de Vasozábal pelea con Tristán de Leguizamón y le mata de un saetazo en el pecho; al año siguiente, en venganza, este Martín es muerto y despedazado.
    • 2014 RAE DLE (NTLLE)
      saetazo. m. Acción de tirar o herir con la saeta.
    • 2015 Sanz Herranz, M. Cuadernos Marcos - Esp (BD)
      Gil era muy bueno leyendo, yo era muy buen escuchándole leer. Las historias de santos mártires que me leía en voz alta me ponían la piel de gallina. Recuerdo dos que me causaban especial sobrecogimiento: el martirio de San Lorenzo, asado en la parrilla, y el de San Sebastián, acribillado a saetazos.
  2. 1⟶metonimia
    s. m. Herida producida por el disparo de una saeta.
    Sinónimos: flechazo; saetada
    docs. (1590-2016) 27 ejemplos:
    • 1590 Álava Viamont, D. Perfecto capitán [2000] fol. 23v Esp (CDH )

      Y así, aunque Alexandro sujetó en pocos años tanta parte del mundo, salió siempre de los rencuentros muy mal parado, recibiendo muchas heridas y golpes que le pusieron muy a lo último de su vida; pues de una refriega que tuvo junto al río Granico, salió cortado el yelmo de una cuchillada hasta los cabellos; y en la que tuvo en Gaza, con un saetazo en el ombro; y en la batalla de Meragandis, atravessada una pierna de otro, del qual perdió un huesso de la espinilla [...].

    • 2016 Burgos, J. S. "Miguel Botella" Jot Down Cultural Magazine (Sevilla): jotdown.es Esp (CORPES)
      Una cosa está clara: o uno de los tres o ninguno. Probablemente no sea ninguno porque en el siglo XIX, cuando se creó todo el movimiento catalanista y la Renaixença, había un catalán que fue embajador en Egipto, y yo creo que este catalán, reconocido egiptólogo, construyó el mito a partir de unos restos que había, porque en una revuelta catalana se destruyeron las tumbas de los reyes de la Corona Aragón, y los tiraron por el suelo. Y estuvieron siete años tirados por ahí. Y un cura, el cura de L'Espluga, los recogió en un saco y se los llevó a Tarragona. A partir de ahí tuvieron que reestructurar todo. Rehicieron las tumbas y rehicieron la momia del Príncipe de Viana a partir de trozos momificados. Y resulta que tiene ocho vértebras lumbares. Y marcas del serrucho de cuando lo arreglaron. Es muy curioso. Y los reyes de la Corona de Aragón tampoco están in situ. Se va allí, se ven las tumbas, pero allí no están, porque como tiraron todo aquello no saben quién es quién. El rey más importante de la Corona de Aragón fue Jaime I el Conquistador, y en los años cincuenta, en la época de Franco, dijeron de rehacer las tumbas y meterlos de nuevo. Y como Jaime I era el rey más grande, pues cogieron los huesos más grandes y los colocaron. Él murió, al parecer, de un saetazo en la cabeza, así que encontraron un cráneo con una marca y lo colocaron. Pero es que luego se encontraron otro cráneo con un flechazo y también lo pusieron allí.
    • 1590 Álava Viamont, D. Perfecto capitán [2000] fol. 23v Esp (CDH )

      Y así, aunque Alexandro sujetó en pocos años tanta parte del mundo, salió siempre de los rencuentros muy mal parado, recibiendo muchas heridas y golpes que le pusieron muy a lo último de su vida; pues de una refriega que tuvo junto al río Granico, salió cortado el yelmo de una cuchillada hasta los cabellos; y en la que tuvo en Gaza, con un saetazo en el ombro; y en la batalla de Meragandis, atravessada una pierna de otro, del qual perdió un huesso de la espinilla [...].

    • 1611 Escolano, G. Historia Reyno Valencia p. 962 Esp (BD)
      El primero se llamó Pedro de Montagud, que fue camarero del Rey Don Alonso, y de su consejo; y hauiendole seruido en todas las guerras de Napoles, murio de vn saetazo, peleando en el sitio que el Rey puso a Pomblin, ciudad de Toscana, en el año mil quatrocientos quarenta y ocho.
    • 1612-a1625 Márquez, J. Gobernador cristiano [2004] Esp (CDH )

      Sobre su sepulcro pusieron una estatua del Sol, lib. 2. pág. 193.

      No fue llorado en muerte, y por qué, lib. 2. pág. 194.

      Jorán Rey de Israel muerto de un saetazo por Jehu, pág. 32.

      Por qué haze caso la Escritura de que le salió la saeta por el coraçón, ibídem.

      Josías pecó venialmente en hazer guerra a Necao Rey de Egypto, lib. 2. pág. 190.

      Judas Machabeo bien hechor de las almas de los difuntos, lib. 2. pág. 197.

    • 1648 Fdz Castro, N. Portvgal convencida p. 586 Esp (BD)
      Vltra que jamas fue viudo, no aviendo conozido otro matrimonio, que el de Doña Elvira, hija de Melendo Gonzalez su tutor, que viuia al tiempo de su desgraciada muerte, que fue de vn saetazo, estando sobre Viseo.
    • 1662 Gandara, F. Trivnfos heroicos Galicia p. 171 Esp (BD)
      Venia por Alferez maior del Conde Don Fernan Perez de Traua en esta conducta Lope Minguez, Señor desta Casa, cuia diuisa era en campo azul vna espada de plata, i en torno de ella cinco flores de Lis de Oro, i en medio de la espada vn lunel de quatro medias Lunas de plata, el qual auiendo seruido este cargo con ventajosa satisfacion, murió despues de un saetazo en el sitio de Anduxar.
    • 1706 Stevens, J. New Spanish English dictionary Esp (NTLLE)
      Saetazo, a Wound of an Arrow.
    • 1736 Rivarola y Pineda, J. F. F. Monarquia española, I p. 124 Esp (BD)
      El Don Gutierre de Soto Mayor y Zuñiga, III, Conde de Belalcazar, y Vizconde de la Puebla de Alcocer, Murió de un saetazo en el Sitio de Cazarabonela año 1485.
    • 1747 Rdz Campomanes, P. Dissertaciones historicas templarios p. 207 Esp (BD)
      Fue Don Ramiro Sanchez, sexto Rey de Nauarra, hijo de Don Ramiro Primero, Rey de Aragón, y entró á Reynar año de 1076 hasta el dia 4. de junio de 1094. en que murió de un saetazo, estando sobre la Ciudad de Huesca para su conquista, acompañado de sus dos hijos el Rey Don Pedro Sanchez, y Don Alonso el Batallador, cuyo Testamento tratamos, de quienes recibio pleyto omenage de que no dexarian el cerco de la Ciudad hasta rendirla.
    • 1773 Álvz Fuente, J. Succesion real España, II p. 412 Esp (BD)
      Demás de esto, el General de la Armada del Rey de Aragon, haviendo saltado en tierra con su gente en la Playa de Algecira, en una reyerta que tuvo con los Moros, fue muerto de un saetazo, con que el Rey, á la primavera del año de 1339, se partió á la Andalucía.
    • 1792 García Leña, C. Conversaciones historicas malagueñas, II p. 14 Esp (BD)
      Salieron los Moros á defenderse, y escaramucear con los Christianos; originóse una gran confusion por el desorden de los nuestros en el pillage, que murieron algunos de los tiros de las saetas que con yerbas venenosas les arrojaban a los Moros. En esta escaramuza murió de un saetazo D. Gutierre de Sotomayor, Conde de Belalcazar, mozo de 24 años que entró á retraer la gente de la batalla.
    • 1870 Fdz Herrero, M. Historia germanías Valencia p. 170 Esp (BD)
      Cruel y desesperada lucha trabóse entonces por ambas partes; pero animados los populares por el ejemplo y las voces de su misterioso jefe, rechazaron tambien aquel refuerzo, saliendo el Conde maltrecho de una pedrada, y el Duque de Gandía con un saetazo en el carrillo, cuyo hierro se le quedó dentro por más de dos años.
    • 1881 Rada Delgado, J. D. Amigo soldado p. 338 Esp (BD)
      Reunió D. Alfonso Concilio en Leon, y deseando arrojar á los moros más allá del Tajo, así como sus antecesores les habian obligado á repasar el Duero, puso sitio á la Ciudad de Viseo, en Portugal donde fué muerto de un saetazo en 1027.
    • 1882 Becerro Bengoa, R. Antigüedades históricas Alaba p. Esp (BD)
      Padre de Iñigo Lopez fué Lope Sanchez, mayordomo de dicho Rey (1052). Éste fué hermano de García Sanchez, primer señor de Llodio, hijo mayor de Sancho Lopez, señor de Bizcaya, el que fué muerto de un saetazo en Subijana de Morillas.
    • 1884 Becerro Bengoa, R. Palencia p. 167 Esp (BD)
      Un proverbio, conservado en los viejos pergaminos y que dice: Si la hicisteis en Pajares, pagareisla en Campomanes sirve de fundamento á la tradicion de que, habiendo entrado en Asturias el rey Navarra don Sancho III, el Mayor, conde de Castilla y restaurador de Palencia, para visitar las reliquias de la Cámara Santa de Oviedo y saludar al prelado Poncio, su pariente, fue muerto de un saetazo por un montañés, en este lugar, en venganza de la muerte que días antes hizo dar á un deudo suyo en Pajares, segun unos, ó del ultraje que infirió, segun otros, á una doncella ilustre.
    • 1891 Fdz Duro, C. Colección bibliográfico-biográfica Zamora p. 338 Esp (BD)
      Alfonso V. Empezó la restauración de Zamora; erigió la iglesia de San Cebrián; preparó gran expedición contra los moros y fué muerto de un saetazo en el sitio de Viseo: año 1027.
    • 1904 Anónimo "Peste bubónica" [10-01-1904] Vida Marítima (Madrid) Esp (HD)
      El incansable y erudito Fernández Duro acaba de publicar un interesante folleto con la traducción del opúsculo famoso de Gómez de San Esteban, referente á los viajes del infante D. Pedro de Portugal, en el siglo XV, segundogénito de D. Juan I de Portugal, y que después de sus altos hechos y renombrados viajes, pereció de un saetazo en la batalla de Alfarrobeira, cerca de Lisboa, en 1449.
    • 1910 Escobar Prieto, E. "Carta maestre Alcántara" [30-08-1910] Guadalupe (Cáceres) Esp (HD)
      El hermano de Fray Juan, y sucesor de él en el Condado, D. Gutierre de Sotomayor, que había casado con una hija del Almirante de Castilla, murió en 1486, cuando sólo contaba 24 años de edad, sirviendo á los Reyes Católicos en el sitio de Casarabonela de un saetazo y dejando un hijo de corta edad.
    • 1927 Alemany Selfa, B. VocGóngora (FG)
      Saetazo. m. Herida hecha con la saeta. metáf. ...antes que algun Abbad i ballestero | Le de algun saetaço a Sebastiana | Procuradle... |...| vna dominica campana, III, 15.
    • 1939 Anónimo "Cruzados" [01-11-1939] Victoria: Revista Gráfica Mensual al Servicio de España y su Caudillo (Santa Cruz de Tenerife) Esp (HD)
      Más aún esto le fué negado, porque, viajando solo de regreso a Inglaterra, cayó en manos de su enemigo Leopoldo de Austria, quien lo tuvo prisionero largo tiempo y sólo consintió en su rescate por un precio muy alzado. Poco después murió de un saetazo en una escaramuza.
    • 1971 Vela Giménez, M. "Lepanto" [11-10-1971] Hoja Oficial de la Provincia de Barcelona (Barcelona) Esp (HD)
      En el primer choque, fue decisivo el envión de las galeazas de Francesco Duodo, como precursuras de los “torpedos humanos”: iban a estrellarse contra las naves que guardaban al Bajá Alí. Algunas quedaron con sus proas empotradas hasta el centro del banco de galeras de los barcos turcos. Por la izquierda, cerca de la costa, actuaba Barbarigo, y murió de un saetazo; a la derecha, por la mar abierta, Andrea Doria. En el centro, donde Juan de Austria, en “La Real”, protegido por don Álvaro de Bazán, a cuya destreza de maniobra debe atribuirse gran parte de la victoria.
    • 2001 RAE DRAE 22.ª ed. (NTLLE)
      saetazo. m. Herida hecha con ella.
    • 2010 Jordán Montes, J. F. Mont Elín Caballeros p. 214 Esp (BD)
      —Desde entonces, don Fernando de Balboa fue el Águila de Alcaraz. Y no digo nada —prosiguió con brío, aunque sin ebriedad— de sus hechos en el famoso cerco y conquista de Baza, ocho años después. Tenía siempre arribanza. Allí conoció al conquense Juan Ortega de Prado, el mejor escalador que hubieron los reyes hasta que murió bajo Gibralfaro, en Málaga, de un saetazo. Era el que más entendía de almenas, saeteras, buhardas y matacanes y trepaba mejor que las cabras por los riscos.
    • 2016 Burgos, J. S. "Miguel Botella" Jot Down Cultural Magazine (Sevilla): jotdown.es Esp (CORPES)
      Una cosa está clara: o uno de los tres o ninguno. Probablemente no sea ninguno porque en el siglo XIX, cuando se creó todo el movimiento catalanista y la Renaixença, había un catalán que fue embajador en Egipto, y yo creo que este catalán, reconocido egiptólogo, construyó el mito a partir de unos restos que había, porque en una revuelta catalana se destruyeron las tumbas de los reyes de la Corona Aragón, y los tiraron por el suelo. Y estuvieron siete años tirados por ahí. Y un cura, el cura de L'Espluga, los recogió en un saco y se los llevó a Tarragona. A partir de ahí tuvieron que reestructurar todo. Rehicieron las tumbas y rehicieron la momia del Príncipe de Viana a partir de trozos momificados. Y resulta que tiene ocho vértebras lumbares. Y marcas del serrucho de cuando lo arreglaron. Es muy curioso. Y los reyes de la Corona de Aragón tampoco están in situ. Se va allí, se ven las tumbas, pero allí no están, porque como tiraron todo aquello no saben quién es quién. El rey más importante de la Corona de Aragón fue Jaime I el Conquistador, y en los años cincuenta, en la época de Franco, dijeron de rehacer las tumbas y meterlos de nuevo. Y como Jaime I era el rey más grande, pues cogieron los huesos más grandes y los colocaron. Él murió, al parecer, de un saetazo en la cabeza, así que encontraron un cráneo con una marca y lo colocaron. Pero es que luego se encontraron otro cráneo con un flechazo y también lo pusieron allí.
    • 1590 Álava Viamont, D. Perfecto capitán [2000] fol. 23v Esp (CDH )

      Y así, aunque Alexandro sujetó en pocos años tanta parte del mundo, salió siempre de los rencuentros muy mal parado, recibiendo muchas heridas y golpes que le pusieron muy a lo último de su vida; pues de una refriega que tuvo junto al río Granico, salió cortado el yelmo de una cuchillada hasta los cabellos; y en la que tuvo en Gaza, con un saetazo en el ombro; y en la batalla de Meragandis, atravessada una pierna de otro, del qual perdió un huesso de la espinilla [...].

    • 1611 Escolano, G. Historia Reyno Valencia p. 962 Esp (BD)
      El primero se llamó Pedro de Montagud, que fue camarero del Rey Don Alonso, y de su consejo; y hauiendole seruido en todas las guerras de Napoles, murio de vn saetazo, peleando en el sitio que el Rey puso a Pomblin, ciudad de Toscana, en el año mil quatrocientos quarenta y ocho.
    • 1612-a1625 Márquez, J. Gobernador cristiano [2004] Esp (CDH )

      Sobre su sepulcro pusieron una estatua del Sol, lib. 2. pág. 193.

      No fue llorado en muerte, y por qué, lib. 2. pág. 194.

      Jorán Rey de Israel muerto de un saetazo por Jehu, pág. 32.

      Por qué haze caso la Escritura de que le salió la saeta por el coraçón, ibídem.

      Josías pecó venialmente en hazer guerra a Necao Rey de Egypto, lib. 2. pág. 190.

      Judas Machabeo bien hechor de las almas de los difuntos, lib. 2. pág. 197.

    • 1648 Fdz Castro, N. Portvgal convencida p. 586 Esp (BD)
      Vltra que jamas fue viudo, no aviendo conozido otro matrimonio, que el de Doña Elvira, hija de Melendo Gonzalez su tutor, que viuia al tiempo de su desgraciada muerte, que fue de vn saetazo, estando sobre Viseo.
    • 1662 Gandara, F. Trivnfos heroicos Galicia p. 171 Esp (BD)
      Venia por Alferez maior del Conde Don Fernan Perez de Traua en esta conducta Lope Minguez, Señor desta Casa, cuia diuisa era en campo azul vna espada de plata, i en torno de ella cinco flores de Lis de Oro, i en medio de la espada vn lunel de quatro medias Lunas de plata, el qual auiendo seruido este cargo con ventajosa satisfacion, murió despues de un saetazo en el sitio de Anduxar.
    • 1706 Stevens, J. New Spanish English dictionary Esp (NTLLE)
      Saetazo, a Wound of an Arrow.
    • 1736 Rivarola y Pineda, J. F. F. Monarquia española, I p. 124 Esp (BD)
      El Don Gutierre de Soto Mayor y Zuñiga, III, Conde de Belalcazar, y Vizconde de la Puebla de Alcocer, Murió de un saetazo en el Sitio de Cazarabonela año 1485.
    • 1739 RAE DiccAutoridades (NTLLE)
      Saetazo. s. m. Dícese tambien de la misma herida hecha con ella.
    • 1747 Rdz Campomanes, P. Dissertaciones historicas templarios p. 207 Esp (BD)
      Fue Don Ramiro Sanchez, sexto Rey de Nauarra, hijo de Don Ramiro Primero, Rey de Aragón, y entró á Reynar año de 1076 hasta el dia 4. de junio de 1094. en que murió de un saetazo, estando sobre la Ciudad de Huesca para su conquista, acompañado de sus dos hijos el Rey Don Pedro Sanchez, y Don Alonso el Batallador, cuyo Testamento tratamos, de quienes recibio pleyto omenage de que no dexarian el cerco de la Ciudad hasta rendirla.
    • 1773 Álvz Fuente, J. Succesion real España, II p. 412 Esp (BD)
      Demás de esto, el General de la Armada del Rey de Aragon, haviendo saltado en tierra con su gente en la Playa de Algecira, en una reyerta que tuvo con los Moros, fue muerto de un saetazo, con que el Rey, á la primavera del año de 1339, se partió á la Andalucía.
    • 1792 García Leña, C. Conversaciones historicas malagueñas, II p. 14 Esp (BD)
      Salieron los Moros á defenderse, y escaramucear con los Christianos; originóse una gran confusion por el desorden de los nuestros en el pillage, que murieron algunos de los tiros de las saetas que con yerbas venenosas les arrojaban a los Moros. En esta escaramuza murió de un saetazo D. Gutierre de Sotomayor, Conde de Belalcazar, mozo de 24 años que entró á retraer la gente de la batalla.
    • 1853 Domínguez, R. J. DiccNacional (NTLLE)
      Saetazo. s. m. La herida producida por saeta.
    • 1870 Fdz Herrero, M. Historia germanías Valencia p. 170 Esp (BD)
      Cruel y desesperada lucha trabóse entonces por ambas partes; pero animados los populares por el ejemplo y las voces de su misterioso jefe, rechazaron tambien aquel refuerzo, saliendo el Conde maltrecho de una pedrada, y el Duque de Gandía con un saetazo en el carrillo, cuyo hierro se le quedó dentro por más de dos años.
    • 1881 Rada Delgado, J. D. Amigo soldado p. 338 Esp (BD)
      Reunió D. Alfonso Concilio en Leon, y deseando arrojar á los moros más allá del Tajo, así como sus antecesores les habian obligado á repasar el Duero, puso sitio á la Ciudad de Viseo, en Portugal donde fué muerto de un saetazo en 1027.
    • 1882 Becerro Bengoa, R. Antigüedades históricas Alaba p. Esp (BD)
      Padre de Iñigo Lopez fué Lope Sanchez, mayordomo de dicho Rey (1052). Éste fué hermano de García Sanchez, primer señor de Llodio, hijo mayor de Sancho Lopez, señor de Bizcaya, el que fué muerto de un saetazo en Subijana de Morillas.
    • 1884 Becerro Bengoa, R. Palencia p. 167 Esp (BD)
      Un proverbio, conservado en los viejos pergaminos y que dice: Si la hicisteis en Pajares, pagareisla en Campomanes sirve de fundamento á la tradicion de que, habiendo entrado en Asturias el rey Navarra don Sancho III, el Mayor, conde de Castilla y restaurador de Palencia, para visitar las reliquias de la Cámara Santa de Oviedo y saludar al prelado Poncio, su pariente, fue muerto de un saetazo por un montañés, en este lugar, en venganza de la muerte que días antes hizo dar á un deudo suyo en Pajares, segun unos, ó del ultraje que infirió, segun otros, á una doncella ilustre.
    • 1884 RAE DRAE 12.ª ed. (NTLLE)
      Saetazo. s. m. Herida hecha con ella.
    • 1891 Fdz Duro, C. Colección bibliográfico-biográfica Zamora p. 338 Esp (BD)
      Alfonso V. Empezó la restauración de Zamora; erigió la iglesia de San Cebrián; preparó gran expedición contra los moros y fué muerto de un saetazo en el sitio de Viseo: año 1027.
    • 1904 Anónimo "Peste bubónica" [10-01-1904] Vida Marítima (Madrid) Esp (HD)
      El incansable y erudito Fernández Duro acaba de publicar un interesante folleto con la traducción del opúsculo famoso de Gómez de San Esteban, referente á los viajes del infante D. Pedro de Portugal, en el siglo XV, segundogénito de D. Juan I de Portugal, y que después de sus altos hechos y renombrados viajes, pereció de un saetazo en la batalla de Alfarrobeira, cerca de Lisboa, en 1449.
    • 1910 Escobar Prieto, E. "Carta maestre Alcántara" [30-08-1910] Guadalupe (Cáceres) Esp (HD)
      El hermano de Fray Juan, y sucesor de él en el Condado, D. Gutierre de Sotomayor, que había casado con una hija del Almirante de Castilla, murió en 1486, cuando sólo contaba 24 años de edad, sirviendo á los Reyes Católicos en el sitio de Casarabonela de un saetazo y dejando un hijo de corta edad.
    • 1927 Alemany Selfa, B. VocGóngora (FG)
      Saetazo. m. Herida hecha con la saeta. metáf. ...antes que algun Abbad i ballestero | Le de algun saetaço a Sebastiana | Procuradle... |...| vna dominica campana, III, 15.
    • 1939 Anónimo "Cruzados" [01-11-1939] Victoria: Revista Gráfica Mensual al Servicio de España y su Caudillo (Santa Cruz de Tenerife) Esp (HD)
      Más aún esto le fué negado, porque, viajando solo de regreso a Inglaterra, cayó en manos de su enemigo Leopoldo de Austria, quien lo tuvo prisionero largo tiempo y sólo consintió en su rescate por un precio muy alzado. Poco después murió de un saetazo en una escaramuza.
    • 1971 Vela Giménez, M. "Lepanto" [11-10-1971] Hoja Oficial de la Provincia de Barcelona (Barcelona) Esp (HD)
      En el primer choque, fue decisivo el envión de las galeazas de Francesco Duodo, como precursuras de los “torpedos humanos”: iban a estrellarse contra las naves que guardaban al Bajá Alí. Algunas quedaron con sus proas empotradas hasta el centro del banco de galeras de los barcos turcos. Por la izquierda, cerca de la costa, actuaba Barbarigo, y murió de un saetazo; a la derecha, por la mar abierta, Andrea Doria. En el centro, donde Juan de Austria, en “La Real”, protegido por don Álvaro de Bazán, a cuya destreza de maniobra debe atribuirse gran parte de la victoria.
    • 2001 RAE DRAE 22.ª ed. (NTLLE)
      saetazo. m. Herida hecha con ella.
    • 2010 Jordán Montes, J. F. Mont Elín Caballeros p. 214 Esp (BD)
      —Desde entonces, don Fernando de Balboa fue el Águila de Alcaraz. Y no digo nada —prosiguió con brío, aunque sin ebriedad— de sus hechos en el famoso cerco y conquista de Baza, ocho años después. Tenía siempre arribanza. Allí conoció al conquense Juan Ortega de Prado, el mejor escalador que hubieron los reyes hasta que murió bajo Gibralfaro, en Málaga, de un saetazo. Era el que más entendía de almenas, saeteras, buhardas y matacanes y trepaba mejor que las cabras por los riscos.
    • 2014 RAE DLE (NTLLE)
      saetazo. m. Herida hecha con una saeta.
    • 2016 Burgos, J. S. "Miguel Botella" Jot Down Cultural Magazine (Sevilla): jotdown.es Esp (CORPES)
      Una cosa está clara: o uno de los tres o ninguno. Probablemente no sea ninguno porque en el siglo XIX, cuando se creó todo el movimiento catalanista y la Renaixença, había un catalán que fue embajador en Egipto, y yo creo que este catalán, reconocido egiptólogo, construyó el mito a partir de unos restos que había, porque en una revuelta catalana se destruyeron las tumbas de los reyes de la Corona Aragón, y los tiraron por el suelo. Y estuvieron siete años tirados por ahí. Y un cura, el cura de L'Espluga, los recogió en un saco y se los llevó a Tarragona. A partir de ahí tuvieron que reestructurar todo. Rehicieron las tumbas y rehicieron la momia del Príncipe de Viana a partir de trozos momificados. Y resulta que tiene ocho vértebras lumbares. Y marcas del serrucho de cuando lo arreglaron. Es muy curioso. Y los reyes de la Corona de Aragón tampoco están in situ. Se va allí, se ven las tumbas, pero allí no están, porque como tiraron todo aquello no saben quién es quién. El rey más importante de la Corona de Aragón fue Jaime I el Conquistador, y en los años cincuenta, en la época de Franco, dijeron de rehacer las tumbas y meterlos de nuevo. Y como Jaime I era el rey más grande, pues cogieron los huesos más grandes y los colocaron. Él murió, al parecer, de un saetazo en la cabeza, así que encontraron un cráneo con una marca y lo colocaron. Pero es que luego se encontraron otro cráneo con un flechazo y también lo pusieron allí.
  3. 1⟶metáfora
    s. m. Expresión de crítica, reprobación o burla mordaz [contra alguien o algo].
    docs. (1805-2021) 16 ejemplos:
    • 1805 Anónimo (J. L. M. F.) "Señor Diarista" [06-05-1805] Diario de Madrid (Madrid) Esp (HD)
      El Caballero Caza Esdrúxulos […] se amotina contra mí, ocupa tres Diarios, logra se imprima su papelon sin mas dilacion que seis dias; quando mi voto escrito en 16 de Marzo no se publicó hasta 17 de Abril […]; trueca mis expresiones, me supone tan zoquete, que de hacer mal un carpintero una mesa, dice infiero que él mismo será un perfecto médico; quando solo dixe que tratando de descubrir defectos del Pelayo, serían los mas graves aquellos quatro versos, quando solo contra ellos se dirigia el saetazo; y en fin ensarta tanto, que á nada debo contestar, sino tenerlo por no escrito, conservar el carácter judicial y esperar los votos de mis conjueces, en que sin duda guardarán la moderacion y prudencia correspondientes, y los venerare aunque sean todos contrarios al mio; confiando siempre reprehendan al osado contendor, tratándole segun merece; y que vmd. se servirá, si gustase, incluir quando cupiese esta insinuacion en su Periódico.
    • 2021 Alcántara Sgarbi, R. Canción Pipo - Ur (BD)
      Pipo sintió un incontrolado cosquilleo en las zarpas y los dientes, y en su cuerpo los músculos tensos, prestos a atacar. No soportaba que aquella bola de sebo se metiera con su maestro. Mas, como Facundo lo conocía tanto que hasta podía adivinar sus más ocultos pensamientos, se apresuró a decir: —Es que no he tenido la suerte de tomar clases. En mi época ése era un lujo que mis padres no se pudieron permitir. Y de mayor… pues las cosas han ido de mal en peor. —No hace falta que lo jures. ¡Si aporreas el piano como si tuvieras intención de cargártelo! —Pues imagine cómo estarán las teclas del que tiene en su casa, que no para de tocarlo —intervino Pipo, para continuar que el viejo continuase siendo el blanco de los saetazos que Gutiérrez le lanzaba con saña.
    • 1805 Anónimo (J. L. M. F.) "Señor Diarista" [06-05-1805] Diario de Madrid (Madrid) Esp (HD)
      El Caballero Caza Esdrúxulos […] se amotina contra mí, ocupa tres Diarios, logra se imprima su papelon sin mas dilacion que seis dias; quando mi voto escrito en 16 de Marzo no se publicó hasta 17 de Abril […]; trueca mis expresiones, me supone tan zoquete, que de hacer mal un carpintero una mesa, dice infiero que él mismo será un perfecto médico; quando solo dixe que tratando de descubrir defectos del Pelayo, serían los mas graves aquellos quatro versos, quando solo contra ellos se dirigia el saetazo; y en fin ensarta tanto, que á nada debo contestar, sino tenerlo por no escrito, conservar el carácter judicial y esperar los votos de mis conjueces, en que sin duda guardarán la moderacion y prudencia correspondientes, y los venerare aunque sean todos contrarios al mio; confiando siempre reprehendan al osado contendor, tratándole segun merece; y que vmd. se servirá, si gustase, incluir quando cupiese esta insinuacion en su Periódico.
    • 1842 Pi, B. "Comunicados" [22-09-1842] El Constitucional (Barcelona) Esp (HD)
      […] fui buscado, instando y rogado para admitir una plaza de mayoral de la sociedad antigua. Es decir que las mismas personas que un dia decidieron de la aptitud de Altés para el servicio de conductor, me juzgaron á mi habil para el mismo encargo en fecha mas reciente. De esto se deduce que mi agilidad y mi fuerza para guiar un tiro, serán cuando menos iguales á las de Altés. No obstante, prescindiendo de este hecho, me crea Altés que soy tan humilde que no conozca mi superioridad en el ejercicio de mi profesion respecto de la habilidad que á él pueda asistir, pues me complazco en la ventajosa reputacion de que gozo entre los conocedores, y en la realidad de que con lo dicho he destruido toda la fuerza del venenoso saetazo que se ha atrevido á dirigirme un arrojado mayoral, deprimiéndome con imprudencia para ponerse en buen lugar.
    • 1871 Anónimo (W.) "Correspondencias particulares La Independencia […] abril 1871" [20-04-1871] La Independencia (Barcelona) Esp (HD)
      Tambien en el Senado hubo un amago de tormenta y allí el combate fué entre los carlistas y los ministeriales. Habló Aparisi y Guijarro, contestando á Gándara y Eraso y sostuvo las teorías que siempre le hemos oido sostener; aprovechando la ocasion envió un saetazo á la monarquía, haciendo constar con energía desusada el hecho desusado tambien de que se hubiera cambiado el nombre de una fragata española que debía llevar el de Sagunto, para reemplarzarle con un nombre estranjero. El señor Aparisi está muy enfermo y á pesar de ello sus palabras hicieron un gran efecto.
    • 1891 Coloma, L. Pequeñeces [1987] Esp (CDH )
      La duquesa salió entonces a la palestra, y con habilidad mujeril disparó el más certero saetazo, sirviéndole de ballesta una mentira muy gorda.

      — Después de todo —dijo—, no hay que apurar mucho a Curra, porque si ella no puede dar el baile, Isabel Mazacán se compromete a darlo...

      El tiro dio en el blanco, y Currita soltó al pronto la prenda.

      — ¿Y por qué no he de poder yo? —dijo—. La cosa no puede ser más fácil... Dentro de quince días es Carnaval. ¿Les parece a ustedes bien un gran baile de trajes?...

    • 1898 Llopis, A. "Estados Unidos" [01-01-1898] p. 482 Revista Contemporánea (Madrid) Esp (HD)
      El manifiesto inaugural del Presidente Franklin Pierce, en el año 1855, decía en uno de sus párrafos: “No puedo menos de reconocer que nuestra actitud como nación y nuestra posición geográfica hacen que fuera muy importante la adquisición de una determinada isla, no sólo para nuestra seguridad, sino para nuestras expansiones de raza y nacionalidad, que la justifican”. Aunque sin mentar á España ni á Cuba, desde luego se comprende que á ambas iba dirigido el saetazo.
    • 1909 Álvarez, D. "Nulidades políticas" [26-02-1909] El Financiero Hispano-Americano (Madrid) Esp (HD)
      Es una ley social y profundamente humana, que los renegados, que los tránsfugas de los partidos políticos, son los peores, los más encarnizados y crueles enemigos, de los que antes fueron sus amigos. Temerosos de que se descubra el móvil porque renegaron, porque traicionaron á los suyos, que generalmente no suele ser otro sino el del interés, el del medro, la llegada á la tierra de promisión como premio á su felonía, como recompensa que amordaza la lengua que insulta, y la pluma que desgarra y produce el escándalo, temerosos de que se dude si volverán á traficar con su conciencia, á cometer traición, exageran el odio á los antiguos correligionarios, y los acribillan á saetazos, á burlas, á sarcasmos, y si han sido republicanos feroces y embadurnaron periódicos incendiarios, llenos de baba y de ultrajes para la Monarquía, después, en su nuevo estado de monárquicos, lamen humildemente la mano del Monarca, si éste se digna tendérsela, y, ¡ay del antiguo correligionario, traidor también como ellos, que pretenda adelantárseles en monarquismo, y llegar antes que ellos á las gradas del trono!
    • 1920 Carbone, A. Amigo ahorcado [1920] Esp (CDH )

      También en Bellas Artes sufrió Jesús Ramón los saetazos de los amigos burlones, también advirtió la indiferencia y el desdén. También supieron renovarle alguna pesadumbre, recordando sin venir a qué el éxito de algún antiguo rival del muchacho, el encumbramiento de tal o cual amante que en otro tiempo le traicionó...

    • 1928 Carrasquilla, T. Marquesa Yolombó [1984] Colombia (CDH )

      Por algún tiempo es, en casa de Don Vicente, cirineo *y pararrayos más que eficaces; pero he aquí que las mocosuelas de sus sobrinas dan en suponer que esta su ayuda y aquella su influencia son cosa mala: que quiere rivalizarlas en el corazón de la madre, que es una intrusa, que pretende imponerse en casa ajena y que esto y lo otro y lo de más allá; en fin, una de esas conjuras que urden las chicas cavilosas y mal aconsejadas. ¿Y qué hace la tía combatida? Pues voltear cola y volverse a su casa, muy a disgusto de sus padres, de Don Vicente y de Doña Luz. Mas, como ésta suele llamarla muy perentoriamente, tiene de acceder en ocasiones, y arrostrar las malas caras y los saetazos de sus sobrinas.

    • 1930 Masriera, A. Barcelona isabelina p. 193 Esp (BD)
      Hemos bosquejado ligeramente la historia de los últimos años del reinado de Doña Isabel II, en España, refiriendo con toda lealtad y amor a la verdad histórica, todo cuanto la opinión popular decía acerca de los hechos de esta infortunada soberana. Y del comentario espontáneo, de la frase brotada de labios de un menestral obscuro, así como del saetazo envenenado del político aventurero, del legista sectario o del prócer desagradecido, hemos agrupado todo lo más substancial y concreto, todo lo que en aquellos días de 1860-68 representaba la mal llamada “vox pópuli”, que alguien se empeñó en desnaturalizar llamándola “vox Dei”.
    • 1975 Guastavino, G. "Notas bibliográficas (Reseña)" [07-12-1975] Revista de Archivos, Bibliotecas y Museos (Madrid) Esp (HD)
      Pero fray Gabriel Téllez, que no pecaba de pusilánime —pues no en balde en el prólogo de los Cigarrales escribió que “todo abatimiento de sí mismo que no se ejercita por Dios es pusilanimidad”—, no dejó de lanzar en sus escritos flechazos contra sus enemigos, correspondiendo a los ataques de que era víctima, en los años 1625 y 1626. Es más, en este último año intenta publicar su Primera parte de comedias, pero no consigue las oportunas “aprobaciones”, sin las que en 1627 sale a luz con la dedicatoria a don Alonso de Paz, y si bien alude a persecuciones de la envidia y de la ignorancia, no deja de lanzar saetazos contra sus enemigos en las comedias contenidas en la referida parte.
    • 2009 García Borrero, J. A. Cine cubano Cu (CORPES)
      Leí el guión de Titón; he pedido información sobre el estado de la producción y conversé con Ambrosio (Fornet). Estoy no solo preocupado e insatisfecho; mi desconcierto es aún mayor. No comprendo cómo puedes aprobar a ciegas (a ciegas porque no está terminado) un guión cargado de ambigüedades, segundas lecturas, y promesas críticas dirigidas inconsecuentemente. El texto mismo, la personalidad y práctica habitual del realizador, y la importancia del tema (relaciones entre capas y sectores de nuestra sociedad, y entre la clase obrera y los cuadros de administración y técnicos y la intelectualidad) merecían evidentemente un guión de mayor complejidad y rigor ideológico. No es así: anécdota superficial y mediocre; jueguitos y alusiones menores, saetazos y bobadas de niños-viejos, no pueden ser la proposición de un profesional como Titón. Salvo que el verdadero guión esté en lo que no está; y su clave en el contrapunto de uno y otro elemento.
    • 2011 Bajo, C. Territorio penumbras - Ar (BD)
      A lado de consuelo, soltó algunos juramentos que la hicieron sonrojar pero que la llenaron de una oscura satisfacción: el alguacil, tembloroso, levantó la mano intentando que el militar no se comprometiese más. —Mayor, no querello contra usted, pero llevaré a cabo mi propósito aunque tenga que sacarlo con diez guardias. En caso contrario me consideraré despojado de mi investidura. —Con toga o en cueros le prevengo que si usted pone un pie dentro de la casa, el rompo los huesos. El justicia se dirigió a los curiosos: —Los pongo por testigos: he intentado razonar con la implicada, tratar con el mayor y la terquedad de este hombre es por demás exasperante. Amanuense, levante un acta… De la Torre, más acostumbrado al fuego de la artillería que a los saetazos lingüísticos, escuchó con indiferencia el discurso mientras un corro de adeptos apostaba por él.
    • 2021 Alcántara Sgarbi, R. Canción Pipo - Ur (BD)
      Pipo sintió un incontrolado cosquilleo en las zarpas y los dientes, y en su cuerpo los músculos tensos, prestos a atacar. No soportaba que aquella bola de sebo se metiera con su maestro. Mas, como Facundo lo conocía tanto que hasta podía adivinar sus más ocultos pensamientos, se apresuró a decir: —Es que no he tenido la suerte de tomar clases. En mi época ése era un lujo que mis padres no se pudieron permitir. Y de mayor… pues las cosas han ido de mal en peor. —No hace falta que lo jures. ¡Si aporreas el piano como si tuvieras intención de cargártelo! —Pues imagine cómo estarán las teclas del que tiene en su casa, que no para de tocarlo —intervino Pipo, para continuar que el viejo continuase siendo el blanco de los saetazos que Gutiérrez le lanzaba con saña.
    • 1805 Anónimo (J. L. M. F.) "Señor Diarista" [06-05-1805] Diario de Madrid (Madrid) Esp (HD)
      El Caballero Caza Esdrúxulos […] se amotina contra mí, ocupa tres Diarios, logra se imprima su papelon sin mas dilacion que seis dias; quando mi voto escrito en 16 de Marzo no se publicó hasta 17 de Abril […]; trueca mis expresiones, me supone tan zoquete, que de hacer mal un carpintero una mesa, dice infiero que él mismo será un perfecto médico; quando solo dixe que tratando de descubrir defectos del Pelayo, serían los mas graves aquellos quatro versos, quando solo contra ellos se dirigia el saetazo; y en fin ensarta tanto, que á nada debo contestar, sino tenerlo por no escrito, conservar el carácter judicial y esperar los votos de mis conjueces, en que sin duda guardarán la moderacion y prudencia correspondientes, y los venerare aunque sean todos contrarios al mio; confiando siempre reprehendan al osado contendor, tratándole segun merece; y que vmd. se servirá, si gustase, incluir quando cupiese esta insinuacion en su Periódico.
    • 1842 Pi, B. "Comunicados" [22-09-1842] El Constitucional (Barcelona) Esp (HD)
      […] fui buscado, instando y rogado para admitir una plaza de mayoral de la sociedad antigua. Es decir que las mismas personas que un dia decidieron de la aptitud de Altés para el servicio de conductor, me juzgaron á mi habil para el mismo encargo en fecha mas reciente. De esto se deduce que mi agilidad y mi fuerza para guiar un tiro, serán cuando menos iguales á las de Altés. No obstante, prescindiendo de este hecho, me crea Altés que soy tan humilde que no conozca mi superioridad en el ejercicio de mi profesion respecto de la habilidad que á él pueda asistir, pues me complazco en la ventajosa reputacion de que gozo entre los conocedores, y en la realidad de que con lo dicho he destruido toda la fuerza del venenoso saetazo que se ha atrevido á dirigirme un arrojado mayoral, deprimiéndome con imprudencia para ponerse en buen lugar.
    • 1871 Anónimo (W.) "Correspondencias particulares La Independencia […] abril 1871" [20-04-1871] La Independencia (Barcelona) Esp (HD)
      Tambien en el Senado hubo un amago de tormenta y allí el combate fué entre los carlistas y los ministeriales. Habló Aparisi y Guijarro, contestando á Gándara y Eraso y sostuvo las teorías que siempre le hemos oido sostener; aprovechando la ocasion envió un saetazo á la monarquía, haciendo constar con energía desusada el hecho desusado tambien de que se hubiera cambiado el nombre de una fragata española que debía llevar el de Sagunto, para reemplarzarle con un nombre estranjero. El señor Aparisi está muy enfermo y á pesar de ello sus palabras hicieron un gran efecto.
    • 1891 Coloma, L. Pequeñeces [1987] Esp (CDH )
      La duquesa salió entonces a la palestra, y con habilidad mujeril disparó el más certero saetazo, sirviéndole de ballesta una mentira muy gorda.

      — Después de todo —dijo—, no hay que apurar mucho a Curra, porque si ella no puede dar el baile, Isabel Mazacán se compromete a darlo...

      El tiro dio en el blanco, y Currita soltó al pronto la prenda.

      — ¿Y por qué no he de poder yo? —dijo—. La cosa no puede ser más fácil... Dentro de quince días es Carnaval. ¿Les parece a ustedes bien un gran baile de trajes?...

    • 1893 Baselga Ramírez, M. Cabezo Cortado p. 164 Esp (BD)
      Y comienzan los dichos. Extendidos los danzantes en ala, y frente á ellos el rabadán, el zagal y el diablo […], van aquéllos saliendo por turno de la línea y el rabadán disparando sobre el presentado una agudeza ó dicho satírico acomodado á las condiciones del sujeto paciente […]. De este modo van pasando tales literarias baquetas todos los danzantes: el uno que se emborracha de vez en cuando; el otro que le pega á su mujer; éste que es mal fachado por pequeñete y mezquino ó por altazo y langaruto; aquél que es conocido por un mote verde ó provocante á risa, todos van llevando su saetazo del rabadán y la réplica ó remache del zagal.
    • 1898 Llopis, A. "Estados Unidos" [01-01-1898] p. 482 Revista Contemporánea (Madrid) Esp (HD)
      El manifiesto inaugural del Presidente Franklin Pierce, en el año 1855, decía en uno de sus párrafos: “No puedo menos de reconocer que nuestra actitud como nación y nuestra posición geográfica hacen que fuera muy importante la adquisición de una determinada isla, no sólo para nuestra seguridad, sino para nuestras expansiones de raza y nacionalidad, que la justifican”. Aunque sin mentar á España ni á Cuba, desde luego se comprende que á ambas iba dirigido el saetazo.
    • 1909 Álvarez, D. "Nulidades políticas" [26-02-1909] El Financiero Hispano-Americano (Madrid) Esp (HD)
      Es una ley social y profundamente humana, que los renegados, que los tránsfugas de los partidos políticos, son los peores, los más encarnizados y crueles enemigos, de los que antes fueron sus amigos. Temerosos de que se descubra el móvil porque renegaron, porque traicionaron á los suyos, que generalmente no suele ser otro sino el del interés, el del medro, la llegada á la tierra de promisión como premio á su felonía, como recompensa que amordaza la lengua que insulta, y la pluma que desgarra y produce el escándalo, temerosos de que se dude si volverán á traficar con su conciencia, á cometer traición, exageran el odio á los antiguos correligionarios, y los acribillan á saetazos, á burlas, á sarcasmos, y si han sido republicanos feroces y embadurnaron periódicos incendiarios, llenos de baba y de ultrajes para la Monarquía, después, en su nuevo estado de monárquicos, lamen humildemente la mano del Monarca, si éste se digna tendérsela, y, ¡ay del antiguo correligionario, traidor también como ellos, que pretenda adelantárseles en monarquismo, y llegar antes que ellos á las gradas del trono!
    • 1915 Glz Blanco, E. Alemania p. 209 Esp (BD)
      Con el título de La mentalidad alemana […] ha publicado en el presente año de 1914 […] un extenso volumen […] de Eloy Luis André, catedrático de Filosofía del Instituto de Toledo. Antes lo había sido del de Orense, su país natal, y no ha mucho que libró reñidas oposiciones á la cátedra de Metafísica de la Universidad de Madrid con Ortega y Gasset, espíritu más brillante y literario, pero menos profundo y técnico que André. Fue Ortega y Gasset quien ganó la cátedra, yo no dudo que merecidamente, pero André parece dudarlo y á ello indudablemente debe referirse, cuando respirando quizá por la herida, nos habla de “las horcas caudinas de la oposicion á cátedras, horcas caudinas para unos, y para otros juicios sintéticos á priori, sobre todo tratándose de cátedras de Filosofía, donde cada cual puede decir lo que le da en gana, con tal que lo exponga con sintaxis musical, y tenga sindéresis abogacil, para captarse al tribunal jurado […]”. Dejo a un lado este flechazo de Partho, este saetazo acerado y diamantino, con el cual nuestro autor pretende taladrar y romper la recia coraza de que los jueces de la Central invistieron a su excontrincante.
    • 1920 Carbone, A. Amigo ahorcado [1920] Esp (CDH )

      También en Bellas Artes sufrió Jesús Ramón los saetazos de los amigos burlones, también advirtió la indiferencia y el desdén. También supieron renovarle alguna pesadumbre, recordando sin venir a qué el éxito de algún antiguo rival del muchacho, el encumbramiento de tal o cual amante que en otro tiempo le traicionó...

    • 1928 Carrasquilla, T. Marquesa Yolombó [1984] Colombia (CDH )

      Por algún tiempo es, en casa de Don Vicente, cirineo *y pararrayos más que eficaces; pero he aquí que las mocosuelas de sus sobrinas dan en suponer que esta su ayuda y aquella su influencia son cosa mala: que quiere rivalizarlas en el corazón de la madre, que es una intrusa, que pretende imponerse en casa ajena y que esto y lo otro y lo de más allá; en fin, una de esas conjuras que urden las chicas cavilosas y mal aconsejadas. ¿Y qué hace la tía combatida? Pues voltear cola y volverse a su casa, muy a disgusto de sus padres, de Don Vicente y de Doña Luz. Mas, como ésta suele llamarla muy perentoriamente, tiene de acceder en ocasiones, y arrostrar las malas caras y los saetazos de sus sobrinas.

    • 1930 Masriera, A. Barcelona isabelina p. 193 Esp (BD)
      Hemos bosquejado ligeramente la historia de los últimos años del reinado de Doña Isabel II, en España, refiriendo con toda lealtad y amor a la verdad histórica, todo cuanto la opinión popular decía acerca de los hechos de esta infortunada soberana. Y del comentario espontáneo, de la frase brotada de labios de un menestral obscuro, así como del saetazo envenenado del político aventurero, del legista sectario o del prócer desagradecido, hemos agrupado todo lo más substancial y concreto, todo lo que en aquellos días de 1860-68 representaba la mal llamada “vox pópuli”, que alguien se empeñó en desnaturalizar llamándola “vox Dei”.
    • 1939 Azaña, M. Velada Benicarló [1980] Esp (CDH )

      GarcésHemos prometido no hacer juicios temerarios sobre España. Vendrán, de todos modos. Acabada la guerra sufriremos los saetazos del análisis, lloverán trataditos que investiguen nuestra índole. Así ocurría después del 98. A fuerza de cavilar, se logró entonces poner en claro dos hechos graves: en España escasea la sangre aria; llueve poco. Me resigno y doblo la hoja.

    • 1975 Guastavino, G. "Notas bibliográficas (Reseña)" [07-12-1975] Revista de Archivos, Bibliotecas y Museos (Madrid) Esp (HD)
      Pero fray Gabriel Téllez, que no pecaba de pusilánime —pues no en balde en el prólogo de los Cigarrales escribió que “todo abatimiento de sí mismo que no se ejercita por Dios es pusilanimidad”—, no dejó de lanzar en sus escritos flechazos contra sus enemigos, correspondiendo a los ataques de que era víctima, en los años 1625 y 1626. Es más, en este último año intenta publicar su Primera parte de comedias, pero no consigue las oportunas “aprobaciones”, sin las que en 1627 sale a luz con la dedicatoria a don Alonso de Paz, y si bien alude a persecuciones de la envidia y de la ignorancia, no deja de lanzar saetazos contra sus enemigos en las comedias contenidas en la referida parte.
    • 2009 García Borrero, J. A. Cine cubano Cu (CORPES)
      Leí el guión de Titón; he pedido información sobre el estado de la producción y conversé con Ambrosio (Fornet). Estoy no solo preocupado e insatisfecho; mi desconcierto es aún mayor. No comprendo cómo puedes aprobar a ciegas (a ciegas porque no está terminado) un guión cargado de ambigüedades, segundas lecturas, y promesas críticas dirigidas inconsecuentemente. El texto mismo, la personalidad y práctica habitual del realizador, y la importancia del tema (relaciones entre capas y sectores de nuestra sociedad, y entre la clase obrera y los cuadros de administración y técnicos y la intelectualidad) merecían evidentemente un guión de mayor complejidad y rigor ideológico. No es así: anécdota superficial y mediocre; jueguitos y alusiones menores, saetazos y bobadas de niños-viejos, no pueden ser la proposición de un profesional como Titón. Salvo que el verdadero guión esté en lo que no está; y su clave en el contrapunto de uno y otro elemento.
    • 2011 Bajo, C. Territorio penumbras - Ar (BD)
      A lado de consuelo, soltó algunos juramentos que la hicieron sonrojar pero que la llenaron de una oscura satisfacción: el alguacil, tembloroso, levantó la mano intentando que el militar no se comprometiese más. —Mayor, no querello contra usted, pero llevaré a cabo mi propósito aunque tenga que sacarlo con diez guardias. En caso contrario me consideraré despojado de mi investidura. —Con toga o en cueros le prevengo que si usted pone un pie dentro de la casa, el rompo los huesos. El justicia se dirigió a los curiosos: —Los pongo por testigos: he intentado razonar con la implicada, tratar con el mayor y la terquedad de este hombre es por demás exasperante. Amanuense, levante un acta… De la Torre, más acostumbrado al fuego de la artillería que a los saetazos lingüísticos, escuchó con indiferencia el discurso mientras un corro de adeptos apostaba por él.
    • 2021 Alcántara Sgarbi, R. Canción Pipo - Ur (BD)
      Pipo sintió un incontrolado cosquilleo en las zarpas y los dientes, y en su cuerpo los músculos tensos, prestos a atacar. No soportaba que aquella bola de sebo se metiera con su maestro. Mas, como Facundo lo conocía tanto que hasta podía adivinar sus más ocultos pensamientos, se apresuró a decir: —Es que no he tenido la suerte de tomar clases. En mi época ése era un lujo que mis padres no se pudieron permitir. Y de mayor… pues las cosas han ido de mal en peor. —No hace falta que lo jures. ¡Si aporreas el piano como si tuvieras intención de cargártelo! —Pues imagine cómo estarán las teclas del que tiene en su casa, que no para de tocarlo —intervino Pipo, para continuar que el viejo continuase siendo el blanco de los saetazos que Gutiérrez le lanzaba con saña.
  4. 1⟶metáfora
    s. m. Línea de luz que irradian los astros.
    Sinónimos: flecha; flechazo; saeta
    docs. (1838-1932) 3 ejemplos:
    • 1902 Blanco Fombona, R. "Sensaciones viaje" [01-09-1902] p. 39 Nuestro Tiempo (Madrid) Ve (HD)
      Llegaba de Inglaterra, en cuyo cielo todavía flotaban brumas. El invierno, vencido á saetazos por un sol de primavera, volaba llevándose el manto gris, la corona de perlas opaca, toda su plutoniana realeza vencida.
    • 1910 Pz Ayala, R. A. M. D. G. Esp (FG)
      El Poniente se inflama y arroja incandescentes saetazos que pasan de claro a las nubecillas, sellándolas con cifras y rasgos de lumbres.
    • 1914 Espina, C. Esfinge [1914] 26 Esp (CDH )

      Había ya el tren salvado el espantoso despeñadero que divide las tierras galaicas y legionenses, el cauce lúgubre y sonoro del aurífero río, las hoscas breñas fronterizas, los puentes y los túneles de la Barosa y Paradela; corría el convoy con fuerte resoplido por la ancha cuenca del Sil, oculta en el fondo de un mar de vapores, fantástico mar de cuajadas neblinas, donde se embotaban los rayos del naciente, sol. Pugnaba éste por herir y romper las apretadas ondas de la niebla; resistía la niebla los ímpetus del encendido rey, ahogando entre impalpables copos los saetazos de su luz... Súbitamente se alzó el astro rútilo, irguió la frente sobre el cuajado mar y lanzó por encima de sus ondas una triunfante llamarada [...].

    1. s. Frecuentemente, con el modificador solar y con los complementos del sol, de oro, de luz y de Febo.
      docs. (1838-1932) 8 ejemplos:
      • 1838 Anónimo "Un otro simulacro" [26-10-1838] Fr. Gerundio: Periódico Satírico de Política y Costumbres (Madrid) Esp (HD)
        Por lo demas confieso que no trataba sino de buscar una sombra en que guarecerme de los saetazos del Sol. ¿Y saben vds. lo que hice? Me puse al lado de un coche de la parte opuesta al ciudadano Apolo.
      • 1932 Gismera, M. "Glosas fiesta de toros" [01-04-1932] Nuevo Mundo (Madrid) Esp (HD)
        Tras la reclusion de Carnestolendas, el voltear jubiloso de las campanas que repican a gloria es cual bélico clarín que anuncia la pelea. Espíritu guerrero de la Roma inmortal. Y las arenas circenses, arrebujadas en la capa mustia de la cruel invernada, volverán a sentir sobre su lecho diamantino la alegría dorada de un sol de Hispania. Saetazos de Febo sobre fondo de rubíes. Luz de la raza, aliento vivificador que invita al ensueño y transforma en gigantes a los que sólo son pigmeos.
      • 1838 Anónimo "Un otro simulacro" [26-10-1838] Fr. Gerundio: Periódico Satírico de Política y Costumbres (Madrid) Esp (HD)
        Por lo demas confieso que no trataba sino de buscar una sombra en que guarecerme de los saetazos del Sol. ¿Y saben vds. lo que hice? Me puse al lado de un coche de la parte opuesta al ciudadano Apolo.
      • 1898 Anónimo "Trad Día lluvia, Claretie" [23-11-1898] Diario de Tenerife (Santa Cruz de Tenerife) Esp (HD)
        El sol se había hecho camino entre las bajas nubes plomizas y su saetazo de oro descomponía el agua en facetas irisadas, haciendo destellar, cual chispitas de diamante sobre estuche de esmeralda, las gotas suspensas de las hojas del nogal, muy relavadas por el chaparrón.
      • 1902 Halmar , A Juana Lucero [1996] p. 201 Ch (BD)
        El sol se había hecho camino entre las bajas nubes plomizas y su saetazo de oro descomponía el agua en facetas irisadas, haciendo destellar, cual chispitas de diamante sobre estuche de esmeralda, las gotas suspensas de las hojas del nogal, muy relavadas por el chaparrón.
      • 1913 Maudet, A. J. "Mahuarí" [01-01-1913] p. 1075 Hojas Selectas (Barcelona) Ar (HD)
        Tío Abelardo no se había rodeado de grandes comodidades: su casa era un rancho de chorizo, esto es, un armazón de madera fortalecido con alambres entrecruzados, sobre los que se amontonó trenzas de paja y barro que formaron las paredes; unas chapas de zinc acanaladas hacían de techo, y de suelo la generosa y virgen tierra pampeana, lustrosa y dura á fuerza de rociadas y barridas cotidianas. Ni un árbol plantó para amortiguar los saetazos solares, de modo que ni aún allí pude descansar la vista del eterno verde de la llanura y del monótono azul del cielo, sobre el que se recortaban, agigantadas, las siluetas de los caballos, de las grandes máquinas agrícolas y de las parvas diseminadas como un campamento interminable.
      • 1921 Anónimo "Hora siesta" [14-05-1921] La Esfera (Madrid) Esp (HD)
        Y la pareja campesina queda silenciosa, abotargada por la calma ardiente de la siesta... Vibra el azul del cielo, acuchillado por los saetazos del sol. Ebrias de luz, las cigarras, cobijadas entre los tiernos pámpanos del parral, hacen vibrar sus élitros prolongando su lírica agonía…
      • 1923 Tous Maroto, J. M. "Peregrinación Lourdes" [27-06-1923] Correo de Mallorca: Periódico Católico (Palma de Mallorca) Esp (HD)
        A la media hora escasa de haber abandonado “el tren azul”, en el que viajamos los peregrinos mallorquines, la monumental estación de Toulouse, rajan la oscuridad de la noche los primeros saetazos de luz y al poco rato el día ha triunfado totalmente bajo un cielo sin nubes, pálidamente azulado. El viaje no pudo ser más feliz: ni el más leve contratiempo vino a empañar, ni siquiera por unos instantes, el entusiasmo de todos los peregrinos.
      • 1932 Gismera, M. "Glosas fiesta de toros" [01-04-1932] Nuevo Mundo (Madrid) Esp (HD)
        Tras la reclusion de Carnestolendas, el voltear jubiloso de las campanas que repican a gloria es cual bélico clarín que anuncia la pelea. Espíritu guerrero de la Roma inmortal. Y las arenas circenses, arrebujadas en la capa mustia de la cruel invernada, volverán a sentir sobre su lecho diamantino la alegría dorada de un sol de Hispania. Saetazos de Febo sobre fondo de rubíes. Luz de la raza, aliento vivificador que invita al ensueño y transforma en gigantes a los que sólo son pigmeos.
      • 1838 Anónimo "Un otro simulacro" [26-10-1838] Fr. Gerundio: Periódico Satírico de Política y Costumbres (Madrid) Esp (HD)
        Por lo demas confieso que no trataba sino de buscar una sombra en que guarecerme de los saetazos del Sol. ¿Y saben vds. lo que hice? Me puse al lado de un coche de la parte opuesta al ciudadano Apolo.
      • 1898 Anónimo "Trad Día lluvia, Claretie" [23-11-1898] Diario de Tenerife (Santa Cruz de Tenerife) Esp (HD)
        El sol se había hecho camino entre las bajas nubes plomizas y su saetazo de oro descomponía el agua en facetas irisadas, haciendo destellar, cual chispitas de diamante sobre estuche de esmeralda, las gotas suspensas de las hojas del nogal, muy relavadas por el chaparrón.
      • 1902 Halmar , A Juana Lucero [1996] p. 201 Ch (BD)
        El sol se había hecho camino entre las bajas nubes plomizas y su saetazo de oro descomponía el agua en facetas irisadas, haciendo destellar, cual chispitas de diamante sobre estuche de esmeralda, las gotas suspensas de las hojas del nogal, muy relavadas por el chaparrón.
      • 1913 Maudet, A. J. "Mahuarí" [01-01-1913] p. 1075 Hojas Selectas (Barcelona) Ar (HD)
        Tío Abelardo no se había rodeado de grandes comodidades: su casa era un rancho de chorizo, esto es, un armazón de madera fortalecido con alambres entrecruzados, sobre los que se amontonó trenzas de paja y barro que formaron las paredes; unas chapas de zinc acanaladas hacían de techo, y de suelo la generosa y virgen tierra pampeana, lustrosa y dura á fuerza de rociadas y barridas cotidianas. Ni un árbol plantó para amortiguar los saetazos solares, de modo que ni aún allí pude descansar la vista del eterno verde de la llanura y del monótono azul del cielo, sobre el que se recortaban, agigantadas, las siluetas de los caballos, de las grandes máquinas agrícolas y de las parvas diseminadas como un campamento interminable.
      • 1915 Zúpay, C. "Levadura razas" [09-01-1915] Caras y Caretas (Buenos Aires) Ar (HD)
        Buenos Aires surgió a las ávidas miradas de los viajeros como una aparición fantástica que se desentrañara del agua divinamente azul y relampagueante a los saetazos del sol... ¡Allí estaba Buenos Aires!
      • 1921 Anónimo "Hora siesta" [14-05-1921] La Esfera (Madrid) Esp (HD)
        Y la pareja campesina queda silenciosa, abotargada por la calma ardiente de la siesta... Vibra el azul del cielo, acuchillado por los saetazos del sol. Ebrias de luz, las cigarras, cobijadas entre los tiernos pámpanos del parral, hacen vibrar sus élitros prolongando su lírica agonía…
      • 1923 Tous Maroto, J. M. "Peregrinación Lourdes" [27-06-1923] Correo de Mallorca: Periódico Católico (Palma de Mallorca) Esp (HD)
        A la media hora escasa de haber abandonado “el tren azul”, en el que viajamos los peregrinos mallorquines, la monumental estación de Toulouse, rajan la oscuridad de la noche los primeros saetazos de luz y al poco rato el día ha triunfado totalmente bajo un cielo sin nubes, pálidamente azulado. El viaje no pudo ser más feliz: ni el más leve contratiempo vino a empañar, ni siquiera por unos instantes, el entusiasmo de todos los peregrinos.
      • 1932 Gismera, M. "Glosas fiesta de toros" [01-04-1932] Nuevo Mundo (Madrid) Esp (HD)
        Tras la reclusion de Carnestolendas, el voltear jubiloso de las campanas que repican a gloria es cual bélico clarín que anuncia la pelea. Espíritu guerrero de la Roma inmortal. Y las arenas circenses, arrebujadas en la capa mustia de la cruel invernada, volverán a sentir sobre su lecho diamantino la alegría dorada de un sol de Hispania. Saetazos de Febo sobre fondo de rubíes. Luz de la raza, aliento vivificador que invita al ensueño y transforma en gigantes a los que sólo son pigmeos.
  5. 1⟶metáfora
    s. m. Mirada penetrante.
    Sinónimos: flechazo; saeta; saetada
    docs. (1878-1946) 8 ejemplos:
    • 1878 Pz Galdós, B. Familia León Roch [2002] I, 79 Esp (CDH )
      Sus ojos eran rasgados, grandes, de un verde oceánico, con movible irradiación de oro, y miraban con serenidad sentimental, que podría pasar por sosa aquí donde, si se reúne mucha gente y un ejército de ojos negros, se ve un verdadero tiroteo granizado de saetazos. Pero las miradas de María no tenían fama de desabridas, sino de orgullosas. Sus labios eran tan rojos como recién abiertas heridas; su cuello airoso, su seno proporcionado y sus manos pequeñas y de dulce carne acompañadas, como las de Melibea.
    • 1946 Mtz Kleiser, L. Carcajada Esp (FG)
      [...] al mismo tiempo le dirigió dos saetazos de fuego con los ojos.
    • 1878 Pz Galdós, B. Familia León Roch [2002] I, 79 Esp (CDH )
      Sus ojos eran rasgados, grandes, de un verde oceánico, con movible irradiación de oro, y miraban con serenidad sentimental, que podría pasar por sosa aquí donde, si se reúne mucha gente y un ejército de ojos negros, se ve un verdadero tiroteo granizado de saetazos. Pero las miradas de María no tenían fama de desabridas, sino de orgullosas. Sus labios eran tan rojos como recién abiertas heridas; su cuello airoso, su seno proporcionado y sus manos pequeñas y de dulce carne acompañadas, como las de Melibea.
    • 1888 Pereda, J. M. Montálvez [1888] Esp (CDH )
      Conociólo bien pronto doña Ramona, y enderezó á la otra estas palabras, acompañadas de dos saetazos por encima de sus anteojos:

      — Yo no estorbo aquí, señora; téngalo usted entendido. Entre mi marido y yo, como no hay pecados, tampoco hay secretos. Somos un alma en dos cuerpos, por la gracia de Dios.

    • 1903 Anónimo "Trad Bellairs, Castle" [01-11-1903] Por Esos Mundos (Madrid) Esp (HD)
      Mandeville arqueó sus amarillentas cejas un poco más de lo que la Naturaleza las había arqueado, y retiró el rechazado brazo llevándolo al bolsillo de su bordado chaleco. —¿Reñir yo?—dijo.—¿Yo reñir? ¡Eso seria cosa nunca vista! Yo soy el hombre más pacífico del mundo... —¡Oh! Todos sabemos—exclamó la mascarita (y á través de la careta aquellos ojos negros le lanzaban terribles saetazos)—que eres gran amante de la paz. Durante un segundo, bajo aquellos párpados caídos, Mandeville lanzó á la mascarita deslumbradora mirada, semejante á vivísimo relámpago ante el cual las pequeñas armas que se valía Catalina eran sencillos juguetes.
    • 1910 Frexas, J. "Tranvía" [12-11-1910] Caras y Caretas (Buenos Aires) Esp (HD)
      Tres pasos más y la pasajera llega á la mitad, del pasillo. Mira en derredor, como si buscara el asiento que el guarda la habría, muy formalmente, prometido y finge, entonces, una gran confusión. Previamente, fulmina al guarda con dos saetazos de sus lucientes ojos y luego prorrumpe, en voz bastante alta, para que puedan oírla bien: — ¡Pero, guarda!... ¡No hay asiento! ¿No hay asiento, ha dicho? Imposible.
    • 1922 Albornoz, Á. "Casinismo" [11-02-1922] España (Madrid) Esp (HD)
      En tal otra vieja e ilustre ciudad, que duerme su siesta a orillas del “río grande”, tras el encanto de vagar por las calles solitarias, entre saetazos de maravillosos ojos negros que os acechan a través de rejas y persianas, después de haber contemplado el prodigioso monumento árabe, único en el mundo, os aguarda la sorpresa del “monumental” casino. Y donde no hay casinos “monumentales”, los hay relativamente espléndidos. En la vega andaluza o levantina, en la estepa castellana o manchega, el casino es el centro de la vida social.
    • 1923 Alomar, G. Política idealista p. 317 Esp (BD)
      Entre los dos velos de tus mujeres, el centelleo de los ojos me hiere con un saetazo ambiguo de airada voluptuosidad. Es Sesuán misma, con todo su amor hecho odio, a la puerta del harén mancillado, como nuestras manolas de 1808 ante el invasor francés.
    • 1946 Mtz Kleiser, L. Carcajada Esp (FG)
      [...] al mismo tiempo le dirigió dos saetazos de fuego con los ojos.
    • 1878 Pz Galdós, B. Familia León Roch [2002] I, 79 Esp (CDH )
      Sus ojos eran rasgados, grandes, de un verde oceánico, con movible irradiación de oro, y miraban con serenidad sentimental, que podría pasar por sosa aquí donde, si se reúne mucha gente y un ejército de ojos negros, se ve un verdadero tiroteo granizado de saetazos. Pero las miradas de María no tenían fama de desabridas, sino de orgullosas. Sus labios eran tan rojos como recién abiertas heridas; su cuello airoso, su seno proporcionado y sus manos pequeñas y de dulce carne acompañadas, como las de Melibea.
    • 1888 Pereda, J. M. Montálvez [1888] Esp (CDH )
      Conociólo bien pronto doña Ramona, y enderezó á la otra estas palabras, acompañadas de dos saetazos por encima de sus anteojos:

      — Yo no estorbo aquí, señora; téngalo usted entendido. Entre mi marido y yo, como no hay pecados, tampoco hay secretos. Somos un alma en dos cuerpos, por la gracia de Dios.

    • 1903 Anónimo "Trad Bellairs, Castle" [01-11-1903] Por Esos Mundos (Madrid) Esp (HD)
      Mandeville arqueó sus amarillentas cejas un poco más de lo que la Naturaleza las había arqueado, y retiró el rechazado brazo llevándolo al bolsillo de su bordado chaleco. —¿Reñir yo?—dijo.—¿Yo reñir? ¡Eso seria cosa nunca vista! Yo soy el hombre más pacífico del mundo... —¡Oh! Todos sabemos—exclamó la mascarita (y á través de la careta aquellos ojos negros le lanzaban terribles saetazos)—que eres gran amante de la paz. Durante un segundo, bajo aquellos párpados caídos, Mandeville lanzó á la mascarita deslumbradora mirada, semejante á vivísimo relámpago ante el cual las pequeñas armas que se valía Catalina eran sencillos juguetes.
    • 1910 Frexas, J. "Tranvía" [12-11-1910] Caras y Caretas (Buenos Aires) Esp (HD)
      Tres pasos más y la pasajera llega á la mitad, del pasillo. Mira en derredor, como si buscara el asiento que el guarda la habría, muy formalmente, prometido y finge, entonces, una gran confusión. Previamente, fulmina al guarda con dos saetazos de sus lucientes ojos y luego prorrumpe, en voz bastante alta, para que puedan oírla bien: — ¡Pero, guarda!... ¡No hay asiento! ¿No hay asiento, ha dicho? Imposible.
    • 1922 Albornoz, Á. "Casinismo" [11-02-1922] España (Madrid) Esp (HD)
      En tal otra vieja e ilustre ciudad, que duerme su siesta a orillas del “río grande”, tras el encanto de vagar por las calles solitarias, entre saetazos de maravillosos ojos negros que os acechan a través de rejas y persianas, después de haber contemplado el prodigioso monumento árabe, único en el mundo, os aguarda la sorpresa del “monumental” casino. Y donde no hay casinos “monumentales”, los hay relativamente espléndidos. En la vega andaluza o levantina, en la estepa castellana o manchega, el casino es el centro de la vida social.
    • 1923 Alomar, G. Política idealista p. 317 Esp (BD)
      Entre los dos velos de tus mujeres, el centelleo de los ojos me hiere con un saetazo ambiguo de airada voluptuosidad. Es Sesuán misma, con todo su amor hecho odio, a la puerta del harén mancillado, como nuestras manolas de 1808 ante el invasor francés.
    • 1931 Pagés, A. GDiccLengCastellana (NTLLE)
      Saetazo. m. fig. Mirada penetrante.
    • 1946 Mtz Kleiser, L. Carcajada Esp (FG)
      [...] al mismo tiempo le dirigió dos saetazos de fuego con los ojos.
  6. s. m. Pinchazo con instrumento afilado.
    docs. (1916-1933) 2 ejemplos:
    • 1916 Belda, J. Aquellos polvos p. 81 Esp (BD)
      El enfermo, después de dejar al descubierto su hemisferio posterior, se tumbaba en el hule boca abajo, y el médico frotaba con un algodón empapado en alcohol la parte pequeñísima destinada al sacrificio, que era la región carnosa que cae por debajo de los riñones. Preparado así el terreno se armaba el profesor de una finísima y larga aguja, y de un golpe, como quien clava un rejón ó pone el asta de la bandera en lo alto de una posicion codiciada, hundía en las carnes del paciente todo el acero. El que viese aquello y no estuviese enterado compadecería al enfermo, y le admiraría al ver que ni una fibra de su cuerpo se había conmovido con el terrible saetazo; ni compasión ni admiración merecía aquello, pues el pinchazo no dolía lo más mínimo.
    • 1933 Alcalá Venceslada, A. VocabAndaluz - Esp (BD)
      Saetazo. —m. Pinchazo con instrumento buído. "y sacó a relucir una daga hecha con medio estoque que parecía un aguja de coser albardas—. Con éste, ni sangre, ni escándalo, ni ná... mata como las víboras: un saetazo y en paz" (José Nogales, "Mariquita León", pág. 119). "A esa campaña le falta ahora el badajo y además el saetazo de Berrinches la dejó cascada". (Ídem, id. pág. 148).
  7. Acepción lexicográfica
  8. s. m. Esp: Merid (Can) "Golpe dado al cerdo antes de degollarlo" (Alvar, ALEICan II-1976).
    docs. (1976) Ejemplo:
    • 1976 Alvar, M. (dir.) ALEICan, II - Esp (FG)
      saetazo. 'golpe dado al cerdo antes de degollarlo' [lám. 465, mapa 454].

Diccionario histórico de la lengua española
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