Aumentativos y despectivos

LOS SUFIJOS AUMENTATIVOS

Añaden al contenido afectivo propio de los sufijos apreciativos la idea de aumento, intensidad o exceso.

Muchos términos formados con estos sufijos, que aparecen en los diccionarios, están lexicalizados, poseen significado propio y en ellos el sufijo ha perdido su carácter aumentativo:

almohadón, barcaza, camarote, cinturón, colchón, islote, jarrón, pala brota, salón.

Los principales sufijos aumentativos son los siguientes:

-ón/-ona. Incrementa o intensifica la valoración positiva o negativa de la palabra base:

fiebrón, manchón, nubarrón, caserón.

Las voces formadas con este sufijo pueden tener carácter ponderativo:

carrerón, memorión, peliculón, vozarrón o vocerón,

pero también despectivo, como cuando aluden a partes del cuerpo más grandes de lo normal:

barrigón, cabezón, cejón, narizón, orejón, panzón, tripón,

o a personas que han alcanzado determinada edad:

cincuentón, cuarentona, sesentón, setentona, treintón…

Se percibe una crítica amable en otros, como

bobona, coquetón, cursilón, egoistón, simplona, tristón.

-azo/-aza. Aporta frecuentemente connotaciones elogiosas, ponderativas, como en los casos siguientes:

articulazo, artistaza, carreraza, cochazo o carrazo, cuerpazo, estilazo, golazo, gustazo, madraza, maridazo, notaza, ojazos, puestazo, tipazo.

La valoración es, por el contrario, negativa cuando denota exceso:

acentazo, bocaza, calorazo, catarrazo, perrazo.

Unos cuantos términos formados con la variante -azas, propia del español europeo, designan personas, añadiendo el sufijo una fuerte connotación despreciativa:

bocazas, bragazas, manazas.

-ote/-ota. Se emplea sobre todo con nombres y adjetivos de persona:

amigote, angelote, bobote, brutote, feote, grandota, muchachota, ordinariota, pesadote, sosote.

Añade muy a menudo una valoración entre afectiva y despectiva, atenuada por un matiz de condescendencia:

campechanote, llanote, noblote, sanote, sencillote, simpaticote, tranquilote.

En México y Centroamérica se aplica con más frecuencia que en otras zonas a cosas materiales:

arbolote, dedote, dientote, hamacota, sillota.

Están lexicalizados y han perdido, por tanto, el valor aumentativo, voces como camarote, capote, islote, machote, palabrota y otras que figuran en los diccionarios.

LOS SUFIJOS DESPECTIVOS

Aunque no siempre tienen este valor, los principales sufijos despectivos son:

-aco/-aca: bicharraco, libraco, pajarraco, tiparraca;

• -acho/-acha: amigacha, picacho, poblacho;

• -ajo/-aja: cintajo, papelajo, pequeñaja, pintarrajo, sombrajo, tipajo;

-ejo/-eja: tipejo, animalejo;

-ales: frescales, viejales, vivales;

• -astro/-astra: camastro, poetastro, politicastra;

• -ato/-ata: cegato, niñato, novata;

• -orrio: bodorrio, villorrio;

• -orro/-orra: calentorro, ventorro, vidorra, viejorro;

• -ute: franchute.

Quizá sea -ucho/-ucha el más característico. Forma adjetivos despectivos que denotan propiedades físicas de las personas o las cosas:

debilucho, delicaducho, feúcho, flacucha, flojucha, larguirucho o largucho, malucho, paliducha.

Pero también se aplica a sustantivos:

aldeúcha, animalucho, casucha, cuartucho, medicucho, novelucha, papelucho, pueblucho, tabernucha, teatrucho.

Algunos están lexicalizados: aguilucho, serrucho.

     

    Real Academia Española y Asociación de Academias de la Lengua Española:
    El buen uso del español [en línea], https://www.rae.es/buen-uso-español/aumentativos-y-despectivos. [Consulta: 17/06/2024].

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