Diccionario panhispánico de dudas
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colores. 1. Género. Los nombres de color, cuando se usan como sustantivos, son siempre masculinos: el verde, el amarillo, el rojo, etc. Cuando funcionan como adjetivos, si son de dos terminaciones (blanco, -ca; negro, -gra; rojo, -ja; amarillo, -lla, etc.), se usa la forma masculina o la femenina según sea el género del sustantivo al que modifican: falda roja, pantalón negro. Pero si, para designar matices, el nombre de color se halla a su vez modificado por otro, o por un adjetivo como claro, oscuro o similares, lo normal, de acuerdo con el uso mayoritario, es usar ambos términos en masculino, incluso en referencia a un sustantivo femenino: «Leichtlinii, de gran flor rojo oscuro» (Alonso Plantas [Esp. 1980]); se supone, en estos casos, la elisión del sustantivo masculino color; no obstante, también es posible la concordancia en femenino: «La tierra era marrón clara» (Bolaño Detectives [Chile 1998] 369).
2. Plural. Para el plural, los nombres de color siguen las pautas siguientes:
a) Cuando funcionan como sustantivos, hacen el plural de acuerdo con las reglas generales (→ plural, 1), esto es, los blancos, los rosas, los carmesíes o carmesís, los azules, los marfiles, los grises, etc.: «La piel cremosa y suave, el largo pelo oscuro, el azul desteñido de los tejanos se pierden y se desvanecen absorbidos en los rosas, los malvas, los azules intensos del tapiz» (Tusquets Mar [Esp. 1978]). Si, para designar matices, el nombre de color lleva en aposición otro sustantivo, este último permanece invariable: los verdes botella, los grises perla, etc.
b) Cuando funcionan como adjetivos, hay que distinguir entre los nombres que designan únicamente colores, los cuales concuerdan siempre con el sustantivo al que modifican (faldas rojas, pantalones verdes, ojos azules, etc.), y los nombres que designan primariamente una flor, un fruto, una sustancia o un objeto que tienen ese color característico, los cuales pueden usarse en aposición y permanecer invariables en plural (ojos malva, faldas naranja, camisas añil, etc.) o concordar con el sustantivo, con funcionamiento plenamente adjetivo (ojos malvas, faldas naranjas, camisas añiles, etc.). Si, para designar matices, un nombre de color se halla a su vez modificado por otro, o por un adjetivo como claro, oscuro o similares, lo normal es mantener ambos elementos invariables en singular, de acuerdo con el uso mayoritario (pantalones verde botella, ojos azul claro, etc.): «Grotescos tanques flotantes que van contaminando las aguas azul turquesa» (Bojorge Aventura [Arg. 1992]); «Ha depositado las bolsas sobre las losetas gris perla de la cocina» (Azúa Diario [Esp. 1987]); «Es un arbusto de lento crecimiento, con hojas verde oscuro» (Marsigno Jardinería [Arg. 1991]).
Diccionario panhispánico de dudas 2005
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