delfínico

Este adjetivo, raro, se documenta por primera vez, con la acepción 'perteneciente o relativo al delfín  (| heredero y primogénito del rey de Francia)', alrededor de 1496, en Arte breue e introduccion muy necessaria para saber jugar al axedres con ciento cincuenta juegos de partido, de L. Ramírez de Lucena, donde el adjetivo se usa para referirse al príncipe Juan de Aragón y Castilla, llamado a ser el heredero de los Reyes Católicos (y, por tanto, se emplea en una clara analogía con los herederos del trono de Francia). En 1969, en un artículo publicado en el diario ABC (Madrid), se atestigua con el valor 'perteneciente o relativo al delfín (|  persona designada o elegida por otra, por una organización o por un grupo para sucederla en un puesto relevante de esa entidad o equipo).

Se documenta por primera vez en 1845, en el segundo tomo del Diccionario universal francés-español de Domínguez, donde se caracteriza como un  vocablo propio de la química y se define del siguiente modo: "dícese de un ácido particular que se origina por la accion de la potasa sobre el aceite del delfin". Después se registra en diversos repertorios lexicográficos.

Por su parte, ácido delfínico (véase ácido), como 'ácido orgánico carboxílico que se halla en la raíz de la valeriana', se atestigua en 1822, en el segundo tomo de la Traducción de los Elementos de química aplicada a la medicina, farmacia y artes, por M. P. Orfila [...] Segunda edición, corregida y aumentada considerablemente; como se indica en algunos textos que versan sobre la historia de la química, este ácido fue descubierto por M. E. Chevreul en 1817, quien lo identificó en el aceite del delfín y de la marsopa, pero posteriormente se averiguó que se podía extraer de la Valeriana officinalis, por lo que adquirió otros nombres (como ácido valérico o ácido valeriánico).

Se documenta por primera vez, con la acepción 'perteneciente o relativo al delfín (|  cetáceo de la superfamilia de los odontocetos de hasta 10 metros de longitud, con el cuerpo fusiforme, el hocico corto o pronunciado y un único espiráculo en la parte superior de la cabeza)', en 1988, en un artículo publicado en El Informador (Guadalajara) .