ESPAÑOL AL DÍA

¿Se escribe «¡Que le corten la cabeza!» o «¡Qué le corten la cabeza!»?

La escritura de la célebre orden de la Reina de Corazones de Alicia en el país de las maravillas puede ser motivo de duda para algunos hablantes: la palabra que la introduce, ¿se escribe con tilde o sin ella? La misma duda se nos puede plantear al escribir expresiones similares que usamos para dar órdenes, como ¡Que me dejes en paz! o ¡Que te calles!, o para expresar deseos, como ¡Que gane el mejor!, ¡Que llueva! o ¡Que aproveche!, junto con otras de naturaleza simplemente festiva o celebrativa, como ¡Que vivan los novios! Como se ve, todos estos enunciados escritos entre signos de exclamación no están introducidos por el exclamativo qué, sino por la conjunción que, palabra que debe escribirse sin tilde. ¿Cómo saber que no hay que poner tilde porque estamos ante la conjunción que y no ante el exclamativo qué?

La primera clave la encontramos en su pronunciación: el exclamativo qué es una palabra tónica, es decir, tiene acento prosódico, se pronuncia con relieve, con intensidad; en cambio, la conjunción que, como todas las conjunciones, es una palabra átona, carece de acento y se apoya por ello en la palabra tónica siguiente, con la que forma un grupo acentual. Basta con tener un poco de oído para percibir la diferencia en la articulación de estas dos palabras en el discurso y así escribir la tilde solo cuando corresponda.

Si pronunciamos en voz alta estos dos enunciados, se podrá apreciar la diferencia entre el exclamativo qué y la conjunción que (en el corchete de pronunciación hemos separado los diferentes grupos acentuales y señalado con tilde las vocales que soportan el acento prosódico):

         ¡Qué bien lo pasas! [ké | bién | lopásas]

         ¡Que lo pases bien! [kelopáses | bién]

La segunda clave nos la ofrece la naturaleza del mensaje que comunican este tipo de oraciones exclamativas introducidas por la conjunción que. Son enunciados que transmiten órdenes o deseos de modo enfático o expresivo y, en realidad, en todas ellas puede recuperarse un verbo implícito o sobrentendido de mandato o deseo (ordenar, mandar, querer, desear…) del que dependería, como subordinada, la oración introducida por la conjunción que:

         ¡[Ordeno] que le corten la cabeza!

         ¡[Espero] que lo pases bien!

         ¡[Quiero] que te calles!

         ¡[Deseo] que me dejes en paz!

         ¡[Espero] que llueva!

         ¡[Todos deseamos] que vivan los novios!

Si el verbo principal estuviera expreso, no dudaríamos en escribir la conjunción que sin tilde.

Tras lo explicado, ante la duda sobre si escribir o no tilde en estos casos, bastará con pararnos a pensar un poco y… ¡que haya suerte! (sin tilde).

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