Winchester (foto: Pixabay)

Diccionario histórico de la lengua española

La vida de las palabras: «winchester»

11 de Noviembre de 2020

¿Cuál es el origen de las palabras? ¿Cómo ha evolucionado su uso? ¿Cómo se llegó a su significado actual? En una nueva entrega de «La vida de las palabras», una serie de artículos dedicados a bucear en los orígenes de algunos vocablos, hablamos de winchester, güinchester o güincheste. Recuerde que el Diccionario histórico de la lengua española ofrece esta información pormenorizada gracias a exhaustivos métodos en los que confluyen la lingüística, la filología y la informática. 

En la prensa del siglo xix podemos leer distintos textos en los que se menciona un nuevo fusil, el winchester; así, en un artículo de 1866 publicado en La Asamblea del Ejército y Armada (Madrid) se da noticia de esta nueva arma: «Según lo que hemos leido en varios periódicos estranjeros, en Suiza y en Alemania el fusil que va á adoptarse es el inglés denominado Winchester, que pertenece al sistema revolver y que se carga con 13 tiros, y cuyo coste es unos 100 francos». Y muy pronto empieza a emplearse para referirse a un arma de fuego larga y de repetición. De hecho, es muy frecuente que en la prensa se registren ejemplos de Winchester usado en aposición a otro sustantivo que designa un sistema de disparo o un arma de fuego larga (carabina, fusil, rifle, etc.) y, en estos casos, se escribe por lo general con mayúscula, como prueba ya un artículo publicado el 28 de noviembre de 1866 en La Regeneración (donde se lee lo siguiente: «Ahora que se ha apoderado de todos los gobiernos la fiebre de los armamentos militares, y que la cuestión del fusil es la primera de las cuestiones de gabinete, creo oportuno hablar dos palacras [sic] del fusil Winchester, que es el que hoy priva. Este fusil americano, dicen que es el más ventajoso de todos en coste, en manejo y en resultados. Lo acaban de adoptar en Inglaterra y en Suiza. Pueden tirarse con él treinta tiros en un minuto»).

Ante winchester se han alzado algunas adaptaciones que, al menos desde el siglo xx, rivalizan, aunque tímidamente, con ese anglicismo crudo: güinchester se atestigua en 1923, en la novela La que no perdonó de H. Wast (seudónimo de Gustavo Adolfo Martínez Zuviría), quien introduce la voz entre comillas («—¿Es un yacaré eso que va subiendo por la tosca? —Sí, un yacaré. Sale a rebuscarse la comida en el sauzal, donde hay nidos de pajaritos o en el desplayau, donde no faltan güevos de tortuga. Déjalo estar, que si don Félix trae el “güinchéster”, le hemos de dar un susto»).

Por la misma época se documenta güincheste, un vocablo que figura en la novela Doña Bárbara, de R. Gallegos («Y durante largo rato la expectativa los mantuvo en silencio, atentos a los rumores lejanos. Por fin oyéronse detonaciones hacia los lados de La Matica. —Ya empezaron a trabajar los güinchestes —dijo uno. —Hay un revólver contestando —añadió otro»).

El Diccionario histórico de la lengua española

El Diccionario histórico de la lengua española (DHLE) se puede consultar gratuitamente en Internet con más de 5610 artículos publicados en los que busca presentar, de un modo organizado, la evolución del léxico español a lo largo del tiempo hasta la actualidad.

Su objetivo fundamental consiste en ofrecer a los filólogos y al público en general aquella información relevante sobre la historia de las palabras que les permita interpretar los textos del pasado y del presente. Para ello se da cuenta del cambio que han experimentado las palabras en su significado e incluso de los usos lingüísticos accidentales de una época determinada.

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