sorrocloco

Diccionario histórico del español de Canarias

sorrocloco

 

sorrocloco. V. zorrocloco.

 

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ISBN 978-84-88366-95-5 (o.c.)978-84-88366-93-1 (v.1) 978-84-88366-94-8 (v.2)

zorrocloco, ca, sorrocloco

 

zorrocloco, ca, sorrocloco. m. Marido de la parturienta que, en los días siguientes al parto, simulaba estar enfermo para aprovecharse de los alimentos especiales que le daban a su mujer. U.t.c.adj.

                1899 Pícar Tiempos mejores (p.84): Allí para el que regresa de Sevilla haciendo el zorrocloco y dándole a la taramela.

                1901 (1985) Bethencourt Alfonso Respuestas (p.128): Antiguamente fue más o menos general en Canarias y hasta hace unos 70 años en las islas de Fuerteventura y Lanzarote, que los maridos durante el puerperio de las mujeres se constituyeran en estado de sorrocloco, que consistía en permanecer en cama mientras lo estuviera la parida haciéndose atender y servir como ella. 1905 Pícar Ageneré (p.89): Sorrocloco ¿de zorro y clueca? hacer el sorrocloco: gandul, estarse en la cama con el recién nacido, mientras la parida se ejercita en la casa. 1912 (1991) Bethencourt Alfonso Historia i (p.196): No hay duda que la primera parte de la palabra sorrocloco es la vasca sor, «nacimiento o criatura nacida». Si Boulanger tiene razón, la segunda será ahalge, «vergüenza», significando el todo, «la vergüenza del nacimiento»; pero esta segunda parte puede ser acholtsu, en cuyo caso la palabra expresaría «el cuidado del recién nacido». Ibídem (p.274): Vocabulario guanche. Sorrocloco, Tenerife, Fuerteventura [...]. «Consistía en acostarse los maridos tantos días como lo estuvieran sus mujeres durante el puerperio, con las mismas atenciones». 1933 Sánchez Pérez La «covada» (p.217 [p.19]): En Canarias, hasta 1830, el padre y la madre pasaban juntos en el mismo lecho todo el puerperio, y comían y bebían lo mismo a las mismas horas, y decían que el padre «estaba zorrocloco». Hoy no se acuesta el padre en la misma cama durante este tiempo, pero conservan la costumbre de comer y beber lo mismo, las mismas veces y al mismo tiempo. 27-ii-1935 Jable (Gaceta de Tenerife, p.3): En cuanto a lo de procedencia española, determinar a veces el lugar de procedencia y por lo común hay que suponer que sería algo extendido muy generalmente, pues es evidente que una costumbre original aportada por un solo conquistador o por muy pocos no podría subsistir en medio de una sociedad que la desconociera en su mayor parte: es el caso de la supuesta o real covada en Canarias. Así probando que la costumbre del zorrocloco existió muy difundida en las islas sería seguro que fué también general en Castilla y Andalucía. 1955-56 (1977) Guerra Memorias (p.83): Usted sabrá algo de los «zorroclocos». Por si acaso no, le diré lo que yo he oído al respective. Dicen que en tiempos bastante antiguos aunque aseguran que la cosa se estiró hasta hace poco más de cincuenta años, cuando en La Palma, o en La Gomera especialmente, alumbraban las mujeres, los que se encamaban y recibían el mimo y las golosinas y las sustancias eran los maridos. Al modo, aquella gente del siniquitate pensaba que lo que valía y padecía era el poder del varón, sin percatarse por lo visto de que éste se sacude los calzones y a otra cosa, mariposa... 9-viii-1957 Jable (Falange, p.8): A modo de ejemplo pintoresco de algunas costumbres natas, cito al «zorrocloco», o sea el marido que se encama por el mismo tiempo de la convalescencia de su mujer después del alumbramiento, siendo atendido con todos los cuidados como si de ella se tratase. Este ancentralismo guarda aun reminiscencias en el Amazonas y otros lugares.

¨El primer ejemplo es probable que se corresponda con la acepción de uso general que el drae-01 recoge como «Hombre tardo en sus acciones, y que parece bobo, pero que no se descuida en su utilidad y provecho», y que debe de estar en el origen del peculiar uso canario. Como se advertirá, en la tradición ortográfica canaria ha prevalecido con bastante intensidad y durante mucho tiempo la escritura con s. Aunque no figura en los diccionarios consultados con el mismo significado, hay indicios de su presencia en Venezuela, pues el crea proporciona este texto de Guillermo Morón, El gallo de las espuelas de oro (1986): «[...] cuando llega la hora de parir la mujer que es la que pare en estas latitudes, en cuanto el tripón sale a la luz y al calor públicos, el hombre o marido se viste de gala y se mete debajo de la cama de su mujer parida y cuando llegan los amigos y conocidos a beberse los meados, que es también pésima costumbre de este vecindario, que consiste en echarle un poquito de orines del recién nacido al cocuy con que les brinda el dueño de la casa desde debajo de la cama, el visitante pregunta, hola, hola, hola, meados nuevos tenemos, cómo ha sido la cosa, y el papá de la criatura, aunque no sepa si es el verdadero papá, responde como si estuviera parturiento él y no su mujer, zorrocloco estoy, zorrocloco estoy, zorrocloco estoy, palabra esta zorrocloco muy vana y apendejada [...]». Vid.t. García Mouton/Grijelmo (pp.351-354).

2. adj. Engañoso o disimulado. V. azorroclocado.

                2-ii-1942 (1976) Guerra Cuentos i (p.281): Tacataca (Trasladando despacio de maestro Andrés a Monagas los ojos zorroclocos y envainando). ¿Una apuestita...? Usté dirá... 4-v-1942 (1976) Ibídem (p.305): Al entrar se remiran y sonríen, zorroclocos. Por instinto y gusto de montadas, pícanse el ojo y conciertan un buen tute. 1948 (1969) Guerra Cuentos ii (p.39): Van cayendo, con su bastón pulido de leñabuena, con sus zapatos color avellana, lucientes bajo la caída estrecha del pantalón sin vuelto, con su callo, un callo eterno y resistido, con su olor a colas de virginio, con su zorrocloca disposición para pegar montadas y jeringar. Ibídem (p.56): La bodega se va llenando de zorroclocas sonrisas y calmosas actitudes. 1955-56 (1977) Guerra Memorias (p.32): En total y de últimas pasó que, una vez que hubo oído los zorroclocos consejos del cacique, la fachenta opinión del secretario [...].

¨Proviene este uso adjetivo del sustantivo correspondiente, también usado en Canarias, que registra el drae-01 y que reproducimos en la primera acepción. Para el dcech vi (s.v. zorra, zorro) es palabra de tradición castellana, utilizada por Quevedo, en su Cuento de cuentos.

 

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