Las formas de tratamiento

QUÉ SON LAS FORMAS DE TRATAMIENTO

Se llaman así las fórmulas con que el emisor se dirige a su interlocutor, en función de la relación social que mantienen: tú, usted, vos, os, le, te, etc.

En el uso de los tratamientos intervienen circunstancias sociales, situacionales y geográficas, que dan lugar a una gran variedad en lo que se refiere a las relaciones y comportamientos, así como en las fórmulas mediante las que se expresan.

EL TRATAMIENTO DE CONFIANZA Y EL TRATAMIENTO DE RESPETO

Son los dos tipos básicos, representados respectivamente por los pronombres tú, vos en zonas voseantes y usted.

Se ha producido en el español contemporáneo un notable desarrollo del trato de familiaridad como signo de cercanía o igualdad. En aquellas zonas en las que y vos no coviven, el tuteo es normal entre familiares, compañeros y colegas, pero se ha extendido a situaciones reservadas hasta hace poco al trato de usted, como las relaciones entre personal sanitario y pacientes o, en ciertos ámbitos, entre profesores y alumnos.

Con todo, existen en este punto marcadas diferencias entre áreas lingüísticas. En general, el tuteo está más extendido en España que en América. En algunas zonas voseantes de este continente existe un sistema tripartito en el que constituye un grado intermedio entre vos (máxima confianza) y usted.

Por otra parte, el tratamiento puede ser simétrico o recíproco si los dos interlocutores se dispensan el mismo, o asimétrico en caso contrario.

FÓRMULAS DE RESPETO CON POSESIVOS

Existen fórmulas de respeto para dirigirse al interlocutor. Se forman con grupos nominales construidos con posesivos. De los muchos que existieron, perviven hoy los formados con los sustantivos alteza, eminencia, excelencia, majestad, santidad, señoría o reverencia, entre otros.

Estos sustantivos pueden ir precedidos del posesivo vuestro/vuestra (vuestra alteza, vuestra excelencia), o bien de su (su alteza, su excelencia), opción más frecuente.

Tanto en uno como en otro caso, la concordancia se hace en tercera persona y en singular: Vuestra majestad dio su consentimiento; Su alteza tiene razón.

En cuanto al género, concuerdan en masculino o en femenino, de acuerdo con el referente: Vuestra excelencia es muy distinguido./Vuestra excelencia es muy distinguida.

Recuérdese que estas fórmulas se escriben con minúscula inicial: su majestad, vuestra alteza, su señoría… Solo se admite el uso de la mayúscula en los casos de altas dignidades, cuando el tratamiento no va seguido del nombre propio: La recepción a Su Santidad será mañana, pero Aterrizó su santidad Francisco.

Pero incluso en estos casos, desde el punto de vista lingüístico, es preferible la minúscula: La recepción a su santidad será mañana.

FÓRMULAS ANTEPUESTAS AL NOMBRE

En el español general actual se antepone don/doña al nombre de pila (y a veces también a los diminutivos e hipocorísticos: doña Manolita, don Paco) como forma de designación respetuosa o cortés: don Francisco, doña María.

El tratamiento señor/señora puede preceder al apellido —(el) señor García— y al nombre de pila —(el) señor Pedro—, aunque esto último no es común a todos los países y sectores sociales. A diferencia de don/doña, los tratamientos señor/señora admiten el plural y llevan artículo cuando no se usan como vocativos.

La oposición señora/señorita se utilizó tradicionalmente para distinguir a las mujeres casadas de las solteras. Aunque este uso no ha desaparecido por completo, el término señorita se aplica hoy en algunos lugares a las mujeres jóvenes, o bien, independientemente de su edad, a las que ejercen determinadas profesiones (maestras, enfermeras, administrativas, secretarias, camareras, dependientas...).

Los tratamientos que preceden al nombre se escriben con minúscula inicial: don, señor/-ra, san/santo, fray, sor, doctor/-ra, licenciado, etc. Las abreviaturas, en cambio, llevan mayúscula: D./D.ª, Sr./Sra., Srta., Dr./Dra., Fr., Lic., S./ Sto., etc.

FÓRMULAS CORRESPONDIENTES A LA PRIMERA PERSONA

Ha disminuido considerablemente en los países hispanohablantes el uso de las formas servidor/servidora, un servidor/una servidora (también su servidor/su servidora y este servidor/esta servidora) como tratamiento de modestia o de cortesía de primera persona, aunque la concordancia con el verbo se hace en tercera:

Debo precisar que un servidor promovió el convenio.

Concuerdan también en tercera persona las fórmulas de talante coloquial, incluso humorístico, con las que el hablante se dirige a sí mismo, como menda, este cura, el hijo de mi madre, etc., generalmente ya en declive.

Algunas, como el que suscribe, el abajo firmante y otras semejantes, que concuerdan en tercera persona, se restringen a registros particulares, como el género epistolar o ciertos documentos: El abajo firmante solicita exención de las tasas de registro.

     

    Real Academia Española y Asociación de Academias de la Lengua Española:
    El buen uso del español [en línea], https://www.rae.es/buen-uso-español/las-formas-de-tratamiento. [Consulta: 17/06/2024].

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