La RAE expone el busto del escritor José Enrique Rodó donado en 1963

La Real Academia Española (RAE) expone estos días en la sala de directores de la sede institucional en Madrid el busto del escritor uruguayo José Enrique Rodó (1871-1917), en el marco de los festejos por el 150.º aniversario de su nacimiento. La escultura fue donada por Eduardo Víctor Haedo, presidente del Consejo Nacional del Uruguay, a la RAE en 1963 y se conserva desde entonces en la institución.

José Enrique Rodó fue periodista, escritor, académico correspondiente extranjero de la RAE, tres veces diputado y brillante exponente de la generación del 900 uruguaya. Su influencia, dentro y fuera de fronteras, es enorme gracias a sus obras literarias y su legado político en toda Hispanoamérica.

Como parte de las celebraciones por este aniversario, la RAE acogió el 4 de octubre un acto de homenaje, que también se pudo seguir por Internet, en recuerdo a Rodó con una mesa de análisis sobre su vida y obra en la que intervinieron Santiago Muñoz Machado, director de la RAE; Martha Canfield, miembro de la Academia Nacional de Letras de Uruguay, y María Saavedra, representante de la Sociedad Rodoniana. Al acto acudieron personalidades, académicos, diplomáticos y representantes políticos del ámbito panhispánico.

La actividad se enmarca en la 27.ª edición del Día del Patrimonio de Uruguay (2 y 3 de octubre de 2021), que este año rinde homenaje a José Enrique Rodó con el lema «Las ideas cambian el mundo».

Con motivo de este aniversario, la RAE expone en la sala de directores también una selección de documentos de Rodó, el busto del literato que conserva el Archivo de la institución y libros de la Biblioteca. Entre el material archivístico, encontramos cartas y papeles oficiales en torno a la donación de la escultura a la RAE, recortes de prensa, así como la propuesta del uruguayo como académico correspondiente extranjero y la minuta del diploma acreditativo, entre otros documentos de gran interés histórico y patrimonial.

SOBRE JOSÉ ENRIQUE RODÓ

Nacido en Montevideo (Uruguay) en 1871, José Enrique Rodó fue periodista, escritor, tres veces diputado y el más brillante exponente de la generación del 900 uruguaya. En esa bisagra de los siglos xix y xx que fue su tiempo, su nombre se sumó al de Vaz Ferreira en pensamiento y reflexiones filosóficas; a Carlos Reyles, Florencio Sánchez, Horacio Quiroga, Herrera y Reissig, María Eugenia Vaz Ferreira y Delmira Agustini en literatura.

Aunque no había concluido sus estudios universitarios, sus conocimientos fueron reconocidos por el rector de la universidad, Alfredo Vásquez Acevedo, quien lo nombró profesor de Literatura. Ese sería el cerno de una obra literaria que había comenzado en 1895, cuando fundó con Víctor Pérez Petit y los hermanos Martínez Vigil la Revista Nacional de Literatura y Ciencias Sociales.

Un folleto sobre La vida nueva (1898) y una breve publicación crítica sobre Rubén Darío (1899) fueron el preámbulo de Ariel (1900), su obra más conocida y la generadora del «arielismo», un movimiento que tomó su nombre del joven protagonista del libro, para expandirse por Hispanoamérica con su crítica al utilitarismo anglosajón y su reivindicación de la matriz cultural grecolatina, común a todo el mundo hispanoamericano.

En 1909 publicó Motivos de Proteo y en 1913 Mirador de Próspero. Por entonces, ya era un hombre clave para Uruguay. Sus libros y su nombre trascendían fronteras. En 1912 fue designado académico correspondiente extranjero de la Real Academia Española y en 1916 la revista argentina Caras y Caretas lo nombró corresponsal en Europa. Su influencia dentro y fuera de las fronteras del país es enorme, por eso Uruguay le dedica el Día del Patrimonio 2021 cuando se cumplen 150 años de su nacimiento.