Sintaxis

37 El atributo (I). Clases de expresiones predicativas. El atributo en las oraciones copulativas

37.3 Clases de expresiones predicativas (II). Atributos preposicionales y adverbiales

37.3a Muchos grupos preposicionales se usan como atributos. Son los mismos que aportan propiedades restrictivas como modificadores nominales. Estos grupos preposicionales, estudiados en el § 12.10, pueden aludir al origen de algo o alguien (Este vino es de la Rioja), a su constitución (Parecía de mármol), a la persona o la cosa a la que pertenece (La casa era de sus abuelos), al destinatario al que se dirige (Este ramo de flores es para la ganadora del concurso), a los estados en que se encuentra (Las niñas están sin zapatos) y a otras nociones similares que se especifican en dicha sección. Los grupos preposicionales atributivos alternan a menudo con adjetivos, que pueden ser calificativos, como en tejido {de algodón ~ algodonoso} o en Entró {temeroso ~ con temor}; La contemplaba {entusiasmado ~ con entusiasmo}; Acabó {exhausto ~ sin fuerzas}, o bien relacionales, como en Este queso es {de la Mancha ~ manchego}; Las arandelas son {metálicas ~ de metal}. Recuérdese, en cualquier caso, lo advertido en el § 37.2d. He aquí algunos ejemplos de grupos preposicionales atributivos introducidos por la preposición de:

La Manaco es una fábrica de calzados de la empresa Bata que es de Canadá (Viezzer, Hablar); Como signo de nuestra aprobación, toma este espejo que es de plata (Borges, Libro); Bión: ¡A la rueda del clavel, que no hay pluma sin papel! Mendigo 4.º: ¡Con su boquita de piñón, que por el día es de naranja y por la noche de limón! (Alberti, Adefesio); La “alegría del 14 de abril” —la expresión no es de Manuel Azaña, es de José Antonio Primo de Rivera— se hizo pacífico e incansable Amazonas humano (Laín Entralgo, Descargo); El mayor porcentaje [de los árbitros] es de Primera División (País [Esp.] 11/12/1979).

37.3b Se usan como atributos en las oraciones copulativas otros grupos preposicionales asimilables a expresiones que también se emplean como modificadores (sean argumentales o adjuntos) de los sustantivos en el interior de grupos nominales:

El odio que la embargaba era contra todos los uniformes (Jodorowsky, Pájaro); La primera transmisión de EAJ-1, Radio Barcelona, fue desde el Gran Teatro del Liceo barcelonés (Díaz, L., Radio); Perú sólo interviene si esa salida es por Arica (Expreso [Perú] 3/9/2009).

Las oraciones finales y causales se asimilan a los grupos preposicionales, como se explica en el capítulo 46. Estos grupos preposicionales pueden ser igualmente atributivos:

Las instrucciones de la maleta no eran para seguirlas al pie de la letra (Candelaria, Golpe); El domingo es para estar con la familia (López, W., Vine); Todo sea por hacerla feliz a ella (Bayly, Mujer); Señor juez, mi delito es por bailar el chachachá (Cabrera Infante, Delito); La sanción fue por expresar su desacuerdo con la Ley de Educación (Clarín 2/4/1997).

37.3c Los grupos preposicionales atributivos introducidos por la preposición sin se forman con infinitivos de verbos transitivos o intransitivos. Los infinitivos de los primeros pueden tener interpretación activa (Sigo sin poder verla) o pasiva (La cama está sin hacer). La diferencia entre ambas se analiza en los § 26.6i-k. Las pautas «sin + verbo transitivo», «sin + verbo intransitivo» y «sin + sustantivo» alternan con adjetivos:

Llevaba muchas horas {sin dormir ~ despierto}; El problema sigue {irresuelto ~ sin resolver ~ sin solución}; Estuvieron un rato {sin hablar ~ callados}; Lo encontraron {sin dinero ~ arruinado}; Iba {sin zapatos ~ descalza}.

37.3d Estos grupos han admitido en todas las épocas adverbio de grado, en lo que coinciden con los adjetivos calificativos. A pesar de ello, no se asimilan a las locuciones adjetivas. Se ilustran a continuación estas expresiones con el cuantificador tan:

Non soy yo tan sin seso (Arcipreste Hita, Buen Amor); Esto lo digo porque las tentativas que ha hecho […] son las que cabía esperar de alguien tan sin grandeza como él (Cortázar, Reunión); Está constituida […] por historias sin transición ni explicación, sin comienzo ni fin y casi siempre tan sin significado como una frase mal construida (Donoso, Casa); El alma se le convirtió en un desierto de rencor tan interminable, en un vacío tan sin remedio, que abandonó (Martínez, Perón); Un igual con un igual son una iguala tan igualada y tan sin sobresaltos y sin vida que por no tener no tiene ya ni sexo (Pombo, Metro).

Los mismos grupos sintácticos aceptan también ocasionalmente el adverbio muy en la lengua literaria contemporánea, como en Imagínenselo caminando por la calle de Miguel Schultz, muy derecho, muy sin ver a nadie (Puga, Silencio). Recuérdense los § 13.2y y 29.3o.

37.3e La interpretación atributiva de los complementos preposicionales no debe confundirse con otra, más común, en la que esos grupos designan complementos adjuntos. Así, el que dice Escribo con una pluma estilográfica menciona un instrumento que interviene en la acción de escribir (el grupo preposicional es complemento circunstancial o adjunto). Si se dijera Escribo con pluma estilográfica no se designaría un instrumento, sino un modo de escribir. En cambio, el que dice Te imagino con un sombrero mexicano no menciona un instrumento que intervenga en el acto de imaginar, sino una situación episódica de la persona imaginada. Así pues, el grupo preposicional es aquí complemento predicativo del complemento directo te, por tanto un tipo de atributo. Se analizan otros aspectos de esta misma distinción en los § 15.13a y ss. y 39.6i.

37.3f No existe acuerdo entre los gramáticos acerca de si los grupos preposicionales locativos (bajo la mesa, en el parque, entre Madrid y Segovia) son propiamente expresiones predicativas en las oraciones copulativas o, por el contrario, son complementos locativos seleccionados argumentalmente. Los defensores de este segundo análisis entienden que en estos casos el verbo estar se encuentra próximo al valor etimológico del verbo latino stare (verbo de localización, ‘estar de pie’) y que el grupo preposicional no restringe el sujeto de la construcción. Los partidarios de tratar estos grupos preposicionales como predicativos sostienen que en tales contextos estar mantiene una interpretación episódica semejante a la que posee con los adjetivos y con los grupos preposicionales no locativos, de forma que el análisis que se haga de unos casos debe poder aplicarse a los otros. La polémica se extiende a los grupos preposicionales temporales que, por extensión del concepto de lugar, indican localización temporal, como en Estamos en primavera o en Ya estábamos a primero de noviembre, pero también otras magnitudes: Hemos estado a tres grados bajo cero todo el invierno; La merluza está a diez euros. Se retomará esta cuestión en los § 37.7b y ss.

37.3g Existen razones para pensar que los grupos preposicionales de ubicación se asimilan a los atributos. Estos grupos sintácticos pueden referirse a lugares que no son aquellos en los que sucede la acción denotada por el verbo. Así, en Vi las llaves en el cenicero, no se diría que el cenicero es el lugar en que se realiza la acción de ver, sino que este grupo preposicional designa una situación episódica de las llaves, de forma similar a como con mal aspecto hace lo propio respecto de Iván en Vi a Iván con mal aspecto. La interpretación de los grupos preposicionales locativos como atributos o como complementos circunstanciales permite distinguir los dos sentidos que se observan en oraciones como El niño pintó un barco en la alfombra. En una de las interpretaciones se hace referencia al lugar que el niño ocupa mientras pinta el barco (en la alfombra es complemento circunstancial de lugar); en la otra, la alfombra designa el tejido que hace de lienzo, sin que sepamos en qué lugar o en qué posición realizó su acción el niño. Cabe pensar que esta segunda interpretación se asimila a la que corresponde a los complementos predicativos, en cuanto que en el ejemplo propuesto se dice que el barco aparece en la alfombra como consecuencia de la acción de pintar. No todos los gramáticos comparten, sin embargo, estos análisis. La interpretación resultativa de los complementos predicativos se trata en los § 38.8g y ss.

37.3h Los grupos preposicionales se distinguen de las locuciones adjetivas (§ 13.18), como de confianza, de cuidado o de respeto. Estas locuciones alternan igualmente con los adjetivos y se emplean como atributos, pero no constituyen grupos preposicionales: Llevaba dos años {enfermo ~ en cama}. He aquí algunos ejemplos de locuciones adjetivas usadas como atributos:

Estoy de vacaciones; ¿Sigues de mal humor?; Se puso en jarras; Parecía de con Óanza; Seguimos a oscuras; El paquete llegó en mal estado; Déjame en paz; Se puso de buen ver; Iván sigue de morros; Veo que estás de buen año; Con el pobre Federico de cuerpo presente no debisteis discutir; No vengas otra vez tan de mala leche; Estas manzanas están de miedo (‘muy ricas’; más frecuente en España); Dejó muchas preguntas en el aire; Apareció en bolas; Nos tenía en la inopia (‘desinformados’); Se ha quedado en los huesos; No está en sus cabales; Estuvimos en vilo toda la noche; Nos hemos quedado para el arrastre tras tanto trabajo; Sigue sin blanca (‘sin dinero’).

Los límites entre ambas unidades son a veces escurridizos, como se explica en los § 12.10s y 13.18. Así, las locuciones adjetivas formadas por hasta y un grupo nominal que designa una parte del cuerpo o una prenda de vestir no forman una serie cerrada, por lo que están más cerca de los grupos preposicionales: hasta el gorro, hasta la coronilla, hasta el cuello, hasta el moño, hasta las narices, etc. Usadas como atributos, suelen aparecer además con un grupo preposicional encabezado por la preposición de, que no se omite, salvo que pueda recuperarse del discurso precedente: Estoy de deudas hasta el cuello (Ruiz Zafón, Sombra).

37.3i Como se explicó en el § 13.18, se espera que las locuciones adjetivas estén en los diccionarios, puesto que son expresiones idiomáticas. A la vez, los grupos preposicionales no deben aparecer en ellos porque no son unidades léxicas, sino sintácticas. Los siguientes grupos preposicionales, formados con la preposición de, están cuantificados por el adverbio muy, lo que confirma su naturaleza atributiva, pero no aparecen (ni podría esperarse que aparecieran) en los diccionarios, lo que indica su naturaleza no idiomática:

Ella es muy de volver atrás en las conversaciones (Delgado, Mirada); No sería raro que el ojo se lo hayan arrancado los húsares hispánicos, que eran muy de hacer esa clase de daños (Fogwill, Cantos); Era un personaje curioso que, a la chita callando, era muy de llevar la contraria, andar a contrapelo (Sánchez-Ostiz, Infierno); Era muy de Maneco elegir una espada (Borges, Brodie).

Se analizan otros casos similares en los § 13.12y, z. Estas expresiones ponen de manifiesto que con medios sintácticos es posible construir expresiones predicativas preposicionales —análogas a los adjetivos— que no se asimilan necesariamente a las locuciones.

37.3j Los grupos preposicionales atributivos se distinguen de los que contienen atributos. En efecto, el atributo de la oración La guerra no era contra ellos no es ellos, sino el grupo preposicional que contra encabeza. Por el contrario, en la oración Los políticos nunca pecan de ingenuos no se predica de los políticos la expresión de ingenuos, sino únicamente el adjetivo ingenuos. Como se comprueba, un complemento de régimen (de ingenuos) puede contener en su interior una expresión predicativa que se atribuye al sujeto de la oración, como en este caso, o bien al complemento directo, como en Los tienen por personas decentes. Así pues, el complemento predicativo de los en esta última oración no es por personas decentes, sino personas decentes, es decir, la frase nominal atributiva que concuerda en número con el elemento del que se predica. Se pueden caracterizar estos elementos como atributos insertos en grupos preposicionales. Se dedica a ellos el § 38.10.

37.3k El uso del adverbio está mucho más restringido que el del adjetivo en las expresiones predicativas. Los adverbios demostrativos se corresponden con grupos preposicionales que también constituyen atributos: Estoy aquí ~ Estoy en el jardín; No te pongas así ~ No te pongas de esa manera. El adverbio demostrativo así sustituye a los adjetivos, en alternancia con los pronombres neutros: Es insoportable > Es así o Lo es; Era alta como una palmera > Lo era o Era así. Alternan igualmente Eso parece y Así parece:

—Tal vez te bajó la tensión. —Eso parece (Mendoza, M., Satanás); —La próxima misión de Isabel era asesinarlo a usted, teniente. —Así parece (Jiménez Emán, Tramas).

37.3l Las relativas adverbiales sin antecedente expreso funcionan asimismo como complementos predicativos: Lo encontré como me lo imaginaba. Los demás adverbios locativos (debajo, delante, lejos y sus opuestos, entre otros) se usan asimismo como expresiones predicativas, sobre todo con verbos copulativos y semicopulativos (Se puso delante; No están cerca), pero también con algunos verbos de percepción, causación y juicio (Te hacía más lejos; Lo vi detrás del árbol). El adverbio interrogativo cómo puede sustituir a los adjetivos calificativos (—¿Cómo es? —Muy largo; —¿Cómo llegó? —Algo cansado):

¿Cómo es Nueva York? —pregunté— Inmensa, inmensa, inmensa... —respondió ella con un dejo de orgullo que llegó a molestarme (Díaz Martínez, Piel); —¿Cómo es ella, Adán?— Vulgar, tonta, sufrida— (Carballido, Soñar); —¿Cómo eran Carrabs y Santelli en la cancha? —Serios, responsables y seguros de lo que hacían y aportaban para sus equipos (Tiempo [Esp.] 15/4/1997); t: —¿Cómo está ella?— p: —Ella está muy contenta (Cabouli, Terapia).

También puede reemplazar a los grupos nominales: ¿Cómo es el nuevo profesor? Es una persona joven, entusiasta… El adverbio relativo como sustituye a los adjetivos en expresiones del tipo de Más ancha de mangas es como quiero la camisa (para las variantes con que galicado, véanse los § 40.12a-e).

37.3m Se observan diversas alternancias entre adjetivos y adverbios en función de atributo, sobre todo con ciertos adverbios de valor ponderativo, como en Todo estaba {estupendo ~ estupendamente} o La fiesta estuvo muy {buena ~ bien}. A este grupo pertenecen los adverbios divinamente, espléndidamente, extraordinariamente, maravillosamente, perfectamente, entre otros. Estas alternancias se registran con el verbo estar, pero también con algunos verbos semicopulativos:

Y está divinamente, sanísima (Mundo [Esp.] 29/9/1996); Fastidiado contesté: —Estoy perfectamente (Bioy Casares, Muñeca); Ahora que estás tú aquí, me encuentro espléndidamente (Alonso Millán, Oportunidad); La encontré estupendamente. Si hay algo que se pueda destacar de ella, es su creatividad (País [Esp.] 20/10/1997).

Los adjetivos cercano y lejano alternan con los adverbios cerca y lejos, como en Dice que el fin del mundo está {cercano ~ cerca} o El hotel quedaba un poco {lejano ~ lejos}. Son ambiguas oraciones como Te veo estupendamente, ya que el adverbio puede interpretarse como complemento predicativo del objeto directo (‘Veo que estás estupendamente’), o bien como complemento circunstancial (‘Te veo sin dificultad, de manera nítida’).

 

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