José Ortega Munilla

Ortega Munilla en su despacho fotografiado por Franzen (Revista Blanco y Negro, 12 de enero de 1901)

letra E

Toma de Posesión

30 de Mayo de 1902

Fallecimiento

30 de Diciembre de 1922

Cargo

Censor

José Ortega Munilla

Académico de número

Cárdenas (Cuba), 1856-Madrid, 1922

El escritor y periodista de origen cubano —padre del filósofo José Ortega y Gasset— ocupó el sillón E de la RAE el 30 de mayo de 1902 con un discurso dedicado a la obra de su antecesor en la silla, Ramón de Campoamor. Le respondió el académico Juan Valera, quien lamentaba que «el señor Ortega Munilla, harto afanado ahora con tareas políticas, no cultive con mayor asiduidad el cuento y la novela, para los que posee tan raras y felices dotes» (p. 68).

José Ortega Munilla nació en Cárdenas (Cuba) el 26 de octubre de 1856. Formado en latín, se licenció en Derecho en la Universidad de Madrid y su nombre apareció pronto en los periódicos de la época. Como señalaba Juan Varela, además de periodista y escritor, la carrera de Ortega estuvo siempre vinculada a la política y fue, en 1899, diputado liberal por Padrón (La Coruña).

Sin embargo, Ortega fue periodista por encima de todo; «impulsado por una vocación imperiosa, en cuerpo y alma había abrazado la profesión periodística, absorbente y exclusiva» (Antonio Maura, Necrología de José Ortega Munilla, 1923, p. 5).

Además de colaborar como redactor en distintos periódicos, Ortega Munilla fue una figura esencial en la evolución del periodismo en España; dirigió y fundó el primer gran grupo editorial periodístico, la Sociedad Editorial de España, que acogió en su estructura a numerosos diarios de Madrid y de otras provincias.

Siempre en contacto con los hechos cotidianos, Ortega fue también director del periódico más importante de su tiempo, El Imparcial, donde comenzó a trabajar como redactor de las páginas culturales y en el que estuvo desde 1870 hasta 1910. El periodista entabló amistad con muchos de los escritores de su tiempo y colaboró en publicaciones como La Diana (1882-1884).

Además de político y periodista, Ortega Munilla fue escritor de novelas y de cuentos. Su novela fue un reflejo de su labor periodística y de la actualidad, en la que siempre estuvo sumido. Su prosa naturalista destaca, en palabras de Alonso Zamora, por ser «propensa al recargamiento» (La Real Academia Española, 1999, p. 121). Dentro de sus obras principales se encuentran La cigarra (1879), Sor Lucila (1880), El fauno y la dríada (1882), El salterio (1881), Cleopatra Pérez (1884), Orgía de hambre (1884) o La viva y la muerta (1895).

Tras algunos periodos de silencio literario debido a su labor política y periodística, Ortega retomó la escritura tras ocupar su sillón en la RAE en 1902 y publicó, entre otras, las novelas El paño pardo (1914), Calandria (1917) o la popular Estrazilla (1917), que él mismo adaptó para el teatro en 1918. Se volcó, también, en la promoción de los grandes escritores modernistas de la generación del 98, desde Azorín a Ramón María del Valle-Inclán.

El escritor de «pluma suelta y ágil, llena de fuego, de pasión, de elocuencia y de brío» (discurso de Joaquín Álvarez Quintero, p. 8) murió el 30 de diciembre de 1922. El académico y entonces director de la RAE, Antonio Maura, hizo una amplia revisión de su obra y de su personalidad en un elogio que leyó el 4 de enero de 1923.

También lo recordó su sucesor en la silla, Joaquín Álvarez Quintero, quien en su discurso de ingreso en la RAE le dedicó estas poéticas palabras: «Miradlo en lo alto de la cumbre: el aire hizo corona de sus cabellos blancos; sus ojos están más alegres que nunca y sus labios más decidores… ¡Así nos lo robó la muerte!» (Los mil y mil Tántalos de la gloria escénica, 1925, p. 9).

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