guársamo

Diccionario histórico del español de Canarias

guársamo, guácimo, guásamo, guásimo

 

guársamo, guácimo, guásamo, guásimo. (De orig. prehispánico). m. Cavidad, labrada o natural, en el tronco o en las ramas grandes de ciertos árboles, como el pino o la mocanera, para recoger y almacenar agua que, por condensación, destilan de las hojas.

                1779 (1983) Urtusáustegui Diario (p.48): No solamente es de mucho aprecio en esta Isla cualquier escasa fuentecilla, sino todo hueco con que se puede mantener agua; así se han hecho y labrado ciertos cóncavos en las ramas más gruesas de los pinos y otros árboles, por la parte superior (que llaman guácimos) con el fin de que se empoce la (sic) en que se resuelven las nuvecillas.

                1840 Webb/Berthelot Phytographia (sect. 2ª, pp.145-146): Visnea mocanera. Linn. Fil. [...] Obs. È fructu hujus stirpis syrupum quendam Chacherquem dictum paraverunt Gaetuli Canarienses quem nunc Lamedor de Mocan vocant coloni Hispani, eumque quibus cita est alvus et in faucium doloribus exhibent. Vi astringenti (ob copiam succi acidi à gallâ extracti quo redundat) et refrigeranti gaudet. Remedium à beato Saviñon medico et philosopho Lagunensi in haemorrhagiis internis et in haemophthisi efficax expertum est. Cavum inter ramos truncorum vetustorum quo aqua pluvialis retinetur Guarsamo Ferri incolae vocant.

                1912 (1991) Bethencourt Alfonso Historia i (p.268): Vocabulario guanche. Guársamo, El Hierro, «Cavidades artificiales en los árboles para recoger agua». Ibídem (p.288): Vocabulario guanche. Guásimo, El Hierro. Urtusáustegui. Ibídem (p.302, n.44): Consisten los guársamos en pequeños dornajitos practicados en la cara superior de las ramas gruesas y horizontales de los árboles, dispuestos de manera que al gotear las hojas reciban el agua. Existen varios en la isla, que llevan de cabida 1, 2, 3 y hasta 4 litros, que es un gran recurso para caminantes y pastores en ciertas regiones desprovistas de fuentes o manantiales. A algunos de ellos les conceden una antigüedad de siglos, de la época de los aborígenes. En Tenerife no hemos conocido ninguno, sin embargo de que aseguran los hubo en determinadas localidades. Parece confirmar dicha noticia ciertos nombres, como el «Roque del Guásamo», sobre el valle de Tahodio, que hemos leído en documentos. 1929 (1988) Darias Noticias Hi (p.209): En los parajes más apartados de la Isla, los herreños se preocupaban con el mismo fin cortas cantidades de agua, haciendo pequeños cóncavos en gruesos troncos de mocaneros, llamados tales depósitos «guácimos» o «guársamos», procediendo el líquido almacenado del rocío y nubes que condensan las hojas de los árboles. 1940 (1995) Álvarez Cruz Retablo isleño (p.173): La tradición de ordeñar en recipientes de madera, llamados «tarros», ya se ha perdido, así como aquella otra del «guásamo», aunque ésta subsiste aún en cierto modo. El «guásamo» es la concavidad labrada, natural o artificialmente, en la rama de un árbol con el fin de obtener por destilación o lluvia agua potable. 1944 Armas Ayala Pequeño vocabulario (p.70): Guásamo o Guarsamo.- Cavidad circular que se hacía en el tronco de ciertos árboles, en la isla del Hierro, a fin de recoger el agua de lluvia producida por la condensación, fenómeno ocurrido en algunos de los árboles de dicha isla, el último de los cuales fue el tan discutido «Garoé». 1946 Álvarez Delgado Ecero (p.156): Guásimo (guácimo) o guársamo [...], como llaman a los cuencos o huecos de las gruesas ramas de árboles (por lo común mocaneras o pinos), abiertas para recoger en ellas el agua destilada por las ramas durante las nieblas o balmas frescas. 1954 Rohlfs Guanchismos (p.93): He recogido para Mocanal, La Frontera y El Pinar ([El] Hierro) guásamo «concavidad de un árbol donde se mantiene el agua».

¨Wölfel (p.673) explica que considera de origen prehispánico este vocablo, empleado solo en El Hierro, por exclusión, al no poder «documentarlo ni en el español ni en el portugués». Trapero Pervivencias (p.150) anota guásamo y afirma que «siguen vivos el nombre y el hecho nombrado hasta la actualidad».

 

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ISBN 978-84-88366-95-5 (o.c.)978-84-88366-93-1 (v.1) 978-84-88366-94-8 (v.2)

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