Acordeón (foto: Pixabay)

Diccionario histórico de la lengua española

La vida de las palabras: «acordeones» y «concertinas»

15 de Abril de 2021

¿Cuál es el origen de las palabras? ¿Cómo ha evolucionado su uso? En una nueva edición de «La vida de las palabras», una serie de artículos dedicados a bucear en los orígenes de algunos vocablos, hablamos de instrumentos musicales, en este caso de acordeón y concertina. Recuerde que el Diccionario histórico de la lengua española ofrece esta información pormenorizada gracias a exhaustivos métodos en los que confluyen la lingüística, la filología y la informática. 

En un anuncio del Diario de Avisos de Madrid publicado en 1836 se indica que «una familia que se ausenta de esta corte tiene que vender varios muebles [...]. Como también [...] un asador holandés de hoja de lata, un acordeón, un necesario, un boa y una pañoleta de pieles finas, una mantelería fina y varios libros». El nombre de este instrumento musical, que se toma en nuestra lengua del francés (y en este idioma del alemán Akkordion, vocablo derivado de Akkord ‘acorde musical’ y con el que se designa el instrumento inventado por Cyrill Demian en 1829), se emplea además, ya en el siglo xx, para referirse al ‘escrito contenido en un papel pequeño, generalmente doblado o arrugado, cuyos datos se usan disimuladamente en los exámenes’, significado que se atestigua en Las rojas son las carreteras (1976) de D. Martín del Campo («Avanzamos, con la solidaridad de arriesgar un examen al compartir un acordeón que salvará al amigo de la nota reprobatoria»). En Cuba se usa para referirse a un ‘autobús de transporte urbano que consta de dos partes unidas por una plataforma circular móvil con una cubierta de goma en forma de fuelle’, como muestra un artículo publicado, en 2015, en Trabajadores (La Habana): «Conocidos popularmente como acordeones, los nuevos medios tienen unos 16 metros de largo y por eso ruedan por la Carretera Central; una línea con dos sentidos y recta».

Al igual que el acordeón, la concertina es un instrumento musical de viento, con un fuelle largo y un teclado de botones en las cubiertas laterales (que suelen ser hexagonales u octogonales). Una vez más la prensa nos informa de la llegada de este instrumento, inventado por Charles Wheatstone en 1829 (y documentado en inglés desde 1837, según indica el Oxford English Dictionary): «Concertinas DE WEATSTONE Y COM. DE LONDRES. Un prospecto de este armonioso, cómodo y portátil instrumento, y los métodos en español para instruir a los que quieran tocarlo por medio de una serie de aires fáciles, se encuentra en la calle Mayor, número 10, donde se reciben los pedidos» (El Heraldo, Madrid, 15/07/1854). Todavía en diciembre de 1855, en un artículo de la Gaceta Musical de Madrid, la concertina se describe como un género de acordeón «enteramente nuevo» presentado por «los señores C. Wheatsone y compañía» en la Exposición Universal de París celebrada ese mismo año. A través de un proceso metafórico, ya en inglés surge la acepción ‘alambrada en forma de espiral’, documentada por primera vez en septiembre de 1970, en una noticia publicada en La Vanguardia (Barcelona), donde figura entrecomillada: «Esta red, llamada la ‘concertina’ de alambre, protege las escaleras de acceso a una batería de obuses en el sector norte de Vietnam del Sur. Atravesando dicha red vemos a una sección de artilleros, cargados con proyectiles, camino de la base».

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