Coronavirus: termómetro y medicamentos (foto: pixabay)

Crisis del COVID-19: apuntes sobre «cuarentena» en la lengua española

19 de Marzo de 2020

Nuestro idioma es permeable a los cambios y por ello la crisis a nivel mundial del coronavirus hace que a los hispanohablantes les surjan dudas sobre nuevos términos que nacen para expresar situaciones excepcionales que el el COVID-19 ha traído consigo.

Es muy probable que siempre se recuerde coronavirus porque es una palabra que ya ha entrado en nuestra conversación ordinaria, o los usos de cuarentena, una palabra que, por desgracia, ha vuelto con fuerza a nuestro vocabulario.

¿Se va a incorporar al Diccionario de la lengua española la expresión cuarentenar?

Con esta palabra ocurrirá, como siempre, lo que los hispanohablantes decidan. Si les gusta cuarentenar, y se utiliza mucho y permanece, se incorporará al acervo del español. Quien crea palabras es el hablante, todos aquellos que usan la lengua. La Academia toma nota y cuando los términos ya están suficientemente extendidos, se acaban reconociendo.

De hecho, sobre el término cuarentena los hablantes ya han formado derivados verbales como cuarenten(e)ar o encuarentenar, este último parece que más frecuente en México. No obstante, lo habitual aún es optar por expresiones pluriverbales como poner/estar en cuarentena o pasar la cuarentena.

¿Una cuarentena es necesariamente de cuarenta o de catorce días?

No. Pese al origen de la palabra, el tiempo que dura una cuarentena puede variar según el caso. Una de las acepciones del Diccionario de la lengua española del término cuarentena es la de «aislamiento preventivo a que se somete durante un período de tiempo, por razones sanitarias, a personas o animales». Su duración puede ser, pues, variable, como se ve en este ejemplo: «Nos ordenaron guardar una estricta cuarentena de doce días» (M. Signes). Aun así, en su origen las cuarentenas sí eran de cuarenta días; de ahí su nombre. Parece que durante la epidemia de peste negra en el siglo XIV se mantuvieron aislamientos de cuarenta días cuya duración se fijó en recuerdo del número de días que pasó Jesús en el desierto.

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