Sintaxis

38 El atributo (II). Construcciones semicopulativas. Los complementos predicativos. Las construccion

38.8 Los complementos predicativos (III). Su interpretación semántica

38.8a En esta sección se analiza el criterio C del § 38.6a. En las páginas precedentes se comprobó que, con escasas excepciones, la mayor parte de los complementos predicativos del sujeto denotan estadios episódicos, en el sentido de situaciones temporales o contingentes de las personas o las cosas. Tales expresiones predicativas admiten, por tanto, el auxiliar estar, en lugar de ser. Así, el adjetivo solo se diferencia de solitario en algunos aspectos de su significado, pero también en el hecho de que admite el verbo estar. Es esperable, por tanto, que el primero se use como complemento predicativo del sujeto con mayor facilidad que el segundo (por ejemplo con trabajar, viajar o vivir). Esta propiedad se extiende a los complementos predicativos del complemento directo cuando no están seleccionados. Así pues, helado en cruzar helado un río admite paráfrasis como cuando está helado o estando helado. Se designa así uno de los posibles estados físicos del río cuando es cruzado.

38.8b Los complementos predicativos del sujeto reciben varias interpretaciones semánticas en los diversos contextos en los que se aceptan. Destaca entre todas ellas la llamada interpretación concomitante o temporal (C1 en el § 38.6a). Así, joven en morir joven puede parafrasearse como siendo joven, en su juventud o cuando era joven. Esta misma interpretación corresponde al texto reproducido en el § 38.7m. La interpretación concomitante se ha llamado también descriptiva o de representación en los estudios gramaticales. Estos términos traducen el adjetivo inglés depictive (derivado de depict ‘pintar, representar, retratar’) y se desea expresar con ellos que el complemento predicativo encuadra, enmarca o reproduce cierta situación temporal en la que se halla el elemento del que se realiza la predicación cuando lo afecta la acción o el proceso verbal. De manera análoga, Vivían felices admite las paráfrasis … siendo felices o … en estado de felicidad, y Se despertaron sobresaltados significa ‘Se despertaron en estado de sobresalto’. Se obtiene la interpretación concomitante del complemento predicativo del objeto directo en Me devolvieron rota la lámpara (‘en estado de rotura’); Compré el coche de segunda mano; Recibió abierta la carta; Conservaba fresca la memoria.

38.8c La interpretación causal de los complementos predicativos (C2 en el § 38.6a) es distinta de la resultativa. Se obtiene con algunos predicativos referidos al sujeto, más frecuentemente con participios que con adjetivos. Esta interpretación está muy próxima a la que reciben los complementos circunstanciales, que pertenenecen —como los predicativos no seleccionados— al grupo de los adjuntos (capítulo 39). En ella se denota la causa de la acción o del proceso que se expresa. Así, aplastado en morir aplastado admite la paráfrasis ‘por aplastamiento’. Contrastan, de manera similar, Escapó descalza; Cayó inerte (interpretación concomitante) y Escapó presa del pánico; Cayó empujado (interpretación causal). La interpretación causal se rechaza, o es difícil de obtener, con ciertos verbos pronominales que se caracterizan por manifestar procesos sin causa externa, lo que da lugar a contrastes como {Murió ~ *Se murió} fusilada, o {Cayó ~ *Se cayó} al suelo empujado por la multitud. La interpretación causal de las oraciones absolutas se analizará en los § 38.12b y ss. Sobre la diferencia entre morir y morirse, véase el § 41.14e.

38.8d La interpretación condicional o modal de los complementos predicativos (C3 en el § 38.6a) está próxima a la concomitante. Como se vio en el § 38.7b, el predicativo subrayado en Le gusta la carne poco asada (también poco hecha, poco pasada o poco cocida, según los países) admite la paráfrasis … si está poco asada. La interpretación condicional (o, en general, modal) es frecuente en los llamados complementos predicativos externos o periféricos37.2i) que aparecen marcados por incisos, como en Muy asada, la carne pierde sus vitaminas (esto es, ‘si está muy asada’). Sin embargo, estos mismos complementos externos aceptan también la interpretación concomitante en otros contextos (Completamente fuera de sí, se dirigió hacia él con la peor de las intenciones), así como la causal, entre otras que se examinarán al considerar las construcciones absolutas (§ 38.12).

38.8e Se obtienen variantes de esta interpretación en Lo preferiría un poco más grande o en Siempre toma el café sin azúcar. En la primera oración se admite una paráfrasis con una subordinada sustantiva de interpretación no factual (Preferiría que fuera un poco más grande), no temporal o concomitante con exactitud. Lo preferido no es, por tanto, cierta cosa en uno de sus estados posibles (interpretación concomitante), sino más bien que se dé cierta situación que no se da en el presente (interpretación modal, orientada prospectivamente). En la segunda oración no se describe tampoco un estado temporal del café, sino más bien un requisito que debe cumplir.

38.8f Otros verbos pueden admitir —en contextos distintos— paráfrasis similares de sentido modal, pero también temporal, como en No cojas (también agarres, arranques o tomes) verdes los higos (es decir, ‘si están verdes’ o ‘cuando estén verdes’). Como se ve, la interpretación condicional o modal y la concomitante se acercan en unos contextos, pero no tanto en otros. En Le gusta la carne muy asada, ambos sentidos dan lugar a interpretaciones próximas y proporcionan paráfrasis similares: en efecto, cuando está muy asada tiene un significado cercano a ‘si está muy asada’. Se obtienen también paráfrasis aproximadas para Se encontraba más cómoda descalza (es decir, ‘… si estaba descalza’ o ‘… cuando estaba descalza’). En Se sentía desamparado en su presencia concurren el atributo de un verbo semicopulativo (desamparado) y un complemento predicativo de interpretación modal o concomitante (en su presencia).

38.8g La interpretación resultativa de los complementos predicativos (C4 en el § 38.6a) pone de manifiesto un estado final alcanzado por el sujeto o el objeto como efecto de la acción o el proceso denotados por el verbo. Así, la oración La hierba crece muy alta no significa ‘La hierba crece estando muy alta’ (se descarta, pues, la interpretación concomitante) y tampoco ‘… por estar muy alta’ (se descarta la interpretación causal), sino —más o menos— ‘… hasta hacerse muy alta’. Se obtiene también la interpretación resultativa en Había vestido elegantísima a su hija (aproximadamente, ‘La vistió y la dejó elegantísima’); Colgaste un poco ladeado el cuadro (próxima a ‘Colgaste el cuadro y lo dejaste un poco ladeado’). Favorecen la interpretación resultativa ciertos verbos de creación, como en dibujar el sol cuadrado, escribir con mayúsculas toda la palabra, construir sin ático una torre de departamentos. Como se ve, el predicativo se interpreta en estas oraciones referido al estado en el que se encuentra lo designado por el complemento directo al término de la acción. La interpretación resultativa está muy restringida con los complementos predicativos (potestativos) del sujeto. Así, en la oración Salió a cantar enfermo, no se dice que alguien enfermó por salir a cantar (interpretación resultativa), sino que se hallaba en ese estado cuando lo hizo (interpretación concomitante). Recuérdense los § 38.7m, n.

38.8h Son también resultativos los predicativos del objeto directo que denotan el estado alcanzado, tras algún cambio, por la persona o la cosa de que se habla. Aun así, esta interpretación está muy restringida. Se diría, por ejemplo, Limpió el auto y lo dejó impoluto; Bebió la copa hasta dejarla vacía, o Peinó a su hija y la dejó guapísima, pero se rechazan *Limpió impoluto el auto y *Bebió vacía la copa de vino. Algunos hablantes aceptan Peinó guapísima a su hija, pero otros rechazan con rotundidad esta construcción. Se ha señalado con reiteración en los estudios sobre la predicación que la escasa productividad de estas construcciones en las lenguas románicas las diferencia notablemente de las germánicas. Parece favorecer estos procesos el que los estados resultantes expresen consecuencias naturales de las acciones que se realizan. Así, los verbos que denotan la acción de segmentar algo admiten predicativos del objeto directo que se refieren al estado de fragmentación de lo que se segmenta, como en cortar el pelo a capas, partir muy fino el queso, picar la cebolla muy chiquita, trocear el jamón en tacos. De manera análoga, el predicativo resultativo subrayado en el texto siguiente denota el estado natural que alcanzan unas claras una vez que son batidas: Batimos las claras a punto de nieve y las incorporamos a la jarra (Orjuela, Erotismo). Si se comparan las dos opciones de los pares siguientes, se comprobará, en el mismo sentido, que en el primer miembro de cada par se obtienen complementos predicativos de interpretación resultativa, mientras que los complementos predicativos de la segunda opción reciben la interpretación concomitante: freír los aros de cebolla bien {dorados ~ empanados}; {cortar ~ freír} el pescado en rodajas. Así pues, dorados designa el estado (o el estado natural, como se ha explicado) que alcanzan los aros de cebolla después de ser freídos (interpretación resultativa), mientras que empanados denota el estado que deben presentar cuando van a serlo (interpretación concomitante). Se obtienen resultados paralelos en el segundo par, resultativa con cortar, concomitante con freír. Aun así, el concepto de ‘consecuencia natural’ es demasiado abierto y ha de ser restringido léxica o semánticamente, ya que —como se ha explicado— los complementos resultativos se rechazan en las lenguas románicas en muchos contextos en los que se denotan consecuencias de las acciones.

38.8i Se obtiene asimismo la interpretación resultativa con ciertos predicativos que constituyen formas cognadas del verbo al que acompañan, generalmente un predicado de cambio de estado (§ 34.4d):

Entonces, antes de abrazarla con sus ocho brazos, el araño envuelve a la araña en la telaraña y la ata bien atada (Galeano, Bocas); Se había cortado el pelo muy corto, demasiado corto (Vázquez Rial, Isla); Una vez limpias y descabezadas, se rebozan en harina y se fríen bien fritas en aceite hirviendo (Domingo, Sabor); Los lavan bien lavados, los perfuman con agua de olor (Morón, Gallo).

38.8j Son menos frecuentes estas formas cognadas con predicados que no expresan cambio de estado, pero también se documentan, como en caminar diez kilómetros bien caminados o en El sueño es muy reparador, dormir cinco horas bien dormidas, tener en cuenta la alimentación porque es muy clave (Vanguardia [Esp.] 28/11/2008). Se ha observado que mejora la aceptabilidad de los grupos adjetivales que se forman con los complementos predicativos cognados, y en general con los resultaltivos a los que se hace referencia, si estos contienen expresiones cuantificativas o gradativas. Contrastan, así, Los lavan bien lavados y *Los lavan lavados. También mejoran la construcción los morfemas diminutivos, como en Picar la cebolla chiquita y dorar en aceite de oliva con algunas hojas de albahaca (Clarín 2/6/2009), así como la reduplicación de valor intensificativo (Se cortó el pelo corto corto). Todas ellas son propias de la lengua conversacional.

38.8k No son del todo suficientes las restricciones semánticas derivadas de la oposición entre propiedades permanentes o caracterizadoras, por un lado, y transitorias o episódicas, por otro, para delimitar de forma ajustada todas las construcciones que admiten complementos predicativos. A menudo son necesarias otras condiciones de diverso grado de generalidad. Así, los sustantivos que forman complementos predicativos de los verbos elegir o nombrar suelen denotar cargos o funciones (nombrar a alguien embajador, elegirlo delegado de curso). El verbo nacionalizarse se usa únicamente con adjetivos gentilicios como predicativos del sujeto (nacionalizarse alemán); declarar suele restringir los predicativos que acepta a los adjetivos y sustantivos que designan ciertas aptitudes o diversas situaciones de responsabilidad de los individuos (apto, culpable, hábil, inocente, inútil, etc.), así como diversos estados relacionados con las formas de presentarse las cosas o las personas en algún entorno formal u oficial: Declarará abierta la sesión; Declaró ilegal un matrimonio; Los declaro marido y mujer. El verbo crecer admite ciertos adjetivos que denotan propiedades físicas de las personas o las cosas —Sus hijos crecieron {fuertes, robustos, sanos}— y no tan claramente los que expresan características anímicas o intelectivas de los individuos. Se observan preferencias particulares en otros muchos casos. Las opciones léxicas que se han presentado están, como se ve, mucho más restringidas que las que se obtienen a partir de la distinción entre las propiedades inherentes y las episódicas.

38.8l Se introdujo en el § 38.8h la noción de ‘consecuencia natural’ como uno de los factores que determinan la posibilidad de construir complementos predicativos resultativos. Está estrechamente relacionado con ese factor el hecho de que los complementos predicativos introduzcan no solo estadios episódicos de la entidad de la que se predican, sino estados relativos a la acción o al proceso que designa el predicado principal. Téngase en cuenta que, cuando se restringen las propiedades que expresan los predicativos mediante la oposición entre propiedades inherentes y propiedades episódicas, se proporciona un criterio útil para explicar su funcionamiento gramatical, pero no suficientemente restrictivo. Así, dos propiedades episódicas de la carne, entre otras muchas que puede tener, son ‘el estar cruda’ y ‘el estar barata’. Si estas propiedades no se ponen en relación con el significado del verbo principal, pueden preverse más opciones de las que la gramática permite, como en comprar {barata ~ cruda} la carne, frente a comer {*barata ~ cruda} la carne. Esta alternancia no es casual, ya que el adjetivo barata no designa únicamente un estadio episódico de la carne, es decir, una de las propiedades transitorias que puede tener, sino más bien una propiedad transitoria de la carne relativa a la acción de comprarla o venderla. Desde este mismo punto de vista, la irregularidad que se observa en grupos verbales anómalos como *arreglar muy rebajado un vestido no se debe a que el predicativo muy rebajado no designe uno de los posibles estados que puede presentar un vestido, sino a que la propiedad que expresa no es relativa a la acción de arreglarlo.

38.8m Los estados relativos a los que hizo referencia el apartado anterior se reconocen en otros muchos complementos predicativos. Así, el grupo preposicional en buen estado no designa simplemente una propiedad transitoria o episódica de un auto, sino más bien una propiedad suya relativa a ciertas acciones (alquilarlo, comprarlo, venderlo, etc.). La locución adjetival en cama (Iván está en cama) denota también cierta propiedad episódica de un individuo, pero —de nuevo— relativa a determinadas acciones, en lugar de a cualquiera en las que este pueda intervenir: Su abuelo lo llevaba al parque cuando el asma no lo abatía y cuando este lo visitaba en cama traía consigo el olor a algodón de dulce (Pardo, Sueño). Existen otros muchos casos similares. Como se ve, la naturaleza semántica del predicado principal constituye un factor relevante en la determinación de los complementos predicativos admisibles, hasta el punto de que la construcción es muchas veces aceptable o no en función de la compatibilidad que exista entre el significado del predicado primario y el del secundario. Esta relación puede considerarse como indicio de que la formación de predicados complejos en las construcciones predicativas no está limitada a las condiciones léxicas y sintácticas de las que se habló en el § 38.7.

38.8n Las formas de compatibilidad a las que hicieron referencia los apartados anteriores son de naturaleza pragmática en unos casos, pero más bien léxica o semántica en otros. Como se ha visto, los adjetivos que denotan precio (caro, barato) suelen restringirse en los complementos predicativos del objeto directo a los verbos que designan acciones e intercambios (alquilar, comprar, vender), a las que cabe agregar sus resultados (conseguir, obtener). En las oraciones semicopulativas se usan preferentemente estos adjetivos con los verbos auxiliares que denotan efectos (resultar, salir). Los adjetivos atónito, pasmado, perplejo y otros similares se refieren a estados transitorios, y se combinan generalmente con predicados verbales que expresan percepción (contemplar, mirar, observar) o presencia (asistir a algo, presenciarlo). El adjetivo impávido suele preferir, en cambio, ciertos verbos que indican resistencia ante lo que se presenta o sobreviene (aguantar, resistir, soportar, sufrir). Los adjetivos derrotado, ganador, perdedor, triunfador, victorioso y otros análogos (algunos también empleados como sustantivos) son predicativos característicos de los verbos que denotan término (acabar, salir, resultar, terminar), pero también ciertos tipos de movimiento (entrar, regresar, volver). Muestran preferencias análogas los adjetivos exhausto (característico de los verbos que denotan ‘término’ o ‘final’ o que focalizan esa noción), despavorido (escapar, huir, salir) y otros muchos adjetivos que funcionan como complementos predicativos en contextos, igualmente restringidos, que están en función de su propio significado, pero también del que manifiesta el verbo al que modifican:

Unas las compró baratas y otras se las regalaron por devolverles a las familias un preso (Herrera Luque, Casa); Toda la izquierda latinoamericana observa perpleja y entusiasta cómo surgen por doquier organizaciones cristianas planteando la lucha por el socialismo (Fasano, Derrota); Sin embargo, ese día soporté impávida el agudo ingenio de ese desconocido (Arias, Silencio); Resulta perdedor el dueño del trompo que sale primero fuera del cuadrado (Coello/Calle/ Lazzo, Juegos); Jamás se imaginó que mientras él entraba victorioso a Pachuca, ella saldría para el camposanto (Olivera Figueroa, Enfermera); Y llegaban exhaustos, con la frente cubierta por chorros de sudor (Mendoza, M., Satanás); Tiré los mangos a sus pies y escapé despavorido (García Márquez, Vivir).

 

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