Otras construcciones con valor imperativo
Aunque el imperativo es la forma prototípica para la expresión de órdenes o mandatos, es también posible realizar dichos actos mediante enunciados sin modalidad imperativa. Se explican a continuación los más destacables, algunos de los cuales sirven asimismo para manifestar consejos, recomendaciones o solicitudes.
En la lengua coloquial es bastante frecuente emplear el infinitivo como imperativo. Esta alternancia se produce en todo el mundo hispánico, no solo en la lengua oral, sino también en la escrita, especialmente en carteles y rótulos:
No fumar; No tocar, peligro de muerte,
o en las instrucciones de los textos escolares:
Ordenar alfabéticamente las siguientes palabras.
Al margen de estos usos, se recomienda evitar el infinitivo en los registros formales.
Resultan, pues, inadecuadas expresiones como ⊗¡Venir a echarme una mano!, en lugar de ¡Venid a echarme una mano!; ⊗¡Darle todo lo que os pida!, en vez de ¡Dadle todo lo que os pida!; ⊗Sentaros o ⊗Sentarse, en lugar de Sentaos o Siéntense.
También se recomienda evitar el uso de infinitivos con valor imperativo en las construcciones negativas, como en ⊗No hablar de eso ahora; ⊗No venir más por aquí, en lugar de No habléis o No hablen de eso ahora; No vengáis o No vengan más por aquí.
Mediante infinitivos precedidos de preposición, se solicitan o se ordenan acciones diversas. Se trata de construcciones habituales en la lengua coloquial y correctas en ese registro. En su formación se emplean dos preposiciones, a y sin.
• Con la preposición a suelen transmitirse, de manera un tanto expeditiva, deseos o recomendaciones:
A dormir; A trabajar; A comer; A estudiar; A pasarlo/pasarla bien.
• Los construidos con sin tienen carácter negativo y suelen caracterizarse también por la brusquedad con el interlocutor:
¡Sin empujar!; ¡Sin abusar!; ¡Sin faltar al respeto!
Es frecuente emplear este tipo de construcciones, con el verbo en indicativo, para ordenar, aconsejar o recomendar algún comportamiento:
Se prohíbe fumar en todo el recinto; Se ruega silencio durante el concierto; Se pide colaboración.
Recibe este nombre el uso del presente de indicativo para expresar órdenes y solicitudes, unas veces de manera cortés:
Usted me dice lo que quiere y yo se lo busco,
y otras de manera más ruda:
Tú te comes ahora mismo todos los macarrones.
Muchas oraciones construidas con futuro se emplean también para manifestar órdenes, advertencias o peticiones:
Irás y le dirás que te perdone; Te agradeceré que eches un vistazo a este texto; Acamparemos aquí.
Se asimilan también a los imperativos y dan lugar, por tanto, a actos verbales que expresan mandato, ciertos usos del gerundio propios de la lengua coloquial:
Andando, nos vamos ahora mismo; Corriendo todo el mundo, que llegamos tarde.
Es propio de estos usos el gerundio con diminutivo:
Callandito; Andandito, que es tarde.
También el esquema «ya estás (o está) + gerundio»:
¡Ya estás corriendo para casa!; ¡Ya estás barriendo el piso!; ¡Ya está usted saliendo por esa puerta!
Son muchas, y de formas muy diferentes, las que se emplean para manifestar órdenes, ruegos, exhortaciones, etc.:
¡Silencio!; ¡Fuera de mi casa!; ¡Adelante!; ¡Todos a la calle!
Real Academia Española y Asociación de Academias de la Lengua Española:
El buen uso del español [en línea], https://www.rae.es/buen-uso-español/otras-construcciones-con-valor-imperativo. [Consulta: 17/06/2024].