Sintaxis

37 El atributo (I). Clases de expresiones predicativas. El atributo en las oraciones copulativas

37.10 El verbo parecer . Usos copulativos y no copulativos

37.10a El verbo parecer presenta propiedades gramaticales que corresponden a tres clases sintácticas: la de los verbos copulativos (como ser), la de los auxiliares de perífrasis (como poder) y la de los verbos de juicio u opinión que tienen complementos oracionales (como creer). La compleja gramática de este verbo es, en cierta medida, el resultado de la confluencia de propiedades que suelen caracterizar, de forma independiente, los verbos de esas otras clases. Las estructuras sintácticas fundamentales en las que se usa este verbo son las siguientes:

A. «Parecer + grupo nominal, adjetival o preposicional»: Jorge parece un buen escritor.

B. «Parecer + complemento indirecto + grupo nominal, adjetival, preposicional o adverbial»: Jorge me parece un buen escritor.

C. «Parecer + oración subordinada sustantiva»: Parece que Jorge es un buen escritor.

D. «Parecer + complemento indirecto + subordinada sustantiva»: Me parece que Jorge es un buen escritor.

E. «Parecer + infinitivo»: Jorge parece ser un buen escritor.

F. «Parecer + complemento indirecto + infinitivo concordado con el complemento indirecto»: A Jorge le pareció entender que era un buen escritor.

G. «Parecer + complemento indirecto + infinitivo concordado con el sujeto»: Jorge me parece ser un buen escritor.

H. «Tópico inicial + parecer + oración subordinada sustantiva»: Jorge parece que es un buen escritor.

I. «Tópico inicial + parecer + complemento indirecto + oración subordinada sustantiva»: Jorge me parece que es un buen escritor.

Se analizan a continuación los aspectos fundamentales de cada una.

37.10b Parecer es un verbo copulativo en la construcción A. Se forma esta pauta con atributos nominales (Jorge parecía un buen muchacho), adjetivales (Noelia parece segura de sí misma) y con algunos preposicionales (El nuevo encargado parece de pocas palabras; No parecen ustedes de aquí). El grupo A presenta dificultades cuando se le aplica la distinción entre predicados de individuo y de estadio (tratada en las secciones precedentes). Admite grupos nominales, a diferencia de estar. Este es un punto de contacto entre ser y parecer que se extiende a ciertos pronombres que se aceptan como atributos de ser (Eres otra), de parecer (Pareces otra), pero no de estar (*Estás otra). Cabe añadir que son escasos los atributos con estar que admiten sujetos oracionales, como se recordó en el § 37.9c, pero muy numerosos los que los admiten con ser (ser importante que…, ser obvio que…, ser oportuno que…) y también con parecer.

37.10c A pesar de que la relación entre ser y parecer que muestra el apartado precedente es correcta, parecer no solo acepta adjetivos caracterizadores o de nivel individual (La propuesta parecía temeraria), sino también predicados episódicos (La ropa parece seca; Pareces sola). Admite las locuciones adjetivas que solo se combinan con ser (Parece de buen corazón), pero también las que solo se combinan con estar: Aguilar parecía de buen humor; entró al mausoleo y ordenó colocar una ofrenda floral (Excélsior 21/10/1996). Sin embargo, parecer rechaza los grupos preposicionales locativos (*Jorge parecía en su casa) y los temporales (*La guerra parecía en el siglo pasado). No se construye hoy parecer con atributos adverbiales en la pauta A (*La propuesta parece bien), a diferencia de lo que permitía la lengua antigua: Pareció bien la fiesta por las buenas invenciones, libreas y aderezos que hubo en ella (Cabrera Córdoba, Relación).

37.10d La gran versatilidad que presenta parecer en el grupo A ha llamado tradicionalmente la atención de los gramáticos. Parecer tiende a interpretarse como el resultado de una percepción en la pauta A, sobre todo construido con predicados que suelen combinarse con estar. El verbo parecer (ant. parescer, lat. vulg. *parescĕre) se empleaba en el sentido de ‘aparecer, mostrarse’. Este uso llega al menos hasta el siglo xix:

Paresció ante el Rey un día Olivas a se quexar del Duque de Bristoya (Rodríguez Montalvo, Amadís); Pareció un grano suelto de los tres que faltaban (Inventarios reales); A 22 del mes de abril pareció ante los ocho jueces un barón principal del reino de Valencia llamado Francés de Perellós (Zurita, Anales II); El bravo Chimu, domado ya de su altivez y soberbia, pareció ante el Príncipe con otra tanta humildad y sumisión (Inca Garcilaso, Comentarios); El ofrecido turrón no parecía. Cansado de esperar, puso toda su confianza en los buenos oficios de Vicente (Galdós, Episodios).

37.10e En el español americano se usa más verse (verbo semicopulativo: § 38.5ñ-p) que parecer en la pauta A con adjetivos episódicos: Te ves sola. El sustantivo apariencia denota el aspecto exterior de algo en una de sus acepciones, pero expresa verosimilitud en otra. Refleja, pues, adecuadamente los sentidos que parecer posee en la interpretación A. En cuanto que lo percibido puede no ser verdadero, no es integrado por el hablante en el conjunto de sus creencias o sus opiniones: Parecía una buena persona, pero no creo que lo fuera. La relación entre la pauta A y la noción de ‘percepción’ se ve confirmada en el hecho de que parecer alterne con ser como y con verse como construido con grupos nominales. Así, en lugar de parecía podría decirse era como o se veía como en Hicimos tanta comida que aquello parecía una boda de las cortes de Bagdad (Allende, Eva). En la lengua actual es infrecuente, aunque no imposible, el empleo de parecer en la pauta A con tiempos perfectivos. Se prefiere marcadamente, en efecto, la primera opción en {Parecía ~ Pareció} incapaz de pegar a su hermano. Se registran, sin embargo, usos de pareció en esta construcción. En tales casos parecer se asimila a resultar, como en Improvisó un breve discurso que más bien pareció una elegía (García Márquez, Amor).

37.10f La pauta B se caracteriza por la presencia de un complemento indirecto. Se ha debatido en no pocas ocasiones si parecer es propiamente un verbo copulativo en ella. A favor de que lo sea está el hecho de que admita la sustitución por el pronombre neutro lo, como en Acaso parezca vergonzoso. Pero a mí no me lo parecía (Palou, Carne). En la pauta B se aceptan adverbios que se rechazan en A, como en La propuesta me parece bien, pero se rechazan los grupos preposicionales locativos y los adverbios que los sustituyen: Su rostro me parecía {estar aquí ~ *aquí}. No se diría tampoco *Por la forma en que hablaba me pareció en la oficina (B), sino Por la forma en que hablaba me pareció que estaba en la oficina (D).

37.10g Se perciben asimismo diferencias entre las pautas A y B en relación con los predicados episódicos. Como se ha visto, estos predicados se aceptan sin dificultad en la pauta A. En la B se admiten algunos (La ciudad me pareció en ruinas), pero se ha observado que resultan muy forzados —si no agramaticales— otros muchos entre los que aceptan estar y rechazan ser, como La muchacha me parecía sola; Le pareciste pálido; Nos parecieron desnudos. Los participios se aceptan tanto en A como en B, como en La ciudad parecía arrasada o en Les pareció llegado su último instante (Zunzunegui, Barco).

37.10h Las perífrasis progresivas «estar + gerundio» o «seguir + gerundio» suelen resultar más naturales en B (Me sigue pareciendo culpable) que en A (Sigue pareciendo culpable). Existen, sin embargo, excepciones: Y hoy, a los 68 años, sigue pareciendo una niña pequeña (Hoy [Chile] 1/2/1978). Algunos autores asocian esta tendencia al hecho de que en las oraciones del tipo B se introducen juicios o puntos de vista, por tanto acciones en lugar de estados. De hecho, parecer en B se ha considerado más propiamente un verbo de juicio o de opinión que un verbo copulativo. El complemento indirecto designa la persona que sostiene el juicio, tanto si está representada por un pronombre dativo (La idea me parece buena) como por un grupo preposicional no doblado por un pronombre dativo (La decisión pareció injusta a todos los afectados), variante esta ya poco frecuente en los textos actuales:

Pareció a los que acompañaban al emperador despego y descortesía, y diéronlo así a entender (Quevedo, Marco Bruto); Pareció a los españoles tan extraña la respuesta como inesperada (Cabrera Córdoba, Historia); Paresció a todos los demás muy bien esta respuesta (Cervantes Salazar, Crónica); Parecía a los franciscanos increíble que la Santa Sede pudiese reprobar una sentencia que habían enseñado eminentes escritores (Pou, Visionarios).

Otros autores no concuerdan con esta idea, y aducen que en muchas oraciones copulativas construidas con ser o con estar se establecen juicios del hablante, sin que ello lleve a dejar de considerarlas copulativas. Se aceptará aquí este último punto de vista, según el cual no dejan de contener atributos las oraciones del tipo B.

37.10i Existen otras diferencias entre las pautas A y B. La pauta B se usa de modo habitual con tiempos perfectivos (Me pareció una buena idea), infrecuentes en A, como se ha visto. Los grupos nominales que se admiten en A pueden establecer, en principio, cualquier analogía entre dos personas o cosas, como en Tu amigo parece un compositor. No se rechazan los grupos nominales de persona como atributos en la pauta B, incluso los definidos, como en Dice que la señora de la limpieza le pareció la profesora de matemáticas. Sin embargo, se ha observado que los grupos nominales atributivos que corresponden a la pauta B son más propiamente valorativos o evaluativos: Morricone me parece un compositor con más imaginación, con un amplio abanico de lenguajes musicales (Vanguardia [Esp.] 19/5/1994). Estos grupos se construyen de forma característica con los sustantivos llamados de cualidad12.14q, r), como en La idea me pareció un disparate, pero también con superlativos (Me parecía la solución más sencilla) y con otros recursos que permiten describir de diversa manera apreciaciones o impresiones:

A mí me pareció el castañeteo de los dientes de plata de la muerte (Jodorowsky, Pájaro); Hubo un tiempo en que la música me pareció el camino que me llevaría de verdad a Alana (Cortázar, Glenda); Su deseo de desarrollar la mecánica cuántica y de tener el monopolio de la verdad, frente a teorías como la mía, me parece el intento de un hombre desesperado por hallarle sentido al mundo (Volpi, Klingsor).

37.10j Se ha debatido largamente en la tradición si parecer es un verbo copulativo en la opción C. Existe, en efecto, cierto desacuerdo entre los gramáticos sobre la cuestión de si son o no atributivas las oraciones sustantivas que se construyen con el verbo parecer, como las que se subrayan en Parece que no me oye o en No parece que estés de acuerdo. La sustitución pronominal ofrece aquí resultados inestables, puesto que se dice Lo parece (No lo parece en la segunda oración), como se espera de un atributo, pero también se dice Eso parece (con mayor claridad en el primer caso), como se espera de un sujeto. Se asimila parecer a resultar en Resultó que estaba en lo cierto y a otros verbos más claramente intransitivos, como suceder en Sucedió que un día aparecieron por allí.

37.10k La pauta C es similar a la construcción «ser + subordinada sustantiva», como en ¿Es que no me quieres?, descrita en el § 37.4u. La sustitución de la oración por el pronombre lo da resultados anómalos en este último caso (—*No, no lo es) y poco claros —como se vio— en la variante con parecer. En general, la sustitución por un demostrativo resulta más natural que la correspondiente al pronombre personal, lo que apoya la idea de que la subordinada sustantiva ejerce la función de sujeto en C. De hecho, la variante del texto siguiente con lo parecía (en el lugar de eso parecía) se considera anómala o muy forzada: Aceptó mi invitación, también sin pensarlo mucho, o al menos eso parecía (Paz Soldán, Materia).

37.10l Algunos autores consideran naturales oraciones como Ayer parecía que iba a llover, pero hoy no lo parece, que llevarían a la conclusión contraria, es decir, a la conclusión de que la oración ejerce la función de atributo. Es difícil encontrar textos en los que el antecedente del pronombre neutro lo sea verdaderamente proposicional cuando incide sobre parecer, es decir, textos como el diálogo que sigue en los que aparezca lo en lugar de eso: ¿Y la han traído? —Eso parece (Memba, Homenaje). Los gramáticos que interpretan estas oraciones como atributo entienden que el verbo parecer es impersonal, por lo que estas construcciones se asimilan a otras como Está oscuro; Aún no es de día, etc. Sin embargo, las subordinadas sustantivas no suelen ejercer dicha función en otras impersonales.

37.10m La opción D es una variante de C, pero la presencia del pronombre hace más clara la interpretación de parecer como verbo de juicio o de opinión. Aunque se ha aducido en algunos estudios que la sustitución de la sustantiva por el pronombre átono se puede obtener en D, es probable que el antecedente de lo no sea una oración, sino una expresión predicativa. Cabe, pues, pensar que el antecedente de lo en A ella le parecía que el candidato era muy joven, pero a mí no me lo parecía es el grupo adjetival muy joven, no necesariamente la oración El candidato era muy joven.

37.10n Las observaciones previas llevan a considerar que parecer es un verbo copulativo en A y B, pero no en C y en D. La pauta E se ha interpretado de tres formas en los estudios sobre la atribución:

E1. Parecer en E es un verbo copulativo

E2. Parecer en E es un verbo principal

E3. Parecer en E un verbo modal en una perífrasis verbal

Cada una de estas opciones tiene ventajas e inconvenientes. En los apartados que siguen se explicará que los inconvenientes de E3 son superables en mayor medida que los de las demás opciones. Se explicará también que la relación entre E1 y E3 es más estrecha de lo que pudiera parecer en principio.

37.10ñ La pauta E corresponde a oraciones como La ira parecía salir del fondo de sus ojos o como Yo parecía tener razón (Bryce Echenique, Martín Romaña). Los tres análisis predicen la concordancia «sujeto–verbo»: Las cosas parecían ir bien, pero son notablemente distintos en otros aspectos. De acuerdo con E1, la expresión salir del fondo de sus ojos es el atributo de parecer en el ejemplo propuesto, tanto si se interpreta como grupo verbal como si se analiza como oración de infinitivo. Los autores que defienden esta opción entienden que resulta posible construir oraciones como Unos días parecía estar de buen humor y otros no lo parecía. Se ha comprobado repetidamente, sin embargo, que los hablantes nativos consultados no reaccionan de manera homogénea ante este tipo de oraciones, que pocos consideran del todo naturales. Recuérdese, por otra parte, que esta secuencia puede ser gramatical sin que el antecedente de lo sea oracional, es decir, en la interpretación en la que lo sustituye a de buen humor.

37.10o Han señalado algunos gramáticos que las alternancias del tipo Parecía {ser feliz ~ feliz} deberían analizarse a la par que otras como Llegó a {ser ministro ~ ministro} o Resultó {ser falso ~ falso}, examinadas en los § 37.4n-o. Aunque la relación entre todas ellas parece clara, conviene recordar que la cuestión no es únicamente determinar si estos infinitivos son atributivos, sino dilucidar si encabezan subordinadas sustantivas. Algunos autores han defendido E1 sosteniendo que ser feliz es una oración subordinada sustantiva en función de atributo, aun cuando los demás verbos copulativos no admitan estas oraciones (§ 37.4). Repárese en que desde este análisis no tiene explicación fácil el que la oración de infinitivo no posea un correlato en forma personal, ya que su hija no es sujeto de parece en Su hija parecía que era feliz (esquema H: § 37.10x). Otros autores han defendido E1 suponiendo que los grupos verbales son en sí mismos atributos. Desde este punto de vista, que pocos gramáticos sostienen hoy, el segmento subrayado en Su hija parecía ser feliz es un grupo verbal cuya función es la de atributo de su hija. El principal problema de este análisis es que la pauta «verbo + grupo verbal» es característica de las perífrasis verbales, por tanto de la opción E3, más que de la E1.

37.10p La opción E2 no es suficientemente explícita en lo relativo a la función sintáctica del complemento oracional. Si se entiende que es el objeto directo, como defendieron algunos gramáticos en la tradición, se esperaría que la sustitución por el pronombre átono lo ofreciera resultados menos inseguros. Mientras que en El equipo mereció ganar por más goles se obtiene Lo mereció, solo algunos hablantes admiten, como se ha explicado, Lo parecía en La tensión parecía disminuir. La opción E2 presenta otra dificultad, acaso mayor. No queda claro por qué el sujeto de la oración principal no está restringido léxicamente en ella por el verbo parecer, sino por el verbo de la oración de la subordinada. En efecto, si se inserta un sujeto en el segmento representado por el guion bajo en —parecía [radicar en el uso de ciertos recursos], la oración subordinada será el segmento encerrado entre corchetes. Ahora bien, el elemento que selecciona semánticamente el sujeto de parecer (el problema, la diferencia, el éxito, etc.) es el verbo de la oración subordinada (radicar), sin que el verbo principal (parecer) tenga intervención alguna en este proceso. Esta situación es anómala en las subordinadas sustantivas.

37.10q El principal inconveniente de E2 se convierte en la principal ventaja de E3, puesto que las perífrasis verbales se ajustan al esquema «verbo auxiliar + verbo auxiliado o pleno». De hecho, el primero de estos verbos contiene la información flexiva y el segundo introduce las propiedades semánticas de la predicación (§ 28.1a, b). Desde este punto de vista, la estructura sintáctica de La tensión parecía disminuir es similar a la de La tensión {podía ~ debía ~ solía} disminuir. Las principales ventajas de tratar al verbo parecer entre los auxiliares de las perífrasis en la construcción E (más exactamente de valor epistémico o con lectura exclusivamente oracional) se presentan en los § 28.6d y ss.

37.10r Se hace notar en los apartados a los que se remite que los verbos auxiliares que reciben la interpretación llamada personal o radical pueden seguir a otros auxiliares que reciben la impersonal o epistémica, como en Pudo tener que salir. Como parecer solo admite esta última, se rechaza en estos contextos (*Pudo parecer ser amable). La variante Pudo parecer amable corresponde al uso de parecer en A, no en E. Por otra parte, los verbos auxiliares admiten la elipsis del grupo verbal en la interpretación personal o radical, como en Intentó abrir la puerta, pero no pudo Ø (donde Ø =‘abrir la puerta’), pero la rechazan en la interpretación llamada epistémica u oracional: *Puede tener suerte unas veces, pero otras no puede Ø (donde Ø =‘tener suerte’). Como parecer solo admite esta última interpretación en la pauta E, es esperable que rechace también la elipsis: *Unos días parecía disminuir la tensión y otros no parecía.

37.10s La opción E3 no carece enteramente de inconvenientes. En primer lugar, los pronombres enclíticos de los infinitivos pasan a ser proclíticos del verbo auxiliar en las perífrasis (Pudo acercárselo > Se lo pudo acercar). El verbo parecer rechaza esta opción (Parecía acercárselo > *Se lo parecía acercar). Comparten esta propiedad los infinitivos de las subordinadas sustantivas de sujeto: Convendría decírselo > *Se lo convendría decir; No importa omitirlo > *No lo importa omitir. Aunque cabe atribuir a la naturaleza epistémica de parecer esta anomalía, no es menos cierto que otros verbos modales admiten la proclisis en la interpretación epistémica: Podría hacer más frío > Podría hacerlo > Lo podría hacer. El segundo inconveniente hace referencia al hecho de que el infinitivo no está restringido por el auxiliar en las perífrasis verbales de sentido epistémico o impersonal: Puede {tener suerte ~ viajar mañana}. En cambio, parecer suele limitarse en esta pauta a los verbos que denotan estados o propiedades. Se siente, pues, muy forzada la segunda opción en Parece {tener suerte ~ viajar mañana}.

37.10t Considérese ahora la pauta F. El infinitivo introduce una subordinada sustantiva en Me pareció oír un ruido, por lo que resulta natural la sustitución Eso me pareció. Como el pronombre dativo es el antecedente del sujeto tácito del infinitivo, es esperable que se rechacen oraciones como * Jesús me pareció oír un ruido, en las que pareció aparece construido con dos sujetos: uno nominal y otro oracional. El complemento indirecto representa el antecedente del sujeto tácito del infinitivo, de forma que, si este contiene un reflexivo o es un verbo pronominal, habrá de concordar con tal sujeto e, indirectamente, también con el dativo. Concuerdan, pues, todos los elementos subrayados en A ella le parecía no entenderse ni a misma. Es asimismo esperable que el verbo parecer solo presente la tercera persona en esta pauta, puesto que posee sujeto oracional: Me {parece ~ *parezco} oír voces. Los ejemplos siguientes corresponden también a F:

Le parecía vivir en una eterna primavera (Blasco Ibáñez, Cañas); A Lituma le pareció escuchar por tercera vez la risita contenida, burlona, del Teniente Silva (Vargas Llosa, Palomino Molero); Al pasar junto al callejón lateral le pareció ver un bulto que avanzaba pegado a la pared (Cortázar, Fuegos); Desde la distancia a Leto le parece adivinar la charla de la que no le llegan, sin embargo, más que algunos ademanes vagos (Saer, Glosa); Le parecía volar rumbo al futuro en la piel de un americano de los años treinta que sueña con Europa (Martín Gaite, Irse); Al deslizarla por las greñas le parece tocar un nudo furtivo que palpita aunque trata de ocultarse (Donoso, Mocho).

Son característicos de F los verbos de estado, como en Te parece tenerlo todo controlado, pero también un gran número de verbos de percepción (oír, escuchar, notar, percibir, etc.), a los que se agregan algunos de otros tipos, como se comprueba en los textos citados. La oración subordinada expresa simultaneidad en los contextos de la pauta F. Así, el ejemplo de Martín Gaite que se cita admite la paráfrasis Le parecía que volaba (o … que estaba volando). No obstante, se admite la relación de anterioridad si el verbo haber la marca expresamente, como en Le parecía haber llegado a su verdadera casa (González, E., Dios).

37.10u La pauta G, característica de la lengua clásica, es hoy más frecuente en el español americano que en el europeo, y mucho más en la lengua literaria que en los demás registros. El rasgo más notable de esta construcción es que el pronombre dativo no es en ella el antecedente del sujeto tácito del infinitivo. He aquí algunos ejemplos de esta pauta:

Todo quanto mirava le parecía andar al rebés, todo al trocado (Gracián, Criticón II); Recién entonces advertí que la fosforescencia que me parecía bañar aquella habitación en que ahora estaba era la misma de la gruta (Sábato, Héroes); Pero esta aristocracia, cuesta hallarla. Un poco de ella, sin embargo, me parecía constituir, a través de nuestra historia, la base del carácter argentino (Mallea, Bahía); Los toros, reproducidos en los tapices de varios colores, le parecían alzar sus terribles testuces (Galdós, Episodios); Tenía siempre empeño de apoyar cuanto decía, corroborando sus dichos, sentencias y razones con otras que a él le parecían venir muy a cuento (Valera, Cuentos); Esta actitud sádica se alía a un deseo de autohumillación, que me parece constituir el fondo mismo de su carácter (Paz, Laberinto).

El antecedente del sujeto tácito del infinitivo en el texto de Galdós es los toros reproducidos en los tapices, y en los textos de Sábato, Valera y Paz es el pronombre relativo que. Esta variante con relativo es también común en el francés literario contemporáneo, entre otras lenguas románicas. Puede suponerse que G es una variante de E, es decir, una construcción asimilable a las perífrasis verbales, pero también que el infinitivo encabeza una subordinada sustantiva, de forma que el pronombre dativo proporciona la referencia de su sujeto tácito. Tal como se ha explicado, buena parte de las peculiaridades gramaticales del verbo parecer radican en que comparte rasgos propios de varias construcciones sintácticas.

37.10v Se percibe un paralelismo notable entre cuatro de los esquemas analizados:

La burla parecía pesada (A) ~ La burla parecía ser pesada (E)

La burla me pareció pesada (B) ~ La burla me pareció ser pesada (G)

El ejemplo que ilustra aquí G es una variante de un fragmento del Quijote en el primero de los textos que siguen:

Le pareció ser pesada la burla y muy barato el precio della (Cervantes, Quijote II); El amor espiritualísimo que en él se relata me parecía ser la expresión exacta de mis primeras vibraciones sentimentales (Araya, Luna); No me paresció ser cosa justa tratar agora de la paz con los guerreros de aquel Emperador soberano (Granada, Escala).

Existe, como se ha explicado, variación geográfica en lo relativo a la pervivencia de la pauta G en el español de hoy.

37.10w El paralelismo descrito en el apartado precedente muestra la estrecha relación que existe entre los esquemas perifrásticos y los atributivos. En el capítulo 28 se analizan diversos aspectos de esa coincidencia. En los copulativos es el atributo, y no el verbo, el que restringe propiamente al sujeto, y en los perifrásticos es —de forma paralela— el verbo pleno o auxiliado el que lleva a cabo tal restricción. En ambas construcciones se admiten complementos indirectos (casi siempre pronombres dativos átonos) que introducen un participante que experimenta —percibe unas veces y sostiene otras— el estado de cosas que la predicación expresa.

37.10x Las construcciones H e I se caracterizan por que poseen tópicos iniciales y subordinadas sustantivas de sujeto. Tal como es esperable, el tópico inicial no concuerda con el verbo: Algunos novelistas jóvenes {parece ~ *parecen} que son muy buenos escritores. Así pues, estas oraciones —más propias de la lengua coloquial que de los registros formales— contienen un segmento extraoracional que introduce una de las maneras en que se presenta la información temática (§ 40.1d-r), es decir, la información a propósito de la cual se dice algo en el resto del enunciado. Se analizan otros aspectos de estas oraciones en los § 28.6d y ss., 40.3k-o y 43.4h, i.

 

Nueva gramática de la lengua española
Real Academia Española © Todos los derechos reservados

cerrar

Buscador general de la RAE