antizika

Se documenta por primera vez, con la variante anti-Zika y la acepción 'que combate o previene el zika', a comienzos del año 2016, en el titular de una noticia publicada en El Periódico (Barcelona) que se hace eco de las medidas previstas por el Comité Olímpico Internacional (COI), transmitidas por su presidente, Thomas Bach, para la celebración de los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro en agosto de ese mismo año; periodo en el que Brasil, así como gran parte de América del Sur, es considerada zona de riesgo de transmisión activa del virus zika. De este modo, con el fin de evitar la probabilidad de contagio de esta enfermedad y la génesis de una pandemia, motivadas por la alarma social y el pánico (véase zikosis), se publican un buen número de noticias en las que se detallan una serie de medidas adicionales a las promulgadas por el COI y la Organización Mundial de la Salud (OMS), llevadas a cabo por una serie de países antes de la celebración de los juegos: entre otras, los trajes o uniformes antizika diseñados para los golfistas y arqueros surcoreanos, las camas antizika construidas por el equipo chino de gimnasia femenina artística o los preservativos antizika distribuidos a los atletas australianos. Por otro lado, este vocablo se registra, con el mismo valor, en una serie de artículos de distinta naturaleza: artículos de investigación en los que se exponen los datos y las pruebas que, hasta el momento, se han analizado y experimentado en el contexto del desarrollo de una vacuna antizika, aún inexistente, como el publicado por A. P. Pacheco-Coral, en 2017, en la Revista Colombiana de Anestesiología (Bogotá). Esta voz se atestigua con las variantes con y sin guion, así como con la alternancia de las grafías  c y k y de la mayúscula inicial procedente del topónimo africano Zika.