carrobalista

Esta voz, rara, se documenta por primera vez, con la acepción 'máquina bélica de asedio consistente en una balista montada sobre un carro', en la traducción del Libro de Vegecio sobre la caballería (1454-a1500 ) de fray A. de San Cristóbal; posteriormente, figura esporádicamente en algunos textos de ambientación histórica y en repertorios lexicográficos (así, por ejemplo, se consigna en 1917 en el Diccionario de la lengua española de Alemany Bolufer). Como indica R. Sáez Abad, "La mejor descripción de la organización de los contingentes de artillería para el periodo imperial tardío la encontramos en la obra de Flavio Vegecio Renato. Este autor menciona que cada centuria disponía de una carrobalista [...] que era mantenida por 11 hombres, excepto las centurias de la primera cohorte que disponían de dos carrobalistae.[...] Aunque Vegecio menciona 11 hombres para cada carroballista, las representaciones de la Columna Trajana tan sólo muestran a dos hombres en ese papel. El resto se ocuparía de las tareas propias de mantenimiento del carro y de sus animales de tiro y, durante los combates quedaría libre para poder dedicarse a otras misiones" (La poliorcética en el mundo antiguo, Madrid, Universidad Complutense de Madrid, 2004, pp. 380-381). Según este autor, la carroballista "no era más que una adaptación de la quiroballista sobre un carro móvil" (p. 408).