Los extranjerismos o préstamos lingüísticos

QUÉ SON

Se denominan extranjerismos o préstamos las voces que una lengua toma de otras, tanto si sirven para nombrar realidades nuevas como si entran en competencia con términos ya existentes en la lengua receptora.

Así, para designar cierto fruto rojo oriundo de América, se incorporó al español la voz tomate, tomada del nahua tomatl; por su parte, el galicismo jamón (del fr. jambon, de jambe ‘pierna’) acabó imponiéndose en el uso al vocablo más tradicional pernil (derivado del lat. perna ‘pierna’).

La incorporación de extranjerismos constituye, pues, una de las principales vías para cubrir las necesidades terminológicas de una lengua y, en consecuencia, de ampliación de su vocabulario.

PROCEDENCIA DE LOS PRÉSTAMOS INCORPORADOS AL ESPAÑOL

La procedencia de los préstamos, así como su perdurabilidad y adaptación a la lengua que los acoge, dependen de los factores políticos, económicos y socioculturales del entorno en cada momento histórico. Estos son algunos de los orígenes más significativos de los préstamos recibidos por el español:

Arabismos, palabras procedentes del árabe. Se incorporaron al castellano a lo largo de la Edad Media: aceituna, alcalde, álgebra, arroba, azúcar, gazpacho, guitarra, naranja…

Galicismos, palabras de origen francés. Han estado llegando al español también desde la Edad Media y, con especial intensidad, a partir del siglo XVIII: argot, bricolaje, bulevar, chofer o chófer, complot, corsé, élite o elite, pantalón…

Indigenismos, voces procedentes de lenguas indígenas de América. Su incorporación se produjo a partir de la llegada de los españoles a tierras americanas: alpaca, cacahuete/cacahuate, cacique, caucho, cóndor, guano, jaguar, maraca, papa, ocelote…

Italianismos, voces procedentes del italiano. Penetraron sobre todo durante el Renacimiento: balcón, góndola, libreto, novela, ópera, regata, soneto…

Anglicismos, voces procedentes del inglés. Su incorporación ha sido masiva a partir del siglo XIX, como consecuencia de la hegemonía política, económica y cultural anglosajona en el mundo contemporáneo: club, estándar, fútbol/futbol, líder, sándwich, turista…

EL PROCESO DE INCORPORACIÓN

La introducción de voces de lenguas en las que operan unos criterios de correspondencia entre grafía y pronunciación distintos de los que existen en español supone, en principio, un factor desestabilizador para nuestro sistema ortográfico.

Por ello, a lo largo de la historia se observa la tendencia de los préstamos a acomodarse, en su pronunciación y su grafía, a los patrones característicos de nuestra lengua; incluso a la morfología, a través de la flexión nominal (género y número) y verbal.

Los procedimientos de adaptación son diversos. La acomodación a los sistemas fonológico y gráfico del español puede realizarse de varias maneras:

• Asimilando los fonemas del vocablo original no existentes en español a los más parecidos de nuestro sistema:

pishku (voz quechua) > pisco; flèche (fr. [flésh]) > flecha.

• Modificando o simplificando las secuencias gráfico-fonológicas extrañas para sustituirlas por otras más naturales en español:

tzictli (voz nahua) > chicle; beefsteak (ingl.) > bistec.

• Pronunciando la grafía originaria con el valor fonológico que tiene en español:

jardin (fr. [yardán]) > jardín.

Una vez completado el proceso, estas voces pasan a considerarse extranjerismos o préstamos adaptados, en oposición a los extranjerismos crudos o no adaptados.

PRÉSTAMOS ANTIGUOS Y PRÉSTAMOS NUEVOS

En el caso de los préstamos incorporados en épocas pasadas, no existe conciencia en los hablantes actuales de su originaria condición de extranjerismos, por lo que no cabe sino considerarlos palabras españolas. Por ejemplo, el hablante medio no tiene por qué saber que alcalde es un arabismo que se registra ya en el siglo XI, o que canalla es un italianismo incorporado en el siglo XVI.

En la actualidad, la inclusión del aprendizaje de lenguas extranjeras en los planes de enseñanza y su difusión a través de los medios hacen que el hablante se familiarice con ellas y aprenda a pronunciar y escribir sus palabras en la forma original, lo que dificulta o retarda la adaptación. No obstante, este proceso sigue llevándose a cabo, dando lugar en ocasiones a la convivencia de formas originales y adaptadas, como se verá en las páginas siguientes.

     

    Real Academia Española y Asociación de Academias de la Lengua Española:
    El buen uso del español [en línea], https://www.rae.es/buen-uso-español/los-extranjerismos-o-préstamos-lingüísticos. [Consulta: 17/06/2024].

    cerrar

    Buscador general de la RAE

    cerrar

    Diccionarios

    Dudas rápidas