3 Uso de los signos ortográficos

3.2 Signos de puntuación

Los signos de puntuación son los signos ortográficos que organizan el discurso para facilitar su comprensión, poniendo de manifiesto las relaciones sintácticas y lógicas entre sus diversos constituyentes, evitando posibles ambigüedades y señalando el carácter especial de determinados fragmentos (citas, incisos, intervenciones de distintos interlocutores en un diálogo, etc.). Sus funciones principales son tres:

• Indicar los límites de las unidades discursivas, ya sean grupos sintácticos (Inés, venga un momento, por favor), oraciones (No ponga excusas: tiene que acabar hoy) o enunciados (Me voy a mi casa. Hasta mañana).

• Indicar la modalidad de los enunciados, es decir, si son enunciativos o aseverativos (Ha comido ya), interrogativos (¿Ha comido ya?), exclamativos (¡Ha comido ya!) o imperativos (¡Come ya!), o si se añade a su contenido alguna estimación subjetiva, como duda (Bueno..., él asegura que volverá), ironía (Tendría gracia (?) que al final se saliera con la suya), etc.

• Indicar la omisión de una parte del enunciado: A caballo regalado... Teniendo en cuenta cómo ejercen la función delimitadora, común a todos ellos, y cuál es su función característica de entre las tres enumeradas, los signos de puntuación se clasifican como ilustra el siguiente cuadro:

Clasificación de los signos de puntuación
Delimitadores principales Establecen los límites entre las unidades discursivas (grupos sintácticos, oraciones, enunciados) • punto .
• coma ,
• punto y coma ;
• dos puntos :
Delimitadores de segundo discurso Delimitan un segundo discurso que interrumpe el principal para introducir un inciso, citar palabras de otro, etc. • paréntesis ()
• corchetes [ ]
• rayas —
• comillas « »
Clasificación de los signos de puntuación
Indicadores de modalidad (y omisión) Informan sobre la actitud del hablante (si pregunta, exclama, etc.) • signos de interrogación ¿?
• signos de exclamación ¡!
• puntos suspensivos ...

Además de las reglas de uso de cada signo, para puntuar correctamente deben tenerse en cuenta las siguientes orientaciones generales:

a) puntuación y pausas. Se ha vinculado tradicionalmente la escritura de algunos signos de puntuación a las pausas e inflexiones tonales de la lengua oral. Sin embargo, a la hora de puntuar, priman hoy los criterios sintáctico-semánticos, es decir, los que atienden a la combinación y disposición de las palabras en la oración y al significado de los mensajes. Así, por ejemplo, la estrecha relación entre sujeto y predicado determina que entre ambos nunca se escriba coma, con independencia de que, tras un sujeto de cierta extensión, se realice una pausa: La homenajeada, sus familiares, el público y las autoridades ocupan ya sus asientos; Quien no llegue antes de las nueve no podrá hacer el examen.

b) usos obligatorios de los signos de puntuación. Hay contextos en los que el uso de los signos de puntuación es obligatorio, como sucede en las interrogativas directas, que se escriben entre signos de interrogación, o con los vocativos, que se delimitan siempre mediante comas. En casos como estos, la presencia de los signos de puntuación tiene carácter distintivo, pues refleja diferencias sintácticas y cambios de significado: ¿Sigue sin comer nada (distinto de Sigue sin comer nada); Eva, escucha con atención (distinto de Eva escucha con atención).

c) usos opcionales de los signos de puntuación. En otros contextos, el uso de los signos de puntuación o la elección entre varios posibles depende de criterios que nada tienen que ver con las funciones de los componentes oracionales y el significado de los mensajes. Estos criterios pueden ser de índole personal, como la preferencia por un estilo de escritura más o menos trabado: A las ocho de la mañana, hago deporte / A las ocho de la mañana hago deporte; o la intención de dar mayor relevancia a cierta información: No quiero ni debo insistir / No quiero (ni debo) insistir. Otras veces, el uso de los signos está condicionado por el contexto; así, la longitud del enunciado y de sus constituyentes favorece la presencia de signos que faciliten la comprensión de lo escrito: El verano pasado la convivencia era idílica / En aquellos calurosos días de principios del verano pasado, la convivencia era idílica. Es también contextual la elección de un determinado signo para evitar la acumulación de varios signos de un mismo tipo; con ello se contribuye a la presentación jerarquizada de la información: No tenía buen aspecto: su pelo estaba sucio; su cara presentaba magulladuras; había adelgazado... No obstante, en cuanto apareció en el portal, lo reconocí (mejor que No tenía buen aspecto, su pelo estaba sucio, su cara presentaba magulladuras, había adelgazado, no obstante, en cuanto apareció en el portal, lo reconocí).

 

Real Academia Española y Asociación de Academias de la Lengua Española:
Ortografía básica de la lengua española [en línea], https://www.rae.es/ortografía-básica/uso-de-los-signos-ortográficos/signos-de-puntuación. [Consulta: 17/06/2024].

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