Sintaxis

48 La negación

48.12 La negación anticipada

48.12a Se llama tradicionalmente negación anticipada la expresada por el adverbio negativo no cuando, encontrándose en una oración principal, se comporta sintáctica y semánticamente como si se hallara en la subordinada. En la oración No creo que asista a la ceremonia, se niega en apariencia el verbo creer, pero más que la negación de una creencia, el hablante parece expresar en ella el contenido que corresponde a Creo que no asistirá a la ceremonia. Aun así, se ha señalado muchas veces que el grado de seguridad o de convencimiento que se expresa es mayor en este último caso que en el anterior. He aquí otras construcciones que siguen la misma pauta:

Ese es otro error —respondió don Quijote— en que han caído muchos que no creen que haya habido tales caballeros en el mundo (Cervantes, Quijote II); No creo que lo leyese ningún poeta (Delicado, Lozana); Por lo tanto, no quiero que sufra (Benedetti, Tregua); Vamos, habrá excepciones, no quiero que te ofendas (Martín Gaite, Visillos); El viejo no cree que los pájaros estén en el mundo para que les hablemos (Sampedro, Sonrisa); Ya no es probable que vuelvas a tener noticias suyas (Puértolas, Noche).

48.12b Se ha observado que las respuestas negativas con el adverbio no que se dan a las interrogativas totales pueden recibir una interpretación similar a la que se sugiere en el apartado precedente, como muestra la posibilidad de contestar la pregunta ¿Han ido a visitarlo? tanto con el fragmento Creo que no como con No creo. Al igual que en las oraciones del apartado anterior, la negación anticipada muestra un grado de seguridad o de convencimiento menor. Se piensa que este factor puede explicar, en parte, por qué en la primera opción resultaría natural el pronombre yo (Yo creo que no), mientras que se sentiría más forzado en la segunda (Yo no creo).

48.12c La negación anticipada ejerce desde la oración principal ciertas funciones sintácticas que corresponderían a la negación del predicado de la oración subordinada. Están entre ellas la admisión de la estructura «verbo de acción puntual + hasta». Como se ha explicado (§ 48.11y), esta estructura no se acepta en el español general, pero el adverbio no suple los requisitos relativos a la duración del evento impuestos por la preposición hasta. El hecho de que pueda decirse No creo que llegue hasta las seis constituye un argumento tradicional a favor del concepto mismo de negación anticipada, ya que el adverbio no aporta desde la oración principal la información que se esperaría en la subordinada. En general, los predicados que aceptan esta forma de negación (creer, querer, ser probable) se comportan de igual manera en relación con esta propiedad: No quiero que llame hasta la semana que viene; No es probable que llegue hasta el mes de abril.

48.12d Otros verbos no aceptan esta forma de negación, aun construyéndose con una oración en subjuntivo (§ 25.3r). Podría decirse, por consiguiente, Lamento que no llegue hasta el mes que viene, pero se rechaza *No lamento que llegue hasta el mes que viene porque la oración subordinada no contiene la información aspectual (en concreto, durativa) que requiere el complemento subrayado.

48.12e Cuando el grupo preposicional que encabeza hasta no puede ser legitimado por la negación anticipada, cabe a veces la opción de que modifique al verbo principal. Así, el verbo permitir no pertenece al paradigma de los que admiten la negación anticipada. La oración No le permitieron ingresar hasta el día cuatro da a entender que cierto ingreso se produjo el día cuatro, pero la expresión subrayada no modifica al verbo ingresar (cf. *Ingresó hasta el día cuatro), sino al verbo permitir negado, de forma que se obtiene la situación de que cierto permiso no se obtuvo hasta la fecha que se menciona. La negación anticipada puede legitimar la presencia de otros muchos términos de polaridad negativa:

No cree que vayas a mover un dedo por ella; No quiero que se presente mañana, sino pasado mañana; Nadie cree que vayamos a desperdiciar semejante oportunidad; No parece que vaya a suceder en todo el año, etc.

48.12f Las oraciones de negación anticipada se suelen interpretar como afirmaciones matizadas, en el sentido de que en esas construcciones se presenta cierto contenido negativo subordinándolo a la opinión particular de alguna persona. Así, si alguien dice Yo no creo que el candidato posea las cualidades necesarias, otra persona podría afirmar Yo pienso lo mismo, donde se entendería … que no posee las cualidades necesarias. En general, es habitual que el hablante o el oyente retomen el contenido de las oraciones de negación anticipada como si la negación que se expresa en el predicado principal se hubiera presentado en la subordinada. Resultaría natural, por ejemplo, que, si alguien dice No creo que se estén haciendo bien las cosas, su interlocutor le preguntara ¿Por qué no? Si se acepta que a no sigue aquí un segmento elidido, como parece lógico, su interpretación más natural sería ‘se están haciendo bien las cosas’, y no necesariamente ‘crees que se están haciendo bien las cosas’.

48.12g Existen indicios que vinculan la negación anticipada con las estructuras sintácticas llamadas parentéticas, es decir, las que pueden formar incisos en los que se relativiza o se atenúa la opinión presentada en la oración que los precede inmediatamente: …, creo yo; …, parece; …, me parece a mí; …, piensa la gente. Aun así, esta pauta no se ajusta a todos los predicados de negación anticipada (cf. *…, quiero yo; *…, es probable).

48.12h El fenómeno de la negación anticipada se produce con mayor claridad con unos verbos que con otros. Entre los que expresan opinión o juicio destaca, sobre todo, creer, pero la admiten también pensar y suponer: No supuso que su intervención, siempre vehemente, fuera a definir la situación a su favor (Martín Moreno, Negro). Nótese que estos predicados son epistémicos28.6a), como lo son parecer o ser probable, que permiten asimismo la negación anticipada:

En todo caso, no parecía que la publicación estuviera dirigida a mancillar el nombre del doctor Juvenal Urbino (García Márquez, Amor); No es probable que lleguemos a aprender de nuestros errores, puesto que todo lo que sucede es un error (Hernández Vélez, Naturaleza).

Entre los verbos que expresan intención y volición destaca muy especialmente querer, pero se admiten también, de forma más restringida, tener intención (de) y desear, no así odiar o detestar: En el fondo de sus sentimientos no deseaba que Heliodoro viniese a liberarla, faltaría más (Martín Gaite, Nubosidad).

48.12i Se ha observado también que existen diferencias léxicas notables entre lenguas y estados de lengua en relación con esta propiedad. En el español actual, la negación anticipada no se admite con el predicado ser necesario, pero en la lengua antigua se admitía con ser menester y haber menester. Así, Non a mester que lo tardemos (Alfonso X, España II) significa aproximadamente ‘Es preciso que no lo retrasemos’. No acepta negación anticipada el verbo esperar en español, pero sí lo hace con naturalidad hoffen en alemán: Ich hoffe nicht dass… ‘Espero que no…’.

48.12j La posibilidad de dejar tácito el complemento oracional de estos verbos proporciona una pauta sintáctica que da cabida a muchos de ellos: No creo; No quiero; No pienso; No parece; No es probable. Sin embargo, este esquema rechaza algunos (*No deseo; *No supongo) y admite otros que no son verbos de negación anticipada, como ser posible. Nótese que las oraciones No es probable que ocurra y Es probable que no ocurra expresan significados muy próximos, mientras que No es posible que ocurra y Es posible que no ocurra manifiestan sentidos considerablemente diferentes. En el § 28.7b se explica que «no + deber» se interpreta unas veces como «deber + no», como en No debe olvidar cuál es su puesto, pero no otras: No debe pasar por el control de inmigración cuando llega a su país.

 

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