Tomás Navarro Tomás

Tomás Navarro Tomás, 1884-1979

letra h

Toma de Posesión

19 de Mayo de 1935

Fallecimiento

16 de Septiembre de 1979

Tomás Navarro Tomás

Académico de número

La Roda (Albacete), 1884-Northampton, Massachusetts (Estados Unidos), 1979

Tomó posesión el 19 de mayo de 1935 con el discurso titulado El acento castellano. Le respondió, en nombre de la corporación, Miguel Artigas Ferrando.

Nacido en La Roda (Albacete) el 12 de abril de 1884, Navarro Tomás se doctoró en Letras por la Universidad Central de Madrid con la tesis Notas filológicas sobre el Libro de los Emperadores, manuscrito de los aragoneses del Gran Maestre de la Orden de San Juan de Jerusalén. Durante su etapa como estudiante, Tomás Navarro Tomás trabajó sobre dialectología en el Centro de Estudios Históricos (CEH) junto con Ramón Menéndez Pidal, Américo Castro, Federico de Onís y Matías Martínez Burgos. Con las becas de la Junta para la Ampliación de Estudios (JAE) continuó su formación en fonética en París, Montpellier, Múnich, Marburgo, Leipzig y Hamburgo. Según señala Luis Miguel de la Cruz Herranz en el Diccionario biográfico español de la Real Academia de la Historia, «a su regreso comenzó a impartir clases en el CEH. Allí creó el Laboratorio de Fonética Experimental, donde se iniciaron Samuel Gili Gaya y Amado Alonso. Menéndez Pidal le confió igualmente el puesto de redactor gerente de la Revista de Filología Española […]. Asimismo, le encargó la dirección de los cursos de extranjeros».

Fue profesor visitante en la Universidad de Puerto Rico (1925), en donde creó el Departamento de Estudios Hispánicos, y en la Universidad de Stanford, en California (1927). En esa época, además, dictó conferencias en las universidades norteamericanas de Princeton, Columbia, Harvard, Chicago, Indiana y Míchigan. En 1931 consiguió la cátedra de Fonética de la Universidad Central de Madrid. Fue presidente de la Comisión Gestora del Cuerpo Facultativo de Archiveros, Bibliotecarios y Arqueólogos (1936) y director de la Biblioteca Nacional durante la Guerra Civil. En 1939 tuvo que partir hacia el exilio en Estados Unidos, donde ejerció como profesor de Filología Española en la Universidad de Columbia.

En 1973 inició el proceso de creación de la Academia Norteamericana de la Lengua Española con la colaboración del chileno Carlos McHale, el español Odón Betanzos Palacios, el peruano Eugenio Chang-Rodríguez, el ecuatoriano Gumersindo Yépez, el puertorriqueño Juan Avilés y el español Jaime Santamaría. Tras su fallecimiento, el Boletín de la Academia Norteamericana de la Lengua Española le rindió homenaje con la publicación de una serie de artículos de sus compañeros Odón Betanzos Palacios, Amelia Agostini de del Río, Eugenio Florit, Daniel N. Cárdenas y José Agustín Balseiro.

«Se puede considerar a Navarro Tomás como el iniciador de los estudios fonéticos en España —apunta De la Cruz Herranz en el Diccionario biográfico español—. Su Manual de pronunciación española (1918) ha marcado una época en esta especialidad, actualmente lleva veintisiete ediciones, y fue traducido al alemán (1923) y al inglés (1926) […]. Siguiendo las pautas establecidas en esta obra, surgió el sistema de transcripción fonética de la Revista de Filología Española. El Manual sirvió de pauta fundamental para la enseñanza del español según la pronunciación española […]. Navarro Tomás fue uno de los primeros defensores de la pronunciación hispanoamericana, frente a aquellos que creían que la única correcta era la utilizada “corrientemente en Castilla en la conversación de las personas ilustradas”. También rompió con la falsa creencia de que nuestra lengua se escribe como se pronuncia».

Como recuerda Alonso Zamora Vicente en la necrológica publicada en el Boletín de la Real Academia Española (1979), Navarro Tomás creó el Archivo de la Palabra, cuyo objetivo era acoger «las diferentes variedades del habla, la música y el cancionero tradicionales, las manifestaciones artísticas de la lengua literaria y, finalmente, el habla viva de personalidades relevantes». Fue entonces cuando Menéndez Pidal le encargó la dirección del Atlas Lingüístico de la Península Ibérica (ALPI), a semejanza de los ya creados en Europa, como el Atlas Linguistique de la France, de Gilliéron y Edmont.

Entre sus numerosas publicaciones figuran títulos como Siete vocales españolas (1916), Cantidad de las vocales acentuadas e inacentuadas (1917), Diferencias de duración entre las consonantes españolas (1918), Manual de pronunciación española (1918), La metafonía vocálica (1923), Palabras sin acento (1925), Pronunciación guipuzcoana (1925), El idioma español en el cine parlante (1932), La frontera del andaluz (1932) Análisis fonético del valenciano literario (1934), El acento castellano (1935), Manual de entonación española (1944), Fonología española (1945), Estudios de fonología española (1946), El español de Puerto Rico (1948), Métrica española (1956), Documentos lingüísticos del Alto Aragón (1958), Arte del verso (1959), Sentimiento literario de una voz (1965) y Los poetas en sus versos: desde Jorge Manrique a García Lorca (1973).

Fundador de la Academia Norteamericana de la Lengua Española, Tomás Navarro Tomás fue también miembro de la Hispanic Society de Nueva York, de la American Academy of Arts and Sciences y del Hispanic Institute in the United States; miembro honorario de la American Association of Teachers of Spanish, y presidente honorario de la Sociedad Nacional Honoraria Hispánica Sigma Delta Pi, de California. Entre otras distinciones, fue nombrado doctor honoris causa por el Middlebury College de Vermont (1940).

 

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