Sintaxis

48 La negación

48.9 Términos de polaridad negativa (III). Aspectos sintácticos

48.9a Solo en ciertos casos pueden los términos de polaridad negativa aparecer contiguos a su inductor. Se presentan de esa forma el término de la preposición sin (sin nada, sin ninguna opción) y el de la conjunción ni (ni nadie). Pueden ser también contiguos el complemento preposicional del verbo carecer, como en El diario de un suicida podía tener cierto interés, el de un escritor fracasado carecía de interés alguno (Bonilla, Luz); el de ciertos adjetivos, como incapaz (incapaz de nada), inabarcable (inabarcable para nadie); el de las construcciones comparativas (más que nadie), y el de los adverbios antes (antes de nada, antes que nadie) y apenas (apenas nada).

48.9b Fuera de los contextos mencionados en el apartado precedente y de los que se examinaron en los § 48.2p-s (como la no aceptación de ninguna condición), en la mayor parte de los casos debe mediar un verbo entre el inductor y el término inducido, sea el de la oración principal (No dijo nada) o el de la subordinada. Contrastan así *Negó nada y Negó saber nada; *Era imposible nada y Era imposible hacer nada. La presencia del verbo es también necesaria con otros inductores, como se comprueba al comparar el primero de los dos textos que siguen con *Dudaba de nada, o al contrastar el segundo con *Es demasiado tarde para nada:

Dudaba de llegar a ningún sitio mínimamente respirable (Caballero Bonald, Pájaros); Los verdaderos hombres de ciencia son demasiado cautelosos para rechazar definitivamente nada (Sábato, Universo).

No constituyen excepción oraciones como ¿Es este el momento para negarle nada? (Madariaga, Corazón), ya que el inductor de nada no es aquí el verbo negar, sino la interrogación retórica (§ 48.6h).

48.9c Los grupos nominales que tienen contenido proposicional, en el sentido de que designan hechos, sucesos o estados de cosas, representan ocasionalmente excepciones a la generalización que se introduce en el apartado anterior. Si bien la lengua rechaza la secuencia *Negó ninguno de los cargos que se le imputaban, acepta en cambio Negó rotundamente su relación con ninguno de los sospechosos, donde el complemento verbal podría ser sustituido por una proposición: Negó rotundamente que hubiera estado relacionado con ninguno de los sospechosos. En las construcciones consideradas hasta ahora, el indefinido negativo encabeza un grupo nominal, como en No aceptaron ninguna de las renuncias. Se ha observado, no obstante, que los grupos nominales más incrustados, en el sentido de subordinados a otros grupos nominales, también pueden entrar en las relaciones de concordancia negativa que se han analizado. Así, el inductor negativo en el texto siguiente es el adverbio nunca: Nunca he puesto en tela de juicio la legitimidad del triunfo de nadie (País [Esp.] 30/4/2006). El término de polaridad negativa con el que concuerda es nadie. Entre ambos no solo media un verbo (más exactamente una locución verbal: poner en tela de juicio), sino dos grupos nominales: uno encabezado por el sustantivo legitimidad y otro por el sustantivo triunfo.

48.9d La subordinada a la que se hace referencia en los apartados anteriores puede ser de infinitivo o bien de verbo en forma personal. En este último caso ha de aparecer en subjuntivo: No le comunicaron que {*había ~ hubiera} llegado nadie. La única excepción sistemática que se conoce a esta condición en el español contemporáneo es la que representan las construcciones superlativas del tipo de La novela más interesante que {he ~ haya} leído nunca, donde se admite el indicativo. Se examina esta construcción en los § 25.9b, 25.11u, 48.4p y 48.8k. No representan, en cambio, una excepción secuencias como No comunicó a sus jefes que nadie estaba al tanto de la operación, a pesar de que contienen subordinadas en indicativo. En este ejemplo, el sujeto nadie no está inducido por el adverbio no, sino que ilustra en la oración subordinada la segunda variante de la alternancia negativa (§ 48.3a). La primera variante sería, por tanto, No comunicó a sus jefes que no estaba nadie al tanto de la operación, donde la oración subordinada contiene otro adverbio de negación.

48.9e Se ha observado que los indefinidos negativos en función de sujeto preverbal de una subordinada en subjuntivo pueden estar inducidos por una expresión negativa que pertenezca a la oración principal. Este esquema sintáctico da lugar, no obstante, a una estructura ambigua y, por tanto, a dos interpretaciones. Así, si no se lee el texto completo al que pertenece la cita Es imposible que nadie de su familia supiera de las hazañas de esos tres (Leguina, Nombre), probablemente no se podrá saber si se quiere decir en ella que es imposible que alguien de su familia supiera de esas hazañas o si, por el contrario, se pretende afirmar que lo imposible es que no existiera por lo menos una persona de su familia que tuviera conocimiento de ellas. Se aplica el mismo razonamiento a Es imposible que nadie pueda vivir de la venta real de esas varillas (Sábato, Héroes).

48.9f Además del adjetivo imposible, dan lugar a la ambigüedad descrita en los apartados anteriores el adverbio no, adjetivos como absurdo o impensable y verbos como dudar (Dudo mucho de que nadie se haya preocupado), oponerse y otros inductores negativos fuertes. Los inductores negativos débiles (§ 48.6e) no originan ambigüedad en estas construcciones, es decir, no inducen desde la oración principal el sujeto negativo de la subordinada. Así, el verbo sorprenderse es un inductor débil (Me sorprende mucho que haya movido un dedo por ella), pero la oración Me sorprende que nadie se haya enfrentado al problema no tiene dos sentidos, sino uno solo: aquel en que el que habla manifiesta su sorpresa por el hecho de que ninguna persona se haya enfrentado a cierto problema.

48.9g En los casos examinados hasta ahora, la oración subordinada que separaba el inductor y el inducido era siempre declarativa o enunciativa (§ 42.1d). No obstante, puede ser también una interrogativa indirecta, como en No sé cómo voy a buscar yo nada si antes no me ayudan a salir de aquí (Bryce Echenique, Huerto). El término de polaridad negativa de esta oración es el indefinido nada, que es argumento del verbo buscar, mientras que el segmento interrogativo característico de las interrogativas indirectas está representado por el adverbio cómo. Los términos de polaridad negativa pueden aparecer asimismo en el interior de un complemento circunstancial, como el subrayado en No lo encontraron cerca de ninguna estación de tren, pero las subordinadas adverbiales suelen rechazarlos, incluso si se construyen con verbo en subjuntivo:

No aceptará aunque le ofrezcamos {*ninguna ~ alguna ~ cualquier} cantidad; Nadie le debe interrumpir mientras esté escribiendo {*nada ~ algo}; No me compraré la casa nueva en caso de tener que contraer {alguna ~ *ninguna} hipoteca.

Las oraciones finales admiten, en cambio, esta pauta (No vine para hablar con nadie) porque se asimilan en algunos aspectos a los complementos argumentales, como se explica en el § 46.4h. Las causales también la aceptan (No te llamé porque quisiera pedirte nada) porque el subjuntivo las identifica como foco de la negación, tal como se explica en los § 25.13q y ss., 40.11n y 48.1r.

 

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