El Paisaje de la Luz, declarado Patrimonio Mundial de la UNESCO

La UNESCO ha reconocido como Patrimonio Mundial al área comprendida entre el Paseo del Prado y el parque del Buen Retiro de la ciudad de Madrid, el denominado Paisaje de la Luz. Este enclave ha merecido el reconocimiento por su capacidad de aunar en un entorno urbano cultura, ciencias y naturaleza.

La Real Academia Española es parte esencial de la zona urbanística del recién nombrado Patrimonio Mundial. La sede institucional es un ejemplo de la arquitectura ecléctica del siglo xix y sus dependencias atesoran numerosas joyas literarias y artísticas, además de ser la institución que vela por el buen uso y la unidad del español, patrimonio inmaterial de la humanidad, que hablan más de 580 millones de personas.

Este domingo, en el encuentro del 44.º Comité de Patrimonio Mundial de la UNESCO en Fuzhou (China), los 21 países que conforman el comité han votado sí a la candidatura madrileña. El Ayuntamiento de Madrid y la Comunidad de Madrid han aunado esfuerzos junto a las instituciones que forman parte de este enclave para presentar la candidatura denominada El paseo del Prado y el Buen Retiro, paisaje de las artes y las ciencias, avalada por el Ministerio de Cultura y Deporte. 

PAISAJE DE LA LUZ

En torno al paseo del Prado, el primer ejemplo de una alameda urbana desde el siglo xvi, se sitúan las grandes instituciones culturales, científicas, políticas, económicas y representativas de la sociedad madrileña y del Estado español. Está ligado histórica y geográficamente a los jardines del Buen Retiro. Ambos, paseo y parque, forman un conjunto indisoluble cuyo origen se remonta a mediados del siglo xvi, cuando por primera vez se concibe un espacio para que todos los ciudadanos, sin distinciones sociales, pudieran disfrutar de la naturaleza dentro de los límites de la ciudad.

A finales del siglo xviii, el rey Carlos III abrió puntualmente los jardines del Buen Retiro al público, integrándolos en la renovación general de la ciudad, con una nueva visión del espacio urbano que incluía un factor innovador y decisivo único en su época: la creación de un conjunto de instituciones de carácter científico. Era un gran proyecto de divulgación de la ciencia y de enseñanza científica para todos los ciudadanos que, al tiempo de embellecer la ciudad, constituyó un modelo de desarrollo urbano del periodo ilustrado.

Todo ello confiere al Paisaje de la Luz un valor universal excepcional que ha sido reconocido por la UNESCO y lo define como un modelo único de urbanismo singular adelantado a su tiempo, reflejo de un ideal sobre una nueva sociedad que se expandió más allá de nuestras fronteras. Un paisaje cultural urbano, rico y heterogéneo, evolutivo y dinámico, diseñado cuidadosamente para el recreo y la formación de los ciudadanos en contacto con la naturaleza.