En la Universidad de Jordania, Aurora Egido habló sobre Teresa de Ávila.

Conferencias de Aurora Egido en la capital de Jordania

9 de Diciembre de 2016

• Habló sobre las obras de Cervantes y Teresa de Ávila

La académica Aurora Egido, catedrática emérita de Literatura Española de la Universidad de Zaragoza, ha visitado esta semana Amán, la capital de Jordania, en donde ha hablado del Quijote —en el año del centenario cervantino— y del Libro de la vida, de Teresa de Ávila.

Invitada por el director del Instituto Cervantes de Amán, Antonio Lázaro, y por la Embajada de España en Jordania, Aurora Egido impartió el 7 de diciembre la conferencia titulada «La segunda parte de Don Quijote de la Mancha y la riqueza de las lenguas en contacto». En su intervención en la sede del Instituto Cervantes, la profesora Egido explicó hasta qué punto Miguel de Cervantes, lejos de considerar el plurilingüismo como un problema, lo sintió como una riqueza en todos los planos de la existencia, pues, gracias al conocimiento de las lenguas, es posible la comunicación entre las personas, independientemente de su origen, raza, lengua o religión.

La obra muestra meridianamente cuestiones tan actuales como el exilio forzado, circunstancia que, como la necesidad de viajar, obliga a las personas a cambiar de vida y costumbres, además de impulsar el conocimiento de otras lenguas que les permitan entenderse en su nueva vida.

PLURALIDAD LINGÜÍSTICA

Como en la primera parte del Quijote, pero con mayor intensidad, Cervantes muestra, en la segunda, la convivencia del español con el latín, considerado lengua de cultura, sin que falten referencias ocasionales al griego y al hebrero. Pero sobre todo aludirá al contacto del español con el italiano, el alemán, el árabe, el portugués y el catalán, mostrando, según diría en el pasado siglo el mexicano Alfonso Reyes, que si «la realidad es continua y todos los caminos se entrecruzan», también ocurre algo parecido con las lenguas en contacto.

Entre esos y otros referentes idiomáticos, Cervantes aludió particularmente a la lengua árabe, refiriéndose a la herencia que de ella hay en varios vocablos castellanos, aparte de contar con episodios en los que la presencia de los moriscos obliga a referirse a dicha lengua. Esta constituye, como se sabe, parte sustancial de una obra que tiene en Cide Hamete Benengeli a uno de sus «autores» más preclaros.

Por otro lado, al plantear el problema de la traducción, Cervantes ofrece la teoría y la práctica de esta en un libro que cifra en ella la fama futura del propio Quijote, asentando de manera profética el futuro de su universalidad.

SANTA TERESA 

Ayer, 8 de diciembre, Aurora Egido habló en la Universidad de Jordania sobre «Santa Teresa, retratada por ella misma en el Libro de la vida».

Aurora Egido se centró en el sentido de una autobiografía aparentemente escrita por mandato, pero que se ofrece a los lectores como una reivindicación vital e intelectual de su autora, más allá de las barreras que cercaban a las mujeres de su tiempo.

El parangón con las imágenes plásticas en las que santa Ana aparece enseñando a leer a la Virgen, o en otras en las que esta se muestra junto al Niño Jesús leyendo, realzaba la figura de la mujer, maestra y lectora, a la que también se refirieron fray Luis de León y otros humanistas de su tiempo.

El pecado femenino de leer y escribir convertiría así al Libro de la vida en el mejor modo de redimirse su autora como persona, probando finalmente que dicha obra estaba a la altura de las Confesiones de san Agustín y de otras muchas autobiografías y biografías escritas por santos y preclaros varones.

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En el IC de Amán, Aurora Egido analizó el plurilingüismo del «Quijote».

En la Universidad de Jordania, Aurora Egido habló sobre Teresa de Ávila.

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